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SINOPSIS
Dos jóvenes conspiranoicos secuestran a la poderosa presidenta de una gran compañía, convencidos de que se trata en realidad de una extraterrestre decidida a destruir el planeta Tierra...
INTÉRPRETES
EMMA STONE, JESSE PLEMONS, AIDAN DELBIS, J. CARMEN GALINDEZ BARRERA, MARC T. LEWIS, VANESSA ENG, CEDRIC DUMORNAY, ALICIA SILVERSTONE, STAVROS HALKIAS, MOMMA CHERRI, FREDRICKA WHITFIELD, RAFAEL LOPEZ BRAVO, YAISA
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CÓMO SE HIZO
VIDEO ENTREVISTAS
PREMIERE
INFORMACIÓN EXCLUSIVA
LA PRODUCCIÓN...
En BUGONIA, nuestra época de conspiraciones y paranoia, de desconexión y miedo viene a rendirnos cuentas de la forma más emocionante y furiosamente impredecible. Convencidos de que Michelle (Emma Stone), la formidable e implacable presidente de una compañía farmacéutica, es una alienígena que conspira para destruir la Tierra, dos primos obsesionados por las conspiraciones la secuestran y la encadenan en su sótano. Guiado por sus ideas aparentemente erráticas y sacadas de la dark web, Teddy (Jesse Plemons), cabecilla de la operación, hace que Don (Aidan Delbis) le afeite la cabeza a Michelle y la unte en loción antialienígenas antes de interrogarla sobre un supuesto plan de invasión planetaria que implica la extinción de las abejas (el título de la película hace referencia a la creencia griega de que las abejas nacían de las vacas muertas) y un eclipse lunar.
Mientras el marcado día del juicio final se acerca inexorablemente, Stone y Plemons se miden con actuaciones descarnadas e inflexibles en línea con lo que cada vez se asemeja más a una batalla cósmica por el destino del mundo... o, al menos, por el destino de nuestro sentido de la realidad compartido. Explorando los límites del comportamiento humano con exuberantes imágenes en VistaVision, la película ofrece una inmersiva cápsula visceralmente cargada de vida contemporánea que nos sumerge en esa sensación delirante que todos conocemos de estar vivo en el mundo de hoy. «En el mundo en el que vivimos hoy, la gente vive en burbujas potenciadas por la tecnología», asegura Lanthimos. «Tener ciertas ideas sobre la gente se ve reforzado en función de en qué burbuja vives, lo que genera un inmenso cisma entre la gente. Quiero retar al espectador a replantearse todo aquello de lo que nos sentimos seguros, esas decisiones de juzgar a determinada gente de un modo u otro. Es una reflexión interesante sobre nuestra sociedad y el conflicto de nuestro mundo contemporáneo». Aunque Michelle trata de desbaratar la descabellada lógica de Teddy y Don, nuestras ideas preconcebidas sobre uno y otro bando poco a poco se tornan en revelaciones más espinosas tanto sobre nosotros mismos como sobre el trío del sótano.
«Es como una especie de microcosmos», asegura Stone, que ha producido la que será su quinta película con Lanthimos. «Hay una especie de locura y un comentario que permean un entorno muy reducido, que es algo que creo que le suele atraer a Yorgos. Estamos en un sótano y, en realidad, no es más que gente hablando entre sí la mayor parte del tiempo, compartiendo perspectivas que pueden parecer incorrectas o retorcidas. Pero en último término desvelan versiones diferentes de la humanidad y de lo que puede ocurrir si entramos en barrena convenciéndonos de algo».
Esa espiral en barrena puede referirse en igual medida a nosotros mismos que a Teddy y Don, pero la película es demasiado irreverente e impredecible, en opinión de Plemons, para que nos la tomemos como un mero sermón al público. «El tono es salvaje y voluble, es muy divertida y trágica, y el modo en que nos adentramos en estas grandes conversaciones es totalmente inusual e inesperado», dice Plemons. «Se trata de un retrato muy extraño pero honesto de los tiempos en los que vivimos, de lo confuso y lo absurdo que es todo».
Stone se muestra de acuerdo, subrayando el sentido del humor singularmente absurdo anidado en elementos de la película que, a menudo, son «profundamente tristes». « BUGONIA es, en otras palabras, el tipo de película terroríficamente divertida o cómicamente terrorífica sobre los oscuros tiempos que corren que solo Lanthimos sería capaz de hacer».
