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SUPER EMPOLLONAS
INFORM MACIÓN
Titulo original: Booksmart
Año Producción: 2019
Nacionalidad: EE.UU.
Duración: 102 Minutos
Calificación: No recomendada para menores de 16 años
Género: Comedia
Director: Olivia Wilde
Guión: Susanna Fogel, Emily Halpern, Sarah Haskins, Katie Silberman
Fotografía: Jason McCormick
Música: Dan Nakamura
FECHA DE ESTRENO
España: 26 Julio 2019
DISTRIBUCIÓN EN ESPAÑA
Entertainment One


SINOPSIS

En la víspera de su graduación, dos brillantes alumnas y mejores amigas se dan cuenta repentinamente de que deberían haber trabajado menos y disfrutado más. Decididas a no perder su última oportunidad antes de ir a la universidad, las chicas emprenden la misión de concentrar cuatro años de diversión en una sola noche...

INTÉRPRETES

KAITLIN DEVER, SKYLER GISONDO, BILLIE LOURD, BEANIE FELDSTEIN, LISA KUDROW, MOLLY GORDON, WILL FORTE, JASON SUDEIKIS, STEPHANIE STYLES, DIANA SILVERS, JESSICA WILLIAMS, VICTORIA RUESGA, EDUARDO FRANCO, NOAH GALVIN

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   SÚPER EMPOLLONAS es una comedia original, descarada y sin pelos en la lengua, es una historia iniciática sobre dos amigas del alma del instituto. “Desde el principio, mi punto de vista de la historia es que en el instituto uno parece jugarse mucho”, comenta la directora Olivia Wilde. “Cuando te encuentras en él, el instituto parece algo de vida o muerte. Quería abordar esta película del mismo modo que un director abordaría una película de acción explosiva”, prosigue Wilde. “Quería que pareciera una película de una pareja de policías, sobre unos compañeros que se protegen mutuamente, pase lo que pase. Pueden ser personas muy distintas que se apoyan mutuamente, se completan mutuamente, pero en un entorno en el que hay mucho en juego. Nos inspiramos en Superdetective en Hollywood, Training Day (Día de entrenamiento) y Arma letal. Básicamente, SÚPER EMPOLLONAS es una película sobre una relación, ambientada en un instituto, que refleja lo mucho que nos jugamos realmente en esa época de nuestras vidas”.
  En el fondo, SÚPER EMPOLLONAS es una historia sobre la amplitud y el alcance de la amistad femenina. “Me alegró mucho saber que este proyecto estuviera en marcha, incluso antes de pensar que tenía la más mínima posibilidad de formar parte del mismo”, admite Wilde. “Agradecí que alguien estuviera haciendo una historia sobre la amistad femenina que no fuera simplemente sobre intentar conseguir a un chico o intentar integrarse”.
  “La película no trata sobre dos empollonas que simplemente quieren vestirse como si fueran chicas populares y ligarse de algún modo al chico popular”, continúa Wilde. “Es una historia sobre la amistad entre dos chicas que, para la mayoría de las mujeres de esa edad, supone su primera relación íntima antes de hacerse adultas. Es un vínculo intenso, y es algo sobre lo que la mayoría de nosotras puede reflexionar y pensar: ‘¿Cómo ha influido esa amistad en mi identidad y en mis relaciones futuras?’”.
  “Pero, al mismo tiempo, también es una película de ruptura, porque estas chicas se tienen que despedir”, agrega Wilde. “Se tienen que dejar mutuamente en libertad. Se han convertido casi en una sola persona, pero ha llegado el momento de separarse y seguir cada una su propio camino. Eso no es fácil de hacer. En esta película, contamos la historia de estas chicas en un momento fundamental de sus vidas, que resulta ser una aventura divertida y emocionante”.
  “Yo me parecía mucho a Molly y a Amy en el instituto (admito que me parecía mucho más a Molly)”, recuerda el productor David Distenfeld. "Me identifiqué con sus preocupaciones, su intensidad y su amistad. No es nada común encontrar a adolescentes retratados de forma tan sincera, inteligente, graciosa y madura”.
