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NOTAS DEL DIRECTOR...
Inmediatamente después de la ocupación nazi, las nuevas autoridades introdujeron ya leyes radicales por lo que antes de que tomaran una decisión oficial sobre la «solución final», comenzó la exterminación del pueblo judío.
El gobierno alemán creó un gueto que llamaron Judenlager Semlin (campamento Semlin para judíos). Este campamento fue edificado en el corazón del actual Belgrado, debajo del puente Branko, que aun existe en la antigua zona del recinto ferial. El campamento fue dirigido y controlado por las autoridades nazis pero con el apoyo logístico del gobierno colaboracionista serbio, que se encargó de la planificación, los arrestos y las deportaciones.
Los historiadores consideran este campamento judío como un lugar significativo en la historia del Holocausto. El campamento Semlin en la Serbia ocupada, no sólo fue el más grande, sino el primer campamento en Europa donde, con ayuda de la administración alemana y el gobierno berlinés (que envío el camión de gas desde Belgrado) se llevaron a cabo asesinatos en masa. Unos 6.500 prisioneros del campamento Semlin fueron eliminados. Por ello, el historiador norteamericano Christopher Browning dice que en las matanzas de judíos en Semlin “ya se anunciaba la eficiencia y la sangre fría que más tarde sería refinada en los campamentos de la muerte” por esta razón, ese crimen debe ser visto como “el origen, en Serbia, del plan a gran escala de la destrucción de los judíos europeos”.
No obstante, la particularidad del lugar como emplazamiento del Holocausto es a veces ignorada en la historia de la pos-guerra en Yugoslavia y Serbia. Tal y como sucede en otros países comunistas, el Holocausto no ha sido tratado como un evento histórico especial causado por factores sociales e históricos específicos. Sin embargo, la memoria de las víctimas judías ha sido explícitamente articulada dentro del marco de la memoria de “víctimas del fascismo”, la lucha de liberación nacional y la revolución socialista. Pero a día de hoy, este espacio solo ha sido merecedor de una modesta placa.
Ya en la primera mitad de 1942, el gobierno de ocupación alemán, envió un mensaje a Berlín, declarando “judenfrei” a Serbia, el primer país europeo libre de de judíos.
Este año (2012) marca el 70ª aniversario de la construcción del campamento Semlin y presenta una gran oportunidad para que un largometraje ayude a marcar esta trágica fecha como el día internacional dedicado a las víctimas del Holocausto. Hacer esto, a día de hoy, es de especial importancia sobre todo cuando las voces de varios grupos extremistas, basados en la ideología nazi de “sangre y suelo” se hacen escuchar cada vez más y cuando el racismo se convierte en una ideología para un número cada vez más significativo de gente joven.