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SINOPSIS
Cuando una lesión pone fin a su carrera como boxeador amateur, Stuart Long se muda a Los Ángeles soñando con ser actor. Mientras se las arregla como puede como empleado de un supermercado, conoce a Carmen, una maestra de escuela dominical católica que parece inmune a su apariencia de chico malo. Decidido a conquistarla, el agnóstico de toda la vida comienza a ir a la iglesia para impresionarla. Pero tras sobrevivir a un terrible accidente de motocicleta empieza a plantearse si puede dar una segunda oportunidad a su vida ayudando a otros a encontrar su camino, lo que lo lleva a darse cuenta de que está destinado a ser un sacerdote católico. A pesar de una devastadora crisis de salud y el escepticismo de los miembros de la Iglesia y de sus padres separados, Stu persigue su vocación con coraje y compasión, inspirando no solo a los más cercanos a él, sino a muchos otros con los que se cruza en el camino....
INTÉRPRETES
MARK WAHLBERG, MEL GIBSON, JACKI WEAVER, ANNET MAHENDRU, TERESA RUIZ, FAITH JEFFERIES, WINTER AVE ZOLI, CODY FERN, NED BELLAMY, NIKO NICOTERA, ALAIN UY, RONNIE GENE BLEVINS, LARRY BAGBY, MICHAEL FAIRMAN, DANIELLE K. GOLDEN, ANNIE LEE
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NOTAS DE LA DIRECTORA...
Cuando Mark me llamó para preguntarme si estaba interesada en escribir la historia de Stu mi primer instinto fue decir que no, ya que al no ser católica sentía que era algo que no podía escribir con honestidad. Ni que decir tiene que siempre he tendido crear películas sobre guerras, con historias épicas y romances. Después de pensarlo más detenidamente me di cuenta de que la historia de Stu no es estrictamente religiosa, es algo universal. Es en realidad una historia de lucha, una historia de un hombre que se enfrenta a incontables obstáculos en su lucha por un bien mayor. También es una historia de amor, una de confianza y devoción, en lo bueno y en lo malo. Una relación capaz de hacer que Stu se convierta en mejor persona. A mí personalmente me parece que la historia trata sobre cómo una persona supera su lado más oscuro y encuentra la luz. Yo sigo trabajando en ello, pero encuentro fuerza en Stu para continuar con mi búsqueda y espero que les pase lo mismo a otros al conocer su historia.
Tengo un hijo, así que he pensado mucho sobre lo que significa ser un hombre hoy en día. He conocido muchos hombres como el Stu del principio de la película, desde miembros de mi familia a parejas, y he presenciado cómo ese arcaico concepto de masculinidad que desprecia la idea de entrega y rendición impide el crecimiento personal. Aunque es requisito indispensable en la religión. Pedir ayuda es un ejercicio de humildad, aceptar que formamos parte de un plan superior y que la relevancia que le damos a nuestros intereses personales es algo egoísta. Con Stu espero dar a los hombres un héroe cuya mayor fortaleza es la humildad. Mantenerse de pie en una batalla a veces es menos efectivo que ponerse de rodillas y admitir que no puedes ganar por ti mismo.
Sé que es una historia atemporal, pero creo que llega en un momento en el que la gente realmente la necesita. Tenemos un déficit de ilusión y esperanza. La gente que lo está pasando mal necesita algo en lo que creer. Muchas veces la gente te dice que las cosas ya mejorarán, que solo hay que esperar. Pero para muchos nada mejora. Stu nos enseña que tu percepción determina tus circunstancias. Cuando todo estaba en su contra decidió convertir su situación en una bendición, la elegancia con la que siente su dolor es lo que conforta e inspira a otros que también sufren.
