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SINOPSIS
Nos muestra a los Crawley y al personal de la casa adentrándose en los años 30. Cuando Mary se ve en el centro de un escándalo público y la familia afronta dificultades económicas, todos los integrantes de la casa deberán lidiar con la amenaza de la deshonra social. Los Crawley deberán abrirse al cambio y dar la bienvenida a un nuevo capítulo con la nueva generación al frente para encarar el porvenir de Downton Abbey...
INTÉRPRETES
MICHELLE DOCKERY, JOELY RICHARDSON, PAUL GIAMATTI, SIMON RUSSELL BEALE, DOMINIC WEST, ELIZABETH McGOVERN, HUGH BONNEVILLE, JOANNE FROGGATT, PHYLLIS LOGAN, ALLEN LEECH, SOPHIE McSHERA, ALESSANDRO NIVOLA, LAURA CARMICHAEL, PENELOPE WILTON, MICHAEL FOX
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ENTREVISTA A JULIAN FELLOWES...
¿Por qué querías recuperar el universo de Downton Abbey para una tercera película?...
Al final de la segunda película, nos despedimos de nuestra querida Violet. Queríamos dejar claro que, aunque ese momento marcara el final de un miembro de la familia, no era el final de la familia en sí. También quería mostrar que las familias como los Crawley, que han sobrevivido en el mundo moderno, han tenido que redefinirse, acostumbrarse a una nueva forma de hacer las cosas e intentar ver si podían lidiar con ello. Los hay que han fracasado estrepitosamente, pero quiero pensar que los Crawley son una de esas familias supervivientes que han logrado conciliarse con el mundo moderno.
¿En qué situación nos encontramos a los Crawley y al personal de la casa al comienzo de la película?...
A los Crawley les va bastante bien. A pesar de los tiempos que corren, marcados por el cambio, siguen siendo una gran familia en una gran casa. Se respira un aire de cambio en sus relaciones con la servidumbre y con la gente de a pie que vive en el pueblo. Las dos guerras mundiales redujeron las distancias en lo que a trato social respecta y las familias aristocráticas quedaron muy desubicadas tras cada una de ellas. La película trata sobre esos tiempos de cambio. Una de las tramas es que Mary se divorcia, y lo que espero que sorprenda al público es comprobar hasta qué punto el divorcio era algo que no llegó a aceptarse hasta mucho después.
¿Cómo afecta a la casa el divorcio de Mary?...
Un divorcio era una forma bastante dramática de demostrarle al resto de tu familia que vivías en un mundo diferente al suyo y que las cosas habían cambiado. No era algo aceptable. La imagen que se proyectaba hacia el exterior era de un nivel de felicidad casi espeluznante y se escondía absolutamente todo lo que estuviera pasando tras esa fachada. El divorcio convierte una desavenencia escondida en algo público porque, antes de que se normalizara, nadie sabía ningún trapo sucio de las clases pudientes, y así era como les gustaba que fuera. No les importaba despertar envidias, pero no querían que nadie los compadeciese.
Se hace mucho hincapié en lo de pasar el testigo a la siguiente generación en la película. ¿Serán capaces de estar al nivel de sus predecesores?...
Cada generación reinventa el modo de vivir de estas casas, de modo que Andy, por ejemplo, que asume el papel de Carson, encontrará su propio modo de ser mayordomo. No tiene un sirviente que lo ayude, ni es un rol que se vaya a recuperar. Del mismo modo, las doncellas de cocina son historia, y Daisy adoptará las obligaciones de la Sra. Patmore sin contar con esa ayuda adicional. Había que reinventar todo ese modo de vida. Cuando yo era joven, seguía existiendo la «Temporada Londinense» con bailes de debutantes, y yo participaba en todo aquello. Me encantaba, pero cuando aquello acabó, fue un adiós para siempre. Así es la vida. Inventamos cosas, las disfrutamos un tiempo y luego se acaban o las hacemos de otro modo, y eso es lo que intentamos transmitir en Downton. Seguirá su curso, pero no será lo mismo que Downton Abbey en 1912. Esa forma de vida ha acabado y algo nuevo vendrá a reemplazarla.
¿Qué impacto tuvo la sensibilidad norteamericana en Inglaterra en ese momento?...
Siempre he creído que los americanos de la década de 1890 tuvieran muchísima influencia en las clases privilegiadas de Gran Bretaña. La mayor parte de las «princesas del dólar» llegaron tras la Guerra de Secesión estadounidense, cuando habían florecido grandes fortunas y tener una hija casada con un aristócrata inglés se consideraba una maniobra muy inteligente. Las mujeres americanas no habían sido educadas como las jovencitas británicas; no estaban acostumbradas a sentarse en silencio en espera de que alguien las hablara y a guardarse sus opiniones para sí mismas. Las estadounidenses no creían en eso. Tenían sus propias opiniones y las expresaban de un modo totalmente contrario a la costumbre de las inglesas, de modo que relajaron las formas en sociedad, en cierto modo.
¿Por qué decidiste incluir a Noel Coward en la historia y qué le aporta a la película?...
Descubrí que la obra de Noel Coward BITTER SWEET se estrenó en Londres en 1930. Capturó perfectamente en sus obras el estado de ánimo del periodo en el que estaba viviendo. Comprendió quién era su público y sabía exactamente lo que este quería. Me pareció que expresaba maravillosamente bien la dirección hacia la que el mundo se encaminaba. Supo comprender lo que entretenía a su público, lo que le asustaba y qué cambios se avecinaban. Me cautivó su ingenio y me pareció que podría aportar una modernidad benévola a los Crawley sin que se sintiera como una amenaza. A Coward le gustaban estas grandes casas y las familias que habitaban en ellas, pero eso no cambiaba el hecho de que tales familias no fueran tan modernas como lo era él. Me gustaba lo que eso podía aportar.
¿Por qué era importante incluir un evento social como Ascot en la película?...
En mi veintena y treintena, Ascot era un evento muy de moda en el calendario social y nadie se lo perdía. Era la expresión definitiva de la sociedad en estratos, en la que había un grupo en cabeza que era la alta sociedad. Luego, el grupo justo de debajo quería formar parte del estrato de más arriba, pero no podía. Luego había otro estrato por debajo al que no le preocupaba demasiado su posición en la sociedad, pero que asistía igualmente. Lo inusual de Ascot era ser un lugar de referencia para todas esas diferentes capas de la sociedad en un único evento. Era una expresión de la Gran Bretaña de clases y me pareció divertido incluirlo en la película porque era justamente cuando la sociedad comenzaba a desintegrarse. También nos permitió mostrar que Lady Mary no podía acceder al reservado real a causa de su divorcio. Quería mostrar aquello como el momento en que las clases más altas, como grupo social, tuvieron que aceptar que era el momento de dejar atrás esas costumbres tan anticuadas. A Mary y Edith, como los miembros más jóvenes de la familia, les cuesta mucho menos lidiar con la situación y aceptarla que a su padre.
¿Cuál fue tu primera inspiración para crear Downton Abbey?...
Escribí el guion de una película llamada Gosford Park, que estaba ambientaba en una fiesta de caza del año 1932. En lo que a personajes respecta, incluía a personal de la casa, además de los invitados y su propia servidumbre. El productor, Gareth Neame, me preguntó si me plantearía escribir sobre ese tipo de ámbito para televisión. Gosford Park es una película muy oscura en la que la mayoría de los personajes no son felices, pero tuvo muy buena acogida, y me enorgullece decir que gané un Oscar por aquel guion. Sin embargo, al principio no pensaba que la gente querría ver un ambiente tan decadente una vez por semana. Me di cuenta de que tendría que mostrar una versión diferente de ese mismo mundo, y quería incluir a personas nacidas en diferentes circunstancias, con más variedad escaleras abajo que en la propia familia. Eso me permitió servirme de mis propios prejuicios y plantear que la mayoría de la gente intentamos hacer las cosas lo mejor posible. Creo que eso le imprimió a la serie una especie de energía revitalizante, en contraste con esa otra aura más deprimente, y nos ha ido muy bien así.
¿Pensabas que Downton tendría tanto recorrido y que conectaría tanto con tantísimas personas en todo el mundo?...
La respuesta corta es que no, claro. Nos propusimos hacer una serie en un momento en el que la mayoría de la gente pensaba que los dramas de época eran un género muerto y que no había público para ellos. Por suerte, el encargado de este tipo de producciones en ITV, Peter Fincham, no opinaba lo mismo. Encargó un piloto de inmediato y luego nos encargó seguir. Comenzamos a reunir al reparto y, echando la vista atrás, el hecho de que pudiéramos hacernos con los servicios de todas nuestras primeras opciones para el reparto ya debería habernos indicado que estábamos a las puertas de algo extraordinario. Maggie Smith nunca había participado en una serie, pero, una vez que la reclutamos a ella, a Hugh Bonneville y a Jim Carter, estaba claro que íbamos a atraer a un reparto de excepción. Era un factor muy importante para nosotros, porque significaba que nuestros actores secundarios también iban a ser de mucha categoría. Ya tuvimos desde el principio un par de pistas de que habíamos hecho algo especial cuando, con nuestro segundo episodio, un hito que suele ir acompañado de algún bajón de audiencia, la nuestra creció en un millón de personas, nada menos. De ahí en adelante, las cifras siguieron creciendo y creciendo, y fui plenamente consciente de que habíamos creado una serie extraordinaria. La gran sorpresa vino cuatro meses después, cuando se emitió en América del Norte y fue un éxito arrollador. Les encantó. El público norteamericano lo cambió todo y, de pronto, nos emitían en todo el mundo. Ahora ya siento el proyecto muy completo. No digo que nunca volveremos a ver Downton Abbey en ningún otro formato, porque nunca puede decirse «de esta agua no beberé», pero estoy plenamente satisfecho con haber desarrollado el proceso de manera natural y adecuada con el concepto y el reparto originales.
ENTREVISTA A GARETH NEAME (Productor)...
¿Por qué querías recuperar el universo de Downton Abbey para una tercera película?...
La segunda película fue particularmente efectiva a la hora de poner punto final a la historia de Violet Grantham, y me parecía que tenía todo el sentido del mundo llevar esa vida extraordinaria a su conclusión y ofrecer una salida muy conmovedora a un personaje tan querido. Sin embargo, no significaba el fin para el resto de personajes, y me parecía que si acabábamos con esa segunda película, el público y los fans en particular se preguntarían qué sería de los demás. Lo que hacemos en la tercera película es indagar un poco más a fondo en las vidas de los otros personajes, y tal vez ver cómo quedaría Downton de cara a la siguiente generación. El hecho de que la inimitable Maggie Smith muriera en el intervalo entre la segunda película y esta, en la que los personajes aún están de luto por la muerte de Violet, imprime una fuerza extraordinaria a la historia. Downton nunca hubiera alcanzado el éxito que ha tenido sin la actuación de Maggie. Todo el reparto y el equipo técnico siempre ha considerado un honor haber trabajado con ella y nunca volveremos a ver a nadie de su magnitud.
¿Qué sensaciones te ha despertado saber que estabais haciendo la última película?...
Ha sido un viaje absolutamente extraordinario. Cuando presenté el proyecto en 2008, no tenía ni la menor idea de que 15 años después seguiríamos involucrados en la producción no solo de seis temporadas y cinco especiales de Navidad para televisión, sino de una maravillosa transición de la pequeña a la gran pantalla, ahora con un tercer largometraje. Ha sido verdaderamente asombroso.
¿Qué ha aportado tu colega Liz Trubridge al proyecto a lo largo de los años?...
El equipo creativo principal ha estado compuesto de principio a fin por Liz, Julian Fellowes y yo. Además, ha sido el proyecto más importante en el que hemos trabajado cualquiera de los tres y el mayor éxito de nuestras carreras. Liz es una trabajadora incansable; es imperturbable e increíblemente leal a Carnival como productora. Cuando Julian y yo comenzamos a trabajar juntos, no teníamos nada. Para cuando Liz se incorporó, ya contábamos con unos cuantos guiones, pero ni siquiera habíamos comenzado con el proceso de casting. A lo largo de todos estos años, hemos recorrido y explorado todos los vericuetos de la historia y todos los cambios vitales acontecidos al reparto y al equipo técnico en el proceso. Hemos sigo grandes colaboradores y hemos seguido creando otras series juntos.
¿Qué te atrajo del guion de Julian y cómo surgió vuestra relación?...
Mi relación con Julian se remonta a varios años antes de que realmente nos conociéramos. Recuerdo quedarme impresionado al ir a ver una proyección en los BAFTA de Gosford Park; la película por la que ganó un Oscar©. Recuerdo pensar lo bien hecha y escrita que estaba. Describía el modo de vida en aquella casa de campo inglesa con tal veracidad y amor que no desprendía ni un ápice de cinismo. Era una mirada afectuosa y fiel a ese entorno y no se me iba de la cabeza. Más tarde, leí una novela de Julian llamada Esnobs y me pareció que la forma de escribir que tenía resultaba muy comercial en el mejor de los sentidos. Desplegaba una mezcla de comedia y drama, amén de una atención al detalle del sistema de clases, que me pareció que podía atraer a un público muy amplio. Fue entonces cuando le presenté la idea de una casa de campo inglesa, que posiblemente sea una de las más exportables de la cultura británica. Es una forma de arte muy eficaz, una mezcla de arquitectura, música, vestuario y estilo de vida, y es totalmente cultural. También representa muy bien cómo funcionaba la nación por aquel entonces. Ofrece, por si fuera poco, dos tribus de una forma inmediata: la familia y la servidumbre que cuida de ella, los de arriba y los de abajo, cada cual con su propia jerarquía. Es una combinación de ingredientes perfecta para crear tanto situaciones como personajes con carga dramática. Era un territorio que me apetecía explorar. Julian no estaba en un principio muy convencido de revisitar ese mundo, precisamente por el éxito que Gosford Park había supuesto para él, pero, por suerte, al final se dejó convencer y eso marcó el comienzo de Downton Abbey.
La serie de televisión se emitió en ITV en Reino Unido. ¿Fue un reto persuadir a los ejecutivos de que apostaran por el proyecto?...
No era exactamente lo que ITV quería para la cadena, pero decidieron arriesgarse y apostaron por ella, de todos modos. Contamos con muy poco presupuesto para hacerla y 2008 fue un año flojo para la industria en términos de publicidad e ingresos, y también con la recisión. Además, recuerdo que nos encargaron siete capítulos, que era una cantidad bastante peculiar. No creo que tuvieran fondos asignados para encargarnos más, pero, después de la primera temporada, querían todos los episodios que pudiéramos hacer.
¿Cuáles son las principales diferencias entre una serie de televisión y una versión cinematográfica de la misma saga?...
Sabía que no podríamos mantener la serie de televisión porque rodar una serie exige muchos meses de producción y me pareció que sería mucho pedir decirles a los 20 actores y actrices que volviesen para dedicarnos nueve meses del año, año tras año. Hubiera sido demasiado agotador para todos, así que decidimos que la sexta temporada sería la última. Echando la vista atrás a la localización, el vestuario y esa sensación tan real de majestuosidad que irradia, siempre me pareció una marca muy cinematográfica, de todos modos. En parte, nos inspiramos en esas películas de Merchant Ivory de los ochenta, así que, en cierto sentido, no me resultaba muy difícil imaginarme Downton en la gran pantalla. Yo siempre lo he visto así.
¿Qué aporta Simon Curtis al rol de director?...
Fue una experiencia fabulosa trabajar con Simon Curtis en la segunda película. Lo conozco desde hace mucho y fue una de las primeras personas en ver Downton. Al ser el marido de Elizabeth McGovern, venía mucho al set cuando estábamos grabando la primera temporada de Downton, así que siempre ha sido un gran defensor y fan de la serie. Lo percibía desde el principio como parte del equipo y siempre me ha gustado la idea de trabajar con él en Downton. Entendía aquel mundo y se sentía muy cómodo con esa mezcla de tono dramático y cómico que Julian y yo tanto apreciamos. Además, se le da de maravilla. Es muy bueno manejando a los actores y fantástico en la puesta de escena, concentrándose en la actuación, la historia y el personaje, en colaboración con nuestro director de fotografía Ben Smithard, que siempre ofrece un resultado cinematográfico y maravillosamente presentado.
¿Hacer una película ha ofrecido oportunidades creativas y opciones que tal vez no estaban a vuestra disposición durante la realización de la serie de televisión?...
Lo que hemos conseguido hacer con las tres películas es elevar los elementos creativos de este mundo que tanto apasionan a nuestro público. Por ejemplo, en la segunda película, yo quería llevar a la familia a la Riviera italiana, como un entorno que hubiese formado parte de los lugares del mundo que visitaron, y parecía lógico sacarlos de su elemento habitual. De un modo similar, la Temporada Londinense (normalmente junio y julio) es cuando todas las familias de aristócratas, tuvieran donde tuvieran sus propiedades, viajaban a sus casas de Londres. Allí asistían a muchos de los eventos de la temporada, como el Royal Ascot, el Chelsea Flower Show, la Henley Regatta, e iban a bailes y al teatro. La temporada era un evento social increíblemente importante y eso era lo que yo quería mostrar en la película. Hay un escollo en el camino para uno de los personajes y usamos la Temporada Londinense como telón de fondo para esa trama.
En esta película parece que las líneas entre las diferentes clases se desdibujan. ¿Podrías explicárnoslo un poco?...
