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SINOPSIS
Relata la lucha que mantiene el ministro de economía griego durante las negociaciones del rescate de Grecia en plena crisis del Euro. El ministro representa las esperanzas de muchos ciudadanos al infundir un cambio en el régimen político, financiero y económico europeo. El mayor desafóp al qie se enfrenta la Troika...
INTÉRPRETES
GEORGE CORRAFACE, VALERIA GOLINO, DAAN SCHUURMANS, COLIN STINTON, ULRICH TUKUR, FRANCESCO ACQUAROLI, PHILIP SCHURER, CHRISTOS STERGIOGLOU, ADRIAN FRIELING, CORNELIUS OBONYA, KOSTAS ANTALOPOULOS, CHRISTOS LOULIS
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CÓMO SE HIZO
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PREMIERE
INFORMACIÓN EXCLUSIVA
CARTA DE COSTA GAVRAS...
Estimado señor Varoufakis,
Traté de contactarlo y le he dejado 2 mensajes. No sé si los recibió.
Al leer su entrevista en el New Statesman, supe que había encontrado lo que llevaba buscando hace mucho tiempo: El tema de una película, una obra de ficción sobre una Europa gobernada por un grupo de personas cínicas desconectadas de las preocupaciones humanas, políticas y culturales. Una Europa obsesionada con los números y nada más que con los números.
Su experiencia y, por supuesto, su colaboración son esenciales para que este proyecto salga adelante.
Y sería una película totalmente universal aunque trate sobre Grecia. Estoy dispuesto a ir a Atenas para hablar sobre este tema con usted si así lo desea.
Un cordial saludo y espero que se ponga en contacto conmigo, sea cual sea su respuesta.
ENTREVISTA A COSTA GAVRAS...
¿Cómo se le ocurrió hacer esta película?...
Me parecía evidente y necesario.
Cuando reflexionamos sobre la crisis económica griega más de diez años después de su estallido en 2008, da la impresión que olvidamos que los responsables de esa crisis son los gobiernos que habían dirigido el país casi 30 años, es decir, Nueva Democracia (derecha) y el PASOK (socialista). Ambos partidos permitieron que se acumulara, por incompetencia y/o espíritu de clientelismo, una gigantesca deuda de 320.000 millones.
Una deuda imposible de pagar. Mientras tanto, Francia y Alemania vendían sin ningún escrúpulo sus productos, automóviles y otros, muy en particular los que fabricaba su industria militar, a un país que sabían que estaba sobreendeudado.
Y mientras tanto, la Comisión Europea hacía la vista gorda.
En 2015, Michèle produjo una película en Salónica en plena crisis del cierre de los bancos griegos. Fue entonces cuando, el 14 de julio, me envió una entrevista con Yanis Varoufakis en el New Statesman con un comentario lapidario: «Aquí hay una película».
Desde el comienzo del estallido de la crisis, me pareció que el país estaba entrando en un largo y dramático periodo, uno más desde su fundación como Estado-Nación en 1821. La idea de una película surgió cuando comprendí la trampa de empobrecimiento e impotencia en la que estaban atrapados la mayoría de los griegos.
Pero para hacer una película se necesita una historia y un guión...
Sí. ¿Pero sobre qué? ¿Sobre los engañados o sobre el engaño?
En 2008 me puse a recopilar toda la información disponible sobre Grecia, en griego, en francés y en inglés. Había buenos análisis, pero también contradicciones, tergiversaciones, ataques violentos y muchos aspectos oscuros.
La Comisión Europea y su apéndice, el Eurogrupo, estaban cada vez más involucrados en lo que se estaba convirtiendo en un enfrentamiento abierto con Grecia. Se convirtió en una guerra declarada después de la llegada al poder del partido radical de izquierdas Syriza, de su primer ministro Alexis Tsipras y de su ministro de finanzas Yanis Varoufakis.
Cada vez me parecía más claro que la prioridad de la Comisión y de su Eurogrupo era salvar a los bancos alemanes y franceses. Y no para ayudar al pueblo griego, sino para castigarlo por haber llevado al poder a unos izquierdistas. Cualquier preocupación sobre lo que le estaban infligiendo al pueblo había desaparecido.
Su inesperada resistencia, con las propuestas del gobierno griego y de su ministro de Economía, desencadenó una tormenta de críticas y una avalancha de odio, verbal y escrito, que se vieron acompañadas de la negativa a negociar y la obligación a someterse. De lo contrario, Grecia salía del Euro.
Seguí de cerca estos acontecimientos apasionantes y peligrosos donde el conflicto iba más allá del ámbito de la economía. La violencia política, el odio al otro, los prejuicios y la xenofobia, la corrupción de las ideas se intensificaban cada vez más. En la abundante documentación que había reunido constaba todo esto y mucho más. Los protagonistas, las víctimas, los líderes ocultos de esas situaciones dramáticas…
¿Pero cómo se elabora un guión a partir de ese aluvión de información?...
