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ENTRANDO EN CEDAR RAPIDS...
    Cuando el guionista Phil Johnston, natural de Wisconsin, comenzó a escribir una comedia sobre un hombre del Midwest que nunca había salido de su ciudad natal y que de repente se veía arrojado a la vorágine del mundo, tenía a un actor en su mente para interpretar a este personaje: Ed Helms.
   Helms se comprometió totalmente con el proyecto incluso mucho antes de que la financiación de la película apenas se atisbara a ojos de los productores. Helms y el guionista Johnston colaboraron estrechamente, desarrollando borradores previos del guión y profundizando en el personaje, lo que aumentó el interés de Helms por afrontar el papel.
   Como fan incondicional de las películas producidas por Alexander Payne y de la descarnadamente humana sensibilidad cómica característica del Midwest que ha transmitido en todas ellas, Helms propuso la compañía del productor, Ad Hominem Enterprises, en la que Payne participa con sus socios Jim Burke y Jim Taylor, como potencial productora de CONVENCIÓN EN CEDAR RAPIDS.
   A Payne le encantó el ingenioso concepto de la historia, pero lo que más le entusiasmó fue ver a Ed Helms en “Qué paso ayer” y darse cuenta de que el actor haría que los dilemas y desastres que experimenta el personaje de Tim Lippe fueran tan creíbles como hilarantemente fuera de la norma.
   Una vez resuelto el papel principal, la siguiente tarea era encontrar a un director que pudiera llevar hasta el límite el tono de comedia, claramente manifiesto pero sin llegar a la burla, de la historia. “Eso era algo absolutamente esencial”, afirma Payne.
Ese director resultó ser Miguel Arteta, que ha conseguido gran renombre gracias a los personajes, absolutamente contemporáneos, que caracterizan a sus películas.
   Arteta dice, “Mi estrategia para CONVENCIÓN EN CEDAR RAPIDS consiste en que la historia debe resultar angustiosa para los personajes pero divertida para nosotros. Es extraordinariamente delicado hacer una comedia que no se base exclusivamente en chistes vulgares. Tienes que conseguir involucrar al público emocionalmente en todo momento, al mismo tiempo que le proporcionas algo de lo que reírse, y eso es lo que hemos intentado hacer”.

CREANDO CONVENCIÓN EN CEDAR RAPIDS...
   La mayor parte de la acción de CONVENCIÓN EN CEDAR RAPIDS transcurre en torno al Hotel Royal Cedar Suites.
La creación del Royal Cedar Suites empezó por la búsqueda del hotel propio del Midwest, con ese estilo de complejo hotelero tan específico de la zona que tiene una piscina justo en el medio del vestíbulo central, impregnando todo el lugar con el penetrante aroma del cloro. Finalmente, los realizadores descubrieron que lo que estaban buscando no estaba precisamente en Cedar Rapids, Iowa, sino a las afueras de Ann Arbor, Michigan, donde los hoteles Clarion y Conference Center reunían las características arquitectónicas necesarias para el Royal Cedar. (Se rodaron secuencias adicionales en Cedar Rapids para captar el ambiente de la segunda ciudad más grande de Iowa, que se ha visto raramente en cine).
   Meerdink y su equipo incorporaron nuevo mobiliario, accesorios de iluminación e incluso cuadros, creando con maestría un auténtico pero indiscutible cómico reflejo del Midwest.
   Trabajando estrechamente con Arteta, Meerdink creó un contraste entre el relativamente ostentoso y frenético mundo de la convención y el más reposado y estático hogar de Tim Lippe en Wisconsin.
   Meerdink dice que todo el equipo trabajó de forma sincronizada para conseguir transmitir que la aventura de Tim podría haber ocurrido realmente.
Chuy Chavez, que ha filmado la mayor parte de las películas de Arteta, dice que el estilo visual tenía que transitar por una línea muy delgada. “Queríamos que el aspecto de la película fuera algo muy sutil que no distrajera al público de lo esencial, pero también que fuera cada vez más vital”, señala Chavez.
   La diseñadora de vestuario Hope Hanafin, también responsable del vestuario de la innovadora comedia musical “500 días juntos”, trabajó estrechamente con Chavez y Meerdink para reflejar los radicales cambios que Tim Lippe va experimentando a lo largo de la película.
   A través del diseño de la película, Arteta quería subrayar la convulsa naturaleza de las convenciones, que, bien sean reuniones de negocios, políticas o incluso festivales de cine, juntan a personas muy dispares durante unos pocos e intensos días.

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