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SINOPSIS
Paul llega con serios problemas a fin de mes con su salario por lo que es incapaz de cumplir los sobredimensionados sueños de Audrey, su esposa. Las perspectivas de futuro para esta pareja ha chocado contra una pared. Diez años había visto a un científico noruego asombrar al mundo con a solución a la sobrepoblación y no es otra que la miniaturización celular. La idea era convencer al seis por ciento de la población para que se dejara reducir el tamaño a 12 centímetros en un plazo de 200 años. Paul y Audrey acabarán descubriendo la posibilidad de tener una vida mejor gracias a la reducción de tamaño...
INTÉRPRETES
MATT DAMON, KRISTEN WIIG, CHRISTOPH WALTZ, NEIL PATRICK HARRIS, JASON SUDEIKIS, ALEC BALDWIN, MARGO MARTINDALE, MARIBETH MONROE, UDO KIER, JOAQUIM DE ALMEIDA, DON LAKE
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“Bella. Divertida. Enternecedora.”
Así es como evalúa Matt Damon la historia que el director Alexander Payne escribió junto a Jim Taylor y que le atrajo a esta tragicomedia distópica de la era que nos ha tocado vivir, una agridulce aventura de ciencia ficción sobre un hombre de la calle al que se le ofrece una segunda oportunidad para vivir una vida plena de sentido, en la que él marque las reglas.
En realidad, fueron Jim Taylor y su hermano, el productor asociado Douglas Taylor, quiénes idearon el concepto inicial.
“Doug imaginó un proceso a través del cual se pudiese encoger a las personas y después hizo unos cuantos cálculos para imaginar cosas como cuántos diminutos podrían alimentarse con una hamburguesa”, recuerda Jim. Dándole vueltas a la idea de que menos es más como manera de convertirse en millonario, su broma no tardó en convertirse en “una idea interesante para una película”.
Payne empezó a ampliar el contexto de esa idea preliminar. “Llegamos a la conclusión de que la reducción de tamaño se convertiría en una tendencia a escala mundial, por lo que Jim y yo quisimos transmitir la impresión de que estaba pasando en todo el mundo, que no era algo que únicamente afectase a Estados Unidos”, indica. “Todo se desarrolló a partir de esa noción”.
La ampliación de las fronteras del ámbito narrativo acentuó la naturaleza universal de los temas que se abordan en la película. “Nuestros héroes son estadounidenses, vietnamitas y serbios. En la película se escucha hablar en inglés, vietnamita, serbio, español, noruego, griego, coreano, tagalo, árabe, francés y, durante un momento, se ve lenguaje de signos estadounidense”, añade. “No teníamos un plan preconcebido de hacer una película con muchos idiomas, pero era positivo para la historia y para la idea de que el mundo de Paul se hace más grande una vez que él adopta la determinación de hacerse más pequeño.
Taylor añade, con “Una vida a lo grande nos interesaba hacer una película que prestase más atención al exterior que algunas de nuestras otras películas. Siempre nos hemos sentido atraídos por la parte de la naturaleza humana que nos lleva a culpar a los demás de nuestros problemas, en vez de asumir la responsabilidad.”
Las películas de Alexander Payne “no son pelis de persecuciones en coche o de atracos a bancos. Están definidas por sus personajes”, indica el productor Mark Johnson. “Son películas de personajes decentes que se esfuerzan por hacer bien las cosas, y aunque el universo de Una vida a lo grande tiene un alcance mucho mayor que el de sus películas anteriores, no deja de ser una película de personajes. Nunca había leído nada parecido. Esperaba que fuese cómico, y aunque hay ciertos elementos de absurdo, no esperaba que fuese tan emotivo como es. Es una incursión magistral en el terreno de la comedia dramática, y una historia de amor muy compleja. La belleza de una película como Una vida a lo grande es que no se puede describir en una o dos frases.”