  Al igual que Distenfeld, la historia conectó con la productora Jessica Elbaum y sus propios años de adolescencia descubriéndose a sí misma. “Para mí, se trataba de una historia superespecial, porque mi experiencia en el instituto fue muy similar”, admite Elbaum. “Son unos personajes y un mundo que conozco muy bien, así que tengo debilidad por las historias iniciáticas”.
  De manera similar a cómo Molly y Amy afrontan si pueden zafarse de sus etiquetas del instituto, los productores se sentían entusiasmados por hacer una película que hiciera frente a esas mismas etiquetas de película de instituto. “Me pareció que esta película ofrecía una visión sincera y veraz de cómo es el instituto en la actualidad y todo aquello por lo que pasan estos chicos”, opina Elbaum. “Intentar encajar cuando te etiquetan como diferente. Quería explorar todo eso en este filme”.
  Wilde abordó su debut en la dirección con una creatividad y un entusiasmo contagiosos que sirvieron para convencer fácilmente a los productores de que era la elección perfecta para dirigir el proyecto. “Olivia y yo somos amigas desde hace años”, apunta Elbaum. “Estaba buscando alguien para dirigir SÚPER EMPOLLONAS y sabía que ella ya había dirigido vídeos musicales. Entonces, tuve uno de esos momentos, en el que pensé que sería la persona perfecta para dirigir esta película. Olivia leyó el guion e inmediatamente dijo: ‘Contad conmigo’. Presentó su concepto de la película al equipo de Annapurna y les encantó”.
  En Wilde, los productores encontraron una directora con una intuición asombrosa para los personajes y una perspectiva sumamente excepcional sobre la forma de contar la historia. “Olivia entendía muy bien a esas chicas y su amistad, y comprendió desde el primer momento lo que haría falta para que una historia así resultara cinematográfica”, asegura Distenfeld. “Más allá de ser excepcionalmente inteligente y graciosa, tiene un oído muy agudo para lo que resulta real, siempre busca momentos emotivos y de humor, sin traicionar a los personajes. Sabe lo que es ser un intérprete joven y cómo obtener una gran interpretación de alguien de esa edad”.
  La evolución de la historia fue un proceso natural que precisó de una guionista hábil, que no solo entendiera la visión de la directora, sino que también pudiera captar y transmitir la experiencia del instituto de una manera divertida y significativa. “Uno de los elementos más importantes de la ecuación de la película es la guionista Katie Silberman”, opina Wilde. “Katie se embarcó en el proyecto para reescribir el guion y colaboró estrechamente conmigo para contar la historia de una manera que incorporara todo lo que iba sucediendo a medida que trabajábamos en ella. Con cada nuevo elemento que íbamos introduciendo, ya fuera de las localizaciones, de los sets, o de los actores, reescribía el guion para reflejar esos cambios y hacía la historia mucho mejor de lo que jamás imaginé que fuera posible”.
  Al colaborar con Wilde para crear este caótico y complejo mundo de adolescentes, Silberman se encontró con un verdadero espíritu afín. “Nunca me lo había pasado tan bien como trabajando en este guion con Olivia”, afirma Silberman. “Aportó muchas ideas y es maravilloso colaborar con ella”, continúa la guionista. “Se muestra receptiva a las aportaciones de todos. Me siento afortunada de haber podido contribuir a su visión. Creó un ambiente increíble en el que todo el mundo se sentía como si fueran grandes amigos mientras hacían una película sobre dos grandes amigas”.
  Para Silberman, formar parte de SÚPER EMPOLLONAS fue un sueño de instituto hecho realidad. “Yo era la chica que no iba a fiestas en el instituto, así que esto me ha permitido hacer realidad muchas fantasías sobre lo que podría haber hecho en la última noche de instituto si no me hubiera quedado en casa”, admite Silberman. “Ojalá hubiera podido ver esta película cuando estaba en el instituto”.
  Cuando llegó la hora de elegir a los alumnos del último curso del Instituto Crockett, el equipo responsable del proyecto quería evitar los estereotipos. “Allison Jones, nuestra directora de casting, está considerada desde hace tiempo como una de las mejores de la industria”, afirma Wilde. “Desde ‘Instituto McKinley’ a Supersalidos o Lady Bird, tiene ojo para los jóvenes talentos que exudan cierta esencia que resulta auténtica, sincera y excepcional”.
