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ALL OF US STRANGERS
INFORMACIÓN
Titulo original: All Of Us Strangers
Año Producción: 2023
Nacionalidad: EE.UU.
Duración: 105 Minutos
Calificación: No recomendada para menores de 16 años
Género: Drama, Fantasía, Romance
Director: Andrew Haigh
Guión: Andrew Haigh, Taichi Yamada
Fotografía: Jamie Ramsay
Música: Emilie Levienaise-Farrouch
FECHA DE ESTRENO
España: 23 Febrero 2024
DISTRIBUCIÓN EN ESPAÑA
Walt Disney Pictures


SINOPSIS

Cuenta la historia de un guionista que, tras un encuentro con su vecino, es llevado de vuelta a la casa de su infancia, donde descubre que sus padres, muertos hace mucho tiempo, viven y parecen tener la misma edad que el día que murieron...

INTÉRPRETES

ANDREW SCOTT, PAUL MESCAL, CARTER JOHN GROUT, JAMIE BELL, CLAIRE FOY, AMI TREDREA, JACK PALLISTER, ZACHARY TIMMIS, GSUS LOPEZ, HUSSEIN KUTSI, CHRISTIAN Di SCIULLO, JACK CRONIN, CAMERON ASHPLANT, OLIVER FRANKS, GUY ROBBINS, DARREN RYAMES

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SOBRE LA PRODUCCIÓN...
   DESCONOCIDOS es la última película del prestigioso realizador británico Andrew Haigh (Lean on Pete, 45 años, Weekend). La inquietante e hipnótica historia de pérdida y amor (y todo lo demás) está inspirada en la novela Strangers del prestigioso escritor japonés Taichi Yamada. Escrita en 1987 y traducida al inglés en 2003, el guion adaptado de Haigh le dota de un toque contemporáneo y personal.
  En junio de 2017, Graham Broadbent y Sarah Harvey de Blueprint presentaron por primera vez su visión creativa de la película a Yamada y su familia. Harvey afirma: "Para todos nosotros era importante hacer hincapié en el núcleo emocional de la historia, más que en los tradicionales elementos fantasmagóricos de la narración”.
  A continuación, Blueprint se puso a buscar al guionista y director que supiera adaptar el material. Enviaron inmediatamente el libro a Haigh, con quien querían trabajar desde hacía algún tiempo. Les parecía que tenía la sensibilidad adecuada. De hecho, había dado muestras de una gran trabajo a la hora de matizar a los personajes de sus películas Weekend y 45 años, así como en la miniserie de televisión 'La sangre helada’.
   “Sarah y yo intentamos aunar el talento con el material para ver si podíamos encontrar algún hilo conductor”, dice Broadbent. “Andrew nunca había hecho nada en este género, pero le gustó el libro y me sorprendió gratamente porque hacía mucho tiempo que quería hacer una película con él”.
  Haigh lo recuerda: “Lo que me encantó de la novela fue su concepto central: ¿qué pasaría si volvieras a encontrarte con tus padres mucho después de que hayan muerto pero con la peculiaridad de que tienen la misma edad que tú? Parecía una forma muy emotiva de explorar la naturaleza de la familia. Ese fue mi punto de partida”.
  A finales de 2017 y con la autorización de Yamada, él, junto con Blueprint, presentó el proyecto a Daniel Battsek y Ollie Madden de Film4, que se incorporó y financió el proyecto.
  Haigh situó la historia en un mundo más reconocible para él.
“Adaptar el libro fue un proceso largo y a veces doloroso”, reconoce Haigh. “Quería analizar mi propio pasado como lo hace Adam en la película. Estaba interesado en explorar las complejidades del amor familiar y romántico, pero también la singular experiencia de una generación específica de personas homosexuales que crecieron en los años 80. Quería alejarme de la tradicional historia de fantasmas de la novela y encontrar algo más psicológico, casi metafísico”.
  Haigh ha cumplido magistralmente su palabra, trascendiendo los clichés de una 'historia de fantasmas’.
