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SINOPSIS
Durante la celebración de la Maratón de Boston en 2013, una serie de bombas explosionan provocando un sin fin de víctimas. El comisario de policía Ed Davis es asignado al caso para que investigue los hechos y de con los causantes del atentado...
INTÉRPRETES
MARK WAHLBERG, JOHN GOODMAN, MELISSA BENOIST, MICHELLE MONAGHAN, J.K. SIMMONS, KEVIN BACON, RACHEL BROSNAHAN, ALEX WOLFF, LANA CONDOR, MICHAEL BEACH, KHANDI ALEXANDER, VINCNET CURATOLA, JAKE PICKING, JAMES DuMONT
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¿QUÉ ES EL DÍA DE LOS PATRIOTAS? ¿QUÉ SIGNIFICA ESE DÍA PARA BOSTON?...
Boston, una de las urbes más antiguas de los Estados Unidos, se fundó en 1630 y es una ciudad repleta de tradición y orgullo. El Día de los Patriotas conmemora las batallas de Concord y Lexington, las primeras batallas de la Guerra de la Independencia de EE. UU. Cada año, en el Día de los Patriotas, el tercer lunes de abril, la ciudad celebra la maratón de Boston (“Lunes de Maratón”). Todo el mundo sale a la calle para celebrarlo y su querido equipo de béisbol de los Red Sox juega en el estadio de Fenway Park. El lunes 15 de abril de 2013, dos terroristas locales concibieron un atentado contra una de las tradiciones más importantes de la ciudad, en el que murieron tres personas y otras 264 resultaron heridas.
Como señala el antiguo comisario de policía de Boston Ed Davis, la ciudad no se encogió de miedo: “(El Día de los Patriotas) es un acontecimiento importante en Boston. Representa nuestra historia y nuestro orgullo por el papel tan importante que Boston desempeñó en la Guerra de la Independencia. Eso es lo que se celebra el Día de los Patriotas. Que nos atacaran entonces, supuso un insulto muy personal, así que respondimos como se merecían”.
HACÍA FALTA CONTAR LA HISTORIA COMPLETA...
En los cuatro días posteriores al atentado, se formó una fuerza operativa compuesta por más de mil agentes del orden locales, estatales y federales para reconstruir la escena del atentado, examinar detenidamente las pruebas y seguir miles de pistas para identificar a los terroristas. El 18 de abril, al seguir una pista de un rehén que había logrado escapar, y con la ciudad básicamente paralizada (los colegios estaban cerrados, el transporte público detenido y se ordenó a la gente que no saliera a la calle), algo básicamente sin precedentes en la historia reciente de EE. UU., los agentes de la ley se enfrentaron a los sospechosos en un prolongado y encarnizado tiroteo en Watertown, donde uno de ellos (Tamerlan Tsarnaev) resultó mortalmente herido. A la noche siguiente, el cómplice de Tsarnaev, su hermano pequeño Dzhokhar, fue capturado mientras se escondía bajo la lona que cubría un barco, en el jardín trasero de un residente de Watertown.
En las noticias, hubo ocasión de ver ampliamente los momentos más importantes del atentado y de la posterior persecución, pero la historia real aún estaba pendiente de contarse por completo... hasta ahora.
El atentado y los extraordinarios días cargados de suspense que lo siguieron sonaban como una auténtica historia de triunfo norteamericana, poblada de héroes de todos los tamaños, desde los supervivientes y sus familias, a los servicios de emergencia, agentes del orden locales y nacionales (uno de los cuales, el agente de patrulla del MIT Sean Collier, fue asesinado en acto de servicio), representantes del gobierno, ciudadanos que proporcionaron pistas inestimables (entre ellos el valiente joven Dun “Danny” Meng, que escapó después de que los terroristas lo tomaran como rehén y avisó a la policía de su paradero). Cada hombre y mujer se convirtió en una pieza de un mosaico más grande.
Tal como lo ve Berg, DÍA DE PATRIOTAS es una película “sobre heroísmo cívico, fuerza y resistencia frente al mal, una historia que pedía a gritos ser contada”.
DÍA DE PATRIOTAS permite a los espectadores “entender de forma más amplia y profunda cómo impactó el suceso a la ciudad y cómo reaccionó esta”, explica el productor Michael Radutzky que, como productor del programa informativo de la cadena CBS “60 Minutes”, fue responsable del primer reportaje de investigación sobre el incidente. Dicho reportaje, que giraba en torno al comisario de policía de Boston Ed Davis, se emitió menos de una semana después del atentado. “Hay algo especial en cómo manejó Boston el atentado, algo sobre el espíritu innato de la ciudad, la determinación de los supervivientes y el compromiso de todos los implicados por ponerle fin”.
A lo largo del proceso de desarrollo del filme, el guion de DÍA DE PATRIOTAS acabaría valiéndose de diversas fuentes, entre ellas el reportaje de “60 Minutes”, así como otros materiales y las numerosas entrevistas que el equipo responsable del proyecto realizó a los supervivientes, servicios de emergencia e investigadores.
Al avanzar el desarrollo del proyecto, la elección de director se hizo primordial. Una opción lógica para este thriller basado en hechos reales era Peter Berg, que está ya bastante familiarizado con películas basadas en historias reales de valor ante obstáculos aparentemente insalvables. Berg es un realizador innovador y visualmente sofisticado, con facilidad para sumir al espectador en la acción.
Radutzky opina que Berg era el director ideal para el proyecto. “Pete es un cineasta magistral que supo encontrar la humanidad de la historia, tratando el tema con honestidad y fidelidad”.
El productor Hutch Parker agrega: “No se me ocurre otro cineasta que haya optado por abordar tantas adaptaciones de no ficción, y lo haya hecho tan bien, lo que es difícil, porque sabes que no solo tienes que contar una buena historia que resulte entretenida, sino que también debe ser fiel a los hechos. En ese aspecto, cuando ves la filmografía de Pete, desde ‘Friday Night Lights’ a ‘El único superviviente’ o ‘Marea negra’, la verdad es que no hay nadie que lo haga mejor que él”.
Como muchos estadounidenses, Berg había seguido los acontecimientos desde el principio. “Me conmovió cómo la ciudad se unió para atrapar a los autores y cómo no dejaron de apoyarse unos a otros”, señala Berg.
Otro tema que Berg encontraba interesante era el modo en que estos actos de terrorismo afectan a la sociedad actual. “Este horroroso incidente y otros similares que se están produciendo por todo el mundo son actos de auténtica cobardía llevados a cabo por extremistas religiosos y otros individuos radicalizados que van dirigidos contra gente inocente”, explica. “Lo que resulta verdaderamente impactante, escalofriante y perturbador de estos hechos es que no se produjeron en las montañas asoladas por la guerra de Afganistán, ni en una ciudad asediada de Oriente Medio, sino en plena calle mayor de una ciudad norteamericana cualquiera”.