  “Muchas veces, estas películas no son más que una serie de estereotipos, como la chica empollona, el chico guapo y todo eso”, prosigue Wilde. “Buscaba gente que la abordara desde una perspectiva diferente. Y Allison fue capaz de reunir a una serie de jóvenes talentos que tenían esa cualidad especial, ninguno de los cuales eran famosos. Me encantó poder dar a estos actores la oportunidad de demostrarme qué los hacía diferentes, en vez de intentar encasillarlos. Nuestro reparto está compuesto por jóvenes que vieron sus respectivos personajes desde una perspectiva diferente. Eso es lo que yo quería, y les estoy muy agradecida”.
  Desde el principio, todos sabían que no podían hacer la película sin contar con una pareja de mejores amigas que resultara creíble. La historia depende por completo de la química entre Molly y Amy, y Wilde encontró a la pareja perfecta en Beanie Feldstein y Kaitlyn Dever.
  Amy, el personaje de Kaitlyn Dever, es la activista social con un corazón de oro que está colada por una chica a la que da clases particulares. “Amy es muy dulce e inocente, y es de las que cumple las normas a rajatabla”, explica Dever. “Defiende muchas causas y tras la graduación tiene previsto ir a África a ayudar a otras mujeres. Cuando se trata de defender a los demás, Amy es como un pitbull, pero cuando se trata de sus propios intereses, no tiene mucho valor”.
  “Amy decide acompañar a Molly en su periplo porque quiere flirtear con la chica que le gusta, Ryan”, prosigue Dever. “Nunca ha podido reunir el valor de acercarse a hablar con ella y, si no lo intenta ahora, nunca sabrá lo que podría haber sucedido. Así que, a lo largo de la película, Molly le enseña a ser fuerte y a hacerse valer”.
  A Dever le gustaba que el hecho de que Amy fuera gay no fuera el eje central de su arco argumental. “El personaje gay de muchas películas, incluso hoy día, tiene que tener una trama sobre salir del armario. Pero en SÚPER EMPOLLONAS, la revelación de la historia es que Molly admita a Amy que le gusta Nick, que no suele ser el caso. Eso es lo que me entusiasma de esta película y otro aspecto que me atrajo de ella, porque es algo que no ocurre nunca”.
  Para dar vida a Amy, Dever se inspiró en influencias musicales femeninas, así como en sus propias experiencias personales. “Escuché mucho a Helen Reddy y Alanis Morissette para empezar”, recuerda Dever. “Le comenté a Olivia que tocaba la cítara diatónica y la incorporamos al personaje”.
  “Sobre todo, quería que Amy resultara lo más real posible, una adolescente con dificultades reales, altibajos, conflictos con sus padres, problemas con las figuras de autoridad”, continúa Dever. “Alguien que quiere hacerse valer, pero no lo consigue, y al final acaba dándose cuenta de que puede conseguirlo con el apoyo de su mejor amiga. Por eso he disfrutado tanto interpretándola”.
  Para Wilde, Dever era la encarnación perfecta de Amy. “Kaitlyn ya formaba parte del proyecto antes de que yo me embarcara en él y me quedé encantada”, recuerda Wilde. “Siempre me ha gustado. Las vidas de Grace (Short Term 12) fue asombrosa y me encantó en Hombres, mujeres y niños. Tiene algo especial. Es muy inteligente, pero no necesita esforzarse mucho para demostrarlo. Al igual que Amy, también posee una vulnerabilidad que se encuentra en todo momento justo bajo la superficie, a lo que hay que sumar su increíble tempo para la comedia y una gran mordacidad”.
  Dever veía muchos de los atributos de Amy en sí misma. “Soy muy similar a mi personaje”, sugiere Dever. “Cuando estaba en el instituto, yo era la guay, pero también me gustaba hacer los deberes. Me encantaba entregar trabajos, hacer exámenes y sacar buenas notas”. También ve en ella algo de Molly. “Me gusta salir de juerga. Así que, en ese aspecto, soy más como Molly”.