Mi objetivo ha sido crear una película que celebra las virtudes comunes de todas, o casi todas las religiones: amor, misericordia y gratitud, y eso abre las puertas a la extraordinaria capacidad de cambio del hombre. Un cambio que no busca reconocimiento. Un cambio silencioso, sin encanto e imperfecto, pero comprometido. Un cambio que no busca la aprobación de nadie, sino uno que vive en el corazón de esa persona. Buscaba crear una película que pareciese real, con su lenguaje vulgar, situaciones bochornosas y relaciones complicadas, pero que también fuese un poco elevada gracias a la naturaleza irreverente y soñadora de Stu. Espero haber creado una película que inspire, remueva y entretenga, una película basada en la fe pero para nada santurrona. Pero sobretodo espero haber honrado el espíritu y legado de un hombre que llegó a muchos corazones y vidas, un hombre inigualable.
LA PRODUCCIÓN...
Mark Wahlberg es un actor y productor de cine y televisión de primera categoría, y como tal está acostumbrado a que le lleguen propuestas en los sitios más variopintos. Pero la propuesta de EL MILAGRO DEL PADRE STU le pilló de sorpresa hasta a él. “Estaba cenando con dos curas de mi parroquia” recuerda. “El padre Ed no paraba de hablar sobre una película que quería hacer conmigo. Y yo pensando, ‘!Tú haz tu trabajo y yo el mío!’. No había ido ahí en busca de mi próximo guion. Iba en busca de consejo, de las cosas necesarias para no salirme del camino del crecimiento espiritual”.
Pero algo de la historia de Stuart Long resonó con él. Stuart era un boxeador nacido en Montana, un tipo bruto y con un temperamento fuerte. Era tremendamente honesto con todo el mundo y comunicaba cualquier noticia, buena o mala, con la misma franqueza desapasionada. En definitiva, no parecía el candidato idóneo bajo ninguna circunstancia para desempeñar un papel de guía espiritual.
“Cuanto más oía sobre Stu más convencido estaba de que tenía que hacer esta película” comenta Wahlberg. “Le pedí a Ed que me contase la historia otra vez desde el principio y desde entonces producir la película se ha convertido en mi misión”.
Wahlberg se conmovió tanto con la historia de Long porque le recuerda en muchos aspectos a su propia vida. “Siempre he intentado conectar personalmente con los papeles que he interpretado” confiesa. “Pasé mucha de mi adolescencia merodeando las calles hasta que encontré la fe. Ahora me doy cuenta de que mi propósito en la vida es ayudar a otros en mi misma situación”.
Wahlberg pasó de ser rapero a estrella del cine y oscarizado productor, tras lo que fundó The Mark Wahlberg Youth Foundation, una organización benéfica que se dedica a ayudar a jóvenes de centros urbanos. “La vida me ha dado oportunidades que me han permitido ayudar a otros. Quiero compartir el coraje y convicción de Stu y que así la gente se anime a seguir intentando convertirse en la mejor versión de sí mismos”.
El proyecto fue avanzando poco a poco durante los siguientes seis años, pero Wahlberg nunca cejó en su empeño. Hasta que decidió financiar la película parcialmente de su propio bolsillo para darle el último empujón que necesitaba. “No paraba de encontrarme con obstáculos así que decidí ir por mi propio camino” explica. “Adquirí la responsabilidad de honrar el legado de Stu, una tarea que no me he tomado nada a la ligera”.
El camino de Long hasta convertirse en cura estuvo lleno de dificultades, aunque ninguna fue tan dura como cuando le diagnosticaron con miositis por cuerpos de inclusión (IBM por sus siglas en inglés), una enfermedad poco frecuente que debilita progresivamente los músculos hasta que dejan de funcionar. A pesar del deterioro físico causado por esta enfermedad incurable, sacó su lado más guerrero y siguió desempeñando su labor como cura.
Vivimos en un tiempo en el que existe un déficit de esperanza, razón por la que el actor y productores creen que es más necesario que nunca contar la historia de Long. “La gente que lo está pasando mal necesita algo en lo que creer. Muchas veces la gente te dice que las cosas ya mejorarán, que solo hay que esperar. Pero para muchos nada mejora. Stu nos enseña que tu percepción determina tus circunstancias. Cuando todo estaba en su contra decidió convertir su situación en una bendición, la elegancia con la que siente su dolor es lo que conforta e inspira a otros que también sufren”.