Tras la muerte de la condesa viuda, el puesto que esta ocupaba en el Comité de la Feria del Condado lo asume Lady Merton que, como ya sabemos, siempre ha tenido tendencias socialistas. En vez de simplemente disfrutar de lo bueno de la feria, Isobel siente que va siendo hora de que el comité tenga una representación más amplia, así que decide invitar a Daisy y al Sr. Carson a unirse a ella. Eso hace enfurecer a Sir Hector, interpretado de forma brillante por Simon Russell Beale, lo que da origen a momentos muy cómicos entre ambos personajes.
Uno de los temas principales es el dar paso a la siguiente generación. ¿Crees que esta generación más joven será capaz de estar al nivel de sus predecesores?...
Sí que vemos que hay un claro pase del testigo de Robert a Mary. Imagino que los fans ya asumían que Mary acabaría gestionando la finca. Hemos tenido muchas escenas a lo largo de los años en las que la condesa viuda aconsejaba a Mary y a sus otras nietas cómo comportarse y como ser una líder dando ejemplo. Ahora que Violet no está con nosotros, se percibe con mucha claridad que Mary ha heredado la fuerza y la resiliencia de su abuela. Con Robert y Cora en un segundo plano, hay una esperanza renovada en el futuro de Downton. Imagino que atravesará todo tipo de dificultades, desde la Segunda Guerra Mundial a la era posguerra y todo lo acontecido socialmente en la segunda mitad del siglo XX, pero, al igual que el propio Highclere Castle ha sobrevivido, no veo por qué Downton Abbey no iba a poder seguir existiendo con los descendientes de Robert allí viviendo. Es fascinante especular sobre ello.
¿Quiénes son los nuevos personajes que se han unido al reparto, junto con otros secundarios que ya nos resultan más familiares?...
Siempre nos divertimos mucho trayendo personajes invitados porque nos ayudan a generar nuevas tramas. Paul Giamatti ya interpretó a Harold, hermano de Cora, en un episodio de la serie que se desarrollaba en Londres, junto con Shirley MacLaine haciendo de su madre. Es un actor fabuloso que creo que no hemos visto suficiente y me apetecía traerlo de vuelta. Harold se lleva a Downton a un amigo americano: Gus Sambrook, interpretado por Alessandro Nivola, que es un personaje bastante misterioso. También pensamos que nos quedaban cosas que contar de la relación entre Guy Dexter y Thomas Barrow, y nos apetecía ver qué había sido de ellos. Además, incorporamos el personaje de Noel Coward, interpretado por Arty Froushan, que captura de una manera brillante la esencia de Coward. Esa trama me emociona especialmente, porque mis abuelos conocieron bien a Noel Coward; fue uno de los mentores de mi abuelo, además del padrino de mi padre. Siempre hablaban de lo especial que era Coward y de cuánto significaba para ellos, así que para mí ha sido una experiencia muy personal poder retratarlo en esta película.
¿Nos puedes describir la importancia de las localizaciones que visitáis en la trama general de las películas?...
A lo largo de los años, hemos tratado de representar escenas de la cultura británica junto con los entornos que nuestros personajes hubieran visitado, ya sea viajando las Tierras Altas de Escocia, yendo de caza a Northumberland, jugando un partido de cricket o la presentación de debutantes en la corte. En esta película, la temporada de verano nos parecía una idea muy rica que no habíamos explorado con anterioridad, de modo que tenemos dos grandes sets para tratar de los elementos de la historia relacionados con la Temporada Londinense: el baile de Lady Petersfield y una visita al Royal Ascot que, personalmente, siempre había querido incluir. Me encanta el trabajo de Cecil Beaton, que realmente inventó la visión popular de Ascot. Quería ver a nuestro reparto en esos gloriosos vestidos, sombreros, trajes ligeros y sombreros de copa que usan en verano. No podíamos grabar en el Royal Ascot porque ahora está totalmente modernizado, así que dimos con el precioso circuito de Ripon Racecourse, en North Yorkshire, que era exactamente lo que andábamos buscando. Grabamos en el transcurso de cuatro días y tuvimos un tiempo veraniego maravilloso durante nuestra estancia en Yorkshire. En contraste, allá donde Ascot era un enorme set para los Crawley, la Feria del Condado era un evento que todos nuestros personajes podían disfrutar, tanto servidumbre como la propia familia. Fueron días de producción muy ambiciosos con cientos de extras para cada evento y un trabajo de rodaje increíblemente complejo, con drones y múltiples cámaras, pero conseguimos sacarlo adelante gracias al genio de nuestro director de fotografía Ben Smithard y al talento artístico de nuestro diseñador de producción Donal Woods, por no mencionar las brillantes dotes de organización y logísticas de nuestros ayudantes de dirección.
¿Por qué crees que Downton Abbey tiene tanto éxito internacional y conecta con tanta gente en todo el mundo?...
Es complicado saber el porqué del éxito de Downton Abbey. Yo quería representar este mundo porque el público de cualquier lugar reconoce este universo tan británico. Seguimos siendo un país que no ha pasado totalmente página en lo que al sistema de clases respecta. Ahora es mucho más relajada de lo que era hace 80 años, pero sigue presente. Aunque se trata de una serie con un carácter marcadamente británico, lo cierto es que los seres humanos de todo el mundo se organizan en jerarquías dentro de las familias y en los lugares de trabajo. Creo que el público internacional disfruta de las mismas cosas que los británicos o los estadounidenses, que es la noción de la familia, las situaciones dramáticas de cuando hay mucho en juego, la comedia y el romance.
Cuéntanos las iniciativas de sostenibilidad que la producción de Downton Abbey ha puesto en práctica durante el rodaje...
El asunto de la sostenibilidad en el mundo de la televisión y el cine ha ido cobrando importancia en el transcurso de los últimos años. El medio ambiente y la sostenibilidad son temas muy importantes para todos nosotros, pero también en especial para la industria de la televisión y el cine. Tradicionalmente, se trata de una industria con muchos desechos, porque construimos sets y luego los desmantelamos y los tiramos. Hacemos muchos kilómetros y gastamos mucho combustible, así que se ha puesto mucho empeño en reducir nuestra huella de carbono durante todo el proceso de producción. Hemos implementado medidas que van desde usar combustible ecológico para la base de la unidad y emplear vehículos eléctricos y coches compartidos para desplazar al equipo técnico y los actores hasta organizar un departamento de catering sostenible y reutilizar vestuario. Todo ello contribuye a crear una industria mucho más amable con el medio ambiente, y verdaderamente hemos avanzado mucho en esa línea.
ENTREVISTA A LIZ TRUBRIDGE (Productora)...
¿Qué os inspiró a hacer esta tercera película?...
Es muy satisfactorio poder hacer una tercera película, una trilogía para completarlo todo. Sabíamos que los fans querían otra película porque nos lo habían dicho, pero el desafío era hacerla sin nuestra querida Violet, interpretada tan magistralmente por la difunta Maggie Smith. Sin embargo, nos encantan los desafíos y nos parecía que había muchos arcos narrativos abiertos, así que lo suyo era poder ponerles el broche. Maggie era irreemplazable y la película estará dedicada a su memoria.
Como productora de Downton Abbey durante los últimos quince años, ¿qué sensaciones te despierta saber que se trata de la última película de la saga?...
Es una mezcla de sentimientos. Es un sentimiento agridulce y a la vez increíblemente triste. Llevamos juntos quince años y, durante ese tiempo, hemos desarrollado una enorme afinidad; somos como una familia. Al mismo tiempo, nos parece lo suyo poner punto final, y ha sido muy gratificante y una suerte poder hacerlo.
¿Cómo ha sido colaborar con Gareth Neame durante los últimos quince años?...
Gareth y yo nos conocimos en la BBC hace muchos años, pero nunca habíamos trabajado juntos. De hecho, Julian Fellowes era el vínculo entre nosotros, porque yo acababa de hacer una película con él y Gareth le había encargado a Julian escribir Downton Abbey. Por suerte, los astros se alinearon y todos pudimos empezar a trabajar juntos. Ha sido una colaboración muy feliz. Gareth es una persona maravillosa con la que trabajar y tenemos puntos fuertes complementarios, además de otros que se solapan. Ha sido maravilloso.
¿Qué puede esperar el público de las tramas de esta película?...
En esta película, tenemos montones de historias humanas, que es la esencia de Downton, con la Temporada Londinense, la carrera en Ascot, visitas al teatro y una inmensa feria agrícola de Yorkshire como telón de fondo. Todos los veranos, los Crawley van a Londres para la temporada. Este verano es diferente, porque Lady Mary está en pleno proceso de divorcio, algo que suponía todo un escándalo por aquel entonces. El impacto en su sociedad, su estatus y su posición es inmenso, y esa es la semilla de todo lo que vemos desarrollarse.
¿Qué efecto tiene el divorcio de Mary en el resto de personajes, tanto del personal como de la familia?...
El divorcio de Mary tiene un doble efecto para el resto de la unidad doméstica. Por un lado, quieren hacer piña en torno a ella, pero, por el otro, nada volverá a ser lo mismo. Robert se replantea su decisión de legar la gestión de la propiedad Mary y eso nos da mucho con lo que jugar. Ver cómo Mary afronta la situación de mantener la fachada mientras se desmorona por dentro forma parte del interesante desarrollo del personaje. El divorcio, además, es algo que el público moderno ha asumido en su día a día..., así que es posible que los fans de Downton no sean conscientes del tabú que era estar divorciado en esa época.
¿Podría decirse que las fronteras entre las diferentes clases se desdibujan en esta película?...
La jerarquía sigue muy presente tanto entre el personal como en la familia, aunque hay mucha menos servidumbre que en años anteriores. Se ha producido una especie de revolución social entre quienes se dedicaban a estos menesteres y muchos comenzaron a aspirar a más. Querían una vida distinta y percibían que había otras oportunidades. Ni qué decir tiene que la Segunda Guerra Mundial no tarda en llegar y eso lo cambia todo.
¿Es emocionante dar la bienvenida al reparto a nuevos miembros?...
Siempre es maravilloso añadir nuevos miembros del reparto al núcleo habitual, por la energía y los cambios dinámicos que aportan. Tenemos a Paul Giamatti retomando su papel del tío Harold, que llega a Downton tras haber tomado ciertas decisiones desastrosas relativas a su herencia y la de Cora. Lo acompaña un personaje llamado Gus Sambrook, interpretado por Alessandro Nivola, que parece ser una cosa y luego resulta ser otra, lo que suscita muchas situaciones divertidas y cotilleos escaleras abajo. También tenemos al maravilloso Simon Russell Beale interpretando a un caballero rural muy pomposo que no aprueba las tendencias progresistas de Isobel, así que hay mucho margen para generar situaciones entretenidas, sin olvidar todas las dificultades que acarrea el divorcio.
¿Qué significado tiene la incorporación de Noel Coward a la historia?...
Ha sido uno de los papeles más difíciles a la hora de buscar al actor ideal; es todo un desafío interpretar a un actor y guionista tan emblemático y reputado en la vida real. No solo queríamos a alguien capaz de recrear esta icónica figura con una imagen y una forma de expresarse tan distintiva, sino alguien que pudiera cantar delante de todo nuestro reparto. Cuando dimos con Arty Froushan, nos dimos cuenta de que era totalmente capaz de estar a la altura del desafío y deslumbrar en el proceso.
En esta película, es muy importante la idea de que se transmite el legado a la siguiente generación, tanto en la familia como en la servidumbre. ¿El futuro de Downton está en buenas manos?...
Lady Mary lleva mucho tiempo gestionando la casa con Robert, así que sabe lo que se hace, y mantiene una amistad y una relación muy cercanas con Tom Branson, de modo que ambos se cubren las espaldas. En lo que al personal respecta, la Sra. Patmore se está preparando para comenzar una nueva vida alejada de los fogones y se enfrenta a la idea de darle las riendas de todo a Daisy. Daisy y Andy son una joven pareja ambiciosa, así que yo creo que se lanzarían a aprovechar una oportunidad a la menor ocasión, pero, hasta que llegue ese día, Andy ha decidido asumir el papel de mayordomo y Daisy dirige la cocina, así que, en cómputos generales, no les va nada mal.
¿Podrías describirme la magnitud de esta película y por qué queríais que fuese el proyecto más ambicioso de todos?...
La Temporada Londinense es uno de esos momentos incondicionales del calendario social que hemos ido cubriendo en pequeñas dosis de cuando en cuando. Ascot es el pináculo de la Temporada Londinense. Cuando vimos por primera vez el circuito de Ripon Racecourse, recuerdo que se me puso la carne de gallina, porque era glorioso. Ben Smithard, nuestro director de fotografía, tenía 11 cámaras operando ese día con las maravillosas carreras de caballos en pleno apogeo, lo que fue una experiencia apasionante. También mostramos el baile de Lady Petersfield, donde cobra protagonismo el impresionante vestuario de Anna Robbins en todo su esplendor, además de la Feria del Condado, que la rodamos en Yorkshire con ganado, atracciones, cientos de extras y todo nuestro reparto engalanado con sus trajes de los domingos. Toda esa semana en Ripon fue una auténtica bendición porque tuvimos un tiempo espléndido que luce impresionante en pantalla.
¿Qué hace tan especiales y fascinantes los guiones de Julian?...
Julian tiene un toque increíblemente original porque vive entre gente que tiene acceso a esas voces particulares de la sociedad. Sabe escuchar y cuenta con un rico acerbo de historias extraordinarias y fascinantes que es interesante explorar y que hacen que sea apasionante trabajar con él.
¿Recuerdas cómo te sentiste cuando viste Highclere Castle por primera vez?...
Lo recuerdo perfectamente porque se me puso la carne de gallina. El terreno de Highclere es impresionante y hay un largo camino hacia la casa, que se revela ante ti finalmente al doblar una determinada curva. Es sobrecogedor. El día que fuimos por primera vez había una ligera bruma y, entre ella, se erigía una casa, un castillo más bien, totalmente imponente, ahí en pie en toda su gloria, con un impresionante paisaje alrededor. Fue una visión mágica y supimos instintivamente que habíamos dado con nuestra casa, Downton Abbey.
ENTREVISTA A SIMON CURTIS (Director)...
¿Cómo ha sido regresar para dirigir esta tercera película?...
Muy emocionante porque, como director, me encanta trabajar con actores y en este caso hablamos del mejor reparto británico que pueda haber, sumado a las increíbles estrellas invitadas que tenemos. En otras palabras, un sueño hecho realidad.
¿Cuál es tu recuerdo más feliz de Downton o tal vez la escena que más orgulloso estás de haber dirigido?...
Diría que la escena de la muerte de Violet, cuando fallece y su funeral. Fueron momentos muy muy emotivos, no solo porque el guion de Julian era fabuloso y la interpretación de los actores sublime, sino porque además funcionó a muchísimos niveles. El reparto estaba despidiéndose de una de las mejores actrices de todos los tiempos, los personajes decían adiós a su matriarca y, en torno a la cama, estaban todos esos actores y actrices que tan bien se conocían entre sí y sabían perfectamente quiénes habían perdido a miembros de su familia en el tiempo que habían trabajo juntos. Fue realmente extraordinario y muy intenso. Y ahora, por supuesto, tras la muerte de Maggie Smith, la última secuencia de la última película tiene un impacto adicional y casi sobrecogedor. En esta película, la sombra de Violet pende sobre los personajes y sé que hablo por todo el mundo cuando digo que trabajar con Maggie ha sido un punto álgido no solo de nuestra carrera profesional, sino de nuestra vida.
¿Cómo es de significativo para ti que este sea probablemente el último capítulo de Downton?...
Le ha conferido una intensidad especial a todo. Hablamos mucho sobre el final de Downton, pero es igualmente difícil para el público, porque se están despidiendo de estos personajes para siempre. Para los actores, es el fin de un proyecto extraordinario. Para los personajes, no es necesariamente el final, e intentamos no mezclar esos conceptos demasiado.
¿Qué podemos esperar de esta última película?...
Es un retrato creado con amor de los personajes adentrándose en la década de los 30, un momento histórico que nos da la ocasión de indagar a fondo en las emociones de los personajes al final de la historia que estamos contando. La trama central es que Lady Mary se divorcia, cosa que es todo un escándalo en la época, sobre todo para una familia de esa posición social. La familia y Mary están lidiando con las consecuencias de que se hayan hecho públicas las noticias de su divorcio, lo que se suma a las dificultades financieras de los Crawley y la encrucijada de Robert al darse cuenta de que tal vez sea la hora de pasarle las riendas de Downton a su hija. Personalmente, Mary me parece una mujer de negocios impresionante y más que capaz de afrontar el desafío.
Vemos a Harold, el hermano de Cora, llegar de nuevo a Downton con su amigo, el Sr. Sambrook. ¿Cómo afectan las sensibilidades y actitudes norteamericanas a la unidad doméstica?...
Siempre hemos tenido un pequeño toque americano en Downton Abbey con Lady Cora, y, de hecho, ese fue uno de los puntos de arranque de Julian para la serie. Era una de esas mujeres estadounidenses de la época que se casó con alguien de la aristocracia inglesa. En esta película, vemos al hermano de Cora, interpretado por Paul Giamatti, de vuelta en la historia, y se trae a un amigo llamado Gus Sambrook, interpretado por Alessandro Nivola, que aporta consigo una actitud que desarma a la aristocracia inglesa.
¿Qué otros personajes nuevos puede esperar el público descubrir en la película?...
