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SINOPSIS
Un amigo de la infancia de Baaba que vive en Miami es asesinado tras informarle del aumento de las bandas de narcotraficantes, por lo que éste decide mudarse a esa ciudad para desbaratar los planes de éstos...
INTÉRPRETES
OMAR SY, LUIS GUZMAN, BIYOUNA, DIEM NGUYEN, ERIQU EBOUANEY, ISSAKA SAWADOGO, MAÏMOUNA GUEYE, JULIE FERRIER, FRANCK GASTAMBIDE, MIKE BENITEZ, MARY JO CERNA, MATTHEW CHIZEVER, RYAN CORONA, KATIE CROSS
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ENTREVISTA A OMAR SY...
¿Qué te interesó del proyecto?...
En primer lugar, Rachid es una persona que sabe comunicar su entusiasmo y admiro su trabajo como director. Segundo, hay algo muy divertido cuando actúas en una comedia de acción, especialmente en este proyecto, que juega con la imagen del poli americano. Y, ¡vaya reto actuar junto a un actor americano con mi lamentable inglés! (Ríe)
¿Quién es Baaba, el personaje que interpretas?...
Es la viva imagen de un tipo de Belleville, con todos sus clichés: un parisino de corazón, muy unido a su barrio y que casi se ha “casado” con la comunidad china de la zona. Para mí, es una especie de hombre medio-chino-medio-negro (ríe). Es honesto, fiel, con muchos principios y gran sentido moral… Es un poco como de la vieja escuela y eso hace que sea tierno. No abandona su barrio ni a su madre.
¿Por qué no ha sido capaz de cortar el cordón umbilical, como quien dice?...
Es porque aún no ha terminado de madurar. No ha encontrado la manera de establecer la distancia adecuada con su madre y mantiene una relación muy especial con ella. Podemos deducir, por diferencias físicas, que no es su madre biológica, y que el mismo drama que en su día les unió, también hace imposible que se separen. Pero lo que funcionaba cuando era un chiquillo se ha convertido en algo mucho más complicado ahora que es adulto. Su pasado no está claro y la película no te cuenta todo. Así que para meterme en el personaje, me imaginé su historia yo mismo.
También es un hombre enamorado...
Sí, está enamorado, pero su historia de amor es algo extraña. Necesita madurar, necesita viajar para crecer. La película también es un rito iniciático: el viaje de Baaba abre nuevas perspectivas para él y le introduce cosas nuevas. Personalmente, me encantan las películas en las que los personajes siguen un camino que les ayuda a avanzar y les lleva a una situación esperanzadora.
¿Te ves reflejado de algún modo en Baaba?...
Entiendo su fascinación con Asia. Su pasión por el kung fu y las películas americanas influyen en la manera en que vive su vida. Es conmovedor y encuentro ese aspecto de su personalidad muy atractivo. Pero somos muy diferentes, yo dejé mi hogar muy joven, aunque me mantuve unido a mi ciudad de origen, y a veces siento nostalgia por el lugar en el que crecí. Por eso disfruto retratando la lealtad de Baaba al lugar del que viene y lo difícil que le resulta dejarlo.
¿Cómo te resultó rodar en Miami?...
Me sentía tan bien diciéndoles a mis amigos “¡Estoy rodando en Miami!” Y Rachid se sentía del mismo modo haciendo una comedia, algo distinto a lo que suele hacer. Me encontraba en un extraño limbo: viviendo en Estados Unidos, donde rodábamos una película francesa con personas francesas y unos pocos americanos, ¡todos en un set americano! También me dio la oportunidad de aprender que un set americano funciona exactamente igual que un set francés.
Cuéntame cómo fue trabajar con Luis Guzmán...
Es un hombre amable, cálido, feliz y muy gracioso. Sus rasgos faciales pueden hacer que parezca hermético y un poco amenazante, y él mismo se ríe de eso porque, en el fondo, es muy dulce y abierto. Nos llevamos bien desde el principio. Le gusta improvisar y durante las escenas cómicas trabajábamos guiándonos por nuestro instinto. En cuanto empezamos a hacer lecturas, sentí cuánto potencial había en su interpretación: es osado, es creativo y se adapta a todo súper bien. Me gustó que nos sorprendiera durante las tomas. Trabajar con él fue un auténtico placer.
¿Y con Biyouna?...
También tiene un estilo muy libre, flexible y creativo que es realmente refrescante. Su estilo de interpretación e improvisación son muy personales, encontramos una manera de colaborar estrechamente y nos divertimos mucho. Compartíamos la misma aproximación, no queríamos darle muchas vueltas: lo que nos resultaba interesante era evitar explicar esta relación madre-hijo al público.
