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SINOPSIS
El grupo colegial a capela Las Barden Bellas, entra en un concurso internacional en el que ningún equipo americano ha ganado jamás...
INTÉRPRETES
ANNA KENDRICK, ELIZABETH BANKS, KATEY SAGAL, HAILEE STEINFELD, REBEL WILSON, ALEXIS KNAPP, BRITTANY SNOW, ANNA CAMP, SKYLAR ASTIN, HANA MAE LEE, DAM DeVINE
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En 2012, cuando la pareja de productores y en la vida real formada por Elizabeth Banks y Max Handelman se unieron a Paul Brooks, de Gold Circle Films, para llevar 'Dando la nota' a la gran pantalla, nada les hacía pensar que las divertidas y hasta entonces desconocidas excentricidades del mundo del canto acapella universitario encenderían semejante fervor en el público. Gracias a una música pegadiza, diálogos muy divertidos y reseñables y un infinito descaro, la película se convirtió un icono de la cultura popular. Es más, alcanzó tal popularidad que la banda sonora se colocó a la cabeza de las ventas de 2013 y es la segunda más vendida de toda la década.
Paul Brooks, un experimentado productor que vivió en primera persona fenómenos como 'Mi gran boda griega', se quedó atónito ante el inesperado éxito de 'Dando la nota': "La película funcionó muy bien en cines, pero lo más curioso fue que el mundo entero la descubrió con el lanzamiento en DVD y VOD. Los resultados fueron increíbles, familias enteras y la gente más dispar se enganchó. Hubo seguidores realmente inesperados. "Nos mandaron un correo electrónico desde uno de los mayores portaviones de la Marina estadounidense diciendo que toda la tripulación la veía una y otra vez", añade el productor. "Desde la Marina a equipos de fútbol, daba igual, todos se enamoraban de la película. Era muy gratificante, pero no podíamos tomarnos la secuela a la ligera debido a las expectativas".
Elizabeth Banks explica lo que le atrajo del primer proyecto dirigido por Jason Moore y escrito por Kay Cannon: "En primer lugar, me gustó mucho que fuera una historia de mujeres asombrosas, interesantes y realmente divertidas. Además, es una historia de unas supuestas perdedoras, pero está llena de alegría".
Después del éxito de la primera película, era lógico plantearse la posibilidad de una secuela, y Elizabeth Banks estaba convencida de que el mundo del canto acapella tenía muchas más historias por descubrir: "'Dando la nota, aún más alto' nos permite dedicar más tiempo a los personajes y contar quiénes son. Me gustó la idea de volver a pensar en las Bellas tres años después y describir qué les había pasado desde que las dejamos. La primera película era su primer año en la Universidad, acababan de conocerse, era el comienzo de su amistad, y ahora están a punto de acabar los estudios y de ir cada una por su lado. Dejar el nido siempre es una situación estresante. Nos apetecía explorar la idea del legado, las amigas que permanecen, las personas que se quedan atrás. Ha llegado la hora de pasar de Barden Bellas a las Bellas en la vida real".
Cuando llegó la hora de preparar el siguiente capítulo, Elizabeth Banks no tuvo más remedio que pasar detrás de la cámara y dirigirlo, pero no fue una decisión fácil.
"Produje la primera película y estaba cada día en el plató", recuerda. "Cuando decidimos hacer una segunda entrega, todos esperábamos que Jason volvería para dirigirla, pero la preparación fue más larga de lo previsto y aceptó otra película [Sisters, de Universal]".
Hace bastante que Elizabeth Banks dirige pequeños proyectos y la tarea no la pilló desprevenida. "También soy actriz, por eso no he tenido tiempo suficiente para dirigir un largometraje hasta ahora", explica la realizadora. "Pero ya que había reservado tiempo para ocuparme de la producción de 'Dando la nota, aún más alto' pasase lo que pasase, y me pareció lógico dirigirla también".
Después del tremendo éxito de la primera entrega, Max Handelman sabía que la creación de otro capítulo con las descabelladas protagonistas representaba un enorme reto. "Las Bellas funcionan realmente bien - y los seguidores responden mejor - si lo están pasando mal, si tienen que luchar por algo y, de paso, se apoyan mutuamente", explica. "Ahora bien, la última vez que vimos a las Bellas, habían ganado el campeonato nacional de canto acapella gracias a una formidable actuación. Había que encontrar la forma de que volvieran a ser las perdedoras, aunque todos sabemos que tienen un talento extraordinario. Se nos ocurrió que podían ponerse en ridículo delante del presidente, o sea, hacer el ridículo a escala nacional".