Es muy emocionante para mí que algunos de mis actores favoritos se hayan unido al reparto. Joely Richardson es maravillosa. Tenemos a Simon Russell Beale que interpreta al rival de Lady Merton en el comité para la Feria del Condado, y con Paul Giamatti y Dominic West volviendo a la palestra, creo que no podríamos haber reunido a mejor elenco de estrellas.
¿Fue muy difícil encontrar a un actor para interpretar a Noel Coward?...
Llevaba unos 25 años tratando de hacer una película sobre Noel Coward, así que me entusiasmó verlo convertido en un personaje incorporado al guion. Fue todo un reto dar con un Noel Coward, no como un tipo entrado en años como la mayor parte de la gente lo recuerda, sino como un treintañero, cuando era como el Harry Styles de su época. Dar con Arty Froushan para interpretarlo fue la suerte de nuestra vida. Lo hizo espectacular, investigó todo lo que pudo y ofreció una versión muy auténtica de Noel Coward con 30 años. Mi padre publicó The Noel Coward Diaries hace algún tiempo y le dieron un pastillero de plata que perteneció a Coward con las iniciales NC inscritas. Me aseguré de mostrar semejante reliquia en pantalla, claro.
¿Qué nos deparará el futuro de Downton con todos los jóvenes adoptando nuevos roles?...
Uno de los temas de esta película es el paso del testigo de una generación a la siguiente. Cuando Robert da un discurso en el que pasa las riendas de Downton a Mary, también está legándole la casa a George, su hijo. Todo eso te transmite cómo diferentes generaciones dan un paso al frente en el futuro, y quién sabe lo que les ocurrirá a esa casa y a esa familia con la Segunda Guerra Mundial en el horizonte.
¿Puedes describirnos las nuevas localizaciones que el equipo de producción visitó en esta película?...
Una de las localizaciones nuevas clave fueron las carreras de Ascot, que rodamos en el circuito de Ripon Racecourse, en Yorkshire. Fueron unos cuantos días apasionantes con carreras de caballos de verdad, 11 cámaras y más de 300 extras ataviados con sus mejores galas. La película comienza en un teatro en el que Guy Dexter aparece en una obra de Noel Coward con la familia Crawley ocupando las mejores localidades, y algunos de los miembros del personal viendo la misma obra desde el gallinero. Nuestro director de fotografía, Ben Smithard, y yo hemos trabajado juntos ya en varias ocasiones y siempre nos entendemos a la perfección. Eleva cada uno de los momentos de la película y me hace sentir muy afortunado de trabajar en el mismo equipo que él.
¿Qué hace que los guiones de Julian sean tan mágicos?...
Julian tiene una gran humanidad y confiere a todos los personajes dignidad, ingenio y calidez, independientemente de su clase social, sexo o edad. Me encantan esos pequeños momentos de humanidad entre los diferentes personajes, con la fuerza añadida de que, muy a menudo, se trata de sus últimos momentos juntos.
Cuéntanos cómo los departamentos de peluquería, maquillaje y vestuario han elevado el valor de esta producción en concreto...
El diseño de peluquería, maquillaje y vestuario es extraordinario, y Nosh (Anne Oldham) y Anna (Robbins) son las mejores diseñadoras que podríamos soñar. En esta película, han echado realmente el resto, y ha sido muy emocionante ver los diseños de atuendos, peinados y maquillaje que llegaban al set cada día, dejándonos a todos sin habla.
ENTREVISTA A DONAL WOODS (Diseñador de producción)...
¿Cómo fue la experiencia de leer el guion, sabiendo que era el último capítulo?...
Cuando echo la vista atrás y pienso que aún seguimos aquí después de todo este tiempo, sabiendo que la gente adora este mundo y lo disfruta, eso es lo que me deja sin palabras. Que la gente siga queriendo tanto el universo de Downton es lo que hace que todo valga la pena.
¿Qué es lo que te pareció más apasionante y un mayor desafío de este guion?...
Hay dos grandes sets a los que se suman otros tres que enseguida me parecieron destacables en cuanto leí el guion. Sin embargo, las escenas en el teatro del principio fueron para mí las que supusieron un mayor reto y las más interesantes. Siempre hemos creado presentaciones inusuales para las películas, pero esta era todo un desafío por la estructura misma de los teatros: las zonas entre bambalinas son muy estrechas y no permiten meter equipamiento y material cinematográfico. Rodamos el comienzo de la película en el Richmond Theatre, que se inauguró en 1899 y que es uno de los teatros supervivientes más antiguos, obra del emblemático arquitecto, Frank Matcham. Además, el Royal Ascot y la Feria del Condado eran los grandes sets que destacaban tanto para mí como para el departamento de arte. Fue muy emocionante.
¿Cuáles son los requisitos estilísticos de un proyecto como Downton?...
La principal característica de esta serie es que la propia casa es un personaje en sí. La zona del personal está diseñada como una película en blanco y negro, mientras que escaleras arriba todo es en tecnicolor, esa siempre ha sido la premisa. Todo es más discreto escaleras abajo y, de pronto, cruzas el umbral entre los dos mundos y estás en un universo a todo color; esa es nuestra guía desde el primer día.
¿Qué implica recrear la era en la que se desarrolla esta película?...
En términos del diseño de producción, no hay mucha diferencia entre esta primera película y la segunda. Si vas a una casa de campo inglesa hoy, no encontrarás muebles art-decó ni mid-century. Dejaron de acumular o actualizar su mobiliario justo después de la Primera Guerra Mundial. Para nosotros, la clave es mantener lo que a la gente le gusta. Es muy valioso contar con algo ya conocido y algo que siempre ven, que siempre han mirado con cariño. Lo que hemos ido añadiendo a lo largo de los años son fotos de los bebés que han ido naciendo, de los nuevos matrimonios y esa clase de cosas. Si vamos en la actualidad a una casa de campo inglesa, vemos que tienen muebles de mediados del siglo XVIII en el mismo sitio de siempre, y lo cierto es que el efecto es precioso. Nuestra labor ha sido mantener esa familiaridad que creemos que el público adora.
¿Cómo abordasteis el recrear los sets de la zona de la servidumbre?...
Cuando andábamos a la búsqueda de una casa para rodar, visitamos unas 40 casas y algunas de ellas aún contaban con sus cocinas originales. Hay que imaginarse que se trata de recrear algo que está en la parte inferior de la casa. Los muros son de un metro de grosor aproximadamente porque sostienen el resto de la construcción y es una zona oscura. La gente trabajaba ahí 18 horas al día. Es la sala de motores del barco, la fábrica. Es donde bulle todo el movimiento de la casa, donde reina el ajetreo. Arriba, en cambio, todo es mucho más calmado. Me influyeron todas y cada una de las casas que visitamos y cómo se cuela la luz a través de esos muros tan gruesos. Debía de ser muy incómodo trabajar con esos suelos de piedra fría, pero esa fue justamente mi fuente de inspiración.
¿Cómo empezasteis a recrear Ascot y por qué no rodasteis allí?...
Visitamos Ascot y todos los circuitos de carreras en torno a Londres, pero todos estaban muy modernizados. Ascot es ahora un edificio del tamaño de la terminal 5 de Heathrow y el antiguo lo demolieron a principios de los 2000. Entonces empezamos a visitar circuitos de carreras planos de Reino Unido, porque Ascot tiene cierta peculiaridad geográfica, con una larga recta seguida de una curva hacia la derecha. No podíamos elegir cualquier circuito; tenía que adaptarse un poco a lo que es Ascot. Acabamos en Ripon porque es el que tiene más características de época que se podían aprovechar sin añadir efectos digitales, y además el paddock era fantástico. Curiosamente, nos salió muy bien hacer pasar uno de los circuitos más pequeños de Gran Bretaña por uno de los más grandes. En 1930 en el Royal Ascot, hubieran acudido 75.000 personas.
¿Cómo recreasteis el reservado real?...
Has bastantes vídeos y buenas fotografías de los años 20. También hay fotos a color de entre los 50 y los 60 que nos brindaron un maravilloso material de referencia. Construimos el reservado real porque, si no, hubiéramos tenidos que usar una inmensa pantalla verde y habría sido muy caro. Había un balcón para la realeza que nos pareció importante construir físicamente, y luego las otras dos alturas de arriba las complementamos con efectos visuales. Fue difícil porque trabajábamos sobre una ladera, pero contamos con un par de días para conseguir lo que queríamos y creemos que ha quedado bastante bien.
¿Cuáles eran vuestras referencias para la Feria del Condado?...
Nos fijamos en el terreno de Harrogate, que es donde se supone que se celebra la Feria del Condado, y ofrecía muchos elementos arquitectónicos, aún de la época, que hacían que mereciese la pena visitar Yorkshire. Además, estaba bastante cerca del circuito de Ripon, de modo que pudimos combinar ambos sets en un radio de unos cuantos kilómetros. Me influyó mucho lo que ya había ahí y añadimos atracciones y otros elementos para darle un aspecto auténtico de los años 30. Fue divertido crear el espacio de atracciones. El Helter Skelter es una pieza genuina de en torno al año 1906 y quedan bastantes elementos de atracciones de la época por la zona.
¿Por qué Clayton House era el lugar perfecto para celebrar el baile de Lady Petersfield?...
Gran parte de esa escena se desarrolla alrededor de las escaleras y Clayton House cuenta con una de las escalinatas más impresionantes de Inglaterra junto a una sala de baile. La geografía de la casa, de nuevo, funcionó a las mil maravillas para nuestro rodaje. Esa escena se desarrolla en la primera parte de la película, así que queríamos que fuese un auténtico festín para la vista.
¿Cuánto de Londres verá el público en esta película?...
Siempre tratamos de ofrecer a nuestro público enclaves que no hayan visto anteriormente, pero en esta ocasión queríamos que se reconociese como Londres. Rodamos en Fortnum & Mason, Piccadilly Arcade, un parque en el centro de Londres y cerca de Buckingham Palace. Con los Crawley comprando un piso nuevo en Londres, queríamos que todo fuese muy «Kensington». Hubo que guardar un fino equilibrio entre diseñar el piso para que no fuese un sitio tan glamuroso como las viviendas a las que estaban acostumbrados, pero que a la vez resultara majestuoso para alguien del público. Si no, podría hacernos pensar que Mary estaba siendo muy radical o que Robert se quejaba demasiado. Había que encontrar un equilibrio entre ambas visiones y que el piso reflejase lo que el futuro les deparaba a ambos.
¿Hay algún set del que te sientas especialmente orgulloso en esta película?...
Después de todos estos años, la cocina y el comedor de la servidumbre son mis favoritos y nos han dado un gran servicio durante todos estos años. Puede que la zona escaleras abajo nos parezca más ramplona y sosa, pero esas habitaciones han llegado a ser tan emblemáticas de Downton como la biblioteca y el comedor de la zona de arriba. No es el espacio más bonito, pero, en mi opinión, es desde luego el más memorable.
¿Recuerdas cómo fue ver Highclere Castle por primera vez?...
Julian había basado la serie en cierto modo en Highclere Castle, así que pensamos que teníamos que verlo antes. En determinado momento, pensábamos grabar todo en Yorkshire, pero la cosa no salió adelante por varias razones logísticas. Después de Highclere, vimos otras 40 casas en Yorkshire y el sur de Inglaterra. Entonces, en noviembre de 2009, nos sentamos todos juntos y cada cual votó por su favorita. Todos dijimos Highclere Castle y el resto es historia.
ENTREVISTA A ANNA ROBBINS (Diseñadora de vestuario)...
¿Qué proceso sigues cuando lees un guion por primera vez y qué te llamó la atención de este como elemento emocionante o de desafío?...
Siempre tengo una lista de deseos creativa en la cabeza cuando leo un guion de Downton por primera vez y, en lo que a eso respecta, este guion no me decepcionó para nada. Tenía los habituales sets grandes y maravillosos que abrían opciones de entornos y enclaves que investigar, increíbles personajes secundarios a los que dar vida a través del vestuario y arcos brillantes para nuestros protagonistas ya conocidos. Estaba claro que podía ser una película visualmente muy bonita, todo lo que podríamos esperar de Downton Abbey.
Describe los cambios de indumentaria que tienen lugar en este periodo de la historia...
La trama arranca en 1930, lo que se antoja crucial, aunque en realidad apenas supone un pequeño salto desde la segunda película. Era como abrir la llave de una década que ya habíamos insinuado anteriormente. El cambio de década es una transición interesante entre los años 20 y los 30 porque podemos distinguirlas mucho estilísticamente hablando. Tuve la ocasión de explorar tendencias rompedoras que estaban emergiendo para conferir a la película un estilo nuevo y emocionante. Mi intención era combinar lo mejor de finales de los 20 con esa nueva y refrescante estética.
Los años 20 anunciaban un periodo de cambios rápidos y los avances en muchos aspectos de la sociedad se reflejaron en la moda. Eso prosiguió adentrándonos en los años 30, especialmente en la ropa de mujer. Estamos alejándonos de las siluetas cuadradas, talles y dobladillos bajos y explorando el mundo de los talles naturales, prendas más largas y una forma distinta de abordar la búsqueda de formas con la llegada de técnicas de corte al bies. Al igual que las siluetas femeninas empiezan a cambiar, también lo hace la moda de hombre. Se empiezan a llevar hombros más anchos y cinturas más estrechas, confiriendo proporciones algo más estatuescas. Sabiendo que esta sería la última incursión en el mundo de Downton Abbey, quería que todo fuera atrevido y a lo grande, y como Liz Trubridge mencionó en una de nuestras reuniones para dar con el tono adecuado, «despedirnos por todo lo alto».
¿Cuál es tu proceso a la hora de investigar? ¿Tenías algún diseñador de moda en concreto como punto de referencia?...
Siempre hago lo mismo para cada una de las películas o proyectos en los que trabajo. Investigo muchísimo, adentrándome a fondo en cualquier área o mundo de los personajes con los que no esté aún muy familiarizada, empapándome de cualquier detalle técnico en cuanto a prendas que el guion pueda ofrecer. Podemos estar hablando de un baile decorado, de Ascot o de una incursión en la vida real de Noel Coward y sus contemporáneos. Lo que hago a continuación es construir los personajes nuevos y los ya conocidos con collages o paneles de tendencias. Colocamos estos paneles por todo el departamento para dejarnos impregnar de la era durante la fase de preparación y la de rodaje.
Fue como un proyecto nuevo en cierto sentido, con lo de arrancar en los 30, tratando de descifrar cómo conectar mejor con esa veta tan llena de matices sin dejar de preservar el aspecto característico de la saga. Consultar el trabajo de los diseñadores de la época fue una gran forma de seguir los cambios que se estaban produciendo a través de sus diseños. Adoro a montones de diseñadores de entonces: Chanel, Vionnet y Lanvin, por nombrar algunos. Sin duda, me inspiré mucho en Chanel, que era muy influyente en esos años. En el V&A tenían precisamente una exposición sobre Chanel al comienzo de la fase de preparación y me pasé muchas horas dejándome fascinar por sus vestidos y sus trajes. He incluido unas cuantas referencias específicas a Chanel en esta película porque Lady Mary y Edith han vestido muchos modelos de alta costura. Fue divertido imaginarlas mirando las colecciones y eligiendo unos cuantos modelitos que luego pudiéramos representar.
Me he inspirado muchísimo en Madame Vionnet que era una verdadera maestra del corte al bies. Diseñé un precioso abrigo verde pistacho para Lady Mary que pretendía reflejar una ilustración de Vionnet. Lo lleva puesto cuando va a ver el piso. Es muy moderno para los años 30, con escote con cuello drapeado, falda larga y unas mangas espectaculares.
¿Qué vestido está específicamente inspirado en Coco Chanel?...
Rindo homenaje a Chanel con un vestido de noche de Lady Mary. Es maravillosamente discreto y a la par increíblemente complejo en su construcción. Quería subrayar la vulnerabilidad de Mary y este vestido suave y etéreo era perfecto para la escena. Está hecho con el encaje del color melocotón más pálido y capas de tul sedoso, con quillas profundas integradas en paneles con estampado en zigzag. Fue todo un reto difícil de resolver para mi asistente, Anna Maria, así como para el equipo de sastrería que logró montarlo todo haciendo un esfuerzo ímprobo. Pasamos semanas dilucidando cómo estaba hecho y luego construyéndolo de la manera más fiel posible. Me encanta combinar un diseño original con referencias históricamente fieles, así que recrear esas piezas fue muy divertido. Hubo otros momentos con cierta inspiración en Chanel con algún vestido o una manga, o centrándonos en piezas o su sentido del estilismo.
¿Qué influencia tiene el tono y la calidad generales de Downton Abbey en el vestuario?...
Downton Abbey es una experiencia extremadamente visual y bella, pero que irradia autenticidad y atención al detalle, algo que es clave. También es una saga muy cinemática y eso se debe a sus altos valores de producción en todos los departamentos, algo que se ha transmitido de la serie de televisión a la gran pantalla. Para mí es muy importante canalizar todos esos elementos en el vestuario. Me encantan tanto los amplios trazos del diseño de vestuario como los detalles más finos, y disfruto muchísimo trasladando a la pantalla esa autenticidad y los microdetalles.
¿Cómo ha evolucionado el vestuario desde 1912 hasta los años 30?...