A Berg también le interesaba mucho mostrar el esfuerzo conjunto de las fuerzas del orden de la zona de Boston, en estrecha colaboración con el FBI, y cómo superaron tan dura prueba, trabajando incansablemente en las circunstancias más duras, con todo el mundo observándolos. “El valor desinteresado de los miembros de nuestras fuerzas armadas y nuestras fuerzas del orden ha sido una inagotable fuente de inspiración para mí”, afirma el director.
Berg y el resto del equipo responsable del proyecto se documentaron meticulosamente sobre la historia, pasaron varios meses reuniéndose con jefes de policía locales, agentes del FBI asignados al caso, la policía estatal de Massachusetts y otras fuerzas del orden, así como con líderes de la comunidad y de diferentes organizaciones, para asegurarse de que la película reflejara fielmente la experiencia real. “Esta película solo podía funcionar si la ciudad de Boston era un personaje más de la misma. Necesitábamos su colaboración en el proceso, porque les debíamos a todos ellos hacerlo bien”, apunta Berg.
“El tiempo que pasamos en Boston al principio, con los afectados por los acontecimientos, fue esencial”, explica el productor Scott Stuber. “Era la única forma de asegurarnos de estar contando la historia fielmente y con el debido detalle. Les dimos a todos nuestros números de contacto para que, si hubiera algún problema, o recordaran algo más sobre los hechos, pudieran llamarnos para hablarlo. Queríamos que tuvieran la misma clase de acceso que la ciudad nos había dado a nosotros, establecer una auténtica camaradería”.
DÍA DE PATRIOTAS recurre al uso de múltiples líneas argumentales para reflejar la tensión en la que se sumió la ciudad durante las 105 horas que duró la operación de busca y captura. “Las vidas de miles de personas se vieron afectadas por esto”, comenta Berg. “Para captar la magnitud, decidimos seguir a siete u ocho personajes, cada uno de los cuales se vio afectado de diferente manera. Nadie en Boston sabía qué iba a suceder a continuación y había verdadera preocupación por si pudieran producirse más atentados, y con razón. Eso nos permitió ofrecer una perspectiva más amplia del impacto que el atentado tuvo en la ciudad, tanto mediante actos individuales de valor, como mediante actos asombrosos de bondad y compasión”.
Al igual que Berg era la elección obvia para dirigir el filme, quién mejor para representar el espíritu entusiasta y la dedicación de Boston que el actor nominado al Óscar y natural de la ciudad Mark Wahlberg, que se crió en el barrio bostoniano de Dorchester y se encargaría de interpretar un papel central de la película. Wahlberg también ejerció de productor de la misma.
Wahlberg reconoce que, en un primer momento, se sentía un poco reticente a embarcarse en el proyecto. “Es un tema muy delicado para mí, porque todo el mundo en Boston conoce a alguien que se vio directamente afectado. Si iba a hacerlo, quería asegurarme de que la historia fuera fiel”.
Otra consideración era si podía ser demasiado pronto tras el atentado para contar la historia. “Pero, cuando me puse a pensarlo”, explica Wahlberg, "mi reacción fue que, si no lo hacíamos nosotros, lo harían otros y, si no abordaban el tema con el máximo respeto y sensibilidad, iba a ser un problema gordo”.
FIDELIDAD Y DETALLES...
Se hizo todo lo posible por rodar tantas escenas como fuera factible en los lugares donde sucedieron realmente, pero teniendo siempre presente lo delicado del tema y las necesidades de los ciudadanos. “Si había siquiera una sola persona en un barrio que no se sintiera cómoda con nosotros filmando allí, estábamos encantados de trasladarnos a otro lugar”, explica Berg.
Los participantes de la maratón de Boston de 2013 y sus secuelas habían abierto sus corazones tan generosamente al equipo del proyecto, que pensaron que lo mínimo que podían hacer era corresponderles durante el propio rodaje, según el productor Stuber. “Ofrecimos un set abierto para todos los implicados. Aunque observar la recreación les resultó duro por momentos, se mostraron agradecidos por participar y lo encontraron además curiosamente catártico. Su presencia servía para recordarnos que la historia que estábamos filmando trataba sobre gente real y creo que eso nos hizo esforzarnos aún más por rendirles homenaje”.
El responsable de localizaciones Mark Fitzgerald hizo de enlace con los representantes municipales de las distintas localizaciones para conseguir los permisos necesarios para rodar. Algunas no estaban disponibles, mientras que otras no permitían el uso de cámaras, pero, al final, alrededor del setenta por ciento de las localizaciones utilizadas en la película fueron exactamente donde se produjeron los hechos en 2013.
Mientras se llevaba a cabo el proceso de asegurar las localizaciones, el diseñador de producción Tom Duffield empezó a concebir el aspecto del filme. Este proyecto supone su cuarta colaboración con Berg. Junto con el resto de su equipo, entre ellos el director artístico Stephen Cooper y el decorador Ron Reiss, Duffield se puso a trabajar a toda marcha a principios de 2016, visitando las localizaciones reales.
“Inmediatamente, nos dimos cuenta de que tendríamos que reconstruir buena parte de la calle Boylston, donde se produjo el atentado, porque sabíamos que jamás podríamos rodar allí”. Duffield y su equipo fotografiaron hasta el último palmo de la calle Boylston, en el barrio de Back Bay de Boston, que complementaron con materiales de documentación, como fotografías del FBI y fotos personales tomadas en el momento del atentado, así como entrevistas con agentes del orden que estuvieron presentes en el lugar de los hechos.
Ciertamente, uno de los elementos clave que utilizó el equipo del proyecto para recrear los acontecimientos de abril de 2013 fueron las imágenes grabadas esa semana por los medios de comunicación, los espectadores y los sistemas de vigilancia. Este material de vídeo permitió a todos los departamentos conseguir la máxima precisión histórica.
La diseñadora de vestuario Virginia Johnson tuvo que ocuparse de vestir al reparto principal y a miles de extras. Johnson revisó los vídeos y fotos de archivo y consultó con el cuerpo de policía de Boston y otras agencias de las fuerzas del orden. “El teniente Meade, de la policía de Boston, me llevó a la empresa de suministros, donde habían preparado placas, alfileres y armaduras corporales, para que pudiera sacar fotos que utilizar como referencia”, recuerda Johnson. “Hice eso en Watertown y también con todos los demás cuerpos de policía. Todo el mundo se mostró muy generoso con su tiempo y nos enviaron fotos de sí mismos de uniforme. Fue una forma estupenda de empezar el proceso, porque así pudimos estar seguros desde el primer día de estar yendo por buen camino”.