Los productores volvieron a trabajar con la guionista Kay Cannon, una gran conocedora del mundo de las Bellas. Esta vez abandonan la comodidad de la Universidad Barden y se trasladan a Copenhague para enfrentarse a los peores rivales que jamás han conocido. "Quería una competición a escala mundial en la que las Bellas se medirían a unos competidores europeos", dice la directora Elizabeth Banks.
"También queríamos introducir a un par de nuevas Bellas. Hablamos de la posibilidad de que Beca estuviera a punto de irse, dispuesta a empezar un nuevo capítulo, pero sintiéndose responsable por las Bellas. También debía ser un repaso a todo lo que habían conseguido; además, las chicas debían estar guapísimas, y lo están. Las Bellas están más seguras que nunca y la película debía reflejar este sentimiento".
Para Kay Cannon, escribir el guión de una comedia significa una entrega total al trabajo, tal como explica hablando de una escena clave: "Escribir un guión es un proceso. Por ejemplo, tenía claro que las Bellas debían pasar unos días en un refugio en plena naturaleza, así que me documenté acerca de los refugios, qué ofrecen, qué hace la gente que va allí, y me pregunté qué podía añadir a todo eso. Una vez en el plató con los actores, ensayamos la escena e improvisamos a partir de lo que había escrito. Empezó a evolucionar y a cobrar forma a medida que respondían al entorno. Cuando están en el refugio, parece que les sienta fatal tener que pasar por el barro, pero fue el día que las actrices se lo pasaron mejor".
Al igual que la primera película, 'Dando la nota, aún más alto' se rodó en Baton Rouge, Luisiana. No solo la ciudad es el lugar ideal para la Universidad Barden, con la casa Bella, el despacho del decano (de hecho, la antigua mansión del gobernador del estado) y sitios para fiestas, también era perfecta para albergar la discográfica donde trabaja Beca, la competición acapella clandestina (en una mansión de Highland Road) y la sede del Campeonato Mundial, supuestamente en el lejano Copenhague. Tony Corbett, el diseñador de producción y roadie en un concierto de Led Zeppelin, describe la idea básica del campeonato: "Queríamos que el festival mundial al final de la película fuese como un gran festival europeo de música tipo Glastonbury, lgo a esa escala".
Durante el rodaje en junio de 2014, el departamento de casting lanzó una invitación a todos los fans de la primera entrega para que fueran a Highland Park a participar en una filmación nocturna. Los productores, la directora y el resto del equipo esperaban que se presentase mucha gente, pero no tenían ni idea de lo que habían empezado. "Al parecer, cuando rodamos el campeonato mundial, conseguimos reunir a más personas que ninguna otra película rodada en Luisiana", dice el productor Paul Brooks. "Teníamos miles de figurantes en un espacio abierto con un enorme escenario.
Un gran acontecimiento para una pequeña película como la nuestra". Y lo que empezó como un montón de figurantes en un concierto se convirtió en algo mucho mayor. "Está claro que eran figurantes, pero después de la primera canción, se convirtieron en auténtico público; estaban locos por lo que hacían las chicas", sigue diciendo el productor. "Fue muy gratificante y espero que indique lo que sentirán los espectadores por esta película. Era fascinante ver a la gente pasar de 'He venido a trabajar' a 'Me lo paso genial en un superconcierto'. Aplaudían y gritaban sin necesidad de que les indicáramos cuándo hacerlo, era totalmente espontáneo".
Prepárense para un concierto donde las Bellas lo dan todo, pero sepan que los tremendos DSM suben al escenario en primer lugar y que dejan boquiabierto a cualquiera. Birgitte Hjort Sørensen recuerda lo que sintió en el escenario: "Lo más impactante para mí fue rodar el Campeonato Mundial delante de 3.000 espectadores que se volvieron locos. Ojalá se vea que gracias a ellos lo hicimos mucho mejor. Queríamos darles todo lo que teníamos, fue un subidón de adrenalina total. Empezamos a rodar a eso de las 9 o 10 de la noche hasta el amanecer, y esa gente nunca paró, estaban llenos de buena energía y nos llevaron en volandas. Fue asombroso".
El refugio donde Aubrey vuelve a poner a las Bellas en el buen camino se filmó en Campus Groma, un centro de reflexión metodista que disponía de todo lo necesario para que las chicas recuperaran la forma vocal, desde una tirolina, pasando por una pista de obstáculos, a un cojín con truco en el lago.
Para que las chicas recuperasen el auténtico sonido de las Bellas, hubo que hundirlas en el barro y elevarlas por los aires. El diseñador de producción lo explica: "Queríamos crear la sensación de que están en un lugar apartado, en medio del bosque, que pudiera crearles cierta inquietud. Son universitarias y acampar no es lo suyo, prefieren pasar el fin de semana cantando. Buscamos un lugar muy boscoso que ofreciera buenas posibilidades cómicas".
