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ASALTO AL PODER
INFORMACIÓN
Titulo original: White House Down
Año Producción: 2013
Nacionalidad: EE.UU.
Duración: 131 Minutos
Calificación: No recomendada para menores de 16 años
Género: Acción
Director: Roland Emmerich
Guión: James Vanderbilt
Fotografía: Anna Foerster
Música: Harald Kloser, Thomas Wanker
FECHA DE ESTRENO
España: 12 Septiembre 2013
DISTRIBUCIÓN EN ESPAÑA
Sony Pictures - Columbia Films


SINOPSIS

Al Policía del Capitolio John Cale le acaban de rechazar en lo que sería su trabajo ideal, dentro del Servicio Secreto y protegiendo al Presidente James Sawyer. Como no quiere decepcionar a su hija, lleva a la pequeña a realizar un tour dentro de la Casa Blanca. En ese momento un grupo de paramilitares fuertemente armados asalta el edificio. Ahora con el tiempo agotándose y el Gobierno de la nación inmerso en el caos, Cale está dispuesto a salvar al Presidente, su hija y al país...

INTÉRPRETES

CHANNING TATUM, JAMIE FOXX, MAGGIE GYLLENHAAL, JASON CLARKE, RICHARD JENKINS, JOEY KING, JAMES WOODS, NICOLAS WRIGHT, JIMMI SIMPSON, MICHAEL MURPHY, RACHELLE LEFEVRE, MATT CRAVEN, LANCE REDDICK, JAKE WEBER, PETER JACOBSON, BARBARA WILLIAMS

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    ‘Asalto al poder’ es la nueva película de acción del director Roland Emmerich, cuyos filmes han recaudado más de tres mil millones de dólares en el mundo. Su último trabajo es esta película de acción de proporciones épicas protagonizada por el hombre más reconocible del planeta, un terreno conocido para Emmerich. “En realidad, eso me echaba un poco para atrás, me preguntaba: ‘¿Puedo hacer otra vez la Casa Blanca?’” bromea el hombre que hizo que los alienígenas destruyeran este edificio en ‘Independence Day’ y que hizo que el portaviones John F. Kennedy la atravesara en ‘2012’. 
 “Obviamente, a Roland le gusta jugar con símbolos e iconos”, asegura el productor Bradley J. Fischer. “Si observas el contenido de los filmes y de la narración, sus películas han sido grandes eventos desplegados a escala mundial y en todas ellas, de una u otra forma, echaban por tierra gigantes torres de marfil.”

  Fischer y sus socios en Mythology Entertainment, James Vanderbilt y Laeta Kalogridis, llegaron a la película cuando Vanderbilt reveló a Fischer que había estado escribiendo un proyecto en secreto. “James dijo: ‘He estado trabajando en algo. No creo que esté listo del todo pero me gustaría que le echaras un vistazo’. Lo leí y le dije que era un demente, porque era fantástico. El guión empezó a circular por la ciudad y antes de que nos diéramos cuenta comenzamos a recibir propuestas de los estudios. Nos decidimos por Sony, y en menos de 48 horas estábamos reunidos con Roland Emmerich, la película tenía luz verde y estábamos en marcha”.

