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CRITICA
Por: PACO CASADO
Takumi y su hija Hana de ocho años viven en Mizubiki, una tranquila y pequeña población cercana a Tokio, pero lejos de su ruido, en una casa en el bosque cerca del pueblo.
Un día los habitantes del lugar se enteran de un plan para construir un glamping o glamuroso camping de acampada al aire libre, cerca de la casa de Takumi, que ofrezca una cómoda escapada a la naturaleza, para los habitantes de la ciudad, lo que alteraría el ecosistema de la zona y la tranquilidad de los pueblerinos.
Para ello llegan dos representantes de la compañía que se va a encargar de instalarlo para saber cuales serán las ventajas y los posibles inconvenientes que pudieran existir de cara a la vida de los ciudadanos del pueblo, que en general se muestran en principio en contra.
Uno de ellos, y posiblemente el más grave, sea el de la fosa aséptica, ya que puede contaminar las aguas de un manantial cercano del que se nutre la población y no están dispuestos a que eso ocurra, si se instala en el lugar que han apuntado.
No obstante los dos jóvenes representantes de la empresa quedan en que así lo comunicarán.
Al mismo tiempo exponen a la compañía que sea Takumi, el manitas del pueblo, quien se encargue de la coordinación del camping y al comunicárselo, los dos urbanitas descubrirán una forma de vida que no conocían y comprenden cada vez más a Takumi y a los habitantes del lugar en su oposición.
La trama tiene poco interés, con imágenes cotidianas de Takumi cogiendo agua del arroyo, cortando leña o yendo a buscar a Hana al colegio.
Esta película viene de ganar una gran cantidad de premios, que si bien resalta la calidad de la misma, no creemos que sea para tanto, aunque ciertamente nos transmite una serie de valores y el reconocimiento del medio rural a través del conflicto que tiene que afrontar la comunidad que ve amenazado su bienestar.
La lenta narrativa adquiere un rumbo imprevisible conforme avanza el metraje al tiempo que va cambiando el ritmo de las imágenes.
El film comienza con varios minutos en los que la cámara avanza en travelling en un plano contrapicado que va captando el cielo y las ramas de los árboles del bosque cercano mientras suena la música.
Ese mismo tipo de plano en movimiento se repite en otros momentos de la narración siguiendo a algún personaje como el de la pequeña Hana, la hija de Takumi, andando por el bosque.
Al parecer el director se inspiró en los elementos naturales como el viento, el agua, la luz, para concebir los movimientos de cámara y la música que compuso para esta cinta Eiko Sishibashi, que ya había colaborado con él en otra anterior.
Esta cinta es una especie de parábola ecológica llevada a cabo por Ryûsuke Hamaguchi, del que recordarán 'Drive my car' (2022), uno de los realizadores más destacados del cine japonés actual, que aquí nos avisa de la destrucción de la naturaleza por el camino que lleva el mundo actual y nos hace reflexionar sobre la soledad, las relaciones humanas o la incomunicación.
La fotografía nos ofrece algunos momentos de gran belleza del paisaje natural en el que se desarrolla buena parte de la trama que supone un buen complemento a su visión de esta obra que posiblemente no sea la mejor de su director.
Mejor película en el Festival de Londres. León de plata del jurado, Fipresci, Mención especial, Premio Fundación y Premio del jurado joven en Venecia. Premio en el Festival de Kerala. Mejor película y música en los premios Asian. Gran premio del jurado para Ryûsuke Hamaguchi y Satoshi Takada. Mejorfilm en el Asian festival de Barcelona.
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