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SINOPSIS
El deseo de un agente del gobierno de brillar más allá de lo que las sombras de su profesión le permiten se hace realidad cuando se ve emparejado con un nuevo compañero de peripecias: Wax. Mientras los dos se abren paso por París en una misión de paz antiterrorista, nuestro joven agente descubre que las armas más mortíferas son las que más nos gustan...
INTÉRPRETES
JOHN TRAVOLTA, JONATHAN RHYS MEYERS, KASIA SMUTINIAK, RICHARD DURDEN, BING YIN, AMBER ROSE REVAH, ERIC GODON, FRANÇOIS BREDON, CHEMS DAHMANI, SAMI DARR, JULIEN HAGNERY, MOSTÉFA STITI, REBECCA DAYAN, KELLY PRESTON
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ENTREVISTA A JOHN TRAVOLTA...
¿Qué te atrajo de esta película?...
Como actor, lo primero que me atrae es lo que puedo hacer con un personaje que sea distinto a lo que otra persona pueda hacer con él. Se trataba de un personaje extravagante y me daba algo que hacer como actor. Me permitía ser alguien diferente a mí. La posibilidad de trabajar con Luc Besson también me atraía, porque es un cineasta excelente y el guión era obra suya, y el trabajo de Pierre me parecía atractivo porque había demostrado con unas pocas películas que podía hacer un filme de este tipo, así que había todos esos elementos que me resultaban atractivos.
¿Cómo describirías a Wax?...
Un agente de la CIA nada convencional. Es uno de esos tipos que, al ser tan bueno en lo que hace, puede permitirse no ser demasiado ético, únicamente porque ofrece un servicio de máxima calidad muy por encima del típico agente de la CIA.
¿Dirías que eres un tipo de actor poco convencional?...
Supongo que depende de lo que se entienda por poco convencional. En este caso, yo personalmente no haría ni mucho menos lo que hace Wax, pero eso no significa que no tenga derecho a interpretar a alguien que actúa de manera nada convencional. Ya lo hice en Pulp Fiction, lo hice en Operación Swordfish, en Cara a cara (Face/Off) y en muchas otras películas en las que interpreto a tipos que son un tanto inmorales, pero ése es el privilegio que se tiene como artista y como actor, la posibilidad de hacer cosas distintas.
¿Cómo definisteis la imagen de Wax?...
Bueno, creo que la cosa estuvo entre Pierre, Luc y yo. Acababa de terminar una película con Tony Scott y Denzel Washington, llamada Asalto al tren Pelham 123, y allí tenía un aspecto así como duro y tosco, de modo que pensé: "Bueno, eso ha funcionado pero, ¿cómo puedo ser distinto en esta película?". Así que decidimos deshacernos del pelo, dejarme una perilla y vestirme como un mercenario. Ahora esos tipos casi parecen tener estilo, por el motivo que sea. Estuvimos viendo fotos de esos tipos con armas, pañuelos, chaquetas de cuero y pantalones militares, y tenían un aspecto glamuroso, resultaba realmente extraño ver una dicotomía así, de glamour con armas.
¿Te gusta tu nuevo “corte de pelo”?...
Mucho. Voy completamente pelado y eso me da total libertad para ser de lo más directo. Me recuerda a Pulp Fiction, donde el personaje, un asesino a sueldo de traficantes de heroína, tenía un extravagante corte de pelo que le daba un aire ‘euro-trash’. Se trata de algo muy importante, porque el cine es un medio visual y lo único que el espectador sabe es lo que se le muestra en la pantalla, así que necesitas tener una imagen con la que te sientas plenamente satisfecho. Ésta le va mucho al personaje.
Vaya por donde vaya Wax, ya sea en el aeropuerto donde lo vemos por primera vez, o en las calles, causa una fuerte impresión, directo, sin pelos en la lengua...
