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SINOPSIS
Estamos en la Roma de 1973 donde un grupo de enmascarados secuestran a un adolescente que resulta ser el nieto del hombre más rico del mundo, J. Paul Getty. El secuestro, no obstante, no será suficiente como para que este renuncie a parte de su inmensa fortuna. En cambio para la hija del magnate y madre del secuestrado lo primero son sus hijos y la vida de uno de ellos está a punto de acabarse puesto que los secuestradores están decidios a acabar con él si no reciben el botín que exigen...
INTÉRPRETES
MARK WAHLBERG, MICHELLE WILLIAMS, CHRISTOPHER PLUMMER, TIMOTHY HUTTON, CHARLIE PLUMMER, OLIVIA GRANT, ROMAIN DURIS, CHARLIE SHOTWELL, MARCO LEONARDI, GIULIO BASE, GIUSEPPE BONIFATI, RIY McCREREY, MARIO OPINATO, CHERISE SILVESTRI
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UN COMIENZO VALIOSO...
TODO EL DINERO DEL MUNDO comenzó cuando el productor Quentin Curtis eligió el libro de John Pearson sobre Getty, titulado Painfully Rich: The Outrageous Fortunes and Misfortunes Of The Heirs Of J. Paul Getty (Dolorosamente Rico: las indignantes fortunas e infortunios de los herederos de J. Paul Getty), que se centra específicamente en el famoso secuestro. Luego, Quentin le presentó el proyecto al guionista David Scarpa.
“Por supuesto que conocía el secuestro, pero en realidad siempre quise hacer algo con respecto al dinero y el modo en que éste controla y moldea la vida de las personas. Cuando piensas en ello, muchas de nuestras decisiones, ya sea con quién elegimos permanecer casados, dónde elegimos vivir y qué trabajo elegimos asumir, etc., son impulsados por el dinero. Y, obviamente, las personas de bajos recursos se ven afectadas en cuanto a que sus elecciones y sus opciones son limitadas. Pero el dinero incluso influye emocionalmente en los ricos, ya que les proporciona libertad y poder, pero ¿qué hacer con eso? Cuando Quentin me contó sobre el proyecto, mi primera reacción fue, “¿Ah, el niño sin oreja?” Y me dijo, “Bueno, sabes que el otro hecho interesante en la historia es que Getty en ese momento, era el hombre más rico del mundo y el rescate estaba dentro de sus posibilidades, tenía mil millones de dólares y los secuestradores pidieron $ 17 millones, lo que era como un ticket de estacionamiento para él y, sin embargo, se negó a pagarlo”. Eso llamó mi atención. Dije, “Estoy dentro”, recuerda Scarpa.
Lo que intrigó a Scarpa era la notoria avaricia de Getty y lo que ésta representaba emocionalmente. El obstáculo no era el hecho de pagar el rescate y recuperar a su nieto, sino que era un tema psicológico, simplemente no podía soportar perder su dinero. Y así la historia pasa de ser un thriller sobre un secuestro a algo que analiza la influencia que el dinero tiene sobre este hombre, el modo en que esto afecta a su familia e incluso a los secuestradores. Lo más importante, la vida de un niño. Incluso este hombre rico, el más rico del mundo, es rehén del dinero”, señala Scarpa.
Scarpa trabajó en el guion dándole forma a la estructura basándose en el secuestro y combinando dos géneros venerados de una nueva manera.
“El secuestro brindó la espina dorsal del guion, aunque retrocedemos en el tiempo hasta la infancia del niño y los antecedentes de quién era Getty. El mayor desafío estructural era equilibrar el drama del secuestro con una clásica película biográfica y, de alguna manera, mezclamos esos géneros. La idea era ir y venir entre el thriller y el drama familiar shakesperiano al mismo tiempo”, señala Scarpa.
El guion de Scarpa llegó a la Lista Negra de 2015. Los productores Dan Friedkin y Bradley Thomas de Imperative Entertainment lo leyeron e inmediatamente consideraron que la historia era cautivadora.