«Aunque la película es, en gran medida, una comedia, cuenta con muchas más capas y texturas y explora todos esos rincones que no esperas; eso es justo con lo que Yorgos disfruta». explica el productor Ed Guiney. «Es un maestro de la destreza tonal; sabe pasar de la comedia desternillante a la tragedia en un nanosegundo».
La historia original de la película, sin embargo, procede de CJ ECM, que vio el potencial de una adaptación en inglés de Salvar el planeta Tierra. «Comenzamos a reunir al equipo ideal, invitando uno por uno a los integrantes: Ari Aster y Lars Knusden, que entendían profundamente y admiraban la esencia de la película original como fans devotos; Will Tracy, que podía dotar la historia de un espíritu más actual; y Yorgos Lanthimos, uno de los poquísimos cineastas capaces de llevar un concepto tan atrevido a sus límites con su singular visión. Tuvimos la suerte de poder contar con esta extraordinaria combinación de talentos», dice el productor Jerry Kyoungboum Ko de CJ ENM.
Cuando Aster —que ha producido la película junto a Knudsen, Guiney, Andrew Lowe, Stone, Lanthimos y CJ ENM— le pidió a Tracy que viera Salvar el planeta Tierra hace unos años, le dio pocas pistas al veterano guionista sobre lo que podía esperar. Tracy nunca había hablar de la oscura comedia coreana de ciencia ficción y le costó dar con una copia bien traducida. Pero, tal y como Aster confirma, aquello fue la semilla de otra historia: una sobre nosotros, ahora mismo.
«Cuando llevaba veinte minutos de película, ya sabía de lo que estaba hablando», recuerda Tracy. «Sabía que había algo en esta película coreana de 2003 que se podría adaptar de un modo emocionante a un contexto contemporáneo angloamericano». En pleno clima de miedo apocalíptico de los primeros días de la pandemia, Tracy escribió una explosiva reinterpretación de la historia en medio de una delirante bruma de confinamiento y cuarentena. «Estuvimos encerrados y probablemente estuviera perdiendo un poco la olla en mi minúsculo apartamento de Brooklyn», confiesa. «Lo escribí en cosa de tres semanas y he intentado no analizarlo mucho, pero seguro que algo de aquel ambiente reinante permeó mi guion, esa sensación claustrofóbica de la que creo que nunca hubiera sido capaz de escribir de no haber sido en aquellas circunstancias».
«Es uno de los mejores guiones que he leído: tenebrosamente divertido, con mucha psicología, drama, historia y personajes fabulosos», dice Lowe.
Ese guion acabó en las manos de Lanthimos, un cineasta cuya visión singularmente ambiciosa podría dar vida a la nueva historia de Tracy, en opinión de Aster. «Yorgos tiene un estilo muy personal e idiosincrásico; sabía que daría con un nuevo lenguaje visual y tonal para la historia», recuerda Aster. «Sería una interpretación totalmente novedosa, una transformación que el guion de Will ya había sufrido en el proceso de desarrollo». Miky Lee, que también desarrolló y produjo la película a través de CJ ENM, explica: «Partiendo de sus raíces en el ADN del cine coreano, se ha transformado en algo atrevido e imaginativo a través de la visión de Yorgos Lanthimos y Will Tracy, y ha cobrado un nivel asombroso de vida gracias al brillo de Emma Stone, Jesse Plemons y todo el equipo de BUGONIA. Sirve de recordatorio de que las historias auténticas pueden evolucionar a nuevas formas y conectar con el público de un modo profundo e inesperado».
Cuando Lanthimos leyó el guion, el aclamado cineasta inmediatamente supo ver en él una provocación tenebrosamente cómica: un nuevo tipo de thriller psicológico para la gran pantalla... y para la absurdidad de los tiempos modernos. «Me lo leí en un abrir y cerrar de ojos», dice Lanthimos del guion de Tracy. «Era entretenido. Era complejo. Me pareció muy relevante. Era contemporáneo».
Puede que esa sensibilidad idiosincrásica no sea nunca más poderosa que aquí, en lo que podría considerarse la obra más anárquica y profundamente humana de Lanthimos hasta la fecha. También es una obra que debe disfrutarse en cines para reír, llorar, estremecerse y gemir en compañía.
