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ENTREVISTA A LA DIRECTORA...
LA ÚLTIMA VEZ QUE HABLAMOS, SE ACABABA DE ESTRENAR UNA MUJER BRILLANTE, TU PRIMERA PELÍCULA COMO DIRECTORA, QUE VENDIÓ 625.000 ENTRADAS. ¿TE APETECÍA REPETIR LA EXPERIENCIA TAN PRONTO?...
¡Qué va! El estreno de Una mujer brillante me impresionó mucho y decidí tomarme un tiempo alejada de las cámaras porque había sido todo muy intenso. Pero me pidieron dirigir DIOS MÍO ¡LOS NIÑOS HAN VUELTO!, o sea que fue un encargo. Los productores, Didier Lupfer y Alain Terzain, y después también Domique Farrugia, me propusieron dirigir el filme, a partir de un guion de Julien Colombani. Cuando lo leí, me gustaron mucho los temas que aborda, pero les dije que quería darle un toque personal. Así que empecé a trabajar con Stéphane Ben Lahcene (acababa de colaborar con él en su película Premiere de la classe) y luego pisamos el acelerador, porque las fechas de rodaje ya estaban cerradas.

¿QUÉ TE GUSTÓ DE LA HISTORIA?...
Me encantó el concepto de esta pareja y su familia. Después de 25 años casados, Catherine y Yann siguen teniendo un montón de cosas en común, aunque están pasando por un bache. Nunca se plantean separarse, sino que intentan encontrar la manera de superarlo juntos. A menudo las películas muestran una historia de una separación, una aventura o una doble vida, pero este no es el caso. Quería mostrar una pareja que se sigue queriendo incluso cuando las cosas se ponen cuesta arriba.

¡SOBRE TODO CUANDO SU HIJA Y SU YERNO SE PLANTAN EN SU CASA!...
Sí, cuando tienes hijos nunca sabes por dónde te van a salir. Los cuidamos de pequeños porque nos necesitan y luego se hacen mayores. Cuando son adolescentes tenemos que estar a su lado, aunque ellos no quieran saber nada de nosotros. Después van a la universidad y se van de casa. En ese momento ya son adultos y tienen su propia ideología y estilo de vida. Los padres siempre estamos ahí, aunque no solemos verlos todos los días ni volvemos a vivir con ellos.

EN ESTA PELÍCULA, ESE TEMA DA PARA CONVERSACIONES ENTRE LA MADRE Y EL PADRE O ENTRE LOS PADRES Y SUS HIJOS, Y VUESTROS PERSONAJES A VECES HABLAN SIN PELOS EN LA LENGUA...
¡Eso es porque se quieren! Querer a alguien no es decir que sí a todo. A veces, decir que no y analizar la situación con objetividad es la mejor forma de querer a una persona. Está claro que hay que tratarse con cariño, pero alguna que otra vez también hace falta decir las cosas sin rodeos.

¿QUIERES DECIR QUE HAS UTILIZADO TU EXPERIENCIA COMO MUJER Y MADRE EN ESTE FILME?...
Claro, pero eso pasa en todas las películas. Es imposible no aportar algo de tu personalidad. En esta, hablo de lo que me gusta y de lo que veo en otras personas. Me encantaría poder colarme en casas ajenas y ver cómo viven. Me gusta contar historias sobre la humanidad de la gente. Todos somos diferentes y seguro que nos sorprendería saber qué pasa por la cabeza de nuestros mejores amigos o de nuestros hermanos y hermanas. La percepción de las cosas puede cambiar radicalmente de una persona a otra, ¡de eso estoy segura! En ese sentido me ha inspirado la familia de esta película.

¿QUÉ PASA CON LOS BONSÁIS A LOS QUE SE HA AFICIONADO YANN, TU MARIDO EN EL FILME (INTERPRETADO POR STÉPHANE DE GROODT)?...
Los bonsáis me hacen muchísima gracia. Ya aparecían en la primera versión del guion, antes de que me uniera al proyecto. En este caso son bonsáis, pero lo mismo podría haber sido el golf, el fútbol o cualquier otra pasión que monopoliza el tiempo y la energía de una persona. Cuando tienes pareja, este tipo de situaciones puede suponer un problema porque la otra persona se siente ignorada. Conozco a varios apasionados de los bonsáis que se pasan el día entero cuidando de sus plantas y hablando con ellas. A Stéphane Ben Lahcene le encantó, por cierto, y se encargó de los diálogos entre Stéphane de Groodt y los árboles.