   “Cuando comencé con el proyecto me emocionaba la idea de volver a hacer el tipo de películas de acción con las que crecí: el tipo normal que bajo circunstancias extraordinarias se tiene que poner a la altura de la situación”, explica Vanderbilt.
   Vanderbilt asegura que Emmerich era la persona perfecta para dirigir. “Pillar a Roland fue lo mejor que pudimos hacer desde el principio”, asegura. “Él entiende de forma innata cómo hacer que esta película sea inmensa, explosiva, pero al mismo tiempo contenida, tensa, y en una sola localización. Antes que nada se centra en la historia y en la conexión emocional entre los personajes. Creo que ese es el secreto de Roland, nadie se da cuenta de que es un director muy emocional. Sus historias están arraigadas en la emoción”.
   “Cuando trabajas en una película con Roland, el 5% de las conversaciones son acerca de las grandes imágenes y el 95% sobre lo que mueve a los personajes, quiénes son, de dónde provienen, adónde quieren ir, quién quieren ser”, detalla Kloser. También apunta que una vez que comienza el rodaje, el talento como realizador de Emmerich resplandece. “Siempre me impresiona la forma en que compone las imágenes y el detalle que pone. Cuando lo ves en la pantalla puedes percibir las capas y la profundidad de sus imágenes; que también ponen de manifiesto a nuestra fabulosa directora de fotografía Anna Foerster. Y esta película se convierte en una pieza de acción con una belleza que jamás había visto hasta ahora”.
   Parte de eso viene de la descripción del tercer personaje del filme: la Casa Blanca. Para hacer ‘Asalto al poder’, Emmerich y su equipo se propusieron hacer un decorado lo más realista posible. “La Casa Blanca es la estrella de la película”, reconoce el director. “Trabajar allí, ir de visita, no tiene nada que ver o con ir a cualquier otro edificio del mundo. Muchos países tienen un palacio presidencial, pero la mayor parte del tiempo el presidente ya no vive allí, es más un símbolo que otra cosa. Estados Unidos es un lugar único en ese sentido, la Casa Blanca es nuestra casa, la casa del pueblo y el presidente vive allí”.
   “Con esta idea en mente nos dijimos: ‘Venga, hagámosla lo más real posible’”, continúa el director. “Pensamos que sería la forma más divertida de hacerla, y la verdad es que toda la investigación que hubo detrás fue muy entretenida. Naturalmente tuvimos que inventarnos un par de cosas, porque hay partes de la Casa Blanca que jamás han sido fotografiadas, y otras partes que no se sabe si existen o solo son rumores y habladurías; pero aparte de estos detalles es bastante fiel a la realidad
   Para otorgarle al filme el nivel de precisión y verdad que se buscaba, los realizadores contaron con McLarty Associates, donde Richard Klein supervisó los esfuerzos como uno de los consultores de la Casa Blanca para el filme.

DISEÑAR LA CASA BLANCA...

