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SINOPSIS
El parque de Jellystone está perdiendo visitantes, así que el alcalde Brown ha decidido cerrarlo y vender el terreno. Eso significa que las familias ya no podrán disfrutar de la belleza de la naturaleza al aire libre y, lo que es aún peor, que Yogui y Boo Boo serán expulsados del único hogar que han conocido. Enfrentado al mayor reto de su vida, Yogui deberá demostrar que de verdad es "más inteligente que un oso medio" uniendo sus fuerzas a las de Boo Boo y el agente Smith para encontrar una forma de salvar el parque del cierre definitivo...
INTÉRPRETES
ANNA FARIS, TOM CAVANAGH, T.J. MILLER, NATE CORDDRY, ANDREW DALY, JOSH ROBERT THOMPSON, DAVID STOTT, GREG JOHNSON, CHRISTY QULLIAM, PATRICIA ALDERSLEY, TIM McLACHLAN, HAYDEN VERNON, DEAN KNOWSLEY
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LA VIDA ES COMO UN PICNIC...
El nombre de Yogui evoca en todo el mundo el recuerdo de la imagen muy concreta de un animal barrigón y goloso con corbata y sombrero, un entrañable rebelde amante de las tartas más inteligente que los demás osos y cuyas trastadas han puesto el parque de Jellystone en el mapa mundi de los dibujos animados.
Hablando con cariño de la “estrella” de su nueva película, el director Eric Brevig comenta: “Siempre me ha gustado Yogui. Hace las cosas a su manera, tiene buenas intenciones, pero no puede dejar de escuchar a su estómago y sus impulsos le dicen que si roba la comida de las mesas lo suficientemente rápido será capaz de escapar con ella. Es como un niño grande, y creo que tiene algo de todos nosotros. Puede que sea un oso, pero muchas cosas de las que hace son intrínsecamente humanas”.
“El dibujo animado original se escribió tanto para adultos como para niños, y me complace poder continuar esta tradición con una gran película familiar que creo que los padres van a poder compartir con sus hijos, ya que la cinta también tiene algo que ofrecerles a ellos", añade Brevig.
“El oso Yogui” actualiza al personaje clásico respetando los elementos que lo convierten en atemporal - las distintas personalidades, el humor irreverente y el eterno conflicto de Yogui con la autoridad, introduciendo al mismo tiempo un tono y una historia modernos. "Hemos tenido cuidado para evitar elementos que se pudieran identificar con un período temporal concreto", nos cuenta Brevig.
Yogui y Bubu son personajes creados por ordenador y totalmente animados que interactúan con un reparto humano en una película que no es de animación en su mayor parte. Su intención era, según Brevig, presentar a "un Yogui y un Bubu que parecieran casi como actores de verdad, con ojos chispeantes y la nariz húmeda, y llenos de calidez y sutilezas, y no sólo como meros dibujos animados. Nuestro director de fotografía, Peter James, los iluminó como a cualquier otro actor. Me ha encantado verles cobrar vida como unos seres totalmente dimensionales”.
Rodada en 3D en su totalidad con la última generación en fotografía estéreo, que Brevig describe como “el sistema definitivo”, “El oso Yogui” ofrece esa combinación de elementos en una forma que, en palabras del director, “nunca se ha visto antes. Este nivel de tecnología no existía hace un año. La resolución, la nitidez y el detalle con el que podemos capturar la imagen gracias a la nueva tecnología 3D son excelentes. Llevamos este sistema de cámara a lugares en el que nunca se había hecho antes: en la copa de los árboles y dentro de los rápidos de agua. Lo colgamos de una grúa a 60 metros por encima del bosque para recrear la perspectiva de Yogui desde su improvisado planeador para hacerse con una cesta de comida y todos podemos acompañarle en ese viaje”.
“No voy a decir que haya sido fácil”, añade. “Pesa casi 40 kilos, porque en realidad son dos cámaras, una a la izquierda y otra a la derecha. Probablemente los cámaras todavía se estén curando el dolor de espalda”.
