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MUJER DENTRO DE CISNE: NATALIE PORTMAN COMO NINA...
Antes incluso de finalizar el guión de CISNE NEGRO, Aronofsky sabía quién interpretaría a Nina, la bailarina candidata a bailar el solo, que se ve sometida a inquietantes fantasías y espeluznantes sucesos mientras prepara el papel más importante de su vida. Tenía que ser Natalie Portman.
Hacía varios años que Aronofsky había contactado con Portman para hablarle de la película, por entonces todavía en ciernes. “Muy poco tiempo después empecé a pensar el concepto inicial de CISNE NEGRO, y quedé para tomar café con Natalie en Times Square”, recuerda Aronofsky. “Natalie había hecho mucho ballet antes de convertirse en actriz y había seguido haciéndolo durante años simplemente para estar en forma. Natalie me dijo enseguida que algo que siempre había querido hacer era interpretar a una bailarina”.
Aunque pasaron casi diez años desde su reunión hasta que el guión de CISNE NEGRO estuvo finalizado, cuando Portman lo leyó, se quedó fascinada por el tortuoso recorrido mental de Nina.
PUNTAS Y TORTURA: ENTRENAMIENTO Y COREOGRAFÍA...
Darren Aronofsky sumerge a los espectadores en la cruda, ambiciosa y sudorosa realidad que se desarrolla en el backstage del mundo de la danza a la que pocas personas tienen acceso.
Rodar el ballet desde dentro implica una combinación de investigación personal, intensiva formación actoral y viscerales técnicas de cámara.
Aronofsky reclutó a una compañía de ballet dirigida por el coreógrafo Benjamin Millepied, estrella de la danza del New York City Ballet y creador de coreografías de ballet mundialmente reconocido. Aunque se trataba de su primera experiencia coreográfica para la gran pantalla, Millepied aceptó inmediatamente.
Su tarea consistiría en tomar los momentos más importantes de “El lago de los cisnes” y coreografiarlos de manera que quedaran perfectamente integrados con la visión cinematográfica que Aronofsky quería dar a la idea de Thomas Leroy de una producción original y “revitalizada”, y que, al mismo tiempo, pudiera ser ejecutada por dos actrices que, aunque muy voluntariosas, no eran bailarinas de toda la vida..
Para Portman y Kunis supondría un intenso entrenamiento. Para ayudarlas a formarse mejor, Millepied congregó a un equipo de profesores de ballet, que incluía a la legendaria Georgina Parkinson, principal bailarina del Royal Ballet y directora del American Ballet Theatre durante 30 años, que desgraciadamente falleció justo dos semanas antes de que finalizara el rodaje de la película. También trabajaron con las actrices las profesoras de ballet Marina Stavitskaya, directora del repertorio clásico en el Manhattan Youth Ballet, y Olga Kostritzky, entre cuyos antiguos alumnos destacan Mikhail Baryshnikov y Jock Soto.
Todos ellos indujeron a Portman y Kunis a hacer cosas con sus cuerpos que no sabían que fueran posibles, y a ambas les supuso un enorme coste físico.
El agotamiento no constituyó ni siquiera la mitad del trabajo. Tanto Portman como Kunis tuvieron que luchar contra las lesiones y el cansancio provocado por el sobreentrenamiento a contra-reloj para estar listas en el momento del rodaje.
Portman, que bailó más del 90% de sus escenas, también sufrió una dolorosa lesión de costilla mientras se entrenaba.
A pesar de las dificultades, ambas actrices fueron tan expertamente adiestradas que llegaron a sentirse más potentes y seguras como bailarinas.
EL SALÓN DE LOS ESPEJOS: EL DISEÑO VISUAL...
La producción de CISNE NEGRO comenzó en los exteriores del Lincoln Center, sede del New York City Ballet, y después se rodó durante varias semanas íntegramente en Nueva York, principalmente en Manhattan pero también en el Centro de Artes Escénicas de la Universidad Estatal de Nueva York en Purchase, el versátil teatro donde Bob Fosse filmó buena parte del clásico de la danza “All that jazz”.