“Tenía un gran alcance”, comentaron los socios de Imperative. “Una pieza de época que abarca tres continentes, que cuenta la increíble historia de una tragedia personal que golpeó a una de las familias más ricas y poderosas del mundo. De inmediato, pensamos que, si se trataba correctamente, conformaría una película maravillosa y emocionante. Desde ese momento, se convirtió en nuestra misión llevarla a la pantalla grande, y consideramos que había sólo un director para hacerlo”. Ridley Scott, quien no estaba interesado en una película sobre el caso Getty...hasta que leyó el guion. “La palabra Getty evocó un recuerdo específico para mí, obviamente yo sabía quién era y estaba familiarizado con el incidente y no estaba particularmente interesado. Pero tras leer unas líneas y de reunirme con Dan y Bradley, supe que estaba en buenas manos. Tanto el material como el guion eran geniales, y yo estaba absolutamente interesado en hacer esta película”, recuerda Scott.
Scott destaca la fascinante dicotomía de J. Paul Getty, por supuesto que su famosa avaricia fue noticia en los titulares, pero también su visión para los negocios y, en última instancia, su filantropía.
“Getty tenía agallas y cerebro. Uno no vuela al Medio Oriente en 1948 y compra derechos de petróleo y tierra a menos que tenga coraje y astucia. Él era un hombre brillante, pero todo eso se desvaneció cuando le preguntaron cuánto pagaría por su nieto, y él respondió ‘Nada’. Todo el mundo quedó impactado. Pero a la vez él enviaba mensajes a los secuestradores. Las personas que secuestran personas son esencialmente terroristas y, en la actualidad, los gobiernos no negocian con ellos. Entonces, de alguna manera, el enfoque de Getty era moderno. ¿Habrá sido esa su intención real? Yo no lo creo, pienso que era una especie de mensaje hacia los secuestradores. Asimismo, la gente olvida que él era un filántropo en muchos niveles. Cuando comenzó a pensar en su legado, ya estaba en el proceso de construir lo que ahora es la Villa Getty en Santa Mónica, este hermoso museo de acceso gratuito para el público”, señala Scott.
Inicialmente, el actor que interpretaba al icónico magnate, transformado por elaborados maquillajes y prótesis, era Kevin Spacey. Pero cuando surgieron las acusaciones de acoso sexual contra el actor, el arte y la vida se vieron enfrentados. Rápidamente, Scott junto con los socios de Imperative Entertainment, quienes también financiaron por completo la película y los retoques, decidieron reemplazarlo por el oscarizado actor Christopher Plummer.
“Nos enteramos de estas horribles acusaciones solamente seis semanas antes de la fecha prevista para el lanzamiento, no había forma de que siguiéramos adelante con la película tal y como se había filmado originalmente. Nuestra conciencia no nos permitía que estas afirmaciones quedaran sin respuesta. Cuando Ridley y yo decidimos reemplazarlo por Cristopher Plummer, todo el elenco y el equipo fueron de lo más comprensivos y, por ello, cuentan con nuestro eterno agradecimiento por su inquebrantable compromiso a lo largo de todo este proceso”, dijo Dan Friedkin.
Esto no fue simplemente una reacción al supuesto comportamiento de Spacey, sino también fue una demostración de respeto al elenco y miembros del equipo que habían dedicado su tiempo y experiencia a la elaboración de la película. Tal como dijo Sony Pictures, “una película no es obra de una sola persona. Más de 800 individuos, entre actores, escritores, artistas y diferentes miembros del equipo, trabajaron incansablemente en este proyecto, algunos durante años, incluyendo a uno de los principales directores de cine. Sería una gran injusticia castigarlos a todos por las malas acciones de uno de los actores de la película”.
J. Paul Getty vivió una vida notable y sí, cinematográfica. Millonario a los 24 años de edad, famoso fiestero en su juventud se codeaba con gente rica y famosa, imprudente con su fortuna, finalmente regresó al “negocio familiar”. Se convirtió en un capitalista disciplinado y despiadado, pero también en un mecenas de la cultura y la arquitectura. Entre sus logros, fue la mente maestra detrás de la creación de la Villa de Adriano que se conoce con el nombre de La Villa de Getty en Malibú, California. Getty era un hombre de muchas contradicciones: inconmensurablemente rico e implacablemente mezquino, amoroso y cruel.
Básicamente, lo que fascinó a Plummer fueron las acciones contradictorias de J. Paul Getty, su naturaleza moralmente ambigua y sus complicadas relaciones familiares.
