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Etiquetas: DocumentalEE.UU.2019Todd Douglas Miller
APOLLO 11
INFORM MACIÓN
Titulo original: Apollo 11
Año Producción: 2018
Nacionalidad: EE.UU.
Duración: 93 Minutos
Calificación: Autorizada para todos los públicos
Género: Documental
Director: Todd Douglas Miller
Guión: Todd Douglas Miller
Fotografía: Adam Holender
Música: Matt Morton
FECHA DE ESTRENO
España: 16 Julio 2019
DISTRIBUCIÓN EN ESPAÑA
A Contracorriente Films


SINOPSIS

A través de material exclusivo en 65mm facilitado por la NASA y filmado hasta en 8K para la producción de esta película, descubre una visión hasta ahora inédita, de la misión Apolo 11 que llevó justo hace 50 años al ser humano a la Luna. Una gesta épica que unió a la humanidad...

INTÉRPRETES

Documental con BUZZ ALDRIN, JOAN ANN ARCHER, JANET ARMSTRONG, NEIL ARMSTRONG, JOHNNY CARSON, CLIFFORD E. CHARLESWORTH, MICHAEL COLLINS, WALTER CRONKITE

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NOTAS DEL DIRECTOR...
   La misión del Apolo 11 es uno de los más grandes logros en toda la historia de la humanidad: cientos de miles de personas desplegadas en decenas de millares de empresas, todas centradas en colocar a los primeros hombres en otro mundo.
  En ocasiones, sentía como si nuestro film tuviera muchas partes emotivas. Lo que había comenzado como simple ejercicio de montaje –podíamos narrar toda la historia de la misión sólo con el uso de material de archivo– se convirtió en el esfuerzo colectivo de un equipo internacional de expertos para crear la obra definitiva acerca del APOLO 11 en pantalla grande. El extraordinario hallazgo de un alijo de película en gran formato y de grabaciones intactos añadió otra dimensión al proyecto: ahora era más que una película, era una oportunidad para cuidar y preservar este material histórico de valor incalculable.
  Esta película sólo existe gracias a los tremendos esfuerzos y sacrificios de un grupo de personas de talento extraordinario. Desde los archivistas e investigadores a los equipos de postproducción y socios de la producción, todos han trabajado durante años para asegurar un resultado excelente.
  También estamos en deuda con las decenas de guionistas, cineastas e investigadores que antes que nosotros elaboraron la guía del proyecto Apolo. Y humildemente damos las gracias a los astronautas, sus familias, los empleados de la NASA, los contratistas y voluntarios, muchos de los cuales alcanzamos a conocer a lo largo de la producción de esta película. Todos ellos nos recuerdan que se puede lograr grandes cosas cuando la gente se une para un objetivo común.

UNA CONVERSACIÓN CON EL ASESOR HISTÓRICO ROBERT PEARLMAN...
¿Qué es lo excepcional de esta película?...
Muchas obras se han dedicado al Apolo 11, la primera misión que permitió al hombre pisar la Luna, pero lo que hace esta película distinta es el hecho de que ésta es una historia que se está haciendo de nuevo —ha sido restaurado y escaneado por expertos y en la mayor resolución posible metraje nuevo que se desconocía, material nunca antes visto de lo que muchos consideran un logro supremo de la humanidad hasta ahora. Por primera vez en la historia, podemos verter una mirada e información nuevas acerca de cómo hicimos alunizar a unos hombres.

¿Qué hace tan especiales las imágenes de Apolo 11?...
La fuente original del material era en 70mm, que resulta el formato más ancho de película posible. El detalle que se percibe es considerable, por ejemplo en una escena que capta a los astronautas (Neil Armstrong, Buzz Aldrin y Michael Collins) mientras se visten para la misión. Sabíamos que esa escena se había rodado, pero cuando se mostró al público había sido recortada a 35mm con objeto de encajar en el resto del metraje disponible. Muchas escenas como ésta han sido ampliadas a widescreen, y las vemos en alta definición por primera vez. Para el público, ello se traduce en una sensación más visceral, próxima a estar allí, en la habitación con los astronautas mientras éstos se preparan en esa mañana de julio. Para los historiadores, es una oportunidad de ver el cuadro entero de cuanto estaba pasando aquel día, pues se ofrecen detalles que no estuvieron disponibles previamente.

¿Por qué no hemos podido acceder a este metraje durante todos estos años?...
El hecho de que esos nuevos rollos se descubrieran por casualidad en los Archivos Nacionales, próximos al quincuagésimo aniversario del alunizaje, lo convierte en un descubrimiento maravilloso que nos otorga la capacidad de celebrarlo con propiedad. En un primer momento, la NASA dejó el metraje en un almacén, pero con los años fue transferido a los Archivos Nacionales, donde más o medos quedó olvidado. Algo del mismo se dispuso para un documental que vio la luz en los setenta, pero una vez más fue recortado. Esto es la película original, tal como se tomó, y dado que la NASA no tenía los fondos o el interés para producir más material, quedó sin usar. Cincuenta años más tarde, la posibilidad de dar con material inédito se hacía cada vez más escasa si no imposible. Y debido a que es un acontecimiento tan famoso e icónico de la historia, uno estaba convencido de que todo el metraje del mismo ya se había descubierto.

