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NOTAS DEL DIRECTOR...
No fue posible rodar “Conspiración en El Cairo” en Egipto. No he podido volver allí desde 2015, cuando, tres días antes de que empezáramos a rodar “El Cairo Confidencial”, los servicios de seguridad egipcios nos ordenaron abandonar el país. Desde entonces, figuro en una lista de indeseables que, de volver a pisar suelo egipcio, serían detenidos de inmediato. La decisión se hizo pública incluso en la televisión egipcia. Es lamentable, me encanta este país, he pasado tiempo aquí, tengo amigos y familia. Mi madre es sueca, mi padre egipcio, me considero un egipcio de Suecia. No soy nacionalista, pero es un país que me gustaría enseñar a mis hijas, y mi amor por él no se ve correspondido.
Esta película es un thriller político ambientado en Al-Azhar, una mítica Universidad de El Cairo. Al-Azhar es el epicentro del poder en el islam suní. También es un lugar donde se cruzan el pasado y el futuro. Mi abuelo, que nació en una pequeña aldea llamada Fisha Bana, en el corazón del delta del Nilo, fue admitido en la universidad de Al-Azhar, en aquella época la más prestigiosa de África y Oriente Próximo. Fue el primero de su pueblo en recibir una educación reglada, lo que no era habitual en la época.
Estaba releyendo El nombre de la rosa, el thriller medieval de Umberto Eco que transcurre en un monasterio. Como hago a menudo, jugué con esta idea: "¿Y si contara una historia así pero en un contexto musulmán? ¿Sería posible? ¿Se me permitiría? ¿Es peligroso?". La misma sensación que cuando jugaba con fuego de niño. Una vez que empecé a seguir esta línea de pensamiento, no pude parar. No sólo podía hacerlo, sino que tenía que hacerlo.
Empecé a imaginar una historia ambientada en nuestra época. Imaginé a un joven, Adam, hijo de un pescador, que obtiene una beca para estudiar en Al-Azhar. Está convencido de que su padre se opondrá porque le necesita para su pesca diaria. Finalmente, para su sorpresa, su padre acepta porque considera que es la voluntad de Dios, contra quien nadie puede luchar, ni siquiera él, su progenitor.
Sé, por supuesto, que cuando menciono el islam, uno piensa inmediatamente en las noticias y en todas las cosas terroríficas mostradas por doquier. El islam está permanentemente en los medios de comunicación y, sin embargo, la gente no conoce esta religión, que practican más de mil millones de creyentes y que forma parte de su vida cotidiana.
El islam es la religión más joven del mundo, es pragmática y utiliza muchos cuentos y fábulas con fines educativos. Yo crecí con estas historias. En la película, oímos a Ibrahim y Adam hablar de la figura histórica de Tariq Ibn Ziyad, el líder militar que se lanzó a la conquista de España a principios del siglo VIII; luego, en su conversación con el jeque ciego, Adam habla del debate entre los seguidores de Mahoma tras su muerte.
A menudo, estas fábulas nos recuerdan la humildad ante Dios. Incluso el predicador debe recordar que sólo es un hombre, como el propio Dios recordó al Profeta. Pensamos que Allahu Akhbar significa "Dios es grande", pero es un error, lo que significa es "Dios es más grande". Más grande que cualquier persona, más grande que un rey, que, como los demás, debe inclinarse, con la cara en el suelo, ante Él. Es una idea revolucionaria y un pensamiento liberador: no eres el centro del mundo, algo que sería demasiado pesado de soportar