  La residencia situada en la Avenida Pensilvania 1600 no solo es el hogar y la oficina del presidente de Estados Unidos, sino también un símbolo de democracia, liderazgo y libertad que atrae a 1,5 millones de visitantes todos los años. 
   “Cuando te encuentras en la Casa Blanca, lo que realmente te impresiona es que no es tan grande, es simplemente una casa, rodeada de edificios más grandes y un parque”, reflexiona Emmerich. “Por otra parte, tienen toda la tecnología que se pueda uno imaginar y mucha más que no te imaginas, también se oyen todo tipo de rumores, como de los misiles en el edificio central y los que lo rodean. Cuando piensas en eso, te das cuenta de que es un gran riesgo en cuanto a seguridad, y de eso trata nuestra película”.
   La tarea de diseñar y construir los decorados recayó en el director artístico Kirk M. Petruccelli. “Kirk es uno de los héroes desconocidos de esta producción”, asegura Bradley J. Fischer. “Él tiene uno de los mayores retos en esta película: construir esos decorados. Solo tenemos ASALTO AL PODERpinceladas de las habitaciones que sabemos existen: el centro de operaciones de emergencias presidenciales, o el hervidero donde trabaja el Servicio Secreto, que de hecho está justamente debajo del despacho oval; por eso el trabajo de Kirk fue retirar un poco ese velo e invitar a la gente a mirar lo que hay tras esos muros. Nos brindó un gran patio de recreo para que nos pudiésemos divertir lo más posible”.
   “Mi percepción de la Casa Blanca siempre ha sido que era el centro de nuestro gobierno, ¿pero eso qué significa? ¿Qué es ese lugar?” se pregunta Petruccelli. “Por supuesto que se trata de un icónico museo de nuestros tiempos, de la historia de Estados Unidos a través de las sucesivas administraciones”.
   El enfoque del guión de Vanderbilt comenzó con la investigación, pero hay un punto en el que la imaginación tiene que tomar las riendas. “Existen diferentes niveles de información sobre la Casa Blanca”, explica Vanderbilt. “Hay muchísima información que está disponible públicamente, y luego, hay otro nivel de información de la que nadie sabe nada. Contactamos con la Casa Blanca y en muchos casos nos respondieron: ‘No les podemos decir nada al respecto’. No nos confirmaron ni negaron la existencia de los túneles o la localización del centro de operaciones de emergencia presidencial ni un montón de otras cosas”.
   Cuando Petruccelli se reunió con Emmerich para hablar de sus objetivos en cuanto a la estética del filme, acordaron en que el diseño de los decorados debería estar centrado en dirección al realismo. “El principal objetivo de Roland era hacer una pieza de entretenimiento de acción lo más cerca de la realidad posible”, recuerda Petruccelli. “Esto fue muy importante porque la Casa Blanca es tan conocida que teníamos que hacerla bien. Es una de las casas más fotografiadas del mundo y una de las más identificables. Eso hizo mi vida más fácil en un sentido: sabíamos lo que había. Pero por otra parte lo hizo muchísimo más complicado en los detalles y en el secreto que lo envuelve todo”.
   El proceso comenzó con visitas organizadas a la Casa Blanca. “Fue muy importante que Roland y yo fuéramos”, recuerda Petruccelli. “Si se va a la Casa Blanca se aprende que muchas de las suposiciones que nos hacemos son equivocadas. Lo que se me quedó grabado es que tiene dos caras: una cara para el negocio y la cara social. La cara del negocio es recorrer el ala oeste; imaginas un sitio palaciego pero esencialmente es un muy pequeño y completamente pensado para el negocio, y no está extremadamente diseñado. De hecho es sucinto y conciso más que burocrático”.
   “Y luego tiene la otra cara” continúa Petruccelli. “Es un glorioso museo de historia, desde que entras del vestíbulo directamente a las salas verde, azul y roja, y luego a la sala este hasta el comedor y toda la primera planta. Está el Servicio Secreto, la Policía del Capitolio, cientos sino miles de turistas por allí, y continúa siendo un sitio muy tranquilo, muy respetuoso”.