¿Qué fue lo más difícil?...
Las escenas de acción. Tuve que entrenar y aprender kung fu, que no había hecho nunca. Pero las actuaciones físicas me motivan y fue divertido porque el equipo era genial. Era como estar en la torre de Babel, en el set hablábamos inglés, francés, español, chino…
¿Cómo te dirigió Rachid Bouchareb?...
La comedia es un género nuevo para él, y confió en nosotros (especialmente en Luis y en mí) porque tenemos mucha experiencia en el género. Rachid tiene una mente abierta, es paciente y tiene en cuenta las ideas de los demás. No dirige demasiado – se podría decir que es casi permisivo, pero cuando no está satisfecho con una toma, nos pide que hagamos ajustes. Se adapta a la situación. Sabe cómo escuchar y dejarse sorprender, y es inteligente acerca de lograr lo que quiere.
ENTREVISTA A LUIS GUZMÁN...
¿Cómo te uniste al proyecto?...
Conocí a Rachid porque había visto sus películas y había rodado una con él y con Forest Whitacker. Me presentó a Omar y nos reunimos en su casa. Sabía que era un gran cineasta y sabía que estábamos en buenas manos, y también sabía que sería un proyecto diferente.
¿Cómo respondiste al material?...
Pensé que era muy bueno y trabajamos juntos en ideas; y creo que el que puedas tener ese tipo de colaboración, hace que el guión sea mejor.
¿Quién es Ricardo?...
Es un hombre que intenta hacer su trabajo pero muchas cuestiones de su vida personal se ponen en medio. Tiene este trabajo, tiene que cuidar a su madre sobreprotectora, paga algunas de sus facturas. En general, es un buen tipo. Intenta hacer su trabajo demasiado bien y eso le mete en líos a veces.
¿Por qué le molesta tanto tener que hacer equipo con Baaba?...
Creo que, en parte, es por sus diferencias culturales. No quiere estar cuidando de alguien de otro país. Y también quiere dejar claro que está al mando. Pero creo que consiguen superar sus diferencias y llegan a entenderse, tienen que colaborar como policías y hacen un gran trabajo juntos.
Ricardo siempre parece seguir las normas al pie de la letra y aprende a aflojar un poco gracias a Baaba. ¿Estás de acuerdo?...
Creo que, una vez que me doy cuenta de lo que ocurre y todo lo que ello implica, tengo una oportunidad. Me doy cuenta de que mataron a uno de sus mejores amigos y el personaje no quiere conformarse con eso. Creo que cualquiera haría lo mismo.
La película, a pesar de ser una comedia, trata temas serios como drogas y el cinismo de dictadores africanos. ¿Qué opinas?...
Definitivamente. También creo que trata la corrupción. Trata del mundo en el que vivimos y las personas que dañan nuestro modo de vida por sus propios intereses. La película honra a algunas personas que se convierten en héroes cuando son expuestos. Es muy importante que tratemos estos asuntos en una comedia porque hay un mundo real ahí fuera.
Ya habías estado en una película de Rachid, ¿fue de ayuda?...
Cada situación es diferente. La película que habíamos hecho antes fue una película muy seria. Ésta con Omar es una comedia que trata temas serios, pero cada experiencia es diferente. Cuando haces algo diferente tienes una visión diferente. Es como un lienzo blanco, pintas y después te mueves al siguiente proyecto, no piensas en las piezas anteriores sino en la actual. Me encanta Rachid pero estas circunstancias eran distintas.
La dinámica que tienes con Omar es increíble...
No estaba familiarizado con él y no sabía quién era. Después me di cuenta de lo alucinante que era. Me contó su historia y le conté la mía y sentimos un gran respeto el uno por el otro. Nuestra química se basaba en confiar el uno en el otro. Los dos sentimos auténtica pasión por lo que hacemos. Confiábamos el uno en el otro y creo que de ahí surgió la magia, de esta confianza. Nos hacíamos reír, nos sorprendíamos y eso fue de agradecer. Nunca se trataba de competir sino de hacerlo juntos. Teníamos mucha química. También fue genial que a Omar le surgieran ideas cuando estábamos rodando. Me haría ilusión rodar otra película con él, quizá trabajemos en un proyecto nuevo juntos, pero no puedo decir mucho más sobre este asunto…
¿Con qué quieres que se quede el público?...
Lo primero, el estilo único que tiene Rachid de hacer películas dirigiendo su primera comedia. El increíble reparto con Omar y los demás. Y también que se rían y que se lo pasen bien.
ENTREVISTA CON RACHID BOUCHAREB...
¿Qué te inspiró para hacer la película?...
