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CRITICA
Por: PACO CASADO
Lo que está ocurriendo en España en los últimos años debido a la crisis económica, se está produciendo también en el cine, el hecho de jóvenes directores que al no encontrar aquí quien les financie una película, se han ido a trabajar o a estudiar a los Estados Unidos donde han conseguido hacer algún que otro producto que ahora nos llega a través de las distribuidoras americanas como suyos o en coproducción.
Este es el caso de 'Animal de compañía' (2016) que se podría situar entre la intriga y el terror, ya que se trata de un thriller psicológico, sobre Seth, un joven con una vida miserable, que trabaja en una perrera, que se tropieza un día por casualidad en el autobús con Holly, una antigua compañera del instituto, de la que estuvo y sigue enamorado, aunque ella no le recuerda para nada, que ahora trabaja como camarera, aunque desea ser escritora.
Él trata de conquistarla invitándola a un concierto o llevándola a cenar, buscando sus gustos para coincidir con ella, pero la chica lo rechaza todo, porque dice tener otra relación.
Tras intentar seducirla sin éxito decide poner en marcha un macabro plan, que no es otro que secuestrarla y encerrarla en una jaula en el refugio donde trabaja, que cree que esa es la mejor manera para que se enamore absolutamente de él.
Lo que comienza como un film romántico termina por derivar en una intriga psicológica, con momentos de terror, cuyos referentes más claro son 'El coleccionista' (1965) de William Wyler, 'Átame' (1989), de Pedro Almodóvar o la serie 'Saw', pero en este caso no tan sádico.
El cineasta barcelonés, afincado en Nueva York, Carles Torrens, que ya realizó una cinta de terror, 'Emergo' (2011), con la que debutó en el largometraje de ficción, dirige esta película, rodada en inglés en Los Angeles, un thriller psicológico, de suspense, que concursó en el Festival de cine fantástico y de terror de Sitges 2016, donde ganó el premio al mejor guion.
Aunque es un film con un presupuesto barato, contiene algunos elementos, que hacen que sea una producción más o menos correcta, bien filmada, que entretiene, con algunos giros y sorpresas con los que el director mantiene la tensión, con una atmósfera absorbente y malsana, donde juega bastante la personalidad de los dos protagonistas, tanto de Seth como de Holly, a la que mantiene en una jaula con si fuera uno de los animales a los que él cuida dándoles de comer.
Una cinta un tanto desigual, con momentos que no son del todo creíbles, con una historia que no resulta en nada novedosa, como los citados precedentes mucho más logrados que el presente, que tras un comienzo realista prometedor acaba convirtiéndose en algo fantasioso y absurdo, como el personaje de Claire que no está claro o la trama policiaca que queda en el aire.
En la parte técnica posee un buen trabajo fotográfico, una aceptable partitura musical y una puesta en imágenes al estilo del cine americano de Carles Torrens.
Dominc Monaghan encaja bien el solitario personaje con aspecto de no muy inteligente y algo tarado, que se obsesiona con Ksenia Solo a la que le va bien lo de la guapa de turno que termina siendo más inteligente que su secuestrador, que pasa de la dimensión física a la mental cuyos límites entre víctima y verdugo no están en los barrotes de la jaula.
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