En una película, el audio es tan poderoso como la imagen. ¿Qué se ha mejorado respecto a esto?...
Sabíamos que existía el audio del metraje; no se había perdido con los años como algo del material fílmico, pero sólo tuvimos acceso al mismo recientemente. Cuando los astronautas fueron a la Luna, hubo varios tracks de audio distintos, entre ellos conversaciones espacio-Tierra, la voz de los astronautas emitida a la Tierra, y la singular voz de los portavoces del Control de Misión en respuesta para los astronautas. Había otros tracks que se sabía existían no participados al público, entre ellos el bucle del director de vuelo, con todas las voces de las consolas del Control de Misión que hablaban con él. Además, había metraje con las voces de los astronautas desde el espacio así como los bucles de audio de la sala secundaria provenientes del Soporte de Misión. La NASA hizo públicas horas de este audio, y lo que este equipo cinematográfico ha hecho ha sido revisar el mismo, remasterizarlo y sincronizarlo con el metraje disponible. Por primera vez, se puede ver a los controladores de vuelo hablar desde el Control de Misión y, de hecho, escuchar lo que dicen porque el audio ha sido meticulosamente sincronizado con el correspondiente momento visual.

Hay metraje espectacular del americano medio observando el lanzamiento desde aparcamientos y playas de Florida. ¿Quién filmó ese material?...
Un equipo de filmación de la NASA captó un estimado millón de personas que aparecieron para ver el lanzamiento, el mayor gentío que haya aparecido nunca antes para un acontecimiento como éste. Fue el mismo equipo de cine que documentaba cómo los astronautas se preparaban para el lanzamiento con miras a un proyecto titulado Moonwalk One. Este equipo filmó las playas cercanas, los aparcamientos, así como las áreas de observación para VIPs y prensa. Si bien este metraje ya se había visto antes, lo fue con el encuadre recortado, en ocasiones dramáticamente, así que ahora vemos un encuadre mucho más amplio que nunca. Disponemos de un informe más completo de cuanto se rodó en el formato más ancho y con la mayor definición posible. Vemos más detalles que nunca antes. Por ejemplo, en una escena en el área de los VIPs, podemos localizar a gente como Johnny Carson y al escritor de ciencia-ficción Isaac Asimov, entre otros espectadores. Al observar el gentío fuera de un almacén de J.C.Penney y a lo largo de las playas, podemos ver cómo vestía la gente en aquel momento, qué coches conducían. Se llega a poder ver incluso el reflejo del lanzamiento en las gafas de sol de los espectadores mientras observan el cohete separase del suelo.

Los colores son extraordinarios en esas escenas. Parecen propios del clásico Kodachrome...
Se experimenta una mezcla tremenda de sentimientos al observar estas escenas, que son casi hiperrealistas. En cierto modo, uno es consciente de estar viendo metraje de hace cincuenta años —rezuma esa sensación de época y tiempo pasados—, pero lo que es más apabullante es cómo luce aquella tecnología punta, como si se hubiera rodado con la cámara de mayor calidad que pueda encontrarse en la actualidad. Todos sabemos cómo va a terminar la secuencia del lanzamiento —sabemos que lograrán llegar a la Luna y que regresarán—, pero nos mantenemos por completo al borde de la butaca de nuevo porque da toda la impresión de ser un acontecimiento en vivo y en directo que se despliega en el presente. Parece algo enteramente nuevo, aunque sea el metraje histórico más célebre de todos los tiempos.

El núcleo de esta película es el alunizaje y el paseo lunar. ¿Hay algo nuevo que veamos por primera vez?...
Vemos esas escenas mostradas de un modo distinto. El metraje espacial no es nuevo, pero se trató como el resto del film. Se escaneó con la mayor resolución posible y se colocó en el contexto de una película que te atrae por medio de metraje de archivo existente, no a través de alguien que mira hacia atrás y describe cómo ocurrió. Muchos documentales han descrito el alunizaje y el paseo lunar haciendo uso de la narración o de bustos parlantes, un comentario contemporáneo que enmarca el metraje, lo que confiere la sensación de estar mirando la historia. Dado que esta película es cinema vérité, se está mirando material de archivo que en sí mismo narra la historia con aproximación al tiempo real, la sensación es como estar mirándola desenvolverse por vez primera.

En su calidad de historiador de la NASA, ¿cuáles son los aspectos más excitantes de esta película?...
Al haber trabajado con muchos cineastas a lo largo de los años en proyectos distintos, he tenido que recurrir a gente que analizara antes la veracidad del material que se afirmaba inédito; puede que el público en general no hubiera visto el metraje, pero muchos otros sí. Por primera vez, estamos ante un metraje auténtico que no hemos visto antes, así que el descubrimiento en sí ya es excitante. Añada a ello lo último en tecnología cinematográfica y la capacidad para presentar este metraje en alta resolución y formato grande, resulta pasmoso en pantalla grande, su presentación en este gran formato resulta casi increíble. Sólo con poder devolver a la vida la Misión y verla en una escala tan enorme probablemente sea el factor más excitante para mí.