He querido hacer una comedia de compañeros policías durante mucho tiempo, pero hasta hace poco no tenía una idea ni nada concreto para crear una historia y convertir ese deseo en realidad. Mientras rodaba otra película en Estados Unidos, conocí a un policía francés en Los Ángeles que me dijo que en las embajadas y consulados franceses había policías franceses persiguiendo criminales franceses. El policía me contó detalladamente lo que hacía su compañero en Miami, estaba ahí específicamente para seguir el tráfico de drogas entre Sudamérica, Florida, Francia y las Antillas Francesas. Así es como todo empezó, encontré un universo que explorar, un tema. Para saber más, leí informes y recortes de periódicos, y descubrí que las nuevas rutas de tráfico pasan por África. El tráfico de droga beneficia a ciertos individuos que están cerca de esos que están en el poder en África, y el resultado es similar a lo que se veía hace años en las noticias acerca de Panamá, Colombia y otros países de Latinoamérica.
Parece que te divierte soltar a este hombre, que nunca ha abandonado su barrio, en un universo que está a años luz…
En París, Baaba trabaja en el Chinatown de Belleville. Es un policía que está acostumbrado a tener cierto grado de libertad en su trabajo. Persigue a ladrones de poca monta por la calle y el transporte público. Viste como quiere. En Miami, en el consulado francés, de repente se ve inmerso en un universo distinto, el mundo de la diplomacia, de procesos administrativos, de etiqueta en cuanto a la vestimenta, todo eso le resulta totalmente nuevo. También tiene que respetar los procesos administrativos de Estados Unidos, así como los modos de los oficiales de policía estadounidenses, no tiene derecho a portar armas, a tener a un sospechoso bajo vigilancia ni a entrar en un lugar sin una orden judicial.
El personaje de Ricardo, que en el fondo no es tan distinto a Baaba, es muy gracioso. ¿Cómo se te ocurrió este personaje?...
Decidí que Ricardo iba a ser de origen cubano para poder ponerle en una situación similar a Baaba, es decir, en una relación intensa y complicada con su madre. Sus contextos culturales y la similitud de emociones y reacciones en la esfera familiar era de gran importancia. Luis Guzmán es de ascendencia portorriqueña, pero también es muy americano, como su personaje, siente un profundo respeto por la disciplina y las normas. Para él, había un contraste muy claro entre cómo funcionan los franceses y cómo funcionan los americanos, porque sus visiones del mundo son contrarias. Eso es lo que nos permitió crear un personaje que resultara genuino y natural. Hizo varias sugerencias importantes para enfatizar los aspectos cómicos de estos conflictos iniciales, que luego evolucionan hasta que la comprensión mutua y la amistad superan las tensiones entre los personajes.
Como ya has mencionado, la película se basa en el modelo de “película de compañeros”, está entre Arma letal y El embrollón. ¿Te inspiraron?...
INFILTRADO EN MIAMI probablemente sea la intersección de esas dos películas, ambas cuentan con maravillosos actores. Lino Ventura y Jacques Brel aportan una cualidad muy francesa a El embrollón, y Mel Gibson y Danny Glober dan una sensibilidad muy americana a Arma letal. Quería que Ricardo, que es de familia cubana, representara a Estados Unidos y Baaba Keita, que es afrodescendiente, representara a Francia, porque con ellos nuestro mundo se mueve hacia delante. Y es a través de ellos que mi película se distingue de los arquetipos del género. Habiendo dicho eso, espero que el público disfrute tanto de la compañía de mis personajes como lo hicieron de la de Brel, Ventura, Mel Gibson y Danny Glover.
Juegas muy bien con el aspecto cómico de la situación, por ejemplo haciendo que Baaba condujera un Renault Twingo en Miami...
Cuando están en el extranjero, nuestros diplomáticos tienen que moverse en coches franceses, forma parte de la representación nacional. Así que darle un Twingo como su coche de policía en Miami era algo realista además de gracioso.
Lo que es genial es que incluso cuando la película nos hace reír, también hace referencia a temas más serios, como el cinismo de dictadores africanos que se enriquecen a costa del sudor de su gente…
Investigué para poder hacer esta película. Leí los informes de la Interpol, vi fotos de aviones destrozados en las pistas secretas de África. De hecho, los Boeings sólo se podían usar una vez y después se destruían. Los mismos patrones que se vieron en Sudamérica y América Central hace unos años se están repitiendo ahora en ciertas regiones de África, excepto que el tráfico ahora es mucho más difícil porque las autoridades se han puesto duras. El tráfico de drogas en África, que está organizado por personas que se mueven en los círculos más altos del poder, está haciendo que sean posibles nuevos mercados para la juventud africana… La triste ironía histórica de todo esto es que hay un nuevo “triángulo de intercambio” entre África, Europa y América.