UNA DE LOS ASPECTOS QUE LLAMA LA ATENCIÓN DEL FILME ES LA ESTÉTICA, QUE ESTÁ MUY CUIDADA EN LAS AMBIENTACIONES, EL VESTUARIO Y LA ILUMINACIÓN, POR EJEMPLO...
Todo depende de la historia. Si alguna vez abordo un tema más duro, relacionado con una situación social, por ejemplo, creo que tiraría por una iluminación menos alegre. Pero en esta ocasión quería que la familia estuviera rodeada de entornos bonitos. De nuevo, he podido contar con un equipo estupendo: Hervé Gallet ha sido el director de arte, Pierre Gantelmi d’Ille ha sido el director de fotografía y Emmanuelle Youchnovski se ha encargado de los vestuarios. Rodamos en una casa impresionante en La Celle-­‐ Saint-­‐Cloud, en las afueras de París. No es una zona pretenciosa ni inalcanzable. Es una casa de ladrillo visto que se compraron cuando no tenían muchísimos recursos y que luego fueron mejorando y ampliando cuando Yann fue ganando dinero con la start-­‐up. Creo que los espectadores lo van a entender y se sentirán identificados con ellos. Por encima de todo, es una casa familiar. Prestamos mucha atención a los colores y la iluminación y, al ver la película, me gusta cómo ha quedado porque no solo se corresponde con lo que tenía en mente, sino que además encaja perfectamente con la historia que quería contar.

HABLEMOS DEL REPARTO, ENCABEZADO POR UNA TAL MICHÈLE LAROQUE. ¿TENÍAS CLARO DESDE EL PRINCIPIO QUE PARTICIPARÍAS TAMBIÉN COMO INTÉRPRETE?...
Sí porque Alain, Dominique y Didier, los productores, se pusieron en contacto conmigo para dirigir y protagonizar la película. Me gusta el papel de Catherine porque no tiene nada que ver con Angela, el personaje de Una mujer brillante. Es una mujer muy cercana, aunque también es un poco cabeza loca, y tiene que lidiar con un marido que vive en su mundo y parece estar un poco perdido. Catherine es la que consigue que las cosas salgan adelante en DIOS MÍO ¡LOS NIÑOS HAN VUELTO! Ha sido buena madre pero ahora quiere ser más que eso. Quiere una vida propia. Catherine sigue enamorada de su marido, que está un poco chalado y le arrastra en su locura y eso a ella le encanta.

DIRIGES Y PROTAGONIZAS ESTA PELÍCULA, AL IGUAL QUE HICISTE EN UNA MUJER BRILLANTE. ¿CÓMO GESTIONAS TODO EL TRABAJO?...
La verdad es que no es para tanto. Gérard Jugnot me dijo una vez, “Cuando interpretas estás en medio del rodaje y te das cuenta de muchas cosas”. Y tiene razón porque no es lo mismo estar con todo el mundo, que observar a los actores desde fuera. Aprendí mucho con mi primera película y también confío mucho en el equipo que me rodeaba. Siempre comprobaba las tomas antes de pasar a la siguiente escena, pero trabajo rápido cuando me gusta lo que veo y el equipo me dice que está bien. Lucien Balibar, el ingeniero de sonido, también me ha ayudado mucho. Este rodaje ha durado siete semanas y rodamos Una mujer brillante en seis y media, pero nunca he sentido que me haya faltado tiempo ni que haya metido prisa a los actores. De hecho, hemos podido probar cosas para ver si funcionaban.

¿QUÉ TAL CON STÉPHANE DE GROODT, QUE INTERPRETA A TU MARIDO YANN?...
Es un actor fantástico. Cuando decidimos trabajar juntos cogí la costumbre de dejarle notitas sobre cómo veía el personaje. Cuando llegamos al rodaje, vi que Stéphane había tenido en cuenta mis recomendaciones y había preparado el personaje en función de lo que le dije. El personaje estaba ahí… no tuvimos que cambiar casi nada. Es un actor muy solidario. Confiamos plenamente el uno en el otro y cuando una escena no funcionaba lo hablábamos y él enseguida proponía alternativas. Stéphane también aporta mucho encanto al personaje de Yann: en la fiesta en la que canto, me mira de una forma que hace mucha gracia pero también es muy tierna. Sabía que era buen actor, claro, pero ha superado todas mis expectativas. Es gracioso, cariñoso y auténtico.

SU PERSONAJE ES MUCHO MÁS COMPLEJO DE LO QUE PARECE INICIALMENTE. PARECE UN POCO IDO PERO EN REALIDAD ES EL QUE LE MUESTRA EL CAMINO A LA FAMILIA...
Sí, él se da cuenta de todo. Veía a Yann como un tipo hiperactivo y muy inteligente, que lo está pasando mal ahora que ya no está al mando de su empresa. Se refugia en sus bonsáis para escapar de la vida real, pero le cuesta adaptarse a sus nuevas circunstancias. Desde fuera, parece estar en otro planeta, pero no es así. Sabe quién es quién, sabe quién hace qué y ve los problemas de todos los que le rodean.