Cuando el público conoce a Paul, es un ergoterapeuta que trabaja en Omaha Steaks y que ayuda a los trabajadores que tienen lesiones por movimientos repetitivos, “un buen tipo, meticuloso en su trabajo, que se casó muy joven”, dice Damon sobre su personaje. “Kristen (Wiig) interpreta el papel de Audrey, mi mujer. Te haces una idea perfecta de cómo es su personaje enseguida. Es imposible que lo suyo salga bien en Omaha. La idea de reducirse de tamaño cada vez parece más atractiva. Van sucediendo acontecimientos que, uno tras otro, empiezan a convencerles de que tal vez esta sea la solución a lo suyo. (Paul) se siente responsable en cierta medida de lo que le pasa a Audrey. Normalmente traga y le da lo que sabe que ella quiere, aunque no sea necesariamente lo mejor para él. Siempre se ocupa de los demás, a costa de desatender sus propios intereses. Es servicial por naturaleza. Es una de esas buenas personas de las que todo el mundo se aprovecha constantemente, en cosas grandes y en pequeños detalles, porque todo el mundo sabe cómo es.
Damon prosigue: “Paul sabe que Audrey no es feliz. Le dicen que no puede comprar esta casa. No tiene suficiente solvencia, tiene que poner una entrada mayor. Cede y hace lo correcto, que es lo que hace siempre. No tiene la carrera profesional que quería. Sabe que ha decepcionado a Audrey.”
Audrey y él, como el resto de las personas que sienten curiosidad sobre la reducción de tamaño, “se dan cuenta enseguida de que midiendo doce centímetros, puedes consumir mucho más, tener una casa equivalente a una de 550 metros cuadrados y 8.000 metros cuadrados de jardín, del tamaño de una mesa de café”, musita Damon. “Se anuncia como algo beneficioso para el medio ambiente. La mayoría simplemente quiere las comodidades que no pueden permitirse en el mundo a escala real.”
Eso incluiría a Dave, el antiguo compañero de clase de Paul y Audrey que en la práctica trabaja como reclutador de Leisureland.
“Abordé mi personaje de Dave como si fuera un profesional de golf en un club de campo del que además fuese su director”, dice Jason Sudeikis, “alguien que transmitiese entusiasmo acerca de las comodidades que ofrece”. El atractivo que tiene para él la reducción de tamaño son los beneficios financieros”.
Poco después de la llegada de Paul a Leisureland, Dave organiza una fiesta de cumpleaños para su hijo de 7 años en la que no se priva de nada, incluso diminutos ponis con cuernos de unicornio en la cabeza. Dave cree que para vivir la vida al máximo no hay que renunciar a ningún tipo de exceso. “Hay un vacío en su interior, donde se supone que debe estar el alma”, agrega Sudeikis. “Paul se las ve venir y percibe lo que se esconde detrás de la fachada”.
En cuanto a la infeliz Audrey, Wiig disfrutó mucho interpretando el papel.
“Tengo la impresión de que cuando conocemos a Audrey probablemente no está en su mejor momento”, reconoce Wiig. “No es muy feliz que digamos”.
Payne dice que él y Taylor concibieron a Audrey “como una persona agradable, pero egoísta. Exigente.”
“Siempre me ha gustado seleccionar a actores graciosos para que interpreten papeles serios. Estaba convencido de que Kristen podía interpretar cualquier personaje. Es capaz de interpretar el ritmo de la escena dándole más brillo que un actor que quizás no tenga su experiencia en comedia”.
Gracias a esa habilidad, Taylor agrega, “Le pedimos a Kristen que interpretara a una persona difícil, un papel que no muchos actores querrían hacer, pero ella entendió los matices y el comportamiento del personaje de una manera absolutamente alucinante. Brillante y divertida, la admiro muchísimo”.
Una vida a lo grande es la segunda colaboración de Wiig y Damon. Los dos coprotagonizaron Marte, de Ridley Scott. “A pesar de que los dos trabajamos en Marte, no teníamos escenas juntos, así que me sentí un poco defraudada”, recuerda Wiig. Esta película fue “irresistible. Siempre había querido trabajar con Matt y Alexander.”
Wiig añade que le encanta ver cómo trabaja Alexander. “Es un líder tan considerado y presta tanta atención a los detalles que los actores tienen una extraña sensación de seguridad, porque sabes que se ha pensado hasta el último detalle de todo lo que te rodea”, dice. “Cuando pasa a otra cosa después de haber hecho una escena, normalmente tienes la impresión de que debes haberlo hecho bien”.