Wahlberg le consultó frecuentemente a su amigo y compañero religioso Mel Gibson cuando empezó con el desarrollo la película. “Quería hablar con él sobre cómo hizo su película La Pasión de Cristo” dice Wahlberg. “Conocí a Rosalind Ross a través de Mel cuando hicimos Dos Padres por Desigual. Me dio un guion que escribió en aquella época y me encantó”. Entonces Ross le pidió una oportunidad para escribir el guion de EL MILAGRO DEL PADRE STU.
Ross montaba a caballo a nivel profesional, pero dejó el mundo de las competiciones para convertirse en guionista. Su guion titulado Barbarian entró en la Lista Negra de Hollywood en 2016, una lista de los mejores guiones sin producir de cada año. “Fue un gran honor cuando Mark confió en mí para el guion” comenta Ross. “Al principio dudé, ya que no soy católica. Pero después de pensarlo detenidamente me di cuenta de que la historia de Stu es en realidad universal”.
El primer problema que tuvo Ross con el guion fue encontrar fuentes fiables y testimonios de primera mano sobre la vida de Long. “Estoy acostumbrada a dirigir guiones sobre figuras históricas cuyas vidas están bien documentadas en libros” dice Ross. “Pero no hay ningún libro sobre Stu. Conseguimos hablar con su padre Bill, que no se hablaba con Stu hasta que le diagnosticaron con la enfermedad, así como con su mejor amigo del seminario”.
Ross comprendió un poco mejor la personalidad y trayectoria vital de Long gracias a estas dos entrevistas y a un panfleto que repartieron en su funeral. “Estaba lleno de anécdotas de gente que le había conocido. Eran historias bastante tiernas y graciosas, y entendí un poco mejor su tipo de humor e irreverencia”.
Los sueños de Long no solían ser muy realistas, pero ese era parte de su encanto. “Admiro a la gente así” dice Ross. “No ven las limitaciones como el resto del mundo. Y eso es algo muy refrescante. También era algo ingenuo. Podía ser también infantil e inocente, como Don Quijote, algo que me parece adorable. Su vena alborotadora y de don juan, además de su tema con la bebida y la ira le hacen irónicamente el candidato perfecto para el cambio”.
Ross le envió a Wahlberg un guion a los tres meses de empezar a trabajar en él. Mark quedó impresionado por el retrato tan compasivo de un hombre tan difícil y resuelto, un hombre que había sobrevivido a una infancia dura, a una familia rota, a múltiples decepciones profesionales y a un tremendo accidente de moto, pero de lo que salió con una fe renovada.
“Su voz estaba presente en todo el guion” recuerda Wahlberg. “Había mucho humor y cariño en el texto. Entonces empezamos a preguntarnos quién lo iba a dirigir. ¿Mel? ¿Yo? Pero si Rosie era capaz de plasmarlo en papel así de bien sabía que lo haría igual en la gran pantalla”.
La oferta para dirigir pilló a Ross por sorpresa. “Hay una responsabilidad inmensa al contar la historia de una persona real” confiesa. “No quería que mi falta de conocimiento teológico fuese un impedimento, así que intenté embarcarme en el viaje con Stu lo mejor que pude. No evitamos mostrar todas las cosas que le hacían auténtico, como su vida temeraria, sus defectos ni su colorido vocabulario”.
Hay determinadas licencias creativas para poder condensar la historia en solo dos horas, aunque la película captura la esencia de Long como hombre, como hijo y como confidente de tantas personas. “La película es lo más real y emotiva posible, que es lo que siempre quise” dice Wahlberg. “Las películas religiosas normalmente están dirigidas a creyentes, no llegan a nadie nuevo. Pero esta película va a llegar a todo tipo de personas”.
Al principio de la película nos encontramos a un Stu de mediana edad cuyos sueños en el mundo del boxeo se acaban de truncar de forma permanente. Empieza entonces su búsqueda de un propósito en la vida, acompañado de la eterna culpabilidad por la muerte de su hermano pequeño hacía muchos años. Acaba decidiendo de forma impulsiva mudarse a Los Ángeles y probar suerte como actor.