“Necesitábamos a un escritor que tuviera la claridad de visión necesaria para adaptar la historia”, dice Broadbent. “Tenía una visión muy clara de lo que intentaba decir, los temas que estaba que quería abordar y eso no es muy habitual”.
  Yamada y su familia se mostraron muy respetuosos con la visión de Haigh, que cambió el personaje central de la historia convirtiéndolo en un hombre gay. Y cuando leyeron el guion definitivo dieron su aprobación para hacer la película.
  El proyecto atrajo entonces al notable cuarteto de actores formado por Andrew Scott (Spectre, 'Fleabag'), Paul Mescal (Aftersun, 'Normal People'), Jamie Bell (Billy Elliot [Quiero bailar], Las estrellas de cine no mueren en Liverpool), Claire Foy (Ellas hablan, ‘The Crown’).
  “El guion me fascinó inmediatamente”, dice Scott, que interpreta el papel protagonista de Adam. “Es increíblemente personal para él [Haigh], pero como ocurre con los grandes guionistas, consigue que sea también personal para los demás y eso me pareció muy interesante”.
  “'Es un concepto realmente precioso”, continúa diciendo Bell, que encarna al 'padre’. “Hay otras películas que tratan sobre la vida después de la muerte, o que engañan al público haciéndoles creer que las personas están vivas cuando no lo están. Hay versiones de gran éxito de esos temas se encuadran en un género muy concreto. Nosotros no creemos que esas películas ocupen un espacio dramático”.
  Scott añade: “Andrew es único: es muy simpático y es una persona encantadora, pero también hace gala de un talento increíble en su trabajo. A todos nos resultó muy abierto y accesible. Tiene mucha confianza en sí mismo y sabe lo que quiere, pero lo hace sin ego. Y además es muy divertido”.
  Mescal, el coprotagonista de Scott, encarna a Harry y hace mucho tiempo que admira el trabajo de Haigh. “Conoce a la perfección los personajes que ha escrito. Si acudimos a él con ideas, las escucha porque sabe que lo que hacemos como actores es importante y eso me gusta mucho”, explica Mescal. “Me encanta lo poco sentimental que es a la hora de dirigir, pero se aferra a la verdad y por eso su cine resulta honesto y conmovedor”.
  Foy, que interpreta a la 'madre', dice: “Es muy modesto. Es el director menos agresivo del mundo”.
Broadbent concluye: “Hemos tenido la suerte de contar con el maravilloso y extraordinario estilo cinematográfico de Haigh para contar una historia que tiene una esencia dramática, romántica y metafísica, ¿y quién podría tener mejor perspectiva de este tema que él?”

LOS PERSONAJES...
ADAM:
  Hay una textura, una indeleble capacidad de emocionar que recorre DESCONOCIDOS y la gran mayoría de las complejidades de la película descansan sobre los hombros del protagonista Adam, interpretado con una convicción impresionante por Andrew Scott.
  Adam es un guionista gay de cuarenta y tantos años que vive en un bloque de apartamentos de nueva construcción en Londres. Es huérfano. Está soltero y es un solitario. Arrastra el peso de un episodio traumático de su juventud en el que ambos padres murieron en un accidente automovilístico. ‘Un cliché', dice él.
   “Adam es una figura muy solitaria”, afirma Scott. “Su madre lo describe como una persona muy amable y compasiva. Ha sido un papel difícil de interpretar porque tienes que internarte en lugares muy vulnerables. Pero, en cierto modo, eso también es un privilegio”.
  El productor Harvey explica que elegir a Scott para el papel protagonista era totalmente obvio. “Andrew fue nuestra elección número uno, así que contar con él ha sido un sueño hecho realidad. Hay muy pocas personas capaces de soportar muchas de estas emociones internas y él era perfecto para eso”.
  Haigh añade: “Siempre tuve en mente a Andrew Scott. Hace mucho tiempo que lo admiro como actor. Y aunque no es el caso con todos los papeles gay, para mí era importante que nuestro protagonista compartiera la misma sexualidad que el personaje. Yo buscaba muchos matices en la exploración de la homosexualidad de la película. Así que necesitaba a alguien que pudiera entenderlo a un nivel muy profundo”.
