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DECLARACIONES DEL DIRECTOR RYUSUKE HAMAGUCHI Y LA COMPOSITORA EIKO ISHIBASHI...
   En esta película, tuve la fantástica oportunidad de volver a trabajar con Eiko Ishibashi, el compositor de Drive My Car. El proyecto cinematográfico arrancó cuando ella me pidió que creara algunas imágenes para su espectáculo en directo así que concebí la película como un “material original” para las imágenes. A medida que me iba involucrando más y más en la película que estábamos creando, Eiko y sus amigos también me ayudaron muchísimo con el rodaje. Era una forma muy libre de hacer cine, que me revitalizó mucho. Después del rodaje, sentí que había captado la interacción de los seres humanos con la naturaleza y completé el trabajo como una sola película con el maravilloso tema musical de Eiko Ishibashi. Espero que el público sienta la fuerza vital de las figuras que se mezclan con la naturaleza y la música.

Una colaboración entre sonido e imágenes: Ryusuke Hamaguchi & Eiko Ishibashi...
La compositora Eiko Ishibashi y el realizador Ryusuke Hamaguchi han vuelto a unir fuerzas después de su exitosa colaboración en la película Drive My Car que cosechó excelentes críticas. El resultado son dos nuevas obras: un espectáculo cinematográfico con música en directo titulado "Gift", que presenta una película muda dirigida por Hamaguchi acompañada de música en directo interpretada por Ishibashi, y El mal no existe, el nuevo largometraje narrativo del director. El mal no existe proporcionó el material de partida para la película muda de Gift, e Ishibashi creó la banda sonora del largometraje. En su trabajo conjunto, Ishibashi y Hamaguchi intentan redefinir la relación del sonido con las imágenes y la narración.

Ryusuke, ¿podrías contarnos la experiencia de esta manera tan diferente de trabajar?...
Ryusuke Hamaguchi: El núcleo de la producción fue crear imágenes de vídeo para el espectáculo en directo de Eiko Ishibashi y de forma natural se convirtió en una película muda. Partiendo de esa premisa, no podía desarrollar la película a través de los diálogos como había hecho antes. Esa fue la diferencia más significativa, y también resultó ser la perspectiva más interesante para mí. Además, nada estaba predeterminado y podía intentar cualquier cosa. Hubo un periodo en el que no se me ocurría nada y lo pasé bastante mal, pero la libertad que aportaba este proceso me gustó muchísimo.

¿Añadía un nuevo elemento a tu trabajo?...
RH: Sí, supuso un auténtico reto para mí. Pude pensar en lo visual de una forma más pura y dinámica que nunca, y comprendí que era un camino inexplorado que no habría podido emprender sin una oportunidad como ésta.

¿De qué manera se implicaron Eiko y sus amigos en el rodaje?...
RH: El rodaje tuvo lugar cerca de la zona donde vive Eiko. Pensé que dado que su música surge en ese lugar, me resultaría más fácil conceptualizar mis imágenes. Eiko me presentó a algunos de sus amigos para que trabajaran como colaboradores locales en el proyecto. Entre ellos había alguien a quien describiría como un "experto en naturaleza", y su perspectiva ejerció una influencia notable en el personaje del protagonista. Gracias a él aprendí a percibir la naturaleza y comprendí una vez más cómo está impregnada de "movimiento". Estaba convencido que esos diferentes movimientos y fluctuaciones capturados por la cámara encajarían con la música que crea Eiko.

Has dicho que experimentaste una gran libertad haciendo esta película. ¿Lo podrías explicar con más detalle?...
RH: Hitoshi Omika, que encarna al protagonista fue miembro del equipo de producción en La ruleta de la fortuna y la fantasía. Al principio nos acompañaba para buscar localizaciones como "conductor" junto con el director de fotografía Yoshio Kitagawa. Solíamos pedirle que probara tomas que se nos ocurrían in situ. Poco a poco, llegué a la conclusión que solo él podría interpretar al protagonista. En esta producción cinematográfica también asumió tareas como miembro del equipo técnico. Al trabajar con un equipo pequeño, había muchas personas, como Hitoshi, que hacían las veces tanto de actores como de miembros del equipo técnico. Durante el rodaje, hubo bastantes revisiones del guion, más que en los últimos años. Esta forma desestructurada de rodar me enseñó una vez más la libertad y el enorme potencial del cine.

Eiko, ¿cómo fue para ti la experiencia de un trabajo colaborativo?...
Eiko Ishibashi: Cuando los promotores extranjeros propusieron la idea de que los espectáculos en directo estuvieran acompañados de imágenes, la verdad es que no estaba muy convencido. Pero después de un tiempo, me di cuenta de que si las imágenes y la música pueden resultar interesantes de forma independiente, también pueden transformarse en algo diferente cuando se combinan. Así que la idea me intrigó.
Creo que Ryusuke Hamaguchi no sólo es un magnífico narrador, también crea películas con una gran calidad musical. Cuando trabajamos juntos en la película anterior, Drive My Car, pude comprobar sin interés por los sonidos. Así que ha sido una colaboración muy satisfactoria. Así que contacté con Ryusuke Hamaguchi con la idea de Gift, un nuevo proyecto. Tener dos versiones como esta ha sido una experiencia maravillosa y estoy tremendamente satisfecha con el resultado.

¿Cómo resumirías las diferencias más importantes entre Gift y El mal no existe?...
RH: En primer lugar, las historias son ligeramente diferentes. Aunque el material de rodaje es común, se utilizan diferentes planos y tomas, y las narrativas son sutilmente distintas. Es probable que la percepción de los personajes también sea diferente. Es un especie de pequeño multiverso. En cuanto a cómo varía la experiencia cuando ves ambos trabajos... la verdad es que ni siquiera yo sé la respuesta. Creo que sólo cuando se experimenta como público junto al espectáculo de Eiko se puede entender de verdad. Sin embargo, estoy convencido de que ambas obras se inspiran mutuamente y amplían la experiencia del público.

¿Quiere añadir algo más sobre cómo El mal no existe se convirtió en una obra cinematográfica por derecho propio?...
RH: Desde luego, cuando escribí el guion de la película narrativa, quería animar a los actores a actuar con fuerza. Pensé que los textos de los diálogos les ayudarían a conseguirlo. Me pareció que los actores (las imágenes) que existían con fuerza y en gran medida independientemente de la música de Eiko, crearían una sinergia irresistible cuando se combinaran con su música. Como resultado, las interpretaciones de todos los actores, liderados por Hitoshi, fueron extraordinarias y me emocioné muchas veces en el set. Esa fuerza se transmitía especialmente en sus "voces". Quería que esa "voz" llegara también al público, así que, tras obtener el permiso de Eiko, decidí realizarla como una película independiente titulada El mal no existe. Una vez más, quiero expresar mi gratitud a Eiko, que me ha servido de inspiración en este proyecto.

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