“Wahlberg es la persona ideal para el papel” dice Ross. “Nadie podría haberlo hecho mejor. Es capaz de ser carismático, gracioso y duro incluso mientras duerme. Aunque también nos ha mostrado una profundidad y vulnerabilidad que no habíamos visto en él antes en pantalla”.
Para interpretar al boxeador en su mejor momento Wahlberg empezó el rodaje en una condición física ejemplar. Aunque para la parte en la que la enfermedad de Long avanza tuvo que ganar bastante peso. Su dieta estuvo regulada por nutricionistas y médicos e ingirió unas 7.000 calorías diarias durante el proceso. “Después de las primeras dos semanas subimos a 11.000 calorías diarias para las últimas cuatro semanas del rodaje” comenta Wahlberg. “Gané 15kg en unas pocas semanas. Aunque comer cada tres horas me pasó factura. Creo que no volvería a hacerlo otra vez”.
Stu está trabajando en un supermercado cuando aparece una joven parroquiana y decide ir a misa para volver a verla. Se apunta a catequesis con idea de entrar en su vida, tras lo que acaba siendo bautizado. “Al principio está buscando el camino del placer con esa joven tan atractiva” dice Wahlberg. “Le dice solo lo que quiere oír, pero Dios pone a gente en tu vida por una razón”.
Algunos hombres en la vida de Long ven el compromiso religioso profundo como algo que contradice la masculinidad con la que han crecido. “Nuestra construcción de masculinidad desprecia la idea de entrega y rendición” explica Ross. “Y la religión necesita esas dos cosas. Es un ejercicio de humildad, aceptar que formamos parte de un plan superior. Con Stu espero dar a los hombres un héroe cuya mayor fortaleza es la humildad. Mantenerse de pie en una batalla es a veces menos efectivo que ponerse de rodillas y admitir que no puedes ganar por ti mismo”.
Después de su accidente de moto, Stu Long descubre que su destino es convertirse en cura, aunque en la iglesia no están tan convencidos de eso. El resto de los seminaristas han orientado todas sus vidas al sacerdocio, por lo que muchos ven con malos ojos la ecléctica vida de Stu Long. “Muchos de los personajes más notables de la historia de la iglesia son hombres reformados” apunta Wahlberg. “Aun así, la gente espera que un cura encaje en un molde concreto”.
A medida que la condición física de Stu empeora su espiritualidad empieza a brillar. “Vio su enfermedad como una forma de estar más cerca de Cristo” opina Wahlberg. “Se deshace del resto de distracciones y su único propósito se convierte en servir a Dios. Eso es muy inspirador”.
El oscarizado Mel Gibson interpreta al padre de Stu, Bill Long. Bill es un camionero que huye a Los Ángeles tras la muerte del hermano pequeño de Stu y al que no le hace mucha gracia cuando Stu aparece en California en busca del estrellato. EL MILAGRO DEL PADRE STU es la segunda película en la que Wahlberg y Gibson hacen de padre e hijo tras Dos Padres por Desigual.
“La Pasión de Cristo es una carta de amor que Mel escribe a Dios y que me inspiró a hacer esta película” dice Wahlberg. “Cuando le dije que había un papel increíble para él me dijo que sí al instante. Estaba encantado de interpretar el personaje de Bill. A mí me apetecía mucho explorar la dinámica padre-hijo desde un punto tan distinto a Dos Padre por Desigual”.
“Gibson nos muestra en esta película una parte de él nunca vista” opina Ross. “Vemos una sutileza que es preciosa y conmovedora. Tenía muchas expectativas y él lo ha dado todo. Es gracioso, cuando conocí a Mark en Dos Padres por Desigual nunca me hubiese imaginado que llegaría a dirigirles a los dos. Es una maravilla”.