  Un papel tan polifacético como el de Adam plantea un auténtico desafío para cualquier intérprete. Haigh continúa diciendo: "Creo que Andrew disfrutó mucho del proceso, pero yo no creo que haya sido fácil. Tenía que acceder tanto al niño que había en él como al adulto. Fue maravilloso observar cómo Andrew oscilaba entre los dos”.
  “Conozco a Andrew desde hace mucho tiempo y le tengo un gran cariño”, dice Foy, su madre en la película. “Le dije desde el principio a Andrew Haigh que yo no tenía ningún problema en establecer un vínculo muy profunda con Andrew; me identifico mucho con él”.

HARRY:
   Harry vive en el mismo edificio de apartamentos que Adam y después de hacer proposiciones a su vecino una noche de borrachera, los dos acaban entablando una relación sentimental. Su apasionada y transformadora historia de amor ejerce un poder trascendente en ambos.
  El papel de Harry lo interpreta uno de los actores más solicitados del panorama actual, el intérprete irlandés nominado recientemente al Premio de la Academia® Paul Mescal. Como dice el productor Harvey: “Tuvimos mucha suerte de contar con él en el momento adecuado”.
  “Creo que comparten una gran soledad”, dice Mescal sobre la relación de su personaje con Adam. “Para mí es como un niño pequeño. Alguien que debería ser mucho más feliz de lo que es. Además el mundo no le impide serlo, pero lo cierto es que no lo es. Se esconde detrás de su actitud positiva y abierta con el sexo. Además es divertido y tiene una relación algo casual pero problemática con las drogas y el alcohol: está atrapado", continúa diciendo el actor. “Lo reconozco en pequeñas facetas mí, de mis amigos y del mundo en el que me muevo”.
   Mescal es sin lugar a duda un actor de gran talento. Y al igual que el cuarteto de actores de esta película, aquí tiene la posibilidad de poner a trabajar ese talento y esa capacidad. Haigh sabía que podía contar con Mescal, ya que la historia se basa en la fuerza de los personajes.
   “Paul es un magnífico actor con un estilo muy naturalista. Hace mucho tiempo que me gusta su trabajo”, dice Haigh. “Tiene una mezcla realmente interesante de sensibilidad y fuerza. Esa es una combinación que me resulta fascinante. Tiene algo en él que te atrae hacia él y Harry debe tener esa cualidad: necesitas que Adam se sienta atraído por Harry”.
   Aunque en la pantalla la química entre dos actores con un talento excepcional puede ser impredecible y una fuerza intangible, Haigh explica cómo se aseguró de que los personajes desarrollaran esa relación para enriquecer lo que vemos en la pantalla. “Fuimos a un concierto, salimos juntos, hablamos de nuestras vidas. La química se produjo desde el principio y mi papel consistía simplemente en aprovecharla al máximo”.
  Scott también agradeció la elección de Mescal y reforzó la idea de Haigh de que la confianza mutua fuera de la pantalla iba a contribuir a enriquecer sus interpretaciones.
  “Paul tiene un talento descomunal y todo habría sido muy diferente con una persona distinta. Es muy instintivo y sensible, y se preocupa muchísimo por los demás”, dice Scott. “Tuvimos que hacer muchas escenas íntimas juntos y es muy importante que en esas situaciones trabajes con alguien con quien puedas reírte y que te apoye. Hay mucha tristeza en esta historia, pero él tiene un talento especial para aportar cierta ligereza, algo que no tienen muchos actores”.

EL PADRE Y LA MADRE:
  Gran parte de la fuerza emocional de la película proviene del vínculo tierno, desgarrador y curativo entre Adam y sus padres, cuando regresa a la casa de su infancia y pasa tiempo con ellos. Sus padres fallecidos están en realidad vivos y tienen la misma edad que tenían cuando fallecieron. Es una sensación de absurdo única y entrañable, pero que se vuelve normal de forma casi instantánea.
  La parte más difícil del proyecto fue el proceso de casting. Encontrar actores que podrían ser los padres de otro actor, con una edad similar a su hijo y que tuvieran un vínculo físico y espiritual fue4 todo un reto.