Sí, se lo hace pasar mal a los de aduanas con un montón de tacos y muchos prejuicios e ideas amenazadoras, y no para un momento; si fuera vestido más normal y tuviera una actitud más normal no resultaría tan atractivo. Cuando vas vestido como yo, te divierte más de lo que te puedas sentir ofendido. Si fuera con un traje con chaleco, resultaría ofensivo, porque dirías: "¿Quién se cree que es ese tipo para hablar así?" Pero con el pelo rapado al cero, la perilla, algo tosco, por algún motivo, no resulta tan ofensivo. Solamente utiliza las palabrotas para dejar bien claras sus ideas. O sea, no es que sea algo involuntario, forma parte de cómo quiere comunicarse, tanto con traficantes de drogas, redes de prostitución o funcionarios públicos, a los que necesite engañar de algún modo. Así que lo utiliza como herramienta, más que tratarse de algo natural. Es una actitud. Adopta esa actitud callejera para poder moverse por las calles. Es la clase de persona a la que contratarían, por mucho dinero, para meterse en situaciones sumamente peligrosas, zonas de guerra y sitios así, para trabajos de tipo espionaje, operaciones encubiertas, y lo tiene dominado. No le tiene miedo a nada porque es perfectamente capaz de manejar a cualquiera, en cualquier momento y de cualquier manera, y no teme a la muerte. Tiene mentalidad bélica.
¿Cómo describirías la relación de Wax con Reese?...
Creo que, al principio, Wax intenta hacerse una idea de quién es ese tipo, y si le va a resultar una gran carga o, por el contrario, supondrá una gran ventaja. De ese modo, valora en todo momento cómo se encuentra con ese tipo, pero sabe que Reese le sirve de contrapunto. Cuenta en su haber con idiomas y con conocimientos de inteligencia, y tiene su propio estilo de pericia que sirve de contrapunto a mi propia pericia. Con mi instrucción, trataba de ayudarlo a convertirse en alguien más parecido a mí, así que se trata de tomar a un tipo que tiene potencial y transformarlo en alguien un poco más duro. De modo que tengo un trabajo que hacer, pero al mismo tiempo intento dilucidar de qué va.
¿Y cómo resultó trabajar con Jonathan Rhys Meyers?...
Es encantador. Es un actor maravilloso, es agradable y se puede hablar de cualquier cosa con él, en lo referente a tu trabajo o tu punto de vista, y es muy divertido. Tiene un gran sentido del humor y es muy profesional, uno de los actores más profesionales con los que he trabajado jamás. Se sabe su papel, es puntual, siempre consigues escenas estupendas a su lado, puedes contar con él y te permite realizar ajustes, ya que él también se ajustará por ti si necesitas retocar algo.
¿Y Pierre Morel, el director?...
Había visto Venganza (Taken), y vino muy recomendado por Luc. Cuando conocí a Pierre, pude ver que poseía una gran inteligencia, una buena lógica y un intenso deseo de hacer una estupenda película. Es un hombre muy elegante y un buen comunicador, muy discreto, que sabe lo que quiere, podías estar haciendo una escena y que dijera: “¿Te importaría probar a hacerlo así?” y la mayoría de las veces descubría que estaba de acuerdo con él. Está lleno de buenas ideas, es fácil llevarse bien con él y creo que el equipo lo respeta e intenta esforzarse al máximo por él. Siente una gran pasión por este trabajo.
¿Cómo influye todavía tu formación como bailarín en tu interpretación?...
No sería capaz de hacer ni la mitad de las escenas arriesgadas que hago en la actualidad si no bailara, porque parecen bailes. Es como en una película de John Woo. John Woo crea secuencias que parecen un ballet, con cámara lenta y movimiento, y son preciosas. Violentas, pero preciosas. Creo que, si no hubiera sido bailarín, podría haberlo hecho, pero seguramente no tendría la misma fluidez ni resultaría tan interesante.
¿Qué es lo que te gusta de hacer películas de acción?...