“Cuando Ridley me llamó para proponerme el papel, yo estaba encantado. Siempre había querido trabajar con él, y éste es un tema fascinante. Me encanta interpretar gente real porque me fascina la investigación previa, y éste era un personaje sumamente extraordinario para encarnar. Además, está tan bien escrito que acepté de inmediato”, cuenta Plummer.
Por supuesto, Plummer estaba familiarizado con el famoso secuestro y la sorprendente reacción de Getty, pero no tanto con el hombre en sí.
“Si bien el secuestro conforma una gran parte del conocimiento que uno tiene de Getty, era un hombre muy introvertido, no particularmente ostentoso. Obviamente adoraba el dinero; le gustaban las cosas bellas porque nunca cambiaban ni decepcionaban. Para él, los objetos hermosos tenían una pureza que no encontraba en las personas. Creo que también tenía un lado humano que no era tan conocido. Incluso su actitud poco sentimental frente al rescate: que disculpó alegando que teniendo tantos nietos, si pagaba por uno, daría como resultado el secuestro de otros nietos. Entonces, existe una especie de lógica fría en ello, y el guion nos pide que profundicemos en eso, especialmente en lo que se refiere a su compleja relación con su familia”, observa Plummer.
Michelle Williams interpreta a Gail, la infatigable madre de John Paul Getty III que supera en inteligencia y en maniobras tanto a su avaro suegro como a los secuestradores, en un enorme esfuerzo por rescatar a su hijo. La actriz firmó el contrato de inmediato por varias razones, empezando por Ridley Scott. “Bueno, lo primero que escuché fue Ridley Scott, y después de eso no necesitaba escuchar mucho más. Pero luego sucedió que había un gran guion, así que fue un sí instantáneo”, recuerda Williams.
Trabajar con Scott resultó ser tan satisfactorio como ella había esperado.
“Es un gran maestro y tiene tanta precisión y una especie de habilidad que le permite comunicar lo que necesita y quiere con una economía temporal increíble, lo que significa que los días son dinámicos, nunca se obstaculizan y son realmente divertidos. Es como si se lanzara una pelota creativa y tienes que estar alerta para poder atraparla. Te da espacio para crecer, descubrir y jugar, pero si alguna vez lo necesitas, está ahí para apoyarte. Me encantaba ir a trabajar. Él tenía tantas ideas y sorpresas. Si la escena resultaba repetitiva, arrojaba algo, ya sea intelectual o físicamente, que hacía que fuese más emocionante”, explica Williams.
Williams investigó a Gail tanto como pudo, a través de clips en YouTube, artículos y libros que en su mayoría conformaban informes de terceros o simples fragmentos de Gail. Los departamentos de diseño de vestuario y peluquería y maquillaje fueron quienes inicialmente la ayudaron a encontrar su camino hacía Gail.
“Realmente todo se encaminó cuando comencé a trabajar con la increíble diseñadora de vestuario de Ridley, Janty Yates, y los fantásticos artistas de peluquería y maquillaje (Ferdinando Merolla y Tina Earnshaw). Ya habían trabajado con Ridley y hay una razón para ello: es encantador e inteligente y atrae a las personas con una alta calidad humana y profesional. Me sentía muy afortunada de estar entre ellos. Además, el simple hecho de estar en los zapatos de otra persona, literalmente, te aporta mucha información, así que todo este material externo fue muy útil para mí en combinación con la comprensión interna de quién fue Gail”, explica Williams.
Scott señala que había muy poco material de investigación sobre Gail a disposición de Williams, aparte de las piezas que ella encontró en Internet. Después de su divorcio, Gail se retiró de la fama y de la fortuna de la familia Getty y se convirtió exitosamente en una ciudadana particular. Sólo el infame secuestro la empujó involuntariamente al dominio público.
“Michelle es un ser raro, una artista de muchos matices que se lo toma muy en serio. El material que encontramos sobre Gail era limitado. La prensa irrumpiría en su automóvil, en las puertas de su casa, la pondría frente a la cámara cuando tuviera que dirigirse a la prensa. Puedes distinguir ciertos gestos en ella que Michelle incorporó. Gail había sido jugadora de polo; era una atleta de verdad que, por encima de todo, era muy inteligente. También, era una verdadera madre moderna y obviamente muy decidida y disciplinada”, dice Scott.