  "Necesitaba encontrar actores que se parecieran a los padres de Andrew, hasta el punto de parecerse en cierto sentido a mis propios padres", dice Haigh. “Tenían que parecer una familia de verdad”.
  Haigh encontró en Jamie Bell y Claire Foy que interpretan al padre y a la madre, el dúo perfecto para aportar normalidad a un entorno tan inusual. En palabras de Bell, "Andrew [Haigh] se puso detrás de las cámaras durante el rodaje un par de veces, creo que fue el primer día, y nos dijo a Claire y a mí: "Esto es muy extraño. Parecéis de verdad sus padres. Y tenía razón, pero a mí me resultó muy natural”.
   Bell no dudó en aceptar el papel. El actor afirma: “El guion está muy bien escrito y me llegó al corazón”.
También explica que aprovechar la faceta emocional de la narrativa resultó más fácil al contar con un realizador con una conexión y una perspectiva tan personal con el material.
  “Con un material como este, ya de por sí muy sensible y emotivo, contar con ese elemento tan personal por parte del director era tremendamente atractivo”, continúa Bell. “El papel es precioso”.
  Foy, la compañera en pantalla de Bell, también explica que, aunque puede parecer un poco extraño sobre el papel, en realidad, al ser tan increíblemente extraño, se volvió normal.
  “Nunca me resultó difícil”, explica la actriz. “Sabía que estaba interpretando a su madre tal y como Adam la recordaba. Y aunque parezca muy extraño, nos sentimos como una familia. Algo realmente raro”.
  “Creí a pies juntillas que eran mis padres. Creo que a veces ese tipo de audacia no suele verse en el cine”, añade Scott. “Pedimos al público que se esfuerce un poco y ponga en marcha su imaginación”.
  A Bell le encantó trabajar con Foy y también admiró la elección de que la madre se sintiera más incómoda que el padre a la hora de conocer la sexualidad de su hijo, que es el enfoque menos habitual de la narración.
  “¡Me encanta Claire!”, dice sonriendo Bell. “Nuestro papel en la película es muy importante para la narrativa general y ella es una actriz muy competente. Su papel es complicado: ella no acepta de buen grado quién es Adán, en quién se ha convertido y eso me resultó muy interesante y original. Lo más fácil sería que el padre fuera quien se sentiría incómodo con la idea de que su hijo sea gay. Esto añade una capa de complejidad al personaje de la madre que Claire supo manejar maravillosamente bien”.
  Por último, la salida del armario de Adam ante sus padres es uno de los elementos creativos clave de esta historia y se aborda con habilidad y delicadeza. De hecho, da lugar a algunas de las secuencias más conmovedoras de la película, gracias a la sutileza del guion, pero también a la fuerza de las interpretaciones.
  “Cuando trabajas con gente de esta categoría, no tienes que preocuparte de nada”, dice Bell. "Es genial trabajar en un proyecto en el que los actores que trabajan a tu lado te fascinan".

CREANDO EL(LOS) MUNDO(S)...
  Aunque Desconocidos está ambientada en un marco temporal y en una época singulares, las secuencias en las que Adam regresa a la casa de su infancia para ver a sus padres se desarrollan en una versión de nuestro mundo en los años 80, como si se internara en un sueño, en un recuerdo confuso e inducido por la nostalgia. Para reforzar la noción de realismo y resaltar la conexión personal de Haigh con la historia, algunas de estas escenas se rodaron en la casa de su infancia.
  "Cuando pensé en una casa de la infancia, me vino a la mente la mía y, mientras nos preparábamos para rodar, volví a la zona en la que crecí, a las afueras de Croydon", explica Haigh. “Hacía 40 años que no iba por allí, desde que me mudé cuando tenía diez años. Se me ocurrió la locura de intentar rodar en la casa en la que vivíamos”.
  Aunque se han producido cambios inevitables en la casa que Haigh conoció en su día (entre otras cosas, debido a unos cuantos cambios de propietario), el director reconoce que decorar el nuevo set no le costó tanto trabajo como había previsto.