«La mayor parte de las películas deberían disfrutarse así, en el cine con otra gente. Es una experiencia comunal, pero sobre todo en el caso de esta película, por cómo está rodada en VistaVision, un formato precioso, y con el diseño de sonido de Johnnie Burn, junto con la banda sonora original de Jerskin Fendrix», asegura Lanthimos. «Es una experiencia muy plena y dramática, tanto en su hilaridad como en su horror, que solo se puede experimentar plenamente en el cine».
El sótano...
El sótano de Teddy en BUGONIA, según Lanthimos, es un entorno contenido que funciona casi como un retorcido experimento científico, lanzando ratas de laboratorio de una piscina que contiene todo tipo de ansiedades, miedos y realidades absurdas de la vida moderna. Pero ese experimento pronto se convierte en una especie de reflejo de espejo deformado, no solo de Teddy, Don y Michelle (las ratas en cuestión), sino también de nosotros como espectadores.
«Limitando el entorno en el que tiene lugar el conflicto, realzamos el enfoque en los personajes y lo que representan, pero también desvelamos que lo que parece obvio al principio puede que no sea verdad», dice Lanthimos. «La película revela lentamente capas y capas de complejidad de los personajes, haciendo que los espectadores de la película se replanteen las ideas preconcebidas que puedan tener».
Es algo que se hace visible sobre todo en nuestra comprensión de alguien como Teddy. Con el fin de prepararse para este papel, Jesse Plemons se adentró en sus propios submundos y leyó sobre nuestra era de paranoias de la conspiración en libros como Doppelgänger, de Naomi Klein.
«Una de las cosas de las que dice Klein que más sentido tiene es que, en el caso de gran parte de la gente que se adscribe a alguna teoría de la conspiración, la semilla de ese miedo es acertada», explica Plemons. «La idea de que nos manipulan, que obtienen nuestros datos, que hay fuerzas maléficas y una especie de máquina del capitalismo que trata de controlar nuestras vidas... Si tienes todos esos sentimientos válidos, ¿adónde puedes ir? Luego, la única gente que habla de verdad de ello son esas personas que hacen podcasts sobre teorías de la conspiración para su reducido público. Pero la semilla del sentimiento es correcta».
Esta complicada dinámica golpea el corazón de la espinada complejidad de BUGONIA. Contundente en sus creencias y métodos, Teddy podría parecer un lunático con su gorro de papel de aluminio y todo, pero la ira y el miedo que lo motivan, esa explotación capitalista, el desastre ecológico y la sensación, en sus propias palabras, de que «no le importamos una mierda a nadie» son totalmente reales.
Sus motivaciones no hacen sino complicarse con una historia más oscura que, gradual y aterradoramente, va aflorando a la superficie. «Ha tenido una vida bastante mierdera», asegura Plemons. «Su madre participó en un tratamiento de prueba de un medicamento opiáceo que la dejó en coma y él está desesperado por ayudar, pero se ha perdido un poco en el camino».
En la casa de su madre, en la América profunda —donde, como señala Stone, todo parece haber quedado detenido en el tiempo desde la muerte de la madre—, Teddy invierte el tiempo libre que le deja su trabajo en la fábrica en cuidar de las abejas, investigar el auténtico orden del universo y entrenar con Don para impedir que una especie alienígena se apodere del mundo. Ha pasado por todos los grupúsculos políticos y conspiranoicos que existen antes de adherirse a la teoría del control de Andrómeda. Pero toda afición por sumirse en estos subgrupos tal vez haya sido una defensa contra la pena y el profundo sentimiento de futilidad en una sociedad que parece haber usado a su familia para luego marginarla.
«Lo dejaron solo para lidiar con todos estos sentimientos de absoluta impotencia y desesperanza», dice Plemons. «Tiene todo eso bullendo en su interior; ¿dónde encajo esto? ¿Cómo puedo controlar esta horrible situación en la que me han dejado? Esa creencia a la que ha acabado aferrándose le ha brindado un sentimiento de poder y propósito, y una forma de solucionar esas cosas, aunque sea de manera indirecta. Cada vez que el pasado sale a colación, vuelve a centrarse en su misión».
Plemons ve en Teddy lo que, en una versión más extrema, es una trágica realidad muy similar para mucha gente en una era de división y desconexión. «En el mundo de hoy en día, mucha gente se siente totalmente ignorada y obviada», señala. «Los poderes que controlan todo parecen descartarlos».