Me gusta el movimiento y me gusta el modo de pensar diferente. En una película de acción, utilizas tu cuerpo de manera distinta y, mientras esté bien escrita y bien dirigida, me encanta. No me interesa tomar parte en una que no esté bien escrita ni bien dirigida, simplemente por la acción. En esta película, no hay nada gratuito. Una secuencia de acción lleva a la siguiente, y así sucesivamente, porque estamos intentando llegar hasta una red terrorista, así que todo tiene sentido.
¿Has disfrutado con la oportunidad de trabajar en Francia?...
Hace años que quería hacer una película en Francia. En 30 años, es la primera película que he hecho realmente aquí y me sorprende no haber hecho ninguna antes, pero nunca es demasiado tarde y, voilà, aquí estoy. Je suis heureux. Me encanta la atmósfera en el plató. Soy una persona muy cariñosa y me encanta que todo el mundo se abrace y se bese pero, lo que es más importante, me encanta que todo el mundo esté allí para trabajar. Agradezco de veras que aquí haya una dedicación al trabajo y se ponga un cuidado que es importante. He disfrutado enormemente con ello.
El guión incluye unos cuantos tópicos sobre Francia, como la comida y el sexo, por ejemplo... ¿Verdad omito?...
Todo mito tiene una parte de verdad que se basa en experiencias que ha tenido alguien. O sea, está la imagen del norteamericano horrible. ¿Hay norteamericanos horribles? Probablemente. Pero, ¿todos? No. Los rumores se basan en pequeños detalles, a partir de los que surgen chistes y tópicos, que se utilizan para incluir ideas puntuales en el argumento, pero eso no significa que sean ciertos.
¿Qué escena te resultó más difícil?...
No estoy seguro, porque estoy muy activo en todo el filme. Toda la película ha resultado muy exigente y no puedo evitar reírme porque soy más viejo de lo que indica mi conducta. Han aprovechado mi capacidad para mover mi cuerpo, pero la verdad es que me río con la idea de que me permita hacer la mitad de las cosas que hago. Cada vez que hago una escena en la que me lanzo rodando, salto sobre una mesa o salto por los aires con dos armas, se me escapa la risa porque en teoría, a mi edad debería bajar de ritmo, no aumentarlo. Ésta es seguramente la película más cargada de acción en la que he participado, y eso que he hecho algunos clásicos del cine de acción, pero ésta la más movida en la que he tomado parte. Es muy buena.
ENTREVISTA A JONATHAN RHYS MEYERS...
¿Qué te atrajo de Desde París con amor?...
Leí el guión y quería hacer una película de este tipo. Quería trabajar con Pierre Morel, porque había visto Venganza (Taken). Quería trabajar con John, y con Luc Besson y Virginie. Interpreto a un tipo que tiene algo un poco infantil, a pesar de tratarse de un tipo muy maduro y muy responsable, pero tiene cierta idea de lo que supone ser un espía y es sobre todo lo típico sacado de cómics y cosas así. Ese elemento lo convierte en cierto sentido en un niño, pero empieza poco a poco a darse cuenta de que no todo es como en James Bond, con sus coches, sus trajes elegantes y operaciones secretas. Es muy sucio, sangriento, turbio y asqueroso: el mundo real. Está en cierto sentido haciendo realidad su fantasía y la fantasía se convierte en una pesadilla ante sus ojos.
¿Cuál es tu enfoque con un personaje como Reese?...
Tengo una idea en la cabeza de sus antecedentes, cómo podría haber sido este chico, al crecer, el instituto, la escuela nocturna y todo eso. No se trata de alguien que fue a Harvard. Creo que seguramente estudió en una escuela pública y aprendió mandarín en la escuela nocturna para intentar conseguir un buen trabajo. Así que es alguien que se oculta a menudo tras una fachada. Pero no es un personaje que se vea cargado de complejidades. Reese tiene corazón, es un tipo optimista. Quiere pensar lo mejor de la gente.
Reese se siente fascinado por Wax. ¿Te sentiste igual que él al tener ocasión de trabajar con John Travolta?...