 “El hombre que vive ahora en la casa llevaba 30 años hacer ninguna reforma. Así que gran parte de la casa seguía igual. Fue como adentrarse en un recuerdo a medias. Fue una sensación muy extraña”.
   Según Scott, Haigh parecía inquietantemente tranquilo mientras estaba en su antigua morada. “Es tremendamente valiente porque, por supuesto, va a desencadenar muchos sentimientos personales”, reconoce. “Pero nunca habla de sí mismo, consigue que sea tu historia”.
   Para Bell, trabajar en la casa de la infancia del director era un tema sensible que exigía cierto respeto por parte de todos los implicados. Bell dice: “En cierto modo, es una especie de territorio sagrado. Todos hemos dado muestra de un gran respeto por lo que esto significaba para él”.
  En cuanto al set, destaca el trabajo realizado por el equipo de producción, que incluye a la diseñadora de producción Sarah Finlay (45 años), a la diseñadora de vestuario Sarah Blenkinsop (Langosta) y a la diseñadora de peluquería y maquillaje Zoe Clare Brown (Star Wars: El despertar de la Fuerza) que contribuyeron en gran medida a dotar a la película de autenticidad.
   “Cuando entré en la habitación de la infancia de Adam, había muchas cosas de las que yo tenía en la habitación de mi propia infancia. Hice fotos y se las envié a mis hermanos. Les decía: 'Dios mío, ¿te acuerdas de esto?' ¿Está todo muy bien reproducido e investigado", recuerda Scott.
  Foy también reconoció muchas cosas de su propia juventud durante la realización de DESCONOCIDOS.
“Seguramente solo había una tienda”, dice bromeando. “Reconocía las mismas sábanas. La pantalla de una lámpara. O una alfombra.. Fue muy surrealista y me hizo pensar en lo que mis hijos dirán de nuestros hogares dentro de cuarenta años”.
  El trabajo de la diseñadora de peluquería y maquillaje Zoe Clare Brown consistió en hacer que Foy y Bell pareciera haber salido directamente de los años 80. “Pero Andrew [Haigh] no quería reproducir abiertamente los 80 sirviéndose de clichés”, dice la diseñadora. “Quería que fuera real”.
  Para Brown, el ojo meticuloso de Haigh y su atención a los detalles fueron una ayuda con un valor incalculable. Y añade: "La forma en que estaba conectado emocional y personalmente con la película hizo que quisiera formar parte de ella porque ha sido un viaje muy personal para él”.

DEATH OF A PARTY...
  El romántico viaje paralelo de DESCONOCIDOS se desarrolla en un Londres más familiar y contemporáneo. Las escenas discurren desde el imponente y moderno edificio de apartamentos donde viven Adam y Paul, hasta el club nocturno, que alberga una parte impactante y maravillosamente bien filmada de la película, que se rodó en la icónica institución gay de Londres: la Vauxhall Tavern.
   El aislamiento del antiguo decorado en el que vive Adam no sólo refuerza el tema de la soledad, sino que aporta una sensación de otro mundo que refuerza el elemento sobrenatural de la historia. Sin embargo, los productores Harvey y Broadbent reconocen que encontrar un edificio no fue tarea fácil.
   “Fue muy complicado encontrar la torre de apartamentos”, explica Harvey. “Es una parte fundamental de la historia ya que simboliza el aislamiento del personaje y su sensación de estar desconectad del mundo, así que todos teníamos una visión muy concreta en mente”.
   Al final, la producción optó por construir un set, lo que ofreció muchas ventajas, como explica Broadbent. “Se decidió construir la torre en un estudio y eso nos dio mayor flexibilidad: puedes mover las paredes, puedes mover las cámaras, puedes moverte por los espacios. Pasamos mucho tiempo en ese apartamento”.
   En los viejos tiempos, la producción podría haber colocado pantallas verdes fuera del departamento para crear un ambiente exterior plausible, pero el equipo una nueva técnica: una gran número de extraordinarias pantallas de televisión.