Wahlberg habló con Bill Long al principio del proyecto y respondió entusiasmado ante la premisa de que se contase la vida de su hijo en la gran pantalla. “Bill estaba encantado de que Mel estuviese involucrado” dice Wahlberg. “Le gustaba lo que había hecho en La Pasión de Cristo y estaba entusiasmado con compartir toda la información que necesitásemos”.
Gibson y Bill Long no se conocieron en persona, pero tras varias llamadas telefónicas el actor se hizo una idea clara de su personalidad y de la relación con su hijo. “Al principio de la película son como personas opuestas” dice Gibson. “Pero se acaban reconciliando más adelante. Hablé con un hombre que se ordenó al mismo tiempo que Stu y dijo que Bill sabía que no había estado ahí para él al principio, pero más tarde lo consiguió arreglar. En la película, tanto padre como hijo tienen fuertes personalidades y ambos encuentran la redención. Se regalan algo muy especial el uno al otro, aunque al principio no es así”.
“Cuando la gente escucha ‘película religiosa’ se esperan una cosa muy concreta” dice Gibson. “Pero esto no tiene nada que ver. No es una película santurrona para nada. He conocido a curas a lo largo de la vida que no paran de soltar tacos, pero eso no significa que no sean buenos hombres. Todos somos imperfectos, hasta los curas. Son humanos y tienen sus propios problemas. Pueden superarlos, pero no gracias a una habilidad propia especial. Hay algo mucho más grande que nosotros que nos mueve a todos”.
“El guion de Ross es un retrato emotivo de un hombre dando un giro de 180º y está escrito de forma convincente” comenta Gibson. “No había mucha información disponible, pero Ross investigó mucho y ha escrito algo con mucha profundidad. Es un guion rico e inteligente con muchas observaciones sobre la vida y los comportamientos. Es inspirador y gracioso. Y sí, puede ser triste, pero al mismo tiempo me hace sentir lleno”.
Kathleen, la madre de Stu, está interpretada por la actriz australiana Jacki Weaver. Conoció a Gibson hace unos 40 años cuando su exmarido era el profesor de interpretación de Gibson en el Instituto Nacional de Arte Dramático de Sídney. “Le dieron el papel de Romeo en la producción de la escuela” recuerda Weaver. “Siempre me ha parecido un actor y cineasta brillante, pero EL MILAGRO DEL PADRE STU muestra un lado nuevo de su faceta”.
Es un papel que le llamó la atención por varias razones. “Es un personaje muy auténtico, con los pies en la tierra, y tiene un diálogo muy afilado” comenta Weaver. “Ojalá la hubiese conocido, pero murió seis meses después de Stu. Kathleen puede ser suspicaz, incluso cínica. Nunca se le ha pasado por la cabeza que su hijo quisiese convertirse en cura, así que algunas de sus reacciones son bastante graciosas”.
Ross ha creado un guion lleno de humor y espiritualidad. “Rosie ha hecho un trabajo precioso” comenta Weaver. “Su familia debe de tener mucho humor, porque ella lo tiene a raudales. Ha sido una gran directora también, muy tranquila y serena. Se podría decir que es una encantadora de actores”.
Las pocas pretensiones de Stu hacen que la historia sea inspiradora y espiritual sin hacer proselitismo. “No es un tipo súper virtuoso” añade Weaver. “Es un hombre corriente que tiene una epifanía. Le puede pasar a cualquiera, aunque no seas religioso. Creo que lo más importante de la religión es dar consuelo a otros e intentar ser lo más bondadoso y generoso posible”.
La chica en la que se fija Stu se llama Carmen y está interpretada por Teresa Ruiz, una actriz mexicana con proyección internacional. Stu intenta ganarse su simpatía y empieza a enamorarse de ella. Cuando le atrae a la iglesia le presenta a Dios. “Después del accidente está destrozado” dice Wahlberg. “La quiere por todas las razones correctas que les permite tener una relación real y significativa”.