En opinión de Damon, su coprotagonista es “increíble”. Evidentemente, Kristen es conocida por sus obras como escritora y por sus interpretaciones cómicas, pero también es una actriz con abundantes registros, capar de interpretar todos los matices de un personaje como Audrey con una gran delicadeza, lo que hace posible que se capte rápidamente al personaje en toda su dimensión”.
Para ayudar a encarnar físicamente a Paul, Damon se sometió todos los días a un proceso de aplicación de prótesis de 4 horas que transformaba su apariencia, y que hacía aparecer una barriga artificial. “Es exactamente el aspecto que tengo cuando estoy completamente fuera de forma”, confiesa Damon, riendo. “Es perfecto que lo hayan moldeado a la medida de mi cuerpo. ¡Poco a poco voy perdiendo la necesidad de usarlo!”
Después de someterse al procedimiento de reducción de tamaño, Paul acaba encontrándose abandonado y solo en este nuevo mundo. El casoplón palaciego de Paul en Leisureland se transforma en un ramplón apartamento prefabricado en Leisureland después de su divorcio. Peor aún, su trabajo diario pasa de ergoterapeuta a comercial.
Gracias a su vecino de arriba, el traficante Dusan Mirkovic (Chistoph Waltz), que se busca la vida de fiesta en fiesta, a Paul se le presenta una nueva oportunidad de pulsar el botón de reset en su vida. “Es un serbio desquiciado, faltón, que va dando tumbos por el mundo, que pone la música a todo volumen y que no es exactamente un vecino modélico”, explica Damon.
Paul, que no sabe decir que no a nadie, acaba aceptando la invitación de Dusan para unirse a la fiesta. Allí conoce a Konrad (Udo Kier), el socio que colabora con Dusan en sus trapiches con placeres hedonistas que coloca a los adinerados asistentes a las fiestas.
Cuando Paul interroga a Dusan sobre los peligros de su actividad, “Dusan le responde ‘¿Tú crees que a alguien le importa un serbio de cinco pulgadas que vende cigarros cubanos? Esto es el salvaje oeste, chavalín.’ Digamos que es el que me hace ver la realidad”, afirma Damon. Quiere que Paul deje de salir perdiendo de todas, todas, que caiga de pie en su nueva vida y que disfrute de verdad de ella antes de que sea demasiado tarde.
SAL Y ABRE LOS OJOS...
“Dusan se gana la vida introduciendo en el mundo reducido productos de lujo del mundo a escala real, que no necesariamente son siempre absolutamente legales”, explica Payne. “Los contactos de su vida a tamaño regular le ayudan a maniobrar entre ambos mundos”.
Dusan es un pragmático y está obsesionado con sus negocios personales, es el vendedor perfecto. Fue el que aprovechó la “oportunidad cuando todos empezaron a reducirse de tamaño”, agrega Taylor. “No tiene pelos en la lengua y dice lo que piensa, lo que puede suponer un cambio agradable... o no”.
Interpretar a Dusan, dice Waltz, no ha sido una cuestión que dependiese “solo del director o solo de la historia o solo de la importancia del personaje”. Todos los factores tienen que conjugarse adecuadamente. En este caso era Alexander Payne, que ya es una buena razón por sí sola, era la historia, y era un personaje encantador”.
Waltz agrega que la película tiene mensaje, “de lo contrario sería una forma superflua de malgastar el tiempo”. Hay películas que pretenden ser un ‘entretenimiento inocente’, sin referirse a nada. Siempre hay implicaciones que van más allá del ‘ahora’ inmediato en una película. Esa es la intención”.
La intención es sin duda la columna vertebral de la sátira. “En mi opinión, la sátira es uno de los vehículos más importantes para enfocar de manera crítica nuestra forma de vivir”, dice Waltz. “Realmente creo que las películas hablan sobre nosotros, entendiendo por nosotros el público. Todos deberíamos extraer nuestras propias lecciones. Todos deberíamos tener nuestros propios pensamientos, asociaciones, preocupaciones, ideas, diversiones, reflexiones, proyecciones, esperanzas, temores, satisfacciones, desilusiones. Tiene que tener su propia particularidad para cada uno de nosotros”.