Durante la preproducción, Johnson tuvo oportunidad de hablar y conocer a muchas de las personas reales que aparecen en el filme. Recuerda: “Hablamos con Travis Dixon, que fue el compañero de piso del agente Sean Collier. Nos mostró las botas de Sean, para que pudiera hacer unas botas que estuvieran igual de envejecidas, tan queridas y desgastadas como las suyas. Nos hizo sentir, a mí, a mi equipo y a los actores, como si estuviéramos esforzándonos de verdad por plasmar lo que hacía tan especial a esta persona. Su compañero lo agradeció mucho”.
Berg se encargaría más tarde de entremezclar las imágenes de archivo en la película, lo que sirvió para aumentar la tensión y aportar un toque extra de realismo. Buena parte de las imágenes de archivo se utilizan en escenas tanto en el centro de mando del aparcamiento del Arsenal Mall de Watertown como en las instalaciones del almacén de recopilación de pruebas de Black Falcon del FBI, donde los analistas reunieron los materiales físicos y digitales de los lugares donde se produjeron las explosiones para identificar a los sospechosos. Al final, el director acabó revisando cientos de horas de metraje de la maratón recopiladas de diversas fuentes.
Los materiales de archivo fueron esenciales para el aspecto visual general del filme, tal como lo concibieron Berg y su director de fotografía habitual Tobias Schliessler. “Pete quería que la película pareciera lo más inmediata posible, así que decidimos filmarla en un estilo puramente documental, lo que nos permitió utilizar a lo largo de la misma imágenes de archivo de noticias sin que desentonaran con el resto y sacaran a los espectadores de la película”, explica Schliessler.
Al igual que en colaboraciones anteriores como “La sombra del reino” y “El único superviviente”, los cineastas utilizaron este estilo característico que favorece un enfoque suelto, multicámara, y también libera a los actores para improvisar físicamente y ser espontáneos en su búsqueda de la realidad de cada escena. “Conté con los mejores operadores de cámaras portátiles, todos los cuales habían trabajado ya con Pete en sus tres últimas películas”, aporta Schliessler. “Lograron grabar las escenas con un estilo que daba a Pete la opción de cambiar de ángulo y filmar la puesta en escena sin interrumpir la inercia del momento”.
El productor Hutch Parker se deshace en elogios hacia este atrevido estilo visual. “El día del atentado estuvo lleno de momentos inesperados y cosas que sucedían espontáneamente a diestro y siniestro, y el estilo de realización de Pete capta a la perfección esa especie de energía pura”.
Parker agrega: “(Pete) confiaba en los instintos de su reparto y su equipo, y trabajamos todos juntos y sincronizados. Creo que eso dota a la película de una mayor resonancia emotiva, especialmente porque todo sucede en tiempo real”.
Mark Wahlberg destaca la importancia del espíritu de colaboración durante el rodaje; en el que todos estaban decididos a contar la historia con todo detalle, por pequeño que fuera: “Menos mal que dispusimos de un material excelente y todo el mundo tenía las mejores intenciones. No pensábamos movernos hasta que quedara bien. Pensábamos hacer que todos se sintieran orgullosos”.
DE PRINCIPIO A FIN...
DÍA DE PATRIOTAS se filmó a lo largo de 45 días en la primavera de 2016, en exteriores de 14 comunidades de Boston y su periferia, como el centro de Boston, Cambridge, Dorchester, Fenway, Framingham, Hopkinton, Jamaica Plain, Malden, Newton, Peabody, Quincy, Rockland, Watertown, South Weymouth y Woburn, así como en platós de Peabody.
El rodaje empezó el 29 de marzo de 2016 en Quincy, un suburbio de Boston. Berg intentó en la medida de lo posible filmar cronológicamente durante la mayor parte del rodaje, lo que no solo resultó útil a los actores, sino que ayudó a los departamentos de vestuario, peluquería y maquillaje a mantener la continuidad. Berg también se preocupó por reunirse con su reparto y su equipo cada mañana en el set para explicarles la importancia y la responsabilidad de lo que estaban rodando en un determinado día.
El rodaje se trasladó a Dorchester, localidad natal de Wahlberg, y luego al municipio de Peabody, en la costa norte de la ciudad. Se transformó un enorme almacén en el interior del centro de mando que el FBI tenía en el almacén de la terminal de cruceros Black Falcon, junto al puerto de Boston. “No podíamos usar la terminal Black Falcon porque la habían modernizado desde 2013”, explica el diseñador de producción Duffield. “Así que utilizamos unas instalaciones en Peabody que eran más grandes todavía y básicamente las reformamos para que se parecieran a la auténtica Black Falcon”.
El parking exterior de los platós de rodaje hizo las veces del aparcamiento del Arsenal Mall de Watertown, centro de mando donde se juntaron más de 2500 miembros de las distintas agencias de las fuerzas del orden durante la investigación, y donde el gobernador Patrick decidió paralizar la ciudad y llevar a cabo un registro puerta por puerta en busca de Dzhokhar Tsarnaev. También en Peabody, una gasolinera hizo las veces de la estación de servicio de Shell en Cambridge, donde Dun Meng lleva a cabo su audaz huida de los hermanos Tsarnaev.
Una de las secuencias más complicadas y delicadas de rodar de la película era la recreación de la maratón de Boston, la más antigua del país. El 18 de abril de 2016, el equipo de la película obtuvo autorización para filmar escenas de la maratón, para captar el esplendor y todas las celebraciones, que habrían sido imposibles de recrear. La maratón contaba con unos 30 000 corredores y medio millón de espectadores llenando las calles de Boston a lo largo de los 42 195 metros de recorrido, con la línea de meta en la calle Boylston.
Con la cooperación y coordinación de la ciudad, las fuerzas del orden y la Asociación Atlética de Boston, el equipo de la película obtuvo un acceso excepcional a los distintos municipios que atraviesa la carrera, empezando por la línea de salida en Hopkinton. El equipo de rodaje distribuyó diez equipos de cámaras a lo largo del recorrido de la maratón.
En la línea de meta de la zona de la plaza Copley, el equipo de la película contó con una ventana de filmación de dos horas antes del comienzo de la propia carrera, para rodar una escena de Wahlberg patrullando la zona de la línea de meta. “Tuvimos la enorme fortuna de poder pasar el día en la maratón”, opina Berg. “Nos emocionó que nos permitieran filmar en ese lugar, fue un día intenso y emotivo, tanto para el reparto como para el equipo técnico”.