Ésta no es la primera vez que has rodado en Estados Unidos. ¿Qué te gusta de trabajar ahí?...
Normalmente, son los temas que elijo lo que me lleva a Estados Unidos. En Tras la pista del enemigo, que tiene lugar ahí, traté el tema de la inmigración, la construcción del muro y el Islam en Estados Unidos. Éstas son cuestiones que me son familiares porque son parte de mi ambiente. Alejarme hace que pueda respirar, me libera de lo que puede ser agotador en la vida diaria, cada lugar es un contexto en el que me renuevo. Evocar los temas de inmigración o conversión al Islam en EE.UU me permitió explorar un nuevo mundo. No quiero filmar sólo en París, donde nací. Pero en el caso de INFILTRADO EN MIAMI, la película empieza en París y eso hace que pueda retratar Chinatown, la relación de Baaba con Lin, su novia; su relación con su madre y su amigo, interpretado por Franck Gastambide. También es una especie de viaje con muchas facetas, a través de una multitud de culturas…
¿Cómo te enfrentaste al casting? ¿Cómo se te ocurrió la idea de juntar a Omar Sy y Luis Guzmán?...
En cierto sentido, tenemos al mundo entero en esta película. Como era una película de acción y, a la vez, una comedia policíaca, estaba buscando un dúo que fuera original e interesante, y Luis y Omar nacieron para trabajar juntos. Ya había hecho un film con Luis Guzman (Tras la pista del enemigo) y pensé que tenía un gran potencial para la comedia. Nunca había trabajado con Omar Sy, pero creía que tenía mucho talento y me apetecía verle en papeles dramáticos. Para este proyecto tenía algunas ideas específicas en mente: la mezcla de culturas, París como una capital multicultural, el deambular de Baaba por Miami. Sabía que, con este punto de partida, juntos se nos ocurrirían algunas ideas interesantes. Y eso fue lo que pasó, y todos los días me alegré de trabajar con Omar, porque su interpretación es muy fiel y precisa.
Biyouna es maravillosa en el papel de la madre posesiva...
¡Quería que la madre de Baaba fuera interpretada por Biyouna! Creo que es perfecta para hacer de una madre sobreprotectora que quiere interferir en la vida de su hijo. Como siempre han vivido juntos, forman una especie de “pareja”, que a la novia le cuesta separar. La debilidad de Baaba es que deja que su madre se entrometa en su vida profesional, se le ocurren ideas, sabe como buscar pruebas y la relación madre-hijo se convierte en una relación de compañeros detectives. Por lo tanto, tenemos dos películas de compañeros policías: la de Omar y Luis y la de Omar y Biyouna.
Háblame de los papeles de reparto, Franck Gastambide, Eriq Ebouaney, Julie Ferrier y Diem...
Pasé bastante tiempo buscando a los actores adecuados. Sabía que Julie Ferrier tenía la energía necesaria para el papel. Diem (que interpreta a Lin), Franck Gastambide y Eriq Ebouaney son actores maravillosos que realmente dan vida a sus personajes y fueron capaces de aportar el tono adecuado.
Al otro lado del Atlántico, no tuve problemas con el casting porque ya había trabajado con directores de casting y actores americanos.
¿Cómo fue rodar en Miami?...
Ya he rodado cinco películas en Estados Unidos. Preparar todo con antelación es muy importante, hay normas y limitaciones que se tienen que respetar, tienes que manejar las relaciones con los sindicatos. Pero soy muy consciente de estas contingencias y los americanos con los que he trabajado en el pasado son de gran ayuda.
¿Cuál fue tu aproximación a la dirección?...
Las escenas de acción estaban todas en un storyboard, pero para mi primera comedia no quería verme atrapado en una camisa de fuerza teórica. No cerré ni el ritmo ni el número de tomas por escena, quería optar por la espontaneidad y la sinceridad. Avancé con los actores a través del instinto y el feeling. Lo que más me importaba era su dinámica, su alegría en los momentos compartidos. Eso es lo que tenía que quedar reflejado en pantalla. Mi objetivo era que el público disfrutara deambulando con Omar, que le tomaran de la mano, que hubiera momentos bonitos.
Háblame de la música...
Hay mucha música africana, cubana y sudamericana. Trabajé con Éric Neveux, con quien he colaborado en muchas ocasiones, y pasamos varios meses antes pensando qué música iba con la película y qué géneros musicales podrían combinar entre sí. Exploramos muchas opciones distintas y, al final, nos quedamos muy contentos con el resultado.
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