La naturaleza impredecible del personaje de Waltz, la imposibilidad de adivinar lo que va a hacer o decir, es lo que hace a Dusan divertido, agrega Damon. “También está la alegría con la que disfruta la vida y quiere que todos a su alrededor también lo hagan. Es un gran papel para un gran actor. Para mí, Christoph es uno de los mejores actores que haya existido. Es simplemente brillante, tremendamente ágil. Es capaz de cambiar de actitud en un segundo y proseguir con su personaje en cualquier dirección.”
Gracias a Dusan Paul encuentra un alma gemela de la manera más inesperada: Ngoc Lan Tran (Hong Chau), una disidente vietnamita, reducida de tamaño a la fuerza en su país y enviada junto con otros disidentes reducidos dentro de una caja de televisión al otro lado del océano, para que vivan en el mundo a pequeña escala. Fue la única de 19 personas que pudo sobrevivir, aunque con una pierna parcialmente amputada. Pone en marcha un pequeño negocio de limpieza y dedica su tiempo libre a ayudar a los demás.
“Ocuparse de sí misma no es una prioridad para ella”, señala Taylor. “Al igual que Paul, Ngoc se centra en ayudar a otras personas. Siempre nos han interesado personas obsesionadas y motivadas, monomaníacas y que no prestan gran atención a otras cosas que suceden a su alrededor. De alguna manera podría decirse que amas a esas personas por ser como son, pero pueden llegar a tocarte las narices”.
En Ngoc “se puede ver la diferencia entre ser agradable y ser atenta”, agrega Payne. “No siempre es agradable, pero es extremadamente atenta”.
Chau opina que Ngoc es “parte dictadora, parte Madre Teresa y parte Charlie Chaplin. Es graciosa. Mandona. Exigente. Y está muy motivada para ayudar a las personas enfermas que no tienen a nadie que se ocupe de ellas”.
Elegir a Chau para el personaje resultó ser un golpe de suerte para Payne, que está convencido de que “solo Hong podría haber interpretado a este personaje”.
Como hija de inmigrantes, Chau aportó una claridad, sensibilidad y entusiasmo únicos al personaje. “No hay muchos papeles protagonistas principales como este para actores asiáticos. Por lo general, cuando hay personajes que tienen un acento marcado o que provienen de un entorno desfavorecido, no suelen ser los protagonistas”, dice Chau. “Cuando ves personajes como asistentas de hogar, o taxistas o las chicas del salón de manicura, normalmente son personajes muy secundarios. No vas a casa con ellos y descubres dónde viven y cuál es su historia familiar, en qué creen, cuáles son sus intereses, si tienen opiniones sobre algo, si tienen algún deseo. A veces olvidamos que los inmigrantes tenían vidas interesantes y complicadas antes de venir a los Estados Unidos.
“En la película, la gente no puede pronunciar el nombre de mi personaje. Paul la llama ‘Nock Lang’. Pero su nombre en realidad significa Orquídea de Jade y en vietnamita primero dices tu segundo nombre y luego tu nombre. Así que Ngoc es realmente su segundo nombre y Lan es su primer nombre. Alexander me preguntó un par de días antes de comenzar la película si quería cambiar su nombre. Le dije que no, que ‘nadie elige un nombre difícil como Ngoc Lan’. Eligen Mai, Linn o Kim. Quería que lo dejara como estaba porque era difícil”. Como su personaje.
El personaje de Hong debe vivir en el lado oscuro de la reducción de tamaño. “Tenemos esta gran habilidad de tomar algo bueno y convertirlo en malo... de usarlo contra las personas. Castigo. Eso es lo que le sucedió a ella: el lado malo de la tecnología “, señala.
Paul, después de intentar ayudar a Ngoc con su tosca pierna protésica, que no le ajusta bien, y fracasar de la peor manera posible, se siente fatal “y ella se aprovecha al máximo de esa sensación de fracaso”, ríe Chau. “En realidad, lo único que quiere Ngoc es usar las habilidades de Paul para ayudar a la gente” del vecindario. “Es exigente, pero está tratando de ayudar a todas estas personas que están enfermas y que no tienen a nadie que se ocupe de ellas”. Ella ve esa necesidad y eso es lo que la motiva, lo que la impulsa a esforzarse tanto.