Muchos de los que se apuntaron para hacer de extras en la secuencia estuvieron en la maratón de 2013 como espectadores o corredores. El equipo de la película también colaboró con la Guardia Nacional de Massachusetts para que proporcionaran una docena de guardias, que se encargarían de interpretar a los hombres que patrullaban la línea de meta. El personal sanitario y de policía también estaba compuesto por gente con experiencia en esas áreas respectivas.
Por respeto a los implicados, el equipo de rodaje no filmó las propias explosiones y el caos consiguiente que se produjo en la línea de meta en la verdadera calle Boylston. El equipo de producción construyó una réplica a escala real de la línea de meta de la calle Boylston en la ciudad de South Weymouth. “Es básicamente una maqueta de las partes principales de la calle, donde se produjeron las dos explosiones”, aporta Duffield, “lo que incluye la zona de la línea de meta, donde conseguimos a todos los vendedores originales de 2013 para las gradas, el puente de los fotógrafos, barricadas, la tribuna de los jueces y los cronómetros, hasta las propias banderas. Pusimos los dos sets exactamente a la misma distancia que estaban en la calle Boylston. De esa forma, cuando el personal de efectos especiales se pusiera a hacer su trabajo, tendrían ambos sets a la escala precisa”.
Aunque la mayor parte de los decorados no eran más que fachadas frontales, Duffield hizo construir un par de interiores –para Marathon Sports y el club nocturno Forum– que reproducían el aspecto que tenían en 2013. Esas fachadas estaban rodeadas de múltiples paneles de croma verde, para que el supervisor de efectos visuales Sean Devereaux y su equipo de artistas del estudio de Boston Zero VFX pudieran reemplazarlo después por la silueta urbana de Boston, entre los 700 planos de efectos visuales que se utilizarían en la película final.
Para simular los devastadores daños infligidos por las dos bombas de ollas a presión, el supervisor de efectos visuales Matt Kutcher y su equipo utilizaron cañones de aire comprimido llenos de corcho y polvos especiales, que reproducían el fogonazo de la explosión y los escombros que salieron volando con la fuerza de la detonación, así como la ráfaga de aire que agitó las banderas situadas en la línea de meta. “En 28 años haciendo esto, nunca había tenido un proyecto que mostrara algo tan espantoso, que tuviéramos que recrear con tanta precisión”, confiesa Kutcher. “Lo reconstruimos de arriba abajo, con todo lujo de detalles. Tuvo un impacto, tanto visual como emocional”.
El rodaje se trasladó después al Hospital de Rehabilitación Spaulding, en Cambridge, para replicar el interior del Centro Médico de Boston, donde atendieron a docenas de supervivientes de la maratón tras las explosiones, entre ellos Jeff Bauman, Jessica Kensky y Patrick Downes, y al mayor de los sospechosos del atentado, Tamerlan Tsarnaev, tras su tiroteo con la policía de Watertown. El equipo de la película reclutó a varios asesores médicos para ayudar a dotar a esas escenas de realismo. Entre ellos se encontraban Linda Klein, antigua enfermera quirúrgica, y el Dr. Jeffrey Kalish, un destacado cirujano cardiovascular del Centro Médico de Boston, que trató personalmente y salvó las vidas de docenas de los heridos en 2013. Aunque tres personas perdieron la vida en la línea de meta, todos los heridos que llegaron a un hospital sobrevivieron.
El Dr. Kalish estuvo presente en el rodaje de la mayoría de las secuencias médicas, en las que sus conocimientos en respuesta quirúrgica y cirugía resultaron inestimables. Describe la experiencia como “memorable. He visto la representación de las escenas de cirugía y otras secuencias médicas, y no pasaba un minuto durante el rodaje sin que el director y sus ayudantes no se detuvieran a preguntar a los asesores si todo era exacto”.
La mujer de Kalish corrió en la maratón de 2013 y él estuvo allí con sus dos hijas para animarla. “Nos encontrábamos en la calle Boylston probablemente menos de un minuto después de que estallaran las bombas. Suele ser un día alegre, pero esta vez todos iban en dirección contraria, mientras que sirenas, coches de policía y ambulancias se dirigían a la calle Boylston”, recuerda. “En ese momento, todavía no sabía lo que estaba pasando y solo quería llegar hasta mi mujer para sacarla de allí. Pronto supe que estaba bien, y entonces recibí una llamada de uno de los residentes del hospital. Las preguntas que me hizo fueron: ‘¿Estás bien? ¿Está bien tu mujer? Y si lo estáis, ¿podrías hacer el favor de venir a trabajar?’”.
Cuando llegó al Centro Médico de Boston, fue directo al quirófano. “Había ocho quirófanos distintos, todos con distintas operaciones en marcha y con cirujanos de todas las especialidades imaginables. Era algo asombroso de ver, cómo se unieron todos, saliéndose de lo que estaban habituados, para hacer lo que fuera necesario para ayudar”.
Kalish dice que los catastróficos acontecimientos del 13 de abril son algo que ni él ni sus compañeros doctores olvidarán jamás. “Lo que vimos ese día y esa semana y ese mes nos recordó por qué elegimos esta profesión. Nos dejó claro por qué pasamos los días y horas e innumerables fines de semana lejos de nuestras familias, por qué nos formamos durante tanto tiempo. Porque, en última instancia, estás ayudando a una persona, a una familia, y eso dota de un valor tremendo a este trabajo”. Kalish agrega que sigue manteniendo un estrecho contacto con muchos de los pacientes de los que se ocupó ese fatídico día.
La ciudad de Framingham hizo las veces del barrio de Watertown, en el que miles de agentes de la ley peinaron una zona de 20 manzanas en busca del sospechoso más joven, Dzhokhar Tsarnaev, antes de que la policía y un equipo especial de rescate de rehenes acabaran obligándolo a rendirse. Una casa de la calle Harrison de Framingham hizo las veces del hogar en Watertown de David Henneberry, el propietario del barco en que se escondió el terrorista. Los diseñadores de decorados construyeron una réplica en el jardín trasero de su garaje y encontraron un facsímil de su Seabird de 1981 de 7 metros de eslora, que transformaron en una copia exacta de la embarcación cubierta con una lona en la que fue descubierto el joven sospechoso del atentado. “Todo era lo más parecido posible a la casa de verdad”, asegura Duffield. Henneberry visitó el set de Framingham un día con unos agentes de policía de Watertown. “Estaba algo nervioso, mi corazón estaba un poco desbocado”, recuerda. “Entonces doblé la esquina y me quedé: ‘Oh, vaya’. Hicieron un trabajo estupendo”. Henneberry también participó en la película como extra.