  Lo que más impresionó a Dever de SÚPER EMPOLLONAS fue la amistad entre Amy y Molly. “Lo que más me llamó la atención la primera vez que leí el guion fue el vínculo existente entre esos dos personajes”, recuerda Dever. “Están muy unidas y resulta muy real. Son amigas de toda la vida y harían lo que fuera por la otra. Solo se han tenido la una a la otra mientras crecían. Creo que son casi como hermanas”.
  “Hacía tiempo que no veía una película así, en la que piense: ‘Oh, así somos mi mejor amiga y yo’”, prosigue Dever. “Esta película me recuerda a muchas de las relaciones y amistades que tengo en la vida real, y creo que eso es lo que la hace tan especial. En el fondo, SÚPER EMPOLLONAS es una historia de amor, la verdad”.
  Molly, el personaje de Beanie Feldstein, es verdaderamente ambiciosa, tiene la mirada puesta en el futuro y considera la frivolidad una pérdida de tiempo. “Molly es una persona sumamente estudiosa”, explica Feldstein. “Es la primera de su promoción. Piensa ir a Yale. Por mucho que aprecie a Amy, aprecia aún más el trabajo escolar. Tiene muy claro y está muy segura de lo que quiere en la vida. Quiere convertirse en jueza del Tribunal Supremo y sabe exactamente los pasos que tiene que dar para llegar allí. No piensa permitir que nada ni nadie se interponga en su camino. Divertirse no forma parte de la ecuación”.
  Feldstein disfrutó con las restricciones autoimpuestas de Molly. “Se resiste constantemente a sus distintos impulsos, lo que ha sido divertido de interpretar”, asegura Feldstein. “Si siente alegría en determinado momento, o un flirteo, o entusiasmo, siente la necesidad de reprimirlo. He disfrutado reuniendo toda mi intensidad más pertinaz, que normalmente es inexistente, para reflejar esa lucha interna constante en Molly”.
  Al interpretar a Molly, Feldstein se sintió profundamente conmovida con la forma que tiene la película de abordar las ideas preconcebidas de cómo nos vemos unos a otros. “El mensaje de la película es que todos nos precipitamos a juzgamos unos a otros y también nos precipitamos a juzgarnos a nosotros mismos sin saberlo”, explica Feldstein. “Nos encasillamos y encasillamos a los demás. A lo largo de la película, Molly y Amy se dan cuenta de que se ven a sí mismas como chicas inteligentes e incluyentes, pero en realidad han estado excluyendo a muchas personas de sus vidas de las que podrían haber sido amigas a lo largo de toda la época del instituto. Sus compañeros de clase también son culpables de prejuzgarlas y llegan a la misma conclusión. La película es un grito de guerra por la inclusión y una advertencia para no dejarse engañar por las apariencias. Todos somos multidimensionales y capaces de ser muchas cosas a la vez”.
  Para encarnar a Molly, Feldstein se valió de su propia obsesión por los estudios, así como de la adoración que siente por sus amigos. “Puedo concentrarme en exceso en las cosas”, asegura Feldstein. “A lo largo de mi vida, mi pasión por los estudios ha ido fluctuando, pero, cuando estaba en la universidad, era tremendamente estudiosa. Me encanta esa faceta mía. Así que ha sido divertido interpretar eso en Molly”.
  “Es una amiga muy cariñosa”, prosigue Feldstein. “Quiere mucho a Amy, pero lo expresa de manera distinta a como otras personas demuestran su amor por los demás. En lo que se refiere a querer a tus amigos con pasión, esa es una cualidad que yo también poseo”.
  Al igual que Dever, Feldstein sentía cierta afinidad con ambos personajes. “Hay muchos aspectos de mí que son como Molly”, afirma Feldstein. “Molly es una perfeccionista, al igual que yo. Pero, cuando se trata de salir por ahí, soy como Amy. Soy la primera en marcharme de la fiesta”.