Aunque su historia de amor acaba de golpe cuando Stu le comunica su intención de convertirse en cura. “Está sorprendida, incluso enfadada, como es normal” dice Ross. “Pero Carmen es un católica devota y entiende lo que significa tener un amor por Dios que trasciende el amor que puedas tener hacia cualquier otro ser humano. Cuando Stu le dice que se va a convertir en cura le ve convencido. Estaba profundamente enamorada de él, pero es un sacrificio que tiene que hacer en servicio a Dios”.
Ruiz ha sido la persona perfecta para este papel por muchas razones. “Viene de una familia muy religiosa” explica Wahlberg. “Su intención era que Dios brillase a través de ella en todo lo que hacía. Rosie ha sido muy específica sobre la interpretación y la relación que tiene con Stu. Me sorprendió la facilidad con la que Teresa entendió eso toma tras toma. Me ha sorprendido en cada una de sus escenas”.
“Teresa es una actriz increíble, tan humilde y abierta” añade Ross. “También contamos con Aaron Moten, Cody Fern y Malcolm McDowell. Ha sido un privilegio poder trabajar con todos ellos y que confiasen en mí como directora. Todavía me tengo que pellizcar para asegurarme de que todo es real, que he trabajado con unos actores tan alucinantes. Veo como un regalo que me hayan prestado su tiempo. Cada uno de ellos ha aportado algo especial”.
EL MILAGRO DEL PADRE STU es la historia de un hombre aparentemente normal, que a través de su fe fue capaz de llegar a los corazones de gente que había perdido el rumbo. Wahlberg está convencido de que vivimos un momento en el que la gente busca reactivar su fe y espera que esta película le conmueva no solo a la comunidad católica, sino también al resto de personas religiosas y no religiosas.
“He rezado por la intercesión de Stu en cada paso del proceso” dice Wahlberg. “Le preguntaba si esto es lo que debía de estar haciendo, si era lo que él quería. Ha sido un proyecto titánico, pero me siento inspirado y motivado por haberlo hecho. Igual consigo inspirar a más gente en el camino. Sé que Dios tiene un plan para todos nosotros”.
“Espero que la gente vaya a ver la película en el formato en el que se pensó: en la gran pantalla y con un cine lleno” dice Wahlberg. “Si hace falta iré de ciudad en ciudad, de estado en estado y de país en país animando a la gente a que vea la película. Pero necesitas verla en una sala de cine por la misma razón por la que vas a misa: para sentir realmente al espíritu santo. Es algo que hay que compartir. La risa de la gente, su reacción y sus lágrimas son contagiosas. Es muy muy importante tener una experiencia como esa”.
“Me propuse crear una película que celebrase las virtudes de la mayoría de religiones: el amor, la misericordia y la gratitud” añade Ross. “Stu fue un hombre con muchos problemas antes de convertirse en cura en su búsqueda del sentido de la vida y salvación personal. Un increíble accidente le cambió la vida y motivó un profundo giro en su interior, tras lo que encontró su destino ayudando a otros y sirviendo a Dios”.
“La película celebra la extraordinaria capacidad de cambio de un hombre” continúa Ross. “Un tipo de cambio que no busca el reconocimiento. Un cambio silencioso, sin encanto e imperfecto. Un cambio que no busca la aprobación de nadie, sino uno que vive en el corazón de esa persona. Buscaba crear una película que pareciese real, con su lenguaje vulgar, situaciones bochornosas y relaciones complicadas, pero que también fuese un poco elevada gracias a la naturaleza de Stu”.
EL MILAGRO DEL PADRE STU es una historia de amor inusual, una de confianza y devoción, en lo bueno y en lo malo. “Stu ha encontrado algo capaz de hacer que se convierta en mejor persona” dice Ross. “A mí personalmente me parece que la historia trata sobre cómo una persona supera su lado más oscuro y encuentra la luz. Yo sigo trabajando en ello, pero encuentro fuerza en Stu para continuar con mi búsqueda y espero que les pase lo mismo a otros al conocer esta historia. Espero haber creado una película que inspire, remueva y entretenga, una película basada en la fe pero para nada santurrona. Pero sobretodo espero haber honrado el espíritu y legado de un hombre que llegó a muchos corazones y vidas, un hombre inigualable”.
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