Una de las localizaciones esenciales de rodaje se hallaba en la histórica ciudad de Malden, a ocho kilómetros al noroeste de Boston, que se utilizó para hacer las veces de diferentes escenarios, el más destacado de los cuales fue la recreación del tiroteo de Watertown, cuando la policía se enfrentó a los hermanos Tsarnaev en la intersección de la avenida Dexter con la calle Laurel.
Junto con el propio atentado, el tiroteo es una de las secuencias más angustiosas de la película. Y, a diferencia del atentado, no había quedado grabada para que el público pudiera verla. Esa noche, lo que empezó como una llamada rutinaria a la policía, se acabó convirtiendo en uno de los mayores tiroteos de la historia de Boston (un suceso tan fuera de lo común en Watertown, que varios de los agentes de policía implicados en el mismo no habían disparado nunca sus armas en acto de servicio), en el que acabaron participando agentes de las fuerzas del orden de más de cien departamentos distintos.
El supervisor de efectos especiales Matt Kutcher señala que, aunque la mayoría de la gente que siguió los acontecimientos está familiarizada con el atentado, el tiroteo de Watertown fue mucho más grande y más intenso de lo que se informó en las noticias. “No se le dio tanta cobertura porque no había cámaras a la vista”, aporta. “Todo el mundo vio las explosiones de la línea de meta, pero no lo que sucedió en Watertown. Y fue enorme”.
El director Berg lo describe en los siguientes términos: “Tenías a cuatro o cinco agentes de policía de una localidad relativamente pequeña que, de pronto, a medianoche de una jornada tranquila, se encontraron metidos en un tiroteo verdaderamente espantoso, en el que les lanzaban bombas de tubo y bombas de olla a presión. No se trataba de una secuencia de una película de acción. Eran hombres de verdad, luchando por sus vidas y por proteger su ciudad. Me pareció completamente inspirador”.
El rodaje de la secuencia llevó dos semanas, y se planificó meticulosamente, con aportaciones de los agentes que participaron en el tiroteo real. Se emplearon casi 40 actores, así como especialistas que interpretaron a agentes de policía de Boston y Watertown, y de la policía estatal de Massachusetts.
Para orientar a los miembros del reparto que interpretaban a las fuerzas del orden, el equipo de rodaje contaba con Chris Whitcomb, antiguo agente del FBI y asesor del filme, que también hace de jefe del equipo de rescate de rehenes del FBI. Como asesor, Whitcomb utilizó su pericia como miembro de resoluciones tácticas del equipo de rescate de rehenes para ayudar al director Berg a plasmar todos los detalles correctamente. Así que les pareció lógico que interpretara al personaje, apodado “el Virginiano”, basado en la persona real que ayudó a poner bajo custodia a Dzhokhar Tsarnaev en Watertown. “No fue muy difícil interpretar a ese personaje”, admite Whitcomb. “No es más que mi antiguo empleo”.
La última semana de rodaje se realizó en una parcela de terreno en Rockland, donde los diseñadores y el equipo de construcción de la película crearon once fachadas de casas, que recreaban meticulosamente los edificios estilo reina Ana cercanos a la intersección de Watertown en la que tuvo lugar el tiroteo. Resultó ser el segundo mayor set del filme, después del de la calle Boylston. Como explica Kutcher, se construyó un set que replicaba Watertown por necesidad y respeto. “No escatimamos gastos para construir un decorado de Watertown en una antigua base militar, en el que filmar todas esas fuertes explosiones tan ruidosas, para que nadie del lugar real tuviera que revivir la experiencia”.
La propia localidad de Watertown se utilizó en otras secuencias, entre ellas una recreación de la comisaría de policía local en la que trabajaba el personaje de Simmons, el sargento Pugliese. El equipo de rodaje también filmó en la casa real del sargento Pugliese y en el Dunkin’ Donuts local por el que pasaba cada mañana.
El rodaje acabó a principios de junio en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), donde perdió la vida el agente Sean Collier. No solo consiguieron permiso para filmar en el campus, sino que hablaron con varios de los agentes que trabajaron con Collier, que se sintieron muy emocionados y agradecidos por el hecho de que se fuera a realizar allí el rodaje. Para Berg, filmar en el MIT resultó especialmente conmovedor. “Hay tanto respeto y amor por Sean en el MIT, que nos recibieron de brazos abiertos y nos permitieron pasar el día en el campus. Nos hizo sentirnos humildes y conmovidos, y sirvió para recordarnos claramente a todos por qué estábamos en Boston y por qué hacíamos esta película”.
Aunque la finalización del rodaje fue un punto importante, el proceso de posproducción fue igualmente esencial para la capacidad de la película de contar esta historia. Uno de los elementos clave de la posproducción es el sonido, y para DÍA DE PATRIOTAS las disciplinas de montaje de sonido y mezcla de sonido eran especialmente importantes.
Era crucial favorecer los elementos viscerales de la gama de sonido, como explica el montador de sonido Piero Mura: “Tendimos hacia esos elementos y evitamos tratamientos utilizados en el cine de acción tradicional”.
El montador de sonido e ingeniero de mezcla Dror Mohar agrega: “Creamos dos capas de sonido: el captado y la impresión cinematográfica, y la banda sonora se entremezcla con ellos para crear un punto de vista genuino de los presentes y de la experiencia del público en ese momento”.
Como otro ejemplo más de los elementos de archivo que se entremezclan con la película, Piero afirma que se utilizaron grabaciones reales de sonido en al menos una escena fundamental: “El tiroteo de Watertown contiene sonidos de una grabación captada por un transeúnte. Y el violento ruido de disparos del combate real fue nuestra guía a la hora de crear la arquitectura sonora del enfrentamiento entre la policía y los terroristas”.
“DÍA DE PATRIOTAS ha sido una de las películas más complicadas que he mezclado, y la más gratificante”, comenta el mezclador de sonido Michael B. Koff.
También hay una banda sonora de los ganadores del Óscar Trent Reznor y Atticus Ross, que contribuye a la intensidad del filme y la resalta. Las alabadas contribuciones musicales al cine de esta pareja incluyen la banda sonora ganadora del Óscar de “La red social”, así como bandas sonoras para “Millennium: Los hombres que no amaban a las mujeres” y “Perdida”. La banda sonora de percusión, sutil y por momentos inquietante, funciona en perfecta sincronía con el estilo visual del director Berg. “Son músicos de un grandísimo talento”, afirma Berg. “Estamos todos encantados de contar con ellos (en esta película)”.