  Pero, al contrario que la aversión que siente su personaje hacia el ambiente teatral, los actores ocupan un lugar especial en el corazón de Feldstein. “Soy una auténtica fanática del teatro”, reconoce Feldstein. “En el instituto, si había una obra, yo estaba en ella. En la película, Molly odia a los alumnos de arte dramático. Así que fue divertido odiar a mi gente, pero, en secreto, pensar: ‘Soy uno de vosotros, pero ahora mismo no’”.
  Para encontrar a la persona perfecta para interpretar a Molly, Wilde no buscó más allá de Feldstein. “Molly es uno de mis personajes favoritos que he leído nunca en un guion”, aporta Wilde. “Beanie fue la Molly con la que yo soñaba desde el principio. Posee una humanidad innata y una verdadera luz interior que hace que todo personaje que interprete brille con luz propia. Se puede sentir una enorme vulnerabilidad tras la dura fachada exterior que ha creado para Molly. Molly está llena de amor, aunque no sepa muy bien cómo expresarlo, porque no se considera digna de ser amada”.
  “Es increíble lo que Beanie aportó al personaje”, continúa Wilde. “Posee una humildad que no he visto mucho en este negocio. Me ha dejado anonadada. Es una verdadera superestrella, es capaz de hacer de todo. Su registro no tiene límites. Ha sido una gran suerte poder contar con ella en esta película. Es un sueño hecho realidad”.
  Igualmente, Feldstein estaba deseando formar parte de SÚPER EMPOLLONAS. “Había leído el guion hacía años y siempre lo tuve muy presente”, recuerda Feldstein. “Entonces, recibí una llamada de mi agente para decirme que Olivia Wilde quería comer conmigo. Y pensé: ‘¿Cómo sabrá quién soy? Es de locos’”.
  “Quedamos y lo pasamos estupendamente”, prosigue Feldstein. “Me sentía entusiasmada y honrada de que pensara en mí para Molly”. Conseguir el papel de Molly resultó ser más de lo que Feldstein podía esperar, ya que nunca imaginó que se encontraría compartiendo escena con su actriz favorita de todos los tiempos: Lisa Kudrow. “Soy la mayor fan de Lisa Kudrow de todo el planeta”, afirma Feldstein. “Tengo una pegatina de ella en mi ordenador. Fue verdaderamente una de las mejores cosas que me han pasado en mi vida. Me parece el ser humano más encantador que ha existido nunca. Observarla resulta excepcional”.
  “Soy tan fan que me costaba funcionar como persona”, prosigue Feldstein. “En una escena, estaba tumbada en la cama y, lo primero que se me pasó por la cabeza, mientras fingía tocar la cítara diatónica, fue una de las canciones de Phoebe de ‘Friends’, ‘Monica, Monica, Que tengas un Feliz Hanukah’. Es lo que estaba cantando mentalmente, pero no dejaba de repetirme: ‘Beanie, como lo cantes en voz alta, te lo juro por Dios... Mantén la compostura, Feldstein. Madre de Dios, no la pifies’”.
  Dado que Molly y Amy son caras opuestas de una misma moneda, Feldstein y Dever decidieron reproducir la relación de sus personajes y vivir juntas durante el rodaje. “Olivia fue quien sugirió que viviéramos juntas”, recuerda Feldstein. “Kaitlyn y yo nos miramos y dijimos: ‘Hagámoslo’. Vivir juntas nos ha convertido en amigas íntimas. Ha sido maravilloso. Nos adoramos”.
  Para Dever, la amistad real entre las dos contribuyó a la química que puede apreciarse en pantalla entre Amy y Molly. “Creo que supuso una gran diferencia”, afirma Dever. “Vivir juntas a lo largo de este rodaje ha sido estupendo. Al final del día, nos vamos a casa, nos tiramos en la cama, vemos la tele juntas y tomamos tortitas. Me siento muy unida a Beanie, y creo que la película ha salido beneficiada de eso”.
  La forma que tenían Dever y Feldstein de sentirse la una por la otra se extendió a todo el resto del equipo de rodaje. “Nunca había sentido algo así por un reparto y un equipo técnico”, asegura Dever. “Olivia creó un ambiente muy familiar en el set. A todo el mundo le encanta este proyecto. Contamos con un grupo asombroso de personas”.