   Cuando finalizó con la investigación, Petruccelli reunió a un ejército de 300 carpinteros, 45 escayolistas, 32 diseñadores de decorados y 16 directores de arte para construir el intrincado decorado. La Mel’s Cite du Cinema de Montreal, el lugar elegido por la producción para recrear la Casa Blanca, se convirtió en su segundo hogar. “Reprodujimos el espíritu de la Casa Blanca con toda la precisión que pudimos”, explica Petruccelli. “En cuanto a la arquitectura, fue más fácil que la decoración. La arquitectura tiene una estructura muy clásica. Tiene diferentes marcos temporales: la estructura original de 1792, la columnata jeffersoniana, el despacho oval, etc. En 1952, Truman hizo una completa remodelación pero mantuvo la fachada exterior intacta. Queríamos asegurarnos de incluir en todo momento lo orgánico, la idiosincrasia de cada parte del edificio, porque al ser una estructura antigua esas cosas se perciben”.
   “La decoración fue algo completamente diferente”, continúa Petruccelli. “Tuvimos equipos buscando en todo el mundo. En Estados Unidos, Canadá y Europa. Mandamos a hacer alfombras a la India. Tuvimos que hacer todas las lámparas, porque francamente nada de eso ya existe. Son tan icónicas que lo único que se puede hacer es intentar reproducirlas de la mejor forma posible”.
   No solo eso, también la logística del rodaje hizo que el decorado fuese un tema aún más complejo. “Como hay tantas escenas de acción el despacho oval tuvo que ser creado dos veces”, apunta Petruccelli. “Tuvimos agua, fuego y explosiones aquí y allí. Trabajamos estrechamente con el equipo de efectos especiales, por lo que ellos sabían dónde tenían que pegar las balas, y supimos como cablear por dentro las paredes que iban a explotar. Los despachos de los corresponsales de prensa, el despacho oval, el vestíbulo central, el gran hall, la gran escalera, todo queda sumergido en el agua. El despacho azul es atravesado por la cola de un helicóptero. El despacho verde, la habitación Lincoln y la habitación principal son envueltas por las llamas”.
   Pero el interior de la Casa Blanca fue solo una parte del desafío. “También necesitábamos un decorado que nos diera la inmensidad del jardín de la parte sur y el pórtico sur de la Casa Blanca”, continúa el diseñador. “Tenía que tener el tamaño suficiente como para meter un tanque, así como a nuestra Marine One. No existe un estudio con ese tamaño, así que comenzamos a mirar qué nos podía servir. Buscamos un hangar de aeropuerto, pero no había ninguno disponible. Y entonces fue cuando hallamos ‘The Bubble’: un campo de prácticas de golf cubierto. Tiene una inmensa superficie y una burbuja de casi 20 metros de altura. Funcionó muy bien. Dentro pudimos construir mucho decorado. Tiene una puerta para entrar y salir, una puerta giratoria para que la burbuja se mantenga en pie, y allí estábamos, más de trecientas personas dentro echándonos unas risas”.
   Una vez que se finalizaron los decorados, incluso los veteranos estaban alucinados con lo que se había logrado. “En mi trabajo con Roland, he visto bastantes decorados –y algunos realmente grandes– pero este es algo notable”, afirma el productor Harald Kloser.
   Petruccelli y su equipo también trabajaron muy estrechamente con el equipo de efectos visuales. “El equipo de efectos visuales y mi equipo estuvieron enlazados desde el principio, y en cuanto a la colaboración y cooperación, nosotros dependíamos de ellos y ellos de nosotros”, explica Petruccelli. “Somos la primera línea visual pero todo se construye en el ordenador. Por eso, lo que tenemos que hacer, mi equipo y yo, es ASALTO AL PODERaseguraros de que todo lo que pasa en post está hecho a medida, porque el equipo de efectos visuales tienen que poder trabajar con ello, y ampliarlo o manipularlo, o recrearlo o debatirlo”. 
   “Cada decisión tiene un proceso, primero pasa por Roland, luego por mí, y luego los efectos visuales y después otra vez a mí, porque pasan diferentes cosas dependiendo los momentos”, continúa Petruccelli. “En esta película, queríamos que los efectos visuales fueran ‘invisibles’, de esos en los que nadie se da cuenta de que está viendo efectos visuales; y si nadie percibe que no es real, esoASALTO AL PODER para mí es la gloria total”.

