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En palabras de Ibon Cormenzana, "El proyecto nació cuando hace unos años viajé a ver a unos familiares. Uno de ellos me dijo que le habían detectado un cáncer. Lejos de ser un tema incómodo, empezó a explicarme cómo era su rutina desde entonces. Viajaba al hospital a una hora de distancia en lo que llamaban “El bus de la Vida”, un autobús gratuito compartido con otros pacientes. Me habló de la amistad que entabló compartiendo ese espacio, y como, con el paso de los días empezaron a compartir vivencias personales pudiendo reírse entre ellos de sus desgracias, algo que quizá eran incapaces de hacer en sus casas y con sus amigos. Mientras le escuchaba, pensé: “Esto merece una película. Poder hablar de un tema duro como el cáncer, desde la emoción y la sonrisa”.
NOTAS DEL DIRECTOR...
El Bus de la Vida nace de un viaje que hice hace unos años para ver a unos familiares al norte de España. Aunque vivo en Barcelona desde hace mucho tiempo, mantengo vínculo con mi lugar de origen y guardo una relación cercana con familiares y amigos. Pues en esta visita uno de ellos me informó de que le habían detectado un cáncer. Como supongo que le pasará a mucha gente al recibir este tipo de noticia, me sentí incómodo y triste.
Sin embargo, cuando mi familiar prosiguió con su relato, mis sentimientos fueron cambiando. Me habló de su rutina y el tratamiento con un aire tranquilo y reconfortador. Mi familiar me habló de un viejo autobús en el que, junto con otros pacientes de los pueblos circundantes, viajaba al hospital a recibir su tratamiento. Su relato, que yo había recibido con el shock del primer momento, se convirtió en una historia llena de anécdotas, fortaleza y superación. Ese bus había significado para él un espacio de luz, risas y complicidad, que generaba y compartía gracias a las otras personas que viajaban con él. Este autocar se llama “El Bus de la Vida”.
Voltaire recomendaba reírse de todo aquello que uno no puede remediar. Pues bien, mi familiar había entendido esto a la perfección. Entabló una fuerte amistad con varios pasajeros gracias a compartir un mismo espacio, mucho tiempo de unidad, problemas y preocupaciones comunes. Juntos podían reírse de sus desgracias, y a su vez hablar de situaciones incómodas para trata de convertirlas en otra cosa. Conversaciones que podían ser impensables con familiares y amigos por miedo al shock, en El Bus de la Vida, se hacían posibles.
Allí mismo, mientras le escuchaba, pensé: “Esto merece una película”. Esta película es por tanto un homenaje especial para este familiar y para todas las personas que ha conocido gracias a este bus.
Cuando Edu Sola ('Casa en flamas', 'El cuerpo en llamas'), y yo nos embarcamos a construir el guion teníamos claro que esta película necesitaba mucha música. Las melodías empezaron a formar parte de la historia de una manera orgánica que, mezclada con la emotividad, el humor y el drama resultó ser una fórmula original y auténtica.
Desde que nacemos hasta que morimos, la música está presente en nuestras vidas. Es un elemento fundamental para todos los momentos importantes, desde las nanas que de pequeños nos ayudan a dormir, hasta los momentos de celebración y fiesta cuando estamos creciendo. También hay música en los momentos de homenaje o recuerdo y cuando pasamos duelos. Utilizamos la música como elemento de abstracción en bares, discotecas y conciertos, y los recordamos debido a las melodías que se quedan en nuestra cabeza. La música es una herramienta que nos ha servido a los humanos a lo largo de los siglos para calmar el alma, para emocionarnos, para recordar momentos de nuestra vida: de amor, de desamor, de diversión…
La música de El Bus guía y ayuda a los personajes a transmitir las múltiples emociones por las que transitan. ¿Y qué escuchan estos personajes? Hemos incorporado temas musicales de grupos como Kase O, Los Chikos del Maíz y la MODA, Fito y Fitipaldis, Ibil Bedi, Morgan, Rigoberta Bandini o Paula Koops. Estos conocidos temas son los que cantamos con amigos, o solos en la ducha, y nos evocan recuerdos y sentimientos.
Además, gracias a la música hemos descubierto una cosa: ¡Nuestros actores esconden capacidades maravillosas! Hemos alucinado con Dani Rovira cantando los temas de “El Bus de la Vida” y “Una hormiga en el universo” y con Andres Gertrudix y el tema “Caballos de papel” El
último hit! Todos ellos preparados por la actriz y cantante Manuela Vellés.
Por todo eso, podemos decir que la música es otro de los protagonistas en nuestra historia.
Otro de los temas que toca “El Bus de la Vida” es la superación de los retos. No de la enfermedad sino de la propia vida. El personaje de Andrés, interpretado por Dani Rovira, transita dentro de una superación constante y por lo tanto, una frustración inicial. Andrés es un músico que trabaja como profesor y que nunca se ha atrevido a subir a un escenario. Quería reflejar en él las dificultades que tienen muchas personas por enfrentarse a ellos mismos, a sus miedos. La superación a veces llega derivada de situaciones que consideramos peores, dándole menos importancia a ese problema inicial. Es como cambiar de gafas, cambiar la visión para darnos cuenta de muchas cosas.
Sin querer ser paternalista, nos imaginamos un arco de personajes que se enfrentan a sí mismos, a su realidad y a sus problemas gracias al acompañamiento y la comprensión de todo y todos los que le rodean. Casi todos los personajes pasan por una superación, por un enfrentamiento… por comprarse unas nuevas gafas con las que mirar.