   Broadbent continúa diciendo: “Rodamos cómo sería la vista desde el apartamento y la colocamos en esas quinientas pantallas LED. De esa forma, independientemente de la forma en que filmaras dentro del apartamento, la vista exterior resultaba plausible e interesante. Era material filmado porque tenía que moverse, no podía ser estático. Nos permitió crear ambientes muy reales en un plató”.
  Aunque esta tecnología añadió una sensación de realismo, Haigh también necesitaba el decorado de las torres para transmitir una tonalidad un tanto inquietante.
   “Quería que el ambiente en el que vive Adam reflejara su estado de ánimo”, explica Haigh, “una representación de su soledad”.
“Casi parece apocalíptico”, añade Mescal. “Refleja hasta cierto punto el aislamiento del mundo: ves esas torres corporativas y esas ciudades que se están erosionando rápidamente y te parece que esa enorme torre está habitada por hormigas. Si no estás dispuesto a salir y mezclarte con el mundo, puedes encontrar muy fácilmente un lugar donde vivir aislado. Eso es lo que representa la torre, tiene un aspecto frío y sin alma. Pero a pesar de todo, los dos personajes logran encontrar una conexión que en mi opinión es muy positiva”.
   La sensación de irrealidad, la atmósfera ligeramente sobrenatural, fue algo que también supo reproducir la diseñadora de producción Sarah Finlay, que cita a un artista bastante reconocido en quien se inspiró.
  “Había una exposición de Francis Bacon en Londres. Los cuadros eran muy fuertes, intemporales... En muchas de esas imágenes hay algo que flota en el tiempo y el espacio y que encaja muy bien con este guion", dice Finlay.
  Lejos del piso 27 de la torre y una vez a ras del suelo, al equipo de producción le encantó que las secuencias del club nocturno se rodaran en la Vauxhall Tavern. Este local es toda una institución en la comunidad gay y permitió a los actores y realizadores utilizar el espíritu natural del edificio con su historia y su cultura local, para crear una de las secuencias más memorables de la película en la que Adam y Harry salen juntos al mundo.

NAVEGANDO EN LAS PROFUNDIDADES...
  En algunas ocasiones, la tonalidad distintiva de DESCONOCIDOS adquiere una especie de cualidad etérea. Esto también tiene que ver con la manera en que la cinta aborda la experiencia humana. Sus múltiples capas y texturas encierran un profundo trasfondo emocional.
  Haigh crea un tono rico en nostalgia y añoranza, una poderosa atracción emocional para Adam.
“Adam desea con todas sus fuerzas volver a ver a sus padres, que sepan quién es”, dice Haigh. “Puede que reencontrarse con ellos le consuele y cierre las heridas causadas por esa terrible pérdida. Pero esto no es una tarea fácil porque muchas veces la nostalgia esconde una verdad diferente y sus padres son el producto de la época en que vivieron. Adam también debe enfrentarse a su fragilidad al haber crecido como un chico gay en los 80 y 90. Puede que sean esos dos traumas, estrechamente entrelazados, lo que le impide encontrar la paz”.
  Haigh afirma: “Quería que la película tuviera la textura del pasado, que es una de las razones por las que insistimos en filmar con una película de 35 mm. Quería que la película pareciera, si no como un sueño, sí como ese momento justo antes de quedarte dormido o ese momento en el que te despiertas de un sueño, sin estar muy seguro de que es real. Un espacio más ambiguo”.
   En lugar de aprovechar los elementos sobrenaturales, Haigh quería centrarse en la idea de los recuerdos y cómo funcionan.
“Los recuerdos nos definen; definen en qué nos convertimos, nuestro carácter, tanto para bien como para mal. Me sumergí en los recuerdos de mi infancia. Fue un experimento doloroso pero catártico. Adam vuelve a ser un niño. Creo que todo el mundo puede identificarse con esa idea de querer volver atrás y volver a definir cuál es la relación con tus padres. Quería que fuera catártico para Adam pero una catarsis complicada. Y mi deseo es que el público sienta algo similar”.