Brevig, que hizo su debut como director con la comedia familiar y de aventuras de 2008 “Viaje al centro de la Tierra”, tiene una amplia experiencia en el ámbito de los efectos visuales, y durante los últimos 20 años ha trabajado con algunos de los profesionales más influyentes de la industria y logrado, entre otros reconocimientos, el Special Achievement Award en los Óscar por su trabajo en “Desafío total”. El trabajo en 3D es secundario para él. Enfatiza que “no queremos que la tecnología seas un obstáculo. Lo importante es que los personajes resulten reales y atractivos y que cuenten una historia”.
YOGUI Y BUBU, VAMOS A BUSCAR COMIDA...
El oso Yogui, uno de los personajes de dibujos animados más queridos de la televisión, comenzó en 1958 como un personaje de la serie de Hanna-Barbera “The Huckleberry Hound Show”, la primera serie de dibujos animados en ganar un Emmy al Mejor Programa Infantil. La popularidad de la pareja fue tal que pronto tuvieron su propio show, en 1961, al que siguió una viñeta cómica sindicada y, en 1964, su debut en la gran pantalla. En los años siguientes, este oso despreocupado y su dulce amigo han aparecido en numerosas series, programas especiales, películas y colecciones en DVD.
Pero durante todo este tiempo, hay un tema que ha sido constante: la amistad. No importa qué es lo que esté en juego o si el último invento de Yogui acaba con los huesos de los dos personajes sobre el tejado de la caseta del agente Smith, en el corazón de todas las historias de “El oso Yogui” destaca una enorme camaradería y una interacción cómica entre Yogui y Bubu. Y su última aventura no es una excepción.
En cuanto a los actores que han puesto la voz a los dos personajes principales, Dan Ayckroyd y Justin Timberlake, Brevig utilizó las grabaciones de voz preliminares como referencia para los animadores antes de comenzar la parte de acción real del proyecto. Al mismo tiempo, en el parque de Jellystone, en Nueva Zelanda, los actores de carne y hueso empezaron a interpretar a un Yogui y un Bubu imaginarios.
“Cuando tienes un gran personaje creado por ordenador interactuando con actores se necesita mucha planificación, pero también hay que ser sensatos”, comenta el supervisor de animación de Rhythm & Hues Joe Ksander, cuyo trabajo in situ incluía ofrecer referencias visuales y guiar a los sustitutos. Ksander y el supervisor de animación Alex Orrelle trabajaron junto a la supervisora de efectos visuales de Rhythm & Hues Betsy Paterson como parte de un equipo compuesto por unas 450 personas en su momento de máximo esplendor coordinándose al mismo tiempo con los demás entre Los Ángeles y Nueva Zelanda a través de Cinesync y Skype.
El trabajo previo permitió a los actores hacerse una idea de cómo iban a ser sus colegas animados en cada momento, y les dio a Brevig y los animadores algunas pistas más para las ideas y reacciones.
Cuando se rodaban las escenas, se digitalizaban unos sencillos dibujos de Yogui y Bubu para integrarlos en el material grabado y que los animadores pudieran emplearlos como guía “basándose en las indicaciones del director en cuanto a la intención de cada secuencia y cómo se debían sentir Yogui y Bubu”, añade.
Luego se mostraba el material rodado editado a Aykroyd y Timberlake. En ese momento “eran como versiones de videojuego de los personajes, para que los actores pudieran saber si estaban de pie, corriendo detrás de un tren o colgados de un precipicio”, explica Brevig. “Les dije: ‘Es la mejor idea que puedo daros de lo que vais a hacer. Vuestras interpretaciones son las que nos van a decir ahora cómo debemos adaptar la animación.’”
Los personajes no empezaban a cobrar vida realmente hasta que los dos actores completaban sus escenas, luego éstas eran calibradas por los animadores adaptándolas al ritmo y los matices de las interpretaciones físicas y vocales.
Ksander reconoce que grabar en 3D “significa que no se pueda engañar. Hay que tener más cuidado con dónde están exactamente los osos. Si tienen que tener determinado tamaño, al grabar, tenemos que trabajar en estrecha colaboración con los cámaras y los actores para asegurarnos de que unos osos a los que nadie puede ver estén en el lugar adecuado”.
La producción se planificó de forma que Brevig pudo editar y supervisar la animación y los efectos en las fases de postproducción mientras se grababan al mismo tiempo secuencias con actores reales en Nueva Zelanda, un proceso que humorísticamente recuerda como “quedarse tumbado en la vía mientras viene el tren”.