ALICE DE LENCQUESAING Y OLIVIER ROSEMBERG INTERPRETAN A TU HIJA Y A SU MARIDO...
Alice me impresionó mucho con su escena en Polisse. Creo que ninguna otra actriz podría hacer lo que hizo ella. Es una intérprete excepcional que no ha trabajado mucho el género de la comedia y le ha dado mucha personalidad al papel de Anna. Siempre nos sorprendía con sus decisiones. Es tan buena actriz que daba la sensación de que iba inventándose el diálogo a medida que iba avanzando. Con Olivier pasa lo mismo. A día de hoy sigo dándome cuenta de cositas que no vi en su momento, aunque ya he visto la película unas veinte veces. Me encanta ese aspecto desaliñado, su risa nerviosa y sus manías. Le había visto en varios cortos y en “Casting”, la serie con Pierre Niney e Igor Gotesman. Ellos escribieron Family Business, que protagoniza Olivier y me encantó. Le mandé el guion y se lo leyó de una sentada a pesar de que estaba de vacaciones en San Juan de Luz con sus amigos. Aceptó el papel a la mañana siguiente. Olivier llamó a Alice para quedar una semana antes del rodaje, para conocerse y empezar a trabajar juntos. ¡No podía pedir más como directora!

TAMBIÉN HAS CONTADO CON OTRAS CARAS CONOCIDAS, COMO FRANÇOIS BERLÉAND...
Sí, coincidimos en la obra de teatro “Encore un instant” en París y después estuvimos de gira. Un día estaba en el camerino con François, Lionel Abelanski y Vinnie Dargaud y les pregunté si querían participar en la película y me dijeron que sí. Berléand interpreta al psicólogo de mi marido, Abelanski al profesor que está enamorado de mi hija y Vinnie al agente inmobiliario. Luego les comenté que me habían hecho muy feliz, porque no podría haber pedido un reparto mejor para interpretar a esos personajes.

Y HAS VUELTO A TRABAJAR CON ALGUIEN DE TU FAMILIA...
Sí, mi hija Oriane Deschamps interpreta a mi otra hija, Mathilde. De primeras no estaba muy convencida, pero al leer le guion le gustó mucho. Me encanta lo que le aporta al personaje porque Mathilde no tiene nada que ver con Anna y no quería que fuera como una caricatura. También está mi perra. Vuelve a colaborar conmigo después de Una mujer brillante y Jubilación: imposible, en la que aceptó un papel pequeño porque no se le ha subido la fama a la cabeza.

SE SUELE DECIR QUE LA SEGUNDA PELÍCULA ES LA MÁS DIFÍCIL. ¿QUÉ OPINAS? ¿TE GUSTARÍA SEGUIR DIRIGIENDO?...
Totalmente, de hecho ya estoy trabajando en dos proyectos que van viento en popa. No participaré como actriz esta vez. Antes de esta película, me costaba mucho dirigir escenas en las que no actuaba. Me sentía bastante impotente y frustrada, y me parecía muy cansado. Pero en DIOS MÍO, LOS NIÑOS HAN VUELTO lo llevé mejor, así que creo que por fin estoy preparada para dirigir una película en la que no actúo. El primer proyecto es la adaptación de un libro titulado “Le petit roi du monde” de Philippe Amar (¡aparezco leyéndolo en esta película!), que estoy desarrollando con el equipo de producción de Jubilación: imposible y Recifilm. La segunda está basada en un guion que está escribiendo Stéphane Ben Lahcene y la va a producir Nolita. Es una adaptación de una película británica que me encanta… ¡Me siento muy afortunada!



ENTREVISTA CON STÉPHANE DE GROODT...
¿CÓMO CONOCISTE A MICHÈLE LAROQUE Y QUÉ TE HA LLEVADO A PARTICIPAR EN SU SEGUNDA PELÍCULA COMO DIRECTORA?...
Conocí a Michèle por una de sus películas y siempre me ha gustado mucho su trabajo. Compartimos agente y acabamos desayunando juntos en Cannes hace un par de años y me cayó muy bien. Michèle es cariñosa y muy simpática. Después de ese encuentro, quise volver a coincidir con ella, pasar tiempo con ella y colaborar con ella. Ese mismo día me ofreció un papel en Una mujer brillante, su debut como directora, pero al final no pudo ser. Estaba en el extranjero cuando me mandó el guion de DIOS MÍO, LOS NIÑOS HAN VUELTO pero incluyó un mensaje tan cariñoso que me lo leí con muchas ganas. Es genial colaborar con gente que se asegura de hacerte saber que quieren trabajar contigo. Supe enseguida que podía interpretar al marido. Con Michèle fue amor a primera vista, amor profesional, claro, y confirmé mis sospechas durante el rodaje, que ha sido una experiencia divertida, agradable y muy emocionante.