Para filmar la escena en el Kennedy Center, donde las Bellas hacen el mayor ridículo posible, Rebel Wilson se entrenó en una escuela de acrobacias de Los Ángeles.
"Antes de filmar en Baton Rouge, me entrené con Aloysia Gavre, que ha trabajado en varios espectáculos del Cirque du Soleil y sabe mucho de acrobacias aéreas. Fui a una escuela circense donde me entrené tres veces a la semana durante cinco semanas.
Mi parte favorita duraba 40 segundos y se me ocurrió llamarla 'Salto mortal en cruz'. Reconozco que las alturas me dan miedo, pero no le pasa lo mismo a Amy la Gorda. Debía seguir a mi personaje e ir a por todas".
Elizabeth Banks solo tiene elogios para la entrega de Rebel Wilson: "Rebel lo hizo de maravilla, fue una heroína. Nos inspiró a todos con su entrega e hizo mucho más de lo que yo tenía pensado al principio. Me impactó".
Si había alguna duda en cuanto a la fuerza de la música de Dando la nota, basta con fijarse en estas cifras: la canción "Cups" [vaso] de Anna Kendrick ha tenido 180 millones de visionados, cinco millones de descargas y ha sido la inspiración de un sinfín de temas por parte de los seguidores de la película en todo el mundo. Y solo es una canción de la banda sonora superventas.
La fascinante mezcla de números musicales con estilos muy característicos creados para las Bellas, los Treblemakers y sus compañeros cantantes acapella han mejorado en los últimos tres años en los que no les hemos visto.
Max Handelman explica por qué 'Dando la nota, aún más alto' está a otro nivel: "Cuando volvemos a encontrar a las Bellas, están totalmente metidas en las fusiones de Beca y su sonido es mucho más ecléctico. En esta película suena más música electrónica, más hip-hop. Hay una competición clandestina con música country, hip-hop de los noventa y cosas diferentes, incluso una canción original compuesta especialmente para esta entrega. También hay más espectáculo".
Ester Dean se ofrece para dar una explicación del verdadero significado del término acapella: "Cuando se oye canto acapella, se piensa automáticamente que son voces sin música, pero es un error. Acapella significa que se 'deconstruye' la canción y que los instrumentos, el violín, el piano, la batería, sea lo que sea, son reemplazados por sonidos hechos con la boca. Los cantantes acapella son expertos en sonidos, imitan cualquier sonido. Va más allá de la canción porque la boca humana es capaz de hacer mucho más que cualquier instrumento".
Por suerte, para 'Dando la nota, aún más alto', los productores pudieron volver a contratar al director musical y arreglista Ed Boyer, que tiene en su haber las series "Glee" y "The Sing-Off", así como al director musical Deke Sharon, que también fue clave en "The Sing-Off". Elizabeth Banks, que los llama cariñosamente "los padrinos del canto acapella ", habla de su importancia en la película: "Puede decirle que Ed es uno de los ingenieros de la película, como también lo son Deke y Joseph Magee. Ellos son los que nseñan a todos a usar la boca para hacer los sonidos adecuados. Es increíble. No oblamos a nadie. Construimos un estudio con la última tecnología en Baton Rouge para que todos los intérpretes grabaran su parte. Cada actor y actriz tenía su propia pista. Luego hicimos las mezclas y sacamos unos temas alucinantes. Fue mucho trabajo, pero contamos con un gran equipo".
Deke Sharon explica el proceso: "Grabamos toda la música antes del rodaje y, mientras se filma, todos los actores hacen play-back con su propia grabación. Para que quedase bien, tuvieron que sujetar el micro cerca de la boca. Por mucho que girasen, bailasen y se moviesen, el micro debía seguir ahí y debían seguir cantando".
El actor Ben Platt estaba feliz de volver a trabajar con los dos directores musicales: "Deke y Ed son los genios detrás de toda la música acapella de la película.
No solo se les da de maravilla escoger canciones que gustan y que suenan bien cantadas acapella, sino que saben cómo hacerlas mucho más grandes. Cada vez que oigo una canción acapella con sus arreglos, pienso que nunca se me habría ocurrido versionarla de ese modo. Son genios, pero también nos conocen y saben de qué somos capaces. Esta vez han compuesto específicamente para nosotros".
Birgitte Hjort Sørensen también disfrutó trabajando con los dos expertos: "Deke y Ed nos entrenaron para sacar los sonidos adecuados. Sus arreglos son geniales. Idearon métodos fáciles para enseñarnos los sonidos. No soy una cantante acapella y es sumamente difícil dominar la técnica. Lo mejor es lo bien que se lo pasan enseñándonos, se nota que lo llevan en el corazón".