  Feldstein agrega: “Es un grupo de personas lleno de talento, que han sido todos increíblemente divertidos y cariñosos. Todos nos queremos mucho. Me da pena que se acabe”.
  Jessica Williams interpreta a la señorita Fine, la profesora a la que todo el mundo adora y con cuyo apoyo cuentan Amy y Molly cuando lo necesitan. Pese a ser popular entre los alumnos, la señorita Fine siente ciertos remordimientos. “La señorita Fine es la profesora de Lengua del instituto”, explica Williams. “Es muy enrollada y quiere obrar cambios en sus alumnos. Lamenta no haber sacado el máximo partido a su estancia en el instituto cuando era adolescente. Así que intenta animar a Amy y a Molly para que no cometan el mismo error”.
  La interpretación de Williams de la señorita Fine se inspiró en aquellos profesores que apoyaron su pasión por las artes. “Cuando estaba en el instituto, tenía un programa estupendo de arte dramático con profesores excelentes que creyeron en mí y me inspiraron a dedicarme a mí misma”, recuerda Williams. “Lo que hace increíble a un profesor es que se preocupa, y eso supone una gran diferencia. Quería aportarle eso a la señorita Fine. Tenía que ser la profesora que todo el mundo desearía haber tenido, es inteligente, capta los chistes y las referencias, y le encanta enseñar”.
  Abordar ese papel le dio a Williams la oportunidad de formar parte de una película que le gustaría haber visto de adolescente. “Ojalá pudiera haber visto esta película cuando estaba en el instituto o en secundaria”, comenta Williams. “En general, como mujer y como persona de color, siempre he querido verme representada en la pantalla. Ver a dos chicas jóvenes y tan inteligentes afrontando el día a día del instituto, siendo muy francas sobre su sexualidad, emprendiendo ese gran viaje emocional, y disfrutando de esa noche loca de diversión me resulta emocionante. Habría ido corriendo al cine a verla”.
  El apático director Brown, que se siente desconectado de su trabajo y hace el mínimo esfuerzo posible, está interpretado por Jason Sudeikis. “Es alguien que lleva demasiado tiempo haciendo su trabajo y ya no es tan eficaz como les gustaría a Amy y a Molly”, comenta Sudeikis. “Al mismo tiempo, entiende que la vida se va haciendo menos divertida a medida que te haces mayor, y le preocupa que las chicas estén dejando que su futuro se interponga en su presente”.
  Interpretar a un director de instituto no le supuso ni mucho menos un gran esfuerzo a Sudeikis. “Cuando pienso en otras vidas que podría haber llevado, probablemente podría haber sido director, al menos uno de este estilo”, comenta Sudeikis. “Probablemente habrían hecho falta unos siete u ocho momentos en los que hubiera optado por un camino distinto al que seguí para haber llegado a esa situación, pero seguramente sea para mejor que haya seguido los caminos que seguí. No creo que resulte especialmente descabellado imaginarme haciendo algo así. Ahora bien, si pretendiera interpretar a uno de los chavales del instituto, eso podría haberse considerado una mala decisión por parte de todos los implicados, pero no, soy el director”.
  Sudeikis ve los paralelismos entre la experiencia vital de Wilde y las dos protagonistas principales de la película. “Olivia asistió a un instituto bastante duro, la Academia Phillips de Andover, en la que estudiaron dos ex presidentes de los EE. UU.”, asegura Sudeikis. “Está familiarizada con chicos que tienen el mismo idealismo, ambición y mentalidad decidida que Amy y Molly”.
  “Y, aunque admita no haber sido uno de ellos, comprende su punto de vista”, prosigue Sudeikis. “Olivia lleva trabajando en su campo de especialización desde los 18 años, pero seguramente se lo pasó mejor por el camino que Molly y Amy. Así que creo que lleva consigo ambas facetas, quiénes son intrínsecamente Molly y Amy, así como las versiones más hechas y derechas de sí mismas que creo que Olivia es a estas alturas de su vida”.