En BUGONIA, Michelle parece ser la desalmada manifestación de esos poderes. Esta poderosa presidenta de una compañía farmacéutica de bioingeniería controla despiadadamente a todas las personas y cosas que se encuentran dentro de su órbita. «Michelle se siente cómoda siendo presidenta y controlando todo», dice Stone. «Y es lo que trata de hacer enseguida en mitad de una situación descabellada con Teddy y Don cuando la secuestran.
Sea realmente una líder alienígena o una ejecutiva multimillonaria, es una «especie de fuerza absorbe-vidas que está tratando de arrebatarle algo a la Tierra», asegura Stavros Halkios, que interpreta a un policía local que se ve enredado en la trama de Teddy. Al menos, esa es la primera impresión que podría sacarse de ella. «Luego, en el transcurso de las escenas, vas entendiéndola más», dice Lanthimos. «Vemos cómo va desvelando o tratando de ocultar muchas otras capas».
Cuanto más vamos percibiendo a Michelle como una persona real, más que como a lo que representa como figura de poder, capaz de sentir dolor y con sus propias ideas, más rechazo le genera a Don lo que Teddy y él están haciendo. Si su teoría y la misión que tienen entre manos han ofrecido a Teddy una especie de control sobre su vida, él solo quiere transmitirle ese empoderamiento a Don, su primo pequeño, que también ha perdido a su familia.
«Es una persona tímida y extraña, pero, al mismo tiempo, acaba demostrando ser, a pesar de todo, muy valiente y fuerte», dice Delbis de Don. En cierto modo, señala, Don se ve arrastrado casi involuntariamente a toda esta situación; es un alma sensible que se ve empujada a extremos violentos por puro amor a la única persona que le queda. «Teddy es la última persona en el mundo en la que Don siente que puede confiar, que se preocupa por él», nos cuenta. «Y podría decirse que Teddy vea a Don del mismo modo».
Plemons se muestra de acuerdo. «Su relación es muy trágica y muy bonita; son todo lo que tienen en el mundo», dice. Pero, hacia el final, cuando la misión alcanza un punto extremo, Don se rebela contra las creencias de Teddy y lo que están dispuestos a hacerle a Michelle para sacarle la verdad. En último término, su ambivalencia nos lleva a identificarnos con esa posición.
«Don es el alma de la película y la brújula moral», dice Lanthimos. «Representa al público. Está siempre en conflicto. Siempre lo cuestiona todo, pero también es muy leal a Teddy y no quiere ir en su contra. Sin embargo, algo en su interior le dice que lo que están haciendo podría no estar bien».
Casting...
En su quinto trabajo con el director, Stone compara su asociación con Lanthimos, tanto en calidad de actriz como de productora, con la que pueda forjarse en una compañía teatral.
«Tenemos una gran relación laboral, y tanto el equipo técnico como parte del reparto a menudo se repiten; hay mucha gente con la que trabajamos una y otra y otra vez», dice. «Es como una situación familiar en la que puedes estar afrontando grandes desafíos, pero de un modo que te hace sentir a salvo y bien, con fuertes lazos. Es poco común de encontrar y resulta casi imposible duplicar una situación así».
Pero, ante todo, se encuentra alineada con él en el material que le atrae. Con BUGONIA, de inmediato vio lo mismo que Lanthimos: una especie de espejo retorcido, divertido y horripilante del mundo de hoy.
«Le mandé el guion a Emma inmediatamente después de leerlo», recuerda Lanthimos. «Confío en su opinión y su instinto. Mi primera reacción fue: “Me encanta, pero ¿es un proyecto adecuado para mí y para los dos como equipo?”. Ella no lo dudó un instante y me ayudó a tomar la decisión de embarcarme en ello con todo el equipo».
Como resultado de su ya veterana asociación artística, Lanthimos dejó en gran medida a Stone que encontrara su propio registro para Michelle, un papel muy complejo que presentaba un nuevo tipo de desafío para la oscarizada estrella. «Es un papel muy difícil, no solo físicamente, porque pasa por muchas cosas, sino porque está retratando a una mujer de la que te haces cierta idea desde el principio y es necesario mantener ese fino equilibrio en cómo desvela lentamente aspectos de ella», dice Lanthimos.
Mientras Michelle negocia su liberación con Teddy y Don y las horas se tornan días, la dinámica de poder parece cambiar constantemente. Michelle, a su vez, parece transformarse; esa mujer de negocios aparentemente despiadada va cambiando de táctica y divulgando secretos que ni siquiera sabemos si son o no verdad.