Yo no diría tanto como fascinado, pero sí que me encantó. Nos lo pasamos estupendamente juntos, porque es una persona muy generosa y sumamente cariñosa. Lleva mucho tiempo trabajando en el cine, así que tiene muchísimas historias increíbles y una gran experiencia. Pero la verdad es que es muy buen tipo, un individuo muy franco y cariñoso, y es un icono de su tiempo. Cuando Reese conoce a Wax, se siente fascinado porque no es lo que esperaba. Lo que esperaba es más bien alguien pulcro y formal, trajeado y serio, y lo que se encuentra es alguien que parece sacado de un club de moteros de Florida, que lleva joyas de Chrome Hearts, con una personalidad muy intensa, una gran personalidad, muy americana. Así que Reese se queda de piedra al encontrarse con lo contrario de lo que esperaba, tenía una idea preconcebida en mente. Yo no tenía ideas preconcebidas en cuanto a John, y me lo pasé estupendamente con él. Hemos tenido suerte, porque la química funciona o no funciona, y no lo sabes hasta que llega el momento. Así que tuvimos suerte de que nos cayéramos bien y parece que la cosa salió bien.
¿Dirías que desarrollan una relación de colegas?...
Desarrollan una cierta relación de colegas, porque es una especie de relación de colegas tipo mentor-estudiante. Paso por un montón de momentos en los que me comporto de manera muy torpe, tengo problemas éticos y Reese es mucho más ético que Wax. Así que es una ‘buddy movie’ con personas con ideales distintos, pero se te permite tener ideales distintos y aun así tener un mismo objetivo.
¿Podrías hablarnos un poco sobre tu compañera en la película, Kasia Smutniak, que interpreta a Caroline?...
Kasia es genial, una chica maravillosa. Es polaca, lo que me gusta, porque yo soy irlandés, y hay una cierta similitud extraña ahí. Es una actriz excepcional, lo que es raro, porque es una antigua modelo y muy pocas veces se ve una ex modelo que sepa actuar de verdad. No sé por qué, quizá porque se han pasado años centrándose en el aspecto físico, pero ella sí posee la habilidad necesaria para ser actriz. Tengo un gran concepto de ella. Fue muy divertido trabajar con ella. Creo que a los espectadores les va a gustar mucho en la película.
¿Tenías ganas ya de hacer tu primera película de acción?...
Sí, pero es duro. Cuando estás haciendo una película de acción, lo más agradable resultan ser las escenas en las que no tienes más que interpretar. Eso se debe a que las escenas de acción quedan sensacionales en pantalla, pero son muy complicadas, son técnicamente complejas de rodar. Así que no hay fluidez, son todo pequeños trozos, pequeños momentos, que luego se montan seguidos para hacer que queden bien. Pero no son nada divertidos de rodar, solo llevan mucho tiempo.
¿Cómo describirías a Pierre Morel?...
Me encanta Pierre. Creo que está chalado en su punto justo. Es un gran técnico, un gran operario. Es una persona de trato fácil, trabaja muchísimo, tiene mucha energía, está cargadísimo de energías. Y es listo. Me gusta muchísimo. Me siento muy cómodo con Pierre. Es un tipo genial y un director excelente.
Cuando estás rodando, ¿sueles comprobar las escenas en el monitor?...
Sí, pero suelo mirar el monitor únicamente para comprobar que no estoy haciendo ninguna estupidez. Cuando era más joven, como actor, solía hacer tonterías con las manos o tics y cosas así. Recuerdo una toma en concreto, una preciosa toma en la que estaba sentado en una mesa, en la tercera temporada de Los Tudor. Estaba sentado con Jane Seymour, y es una composición preciosa, salvo que está de perfil y, con las botas altas, mi pie estaba girado y arruinaba la composición del encuadre. Es el tipo de cosas en las que me fijo.
¿Qué te pareció trabajar en Francia?...
Cuando trabajas en el extranjero, y he trabajado en países en los que no hablaba el idioma, y este equipo técnico francés en concreto, son muy amables unos con otros y conmigo. Han sido en todo momento encantadores conmigo. Hay una gran camaradería. El equipo técnico se lleva estupendamente y se apoyan unos a otros.