EL PARQUE DE JELLYSTONE, CUEVA DULCE CUEVA...
La producción empezó con las localizaciones en el bosque estatal de Woodhill, un popular destino para los ciclistas que ocupa unos 145.000 km2, al oeste de Auckland, en Nueva Zelanda.
“Para mí era importante que los actores estuvieran en un entorno natural, especialmente en una película con personajes creados por ordenador”, señala Brevig. “Podríamos haber utilizado muchas pantallas verdes, pero queríamos capturar el espíritu de los parajes al aire libre, por lo que nos llevamos nuestros modernos equipos a esa bella naturaleza que existe en la vida real y grabamos en ella”.
“Por suerte, puesto que nuestro calendario de producción comenzaba en noviembre, era primavera en Nueva Zelanda, por lo que las localizaciones estaban en su máximo esplendor y el tiempo era perfecto”, señala la productora De Line.
Eso no quiere decir que Woodhill no necesitara unos retoques para convertirse en Jellystone. Para empezar, Brevig comenta: “Es un pinar que utilizan para producir madera, lo que significa que hay árboles plantados a una distancia equidistante en filas claramente dibujadas”. Sobre esta base, el diseñador de producción David R. Sandefur y el especialista en croma Russell Hoffman añadieron cedros japoneses maduros de origen local, que recuerdan mucho a las secuoyas de California, además de casi 10.000 helechos, múltiples capas de hierba y musgo, camiones de rocas y troncos y multitud de hojas de pino. También se intercalaron cientos de plantas de vivero con las coníferas trasplantadas para crear una vegetación exuberante.
El lago en el que Yogui organiza un espectáculo de ski acuático y fuegos artificiales se rodó en la reserva de Whakamaru, en la parte central de la isla, en North Island, entre las ciudades de Rotorua y Taupo. Para la escena del rafting en la que Yogui, Bubu, el agente Smith y Rachel terminan siendo disparados hacia los rápidos, el equipo de la producción aprovechó el cercano río Waikato, donde crearon los peligrosos rápidos coordinándose con una planta hidroeléctrica local que utiliza el río para suministrar electricidad a la región. Cuando abrían las compuertas de Aratiatia cada dos horas, el equipo aprovechó el agua que fluía para lanzar la balsa.
“Puedo dar fe de que no rodé la secuencia con dobles”, comenta con orgullo Tom Cavanagh. “No es que sea demasiado valiente, pero puesto que la balsa de los dobles volcó, hubo que recurrir al plan B.
La escena se completó con una pantalla azul. La supervisora de efectos visuales Betsy Paterson comenta: “Rodamos mucho en el río, pero siempre hay cositas que añadir. Luego integramos a Yogui y a Bubu. Tenían que tener cara de miedo, tenía que parecer que temían por su vida. Así que los encajamos entre el agente Smith y Rachel y les dimos algunas cosas divertidas que hacer”.
En línea con los parámetros de diseño de Sandefur, la diseñadora de vestuario Liz McGregor también trató de recrear unos look que no fueran demasiado retro pero que al mismo tiempo no resultaran demasiado temporales. “Trabajé con una imagen muy concreta para el agente Smith a partir de la serie de televisión, así como con el uniforme actual del Servicio de Parques Nacionales (NPS), y decidí combinarlos a ambos", explica. "Todas las insignias están basadas en las insignias y los diseños del NPS, pero transformados para que en ellos se leyera ‘Jellystone.’”
Brevig visitó el Parque Nacional del Yosemite, en California para preparar “El oso Yogui”, y comenta que “Jellystone es una especie de versión idealizada de esos lugares del mundo y todo lo que ofrecen. Una de las cosas más interesantes de nuestro parque es que en esencia sigue existiendo en su tiempo, y tratamos de replicarlo en la película. Desde la primera escena, el público se siente como si estuviera en el mundo de Yogui y en el parque de Jellystone, el parque más maravilloso que pueda imaginarse, con un par de osos decididos a que siga siéndolo.
“Espero que todo el que vea la película recuerde lo que sintió cuando vio los dibujos animados originales", concluye Brevig. “Espero que puedan compartir esos sentimientos con sus hijos”.
GALERÍA DE FOTOS
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