Aunque en la película son antagonistas, Christopher Plummer estaba encantado de trabajar con Michelle Williams y confiesa, “Soy un gran admirador de ella. Es una joven actriz maravillosa con una gran versatilidad. Fue fantástico trabajar con ella, incluso por tan poco tiempo”.
Mark Wahlberg interpreta a Fletcher Chace, el consejero y artífice pragmático de Getty, enigmático y con frecuencia moralmente conflictivo. Al igual que Williams, Scott en primer lugar y, en segundo lugar, el guion fueron los que atrajeron a Wahlberg al proyecto.
“Siempre me fascinó la historia en sí, pero el verdadero atractivo fue Ridley Scott. Siempre quise trabajar con él; hemos mantenido una relación amistosa durante probablemente los últimos 20 años. Soy un gran admirador suyo y aunque estaba en el medio de rodar otra película, tenía que hacerlo. Me quedaban cinco días entre las dos películas. Lo hablé con mi esposa sólo para decirle que era una oportunidad única de interpretar este papel y también de trabajar con un director al que admiro tanto. Posteriormente, cuando leí mi parte, estaba aún más ansioso porque no es el tipo de rol que suelo encarnar. Ridley dijo, ya sabes, nada de armas, ni osos de peluche, ni golpear a nadie. Fue agradable interpretar a un tipo bien educado que hace muchas cosas interesantes para el Sr. Getty”, dice Wahlberg.
De hecho, Scott dice que Wahlberg ha protagonizado algunas de sus películas favoritas, incluida la del osito de peluche, pero era su estilo natural lo que le interesaba al director.
“Debo decir que Ted es una de mis películas favoritas. También Boogie Nights. Se nota que tiene una buena sensibilidad por no mencionar un sano sentido del humor. Lo que realmente me gusta de Mark es que es un actor muy anti dramático. Uno siempre puede identificarse con él, incluso en circunstancias extremas. Y Fletcher Chace se vio en circunstancias extremas a lo largo de su vida, desde las Fuerzas Especiales hasta la CIA o trabajando para Getty. Es un personaje interesante porque es un hombre inteligente con una gran habilidad corporal, pero no quiere usarla a menos que sea absolutamente necesario”, describe Scott.
Wahlberg no encontró mucho acerca de Chace en su investigación, lo que corresponde a un hombre con un trabajo tan secreto.
“Fue jefe de equipo en Harvard, un ex submarinista, estuvo en la Marina, agente de la CIA, dirigió una empresa petrolera, y estaba asesorando a otras compañías petroleras cuando el Sr. Getty se dio cuenta de lo valioso que sería y terminó trabajando para Getty Oil a tiempo completo”, dice Wahlberg. “Te pones los tirantes y el chaleco y ya casi eres el personaje. Además, los diálogos eran maravillosos y estaban muy bien escritos”, dice.
De hecho, el actor se sumergió en el guion, y su meticulosidad sirvió para su preparación, especialmente útil para representar a un personaje cuyas lealtades y creencias son cuestionadas durante el transcurso del secuestro.
“Leía el guion en voz alta cuatro veces al día; me lo sé de principio a fin, así no tenía que pensarlo durante el rodaje. Para mí se trataba de explorar los matices de las escenas, especialmente cuando Fletcher Chace comienza a cambiar. La idea era rastrear eso y estar lo más preparado posible para cuando incluso filmamos salteando el orden”, explica Wahlberg.
Christopher Plummer se refiere a Wahlberg como “Es un actor maravilloso, yo estaba feliz de que prácticamente todas mis escenas fueran con él. Tenía muchas ganas de trabajar con Mark”.
Charlie Plummer, quien no tiene ninguna relación con Christopher, interpreta al desafortunado nieto secuestrado de Getty, John Paul Getty III. Plummer describe TODO EL DINERO DEL MUNDO como un “cuento de advertencia” que tiene relevancia en la actualidad, a pesar de las circunstancias escandalosas, casi increíbles, de la captura del niño y los círculos exclusivos de la familia Getty.