«Es muy difícil intentar escapar de la situación en la que se encuentra, así que se descubre mintiendo acerca de algunas cosas, y luego diciendo la verdad, pero nadie sabe qué es realmente lo cierto», explica Lanthimos. «Recorrer esa línea entre lo que es verdad y lo que no, entre lo que es su verdadera personalidad y una mera interpretación... Es un equilibrio muy complejo y delicado. Y ella es alucinante haciendo exactamente eso. Su interpretación es complicadísima y está llena de matices».
«Se involucra totalmente y se abre a jugar y explorar», dice Plemons. «Es muy talentosa, tanto en el aspecto físico como técnico, y además no muestra ninguna restricción a la hora probar a hacer cosas».
Plemons tenía ganas de trabajar de nuevo con Lanthimos tras protagonizar su película de 2024 Kinds of Kindness. Había sido una experiencia diferente y estimulante para él, pero BUGONIA demostró ser un mundo aún más grande y desafiante de habitar como actor.
«Sientes que hay mucho más espacio porque supone jugar con unas reglas diferentes», cuenta. «Es un proceso de esforzarte por acercarte lo máximo posible a comprender el tono, para a continuación entregarte a él y ver qué pasa. Yorgos crea esta especie de entorno, y espera y quiere que todo el mundo encuentre su camino hacia él». O, dicho de otra manera, Plemons es «el tipo de actor al que dejas que haga lo suyo», dice Lanthimos. «Tiene un gran instinto. También muestra una gran sensibilidad hacia lo que transcurre en el guion. Pero lo que aprecio de él es que, en términos interpretativos, no les da demasiadas vueltas a las cosas».
Para Lanthimos, contar con Plemons —a quien considera «uno de los grandes actores de su generación»— fue fácil, después de haberlo dirigido en tres papeles diferentes en Kinds of Kindness. Le envió el guion de inmediato, confiando en la capacidad del actor para dar forma a Teddy, un personaje con capas que solo poco a poco vamos descubriendo.
«Aporta una complejidad que es difícil de reflejar en las páginas de un guion», dice Lanthimos. «Necesitas a un actor que llegue y se entienda a sí mismo, incluso si no hablamos de ello. Él entiende al personaje a su manera, y aporta cosas de las que quizá ni siquiera yo soy consciente».
Y, tal vez ante todo, fue capaz de insuflar un aura de tragedia y aflicción al corazón de este ambiguo extremista. «Eso es un regalo: pese a que hace cosas extremas y discutibles, sigue despertando comprensión como personaje», dice Lanthimos sobre la interpretación de Plemons de Tedddy. «Consigue mantener su humanidad. Así es como sigues conectando con él».
Aunque, para los espectadores, cualquier compasión que podamos encontrar entre las medidas cada vez más extremas de la misión proviene de Don, interpretado por el debutante Aidan Delbis.
«Creo que la decisión de elegir a Aidan como Don es el as en la manga de toda la producción», afirma Plemons. «Aidan es un chico de lo más maravilloso, interesante, divertido, dulce y listo. Conectamos de inmediato, y la nuestra ha sido una de las relaciones dinámicas que más me ha gustado interpretar. Ha sido genial tener a alguien tan honesto».
Lanthimos quiso desde el principio contar con un actor no profesional para el papel de Don. «Siempre intento incluir a gente que nunca ha actuado», dice, «porque algo muy especial ocurre entre los actores experimentados y los no profesionales: se genera una energía muy particular que agradezco y me encanta».
Cuando Delbis se enteró de la convocatoria de casting, su experiencia como actor se limitaba a las clases de teatro del instituto y pequeños papeles en funciones escolares. «Leí la premisa y la descripción general del personaje y pensé: “Vale, voy a intentarlo”. Supongo que la cosa salió bastante bien», recuerda Delbis. «Aunque resultó ser un proyecto mucho más grande de lo que yo pensaba».
Al ver su primera grabación para el proceso de casting, a Lanthimos y Stone enseguida les impresionó su autenticidad. «Estuvo brillante, interesantísimo. Simplemente maravilloso», afirma Stone. «Así que fuimos e hicimos una prueba de cámara todos juntos, y dejó a todo el mundo alucinado. Parece increíble que esta sea su primera película».
