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La pasión del director David Frankel por ‘El gran año’ se vio reflejada por la dedicación absoluta que prestó a la búsqueda de sus protagonistas de ficción. Su implicación con el proyecto se remonta a cuando Frankel se encontraba realizando la postproducción de ‘El diablo se viste de Prada’, película que se convirtió en un éxito de taquilla en su estreno en 2006. Después de leer el guión, cuenta él, “me enamoré de los personajes y de su búsqueda. Pensé que podrían ser un tema intrigante para una película. Se trata de tres tíos que quieren ser los mejores en algo; también es una especie de relación de cariño fraternal”.
Frankel trabajó con los productores Stuart Cornfeld y Curtis Hanson, junto al guionista Howard Franklin, en el desarrollo del guión, que a su vez se inspiró en el laureado libro de no-ficción de Mark Obmascik.
Cornfeld recuerda los comienzos del proyecto, “Cuando leímos la proposición del libro, resultó ser una historia irresistible sobre personas de orígenes muy diferentes que compartían una obsesión en común. Nunca había leído algo así. Pensé que esta historia cubría muchos elementos de la experiencia humana”.
Fue la pasión de Frankel y su impresionante historial de películas que cuentan historias de la vida real, lo que atrajo a las tres superestrellas de la comedia a la película ‘El gran año’. “El guión era tremendo y trataba de temas que son universales, y además lo hacía de una manera divertida”, afirma Steve Martin. “Era único, e inmediatamente comprendí la pasión de David por el material”.
Los actores, al igual que Frankel, destacan que ‘El gran año’ no es una cinta que trata meramente de la observación de aves. Y Frankel señala que algo que tienen en común la realización cinematográfica y la observación de aves, es que ambas constituyen un viaje quijotesco.
El programa de la producción resultó agotador, con más de 270 escenas y 100 localizaciones en un rodaje de 55 días. “Desde la primera exploración que hicimos, en Yukon a veinte grados bajo cero, hasta el último día de la fotografía principal a cuarenta grados en los Cayos de Florida, el viaje fue una gran paliza”, dice la productora Karen Rosenfeld.
Los camiones de la producción, viajando desde Vancouver hasta el Yukon tardaron cuatro días en completar el viaje, mientras que el reparto y el equipo llegaron desde Vancouver a Whitehorse en un vuelo de dos horas y media. Desde ahí, el viaje continuó en autobús durante seis horas hasta Dawson City, hogar de la legendaria Búsqueda del Oro en Klondike en la década de 1890.
El rodaje en le Yukon dio al director de fotografía, Lawrence Sher, la oportunidad única, en un día memorable, de rodar durante veinticuatro horas seguidas, sin perder la luz en ningún momento.
‘El gran año’, incluye más de cien escenarios diferentes, lo que para el diseñador de producción, Brent Thomas, “fue una especie de problema matemático. ¿Cómo conseguir todo esto en [una producción programada para] cincuenta y cinco días?”. En numerosos momentos del rodaje, el departamento de arte tenía hasta ochenta personas trabajando en cinco platós diferentes al mismo tiempo.
Desde el Yukon, el equipo regresó a la Columbia Británica, a Osoyoos, en el Valle de Okanagan, el único desierto del Canadá. Esta localización sustituyó a parte de Arizona y California. El equipo de producción también rodó en Whistler, Vancouver, Tofino (un pequeño pueblo de la costa oeste de la Isla de Vancouver), la Ciudad de Nueva York, el Joshua Tree de California, y los Everglades y Cayos de Florida.