¿Cuáles son algunas de las escenas que usted ha contemplado por primera vez?...
El escaneo de las hileras dentro del centro de control del lanzamiento, estar con los astronautas en la habitación donde se ponen los trajes espaciales, la captación de una perspectiva más audible y más amplia de la Misión, el Centro de Control durante el lanzamiento, estar a bordo del U.S.S. Hornet (la embarcación de rescate) cuando los astronautas regresan de la misión: se alcanza a localizar a Nixon entre la gente. Tenemos documentación fotográfica de estos aspectos de la misión, y película en 16mm tomada desde varios puntos estratégicos, pero el hecho de estar viendo esto desde una nueva perspectiva, con nuevos detalles que captar en un encuadre mucho más amplio, con una resolución superior… éstos son los momentos que uno anhela en una película como ésta. Esta misión estuvo muy bien documentada, pero ahora se tiene la oportunidad de identificar detalles que explican una historia totalmente nueva.

¿Por qué fue tan importante el lanzamiento del Apolo 11 en su contexto histórico?...
La carrera por llegar a la Luna se desplegó en lo que resultó una tormenta perfecta de acontecimientos a finales de los años 60. Si no hubieran ocurrido todos esos acontecimientos, probablemente jamás habríamos llegado a la Luna. No fuimos porque estuviéramos interesados en el satélite a nivel científico, fuimos porque estábamos en Guerra Fría contra la Unión Soviética, y era la prueba de nuestra pericia tecnológica poder enviar a alguien a la Luna; podría haberse desarrollado de otro modo si esto hubiera pasado en tiempo de paz. Esto fue el logro supremo de una carrera entre dos poderes mundiales que luchaban entre sí de un modo en que de hecho nadie resultara herido. Desde un punto de vista cultural, la Luna ha sido símbolo de muchas cosas distintas para la humanidad, siempre ha sido ese mundo inalcanzable, y nos alienta la idea de que si podemos enviar a un hombre a la Luna, somos capaces de cualquier cosa. En el marco temporal en que ocurrió, incluso con el telón de fondo de la Guerra Fría, puede que tampoco hubiéramos llegado allí de no ser por el desafortunado asesinato de John F. Kennedy, quien no era un gran partidario de ir al satélite. Lo veía como una necesidad política para derrotar a los rusos. Casi desde el momento en que anunció la carrera espacial, trabajó entre bastidores tratando de dar con un modo de salir de esto; llegó a pedir asociarse con los soviéticos.
Cuando fue asesinado, se convirtió en la visión y la meta de un héroe caído, algo intocable desde el punto de vista político porque habría sido como atropellar el legado de un presidente caído. Era la culminación de un objetivo expuesto por alguien que los americanos, y el mundo, respetaban. Si va a recordarse algo del siglo XX, será el hecho de que pusimos el primer pie en otro cuerpo celeste, porque ése es el futuro de la humanidad, la promesa de ir más allá. El Apolo 11 fue sólo el primer paso.

Cincuenta años después, ¿dónde estamos por lo que se refiere al programa espacial?...
Hemos cambiado el foco. Nuestras visiones iniciales acerca de cómo ir al espacio no consistían en ir directamente a la Luna, tenía que ver con lo que vino después, que fue el establecimiento de una lanzadera y una estación espaciales, para luego situarnos nosotros en órbita e ir incluso más lejos. Pero una confluencia de acontecimientos cambió nuestras prioridades. No hemos vuelto a la Luna desde 1972, tras el sexto alunizaje, pero estamos a punto de regresar, aunque no como naciones diferenciadas sino en misiones privadas. Hemos llegado al punto en que hay compañías que construyen los cohetes que llevarán a clientes privados a la Luna. Países como China están enviando rovers a la cara oculta del satélite, donde nadie se ha aventurado antes, tan recientemente como enero de 2019. Este mismo año, el primer módulo de aterrizaje israelí será lanzado desde el Centro Espacial John F. Kennedy, aquí en los Estados Unidos. Así que asistimos a un renacer lunar en el sentido de que hay más y más países y organizaciones que envían misiones a la Luna. Entretanto, la NASA prevé enviar astronautas en los próximos años de vuelta a la órbita lunar en cooperación con sus socios europeos, canadienses, rusos y japoneses con la intención de apuntar a Marte. Tras cincuenta años, nos hallamos ante nuevas encrucijadas que estamos preparados para afrontar más allá de banderas y huellas, hacia asentamientos lunares más permanentes. Pronto dispondremos de una presencia más duradera allí, estamos empujando hacia el Sistema Solar con el objetivo de tener siempre a humanos que exploren el espacio.

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