“Afortunadamente, Paul es un buenazo que se presta a ayudarla. Ella se da cuenta de lo buena persona que es él y es entonces cuando el amor... florece”.
Ngoc le da a Paul una razón para vivir. “Pero también Paul cambia a Ngoc de una manera muy profunda, porque al fin alguien la ama.”
Es un papel que le ha permitido hacer de todo, dice Chau. “Es tan asombroso y tan especial que quería hacerlo especialmente bien. No es solo un gran papel femenino o un gran papel femenino asiático. Es un gran papel, punto.”
“Ha sido toda una revelación ver cómo trabaja Hong”, dice Taylor. “Ha recorrido con brillantez todo el espectro del personaje, aportando dimensiones adicionales a Ngoc”.
Ngoc es la segunda oportunidad que tiene Paul para abrazar el amor en su maltrecha vida. La química entre Damon y Chau era esencial, y Damon admite que su mayor preocupación antes de aceptar su papel era saber quién interpretaría a Ngoc.
“Cuando Alexander me envió la prueba de pantalla de Hong, supe que nos había tocado el gordo”, recuerda Damon. “Hong tiene un sentido cómico impecable y es completamente bilingüe. Creo que todos en esta película han estado genial, pero diría que Ngoc ha sido la clave de todo”.
Las peripecias de Paul, Ngoc, Konrad y Dusan acaban llevándoles a Noruega. En el camino, se encuentran con el Dr. Jorgen Asbjørnsen (Rolf Lassgård), el científico noruego que descubrió la reducción de tamaño y tiene una relación muy particular con Ngoc.
“Los castings para ese papel los hicimos en Oslo”, dice Payne, “donde nos dijeron que el mejor actor de Escandinavia era Rolf Lassgård. Es sueco y nunca ha hecho una mala interpretación. Cuando conseguimos hacerle un casting, tuvimos claro que él era nuestro hombre”.
Pero el “hombre” más importante para el que había que encontrar intérprete siempre fue Paul.
Para Payne, no había ninguna duda de que Damon era el dueño único y absoluto del papel. “Es un actor versátil, capaz de interpretar con la misma maestría a Jasón Bourne que a un pasmarote. En cada actuación, siempre hay algo con lo que te identificas, algo que reconoces en ti o en alguno de tus conocidos”.
Payne y Damon no se conocían antes de colaborar en Una vida a lo grande. Fue un amigo común, el director Steven Soderbergh, quien les dijo a los dos que deberían trabajar juntos. “Soderbergh siempre me había dicho que Matt es un profesional de la cabeza a los pies: inteligente, dispuesto y conoce el cine como la palma de la mano. Si alguna vez me atasco, puedo hablar con franqueza con él y me da una solución”.
En cuanto a Damon, “Realmente no conocía a Alexander, así que cuando me contó el concepto por primera vez, no sabía si hablaba en serio. No estaba seguro de que no me estuviesen tomando el pelo”. De todas formas, aceptó el papel antes de leer el guión: “De verdad, rodaría la guía telefónica si me dirige Alexander Payne. Nunca ha habido una mala actuación en una de sus películas y después de haber trabajado con él ahora, sé que no es por casualidad. Es muy minucioso y tiene una gran perspicacia, así que estoy seguro de si él piensa que está saliendo bien, es que está saliendo bien”.
Por lo tanto, cuando comenzó a desarrollar a Paul, Damon es esforzó por hacerlo muy real. “Cuando hago de Jasón Bourne, tengo que ser realmente vanidoso, por decirlo de alguna manera. Tengo que pensar conscientemente sobre mi apariencia, porque normalmente no tengo ese aspecto. No me desenvuelvo así. Paul es exactamente lo contrario, así que trato de ser lo menos vanidoso posible. Eso se manifiesta en la forma de moverte y de desenvolverte, y comienza salirte de manera natural después de un cierto tiempo. El aspecto físico y la forma de desenvolverte transmiten mucho sobre un personaje.
