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   En 2014, David Wagner se topa con un artículo sobre Eismayer en un periódico austriaco y queda inmediatamente cautivado por la historia: el oficial instructor más aterrador de las Fuerzas Armadas austriacas se enamora de un recluta, acaba aceptando su proposición y casándose con él en uniforme de gala en el patio del cuartel. En ese momento, Wagner estudia dirección en la Escuela de Medios de Comunicación de Hamburgo.
  Como parte de su curso, convierte la historia en un guión para un largometraje. "Mi profesor se volvió un poco loco porque pensó que la historia era muy buena", recuerda Wagner en una entrevista. Ocho años después, “Eismayer” llega por fin a los cines.
  Puede que algunos espectadores se sientan más erguidos en sus asientos cuando Gerhard Liebmann se mete en el personaje del autoritario sargento mayor y grita sus órdenes desde la pantalla. "Una historia como ésta nunca se ha llevado al cine en Austria, y ya es hora de que esto cambie. No sólo porque Eismayer es una leyenda entre los que pasaron por el entrenamiento básico aquí, sino también porque esta historia derriba nuestras ideas preconcebidas y nuestras suposiciones sobre la masculinidad y la fuerza, y luego las reconstruye de una manera nueva", explican los productores Arash T. Riahi y Sabine Gruber. “Eismayer” es una poderosa e importante incorporación al cine austriaco.

NOTAS DEL DIRECTOR...
   “La primera vez que oí hablar del sargento mayor Charles Eismayer fue cuando hice el servicio militar en las Fuerzas Armadas austriacas en 2001. Como muchos otros, tenía miedo del oficial de instrucción más duro del ejército sin llegar a conocerlo. Sin embargo, las historias sobre él me dejaron huella. 15 años más tarde, mientras estudiaba dirección en Hamburgo, empecé a investigar sobre esta famosa leyenda viviente. Pronto descubrí algo que nunca había esperado: una historia de amor que me pareció increíblemente conmovedora. Contra todo pronóstico, dos soldados se habían enamorado el uno del otro y se habían convertido en pareja.
  La verdadera historia de Charles Eismayer y de cómo Mario Falak le permitió aceptar por fin la persona que es, es el tipo de historia que sólo puede surgir de la vida real: cautivadora, dolorosa y poderosa, pero también surrealista y, en ocasiones, inesperadamente divertida.
  La institución y el entorno del ejército, la masculinidad tóxica y el tema de la "salida del armario" son todos, individualmente, temas interesantes de explorar. Pero, por encima de todo, ésta es la historia de un ser humano temeroso de ser la persona que realmente es. La película trata de un hombre que sólo puede encontrar la felicidad superando ese miedo y abandonando una visión anticuada de lo que es ser un hombre que debería haber quedado obsoleta hace mucho tiempo.
  Durante mi investigación para el guión tuve la suerte de conocer en persona a Charles Eismayer y Mario Falak. Pasé varias horas con ambos, escuchando sus experiencias y haciéndoles preguntas. Incluso me permitieron grabar nuestras conversaciones en cámara. Cuanto más conocía a Charles y Mario y más cómodos se sentían hablando conmigo, más sabía que quería hacer realidad esta película. Sin embargo, no me limité a entrevistar a las personas que inspiraron a los dos principales protagonistas. También quería entender al otro bando y pasé decenas de horas hablando con varios antiguos reclutas. Todos ellos tenían experiencia personal con Eismayer y arrojaron luz sobre los lados más oscuros de su personalidad. Fue fascinante explorar lo polarizante que es esta persona. Algunos de los hombres con los que hablé seguían traumatizados por sus experiencias. Incluso décadas después, seguían sintiendo el impulso de expresar su miedo y su rabia. Otros se referían a Eismayer como un héroe y describían su estancia en el ejército como "la mejor de sus vidas". Muy pocos de ellos sospechaban que Charles Eismayer fuera homosexual o siquiera se hubieran planteado esa posibilidad. Un tema central de la película es la percepción de la masculidad y cómo la orientación sexual se asume automáticamente dentro de ciertas convenciones.
  Un "hombre de verdad" tiene esposa. Un "hombre de verdad" es fuerte, grita órdenes y menosprecia a los demás. Charles Eismayer se ajustó a estos ideales en un intento estratégico de evitar ser descubierto.
  Este personaje constituyó la base de mi primer guión, que escribí en el marco del taller de guión Drehbuchwerk- en lugar de München/Zürich/Graz. Al poco tiempo, varias personas me recomendaron a Gerhard Liebmann para el papel principal. Aunque nunca le había visto antes, supe inmediatamente después de nuestra primera reunión que era sin duda el mejor actor posible para el papel. Poco después, elegí a Luka Dimić para el papel de Mario Falak. Estaba seguro de que estos dos hombres eran la combinación ideal para la historia.
  Es especialmente importante tener en cuenta a los personajes y tomárselos en serio cuando se trata de derribar creencias y suposiciones convencionales. Muchas cosas dependen de los diálogos, por eso dedico mucho esfuerzo a este elemento cuando dirijo actores. El lenguaje que se habla en las fuerzas armadas puede ser tosco, técnico y, a veces, involuntariamente gracioso. Todos los actores tuvieron que aprender este lenguaje y realizar un breve entrenamiento militar para poder participar en la película. Utilizar este lenguaje, dar órdenes, recibir órdenes... todo esto tiene un impacto en una persona.
  La estructura visual de la película estuvo muy influida por los escenarios en los que rodamos. Eismayer se rodó en gran parte en instalaciones militares, por lo que sabíamos que la precisión militar era una guía principal: el rodaje exigiría una atención rigurosa y repeticiones frecuentes. El Director de Fotografía Serafin Spitzer era la elección perfecta para esta tarea. Serafin es un pacifista, un artista y un licenciado en estudios cinematográficos que aborda su trabajo con disciplina y atención al detalle. Queríamos evitar un lenguaje visual "cool" que recordara a la estética de las películas bélicas o policiacas estadounidenses. De hecho, queríamos conseguir lo contrario: representar la vida interior de los protagonistas y captar la realidad de la vida cotidiana en las Fuerzas Armadas austriacas. En el ejército, la exageración es una parte sustancial de las muchas, muchas historias que se cuentan, y tomamos la decisión consciente de que esto no influyera en nuestras imágenes. Quería preservar la verdad en el corazón de la película y hacer una pequeña contribución al debate sobre la percepción de la masculinidad, especialmente en un entorno difícil. Por encima de todo, quería hacer justicia a esta inusual y cautivadora historia de amor.

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