CONSTRUIR LA BESTIA...

   También le correspondió a Petruccelli, junto a Graham Kelly, supervisor de vehículos de acción de la película, recrear la limusina presidencial, cariñosa y acertadamente llamada La Bestia. No se trata de un mero coche de lujo: es una fortaleza con ruedas. 
   “La primera vez que pensé acerca de este trabajo: construir tres limusinas presidenciales; pensé, ‘Sin problemas’”, recuerda Kelly. “Pensé en coger una limusina Cadillac y estirarla un poquito. Pero entonces vi a un agente del Servicio Secreto de pie en la parte trasera del coche. Parecía un tipo muy pequeño. Y entonces caí en la cuenta… probablemente no fuera pequeño. Probablemente midiera al menos 1,80m de altura. Eso significaba que el coche era enorme”.
   “Lo más sorprendente del vehículo es el tamaño real que tiene”, reflexiona Cyril O’Neil, presidente de Reel Industries, la empresa que construye los coches. “Cuando miras las fotografías del vehículo piensas que es una limusina normal. Y de hecho, nosotros teníamos la idea de construirla sobre una de base. Pero en cuanto empiezas a ver las dimensiones, te empiezas a dar cuenta de su verdadero tamaño, y te das cuenta de que el coche es una verdadera anomalía. Está brillantemente diseñada y se ve como una limusina, pero no lo es. Por fuera tiene el tamaño de un gran camión y en el interior, debido a la armadura que lleva, tiene el tamaño de un todoterreno. El resultado es que todo lo que tiene que ver con el vehículo tuvo que ser hecho a medida, no se trata de empezar con algo de base y luego cambiarlo. Había que construir a La Bestia desde el principio”.
   Una de las razones por las que era tan importante hacerlo bien era porque Roland Emmerich estaba decidido a rodar con elementos reales siempre que fuera posible.
   Para la producción los realizadores necesitaban tres réplicas del coche. Y eso en sí ya es complicado, porque en esencia, no se sabe nada de ese coche. “Cuando nos pusimos con el proyecto, obviamente, al primero que acudimos fue al Servicio Secreto”, relata O’Neil. “Nos contestaron que por más interesante que encontraran el proyecto no podían darnos ninguna información acerca del vehículo. No nos podían siquiera el tamaño de las ruedas o la base. Literalmente no podían decir nada sobre el vehículo”.
   Con esto en mente, el diseño comenzó con un trabajo un poco detectivesco. “Hicimos nuestras conjeturas, basadas en fotografías, y llegamos a la conclusión de que los faros delanteros de la Bestia son los del Cadillac Escalade de 2009. Si ese fuera el caso, utilizamos como escala la medida del faro del Cadillac Escalade de 2009. Al saber esa medida, pudimos escalar las fotografías y deducir todas las otras dimensiones del vehículo”.
   “Una vez extrapoladas las medidas de los faros pudimos hacer un croquis y entregamos esas proporciones y medidas a un reducido equipo de escultores. Ellos cogieron un bloque de espuma de la medida total del vehículo y a mano esculpieron la forma –todo lo que se ve– en la espuma”, explica O’Neil. “Una vez que estuvo terminado hicimos un molde invertido del coche y llenamos este negativo del molde con y fibra de vidrio, para que todo el cuerpo se desprendiera en una sola pieza. Y cubrimos una estructura de soporte que construimos sobre el chasis de un Suburban”.
   “La Bestia tiene más de 30 cm de ancho que la mayoría de los coches estándares, y eso es para integrar la armadura del coche verdadero”, describe Kelly. “Así que hicimos que el nuestro se viera de esa forma. Cuando abres las puertas se puede ver que hicimos la escayola del coche con esa profundidad”.
   Para crear el interior de La Bestia, nos basamos en una sola fotografía. “Nadie sabe cómo es el interior del vehículo”, agrega O’Neil. “Cogimos como modelo para diseñar el interior una fotografía que tenemos que muestra una puerta abierta de la limusina. A partir de esa fotografía fuimos capaces de diseñar, por nuestra cuenta, lo que para nosotros podría haber en el interior, con la guía de Kirk Petruccelli, el director artístico”.
   A pesar del tamaño y el peso, The Beast tenía que tener una gran velocidad y maniobrabilidad. “Según los requerimientos de la historia, la Bestia tenía que atravesar una pared, tenía que salirse de una carretera, frenar en las curvas, derrapar, potencialmente a 180º y 360º también”, continúa O’Neil. Ese fue el reto, porque para poder poner unas ruedas que fueran a escala con el coche, tuvimos que poner ruedas de camiones. Bien, pues las ruedas de camiones son muy duras y no tienen nada de flexibilidad, por lo que el coche pueda hacer una vuelta de 180º o 360º se convierte en un verdadero reto. Sabíamos que teníamos que darle una amplia potencia y velocidad para que diera las vueltas”.

ACERCA DE LA CINEMATOGRAFÍA...