Como la historia tiene tantos niveles, la cohesión fue fundamental: “No hay mejor sensación que lograr que tus palabras cobren vida”, dice Taylor, “especialmente en este caso porque fue un proceso tan largo y tan difícil de culminar con éxito, resultó tan difícil llegar a este lugar... que fue muy gratificante ver a estos actores dando lo mejor de sí mismos”.
Es precisamente el gran trabajo de selección del reparto lo que define en gran medida las películas de Payne, dice Johnson. “Desde los actores principales hasta los extras, es tremendamente meticuloso a la hora de asegurarse de que tiene los rostros correctos para la escena. Pasará días buscando a la persona perfecta para cada papel, recurriendo frecuentemente a personas que no son actores para que se desenvuelvan de manera completamente natural, e integrando a los actores de manera transparente en la escena. Todo eso forma parte de su proceso. Todo influye.”
EL MURO...
A diferencia de las instalaciones donde los participantes deciden someterse a la reducción de tamaño para vivir una vida de lujo extravagante en suntuosas comunidades como Leisureland, hay otro edificio que prescinde de esa opción para los menos afortunados: el muro.
En ambas esferas se explota a los habitantes en diversos grados. Para aquellos que pueden permitirse la buena vida de una vida a pequeña escala, los comerciales parecen vendedores de crecepelo en un bucle infomercial interminable. A los descartados del mundo a escala real por los tiranos y los gobiernos que desean librarse de los inmigrantes pobres, los disidentes y los criminales, les espera el “otro lado” del muro. Se erige como una barrera tras la que se oculta el secreto sucio de aquellos reducidos de tamaño en contra de su voluntad, que después han sido descartados allí.
Ese es el mundo que Ngoc Lan Tran conoce bien y el que está decidida a que Paul Safranek también llegue a conocer. La creación de esos mundos y la primera colonia del mundo a escala reducida en Noruega requirieron un dominio de la fusión de los efectos visuales y el diseño de producción con un grado de maestría que Payne nunca había experimentado en ninguna película.
“Hay una tendencia estética horrible en el cine comercial. Es la creencia de que el mundo de las películas debe ser más hermoso de lo que ocurre en la vida real, y eso me pone de los nervios”, se lamenta Payne. “Quiero que el mundo de las películas sea como el mundo en el que vivimos y conocemos”. No digo que quiera fotografiarlo de una manera aburrida; quiero una banalidad fotografiada con mucha intensidad”.
Damon entiende lo que quiere decir. Es un estilo visual único, un estilo que el hermano de Damon comparó con un “cuadro de Edward Hopper en cada fotograma”, señala el actor. Es una cuestión de precisión y de minuciosidad, de ajustar todos los pequeños elementos del fotograma, esa increíble atención al detalle que no obstante sigue pareciendo un resultado aleatorio. Es un trabajo de dirección de nivel increíblemente alto que muy pocas personas pueden hacer”.
El Director de Fotografía Phedon Papamichael (Entre Copas, Los descendientes, Nebraska) y Payne han desarrollado una forma casi intuitiva de comunicarse durante ese proceso de trabajo a lo largo de sus tres colaboraciones previas.
“Phedon y yo nos conocemos desde la época en la que estaba haciendo mi película de tesis para la UCLA”, recuerda Payne. “Estuvimos en contacto durante años y cuando llegó el momento de hacer Entre copas, le ofrecí el trabajo. Ahora hemos llegado a nuestra cuarta película juntos”.
Una vida a lo grande excede claramente la escala de sus trabajos anteriores, dice Papamichael. “Alexander quiere mantener la forma en que trabajamos, que consiste en centrarse en las personas, en lograr que sea simple. Intentamos no restar importancia ni apartar la atención de la esencia de los personajes y la comedia, el drama. En ese sentido, se parece mucho a nuestros otros proyectos”.