«Fue toda una experiencia», reconoce Delbis. «Con este proyecto no solo estaba entrando en una forma nueva de interpretación, sino en todo un mundo nuevo». Con su papel de debut, Delbis encarna lo que Stone llama «el corazón del filme», cimentando la tragedia y la aflicción de la película. Lanthimos recuerda quedarse aturdido por la interpretación de Delbis en una escena avanzada en la trama, cuando Michelle y Don tienen una inusual oportunidad de sincerarse. «Es una parte crucial de la película, cuando ambos comparten este momento», explica el cineasta. «La interpretación de Aidan en esa parte de la película hizo que se me saltaran las lágrimas mientras la filmábamos, cosa que creo que nunca me ha pasado haciendo una película antes de verla. Era absolutamente auténtica y valiente».
Fotografía...
Trabajar con VistaVision, el formato cinematográfico que confiere a BUGONIA esa estética tan fascinante e inmersiva —aunque también aterradora— es, según Stone, como salir con una chica mala.
«VistaVision es como una chica que es un auténtico bombón y lo sabe», dice. «Es como si dijera: “Lo sé, soy preciosa. ¡Oh, he dejado de funcionar, lo siento! Pero soy tan bonita... Quieres que vuelva a funcionar, ¿verdad?”. Es así todo el tiempo».
El problema estaba, más concretamente, en las raras cámaras —incluida la Wilcam 11, la única de su clase en todo el mundo— que Robbie Ryan, el director de fotografía, buscó para usar en esta película. «Son cámaras viejas. Están reacondicionadas, pero tienen carácter, por decirlo de alguna manera», dice Stone.
Sin embargo, filmar en VistaVision da como resultado una imagen llamativamente rica gracias a este formato único. «VistaVision es un formato de 35 mm, pero es casi el doble de grande que un 35 mm normal porque pasa por la cámara horizontalmente», explica Ryan, que ha estado nominado a los Oscar® por su trabajo con Lanthimos en La favorita y Pobres criaturas. «Al contar con un negativo más grande, crea un look diferente y atractivo. Hay mucha más información en el negativo y la imagen queda preciosa. Creo que es el formato perfecto para el tipo de película que merece verse en pantalla grande».
Lanthimos y el director de fotografía Robbie Ryan ya habían hecho sus pinitos con VistaVision, aunque sobre todo mientras probaban formatos para Pobres criaturas. «Terminamos grabando solo una escena en VistaVision para Pobres criaturas, pero esas imágenes se nos quedaron en la retina», dice Lanthimos.
«El problema que tiene es que es una cámara ruidosa», comenta Ryan. Con la ayuda del técnico de IMAX Scott Smith, Ryan fue tras la Wilcam 11. «Es la más silenciosa de su tipo que puedes conseguir, y solo hay una diseñada de esa forma».
Pero, incluso así, tenía algo malo, explica Lanthimos: «Es enorme. Lleva dos carretes que parecen pizzas gigantes». Pese a todo, excepto algunos planos de acción y otros sin diálogo, casi toda la película se rodó con la Wilcam 11. «Es algo con lo que te tienes que comprometer de verdad, así que diseñamos la forma con la que queríamos rodar en consonancia con el formato que íbamos a usar», dice Lanthimos. «Hay que asumirlo: cuando tienes una cámara grande y pesada, va a ser una película más estática, especialmente en las escenas de la casa y el sótano».
Pero las imágenes que crearon ofrecen una visión grande e impresionante, a veces abrumadora, del trío de protagonistas mientras lidian con la situación en el sótano. «Como VistaVision es un formato grande, transmite esa sensación de retrato de gran formato que te da la fotografía fija», dice Lanthimos. «Queríamos magnificar a los personajes, que fueran como grandes esculturas, por así decirlo».
Diseño de producción...
La fotografía de Ryan se ajusta particularmente bien a lo que podríamos considerar la cuarta protagonista de la película: la casa de Teddy, una impactante cápsula representativa de su vida interior que se construyó de cero.
«Construimos un entorno completamente inmersivo junto a una casa de campo muy exclusiva en Londres, enclavada en un pequeño valle», cuenta James Price, el diseñador de producción. «No construimos el set desde fuera, que es lo que se haría normalmente. Lo típico es construir el exterior en la localización, y que luego los interiores se hagan en algún estudio de rodaje. Nosotros construimos el interior y el exterior en un solo lugar».
Price diseñó la casa con capas y capas de detalles para crear un hogar que pareciera suspendido en el tiempo, en la época de cuando Teddy era niño. «Es más una capa escénica, o una especie de capa envejecida», dice Price, que trabajó con Lanthimos anteriormente en Pobres criaturas. «Es una película contemporánea, pero no lo parece porque transcurre en el clásica casa con rancho estadounidense de los años 90. Está como atrapada en esa época».