EL REPARTO DE BOSTON...
El antiguo comisario de policía de Boston Ed Davis desempeñó un papel importante en el desarrollo de la película, y Davis es uno de los personajes principales de la misma. Para interpretarlo, Berg pensó inmediatamente en John Goodman, no solo por su versatilidad como intérprete, sino también porque “ningún otro actor se parece más a Ed Davis. Ambos son tipos altos y fuera de lo común”.
Goodman se sintió honrado de formar parte de un proyecto que conmemorara a la ciudad de Boston y, tras conocer al antiguo comisario de policía, el intérprete se sintió abrumado. “Es imposible ocupar su lugar”, afirma el actor. “Es un tipo sumamente generoso, decente y muy entregado a su trabajo. Pero siempre se tomaba su tiempo para prestar atención a cada agente al que se encontraba”.
Otra figura central de la operación de busca y captura fue el agente especial del FBI de la división de Boston Richard DesLauriers. Kevin Bacon no necesitó que se lo pidieran dos veces para aceptar el papel. “No todos los días te ofrecen un proyecto sobre una parte significativa de nuestra historia reciente con la que conectes de una forma tan personal”, explica Bacon que, no hace tanto, estuvo inolvidable en otro drama ambientado en Boston, la cinta de Clint Eastwood “Mystic River”.
El actor se lanzó a documentarse sobre el papel, lo que incluyó hablar cara a cara con DesLauriers. “Resultaba evidente desde el primer instante que se trataba de un individuo de una integridad tremenda, alguien a quien le importa mucho su trabajo y su vida en las fuerzas del orden”, señala Bacon. Entre otros casos destacados de DesLauriers se encuentran la captura del mafioso Whitey Bulger, que fue objeto de otra operación de busca y captura, que duró 16 años. Casualmente, Bacon apareció recientemente en una adaptación dramatizada de esa historia, “Black Mass: Estrictamente criminal”.
Aunque muchos de los personajes de DÍA DE PATRIOTAS, no solo Davis y DesLauriers, están basados en personas reales, el personaje central interpretado por Mark Wahlberg (el sargento Tommy Saunders del cuerpo de policía de Boston) es una amalgama de varios agentes de policía reales y miembros de los servicios de emergencia de las fuerzas del orden locales. Tommy se basa predominantemente en un individuo concreto al principio del filme y en otro distinto hacia el final, pero este personaje amalgama es principalmente “un héroe que personifica el valor de una ciudad llena de héroes, demasiados para incluirlos en una narración de dos horas”, comenta el productor Stuber. El personaje lleva a los espectadores por los acontecimientos reales y representa a los respectivos héroes de cada lugar en el que aparece.
Como en sus colaboraciones anteriores con Berg, “El único superviviente” y “Marea negra”, el papel de Saunders exigía a Wahlberg interpretar a un hombre corriente enzarzado en una batalla por la supervivencia. Cuando por fin decidió aceptar el papel, Wahlberg se sintió invadido por un sentimiento de responsabilidad, sobre todo hacia las familias de aquellos que murieron o resultaron heridos. Pero su preocupación se disipó cuando leyó el guion acabado, que hacía hincapié en las noches en vela que pasaron los agentes de policía intentando asegurar su ciudad, junto a las historias inspiradoras de los supervivientes. “Boston se negó a sucumbir al miedo”, avala Wahlberg.
La mujer de Saunder, Carol, interpretada por Michelle Monaghan, proporciona al personaje de Wahlberg el apoyo emocional que necesita para sobrellevar la estresante y agotadora investigación para identificar y apresar a los sospechosos. Carol es un personaje ficticio, pero representa a las numerosas parejas de los agentes de la ley, que les ofrecieron apoyo emocional a lo largo de los acontecimientos.
Monaghan ya había trabajado anteriormente en Boston, en la cinta de Ben Affleck “Adiós, pequeña, adiós”, y le había encantado la ciudad. “Boston es como una ciudad pequeña para mí, con una familia muy unida y cariñosa, y eso es exactamente lo que pudimos apreciar en el atentado. El incidente y los sucesos que lo siguieron sirvieron para ilustrar el verdadero espíritu de Boston. Un espíritu de unidad, amor y perseverancia, y ese es un mensaje muy potente”.
Mucha gente resultó herida en la línea de meta. Entre los supervivientes reflejados en la película se encuentran Patrick Downes y Jessica Kensky, los cuales perdieron ambos las piernas en el atentado. Downes y Kensky estaban recién casados en abril de 2013, no llevaban más que siete meses de matrimonio. Decidieron celebrar el Día de los Patriotas dirigiéndose a la línea de meta de la maratón para animar a los corredores, decisión que los situó en mitad de los atentados. En la actualidad, ambos cuentan con piernas prostéticas. Patrick corrió la maratón de Boston de 2016 durante el rodaje de DÍA DE PATRIOTAS. Sus años de recuperación son testimonio del espíritu de todos los que se vieron afectados por este incidente. Berg explica: “La gente como Jessica y Patrick, supervivientes de este trágico suceso, son el corazón de esta historia. Ambos demostraron un valor extraordinario”. Los actores Rachel Brosnahan (“House of Cards”) y Christopher O’Shea (“Madam Secretary”) interpretan a la pareja.
Tras pasar un tiempo con Downes y Kensky, Brosnahan opina que lo que los distingue y hace que su historia resulte tan interesante es su inquebrantable apoyo mutuo. “Resulta hermoso e inspirador, y me siento honrada de que nos confiaran su historia a Chris y a mí”. O’Shea se muestra de acuerdo y agrega simplemente: “Son una pareja asombrosa”.
El agente del MIT Sean Collier se encontraba trabajando en el campus durante la búsqueda de los terroristas, que lo abatieron a tiros mientras se encontraba en su coche patrulla. Jake Picking se encargó de interpretar a Collier y quedó conmovido por la experiencia, sobre la que comenta: “El valor de Sean y su empatía por los demás inspiró a quienes lo rodeaban a encontrar en sí mismos esas cualidades. Sean fue un héroe y formará siempre parte del corazón y el alma de Boston, y también de mí mismo”.
Otro de los héroes de la película es Dun “Danny” Meng, el emigrante chino de 26 años y empresario de tecnología que vivió un aterrador encuentro con los hermanos Tsarnaev cuando lo secuestraron con su vehículo, un todoterreno Mercedes-Benz negro, minutos después de asesinar al agente Collier. Armándose de valor y rapidez mental, Meng logró escapar y alertar a la policía, y con ello salvó muchas otras vidas. Meng confiesa: “Antes de esa noche, no había visto nunca un arma. Cuando me apuntaron con ella, pensé que sería de mentira. No me podía creer lo que me estaba pasando”.