Es imposible resumir de manera sucinta el enorme cambio en materia de moda y ropa que se produce en los casi 20 años que abarca la producción. A lo largo de estas dos décadas, estaban teniendo lugar profundos cambios alentados por montones de movimientos artísticos, culturales y sociales, además de la política y del ascenso del feminismo. Downton Abbey ha visto los años anteriores a la Primera Guerra Mundial, los de la guerra y los de después de la guerra, y ahora nos adentramos en la década de 1930.
Todo ello provocó cambios radicales en la moda para mujer. Pasamos de vestidos hasta el suelo de largos y encorsetados a abandonar el corsé y adoptar prendas más sueltas e informales. Cabe destacar una relajación de las estrictas convenciones sociales que dictaban la vestimenta formal, sobre todo para atuendos de tarde-noche para hombres.
Mi trabajo como diseñadora de vestuario es identificar las tendencias destacadas y marcar los cambios, valiéndome de microtendencias que arraigan al personaje en un lapso concreto o que convienen a la caracterización del personaje a través de la ropa. Eso se puede traducir en mostrar tendencias de vanguardia, una nueva línea en las prendas para hombre, una nueva forma de sombrero, un estampado más moderno, pero también puede significar mantener un aspecto adecuado para la generación del personaje que lo luce, poniendo más bien el foco en los cambios que se producen a su alrededor.
¿Cómo ha evolucionado el vestuario de los personajes de la servidumbre?...
La evolución de la moda tiene lugar en toda la sociedad, pero la clase alta y la aristocracia son quienes más lo externalizan porque se pueden permitir las últimas tendencias. Llevan de forma regular modelitos de alta costura emplazados en lo más alto de la pirámide, con tendencias que van calando en todo el sistema de clases, aunque a un ritmo mucho más pausado, hasta las clases trabajadoras. Cada prenda que compran o hacen refleja lo que son en ese momento, pero es importante recordar que el personal de servicio lleva sus prendas mucho más tiempo.
La vestimenta escaleras abajo tiene tanto trasfondo como los atuendos de escaleras arriba, aunque las telas sean más prácticas y no se abunde tanto en los detalles. La edad y el estatus son influencias importantes; la ayudante de una joven dama será más consciente de la moda y contará con más medios para mostrar esa sensibilidad que tal vez miembros del personal más entrados en edad, el personal de cocina o doncellas.
Tuvimos la ocasión de vestir al personal con ropa de ocio en varios días de la película en los que narramos sus historias, lo que implicó poder jugar con nuevos, estilos, colores y detalles de un modo que no hubiera sido apropiado para sus uniformes. Siempre es divertido y me encanta ver a los actores y actrices de la servidumbre luciendo sus mejores galas de domingo.
¿Cómo inspiran las tramas particulares el vestuario que diseñas?...
Las tramas brindan a cada uno de los personajes un viaje personal, y es posible servirse de la ropa para reflejar y realzar eso.
Las vidas de algunos miembros del servicio han cambiado en lo que a su posición respecta dentro de la jerarquía de la casa, o incluso los hay que han salido de ese universo totalmente. En esta película, tenemos la maravillosa oportunidad de ver a la Sra. Baxter bajo una nueva óptica con su nuevo estatus social de esposa del Sr. Molesley, que ahora es un guionista de éxito. Baxter es una persona modesta, así que quería que su transición en estilo estuviese muy cuidada y se centrara en una paleta más clara y luminosa, la calidad de las telas y el corte de sus vestidos, mostrando leves toques de los primeros años de la década de los 30. En cuanto al Sr. Molesley, lo vemos llevando nuevos accesorios junto con su vestuario habitual: un homburg en vez de la gorra plana que llevaba antes, un nuevo par de guantes para conducir y un traje más a la moda, junto con sus prendas más tradicionales. Hay pequeñas y maravillosas modificaciones para mostrar que ya no forma parte del servicio y que es un hombre con cierto nivel de ingresos que aspira a formar parte de la industria cinematográfica. Hicimos lo mismo con Thomas, ahora que es parte del mundo del cine, ha vivido en Estados Unidos y viaja por el mundo con la estrella Guy Dexter. Pudimos explorar las opciones de vestuario que ha tomado y mostrar que ha refinado su sentido del estilo para reflejar su actual situación de felicidad, cosa que me ha encantado.
¿Cómo reflejan los atuendos de Lady Mary su viaje en esta película?...
La trama de Mary es interesante: pasa de ser esa mujer casada de decisión inquebrantable que conocemos a ser una mujer vulnerable y expuesta, desafiada por la sociedad debido a las circunstancias en las que se encuentra. En lo que a su vestuario respecta, comenzamos con un par de looks muy propios de ella para afianzarla como la Mary que conocemos, que no tiene ni la menor idea de que su mundo está a punto de desmoronarse. Sus colores son atrevidos y vibrantes, especialmente en el baile de Lady Petersfield, donde deslumbra con tonos rojo tomate y borgoña. Luego exploramos una atenuación de su paleta de colores con rosas suaves y tonos ruborizados, pistacho pálido y galleta, combinados con una silueta más suave de los años 30. Es interesante resaltar que Mary y Edith han intercambiado roles de algún modo y el típico equilibrio cromático en sus conjuntos se trasvasó de una a otra en unas cuantas escenas. Siempre he diseñado juntas a Mary y Edith porque siempre han ido a la par una de otra, sea complementándose o contrastando, en función de lo que esté ocurriendo. En esta película, hay una escena maravillosa en la que Mary le hace una confidencia a Edith tras la cena. Mary viste de encaje pálido y Edith luce un vestido de terciopelo azul con un llamativo cuello plisado. Es como un intercambio de papeles reflejado en el color de su ropa.
Has tenido que diseñar varios sets maravillosos: el baile de Lady Petersfield, Ascot y la Feria del Condado. ¿Cuáles han sido los puntos más destacados para ti?...
Ascot ha sido una oportunidad maravillosa en lo que respecta a diseño de vestuario y, en cuanto leí en el guion que aparecía, empecé a pensar en los sombreros y en el sentido de la ocasión, los despliegues de las mejores galas de cada uno de los estratos sociales que asisten. Fue una auténtica obra maestra teniendo en cuenta el número de sombreros que queríamos mostrar. Quería una combinación de Cecil Beaton y Vogue fusionándose con la luz del sol y el increíble enclave del circuito de carreras. Desarrollamos una paleta de luz y brillo centrándonos en el raso y el encaje, telas veraniegas, sombreros de los 30 ya vanguardistas para la época para darle a todo más grandiosidad y una colección de preciosos parasoles. Contábamos con unas cuantas referencias fotográficas increíbles para el público y nos lo pasamos en grande recreando looks y buscando los detalles de cada personaje.
Para la familia, quería crear un armonioso trío de colores: rosa, turquesa y azul marino. Conseguí un bonito conjunto original de encaje de los 30 para Edith, un vestido con cinturón y chaqueta corta, que conjunté con accesorios blancos y un sombrero de paja inclinado decorado con rosas. La belleza de ese rosa golosina funcionaba a las mil maravillas yuxtaponiéndose con el atuendo que lleva Sambrook. El look de Mary está inspirado en un vestido original de los años 30 que vi en París. Me hice con una tela de encaje original e inusual y creé un vestido con falda de gran volumen y un corpiño ajustado. Me apasiona el sombrero de Mary, una pieza de paja de color azul marino y con textura y de ala ancha y dramáticamente inclinado, adornado con una sola rosa enorme (que le encargamos a una artista ucraniana especialista en flores de un talento inmenso). Para Lady Petersfield, quería hacer referencia a la perfección de imagen de Ascot en la película My Fair Lady, y diseñé un look monocromático para Joely Richardson con el sombrero más grande que pudiera abarcar la cámara, sabiendo que Joely sabría llevarlo con una elegancia impecable. Los caballeros de las zonas de las clases altas llevaban trajes de día, que son monocromáticos y confieren una maravillosa profundidad gráfica para jugar con el color del vestuario femenino.
Feria del Condado...
La Feria del Condado fue el evento que unió a todo el reparto, toda la familia y sus invitados junto con el personal de la casa. Se trataba de una ocasión ajetreada, bulliciosa y rebosante de personalidad. Un momento de buenas vibraciones indiscutibles en el marco de la película. Quería que la servidumbre también derrochara estilo a su modo, así que forzamos un poco los límites con los colores y estampados, retocando las mejores galas de domingo para que dieran una imagen un poco distinta. Todos los personajes dando su mejor versión. Nos lo pasamos en grande diseñando los atuendos de ocasión de los niños. El atuendo de Lady Mary en la feria es un vestido sobrio, como los que luce en su propia hacienda. Se trata de un tres piezas conectado con la androginia con la que he jugado en el pasado, pero en versión muy femenina, con proporciones de los años 30 y un estampado muy a la moda de pequeños cuadros. Lo que más me gusta de su look es que lleva uno de mis sombreros favoritos, un cloche de fieltro marrón chocolate que lleva luciendo desde el comienzo de la serie. Adoro esa conexión y ese sentido de la continuidad. La feria en sí fue todo un festival de vestuario. Mi equipo hizo un trabajo espectacular y compusieron y ajustaron casi 500 atuendos en una inmensa carpa en Yorkshire. Quería que el día pareciera realmente de la de la feria local, contrastando con Ascot con una paleta más cálida; luz y ambiente estival, pero con tonos terrosos. La esencia del condado en el corazón de Downton en un día de verano.
Baile de Lady Petersfield...
El baile de Lady Petersfield era uno de los compromisos más prestigiosos del calendario social de Londres y la oportunidad para nosotros de mostrar un fabuloso evento de etiqueta. Sacamos las tiaras, los diamantes y los vestidos de fiesta. Mi punto de partida para diseñar el baile fue Mary. Las noticias de su divorcio acababan de ver la luz, pero ella no es consciente de lo que se le viene encima. Quería que estuviera deslumbrante, impresionante y atrevida. Probé en cámara diferentes tonalidades rojas para dar con el punto perfecto que sabíamos que quedaría de maravilla en pantalla. El vestido está adornado con broches de diamantes auténticos que pedimos prestados a Bentley & Skinner y conjuntado con una capa de seda borgoña con un lazo enorme en la espalda.
El resto de la paleta giraba en torno al vestido de Mary, con Cora ataviada en terciopelo azul aciano y Edith con un vestido al bies estampado multicolor con una cola de raso asimétrica. Lady Petersfield lucía un vestido de noche de encaje dorado vintage con dramáticas mangas capeadas y la princesa llevaba un vestido con cuentas de color plateado.
¿En qué medida colaboras con el resto de jefes de departamento para los atuendos?...
El diseño de vestuario es, por naturaleza, un proceso colaborativo que implica trabajar codo con codo con el director, el productor ejecutivo, el diseñador de producción, el director artístico y el diseñador de peluquería y maquillaje. Estamos dando vida a un mundo y el vestuario es parte de eso. Los atuendos hay que llevarlos, habitarlos y hacerlos cobrar vida, cosa que hacen los actores, dentro de un espacio tridimensional diseñado, para que todo ello lo capture la cámara. He forjado una relación muy fuerte y cercana con todo el reparto y el equipo técnico a lo largo de los últimos diez años, lo que definitivamente ayuda a forjar ese ambiente de colaboración. Ha sido genial volver a trabajar con Simon, Liz, Donal, Ben y Nosh. Ha reinado una gran camaradería en el proceso. Y una maravillosa confianza entre todos nosotros.
ENTREVISTA A ANNE ‘NOSH’ OLDHAM (Diseñadora de peluquería y maquillaje)...
¿Cómo te sentiste cuando te pidieron que volvieras para trabajar en esta película?...
Lo que más ilusión me hizo de volver para esta película es que había trabajado en la primera y segunda temporada de Downton Abbey hace ya bastantes años, así que ha sido maravilloso volver a colaborar en las tres películas.
¿Qué proceso sigues cuando lees un guion por primera vez y qué te llamó la atención de este como elemento emocionante o de desafío?...
Lo mejor de esta película es que estamos entrando en los años 30 y que todo el mundo ha ido adoptado un look ligeramente diferente. También hay unas cuantas restricciones a las que adherirse porque se trata de personajes muy conocidos para el público, y queríamos ser fieles a ellos, pero, al mismo tiempo, que se viera una transición de estilo. Trabajo en estrecha colaboración con Anna Robbins porque las formas de los peinados pueden variar un poco en función de los diseños de los sombreros que ella haya preparado. Queremos mantener la esencia de los personajes que el público conoce y quiere, así que nos hemos limitado a modificaciones sutiles. Por ejemplo, en el caso de Cora, le hemos puesto una melena bob para reflejar su progreso en la historia también.
¿Qué clase de cambios se han producido en cuanto a peluquería y maquillaje en los años 30?...
En esta década, tenemos cambios de color tonales y la forma de las cejas es diferente. Las formas de los labios también son muy diferentes, pero siempre con un aspecto glorioso. Nuestra familia luce atuendos extraordinarios este año, y tenemos el baile, Ascot y una Feria del Condado para elevar el nivel de glamour. En términos generales de color, se trataba de darles una paleta más moderna reflejando los años 30.
¿Cómo os preparáis el equipo y tú para esas grandes escenas como Ascot, la Feria del Condado y el baile?...
Tuve una supervisora increíble y a su equipo trabajando con nuestros artistas de reparto, y su trabajo fue absolutamente impecable. Habíamos trabajado ya juntos con anterioridad y fueron fundamentales para conseguir que todas las estrellas invitadas lucieran tan bien como lo hicieron, sobre todo en Ascot, creando un maravilloso lienzo sobre el que nuestro reparto principal pudiera brillar. Nos reunimos al comienzo del rodaje para planificar bien todo y nos entendimos a las mil maravillas debido a nuestro historial de trabajo en colaboración. Saben lo que me gusta y lo ejecutan de forma brillante.
Habiendo trabajado en la serie de televisión y en las tres películas, ¿cuál es actualmente tu nivel de colaboración con los actores?...
En 2010, teníamos 18 personajes establecidos y necesitábamos que todo el mundo tuviera un look diferente, sobre todo en el caso del personal de la casa. Teníamos que diseñar diferentes peinados y looks para que el público pudiera identificar de inmediato quién era cada cual cuando recorrían los umbríos pasillos de la parte de abajo de Downton. Supuso un desafío mayor de lo que puedas imaginar, pero ahora es totalmente colaborativo porque el reparto conoce a la perfección a sus personajes.
¿Por qué es tan especial Downton Abbey?...
Es un drama de época que ha conectado mucho con el público y, desde el principio, nadie ha querido modernizarlo. Todo tenía que parecer auténtico para la época en la que está ambientado, y creo que es un objetivo que hemos sabido cumplir.
¿Cómo ha evolucionado el diseño de peluquería y maquillaje en Downton Abbey desde 1912 a 1930?...
Todos los actores eran 15 años más jóvenes y empezaron con un look muy diferente. Las chicas eran muy jovencitas. Cora era, y sigue siendo, una mamá increíblemente guapa y glamurosa, pero que ha ido evolucionando por los diferentes periodos. La viuda tenía una imagen muy eduardiana en lo que a su pelo y maquillaje respecta. Todos se han vuelto más sofisticados y pulidos con el paso de los años. Hemos puesto mucho mimo en establecer a todos los personajes muy desde el principio como individuos distintivos, porque era un factor importante para nosotros. A lo largo de los últimos seis años de las películas, siempre nos hemos fijado en cada personaje para ver cómo nos gustaría hacerlo progresar como ayuda para la trama, pero también porque todos van madurando. Son muchos los elementos que debemos tener en cuenta y, además, tenemos que conseguir que se sientan cómodos sea cual sea la fase que estén atravesando en un momento dado. Es un proceso realmente colaborativo con cada actor y actriz, según van cumpliendo años en pantalla y en la realidad. Conocen a sus personajes mejor que nadie, pero yo sigo preparando collages de ideas al comienzo de cada película y en un trabajo que no concluye hasta que todas las partes estamos satisfechas con cada look concreto.
¿Hay algún look concreto o detalle que te haga sentir especialmente orgullosa en esta película?...
En esta película, los detalles más extravagantes son mis favoritos. Por ejemplo, me encanta Simon Russell Beale y me vuelve totalmente loca ese pequeño bigotito que le pusimos. También es interesante cómo conseguimos que Arty Froushan se pareciese a Noel Coward. Arty aportó mucha personalidad y lo hizo tan bien que no hizo falta esforzarse demasiado. Supo transformarse maravillosamente en Noel Coward.
¿Cómo ha sido volver a tener a Simon Curtis como director?...
A mí me gusta mucho trabajar con Simon. Es un director muy generoso. Cuando estábamos preparándonos, repasamos con él todos los looks y lo cierto es que fue muy instructivo. Se le da muy bien comunicar lo que quiere, pero también confía en mí para llevar mi cometido a cabo. También es muy alentador y, si ve algo que le gusta mucho, te lo dice, y eso es muy de agradecer. Significa que puedo transmitírselo al equipo. Muchos directores están tan pendientes de mil cosas que se olvidan de darte las gracias, pero no es el caso de Simon. Él siempre lo hace.
ENTREVISTA A ALASTAIR BRUCE (Asesor histórico)
¿Qué tiene Downton Abbey que te ha animado a seguir en el proyecto durante los últimos 15 años?...
Siempre vuelvo a Downton Abbey porque me siento muy valorado como asesor histórico. Por eso, hemos logrado ofrecer algo que no solo es todo un ejemplo de excelencia, sino que ha transportado al público a una trama que, de otro modo, no hubiera destacado entre el atestado panorama del entretenimiento. La gente que ve Downton Abbey sabe que está viendo un producto perfectamente enclavado en los confines de su época.