Una de las productoras ejecutivas musicales (y productora discográfica), Julia Michels, dice que el público no solo lo pasará bien con las Bellas y los Treblemakers, sino también con el grupo alemán: "DSM sorprenderá a todo el mundo. Estoy muy orgullosa de lo que hemos conseguido musicalmente con el sonido EDM traducido a canto acapella ".
Después de trabajar con Elizabeth Banks y su equipo en la primera entrega, nadie dudó de que Aakomon "AJ" Jones regresaría para 'Dando la nota, aún más alto' y se ocuparía de la coreografía de cada uno de los números con sus asistentes Kyndra "Binkie" Reevey y Codie Wiggins.
Conocido por coreografiar los bailes de Justin Bieber y Usher, Aakomon Jones decidió basarse en lo que había aprendido de grupos acapella en la primera entrega y multiplicarlo. Pero no es sencillo llevar el mundo acapella universitario a un escenario profesional.
En la primera película, las Bellas empiezan como las perdedoras y van progresando hasta alcanzar la excelencia, pero ahora deben ser las mejores desde el principio. "Los ensayos fueron más duros y más complicados esta vez porque empezamos siendo campeonas nacionales", dice Brittany Snow. "En la entrega anterior empezábamos bien, pero acabábamos a lo grande, había un progreso. Esta vez, todos los números deben ser impecables, fue mucho más complicado".
Más aún, la coreografía también se complicaba debido a la trama. Las Bellas están cada vez más metidas en interpretaciones complicadas y se alejan de sus raíces auténticas, el canto acapella. Y para probarlo, Flo (en este caso la especialista Susan Jackson) es el perfecto ejemplo del nuevo estilo algo demasiado ostentoso de las Bellas cuando cruza varias veces el escenario dando volteretas.
Aakomon Jones habla de las dificultades que debió superar en esta segunda entrega: "Hacía falta subir la coreografía de tono sin tocar la parte acapella; después de todo, lo principal es el canto. Por lo tanto, por muy complicada que fuese la coreografía, debía asegurarme de que los grupos podrían cantar acapella mientras se movían. Estaba a caballo entre pasos que apoyasen la letra y las voces, y pasos que tuvieran una lógica más amplia".
Anna Kendrick es una gran admiradora del coreógrafo: "No hay nadie como AJ. Hace milagros, estaríamos perdidas sin él. Algunas de las chicas bailan de maravilla, pero no es mi caso. Es un genio. Consigue que parezca que personas como yo sabemos lo que hacemos. Nos apoya. Ha trabajado con los más grandes, pero sabe tratara personas que dicen: 'No sé hacer esto', y él contesta: 'Parece difícil, pero vas a hacerlo genial'".
Hablando del coreógrafo jefe, la directora dice: "Además de ser una extraordinaria presencia en el plató, AJ es una persona de gran talento. He tenido la suerte de poder contar con él. Es increíble. Si las Bellas, los DSM y todos los demás grupos están tan bien, se debe en gran parte a su labor".
Lass Bellas tienen un look muy particular, y pasa lo mismo con los DSM. Aakomon Jones explica que necesitó un enfoque diferente para los DSM: "A primera vista, se nota que son la élite. El grupo tiene 18 miembros, y si contratábamos a alguien que medía 1,67 metros, su pareja debía medir exactamente lo mismo, para que todo
fuera absolutamente simétrico desde el principio. Los DSM son complicados. La ropa que llevan [diseñada por Salvador Perez] es monocromática, casi parece un uniforme. Lo mismo ocurre con la coreografía, es precisa y exacta".
Birgitte Hjort Sørensen, que no conocía a Aakomon Jones, no las tenía todas consigo cuando llegó al primer ensayo. "No estaba nada tranquila", recuerda. "Por una parte, sabía quién era AJ y lo que había hecho, y por otra, el baile no es lo mío, pero quería quedar bien. AJ, Codie y Binkie son increíbles creando imágenes. Los tres son capaces de ver una coreografía en sus mentes y de explicarla con sencillez".
El equipo de coreógrafos también trabajó con los seis jugadores de los Green Bay Packers para asegurarse de que sus movimientos serían impecables. Pero el trabajo de Aakomon Jones no se quedó a ras de suelo. Esta vez, lo elevó, literalmente, para la muy especial secuencia de apertura en el Kennedy Center. Rebel Wilson, que tuvo el privilegio de volar, dice: "Antes de que empezara el rodaje, Elizabeth me llamó para preguntarme si estaría dispuesta a hacer alguna acrobacia aérea y me mandaron las primeras ocho escenas del guión, donde se describe la escena. Me pareció un principio muy llamativo. Puede que no se lo crean, pero las acrobacias no son mi fuerte".