El set resultaba tan inmersivo que los equipos técnico y artístico casi olvidaban que realmente estaban en la campiña inglesa y no en una destartalada casa en un rancho de la América profunda. El envolvente diseño —del cual hay muchos detalles que nunca aparecen en pantalla, cuenta Lanthimos— terminó por influir en la producción a todos los niveles, pero especialmente para el reparto, a la hora de encarnar sus personajes.
«Ver dónde vive alguien y cómo es su vida privada siempre es un momento clave en cualquier historia», explica Plemons. «Cuando entré por primera vez en esa casa, cualquier idea previa que tuviera quedó superada. Es uno de los mejores ejemplos de diseño de producción que he visto en mi vida, con esa gran atención por el detalle y las pequeñas excentricidades. Podrías entrar 30 veces en esa casa y no pararías de encontrar cosas nuevas. Me imaginaba a Teddy, incluso antes de venir aquí, como atrapado en la etapa de su vida en la que su mundo quedó patas arriba, y fue increíble ver esa idea tan bien expresada a través del diseño de producción».
El trabajo de Price resultó ser, en algunos casos, casi demasiado realista. «El sótano era tan desagradable, asqueroso y lúgubre que cada día tenía que recordarme a mí misma: “Lo acaban de construir; no estamos en un sótano decrépito de hace 50 años, es nuevo”», cuenta Stone. «Estaba tan bien hecho... Era nuevo, pero parecía viejo y asqueroso».
Vestuario, peluquería y maquillaje...
Para Stone y Plemons, un factor clave para comprender a sus personajes fue dar con el aspecto de Michell y Teddy, respectivamente, con la ayuda del responsable de peluquería y maquillaje Torsten Witte, y la responsable de vestuario Jennifer Johnson.
Mientras que Plemons recurrió a las extensiones para la descuidada coleta de Teddy («Creo que es perfecta para él», dice el actor), Stone tuvo que afeitarse la cabeza de verdad. «Respecto a esas piezas de prótesis: si quieres rodar durante 12 horas, Emma habría tenido que pasar demasiado tiempo en la silla de efectos especiales para que le pusieran una calva prostética», explica Witte. «En realidad es mucho más fácil decir: “Mira, me voy a afeitar la cabeza por este papel”».
Fue una transformación dramática para Stone, que quizá se hizo más llevadera gracias al pacto que hizo con Lanthimos. «Cuando supe que lo íbamos a hacer, le dije: “Para solidarizarte conmigo, tú también te vas a afeitar la cabeza”», recuerda Stone. «Y así lo hicimos. Primero se rapó él, y luego me rapó a mí. Y teníamos que repetir el proceso cada dos días. No suponía mucha por las mañanas, lo cual era de agradecer».
Para el vestuario, Lanthimos quería unos estilos visuales interesantes dentro de los arquetípicos tradicionales que asociaríamos a los personajes: «la ejecutiva poderosa; el tipo que trabaja en un almacén escaneando paquetes; alguien que no hace nada y está todo el día en casa jugando a videojuegos». Johnson quería vestir a Michelle como una superejecutiva que casi parece ir disfrazada de su cargo de presidenta corporativa (una idea que queda más clara hacia el final de la película).
«Quizás tenga una asistente que le ayude a hacer una lista: “Mira, aquí tienes la foto de una CEO; necesito un traje negro, una camisa blanca, unos zapatos Louboutin, y también necesito este bolso”», dice Johnson. «Ella sigue mucho el arquetipo de cómo debería ser alguien de su posición. En realidad, no tiene un estilo definido o una personalidad propia. La idea es que siempre lleva lo mismo. Así que, cuando ves fotos de ella en su oficina, lleva exactamente el mismo traje. Tiene un armario lleno del mismo traje McQueen, los mismos zapatos Louboutin, el mismo bolso Saint Laurent».
Para Teddy, Plemons vistió con ropa funcional, la que llevaría un hombre que pasa sus días trabajando en un almacén logístico y criando abejas en su casa.
«La miel es muy pegajosa, y la cera de las colmenas y las cajas para abejas tiende a quedarse pegada en la ropa, así que Teddy va bastante sucio porque va siempre pegajoso y no le importa su aspecto», explica Johnson. «Tiene cosas más importantes que hacer que pegarse una ducha».