¿Qué está ocurriendo en 1930 y qué efecto tiene lo que acontece en ese momento histórico en los Crawley y su servidumbre?...
Al igual que ocurre ahora, se respira un cierto aire de cambio en Europa, y también la sensación de que los mercados han dado tanto dinero que ya no son seguros. Creo que la aristocracia era consciente de que llegaba una época de cambio. En mi opinión, que el cataclismo acechara a la vuelta de la esquina era algo muy profundo. Al mismo tiempo, ya han pasado seis años de desarrollo del Partido Laborista, que para una familia aristócrata, representaba una forma de amenaza muy particular. Era natural que tuviese un gran impacto social en el tipo de familias que vivían en grandes casas. No nos centramos especialmente en eso en la película, pero se percibe el inminente cambio a lo largo de la trama.
Uno de los puntos claves de la trama en esta película es el divorcio de Mary y cómo afecta a los personajes de su entorno. ¿Qué trato recibía una mujer divorciada en 1930?...
Cuando la aristocracia inglesa fue testigo de la Revolución Francesa en 1789, se dieron cuenta de que, si querían sobrevivir, tenían que hacer algo para afianzar su posición en la sociedad. Lo que hicieron fue adoptar unos usos morales y sociales más elevados. Eligieron la iglesia cristiana y, al amparo de esa institución, se espera que la gente casada preserve el matrimonio de por vida, lo cual siguen defendiendo algunos sectores de esa misma iglesia. Sin embargo, en 1930, era la corte y el rey los que vincularon esa expectativa a la aristocracia, y, si no cumplías esa norma, te excluían de la sociedad. Lo que vemos es que Mary, aunque no sea culpa suya, se ve obligada a divorciarse, y eso la excluye de la sociedad de 1930 y las expectativas de su época. Era y sigue siendo inflexible y despiadada.
¿Cómo han cambiado los protocolos de la sociedad desde 1912, año en el que está ambientada la primera temporada de Downton Abbey?...
Cada nueva generación funciona de una forma, y coges lo que tus padres te han enseñado para adaptarlo. En 1912 había una serie de protocolos de comportamiento que, en esencia, probablemente no cambiaron demasiado hasta mitad de los 50. Lo cierto es que los protocolos no cambiaron tanto desde el comienzo de la serie de televisión hasta los años 30. Ahora vivimos en una sociedad muy de contacto donde das besos y abrazos a gente que acabas de conocer. Eso nunca hubiera ocurrido en los años 20.
¿Cómo se adaptan al protocolo Harold y Sambrook?...
La gran ventaja de que Cora sea estadounidense es que ya ha llevado América al corazón de la aristocracia en Gran Bretaña. Los americanos se comportaban de un modo muy distinto. No tenían un sistema aristocrático, pero sí riqueza, y la riqueza genera expectativas, sobre todo en lo que respecta a cómo vivía la gente cuando tenía muchos medios. Lo vemos reflejado en el deseo de Sambrook de hacerse rico, que se materializa en su capacidad de hacer lo que sea con tal de conseguirlo. Con Harold, el hermano de Coral, vemos un deseo casi patético de aferrarse a la grandeza que su padre y su madre le habían legado y que está dejando escapar. Si eres el duque de Devonshire y no tienes dinero, sigues siendo el duque de Devonshire, pero si eres un tipo rico estadounidense como Harold y te arruinas, eres un don nadie. La diferencia es inmensa.
¿Qué significó históricamente la inclusión de Noel Coward como personaje de peso en la trama?...
Noel Coward fue una persona muy influyente en su momento porque, por supuesto, comenzó desde una posición de inmensa fama mucho antes de que siquiera existiera la noción de celebridad. Resplandecía con luz propia y la aristocracia se sentía atraída por su luz como moscas a la miel. Su elegancia y su capacidad de cautivar a la aristocracia por su forma de comportarse fue una de las vías por las que la homosexualidad llegó al corazón del sistema aristocrático. Personalmente, me parece fascinante. Se trata de una clase social que no aceptaba, de nuevo por la moral cristiana, que hubiese ningún tipo de ruptura del comportamiento establecido como normativo. Pero él consiguió romper esa barrera e hizo más fácil que otra gente también lo consiguiera. Fue todo un propulsor del cambio social y, para Mary, es la forma de volver a ganarse la aceptación de la gente.
¿Qué implica para ti un día de rodaje?...
Normalmente empiezo el día con el reparto y el director/productor en las primeras escenas, y entonces les aconsejo sobre la escena y dónde debería colocarse cada cual o lo que deberían hacer. Después de todo este tiempo, me entiendo muy bien con los actores; me conocen lo suficiente como para saber que no les estoy pidiendo actuar de una forma concreta, sino cómo sostener los guantes, la bandeja o cualquier detalle por el estilo. Hasta ese tipo de cosas suman autenticidad a la escena, y es importante hacerlo bien.
¿Qué hace que los guiones de Julian sean tan mágicos y auténticos?...
Julian es muy ingenioso y tiene una mente muy despierta. Es una persona que sabe observarlo absolutamente todo. Creo que esa fuerza como narrador de una época puede ser inmensamente poderosa. Su amor y su capacidad para entretener y lidiar con el humor, el patetismo y la agonía de un comentario inclemente también entran en juego. El resultado es bastante embriagador. Puedes vestir a la gente de punta en blanco, puedes usar localizaciones gloriosas, pero si luego no transmites como es debido esas frases, esos momentos de pasión y dolor... No hablamos de historias plagadas de violencia ni de grandes líos de alcoba para engancharte; es su capacidad de transportarte a esa época lo que hace que sus guiones resulten tan atractivos. Me parece un auténtico don.
¿Cuál de los eventos del mundo crees que tuvo mayor impacto en Downton y en los personajes?...
La Primera Guerra Mundial fue el mayor catalizador social que se pueda imaginar para la evolución de esta forma particular de sociedad. Lo que vemos en 1912 es una aristocracia que percibe que su tiempo se acaba. La Primera Guerra Mundial desestabilizó tanto Europa como probablemente nos esté desestabilizando a nosotros todo lo que está ocurriendo hoy en día. A través de la historia de Downton Abbey, vemos cómo la gran revolución liberal que comenzó con el catalizador de la Revolución Francesa en 1789 sigue abriéndose paso por Europa y que todos nos estamos beneficiando de ese cambio. Creo que Downton Abbey transporta a la gente a un tiempo en el que todo el mundo tenía un papel, ya fuera en lo más alto o lo más bajo de lo que se consideraba la sociedad por aquel entonces. Cada cual sabía cuál era su función y se sentía de algún modo afirmado en ese espacio. Ahora, la gran alegría de haber dejado todo eso de lado es que somos todos iguales. O que deberíamos serlo.
ENTREVISTA A HUGH BONNEVILLE...
¿Dónde encontramos a Robert al comienzo de la película?...
La tercera película está ambientada en 1930, así que el tiempo ha sido implacable desde la segunda película. Al comienzo de Downton Abbey: Una nueva era, ya daba la sensación de que soplaban vientos de cambio y de que Robert le iba a entregar el control de las propiedades a Lady Mary. Pero el caso es que le está costando decidirse. Es reacio a soltar las riendas aunque sabe que es lo que debe hacer, porque se da cuenta de que su principal papel en la vida ha sido mantener el statu quo en Downton Abbey. Le hace plantearse cuál será su propósito cuando eso ocurra. Es una cuestión que puede afrontar cualquiera que tenga que jubilarse, cómo va a ser ese nuevo capítulo, y por eso es un poco reacio a dar ese paso.
¿Qué es lo que finalmente prepara el camino para que Robert le entregue el control a Mary?...
Pese a haberse atrincherado en que todo debería quedarse como es, acaba dándose cuenta de que es hora de avanzar con los tiempos. Las circunstancias que rodean el divorcio de Mary y el trato que esta recibe por parte de la sociedad, todo sumado a la muerte de su madre, le han llevado a darse cuenta de que es hora de cambiar su vivienda de Londres por otra de menor tamaño y de entregar al fin las llaves de Downton Abbey a Mary.
¿Cómo responde Robert al divorcio de Mary y el trato que esta recibe por parte de la sociedad?...
Lo que siempre me ha gustado de Robert es que es una persona tan rancia y conservadora como su entorno, pero, a la vez, esconde una mente liberal y un carácter justo. Cuando se trata de asuntos del corazón, siempre es muy compasivo con las circunstancias de Mary, dado que ella suele meterse en situaciones complicadas. Salir de un divorcio en esa época era muy diferente a lo que supone en la actualidad, respecto a la respuesta social. Hay una escena en la que se humilla públicamente a Lady Mary en el baile de Lady Petersfield por estar divorciada, porque un miembro de la realeza no puede estar en la misma estancia que una divorciada. Eso se convierte en un giro importante de guion, porque Cora y Robert quieren marcharse de allí con Mary, pero ella insiste en que se queden. Julian tenía muy claro que, en sociedad, por mucho que te preocupase la situación de tu hija, no podías ofender a la realeza de ese modo, como si nada. Fue muy incómodo para mí como actor y, de hecho, todas las fibras de mi ser me empujaban a actuar de otro modo, pero eso representa lo encorsetado que era todo entonces y lo diferentes que son ahora las cosas.
¿Crees que Robert se ve reflejado en Mary?...
Creo que, en cierto modo, Robert ha vivido un poco a través de Mary, en cuanto a que es un hombre nacido en su posición. No ha tenido otra elección que ser quien se ocupe de Downton Abbey mientras le ha correspondido ser el guardián y custodio de la propiedad. En el caso de Mary, aunque sea la mayor, técnicamente no le corresponde heredar esa posición, por lo que no ha nacido con ese inmenso sentido de la responsabilidad. Creo que secretamente la admira; si no su rebeldía, al menos sí su capacidad de asumir riesgos y de abrazar la vida. Creo que es una persona mucho más conservadora por condición que por instinto y que ha tenido que cumplir con su deber. Aunque le frustran las escapadas de Mary, su preocupación por ella es sincera. Sabe que, bajo cualquier apariencia, hay simplemente una persona que busca amor, así que se muestra mucho más compasivo de lo que podríamos esperar.
¿Qué tal está llevando Robert la muerte de su madre al comienzo de la película?...
Ha pasado el suficiente tiempo como para que la familia haya superado el periodo de luto, de modo que creo que solo quedan los buenos recuerdos. Se habla de ella con mucho afecto, incluso en tono jocoso. En algún punto del guion, alguien menciona que va a ir a «pasar el fin de semana» y Robert le responde que se alegra de que su madre no esté viva para no escuchar esa expresión, en referencia a la cita «¿Qué es un fin de semana?» de la serie de televisión. Ni qué decir tiene que preside sobre toda la familia con su retrato en la entrada, así que su presencia siempre se deja sentir.
¿En qué punto está la relación entre Cora y Robert al comienzo de esta película?...
Como tuvieron un susto importante por temas de salud en la última película y son conscientes de que toca dar paso a otra fase de sus vidas, creo que ahora están en un punto en el que se sienten satisfechos. Cora es totalmente consciente de que a Robert le cuesta mucho progresar. Mantienen una gran familiaridad entre ellos y él se siente muy cómodo con los roles que cada uno juega en la dinámica de la relación. Es una asociación muy sólida y plácida, sin llegar a ser complaciente. Vemos que es el momento de partir en pos de una nueva fase de su vida con total satisfacción.
¿Cómo reacciona Robert al regreso de Harold, el hermano de Cora, y las malas nuevas que trae consigo?...
Robert y Cora se casaron en un principio en una suerte de transacción financiera en la que ella pasaba a ser Lady Cora a cambio de que una sustancial fortuna pasara a manos de Downton Abbey. Luego se enamoraron y así progresó la historia, pero ahora Downton afronta una crisis económica. El tejado se cae a cachos, pero todo el mundo confía en una inyección económica de la difunta madre de Cora. Cuando Harold llega tímidamente para transmitir que tal vez no quede tanta fortuna como esperaban, es cuando se produce la verdadera crisis, porque todo el mundo contaba con esa herencia y el futuro de Downton está en juego. Robert no le tiene ninguna simpatía a Harold. A él siempre le ha parecido una causa perdida, así que comprobar que los ha dejado en la estacada de nuevo no le supone ninguna sorpresa; le resulta absolutamente irritante que ponga en peligro a Downton y el bienestar de la familia Crawley.
¿De qué modo ayudan Carson y Bates a Robert a decidir que legar la propiedad a Mary es una buena decisión?...
Hay una escena muy bonita entre Carson y Robert en la que le pido consejo a Carson sobre qué hacer respecto a dejar las riendas a Mary. Es muy consciente de que Carson ha sido también una figura paterna para Mary y quiere saber lo que piensa él de todo ese asunto. A Carson le conmueve que Robert le pida consejo, pero también le sorprende que no sepa ver por sí mismo lo bien preparada que está su primogénita para el trabajo. Robert siempre ha visto a Mary primero como su hija y luego como gestora de la propiedad. Que quiera dejarse aconsejar por Bates en asuntos domésticos es un momento muy emotivo de la película. Nos acordamos de la época en la que ambos personajes se conocieron, en la Segunda Guerra Bóer, y le doy las gracias por salvarme la vida. Es un instante muy bonito.
¿Qué es lo que Robert echará más de menos de vivir en Downton?...
El concepto de la casa de la condesa viuda, en cierto modo un poco al margen, pero dentro del terreno de la propiedad, es un cambio muy cómodo y poco dramático para las familias como los Crawley: ya no están al volante, pero siguen a bordo del vehículo. Podemos imaginar que Robert y Cora visitarán la casa muy a menudo, y desde luego para las comidas. Creo que echará de menos el ambiente de la casa, pero que sabrá crear un nuevo hogar en la otra vivienda. Lo que no creo que eche de menos son algunas de las tensiones y los estreses que conllevaban sus responsabilidades. Disfrutará de los beneficios de su posición sin los inconvenientes, y me parece algo muy recomendable cuando cumples determinada edad.
¿Cómo ha sido la experiencia de recibir a otros actores en estas películas?...
Es maravilloso que actores de semejante calibre hayan querido venir a participar en este proyecto a lo largo de los años, y esta película en concreto no es una excepción. Hemos contado con un joven actor de un talento increíble, Arty Froushan, que ha interpretado a Noel Coward y que dejó a todos de piedra cantando cuando leímos los guiones. Consigue encarnar totalmente el espíritu de Noel Coward y es absolutamente glorioso. Ni qué decir tiene que a alguien como Robert le resulta incomprensible esta clase de personaje, aunque Noel Coward se convierte luego sutil pero maravillosamente en un elemento clave de la trama. Contar de nuevo con Paul Giamatti actuando con nosotros ha sido muy divertido, y también es un placer trabajar con Alessandro Nivola interpretando a su colega de Nueva York, Gus Sambrook. También nos ha deleitado Dominic West volviendo para retomar su papel, y contar con la participación de Joely Richardson como Lady Petersfield me ha encantado. Simon Russell Beale se une en el papel del gruñón organizador de la feria del condado, y todas las dinámicas que acontecen entre él y Penelope Wilton, Lady Merton, fueron un absoluto regalo para los sentidos.
¿La magnitud de esta película es mayor con la variedad de localizaciones que habéis visitado?...
Nos unimos a la familia durante la «temporada» anual, lo que permitió al equipo de producción ser atrevido en cuanto a los eventos a los que asistía la familia; por ejemplo, van al teatro, a Ascot, a la Feria del Condado y al baile de Lady Petersfield, y representar todo eso a nivel cinemático era muy importante para Ben [Smithard], nuestro director de fotografía, y Simon [Curtis], el director. Lo pasamos estupendamente en Ripon, que fue nuestro circuito de carreras de Ascot, y allí estuvimos rodando tres días. Siempre es una pesadilla logística para el equipo de localizaciones y de producción, pero, por suerte, nos hizo un tiempo espléndido. Creo que fue la semana con mejor tiempo de ese verano en Yorkshire, donde también rodamos la Feria del Condado en un recinto ferial que hay cerca de Harrogate. Contamos con varios cientos de extras tanto en Ascot como en la feria, así que fue toda una hazaña.
¿Qué tienen los guiones de Julian para darnos momentos tan mágicos?...
Recuerdo la primera vez que trabajé con Julian en una película titulada De una época a otra, y, entre toma y toma, hablábamos de un guion que estaba escribiendo sobre una casa de campo. Cuando leí el primer guion, descubrí montones de personajes, cada cual con su propia voz, cosa que no es nada habitual. Tiene mucho oído para los diálogos y, al final de ese episodio, quería saber lo que pasaba luego. Creo que ha sabido plasmar eso en pantalla. Hay algo que recuerda a los culebrones y también algo de compulsivo en sus guiones, y se deja sentir una propulsión hacia delante. Me llevó unos cuantos episodios dar con el quid de la cuestión, y creo que tenía que ver con la narrativa. Creo que su gran destreza, y esto ha sido algo que ha dicho él mismo en muchas ocasiones, es que escribe desde una posición predeterminada de que la gente trata de ser buena y, que, por supuesto, a veces hacen cosas malas, pero a menudo, tienen algún motivo para comportarse de ese modo. Hay gente psicópata en el mundo, claro, pero, en conjunto, la gente trata de sobrevivir y cuidar de los suyos, y de portarse lo mejor posible con los demás.