  Al ambientar este momento fundamental, difícil y confuso de la vida de todo adolescente sobre un trasfondo de realismo, se consiguió que las amistades, las relaciones y los propios personajes de la película resultaran aún más auténticos. “No hay muchas comedias de instituto, y las buenas comedias de instituto son más escasas todavía”, opina Distenfeld. “Esta es una película ambiciosa en cuanto a tono y aspecto visual, en un género en vías de extinción, y nuestro mayor reto fue reunir al equipo adecuado, no solo ante la cámara, sino también tras ella, que nos ayudara a conseguir ese tono y a superar el elevado listón creativo que nos habíamos impuesto”.
  Con un apretado plan de rodaje de 25 días, la diseñadora de producción Katie Byron y Wilde crearon una estética que elevó el ambiente de instituto sin sacrificar su familiaridad. “Queríamos hacer algo que resultara atemporal”, explica Byron. “No hace falta que sea algo que exista”.
  “Aunque SÚPER EMPOLLONAS se inspira en los clásicos del cine de instituto, queríamos que fuera su propia referencia”, prosigue Byron. “Así que creamos un mundo de instituto que es a la vez exagerado, pero basado en el naturalismo; no queríamos que resultara demasiado bonito ni emocionante, tan solo lo justo para animarlo un poco”.
  Wilde elogia a Byron por hacer realidad su visión. “La gente da por sentado que las comedias no pueden tener una perspectiva artística, pero por supuesto que pueden”, afirma Wilde. “Katie y yo sintonizamos desde el primer instante, lo que permitió que ella se encargara de que mis ideas cobraran forma”.
  “Contó con recursos limitados”, continúa Wilde. “Pero, de algún modo, consiguió hacer esta película mucho más rica y dinámica”.
Para Byron, fue simplemente cuestión de tomarse cierta licencia artística. “Queríamos hacer una película que mostrara un mundo hermoso en el que vivir y, de vez en cuando, puedes olvidarte de las reglas para crear una buena obra de arte”.
  El set de la graduación del Instituto Crockett se tomó esas libertades. “El set de la graduación fue algo que ningún instituto normal se podría permitir”, comenta Byron. “Tuvimos que construir algo que fuera bonito pero que se pudiera montar en un día, con un techo encima, laterales y cierto número de sillas. Se ideó una combinación perfecta de un armazón con una plataforma de acero como la forma más sencilla y rápida de conseguir algo que resultara espléndido”.
  Al mismo tiempo, el ambiente tenía que ser intrínseco a los personajes. “Katie colaboró con los actores para permitir que sus entornos encajaran de manera realista con sus elecciones”, explica Wilde. “Con el diseño de las habitaciones de las chicas, colaboró con Kaitlyn y Beanie para decidir exactamente qué debía haber en sus cuartos, hasta la textura de las sábanas, el color del papel pintado, qué tendrían en sus mesillas de noche y qué guardarían en sus cajones (algo que tal vez no veamos nunca, pero que influye en la interpretación)”.
  Para el propio Instituto Crockett y la casa de la tía de Nick, en la que se celebra el no va más de los guateques, Byron recurrió a localizaciones reales, en lugar de platós, para mantener el tono realista. “Elegimos un instituto situado en el valle de San Fernando de Los Ángeles”, recuerda Byron. “Era el único instituto que nos permitía montar una pelea con globos de agua por los pasillos, así que fueron los elegidos”.
  “Para la casa de la tía de Nick, necesitábamos una localización apta para rodajes en la que pudiéramos trabajar nueve noches”, continúa Byron. “Tras pasar un tiempo llamando por teléfono y yendo de puerta en puerta, encontramos una casa mágica en Encino, California, propiedad de un coleccionista de arte. Tuvimos que retirar todas las obras de arte y el mobiliario, y traer nosotros mismos todo lo que necesitábamos. Luego, decoramos el espacio vacío según nuestras necesidades. Nos resultó muy útil y nos ofreció un entorno excelente”.
  Para reflejar el choque de la historia entre la realidad y lo que se percibe como cierto, Wilde y la diseñadora de vestuario April Napier idearon y crearon un estilo para cada personaje que subvertía los tópicos asociados a las historias iniciáticas. “A April le encantó la idea de contar un tipo diferente de historia sobre la amistad femenina”, explica Wilde. “Quería ofrecer un retrato real y auténtico de chicas que son diferentes, pero no estereotípicamente empollonas”.