¿CÓMO ES EN EL RODAJE? ¿Y CÓMO DIRECTORA?...
Michèle es una actriz cómica increíble. Sabe controlar los tiempos y tiene mucho instinto. Trabajar con ella ha sido como jugar un partido de tenis con una jugadora profesional, te manda la bola directa a la raqueta. Pasa lo mismo cuando dirige. Michèle sabe lo que busca y escucha a los demás. No da órdenes, sino que hace sugerencias. Como ella también es actriz, sabe cómo dirigir a los demás cuando está detrás de la cámara. ¡Es la combinación perfecta de actriz y directora!

¿ESCUCHA LAS SUGERENCIAS DE LOS COMPAÑEROS DE REPARTO?...
Hablamos durante el rodaje y le comenté varias cosas que quería cambiar o aportar al personaje. Así que al llegar a plató no hubo sorpresas, pero sí se muestra abierta a los cambios. Me gustó trabajar con una paleta de colores predefinida y elegir los tonos que más me gustaban entre las opciones disponibles. Hay que mantener una coherencia con la historia y los personajes, claro. El papel siempre cambia un poco cuando lo interpretas, pero eso es lo que tiene ser actor. Si no, podríamos usar robots y listo.

HÁBLANOS DE YANN, TU PERSONAJE EN LA PELÍCULA. ¿QUÉ IMPRESIÓN TE DIO LA PRIMERA VEZ QUE LEÍSTE EL GUION?...
Tiene la cabeza en las nubes y eso le hace muy entrañable, aunque para haber tenido esa carrera empresarial, tuvo que ser un tipo muy centrado en su momento. Yann se ha obsesionado demasiado con los bonsáis, aunque creo que en el fondo sigue siendo un tipo muy tranquilo. Explora sus intereses y aprovecha el tiempo libre y creo que eso le da cierto encanto según avanza la película. Incluso se alegra cuando llega su hija con su marido. Es muy paternal, muy familiar. En resumidas cuentas, es un gran marido, un gran padre y un tipo genial.

TAMBIÉN ES UN PERSONAJE QUE VAN CAMBIANDO SEGÚN AVANZA LA HISTORIA. A VECES PARECE QUE HA PERDIDO LA CABEZA, PERO LUEGO SE VE QUE TIENE MUY CLARO LO QUE LE ESTÁ PASANDO A SU FAMILIA....
Sí, no es un soñador, es un hombre muy intuitivo que tiene una visión muy interesante de las cosas. Por su experiencia, sabe cómo funciona el mundo y cómo actúan las personas. Llegados a un punto, sabe cómo expresarse y estar presente.

ADEMÁS DE COMPARTIR CARTEL CON MICHÈLE, QUE INTERPRETA A TU MUJER, TAMBIÉN TRABAJAS CON ALICE DE LENCQUESAING Y OLIVIER ROSEMBERG, QUE INTERPRETAN A TU HIJA Y SU MARIDO. ¿HABÉIS ACABADO CONVERTIDOS EN UNA FAMILIA REAL?...
Desde luego. De hecho, eso me parecía muy importante. Rodar una película es como estar en un barco. Está el almirante, que dirige, y el reparto, que es la tripulación a las órdenes del almirante. Sin esa dinámica de grupo me resulta imposible funcionar, no consigo soltarme y crear un personaje. Necesito estar rodeado de compañeros de viaje que se preocupan por mí. Por mi experiencia puedo decir que esas dinámicas son difíciles de conseguir. En esta película he hecho un gran amigo: Olivier Rosemberg, que interpreta a mi yerno Thomas. Además del resto de protagonistas, todo el equipo ha sido maravilloso. Estaban muy volcados con el rodaje y han sido un público genial. Cuando se trabaja en una comedia es importante contar con ese público inicial que forma el equipo técnico durante el rodaje.

ERES ACTOR DE CINE, DE TEATRO Y TAMBIÉN ESCRITOR. ¿VER A MICHÈLE LAROQUE DETRÁS DE LA CÁMARA COMO DIRECTORA TE HA DADO ALGUNA IDEA?...
Más que ideas, me ha causado necesidad. Estoy explorando ya esa vía. He dirigido dos cortos y ahora estoy trabajando en un proyecto para un largometraje.

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