   La directora de fotografía Anna J. Foerster, quien previamente había colaborado con el director Roland Emmerich en ‘Anonymous’, volvió a hacer equipo con el director. “Anna no quiere ser directora de fotografía. Anna quiere ser directora”, afirma Emmerich. “Así que enfoca cada toma como un director: todo gira en torno a la historia”.
   “En un principio, fue difícil convencer a Anna para que hiciera la película. ‘Ni hablar de rodar una película de acción’, dijo ella. Y yo le dije: ‘Anna, será la película de acción más bella jamás rodada”.
   “Decidimos hacer lo opuesto a lo que la gente podía esperar”, reflexiona Foerster. “Fuimos muy extremos en el enfoque, en algunos casos utilizamos mucho contraste, en otros momentos fuimos marginales, pero nunca convencionales para una película de esta magnitud o género, de eso no hay duda”.
   Foerster y Emmerich utilizaron fuentes de luz combinadas y reflejos para evitar la “iluminación de cine” perfecta que se puede esperar en una película de acción, pero Foerster afirma que todo sirve a la historia. “La iluminación imperfecta crea una sensación de realidad y cercanía”, opina.

ACERCA DE LAS ESCENAS DE ACCIÓN...

   El encargado de la supervisión de las escenas de acción y de pelea de la película fue el coordinador de escenas peligrosas John Stoneham Jr. “Siempre quieres que tus escenas sean reales y artísticas”, explica Stoneham. “Nuestra tarea en este espectáculo fue mantener a toda costa el realismo. Channing tiene un gran ojo para eso”.
   La pericia de Tatum con el baile y su habilidad atlética innata lo convierte en un talento natural para el trabajo con escenas de acción. “Tiene un muy buen nivel en cuanto a aptitudes. Su experiencia como bailarín… creo que los gimnastas y bailarines son muy buenos especialistas”, asegura Stoneham.
   Pero con Tatum es todavía más que un “saber cómo”. “Es casi indestructible”, se maravilla Stoneham. “Hizo toma tras toma. Pelea tras pelea, una cosa detrás de otra en un plazo ininterrumpido de seis o siete semanas”.
   Tatum no fue el único actor que aceptó el desafío añadido, Jason Clarke estuvo codo a codo con el actor principal. “Tanto Channing como yo hacemos muchas de nuestras escenas de acción, y en parte, esa es una de las cosas más excitantes de una película como esta”, afirma el actor.
   Para entrenar su parte, Clarke se dirigió a los expertos. “Trajeron a un tipo de las Fuerzas Especiales e hicimos un montón de simulacros”, cuenta. “Nunca vas a tener el nivel de un verdadero SEAL o Delta Force, pero me esforcé todo lo que pude”.

ACERCA DE LOS EFECTOS VISUALES...

   Volker Engel y Marc Weigert, colaboradores habituales de Emmerich, coproductores y supervisores visuales fueron los encargados de supervisar los efectos.
   Mientras que ya Engel y Weigert habían sido llamados para crear un OVNI que volara por los aires la Casa Blanca o un terremoto que destruyera Los Ángeles, en este caso el encargo fue mucho más contenido. “Toda la película se desarrolla y gira alrededor de la Casa Blanca, y esa es una de las pocas localizaciones en el mundo donde no se permite rodar, ni en las cercanías y mucho menos dentro”, explica Weigert. “Por eso, el mayor desafío fue ayudar a crear la localización. Roland quiere mantenerlo todo muy creíble y realista. Estamos reproduciendo los planos de la Casa Blanca incluyendo varias manzanas circundantes, replicando cada árbol, cerca y casetas de vigilancia en el ordenador”. 
   Weigert y Engel también jugaron un papel vital para ayudar a previsualizar las secuencias. “Pudimos mostrarle las secuencias y escenas a Roland y preguntar ‘¿Qué piensa de esto?’” dice Weigert.  

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