  “Dejé muy claro que quería que Amy y Molly resultaran únicas”, prosigue Wilde. “Les encanta quiénes son, se sienten increíblemente seguras de sí mismas, no les interesa cambiar su aspecto, ese no es el viaje que han emprendido. A April le gustaba que yo no quisiera que estas chicas evolucionaran para imitar a los chicos populares. Así que se nos ocurrió la idea genial de hacer que las chicas llevaran monos inspirados en Rosie, la Remachadora, con un pañuelo en el cuello y una boina. Esas ideas tan originales surgidas de la imaginación de April dotaron a la película de mucha textura y crearon de inmediato un tono diferente, que resultaba esencial para contar esta historia”.
  Dado que cada personaje tiene una imagen distinta, era importante que eso se pusiera de manifiesto en su ropa. “Olivia quería que los personajes tuvieran una personalidad claramente definida”, aporta Napier. “Todos se expresan de manera distinta. Así que cada uno tiene su propio aspecto concreto, que tiene que resultar real y genuino, no una especie de extraña versión genérica de los mismos”. Gigi, el personaje interpretado por Billie Lourd, se distingue especialmente de sus compañeras. “Gigi está inspirada en Cher”, explica Lourd. “Es como un camaleón. En cada nueva escena, Gigi se cambia de vestuario, como la propia diva del pop”.
  Algunos de los actores ya traían un estilo propio, que encajaba con el de sus personajes. “Eduardo (Theo), Nico (Tanner) y Victoria (Ryan) tenían un aire de skaters que nos gustaba para sus personajes”, recuerda Napier. “Así que hicimos que llevaran su propia ropa, zapatos y joyas”.
  “Las camisetas que lleva Theo son mías, las conseguí en una tienda de segunda mano”, aporta Eduardo Franco. “Me gusta llevar zapatos sin cordones con calcetines básicos, y eso acabó convirtiéndose en parte del vestuario de Theo, lo que fue alucinante”.
  “Me dejaron llevar todas mis joyas, los anillos, las cadenas, me encanta mi bling bling”, afirma Nico Hiraga. “Estaba entusiasmado de que les gustara mi estilo”.
  Para Napier, encontrar la prenda de ropa perfecta no estuvo exento de complicaciones. “La escena en la que Amy y Molly se ponen la ropa de la señorita Fine fue sin duda todo un reto”, asegura Napier. “Jessica Williams mide 1,83 m, mientras que las chicas miden alrededor de 1,60 m. Así que me llevó un tiempo hacerme a la idea de (A) ¿Qué podría llevar la señorita Fine en el coche que pudiera quedarles bien a las chicas y pudiera encajar en lo referente a tallas? y (B) ¿Qué resultaría creíble? La suspensión de la incredulidad tenía que ser palpable. Así que acabamos optando por grandes camisetas retro y brillantes, que se ciñeron con un cinturón para convertirlas en vestidos”.
  Las mejores comedias de instituto te hacen reír y sentir cierta nostalgia, a la vez que te ayudan a entenderte mejor a ti mismo. En SÚPER EMPOLLONAS, lo delicado de hacerse mayor va más allá de perder la virginidad o los hitos de la vida académica. En vez de eso, se trata de liberarse de las ataduras, ya sean autoimpuestas o no, que te mantienen contenido. Esta película sirve para recordarnos a todos que se alcanza verdaderamente la madurez cuando te abres y permites que tu luz brille, y cuando permites a los demás hacer lo mismo.
  “Espero que esta película haga que todo el mundo se plantee cómo perciben a los demás, cómo han juzgado injustamente a la gente, incluidos a sí mismos”, señala Wilde. “Espero que ayude a ver a los demás con algo más de empatía y a apreciar la complejidad de uno mismo. Por último, espero que haga reflexionar a la gente sobre su propia experiencia del instituto, tanto si se encuentran actualmente en él, o fue algo que sucedió hace cuarenta años, y piensen: ‘Esa es una época especial de la vida y es importante estar presente, porque esos momentos son fugaces. Esos momentos y esas relaciones tienen valor’”.

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