“La historia de Danny es probablemente mi favorita de toda la película, porque es una historia muy norteamericana”, opina Berg. “Danny me habló de cómo fue venir aquí desde China, de su relación con sus padres, de lo orgulloso que se sentía de su coche nuevo y, al final, de su momento de la verdad, tras verse retenido como rehén”.
El actor y cómico Jimmy O. Yang, más conocido por hacer de Jian-Yang en la serie de HBO “Silicon Valley”, encarna a Meng. Cuando Yang se enteró de los detalles de la huida de Meng, admite que “me quedé absolutamente asombrado de lo que consiguió hacer. De no ser por Danny, los hermanos podrían haber llegado a Times Square, en Manhattan, donde planeaban infligir aún más daño”.
El sargento Jeffrey Pugliese, del cuerpo de policía de Watertown, nunca se vio a sí mismo como un héroe. Era un policía de carrera, con 34 años de servicio en el cuerpo, cuyo trabajo consistía principalmente en mantener la paz en la tranquila comunidad de Watertown. Tenía su rutina diaria, le llevaba un café a su mujer del Dunkin’ Donuts local, antes de irse a trabajar cada mañana. En abril de 2013, Pugliese desempeñó un papel significativo en la captura de uno de los dos sospechosos, al enzarzarse en un tiroteo con el mayor de los hermanos Tsarnaev y, posteriormente, forcejeando con él hasta derribarlo. “Los espectadores no conocen realmente la historia de Jeffrey Pugliese”, sostiene Berg. “No era quien cabría esperar que se convirtiese en el héroe de un tiroteo, pero todos sus años de preparación y experiencia surtieron efecto. Salvó vidas y detuvo al malo”.
El galardonado actor J. K. Simmons interpreta a Pugliese, cuyo valor fue reconocido con un premio al “mejor policía” del presidente Obama en 2014 y que continúa trabajando en el cuerpo de policía de Watertown. El agente ofreció a Simmons formación en el manejo de armas de fuego, repasó detenidamente con el actor los hechos del 19 de abril, y ejerció de asesor durante el rodaje del tiroteo. Además, se filmó una escena en la propia casa de Pugliese.
Simmons afirma haber aprendido mucho de la experiencia de interpretar a Pugliese, como “el respeto por los servicios de emergencia, que arriesgaron sus vidas para ayudar a los demás. No solo sanitarios, bomberos, enfermeras y doctores, sino también simples ciudadanos que tuvieron la humanidad y la capacidad de reaccionar de la manera adecuada, que salvaron a los heridos y les ayudaron a rehacer sus vidas”.
El superintendente de policía Billy Evans, que, desde 2014, ha servido como comisario de policía de Boston, corrió en la maratón de 2013. Se enteró del atentado después, cuando se encontraba en el Athletic Club de Boston, y regresó inmediatamente a la línea de meta para unirse al comisario Davis y a otros agentes para asegurar la zona y poner en marcha la investigación oficial. El actor James Colby (“Limitless”, “Jessica Jones”), natural de Boston, interpreta a Evans.
“El comisario Evans y yo hablamos largo y tendido”, comenta Colby, “y recorrimos los distintos departamentos dentro de la jefatura de policía: la Oficina de Seguridad Nacional, la Unidad de Inteligencia y donde se reciben todas las llamadas del 911. Me explicó en detalle cómo se desarrolló el día del atentado y los cuatro días siguientes, durante los cuales apenas durmió”.
El equipo de la película destaca que los funcionarios eran, a todos los niveles, gente corriente que hacía su trabajo para asegurarse de que nunca pudiera suceder algo así mientras estuvieran ellos de guardia, pero el caso es que acabó sucediendo. Entre ellos se encontraba el gobernador Deval Patrick. Patrick se vio sometido a una presión enorme durante la operación de busca y captura y tuvo que tomar muchas decisiones importantes, como si debían publicar fotos de los terroristas, o si debían darse órdenes de refugiarse en el lugar para toda la ciudad, todo bajo la atenta mirada de los medios de comunicación. El veterano actor Michael Beach, otro bostoniano de nacimiento, interpreta a Patrick, que también es un antiguo cabecilla del movimiento por los derechos civiles.
“Haberme criado en el barrio de Roxbury tuvo mucho que ver con mi interés por tomar parte en la película, así como el hecho de que la dirigía Peter Berg”, aporta Beach. “Y así acabé interpretando al gobernador Patrick, un hombre al que admiro mucho y que formó parte esencial de esta historia”.
Beach entiende que “las decisiones que se tomaron (por Patrick y otros) influyeron no solo en los ciudadanos de Boston, sino en cómo todo el país podría afrontar esa clase de situación, así que tuvieron que tomarse con sumo cuidado. Pero también tuvieron que tomarse rápido”.
El querido alcalde de Boston Thomas Menino también fue una figura gubernamental que tuvo un papel clave en los acontecimientos que se sucedieron. Menino se encontraba en el hospital en el momento en que se corrió la maratón, recuperándose de una operación en una pierna. En cuanto se enteró de la noticia, se sintió inmediatamente impulsado a actuar. El papel de Menino se confió a Vincent Curatola, más conocido como el jefe mafioso John “Johnny Sack” Sacrimono en “Los Soprano”.
Curatola se documentó sobre Menino y lo describe como “un hombre sincero que creía que la gente paga sus impuestos y trabaja duro, por lo que debían poder salir con sus familias sin tener que preocuparse de nada. Insistió en que le dejaran salir (del hospital) porque sentía que era su deber ayudar a calmar a la ciudad, hacer que los ciudadanos se sintieran seguros, lo que demuestra una ausencia encomiable de ego”.
Menino fue el alcalde de Boston que más tiempo ocupó el cargo (lo hizo durante cinco mandatos consecutivos). Falleció en octubre de 2014.
Los papeles más complicados y delicados de asignar eran los de los dos terroristas, el joven de 26 años Tamerlan Tsarnaev y su hermano de 19 años Dzhokhar Tsarnaev. Para el equipo de la película, era importante representar a los hermanos Tsarnaev fielmente, como jóvenes equivocados arraigados en una ideología extremista que va en contra de los principios fundamentales del Islam. Están interpretados, respectivamente, por Themo Melikidze y la antigua estrella de Nickelodeon Alex Wolff.
