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LOS TRES CABALLEROS: FERNANDO TRUEBA, JAVIER MARISCAL Y TONO ERRANDO...
El ganador del Oscar Fernando Trueba conoció al aclamado diseñador y artista Javier Mariscal hace diez años cuando le encargó el cartel y la creación gráfica para su documental sobre el jazz Latino "Calle 54". A partir de allí, comenzó una fructífera colaboración: Mariscal realiza el interiorismo de la Sala Calle 54 Club en Madrid y diseña toda la imagen gráfica relacionado con la discográfica de Trueba, Calle 54 Records. La idea de hacer un largometraje de animación surgió de uno de los vídeos, “La Negra Tomasa” del músico cubano Compay Segundo.
CHICO & RITA: LA CHISPA CREATIVA...
Desde el principio, estaban entusiasmados con la idea de hacer una película sobre la música que existía en La Habana durante el final de los años cuarenta y cincuenta. A pesar de su conocimiento enciclopédico y su enorme entusiasmo por la música cubana de este período, fue Trueba el que insistió en que esto debería ser el trasfondo y no la historia.
FILMADO EN LA HABANA...
A pesar de que "Chico & Rita" es un largometraje de animación, los co-directores se pasaron cuatro semanas filmando en La Habana, lo cual resultó inestimable por dos razones. Explica Trueba: “Puedes darle la información óptica sobre los movimientos de los actores a los animadores y también puedes crear movimientos con la cámara más orgánicos, más humanos.” Pero reconoce que se resistía inicialmente. “Pensaba, estoy realizando una película de animación por una vez, no necesito trabajar con actores. Fue Tono el que me convenció de que debía hacerlo y tengo que reconocer que tenía toda la razón”.
IMAGINANDO EL MUNDO DE CHICO Y RITA...
Antes de poder comenzar a dibujar las numerosas localizaciones de interiores y exteriores en Cuba, Mariscal realizó un intenso viaje de investigación. Aunque el estancamiento económico del régimen castrista ha evitado que La Habana fuese transformada por el rápido desarrollo que se ha visto en la últimas cinco décadas, muchos de los edificios están deteriorados por el paso del tiempo. Los realizadores se toparon con un tesoro inesperado al descubrir que el gobierno de la época había preservado un archivo de fotografías de cada una de las esquinas de La Habana a partir de 1949, “que coincidía con la fecha de arranque de nuestra historia”.
También encontraron fotos tomadas dentro de los aviones que trasladaban a los norteamericanos a esta isla de fiestas. Dice Mariscal: “Todos los días llegaban aviones procedentes de Nueva York, Washington y especialmente Miami. En estos vuelos les acompañaban un conjunto de músicos cubanos contratados para entretenerles. Encontramos fantásticas fotos de músicos tocando y norteamericanos fumando, borrachos”. El artista regresó a Barcelona inspirado. “Las fotos que encontramos nos aportaron mucha información sobre los cubanos de esa época, las ropas que vestían, sus caras, sus calles, sus anuncios, coches, bares, es decir… la vida increíble de una increíble ciudad”.
LA HISTORIA ES TODO...
“Toda decisión es sobre la historia”, dice Mariscal. “Cada punto, cada línea, cada color, cada movimiento, cada fondo es para contar la historia. El mundo que se crea siempre tiene que ver con “Ay, sí, Rita, por favor bese a Chico de nuevo, fantástico” y no “Oh qué bonito dibujo de Mariscal, qué buena luz, qué gran movimiento”. No, yo hago unos dibujos fantásticos y luego los tiro porque no valen para el momento. Todo el rato estoy pensando en qué funciona mejor para el público. Esto es lo que tengo que hacer”.
EL ESTILO DE ANIMACIÓN...
Una decisión creativa clave para los realizadores fue el estilo de animación: ¿Cuánto de real, cuánto de gráfico debería ser? Explica Errando: “Tuvimos que investigar qué calidad de movimiento necesitábamos para la película. La acción real es muy precisa. Con la animación, hay que inventar otra realidad. Mueves un personaje de otra forma. Es otra calidad de movimiento. Tienes todos estos sentimientos que te están dando los actores, pero, por otro lado, queríamos la poesía que puede aportar la animación. Nos pasamos seis meses descubriendo el balance más adecuado”.
Formar un equipo de animadores capaces de darle vida a los diseños de Mariscal también fue un reto. Dice Errando: “En una película, necesitas hacer un gran casting; en la animación los actores son los animadores. Escogimos algunos de los mejores animadores disponibles, todos con muchísima experiencia. Pero luego teníamos que decirles, “Oye, chicos, olvidaros de todo lo que habéis hecho hasta ahora. Aquí no vais a utilizar las herramientas a que estáis acostumbrados. Abandonad las viejas técnicas y comenzad a hacer animación de una manera muy distinta, muy nueva. Algunos reaccionaron muy bien y lo encontraron fascinante, sin embargo otros no y se vieron muy frustrados. Para nosotros era muy fuerte decirle a un gran profesional, “Lo sentimos, esto no es lo que necesitamos”.