Me recordaba a la historia del niño que ve un gran bloque de mármol en el taller del escultor. Cuando regresa después de un tiempo, ve la cara de una mujer preciosa en el bloque. «¿Cómo sabías que estaba ahí dentro?», le pregunta entonces al escultor.
Yo sabía que había un guión encerrado en aquellos archivos… ¿pero cuál?
Entonces, ¿cómo consiguió crear un guión con su «bloque de documentación»?...
El mensaje de Michèle y el artículo me llevaron a Varoufakis, sobre el que tenía ciertos prejuicios como resultado de las cosas negativas que toda la prensa escribía sobre él. Mis prejuicios desaparecieron cuando dimitió como ministro del gobierno de Tsipras tras el triunfo del NO en el referéndum -61%- contra el diktat de la Comisión de someterse a las condiciones del rescate.
Varoufakis había aceptado la voluntad del pueblo mientras el Parlamento votaba de forma contundente (73%) a favor del SÍ después de que Alexis Tsipras aceptara el MoU, el «Memorandum of Understanding», un marco normativo intocable para la Comisión y el Eurogrupo.
En resumen, el pueblo había sido derrocado. Varoufakis no lo aceptó.
Así que quise conocerlo. En el verano de 2015, fuimos a verlo con Michèle en la isla de Egina, a él y su esposa Danae. Hablamos durante un larguísimo fin de semana. Me explicó con gran detalle los cinco meses y doce días que había pasado en el gobierno de Tsipras y sus negociaciones con el Eurogrupo.
Me hizo escuchar las grabaciones que había hecho, a modo de denuncia, durante las reuniones del Eurogrupo en Bruselas, en Riga y en otros lugares, y durante sus conversaciones con Wolfgang Schäuble, el todopoderoso ministro alemán de Finanzas. Me dio a leer las notas de sus reuniones con personalidades, sobre todo con Alexis Tsipras.
Al final de esa primera reunión, me contó su plan para escribir un libro sobre su experiencia de outsider convertido en un insider de la política. Seguimos en contacto y acordamos que me enviaría los capítulos de su libro a medida que los fuera escribiendo.
Por mi parte, yo estaba escribiendo mi biografía mientras seguía de cerca los acontecimientos en Grecia. El 31 de octubre de 2016, recibí los tres primeros capítulos de su libro, y a finales de diciembre algunos otros. Finalmente, en marzo de 2017, recibí la totalidad de los capítulos, el prefacio y el epílogo.
Yo llevaba pensando en la estructura del guión desde nuestro encuentro. Decidí explorar la trampa, pero sin descuidar a los atrapados. Tenía un hilo conductor centrado en las reuniones del Eurogrupo. Y para los diálogos, las grabaciones que me había hecho escuchar. Terminé mi biografía y comencé a trabajar en el guión.
¿Yanis Varoufakis participó en el guión?...
Por principio, no trabajo con los autores de los libros que adapto.
En lo que respecta a este proyecto, le pedí a menudo a Yanis Varoufakis detalles técnicos y económicos para comprobar y completar algunas escenas del guión y para comprender ciertas situaciones propias de ese laberinto que es la economía.
¿Sigue sintiéndose griego?...
No olvidamos nunca el país donde nacimos. Sobre todo si ese país es Grecia. Salí huyendo del país porque a los jóvenes de mi clase social sólo les ofrecía una vida de sumisión en una teodemocracia.
Como inmigrante, Francia me permitió superar todos mis sueños.
Mi sentido de la “identidad griega” volvió surgir cuando los coroneles tomaron el poder. Mi forma personal de resistencia fue rodar ”Z”.
Hace diez años, la crisis griega, al sumergir al país en la misma situación que me había hecho salir de allí, me llevó de forma natural a expresar de nuevo mi rabia. El resultado es “Adults in the Room”.
Tiene una carrera internacional. ¿Por qué decidió rodar la película en Grecia y con griegos?...
¡Pero no rodamos sólo en Grecia ni sólo con griegos! Lo hicimos en París, Londres, Bruselas, Frankfurt, Berlín, Riga… De hecho, reconstruimos las sesiones del Eurogrupo en Atenas porque nuestros actores griegos, todos ellos actores de teatro, no podían ausentarse quince días seguidos.
Había dos posibilidades para la película. Una económicamente más eficiente: toda en inglés con “estrellas» que encarnaran a Yanis Varoufakis y Alexis Tsipras. Otra, en inglés y en griego, sin estrella internacional ya que ningún actor «taquillero» habla griego.
Elegimos la solución económicamente más difícil pero la única aceptable, tanto en el plano artístico como político.
Encontramos en Grecia y en toda Europa el reparto perfecto.
Decidimos que cada personaje importante de la película estuviera representado por un actor de la nacionalidad del personaje.
¿Era importante tener actores que se parecieran a sus personajes?...
No he hecho una recreación. Pero me pareció importante respetar ciertas características como la edad, la altura o la corpulencia.