Wolff no estaba en un primer momento muy seguro de querer interpretar al menor de los Tsarnaev, sobre todo porque “cuando me dejo crecer el vello facial, me parezco a él de una forma inquietante”. Pero, después de leer el guion y hablar con Berg, aceptó el papel. "Para cuando terminé el guion, estaba llorando”, recuerda. “Era tan impactante, con un mensaje tan positivo que, aunque interpretaba a un villano, me pareció correcto hacerlo. Tenía un propósito”.
“Lo que hicieron Dzhokhar y Tamerlan fue inexcusable”, prosigue. “Pero Peter no quería que fueran estereotipos. Aportó matices a los personajes que nos permitieron entenderlos mejor y, en cierto sentido, los hizo aún más aterradores. Dotarlos de tantas emociones distintas es lo que hizo que nuestros personajes resultaran verdaderamente inquietantes y, por contraste, hizo que las historias de los supervivientes resultaran más impactantes y conmovedoras”.
Themo Melikidze, que interpreta a Tamerlan Tsarnaev, nació en la antigua república soviética de Georgia y se crió en Bélgica. “El objetivo fundamental de esta película es mostrar cómo la ciudad de Boston reaccionó y se sobrepuso a esta tragedia”, comenta. “Son como dos líneas paralelas distintas: por un lado, se encuentran dos jóvenes aborrecibles hiriendo y matando a gente inocente, y por otro tenemos a toda una ciudad trabajando unida para llevarlos ante la justicia. La (gente de Boston) son los verdaderos héroes, y eso es lo que celebra esta película”.
El máximo cumplido para Wolff y Melikidze fue que, a lo largo del rodaje, se les acercaron agentes de policía y supervivientes para decirles “buen trabajo”, recuerda Melikidze. “Querían que se mostrara a los hermanos con la mayor fidelidad posible. Así que, aunque estuviéramos interpretando a personajes tan aborrecibles, era importante que realizáramos nuestra contribución para ayudar a contar la historia completa”.
La labor de juntar a los más de 4500 extras que necesitaba la película recayó en Angela Peri, de Boston Casting, que realizó una convocatoria abierta dos semanas antes de empezar el rodaje. De los seleccionados, casi 150 tenían alguna línea de diálogo, aproximadamente 1500 tenían experiencia en las fuerzas del orden y unos 250 tenían experiencia médica real. “Estuvimos encantados de dirigir el casting local y el casting de extras de DÍA DE PATRIOTAS”, declara Peri. “El atentado de la maratón es un tema delicado en esta ciudad, pero es una historia que había que contar y resulta adecuado que sean bostonianos quienes la cuenten”.
EN LA LÍNEA DE META...
Cuando tengan ocasión de ver la película, el objetivo es que los espectadores saquen de la misma esperanza y optimismo.
“Espero que esta película funcione como una experiencia visceral de modo que, durante dos horas, los espectadores se vean atrapados en la emoción, la energía y la intensidad en que se sumió la ciudad en esas 105 horas entre el atentado y la captura de los hermanos”, comenta el director Peter Berg. “Y desde luego espero que se convierta en una oportunidad para que la gente hable de lo que está pasando hoy día a nuestro alrededor y por qué está pasando, y cómo, al final, el amor acaba triunfando”.
Wahlberg agrega: “La gente seguirá haciendo cosas malas, pero no pueden dictar cómo vivimos nuestras vidas. Tenemos que poder ir a una maratón, tenemos que poder ir a un partido de béisbol, tenemos que poder ir al cine, tenemos que poder llevar vidas normales y tenemos que unirnos todos. La gente de Boston demostró que, al final, el amor a nuestros semejantes siempre acaba ganando. Por eso era necesario contar esta historia. Y por eso es por lo que todos deberían ver el mensaje positivo de la película”.
“Buena parte de lo que nos inspiró a todos en esta historia es la forma en la que Boston, su gente, sus fuerzas del orden, sus servicios de emergencia, sus supervivientes, entendieron que la forma de avanzar era mantenerse firme; seguir adelante pese a encontrarse ante algo que resultaba de otro modo inconcebible”, opina el productor Hutch Parker.
El productor Scott Stuber agrega: “El mensaje de la película trata sobre alzarse, mantenerse unidos y hacer lo correcto”.
Pero tal vez sea mejor dejar que los protagonistas reales pongan en palabras el mensaje de la película:
Sargento de policía Jeffrey Pugliese: “Soy un verdadero patriota. Creo realmente en Estados Unidos. De verdad que sí. Creo que la fuerza de Boston, que es también la fuerza de Estados Unidos, demuestra que vamos a plantar cara y a defendernos. No vamos a aguantarnos y dejar que nos venzan”.
Superviviente Patrick Downes: “Las bombas estallaron y sembraron caos, muerte y destrucción increíbles, pero al instante siguiente, la gente corría hacia nosotros”.
Antiguo comisario de policía de Boston Ed Davis: “Cuando oí hablar por primera vez de la fuerza de Boston, a los dos días de empezar la investigación, para mí era algo emblemático de lo dura que puede ser la ciudad y sus residentes”.
Antiguo agente especial al mando del FBI, división de Boston, Richard DesLauriers: “En las semanas posteriores al atentado, cuando tuve oportunidad de visitar a algunos de los supervivientes más gravemente heridos, me quedé absolutamente asombrado de la fuerza y la resistencia del espíritu humano que exhibían esos individuos. Fue absolutamente increíble”.
Antiguo gobernador de Massachussetts Deval Patrick: “Creo que ese día... los terroristas tomaron vidas y miembros, nos arrebataron parte de nuestra sensación de seguridad. Pero se llevaron mucho menos de lo que pretendían. Y nos devolvieron algunas cosas que no pretendían... nos dieron un sentido más fuerte de comunidad, una causa común. Y creo que hemos visto eso en otros ejemplos, en otras ciudades del mundo”.
Dun Meng: “Cuando tenemos un reto, tenemos un problema... lo afrontamos juntos. No perdemos nunca la esperanza. Estamos seguros de que el bien siempre vence al mal”.
Superviviente Steve Woolfenden: “Siento un enorme optimismo y esperanza por el futuro”.
Superviviente Jessica Kensky: “Este ha sido el peor momento, el punto más bajo de nuestras vidas, y a la vez el mejor. Después de recibir un cariño y una amabilidad tan increíbles, lo mínimo que podemos hacer es levantarnos de la cama y seguir intentándolo, e intentar hacer de este mundo un lugar un poquito mejor para otra persona”.
Superviviente Patrick Downes: “Cuando vemos en las noticias que se ha producido otro atentado, en Bruselas, en Islamabad, en Niza... Orlando, San Bernardino, París... Creo que es importante que veamos a todas esas personas, por todo el mundo, no como víctimas de la violencia, sino como embajadores por la paz”.
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