Aronofsky trabajó con su competente equipo de diseño en la combinación de dos ideas visuales: por un lado, una orgánica visión del ballet a través de un crudo trabajo de cámara en mano, y por otro, una surrealista y aterradora pero también potente serie de imágenes a partir de espejos refractivos e inquietantes visiones de dobles identidades que diluyen los límites de la realidad.
La tarea de concebir el mundo físico de CISNE NEGRO cayó en manos de la diseñadora de producción Thérèse DePrez. En este filme, DePrez se enfrentó al doble reto de diseñar tanto un thriller psicológico que transcurre en Manhattan como una producción para la gran pantalla de “El lago de los cisnes”, uniendo ambos en cada detalle.
Muchos de los decorados de la película debían presagiar sutilmente lo que más tarde iba a suceder en la representación de “El lago de los cisnes”.
Todo confluía para constituir el más grande reto de DePrez: diseñar el decorado para una nueva representación de “El lago de los cisnes”, una representación que debía ser oscura, moderna, angustiosa y, sobre todo, enormemente cinematográfica.
Luego estaba la extraordinaria tarea de conseguir que el vestuario de una compañía de ballet de Nueva York fuera totalmente novedoso en su representación del clásico "El lago de los cisnes". Para llevarlo a cabo, Aronofsky se puso en contacto con dos entusiastas diseñadoras de moda, Kate y Laura Mulleavy, hermanas conocidas popularmente en el mundo de la moda como Rodarte. Aronofsky pensó que el diseño gótico, romántico y sin embargo absolutamente excesivo de Rodarte podía actualizar la imagen tradicional del ballet de una forma sorprendente.
EL BIEN Y EL MAL EN LA DANZA: LA HISTORIA...
El director Darren Aronofsky sumerge al público en un ficticio y perturbador mundo de falsas ilusiones, dobles apariencias y paranoia en su primer thriller psicológico.
Lejos del típico thriller enmarcado en el mundo del crimen o de las casas encantadas, el profundamente realista retrato que Aronofsky realiza de una mujer, desentrañando lo más recóndito de su mente, tiene lugar en el universo más inesperado: el artísticamente electrizante y físicamente exigente mundo del ballet profesional. Para Aronofsky era el lugar idóneo para desarrollar una historia visualmente explosiva sobre la obsesiva presión por alcanzar la perfección.
Aunque empezó a pensar en esta historia hace quince años, Aronofsky señala que CISNE NEGRO es intencionadamente un complemento a su más reciente filme, “El luchador”.
Asimismo, ambas películas tienen un nexo de unión en la actuación de sus actores protagonistas, que les exige profundizar más allá de la superficie, dice Aronofsky, quien compara el nivel de compromiso de Portman con el de Rourke.
Los desafíos de realización que implicaba CISNE NEGRO también fueron muy similares a los que supuso la particularmente intensa producción de “El luchador”, incluso quizás más complicados.
Y después estaba el entrenamiento que Natalie Portman tuvo que realizar para interpretar unas escenas de ballet tan incandescentemente líricas, pues están llenas de creciente tensión y malos augurios.
Fue una ocurrencia de Aronofsky unir la idea original de Heinz con la historia que narra el ballet más popular del mundo, “El lago de los cisnes”. Aronofsky estaba trabajando también con Heyman en la creación del macabro e innovador giro que generaba la historia.
“Darren y yo llevábamos años hablando de hacer un thriller sobre el mundo del ballet”, rememora Heyman. “Lo que yo hice fue encajar la trama de ‘El lago de los cisnes’ por completo en el borrador inicial del guión. Eso lo cambió todo y se convirtió en el punto de partida de una moderna historia neoyorquina sobre la dualidad, la doble personalidad y el miedo a que alguien o algo se apodere de tu vida”.
Cuando el guión definitivo llegó a ser un mundo en sí mismo, Heyman afirma que resultó cada vez más difícil enmarcarlo dentro de un género.