“Ridley y yo hablamos mucho sobre eso al principio, intentando dar respuesta a la pregunta ¿qué haces cuando aparentemente tienes todo? Mi personaje va de una educación modesta al poderoso y próspero mundo de su abuelo y luego a la extrema privación de la libertad y la brutalidad en manos de sus secuestradores. Al final, recupera su libertad. Cuando no tienes nada, hay un lugar adonde ir, pero cuando tienes todo sin una brújula moral, ¿entonces qué? Terminó teniendo una vida muy trágica. Creo que esas cuestiones son aplicables hoy especialmente para mi generación. Vivimos en una sociedad donde el objetivo para mucha gente es tener lo más posible. Creo que una de las ideas de la película es que si eres una persona triste, seas rico o no, seguirás siendo una persona triste porque la felicidad no proviene de cosas ajenas a ti”, dice Plummer.
Fue el “encanto desgarbado” de Plummer lo que interesó a Scott y su habilidad para interpretar al “hijo varón” por excelencia, cuya confianza y despreocupación juvenil rápidamente se transforman en terror real e inseguridad literal y figurativa.
“Parece un adulto y alguien que ha experimentado el mundo, pero tiene un carisma infantil. Es por eso por lo que quería comenzar la película debajo de la Via Veneto, como en La Dolce Vita, una de mis películas favoritas. Esta calle albergaba al snobismo europeo, las prostitutas, los jóvenes de los fondos fiduciarios, así como a las estrellas de cine y los paparazzi. Cuando ves a un joven de 17 años, que sale de noche solo a mirar mujeres, a encontrarse con los bellísimos transeúntes italianos un poco mayores que él, parece manejarse muy bien, ser muy seguro. Es una buena introducción sobre él, de inmediato conoces cómo es. Entonces, cuando lo capturan, es arrojado a un mundo inconcebiblemente diferente, a merced de los brutales secuestradores, y repentinamente vuelve a ser un niño. Y Charlie lo interpretó muy bien”, dice Scott.
Básicamente, Gail es el único personaje no corrompido por la fortuna de Getty. Su única preocupación era que su hijo regresase con vida. El dinero era sólo el medio para lograr ese fin. Su motivación es el amor puro que una madre siente por un hijo y su determinación y terquedad desinteresada se convierten en un ejemplo para todos. Pero, como señala William, Gail debe demostrar su determinación una y otra vez.
“Es un drama de suspense por supuesto, pero también creo que es una pieza feminista. Explora cómo es ser mujer en un mundo machista. De manera innata entendió que para que la tomen en serio, tenía que juntar todas sus facultades y fuerzas para mantener el control y poder sentarse en la mesa de los hombres. Hay muchísimas escenas en las que la despiden, la marginan y la mantienen fuera solamente por ser mujer. Me encanta este tipo de personajes, fuertes, reales y con pequeños brotes de susceptibilidad. Gail no puede desmoronarse, tiene que mantenerse concentrada en el objetivo, aunque el camino para lograrlo cambia día a día, a medida que la situación cambia, a menudo en función de hechos y de personas que escapan a su control”, explica Williams.
TODO EL ESTILO...
TODO EL DINERO DEL MUNDO está ambientada a principios de la década de 1970, pero abarca varias generaciones y clases sociales, incluyendo a los súper ricos, a los terroristas radicales y a una madre soltera perteneciente a la clase media. El vestuario de la diseñadora Janty Yates ayudó a describir y definir esos mundos dispares. Scott ha trabajado con Yates desde Gladiator, por la que ganó el Oscar, el mayor premio de la Academia de Hollywood®.
“He sido muy afortunada de que Ridley me haya pedido que vuelva y siempre es un placer. Normalmente, después de leer el guion, nos juntamos, y Ridley me da pinceladas sobre los personajes y su forma de verlos, y luego investigo un montón. En la segunda reunión, ubicamos a algunos de los personajes y algunos de los actores, y eso ejerce una gran influencia en la forma en que vemos a los personajes. Continuamos navegando por la investigación, que es mi parte favorita de cualquier película, y comenzamos a seleccionar imágenes para la ambientación y luego empiezo a reunirme con los actores por separado”, explica Yates.
Para TODO EL DINERO DEL MUNDO, Yates usó “... la mayor cantidad posible de material original”.
