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DÚO retrata la extrañeza de dos intérpretes ante un mundo desconocido que pone en cuestión el sentido de su relación y del quehacer artístico. Mónica García es la actriz protagonista. Coreógrafa y bailarina de profesión, su presencia es magnética. De extrema sensibilidad y empatía, su rostro se revela como espejo de un viaje interior que empezó en CON EL VIENTO, donde el personaje experimentó un deseo de cambio tras convivir con su madre. En DÚO, lejos de su hogar, Mónica encontrará algo de sus raíces.
Gonzalo Cunill la acompaña en este viaje, un actor con una fisonomía y voz singulares, de una fuerza expresiva extraordinaria y una larga trayectoria en teatro físico. El reparto lo completan actores naturales del lugar, cuya presencia evidencia la distancia insalvable con los protagonistas y da voz y rostro a las comunidades andinas a través de su día a día.
NOTAS DE LA DIRECTORA...
Después de terminar CON EL VIENTO, surge la necesidad de seguir al personaje de Mónica. Acompañarla en un nuevo viaje de regreso a Argentina y en una gira de danza contemporánea en territorios remotos donde el arte está ligado a la vida. Porque toda transformación abre una nueva crisis.
Como sus personajes, la película emprende una búsqueda a través de los límites geográficos y culturales, entendiendo la frontera como un lugar de cruce (de personas, lenguajes, culturas) y, por lo tanto, híbrido. Porque todo viaje supone un desplazamiento.
Entre el documento y la ficción, la película muestra la incapacidad de adaptación al lugar de una pareja y plantea cuestiones (también a sí misma) sobre el sentido de la creación artística alejada de las necesidades de las comunidades y la representación y el acercamiento a las personas que las componen. Cuando se abren las grietas en una relación, el silencio se vuelve profundo. El dolor de una separación, del transcurrir del tiempo, de las derrotas y los miedos, a través de los cuerpos. Y la inmensidad abre un espacio para el pensamiento y la reflexión. El paisaje se convierte en el espacio íntimo de Mónica. Quién es, qué busca, adónde quiere ir.
A través del viaje de Mónica, la película busca y se busca en un modo de vida que desaparece, en la tierra, en la casa, en las raíces, en la memoria, en los afectos. Del fin del húmedo verano, al gélido y seco inicio de invierno; del ruido disonante del carnaval, al silencio tras una función. La dualidad es el centro de la película. Un viaje del color y el calor comunitario, al frío y la soledad de dos personajes a la deriva, sacudidos por el viento.
Porque nadie nos enseñó a gestionar el amor. Tampoco a decir adiós.