El proceso de Payne consiste en dirigir una película cada tres años y cada vez dice que ha aprendido mucho. “Pero tipos como Phedon y Matt hacen tres o cuatro películas al año con los grandes directores del momento. Ellos saben mucho más que yo sobre cinematografía, lo cual es bueno porque esencialmente mi trabajo consiste en saber qué aspecto, qué atmósfera, debe tener esta película. Puedo preguntarles ‘‘Oye, ¿podemos hacer una toma así?’ y ellos saben exactamente cómo hacerla.
“Cuanta más experiencia tengo con el aspecto técnico de las cosas, más puedo relajarme y centrarme en el lado humano”, plantea Payne. “Dicho esto, si se tienen en cuenta todos los efectos visuales empleados en Una vida a lo grande, fue divertido aprender muchas cosas nuevas”.
Aquí entra en escena el supervisor de efectos visuales James Price, un socio cuya colaboración en esta película Payne considera esencial. Es la persona a la que Payne consultaba “cada paso del camino”. Él y Phedon fueron capaces de que me olvidase de los efectos y me convencieron de que estaba haciendo una película normal”.
Price tuvo que enfrentarse a la completa tarea de lograr unos efectos realistas, a pesar del marcado carácter de farsa de la película. En palabras de Price: “Una vida a lo grande es una película basada en la realidad, por lo que era absolutamente esencial que los efectos visuales pareciesen creíbles. Utilizamos tomas originales y tomas fotográficas reales siempre que podíamos, para que la realidad fuese base del trabajo que luego se aumentaría digitalmente.”
Este enfoque se aprecia desde el principio, cuando el Dr. Asbjørnsen y sus colegas se presentan ante sus pares y ante todo el mundo como una prueba viviente de que los humanos pueden reducirse a doce centímetros y prosperar.
“En primer lugar, filmamos todos nuestros fondos en el plató normal y, posteriormente, los elementos de las personas reducidas en una pantalla verde”, explica Price. “Al combinar la imagen de la pantalla verde con las imágenes que rodamos en el plató normal, tenemos lo que parecen ser personas pequeñas en un fotograma de realidad de tamaño normal. Aunque estamos usando muchas técnicas clásicas, también incorporamos tecnología digital al conjunto, utilizando la tecnología de impresión en 3-D para hacer montajes con maniquíes de doce centímetros de altura y equipos para medir con precisión las posiciones de la cámara en relación con esos maniquíes y con los artistas de tamaño normal que aparecen en la toma. De esta forma sabemos dónde están las líneas de mirada y los artistas que trabajan delante de la pantalla verde pueden ajustar esas líneas posteriormente.”
La filosofía era, una vez más, simple: “Mantener los efectos visuales y la acción asentados en la realidad. Ese era también el motivo por el que queríamos rodar a nuestros actores ante una pantalla verde y no usar personajes generados por ordenador, salvo que fuera absolutamente necesario”. Payne evitaba los efectos digitales porque quería que los efectos visuales fueran “lo más foto-realistas posible. Nuestro objetivo era hacerlos parecer tan simples que ni siquiera se considerasen como efectos visuales”.
Dejando a un lado los efectos, la veterana diseñadora de producción Stefania Cella (La gran belleza, Black Mass) tuvo que incorporar ese realismo acentuado a la creación de los platós elaborados.
“Estaba emocionada ante la perspectiva de trabajar en una película de esta escala, porque lo abarca todo, desde el medio oeste de los Estados Unidos hasta Noruega”, dice Cella. “Hay aviones, autobuses y trenes, de todo. Pero no deja de ser la historia de un hombre, una historia de compasión. Para mí, eso sigue siendo aún más importante que el aspecto estético de los grandes elementos de atrezo.”
Cella y Papamichael se reunían periódicamente para comentar cómo podrían coexistir los mundos de manera creíble. “Abordamos juntos el proceso, para que todos pudiéramos ver la evolución emocional que iba a tener el decorado con la luz y los colores y cómo se iba a ir entretejiendo a través de la historia”, agrega Papamichael. “Stefania fue una gran colaboradora”.
La pequeña ciudad de Leisureland necesitó un enorme estudio de rodaje en los Pinewood Studios en Toronto. “Esos decorados”, explica Cella, “se supone que son a escala 14 a 1, para que personas normales parezcan personas de 12 centímetros, así que necesitábamos uno de los platós más grandes que existen en Norte América.”