¿Cuál es la magia de Downton Abbey?...
Creo que en Downton Abbey hay un sentido de la compasión subyacente a todo, que se trata de hacer lo correcto incluso cuando la cosa se tuerce. Ese es su gran legado. Lo que el público nos ha venido transmitiendo a lo largo de los años es que la serie ha significado algo para ellos y su familia, que ha conectado por la dinámica de su narrativa, y eso nos hace sentir muy orgullosos. Todo eso se lo debemos a los guiones de Julian.
ENTREVISTA A LAURA CARMICHAEL...
¿En qué punto encontramos a Edith y Bertie en esta película?...
A Edith y Bertie les va muy bien y son muy felices juntos. Me encanta que Bertie siempre haya apoyado tanto a Edith. En la última película, vimos que ella tenía ganas de volver a trabajar y Bertie la animó a ello. Bertie está muy orgulloso. Le va muy bien como marqués de Hexham y se siente muy asentado en ese papel. Tiene consejos que ofrecer a Robert, pero a este le cuesta mucho aceptarlos de su yerno. Es un marqués con una mentalidad muy avanzada y está dispuesto a ayudar en todo lo que haga falta.
¿Cómo es la relación entre Lady Edith y Lady Mary al comienzo de esta película?...
En esta película, vemos a Edith y Mary bastante unidas. Edith está apoyando discretamente a Mary y ambas lo pasan bien juntas. Edith expresa lo mucho que se preocupa por su hermana y trata de buscar formas de reintegrarla en sociedad. Hay amor auténtico entre ellas, y ha hecho falta toda una montaña rusa de situaciones y emociones a lo largo de los años para llegar a este punto. Creo que, una vez que ambas se asientan en la vida familiar, son capaces de perdonarse por las cosas malas que han hecho y recordar que, a fin de cuentas, son familia. Cuando una de ellas está en apuros, independientemente de cómo haya sido la relación en el pasado, saben que siempre van a cubrirse las espaldas.
¿Qué nos dice la actitud protectora de Edith con su hermana sobre su crecimiento a lo largo de los años?...
Con el paso de los años, Edith se ha labrado su propio camino como joven independiente. Se centró en la revista cuando no parecía que el matrimonio fuese a ser una opción posible para ella. Se forjó una carrera profesional, y ese logro la convirtió en una persona mucho más dulce y feliz. Somos testigos de cómo su vida de periodista y propietaria de la revista hace que cobre poder y fuerza. Eso se traduce en que se ve capaz de mostrar bondad hacia Mary. No es tan insegura como lo fue en el pasado, y por eso quiere dar un paso al frente y usar su influencia y posición para echar una mano cuando Mary tiene problemas.
Con el divorcio y la situación de Mary, ¿qué crees que hubieran hecho Violet y Sybil?...
Creo que, en esta situación, Sybil hubiera expresado compasión y dolor por Mary. Probablemente la familia sienta una ira discreta y callada por Henry por haber destruido el matrimonio. Sybil se habría puesto sin duda del lado de Mary y hubiera apoyado que se independizara de él. Violet se hubiera quedado impactada y devastada, pero lo cierto es que luego siempre nos sorprende. Violet quería mucho a Mary y creía absolutamente en el poder de las mujeres, incluso en esta situación.
¿Quién es el Sr. Sambrook y cómo se siente Edith acerca de él?...
El Sr. Sambrook llega con el tío Harold y es un personaje un poco misterioso. La familia no sabe muy bien de dónde ha salido. Tienen muchas preguntas sobre las propiedades de su abuela y sobre qué está pasando con el dinero. Todos pueden imaginarse que gran parte de ello se ha perdido y quieren entender qué papel ha jugado Sambrook en el asunto como amigo y asesor financiero de Harold. Varios de los miembros de la familia ya tienen sus sospechas. Tom, Edith y Bertie quieren indagar un poco en su pasado.
¿Qué nos dice esta situación sobre Edith?...
Hay una escena genial entre Edith y Sambrook que me encanta. Me emocioné cuando lo leí, porque pone de relieve el poder de Edith en ese momento y muestra que no tiene miedo de usarlo. Entiende la influencia que tienen en sociedad tanto Bertie como ella y no tiene reparos en amenazar a Sambrook con arruinar su reputación tanto en Inglaterra como en Nueva York. Demuestra lo lejos que ha llegado y lo fuerte que es.
¿Cómo es tu vestuario en esta película y cómo ha sido el proceso de colaboración con Anna Robbins?...
El vestuario es siempre una parte muy importante y divertida del proceso. Trabajar con Anna [Robbins] es la primera interacción cuando vuelves a la película, y planificar los apasionantes looks que está diseñando es siempre muy emocionante. Los diseñadores siempre quieren superarse y esta película no es una excepción. Ahora que estamos en los años 30, hay un cambio en la silueta. Son más ajustadas y atrevidas. En las escenas de Ascot, fue espectacular ver a tanta gente junta tan bien vestida.
¿Cómo de estrecha es tu colaboración con Anna [Robbins]?...
Después de todos estos años, Anna nos conoce muy bien y confiamos en que nos presente diseños que sabe que nos quedarán bien. Entiende cómo funcionan las texturas, los colores y las paletas. Lo tiene todo en esa genial mente creativa que posee, y se implica a fondo en la historia. Hay momentos en esta película en los que quiere intercambiar los diseños de Edith y Mary. Por ejemplo, cuando Mary se siente vulnerable y le pide ayuda, va vestida de un color que normalmente sería más propio de Edith, y viceversa, un detalle que me parece muy ingenioso. Anna siempre aporta toques así de divertidos y realmente se ha superado con este proyecto.
¿Cómo fue rodar las escenas de Ascot?...
Ascot fue muy divertido. Rodamos en el circuito de carreras de Ripon, donde recreamos el mundo de Ascot. Había muchísimos extras, un vestuario asombroso y carreras de caballos solo para nosotros. Fue muy emocionante. Ver a todo el mundo así junto es muy emocionante. Entendimos totalmente por qué iba a ser una parte tan importante de la película cuando vimos lo bien que quedaba todo. Fue muy especial.
Hay muchos personajes nuevos en esta ocasión. ¿Podrías hablarnos de algunos de ellos y de los actores que los interpretan?...
Tenemos a Paul Giamatti y a Alessandro Nivola uniéndose al reparto esta vez, que ha sido maravilloso. Han aportado una energía increíble, diferente y muy divertida al rodaje. Nos encanta tenerlos con nosotros. También ha sido genial contar con el personaje de Noel Coward en la película. Se trata de un papel emblemático, y Arty [Froushan] ha estado brillante. No puedo ni imaginarme lo intimidante que puede ser tratar de interpretar a Noel Coward. Es un actor totalmente temerario y extraordinario, por no hablar de su inmenso talento tocando el piano y cantando. Ha sido genial tenerlo con nosotros.
¿Cómo ha sido volver a trabajar con Simon Curtis?...
Es genial tener a Simon de vuelta. Siempre ha sido como parte de la familia de Downton porque está casado con Elizabeth McGovern, así que lo conocemos desde el comienzo de la serie. Siempre ha sido una persona amable, generosa y comprensiva. Por eso, fue muy natural cuando entró a formar parte del equipo para dirigir; además, es un director de los que se preocupan por los actores. Intenta que todo el mundo se sienta cómodo y escuchado. Se sabe la historia de principio a fin y quiere capturar todos esos momentos, explotar el material para sacarle todo el jugo posible.
¿Qué es lo que hace que el talento de Julian sea tan especial y por qué sus guiones son tan auténticos?...
A todos nos gustaría saber cuál es la magia de sus historias. Es un hombre increíble, con una gran capacidad expresiva y muy considerado. Siempre nos sorprende con estos momentos en el guion. Me encanta leerlos y siempre me emociona descubrir qué nos tendrá preparado. Siempre hay joyitas ocultas; él sabe cómo hacer que un personaje cobre vida en poco tiempo y eso es un verdadero regalo.
¿Cómo ha sido leer el guion sabiendo que es el último capítulo?...
Todos pensábamos que nos estábamos despidiendo con la serie y luego llegaron las películas, que han sido todo un regalo y una especie de bonus para todos nosotros. Creo que aún no me he hecho a la idea de que este es el capítulo final. Probablemente sea más consciente con el paso del tiempo, pero la cosa es que todos queríamos que fuese lo mejor posible para poder despedirnos en condiciones.
¿Cómo fue tu primer día de rodaje de la serie?...
El primer día rodé una escena que luego no llegó a incluirse en el montaje final de la serie. Era una escena mano a mano con Hugh en la que tenía que llorar. Estaba aterrorizada; habíamos recibido la noticia de que el Titanic se había hundido y de que el primo Patrick, del que Edith estaba enamorada, había muerto. Hugh fue muy amable e hizo que fuera una experiencia muy especial y disfrutable. A continuación nos tocada rodar una escena de desayuno, y Jim [Carter] también fue un cielo. Al ser actores con tanta experiencia, probablemente fueron capaces de detectar que estaba aterrorizada, y me ayudaron muy dulce y sutilmente a encontrar mi propia voz. Siempre he sentido ese apoyo, de ellos y de todos. Ha sido una forma muy especial de aprender a manejarme en el set.
¿Hay alguna escena específica, una localización o una trama de la que tengas recuerdos especialmente gratos?...
Me encantaba el set de la oficina del periódico, donde Edith trabajaba con Gregson. Recuerdo que estaba muy emocionada porque suponía un cambio radical para Edith y un mundo que parecía solo nuestro. Fue una gran experiencia, con máquinas de escribir por todas partes y gente entrando y saliendo; sentí que Edith podía dominar todo ese espacio.
En lo que respecta a tu personaje a lo largo de la serie, ¿cuáles dirías que son los mejores y los peores momentos de Edith?...
Bueno, creo que su peor momento es cuando la dejan plantada en el altar. Fue todo un golpe, pero a partir de ahí fue cuando se encontró a sí misma, se puso en pie de nuevo y descubrió el mundo como mujer independiente. En cierto modo, fue un catalizador para ella, al igual que la muerte de su amada hermana Sybil; fueron momentos devastadores. Su punto álgido sería casarse con Bertie y, a pesar del golpe cuando se enteró de que ya tenía una hija, todo acabó funcionando bien, fueron felices y comieron perdices.
ENTREVISTA A JIM CARTER...
¿Dónde encontramos al Sr. Carson al comienzo de esta película?...
Los años de Carson en Downton Abbey ya forman parte del pasado y se está asentando en una cómoda jubilación. En cierto modo, Carson es Downton Abbey. Ha trabajado ahí cincuenta y pico años y ha encarnado el espíritu chapado a la antigua del lugar. Ha sido su hogar la mayor parte de ese tiempo y ser mayordomo es un buen trabajo con estatus. Además, por si fuera poco, se le da bien. Quiere mucho a toda la familia, especialmente a Lady Mary, y, como ya he dicho en alguna ocasión, es el padre de la casa en el piso de la servidumbre.
¿Cuál es la relación de Carson con Andy? ¿Cree que está preparado para el trabajo?...
Ha sido un viaje extraño para Carson, porque se había jubilado ya en la última película y Thomas Barrow había tomado el legado como mayordomo, así que ya había pasado el testigo en una ocasión. Sin embargo, volvió para acompañar a Lord Grantham a Francia y luego volvió a tomar las riendas cuando Barrow se fue para ser el ayudante de cámara/acompañante de Guy Dexter. Para él, Andy es una versión joven de sí mismo: una persona muy recta. Es un hombre honrado y creo que Carson es consciente de que le ha transmitido sus conocimientos a Andy, o el Sr. Parker, como ahora debemos llamarlo, y que eso lo convierte en buen candidato para el trabajo.
¿Carson cree que Lady Mary está lista para tomar las riendas de la propiedad?...
Carson no tiene ninguna duda de que Lady Mary tiene madera para ello y es capaz de bregar con los problemas que está teniendo en su vida personal. Ella es consciente de lo que supone gestionar la casa y la hacienda porque ha aprendido de su abuela y de Carson.
¿Cómo se siente Carson respecto al divorcio de Mary?...
Carson, al ser fiel a los valores tradicionales, está obviamente disgustado con el divorcio de Mary, porque, a su modo de ver, nadie debería divorciarse. Las parejas deberían permanecer casadas pese a cualquier dificultad, aunque no se lleven bien. La diferencia en su caso es que no culpa a Lady Mary. De hecho, Lady Mary es totalmente inocente, a su modo de ver. En todo caso, Carson ha sabido adaptarse al teléfono y la electricidad, así que acabará aceptando la idea del divorcio.
¿Cómo reacciona el Sr. Carson cuando los invitan a Daisy y a él a unirse al comité de la Feria del Condado?...
Cuando recibe una invitación para formar parte del comité, Carson debe afrontar un pequeño dilema. Siente una deferencia natural por las clases altas y, como tal, no está en su naturaleza rebelarse o hablar más de la cuenta, pero también una enorme lealtad por Daisy. Cuando se da cuenta de que lo que Daisy dice es razonable, eso le da fuerzas para alzarse por lo que considera correcto ante Lady Merton y Sir Hector. No creo que hubiese salido de él generar ese tipo de agitación, pero de Daisy sí, y eso, es mi opinión, es una señal de cómo están cambiando las cosas entre las diferentes clases.
¿Cómo va la relación entre el Sr. Carson y la Sra. Hughes?...
La Sra. Hughes sabe lidiar con el carácter anticuado y gruñón de Carson. Suaviza su lado más severo y está tratando de que haga las paces con su vida de jubilado. Tras 50 años de dedicarse a lo mismo, entiende lo difícil que debe de ser para él conformarse con descansar.
¿Qué es lo que más echará de menos el Sr. Carson de trabajar en Downton?...
Carson echará de menos la rutina. Como sabe cualquier que se haya dedicado a un trabajo de servicio, dedicas una inmensa cantidad de tiempo a una labor y una familia, así que cambiar esa rutina es todo un desafío. Para el final de la película, se ha resignado al hecho de que ha empezado una nueva vida. Su anterior vida ha estado enteramente dedicada a los demás, así que apañárselas por su cuenta ahora es complicado y le costará adaptarse.
¿Cómo ha sido volver a trabajar con Simon Curtis como director?...
Siento una gran afinidad por Simon Curtis porque crea un gran ambiente en el set. Es amable, con sentido del humor y, gracias a su experiencia en el teatro, no se corta a la hora de darnos indicaciones a los actores. Hay directores que vienen más de la tele o el cine y se concentran en el lado técnico de dirigir, pero Simon puede hacer ambas cosas. Es capaz de llevar a cabo la parte técnica del trabajo y puede conectar con los actores de un modo del que estamos muy agradecidos. Trabajé por primera vez con Simon en una serie llamada Cranford y luego de nuevo en estas películas, y me ha encantado estar de nuevo a sus órdenes.
¿Recuerdas la primera vez que viste Highclere Castle?...
Totalmente. Cuando llegas a las tierras de Highclere Castle, pasas por un puente y llegas a unos terrenos con ovejas pastando. Luego ya subes la colina y allí, un poco como en los créditos de apertura de la película, se divisa de pronto el castillo. Piensas: «¿Dónde está el castillo?». Y, de pronto, ahí está, erigiéndose orgulloso sobre la colina, y cada vez que lo ves te dices: «Ah, qué bien pensado». Siempre se te pasa por la cabeza cuando lo ves. Es muy cinematográfico.
¿Guardas buen recuerdo de alguna localización, escena o trama en particular?...
Mi recuerdo más bonito trabajando en la serie es caminar por la orilla de la playa con Phyllis Logan de la mano. En primer lugar, porque afianzaba una bonita trama que llevaba cuatro temporadas cocinándose, pero también es un recuerdo personal precioso. Para mí, fue una escena muy bonita. En segundo lugar, lo mejor de rodar esa escena fue ver al equipo técnico teniendo que meterse al agua con los pantalones remangados por las rodillas mientras avanzábamos hacia ellos con las olas salpicándoles por el pecho, y todo intentando no reírme.
ENTREVISTA A RAQUEL CASSIDY...
¿Cómo les va a Baxter y al Sr. Molesley?...
La respuesta corta es que no se están comunicando demasiado bien. Se enamoró del hombre que era antes de ser guionista, pero ese carácter se ha disipado al ponerse a escribir. La profesión se le está haciendo cuesta arriba. Es un hombre torturado, pero ella solo anhela que sean felices. Es una mujer que ya tomó un camino equivocado en el pasado y que ha tenido la oportunidad de enmendarse, así que sabe perfectamente lo valioso que es tener lo necesario para vivir y ser feliz. Nunca pensó que encontraría esta clase de felicidad. Y claro, cree que el hombre al que ama no sabe cómo ser feliz. Es descorazonador, porque no sabe cómo franquear esa distancia.
¿Cómo se siente Baxter respecto a la nueva profesión de Molesley?...
Le genera sentimientos encontrados, porque está claro que a él le emociona mucho. Tienen un gran cartel de su primera película en el salón. Y ya ha hecho otra película más. Le va bien, pero es como si no fuera capaz de disfrutarlo, como si solo sufriera el proceso. En cierto modo, ella estaría dispuesta a renunciar a todo eso si él fuera capaz de aceptarlo. Es un arma de doble filo, pero ella le ha prometido ser su compañera y no piensa abandonarlo. Lo que pasa es que no sabe cómo sacarlo del hoyo.
¿Qué le parece que Molesley vuelva a ser sirviente y qué le motiva a hacerlo?...