“Fue una alegría porque encontramos una gran cantidad de vestuario vintage, así que casi todos los trajes son auténticos, lo cual es fabuloso”, describe Yates.
Yates señala que, a excepción ocasional de Gail y John Paul Getty, la paleta de colores de la ropa era monocromática: grises, negros, azules y blancos, un enfoque tonal sugerido por Scott.
“Ridley aporta tanta visión a la mesa y es sumamente pictórico. Le encanta el tema del vestuario y se involucra por completo, cosa que me encanta, ya sea un pañuelo de bolsillo o un pequeño alfiler de solapa. Es inspirador y un placer trabajar con él”, dice ella.
“El personaje de Mark, Fletcher Chace, tenía una cualidad desconocida, acorde con alguien que perteneció a la CIA. Queríamos que tuviera un poco de Steve McQueen, aunque era demasiado estrafalario y Ridley específicamente no quería usar pantalones muy acampanados y grandes solapas. Tenía que andar por la vida bastante desapercibido, pero también queríamos que se viera genial, elegante, así que le diseñamos algunos trajes”, cuenta Yates.
Por otro lado, la fuente de inspiración del vestuario de Williams fueron los íconos de estilo de las décadas de 1960 y 1970.
“El guardarropa de Michelle se basó en Jackie Onassis, casual, no formal, pero esa sensación lineal, atemporal y elegante de los pantalones a medida, una vez más, nada demasiado loco. Un toque de Grace Kelly aquí y allá”, señala.
Yates se divirtió vistiendo a Charlie Plummer como John Paul Getty III, un joven bohemio en unas aparentes vacaciones perpetuas antes de su secuestro.
“Cuando investigamos sobre él, descubrimos que se vestía con una maravillosa y extrema libertad. Toda la evidencia fotográfica que tenemos sugiere que su ropa era de todas esas tiendas maravillosas en Kings Road de Londres, como Granny Takes a Trip”, dice Yates.
Luego estaba el mismísimo J. Paul Getty, escandalosamente rico, pero también notoriamente ahorrativo y su atuendo no era diferente.
“A Christopher lo vestimos con los trajes de Saville Row y, combinado con su seriedad natural, era Getty. Además, si bien era el hombre más rico del mundo, también era increíblemente mezquino. Entonces, sus trajes Saville Row le durarían entre 20 y 25 años. En la investigación, distinguíamos los mismos zapatos, el mismo lazo durante diez años”, observa Yates.
LOS LUGARES...
El secuestro y el rescate bizantino de John Paul Getty se desarrollaron en varios lugares de Londres y Roma, y el diseñador de producción Arthur Max utilizó varias atracciones famosas en esas ciudades como decorados y telones de fondo, entre los que se incluyen el Museo Nacional de Roma, interpretándose a sí mismo; el Palazzo Fontana, como la empresa Getty Oil en San Francisco; la Villa Wolkonsky, la residencia oficial del embajador británico en Roma, representando el hogar romano de Getty; la Villa Adriano, parte de un complejo excepcional de edificios clásicos alrededor del siglo II d. C., creado por el emperador romano Adriano, representando adecuadamente la Villa de Adriano, y la Casa Hatfield en Londres, sirviendo como Sutton Place, otra residencia de Getty en el Reino Unido.
Max jamás dudó en anclar la producción en Londres y en Roma. “Al principio, como cualquier película y especialmente una de época, hubo una gran investigación, profundizando en el material que encontrábamos, en este caso varios dosieres sobre Roma y el período en general y una especie de estudio biográfico intenso sobre John Paul Getty, su vida y su familia para que pudiéramos encontrar qué aspecto o aspectos de su personaje queríamos destacar”, explica Max.
Encontrar las ubicaciones exactas permitió a Max volver a recordar su juventud malgastada.