  El director añade: “En muchos sentidos, la película trata sobre cómo integras el dolor emocional en tu vida. Ese dolor nunca desaparecerá, siempre encontrará un escondite, pero eso no significa que no puedas seguir adelante”.
  Bell reconoce que el rodaje lo conmovió y ha dejado un impacto duradero en él como padre. “Los padres de Adam salieron una noche y nunca volvieron a casa. La vida es impredecible”, dice. “Sólo espero que este mensaje llegue a la gente, porque cuando los niños son pequeños, el tiempo pasa muy rápido y esos momentos son muy valiosos. Es un cliché, pero sería fantástico que después de ver la película, la gente volviera a casa y abrazara a sus hijos”.
  Por el contrario, también fue la sensación de normalidad lo que realmente atrajo a Bell y le ayudó a encontrar una conexión con las escenas.
“No estamos haciendo los típicos trucos de una historia de terror o de fantasmas”, explica Bell. “Técnicamente somos apariciones, pero vivimos el momento. No hay un límite de tiempo. No estamos abordando las reglas sobre lo que significa estar muerto. Tampoco creo que estemos hablamos sobre la logística de lo que eso significa, y eso es lo me encantó”.
   Scott dice sonriendo: “Fue un rodaje muy emotivo. Me identifico personalmente con gran parte de la película, por ser gay y por lo que conlleva esperar que tu familia no te rechace cuando les digas quién eres. Creo que eso es algo que no sólo experimentan los gays. Todo el mundo quiere sentirse conectado con su familia”.
  “A fin de cuentas, se trata de amor y conexión”, dice el productor Broadbent. “Amor de familia y amor romántico. ¿Qué te gustaría contarles a tus padres sobre tu vida si pudieras volver a visitarlos, o qué les dirías ahora mismo? Y en el caso de las relaciones sentimentales, el amor es un tira y afloja que tienes que explorar. Debes averiguar qué eres para el otro. Esos son los hilos conductores de esta película”.
  “La conexión que se produce entre Adam y Harry es muy auténtica, real y apasionada. Se gustan”, explica Mescal. “Ambos son muy buenas personas. Ambos se sienten muy aislados y en su esencia, la película trata de encontrar una conexión. Pero luego van más allá y encuentran la verdadera conexión en un mundo que parece impersonal o frío. Cada vez es más difícil encontrar el tipo de conexión que vemos en Adam y Harry en la película”.
  Y continúa diciendo: “Es muy emotivo. Se trata de dos hombres que quieren sentirse conectados con el mundo y la gente que les rodea y luchan por aprovechar esa conexión. Y es muy fácil identificarse y empatizar con esos personajes”.
   Scott también analiza la narrativa romántica y lo que lleva a estas dos almas perdidas a encontrarse. “Harry es un personaje muy diferente a Adam", dice. “Creo que ambos son muy vulnerables. Creo que es una de esas cosas en las que se ven reflejados inmediatamente y que les gusta del otro. Uno de los desafíos para Paul y para mí fue ¿cómo interpretas la química sin revelar demasiada biografía personal? Porque los personajes tienen que mantener cierto elemento de misterio. Así que primero interpretamos el amor, algo muy hermoso de interpretar delante de la cámara”.
   Scott continúa diciendo: “Me gustan las emociones complicadas que no están del todo claras. Se parece un poco a la melancolía como emoción; es triste y extrañamente alegre al mismo tiempo y me encantan ese tipo de emociones que parecen contradecirse, pero que también funcionan como un todo".
   “He hecho suficientes películas para saber que la gente responde a las cosas de manera diferente, pero lo que quiero es suscitar preguntas, provocar emociones", dice Haigh.
  “Todos hemos sido niños y la mayoría perderá a sus padres. Muchos de nosotros seremos padres y tendremos hijos que se convertirán en adultos en un abrir y cerrar de ojos. Muchos de nosotros encontraremos, perderemos y, con suerte, volveremos a encontrar el amor, aunque no dure eternamente”. Haigh continúa diciendo: “Y todos nosotros comprendemos la complejidad y la importancia de estas relaciones. Así que esperamos que, cuando el espectador salga del cine, sienta por encima de todo el poder del amor".

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