Baxter opina que si lo hace para ayudar, estupendo, que podría ser incluso divertido, pero sabe que no lo hace por eso. Molesley mira con desdén al servicio, lo cual es insultante, teniendo en cuenta qué tampoco es que haya tenido tanto éxito. Lo que tengo claro es que si ella fuera capaz de salvar a Molesley de sí mismo, desde luego que lo haría, porque él es muy dado a humillarse para entretener a todo el mundo, y eso no es algo que Baxter le desee.
¿Qué cualidades ve Baxter en él?...
Es un buen hombre. Tiene un gran sentido de la justicia y de lo que está bien y está mal. Es amable. Se preocupa por la gente. A ver, él fue quien la salvó. Sin él, es probable que ella no hubiera hecho lo correcto atreviéndose a hablar con Cora. No habría sido capaz de hacerlo y, por tanto, no seguiría en la casa. Es su salvador. Es una persona bien intencionada y con mucho talento. Sabe escribir guiones preciosos llenos de momentos de amor y redención. La lista es infinita. Lo cierto es que es un hombre excepcional.
De la familia, con quien más relación tiene Baxter es con Cora. ¿Qué tal lleva Cora el divorcio de su hija?...
Cora está devastada por lo que está viviendo su hija. No come ni duerme. Es una situación terrible para ella. La sociedad la ha dado de lado totalmente, y eso es lo que peor lleva. Que la sociedad le dé la espalda es la peor pesadilla de Cora para su hija. Y Baxter trata desesperadamente de ayudarla.
¿Cómo ha sido ver incorporarse a todos los nuevos actores y el reparto que los interpreta?...
Contamos con nombres y personalidades increíbles en esta película, como Simon Russell Beale y Paul Giamatti, a quienes no había tenido el placer de conocer en persona. Luego contábamos con actores y actrices que vinieron para uno o dos días, como Lucy Black, que ha interpretado a un personaje fabuloso. Nunca ha habido mejor ejemplo que esta película de que no hay papel demasiado insignificante. Siempre enriquece la experiencia que se unan nuevas caras al reparto, porque aportan una energía novedosa.
¿Qué pensaste al leer el guion, sabiendo que era el último?...
Estoy como que no quiero creérmelo. No creo que vaya a ser la última película. Creo que nos quedan por hacer... ¡al menos seis! Es muy triste. La gente ha alzado la voz y ha dicho cosas increíbles en su favor, lo que ha sido muy conmovedor. Estoy enormemente agradecida de haber formado parte de todo esto. Todos damos cosas por hecho en determinadas ocasiones, así que muchas veces tienes que recordarte que Downton Abbey es todo un fenómeno. Me gusta honrar eso.
ENTREVISTA A BRENDAN COYLE...
El Sr. Bates ya lleva mucho tiempo siendo ayudante de cámara de Lord Grantham. ¿Qué opina de que Robert le pase el testigo de todo a Lady Mary?...
Apoya a Lord Grantham y entiende que Robert haya aceptado que es el momento de pasar página. Hay una escena muy emotiva entre ellos en la que Bates le dice a Lord Grantham que es un honor servir de ayuda de cámara y de mayordomo en la casa de los Grantham. Se respira un ambiente de despedida a algo o alguien por parte de todos los personajes.
¿En qué situación nos encontramos a Anna y Bates en esta película?...
Están muy felices y esperando un segundo hijo. La vida les sonríe, pero, de nuevo, se percibe cada vez con más claridad que estos personajes están despidiéndose de algo. Estamos diciendo adiós a Downton Abbey, pero al menos nos trasladamos a la casa de la difunta condesa viuda, así que estaremos juntos.
¿Crees que esta pareja ya solo tiene cosas buenas por delante?...
Han tenido sin duda sus momentos difíciles a lo largo de los años, pero el público los adora y queríamos que tuvieran un final feliz. Los espectadores siempre han conectado mucho con Bates y Anna y han querido lo mejor para ellos, así que esperemos que los malos tiempos sean cosa del pasado.
Se percibe que las diferencias entre clases se están desdibujando. ¿Qué opina el Sr. Bates al respecto?...
Bates es una persona muy circunspecta y nunca se sabe lo que piensa. No deja entrever gran cosa. Es muy leal a Robert; le salvó la vida en la Guerra de los Bóer. A su vez, Robert le salva la vida a Bates dándole un empleo y asegurándose de que no le falte de nada. Hay mucho afecto entre la servidumbre y la familia. Eso es algo que ha estado presente desde el principio, pero el cambio social es inevitable y nada puede detener eso. A la aristocracia le cuesta cada vez más contar con personal para estas grandes casas y están teniendo que vender muchas propiedades para ir subsistiendo.
¿Cómo ha sido volver a trabajar con Simon Curtis al mando?...
Es fantástico retomar el contacto con Simon; es un profesional muy respetado en la industria y en la familia de Downton Abbey. Es un director de actores con mucha experiencia en el teatro, así que entiende a la perfección a los actores y los guiones, y la gente lo adora; es un auténtico placer trabajar con él.
¿Qué tiene el guion que hace que el universo de Downton sea tan adictivo para el público y los fans?...
Julian tiene una mente extraordinaria y es un gran pensador y orador. Además, es brillante escribiendo personajes y tramas. El modo en que entrelaza múltiples tramas para diversos personajes es fascinante. Es un creativo maravilloso.
¿Cuál fue tu primera escena de Downton Abbey y con quién actuabas?...
Recuerdo muy bien mi primer día porque fue en Highclere Castle, aunque no fuese una gran escena. No era especialmente exigente para mí desde el punto de vista emocional, pero era la primera vez que encarnaba al personaje delante de las cámaras. Todos estábamos tratando de encontrar nuestro camino en esta serie y nuestra situación en ella. Mi escena era en la biblioteca de Highclere, con Hugh. No recuerdo lo que tenía que decir, pero sí que recuerdo preguntarme si estaba suficientemente erguido y si estaba pronunciando todo como es debido. Recuerdo sentirme abrumado por todas estas ideas agobiantes e intentar empaparme de la grandeza del entorno.
¿Recuerdas cómo te sentiste la primera vez que viste Highclere Castle?...
Había visto las imágenes del departamento del arte cuando se estaban preparando para el rodaje. Recuerdo ver fotos de los interiores y los exteriores, pero nada te prepara para esa primera vez que cuando te aproximas al castillo. Cruzas esas puertas y es un camino lleno de curvas hasta que lo ves aparecer. Es un edificio impresionante que se convierte en un personaje muy significativo desde el comienzo de la serie hasta la última película.
¿Te imaginabas cuánto fervor despertaría Downton Abbey, cuánto tiempo más duraría o el impacto que tendría en tu vida?...
Creo que nadie se habría podido hacer idea del impacto que iba a tener por aquel entonces. Cuando empiezas a rodar algo, nunca sabes cómo va a conectar con el público ni si va a tener realmente fans. Lo que sí sabíamos es que era un buen guion con personajes fabulosos. Maggie Smith formaba parte del reparto, así que esperábamos que a la gente le gustara tanto como a nosotros, pero no teníamos ninguna certeza.
En todo el tiempo que has trabajado en Downton, ¿cuál te parece la trama más memorable o cuál te ha dejado mejor recuerdo?...
Para mí, la trama más significativa ha sido el desarrollo del romance entre Bates y Anna. Estaba muy bien escrito, con mucha mesura; es una historia de las de antes y romántica, y llevó su tiempo. Fue un proceso muy delicado al que el público respondió muy bien. Mi amistad y relación profesional con Joanne Froggatt (Anna) ha sido fantástica. Nos entendemos totalmente como actores y sabíamos lo que queríamos conseguir y crear. Me encantaban los pequeños detalles. Tuvimos una trama muy pronto en la serie, cuando su romance era solo incipiente. Anna se ponía enferma y Bates le llevaba una bandeja con unas flores y un té, aunque estaba prohibido pasar al cuarto donde dormían las mujeres. Todo muy clandestino en el nombre del amor. En esa escena se juegan mucho.
ENTREVISTA A MICHELLE DOCKERY...
¿En qué situación nos encontramos a Lady Mary al comienzo de la película?...
Al empezar la película, está a punto de dejar de ser Lady Mary Talbot. Está separada y lista para divorciarse oficialmente. A pesar de ello, se encuentra bien. En la última película se pudo ver el comienzo de un cambio de guardia. La muerte de Violet supuso el final de una era. Robert está asumiendo esa realidad. Se ha hablado mucho de que Mary se va a hacer cargo de todo, pero no de dar el paso de verdad. Todos siguen afligidos por la muerte de Violet, y Robert se resiste a ceder el testigo. Ha sido una transición suave, pero esta película trata sobre el cambio.
¿Está Mary lista para ello?...
El divorcio ha abierto un nuevo capítulo en su vida. Es intimidante, pero está lista para embarcarse en algo nuevo. Ha aprendido de los mejores, de quienes la rodean, recibiendo un gran apoyo de Tom Branson, y todos ven que está preparada. Para Robert, ha llegado el momento de dejarlo. Ella es muy independiente y tiene fuerza para superar cualquier obstáculo que se le presente.
¿Qué supone ser una mujer divorciada? ¿Cómo notamos ese impacto en Mary?...
Tiene un impacto enorme. En esa época, se condenaba a las mujeres al ostracismo. Subestimé mucho eso cuando leí el guion por primera vez. No me podía creer que esa fuera la actitud que la gente tenía por aquel entonces hacia las mujeres divorciadas. Es un gran impacto cómo tratan a Mary. Ella suele ser la reina de la fiesta y tiene un gran estatus en esos círculos, así que lo que ocurre supone todo un terremoto. Como mujer de hoy, no comprendes cómo podía ser esa la actitud hacia ella. Tuvimos que aceptar eso y servirnos de todo lo que se pone en juego. El resultado es genial porque sitúa a Mary en un camino en el que tiene que mantener la cabeza alta cuando la expulsan de las fiestas, y a partir de ahí se tiene que recomponer. Su familia la ayuda a gestionar ese comportamiento de la sociedad. Resulta muy interesante.
¿Cómo lleva Mary la ausencia de Violet?...
Su abuela la preparó bien. Mary es sensible, pero no lo demuestra. Ha sido educada para no mostrar sus sentimientos, para no ser tan transparente. Así que la vida continúa para ella, aunque se muestra sensible con su padre por el proceso de cambio que atraviesan. Pero ella, como siempre hacen los británicos, tira para adelante. Solo quiere dar continuidad al legado. Pero, a la vez, Mary forma parte de una nueva generación, y en esta película vemos cómo esa generación más joven da la bienvenida a los cambios, y la actitud de Mary respecto al estatus y la jerarquía dentro de la casa es ligeramente diferente. Hay una escena maravillosa al final en la que invita a Thomas a la sala de dibujo porque ya no trabaja en Downton Abbey, sino que es el mánager de Guy Dexter. Aunque, por supuesto, todos sabemos que tienen una relación amorosa, lo cual es genial. Mary lo invita arriba porque... ¿qué pega puede haber? Ya no trabaja para la familia. Ese gesto es bastante inusual. No creo que pasara con mucha frecuencia. Son cambios muy importantes para que el público vea que el tiempo pasa y las cosas cambian.
Sambrook es una nueva y misteriosa figura en la vida de Mary. ¿Cuál es la primera impresión que tiene de él?...
Cuando conocemos a Sambrook, a Mary la acaban de expulsar del baile de Lady Petersfield, así que se siente muy vulnerable, y se encuentra pasando una noche tranquila en la casa de Londres, esperando a que llegue su tío Harold. No se espera que aparezca Sambrook. Le atrae mucho y, como se siente vulnerable, se comporta de forma un poco arriesgada. Él la anima con esa actitud neoyorquina de «¿Te vas a divorciar? ¿Y qué? Celebrémoslo. Es un nuevo comienzo, una nueva etapa de tu vida». Aparece en la vida de Mary justo en el momento en que ella necesita dejarse ir y pasárselo un poquito bien. Es genial ver que Mary siente esa chispa con alguien. Sambrook es misterioso y tiene algo difícil de definir. A Mary le gustan los chicos malos, aunque no quiera admitirlo. Creo que disfruta estando con alguien menos formal, alguien diferente a su círculo aristocrático.
¿Cómo ha sido contar con Noel Coward como personaje en la película?...
La referencia a Vidas privadas es brillante. La vi hace poco en el Teatro Donmar, con Laura Carmichael en su reparto. Cuando leímos el guion de Julian, las referencias a esa obra eran interesantes porque se sugiere que la idea para Vidas privadas nace del divorcio de Lady Mary. Es un gran detalle. Creo que el público va a disfrutar con eso. Coward, como Sambrook y Guy Dexter, aporta una energía diferente y una actitud más relajada hacia la gente y sus decisiones.
¿Cómo es la relación entre Lady Mary y Lady Edith en esta película?...
Edith y Mary han madurado, desde luego. En las dos películas anteriores vimos que habían crecido. Ya no viven en Downton, y pasar tiempo separadas probablemente ayuda. Siempre se han querido mucho, pero ha habido épocas en las que no llevaban demasiado bien. Ahora las dos son diferentes, y se llevan mucho mejor. Vemos a Edith ayudando a Mary a capear esta época difícil. Como en cualquier familia cuando las cosas van mal, la familia está ahí para apoyar. Edith da un paso adelante y ayuda a Mary. Me encanta la relación que tienen, y me encanta que todavía se lancen pullas y se chinchen.
¿Cómo ha sido trabajar con Laura en lo que podría ser la última vez?...
Pasamos tanto tiempo juntas en nuestra vida privada que no parece un adiós. Nos lo hemos pasado genial. Han sido 14 años; hemos crecido juntas. Ambas éramos veinteañeras cuando empezamos Downton. Nos ha dado muchísimas alegrías. Somos como hermanas, nos hemos apoyado mutuamente. Ha sido muy importante en esta película, especialmente porque sabemos que es la última, saborear cada segundo. Fui muy consciente cada día que fui a trabajar, y quise empaparme de todo ello.
¿Con qué momento te quedarías de esta película o de todo Downton Abbey?...
Ha habido tantos momentos a lo largo de los años... En esta película, fue muy especial estar todos juntos cuando rodamos en Harrogate, haciendo las escenas de Ascot y de la Feria del Condado. Tanto la familia como el servicio salen en la escena, y es una ocasión para estar todos juntos. A algunas personas, como Jim, no las he visto tanto en esta película porque Carson y Mary no interactúan tanto. Pero ha habido cientos de buenos momentos a lo largo de los años. Mientras hacíamos la última lectura del guion, todos nos acordábamos de la primera. Recuerdo que llegaba un poco tarde y pensaba que me iba a traer problemas, pero nadie se dio cuenta porque al principio todos estaban presentándose y conociéndose. Me senté al lado de Maggie, y yo estaba aterrorizada, pero fue un encanto conmigo. Siempre nos trató genial a Laura, a Jess [Brown Findlay] y a mí, como si fuéramos sus nietas. Cuando pienso en aquella época y en dónde estamos ahora, veo que ha sido un viaje increíble para todos.
En la película ya estamos en los años 30. ¿Cómo ha cambiado el vestuario de Mary?...
Anna Robbins, nuestra extraordinaria diseñadora de vestuario, tuvo licencia para meterse un poco más en los años 30 de modo que quedara patente el cambio. Las formas son ligeramente diferentes. Las cinturas son más altas, con largos un poco más arriesgados y mostrando un poquito más de tobillo. Me encanta que esta vez los colores de Mary hayan cambiado ligeramente. De hecho, ella y Edith se los han intercambiado. Mary lleva tonos más rosas, un poco más vulnerables. En cada temporada o película, Anna Robbins se supera, y este año es el mejor, especialmente en Ascot. Todo el mundo tiene un aspecto maravilloso, y los sombreros son alucinantes. Ver todos esos vestidos y trajes juntos era como mirar un cuadro. El vestido rojo de Mary para el baile de Lady Petersfield es espectacular. Desde el primer boceto hasta el toque final con las joyas, fue increíble ser testigo del proceso creativo, porque pude estar con Anna desde el principio y ver cómo empieza y cómo termina. A veces los vestidos cambian; sin embargo, con ese, Anna tenía una visión muy clara de cómo sería. Para Mary es un momento de sentirse como una reina. Tiene su toque cliché que vaya con un vestido rojo y que se vaya a descubrir que está divorciada. Pero Anna contaba con permiso para sobrepasar un poco ese límite. La paleta de colores funciona maravillosamente con Cora y Edith; Cora en azul aciano, y Edith en azul y rojo. El conjunto queda precioso.
¿Hay algo de Downton Abbey que querrías llevarte a casa?...
El tesoro que tengo de Downton es el perrito de peluche que Mary le da a Matthew en la estación de tren en la segunda temporada. Donal, nuestro gran diseñador de producción, me lo dio. Lo divertido es que tengo un perro de caza tipo lurcher que es exactamente igual a ese muñeco. Casi parece que Julian pudo ver que iba a tener un perro así en el futuro, igual que el que Mary le entrega a Matthew. Es alucinante. Lo guardo con mucho cariño, es muy especial.
También tenemos personajes que regresan, como Harold. ¿Cómo ha sido tener a Paul Giamatti de vuelta?...
