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NOTAS DEL DIRECTOR...
Cuando nació la idea de “El vientre de Europa” mi madre vivía, pero yo era consciente de que se acercaba el final de sus días. Tuve entonces la necesidad de explorar esos sentimientos y hacerlos extensivos al cosmos femenino que me seduce. Y he querido forjarlos con el cine que da sentido a mi vida. Como una premonición, mi madre murió unos meses antes de que yo comenzara el rodaje. Hay mucha verdad, dolor y amor narrados metafóricamente en esta película, que sobre todo es un homenaje a la Mujer y una mirada intrínseca a esta Europa en crisis que nos ha tocado vivir. La película la he filmado siguiendo un decálogo que he pergeñado especialmente para esta propuesta cinematográfica y que he cumplido a rajatabla. Quería obligarme a mí mismo y a mi equipo a no apartarnos de la senda marcada. Para evitar caer en convencionalismos y en lo fácil, todos los días explorábamos nuevas vías para encontrar la película que yo quería hacer, que no era precisamente la que estaba escrita en el guión que sólo nos resultó útil como punto de partida. Cuanto más nos alejábamos del guión, más nos acercábamos a la esencia de la propuesta, a lo fundamental, a la verdad y ahí nacía la película, que con cierto asombro y satisfacción nosotros íbamos descubriendo día a día. Han sido necesarios casi dos años de trabajo para que finalmente “El vientre de Europa” sea una realidad o tal vez una ficción más real que la historia que aborda. Al espectador avispado le toca ahora descubrirla y disfrutarla o tal vez vivirla como hemos hecho nosotros.