Payne señala que el bloque de apartamentos Alondra Apartments al otro lado del enorme muro era un escenario muy importante tanto para él como para Taylor. “Es un pabellón prefabricado reconvertido en apartamentos para personas diminutas, algo así como un hotel Embassy Suites, pero para gente empobrecida. Construimos las tres primeras plantas en realidad. La cuarta planta y la última planta son la extensiones digitales”.
Cella optó por la sencillez siempre que fue posible. “La falta de ornamentación en la arquitectura, en los muebles, fue esencial para que pareciera un juguete sin que se volviera grotesco”.
El pueblo escandinavo a escala reducida que aparece al final de la historia es “muy noruego en color, arquitectura moderna y falta de ornamentación”, señala el Director de Arte Kim Zaharko. “La falta de ornamentación fue un aspecto muy importante en mi enfoque del diseño. Las casas, todo está creado con elementos naturales y tradicionales para la eco-comuna”.
Damon agradeció el excepcional nivel de detalle con que se abordó la creación tanto del mundo a escala reducida como de la perspectiva de su personaje reducido cuando veía el mundo a gran escala desde un punto de vista diferente, que hizo posible que el actor pudiese vivir convincentemente en esos mundos. “Stefania ha hecho un trabajo increíble. Le han dado muchas vueltas a todo esto, han pensado hasta en el veteado de la madera. Cuando me despierto en la cámara de reducción, veo el suelo de terrazo que parece tener motas sobre las losetas. Todo está hecho a mano. Me encantó adentrarme en un nuevo escenario y ver todas estas cosas”.
Los accesorios desempeñan una función de importancia capital en la creación del mundo a escala reducida. “No empleamos muchos accesorios sobredimensionados, pero cuando los empleábamos, tenían que ser perfectos”, dice Payne. “Stefania Cella nos presentó a David Gulick (Jefe de atrezo), que trabajó infatigablemente para conseguir que los accesorios de atrezo pareciesen reales”.
Ya fueran reducidos o normales, los personajes tenían que interactuar con el utillaje, desde cajas de viaje hasta una rosa, incluso una pandereta en la iglesia.
El vestuario, igual que el atrezo, también resultó complicado de diseñar para los personajes que vivían en el mundo reducido. Payne recurrió a la diseñadora de vestuario Wendy Chuck, con la que lleva colaborando desde Election en 1997. “No he hecho un proyecto sin ella”, dice Payne. “Ha influido mucho en esta película, simplemente porque hay muchas cuestiones relacionadas con la naturaleza del tejido cuando tienes doce centímetros de altura”.
Chuck aclara la diferencia. “En lo que llamamos el ‘mundo a escala real’ las telas se tejen en maquinaria de nuestra cultura de tamaño”, explica. “Tenía que pensar en la ropa que usaría la primera colonia, porque no tienen la tecnología para disponer de máquinas de escala reducida”. Eso significaba que tenían que estar fabricados con materiales tejidos a mano o artesanales. Eso planteaba la pregunta: ¿Qué fibras utilizarían?” Después de varios ensayos, optó por formas simples y minimalistas, especialmente para los habitantes del poblado.
Al final de la película, Paul se encuentra una vez más en una encrucijada en la que tiene que elegir la mejor vida que tiene a su alcance. “Sabes que algunas personas son capaces de cambiar y que otras no”, reflexiona Payne. “Paul emprende este viaje en busca de una nueva perspectiva y descubre lo que realmente le hará feliz. Mi esperanza para esta película es que las personas aprecien todo el trabajo y el talante con que la hemos realizado y que después vean su mundo de una manera diferente”.
Paradójicamente, Damon considera que el último viaje de su personaje está en perfecta sincronía con lo que ocurre en el mundo actualmente. “Hay algo muy ajustado a la situación actual y brillantemente satírico en que un hombre se reduzca mientras la población de la Tierra se está expandiendo. Creo que este es el momento adecuado para esta película porque aborda el problema del mundo en el que estamos viviendo. Sí, Una vida a lo grande puede ser desgarradora. Pero también puede ser estimulante.
“Con suerte, dejará huella en nosotros”.
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