Ha sido fantástico. Lo pasamos muy bien durante la cuarta temporada con Paul y Shirley MacLaine, así que tenerlo de vuelta ha estado genial. Me encanta Harold, y me encanta que siempre decepcione un poco a Cora. Siempre viene anunciando que hay algún problema. Sambrook y él aportan una energía estadounidense diferente, un poco más adelantada que la de los británicos. Ven las cosas de forma un poco diferente. Son más relajados. Traer esa energía es emocionante y fantástico para nosotros, que estamos en un entorno bastante formal. Paul es un actor brillante y muy generoso. Me ha encantado su regreso.
¿Qué nos puedes contar de Joely Richardson y el resto de actores invitados?...
Adoro a Joely. Es un auténtico honor trabajar con ella. Aunque nuestra escena juntas es corta, me encantó hacerla. Luego está Simon Russell Beale, de quien nos hemos enamorado todos. Lo adoramos. Es divertido cuando alguien viene a interpretar un personaje desagradable al que nadie quiere. Según llegó, Simon encajó a la perfección en la familia, y disfrutamos mucho del tiempo que estuvimos con él en Harrogate. Es muy divertido, y creo que nos brindó la misma energía que Maggie aportaba. Esas discusiones entre Violet e Isobel. Simon Russell Beale aportó esa chispa que ellas siempre tenían.
¿Cómo ha sido trabajar de nuevo con Simon?...
Me encanta trabajar con Simon Curtis. Es de la familia, por supuesto, porque está casado con Elizabeth McGovern. Es parte de la familia Downton desde hace muchos años. Como ha dirigido las dos películas anteriores, nos comunicamos a la perfección con él. Aporta una visión que va más allá de lo que aparece en las páginas del guion y es un gran director. Creo que Simon saca lo mejor de los actores, y que hace sugerencias sorprendentes. Tiene una energía liviana y es muy divertido.
Si pudieras volver atrás e interpretar otro personaje, ¿cuál sería?...
Thomas. Sí, porque ha tenido el mejor viaje, de principio a fin. Ha tenido sus altibajos. Es un personaje brillante, tridimensional. Todos los personajes lo son, pero Thomas tiene algo, está muy bien escrito, y me encanta cómo lo interpreta Rob.
Última pregunta: ¿cómo vas a despedirte de Mary?...
No creo que vaya a decirle adiós a Mary o a Downton. Mary siempre será parte de mí, igual que Downton Abbey en conjunto. Somos una familia y, por lo tanto, para nosotros nunca acabará.
ENTREVISTA A KEVIN DOYLE...
¿Qué tal Molesley en su nuevo empleo?...
No muy bien. Molesley ha tenido una carrera profesional rara. Ha pasado de ser mayordomo a lacayo, luego ha sido maestro, y ahora es guionista de cine. Y nada de eso era de prever. Disfruta de su nuevo estilo de vida, pero creo que empieza a notar la enorme presión que tiene. Quiere dar lo mejor de sí, pero sus películas han empezado a no ir bien. Se exige mucho y eso hace que se muestre irascible. A la nueva Sra. Molesley le está costando vivir con él.
¿Está muy emocionado Molesley por conocer a Noel Coward?...
Estoy intentando dar con un equivalente actual a Noel Coward. Quizá sea un poco exagerado, pero es como si Taylor Swift fuera a Downton. Casi tanto como eso. Es superfamoso y todo el mundo, no solo el servicio, está emocionadísimo con que vaya a venir. Arty [Froushan] lo interpreta maravillosamente, evoca todo ese carisma.
¿Cómo va la relación entre Molesley y Baxter?...
La relación de Molesley con su mujer es bastante complicada. Esta nueva etapa le ha traído recompensas fantásticas. Tienen una casa maravillosa, un coche estupendo y no tienen problemas de dinero, cosa que nunca les había ocurrido antes. Sin embargo, la Sra. Baxter quiere seguir siendo doncella y, a pesar de que él le dice «Podemos permitirnos que no trabajes», ella quiere seguir con su carrera profesional. Hay mucha presión y mucha ansiedad por seguir sacando trabajo adelante. Supongo que, en el fondo, no es feliz, y creo que eso queda claro un par de veces durante la película. La Sra. Baxter es feliz si él es feliz, pero está empezando a darse cuenta de que, a pesar de la estupenda nueva vida que él puede ofrecerle, la situación no es sostenible. Hay un aspecto muy importante sobre esto: los hombres se veían a sí mismos como los proveedores, y él quería ser capaz de proveer antes de comenzar una relación con ella. Ahora puede proveer, ofrecerle una casa bonita y una buena vida, pero es eso precisamente lo que los pone en dificultades durante la película.
Uno de los grandes temas de la película es el de dejar paso a la siguiente generación. ¿Qué siente Molesley al respecto?...
Cree que es algo bueno. Uno de los grandes temas del trabajo de Julian en Downton ha sido el de ceder el cetro, y los cambios que tuvieron lugar en la sociedad como consecuencia de la Primera Guerra Mundial. Cambios como el voto femenino y las aspiraciones de la gente que no esperaban otra cosa más que vivir como sus padres y madres habían vivido. De pronto, el mundo les ofrecía nuevas oportunidades, y eso es algo que la mayoría de los personajes han experimentado. Especialmente personajes femeninos como Lady Edith, Daisy y Lady Mary; todas han vivido cambios profundos e inesperados en sus vidas, y ha sido para bien.
¿Qué nos puedes contar de los nuevos personajes y los actores que los interpretan?...
Lo maravilloso de la familia Downton es que siempre se nos ha dado bien dar la bienvenida a gente nueva. Que entre sangre nueva siempre ha sido muy importante para la producción. Especialmente para las películas; la energía que aportan esos personajes es muy importante y especial. Por lo visto, a lo largo de las seis temporadas y las tres películas, han pasado por aquí unos 250 intérpretes. Habrán hecho una escena, un episodio, una temporada o una película, pero todos han aportado algo maravilloso. Lo que hemos conseguido no es solo fruto del actual reparto, sino también de todos esos intérpretes que han contribuido, cada cual a su manera. Hay que reconocer lo importante que ha sido su trabajo para el éxito de Downton.
¿Cómo te sentiste al leer el guion sabiendo que Downton termina, que este es el final?...
Fue muy emotivo, y estaba muy intrigado por saber cómo iba a acabar. Resulta emocionante el cambio de mando, tanto escaleras abajo como escaleras arriba. Supongo que, según te vas haciendo mayor, vas aceptando la muerte un poco más, y eres más consciente de los comienzos y los finales. Eso ha sido una parte muy importante de Downton: no estancarnos, sino evolucionar constantemente. Julian siempre nos sorprende con sus ideas.
¿Recuerdas tu primer día de rodaje?...
Fue una escena con el Sr. Bates. Yo me quejaba de que mi nuevo señor, Matthew, no se sentía cómodo con tener un mayordomo/ayuda de cámara, y que me estaba dejando de lado. Era una escena preciosa y mostraba un interesante punto de vista sobre el servicio. Recuerdo que también la hice en el casting. Mostraba a un hombre que sentía que su papel en la vida estaba siendo, no tanto ridiculizado, pero sí silenciosamente menospreciado, lo que resulta penoso. Disfruté mucho haciendo esa escena, en la que Molesley sentía que no había sitio para él, que su señor creía que sobraba, con lo humillante que era eso. Por supuesto, Julian se las apañó para darle la vuelta de forma brillante. Me habían dicho que el personaje de Molesley iba a estar solamente unos pocos episodios, pero decidieron mantenerlo, cosa que me alegró mucho.
¿Recuerdas la primera vez que viste Highclere Castle?...
Sí, fue un momento mágico. Creo que todo el que va allí tiene la misma reacción: «Guau, ¿de dónde ha salido esto?». Es un lugar increíble, y es un lugar maravilloso también para pasear, no solo por la casa, también por los jardines y la propiedad. El camino hasta el castillo es una maravilla. Cuando te desvías de la carretera principal y entras en la propiedad, tardas muchísimo en ver la casa; hay un pequeño camino con muchas curvas hasta que, finalmente, de pronto aparece ante ti y sientes como si un coro empezara a cantar. Es un lugar espectacular.
Una vez que te diste cuenta de que tu personaje permanecería en la serie, ¿te imaginabas cuánto tiempo más duraría o lo que Downton supondría para ti?...
No creo que nadie supiera cuánto iba a durar la serie o lo exitosa que iba a ser. Todo el mundo pensaba, al ver el reparto, que despertaría el interés de la gente, que sería algo bonito de ver un domingo por la noche. Tengo entendido que a Julian y a los productores les gustaba la idea de que fueran tres temporadas: antes, durante y después de la Primera Guerra Mundial, y que con eso terminaría y ya está. El extraordinario éxito de la serie pilló a todos por sorpresa. En los siguientes años se convirtió en algo muy muy singular tener este éxito sin precedentes en nuestras manos. Hay que recordar que hay personas en esta producción para las que este fue su primer trabajo, y nadie podía explicar semejante éxito, ni que fuera así todo el tiempo. De pronto todo el planeta hablaba de Downton Abbey, y no doy con un precedente británico que haya conquistado así el mundo entero. Han sido unos años extraordinarios.
¿Hay alguna trama o escena de la que tengas un recuerdo especialmente bueno?...
Mi escena favorita fue cuando el Sr. Molesley recibió la noticia de que le ofrecían el puesto de maestro de escuela. No pude evitar emocionarme porque fue de lo más inesperado. Su vida había sufrido todo tipo de giros extraños, y de pronto se veía reconocido, en lugar de seguir siendo un hombre invisible que trabaja escaleras abajo. Me hizo reflexionar sobre el talento desaprovechado. Hay mucha gente como ellos, personajes como Daisy, miles y miles y miles de personas cuyas aspiraciones y posibles futuros se han visto frustrados. Nunca se les permitió brillar, aunque tuvieran talento. No me quiero poner trascendental, pero me resultó muy emotivo poder personificar eso, que Molesley tuviera la oportunidad de ver reconocido su talento. Eso es lo que destaco.
ENTREVISTA A PAUL GIAMATTI...
¿Cómo ha sido regresar a Downton Abbey?...
Ha sido maravilloso. Tenía ganas, y me puso muy contento que me pidieran hacer la película porque me encantó trabajar en la serie hace unos 11 años. Ha pasado mucho tiempo.
¿Cómo fueron esas conversaciones iniciales, cuando te pidieron volver?...
Me enviaron el guion para que lo leyera. Yo ya sabía qué personaje era y su lugar en la historia, pero esta vez es un poco diferente. Se muestra menos distante y sarcástico que la primera vez, cosa que me gusta. Tenía escenas divertidas y Harold es un gran personaje, así que la decisión estaba tomada. No me tuvieron que convencer.
¿Cuáles fueron tus primeras impresiones del guion de Julian?...
La primera vez que leí el episodio que hice para la serie, no sabía qué demonios ocurría en muchos momentos, pero no fue un problema. Funcionaba para Harold, que tampoco sabía muy bien qué pasaba buena parte del tiempo. El guion, ya fueras fan o no, era muy interesante. La película tiene algo que engancha mucho, y ata muchos cabos sueltos. Esta entrega tiene algo realmente atrayente, y cuando hicimos la lectura, el resultado fue brillante.
¿Cómo ha sido trabajar con Simon Curtis? ¿Qué ha aportado a la película con su dirección?...
Ha sido interesante trabajar con él porque lo conozco desde hace más de 30 años. Y conozco a su mujer, Elizabeth McGovern, desde hace más, quizá. Siempre he querido trabajar con él. Ha sido divertido trabajar con alguien que conoces desde hace tanto tiempo, y de pronto verlo de otro modo, todo serio y como director. Ha sido perfecto porque es muy directo y claro. Sabe lo que quiere y, para mí eso es genial. Tener a alguien con confianza, que sabe lo que hace y puede comunicar lo que quiere, es algo genial, simple y llanamente. Probablemente ayudó que nos conozcamos desde hace tanto; hemos contado con esa facilidad.
¿En qué ha cambiado Harold desde la última vez que lo vimos, y cómo encaja en la nueva trama?...
Como la primera vez, Harold aparece de nuevo porque hay problemas económicos, aunque eso no lo cuenta de primeras. En la serie, Harold estaba huyendo de un terrible escándalo financiero que ocurrió realmente en Estados Unidos, conocido como el escándalo de Teapot Dome. Esta vez la ha pifiado y ha perdido mucho dinero de la familia porque no es un buen hombre de negocios. Tenía la herencia de su madre y ha jugado con ese dinero, pero no sabe lo que hace. Le gusta pensar que es un gran hombre de negocios, aunque lo cierto es que ha vuelto a meter la pata. Así que llega a Downton con un amigo llamado Gus Sambrook, en quien confía plenamente. Harold cree que Sambrook es un genio de las finanzas. Harold es ingenuo y crédulo, pero también resulta adorable, y creo que esto sale más a relucir en esta película. Aunque no era un tipo desagradable la primera vez que lo interpreté, hay algo dulce en su carácter, y te da lástima por lo que se le viene encima.
¿Cómo lo reciben en Downton?...
En cuanto lo ve llegar a Downton, Cora comprende de inmediato que algo no va bien. Lo conoce tan bien que sabe que pasa algo, y su instinto no suele fallar. Quiere mucho a su hermano y se preocupa por él. Creo que lo tiene en buena consideración. En determinado momento, dice que ponerlo a cargo del dinero había sido como «poner a un alcohólico a cargo de un bar». Es el tipo de hombre al que tienes que aguantar. Aun así, ella se alegra de verlo.
Downton Abbey está impregnada de sensibilidad británica. ¿Vemos a Harold reaccionar ante el choque cultural con la sociedad británica?...
Creo que parte del motivo de tener a estadounidenses en esta producción es para mostrar las diferencias entre ambas culturas. Subraya que el mundo de Downton es el pasado, y que viene un mundo diferente, el futuro. De alguna forma, los estadounidenses representan este mundo futuro, especialmente los tipos como Sambrook. El crac bursátil del 29 ya ha ocurrido cuando la película empieza, y todo el mundo está en apuros económicos. Este futuro nuevo que viene está representado por Estados Unidos. No todo son malos augurios, y algunos de los momentos más cómicos vienen de estos estadounidenses que no saben qué diantres pasa a su alrededor, todo les deja perplejos y también les provoca desdén.
¿Cuál es el legado de Downton Abbey en Estados Unidos?...
Los dramas británicos y otras series siempre han funcionado bien allí, pero llevábamos un tiempo sin ver algo de la talla de Downton Abbey, tan bien hecha y tan bonita.
Las producciones de época tienden a perdurar en el recuerdo de la gente y generar gran impacto porque se vuelven atemporales. Todavía puedes ver algo de cuando yo era pequeño, como Arriba y abajo y que te parezca estupenda. La grandiosidad de Downton Abbey, con sus localizaciones increíbles y todas las mansiones que se han mostrado a lo largo de la serie, hace que todos nos enamoremos de los dramas de época.
¿Cómo ha sido llevar ese vestuario increíble? ¿Ayuda con el proceso de convertirse en el personaje?...
Me encantan los dramas de época y trato de participar en producciones así siempre que tengo la oportunidad, independientemente de qué época sean. Para un actor siempre es divertidísimo ponerse ropa de otra época, te traslada completamente a ese tiempo. Me encanta llevar ese tipo de ropa, y me he puesto trajes estupendos, incluido un frac. Puedes resultar incómodos, pero es muy divertido llevarlos y te dan muchísimo como actor. Las corbatas que estaban de moda en Estados Unidos en aquella época eran muy curiosas, y agradecí mucho que me dejaran desabotonármela en determinado momento porque eran particularmente cortas y pequeñas. Son muy extrañas, y tuvimos que llevar esos pantalones de talle alto que te dan un aspecto tan hilarante. Me gustó mucho poder jugar con ellos un poco.
¿Por qué crees que Downton Abbey es un fenómeno internacional?...
Downton Abbey es todo lo que todo el mundo adora de los británicos en el mejor sentido posible. Es el epítome de lo inglés que a la gente de todo el planeta le encanta. Está llena de ese maravilloso carácter inglés, con su perseverancia frente a las dificultades. Por supuesto, también cuenta con actores maravillosos, el idioma, el vestuario, las localizaciones, las grandes escenas de banquetes, el té de las cinco y ese toque de culebrón que a todos nos gusta. Los espectadores saben que les saca de su realidad cotidiana por un rato y los transporta a otra época.
¿Cuál fue tu primera escena en Downton Abbey?...
La primera escena que rodé en la serie fue cuando llegaba a la casa de Londres con Shirley MacLaine. Estábamos a la entrada de esa increíble casa en Londres mientras el servicio descargaba las maletas y Edith nos recibía. Fue muy divertido y yo llevaba un abrigo enorme con un gran cuello de pieles.
Si tuvieras que elegir un personaje favorito de Downton, ¿cuál sería y por qué?...
Disfruto mucho con el Sr. Moseley, interpretado por Kevin Doyle. Es un gran actor y eso es, en primer lugar, por lo que lo disfruto. Es un personaje maravilloso y original con un desarrollo muy interesante. Cómo cambia, cómo se va volviendo más divertido... Es puro genio cómico. Es muy divertido dónde acaba en la película, y Kevin Doyle lo hace genial.
¿Por qué el público debería ver esta película en pantalla grande?...
Si son fans, van a tener todo lo que les gusta y les encanta de Downton, a gran escala. Si no son fans todavía, es una historia muy interesante, hermosamente filmada y con mucho humor, localizaciones impresionantes y un vestuario increíble.
GALERÍA DE FOTOS
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