“La siguiente etapa consistió en la búsqueda de locaciones para recrear Roma y Londres de los años setenta. Yo había estado en la Via Veneto en 1972. Fue mi primera visita a Roma después de viajar por Europa. Había conducido toda la noche y tenía mucho sueño. Vi un gran arco y una pared vieja y pensé: esto debe ser Roma. Entonces, aparqué ahí mismo y, cuando me desperté me encontraba en la Via Veneto. Había unas jóvenes muy simpáticas sentadas en mi coche a las 5 de la mañana saludándome. Contaba con algo de experiencia del ambiente del momento. Además, viví en Londres por un tiempo en la década de 1970, así que era un mundo que conocía bien. Asimismo, se trata de una historia bastante reciente, por lo que es muy accesible, y conté con un equipo maravilloso tanto en Italia como en Londres”, recuerda Max.
El Londres y Roma de la década de 1970, agrega Max, fue “... muy visceral. No era una época tan pulida, era mucho más desaliñada, especialmente Roma. Había mucha suciedad en las calles, graffiti en todas partes, muchos carteles políticos y campañas publicitarias, y nosotros tratamos de representar eso. Además, los coches cuentan la historia a lo grande, dónde estás, los datos demográficos, el mundo en el que te encuentras. Pero lo que no ha cambiado es la arquitectura, especialmente en Roma, a excepción de la tecnología más reciente. En cuanto a Londres, el Hatfield no ha cambiado mucho desde que rodé allí como asistente junior en Greystoke, la leyenda de tarzán”.
Además, la Ciudad Eterna proveyó grandes oportunidades de retratar la riqueza y el status social de Getty con un modesto presupuesto cinematográfico.
“La pregunta era cómo retratar la opulencia con nuestro presupuesto. El truco estaba en elegir nuestras ubicaciones sabiamente y estudiar cómo las usábamos. En Roma, fuimos a algunos de los interiores más elegantes que pudimos encontrar para varias escenas. El Palazzo Barberini es un buen ejemplo. Es un museo fantásticamente hermoso y abrumadoramente increíble que utilizamos como casa de subastas. Usamos la residencia del embajador británico de Roma para el hotel John Paul Getty porque tenía una ambientación de lujo y poder, representando una fantástica suite de hotel con una terraza y un espléndido jardín. En el extremo opuesto estaba el lado visceral y muy salvaje de Calabria: salimos de Roma hacía las colinas del lago Bracciano, en pueblos de montaña muy calabreses. Encontramos el peor tipo de estructuras abandonadas para interpretar a las casas del secuestro. Por lo tanto, encontramos la pobreza extrema muy carca del lujo”, explica Max.
La paleta de colores de TODO EL DINERO DEL MUNDO reflejó este espectro de tiempo, lugar y estratos sociales. En San Francisco, Max se inclinó por tonos neutros y azules y “un tono ligeramente elevado, como más primaverales” para reflejar un momento más feliz en la vida de Gail.
“Luego, cuando llegamos a Roma, nos fuimos al negro y al dorado, a maderas oscuras y pesadas, mucho más dramáticas, marcos de puertas gruesos y laqueados casi negros. Luego, para el secuestro, los colores fueron tonos extremos, desagradables y muertos para contrastar con el mundo de Getty en Roma, cuando sus nietos se encuentran con él. Ambientes elegantes bañados en naranjas, dorados, salmones, rosados y rojizos, una paleta mucho más rica. Cada fase de la narración tenía una coloración diferente”, explica Max.
La atención al detalle desde las locaciones hasta los decorados y el vestuario daba una sensación de tiempo y lugar y destacaba la presión a la que se enfrentaba Gail, desde los secuestradores hasta el imperio Getty, en su búsqueda por liberar a su hijo. También presentó un retrato multifacético de Getty que a veces podía parecer tan villano como víctima.
TODO EL DINERO DEL MUNDO se enfrentó a sus propios desafíos únicos, además de los obvios. Incluso durante la repetición de las tomas, rápidas y sin precedentes, la película nunca perdió fuerza, cosa que Christopher Plummer atribuye a Ridley Scott.
“Es un gran profesional. Tiene un punto de vista y no hace mil tomas porque no tiene que hacerlo, ya lo editó en su cabeza. En ese sentido, y siguiendo la línea de Hitchcock, es en gran medida un director de la vieja escuela. Sus películas son tan eclécticas, los temas que elige son muy diferentes entre sí, y admiro mucho eso, experimenta e intenta cosas nuevas, pero también sabe exactamente lo que quiere, lo cual es increíblemente refrescante”, dice Plummer.
GALERÍA DE FOTOS
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