Por otra parte, Johnson añadió detalles sutiles que apuntan a la vida oculta de Teddy, como alguien que tiene el cometido secreto de salvar el mundo. «Es una especie de superhéroe, y quería que su vestuario tuviera un aire de cómic», continúa Johnson. «Así que no solo está atrapado en el pasado, también es un ciudadano de a pie superhéroe obsesionado con protegerse de los alienígenas. Los alienígenas son radiactivos, y él se viste con tejidos con protección electromagnética, así que casi toda su ropa es plateada».
Sin embargo, la pieza de vestuario más reveladora no pertenece a Teddy. En una escena del principio de la película, cuando Teddy y Don se preparan para negociar con Michelle ya encadenada, la pareja lleva dos trajes de segunda mano y de una talla que no es la suya, probablemente salidos de algún viejo baúl de la casa.
«Esos trajes dicen mucho más sobre el padre ausente de lo que podría mostrar un flashback», afirma Lanthimos. «Es solo una referencia a que el padre de Teddy dejó allí esos trajes, pero son parte de la casa, de todas las cosas de una vida pasada que ha quedado ahí amontonada».
Música y montaje...
Si hemos de creer que Teddy y Don están realmente luchando por el destino de la humanidad en su cochambroso sótano, la fastuosa e intensa banda sonora es lo que ayuda a subrayar la importancia de su misión. Compuesta por Jerskin Fendrix, que trabajó anteriormente con Lanthimos en Pobres criaturas y Kinds of Kindness, la banda sonora se grabó con la Orquesta Contemporánea de Londres, creando por momentos un sonido terroríficamente épico.
«Era una orquesta de 90 instrumentos en una sala, así que hablamos de una música grandiosa», dice Fendrix. «Y les gusta jugar, experimentar, están dispuestos a dejarse en evidencia musicalmente, cosa nada común en una orquesta. Así que fue un placer absoluto poder jugar con una orquesta de semejante nivel, pero también con esa flexibilidad, lo que me permitió generar sonidos más infrecuentes y provocativos».
Los sonidos que Fendrix creó terminaron teniendo un toque grandilocuente y descarnado, acorde con Teddy y su misión. «Mucha de la música es muy adolescente: muy dura y angustiada, ruidosa y excesiva», describe Fendrix. «Creo que así es Teddy a lo largo de la película: tiene razón en todo, está intentando salvar el mundo, pero está demasiado enojado y es incapaz de controlar adecuadamente sus emociones. La música refleja bien todo eso. Es muy extrema y adolescente».
En líneas generales, la banda sonora tiene el empaque suficiente para alternar dos realidades igualmente intensas: la aparente locura de Teddy y las creencias y actos de Don, y la seriedad de un potencial apocalipsis. «La película trata de dos tipos que secuestran a una mujer y la torturan en su sótano. Parece que se han vuelto locos, pero en otro sentido están intentando evitar de verdad la destrucción de la humanidad», dice Fendrix. «Así que, de alguna forma, la música refuerza la idea de que este es, en realidad, un gran drama global».
El montaje de la película reafirma esta sensación, ya que la intensidad de la banda sonora suele transmitir un gran impacto visceral a lo largo de la película. El montador Yorgos Mavropsaridis, colaborador de Lanthimos desde hace mucho, ve cada proyecto con el director como un proceso completamente único.
«Aunque las películas de Yorgos Lanthimos llevan la huella de su idiosincrásica visión del mundo, hay una necesidad en cada una de ellas de redescubrir esto de nuevo y de seguir las particularidades de cada una», dice. «Y, por supuesto, la visión constantemente en crecimiento y en desarrollo de Lanthimos».
Mavropsaridis montó BUGONIA de forma que reflejara las perspectivas opuestas del trío central de personajes, al tiempo que va cocinando a fuego lento la sensación, muy real para los espectadores, de que hay mucho en juego.
«Intentamos sumergir al espectador en el mundo subjetivo y con frecuencia contradictorio de los protagonistas, con sus aspiraciones, defectos y sus distintas tonalidades», dice Mavropsaridis. «A la vez, queríamos ayudar poco a poco a que el espectador reconstruyera una visión más amplia de todo, que no solo afecta a la situación de los personajes, sino a todos nosotros, y que tendrá consecuencias nefastas si no nos preparamos para cambiar el rumbo y proteger la Tierra y nuestro futuro común».
GALERÍA DE FOTOS
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