La película es una reflexión sobre acontecimientos reales, adaptados y que respondieran a la lógica cinematográfica, con sus limitaciones de tiempo y espacio.
Lo que me interesa es el significado de los hechos, no la anécdota.
En esta historia, lo importante es la aventura humana. Cómo estos acontecimientos afectan la vida política, social y económica de la sociedad y no sólo a la de Grecia.
Es una elección personal y política. Se trata de una tragedia.
No sé quién dijo: «La política es la economía, la economía es la tragedia».
Me enfrenté a personajes y situaciones de una tragedia donde todos tienen razón, o más bien sus propias razones.
La vida privada de los personajes no tenía ni cabida, y tampoco tenía interés. Lo importante es lo que él o ella representan, lo que él o ella defienden, y por último su capacidad de empatía, la firmeza de sus convicciones, su voluntad y su determinación.
¿Se reunió con líderes europeos?...
No quise reunirme con el resto de los participantes de esta historia. Todos habrían tenido su versión, probablemente autohagiográfica. Sus escritos, entrevistas y grabaciones fueron suficientes.
Pero es cierto que algunos quisieron reunirse conmigo.
Klaus Regling, Director General del MES (Mecanismo de estabilidad europeo) vino a vernos a París.Me comentó que el libro de Varoufakis era tendencioso… el informe del Tribunal de Cuentas Europeo sobre «La intervención de la Comisión en la en la crisis financiera griega» -muy crítico con el papel de la Comisión y del Eurogrupo- lo habían escrito «economistas europeos incapaces de comprender la situación en su conjunto”…
… la declaración de Pierre Moscovici en Corriere della Sera según la cual «En el caso griego, no hubo democracia en el Eurogrupo» fue irresponsable y prescindible…
Otros, como Pierre Moscovici, Jean-Claude Juncker, Mario Centeno, el nuevo presidente del Eurogrupo, e incluso Jeroen Dijsselbloem, su predecesor, reconocen hoy, directa o indirectamente, que no hubo democracia en el Eurogrupo durante el caso griego.
Es esa tragedia, todavía sin cerrar, lo que cuento en “Adults in the Room”.
LOS ACONTECIMIENTOS QUE INSPIRARON A LA FICCIÓN...
2010: El Estado griego quiebra y amenaza con llevar a la bancarrota a los bancos franceses y alemanes. Ante el inminente colapso de la zona euro, los gobernantes de Europa deciden conceder a Grecia el mayor préstamo de la historia, pero sus condiciones conllevan el colapso total de su economía.
Para supervisar este préstamo, crean la Troika: funcionarios de la Comisión Europea (CE), del Banco Central Europeo (BCE) y del Fondo Monetario Internacional (FMI) que actúan bajo la cobertura política del Eurogrupo (ministros de finanzas de la zona euro).
2011 - 2014: El préstamo rescata a los banqueros, pero los ciudadanos europeos son los que lo asumen, no solo los griegos. Los líderes europeos lo saben. Christine Lagarde (FMI) llega a decirle a Varoufakis: «No puede funcionar. Pero hemos invertido demasiado capital político y no podemos volvernos atrás».
Las medidas de austeridad que se imponen a Grecia, es decir el «precio» del préstamo de 2010, provoca una recesión espeluznante. En 21012, un segundo préstamo aún mayor va acompañado de un segundo plan de austeridad. Grecia pierde el 27% de su PIB y su deuda se dispara. Un millón de personas pierde sus empleos, las pensiones caen un 45%, los salarios un 40%, los jóvenes comienzan a emigrar en masa, las tasas de suicidio y mortalidad infantil se disparan... En 2014, el 60% de los niños viven por debajo del nivel de pobreza. Una crisis humanitaria se cierne sobre Grecia
SYRIZA, la Coalición de la Izquierda Radical liderada por Alexis Tsipras, triunfa por primera vez en unas elecciones generales. Tsipras nombra a Varoufakis ministro de Economía y le encarga la tarea concreta de renegociar la deuda para poner fin a la austeridad y hacer frente a la crisis humanitaria de Grecia. Varoufakis negocia una reestructuración de la deuda, tipos impositivas más bajas y el fin del acoso a los ciudadanos más débiles.
2015: La Troika se niega a discutir sus propuestas y quiere que lo retiren de las negociaciones: se inicia un proceso deliberado para destruir su credibilidad, una verdadera «campaña de difamación» contra él. Varoufakis está cada vez más aislado dentro de su propio gobierno y le dan un ultimátum: aceptar nuevas y gigantescas medidas de austeridad y abandonar las conversaciones sobre la reestructuración de la deuda, o salir del euro. Al final, Tsipras somete el ultimátum al pueblo griego en forma de referéndum. A pesar del valiente voto NO emitido por el pueblo, el gobierno griego se pliega a las peticiones de la Troika. Al día siguiente, Yanis Varoufakis presenta su dimisión.
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