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SINOPSIS
La aventura acompaña en su viaje al personaje al que hace mención el título, Bilbo Bolsón, que se ve arrastrado a una épica búsqueda para recuperar el reino enano de Erebor, secuestrado por el terrorífico dragón Smaug. Reclutado inesperadamente por el mago Gandalf el Gris, Bilbo se halla a sí mismo enrolado en una compañía formada por trece enanos y liderada por el legendario guerrero Thorin Escudo de roble. Su viaje les llevará a tierras salvajes, a territorios peligrosos repletos de trasgos y orcos, mortíferos wargos y arañas gigantes, cambia pieles y hechiceros...
INTÉRPRETES
MARTIN FREEMAN, IAN McKELLEN, RICHARD ARMITAGE, JAMES NESBITT, IAN HOLM, ELIJAH WOOD, HUGO WEAVING, CATE BLANCHETT, CHRISTOPHER LEE, ANDY SERKIS, LEE PACE, BENEDICT CUMBERBATCH
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PREMIERE
SECUELAS El Hobbit: La desolación de Smaug (2012)
El Hobbit: La batalla de los cinco ejércitos (2014)
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El 21 de septiembre de 1937, J.R.R. Tolkien publica un libro infantil titulado ‘El Hobbit o Historia de una ida y una vuelta’. DesdeEL HOBBIT su primera publicación, se han vendido más de 100 millones de copias del libro y se ha traducido a unos 50 idiomas diferentes. En 75 años, nunca ha dejado de estar en circulación.
‘El Hobbit’, tal y como se conoce popularmente el libro, surge de la imaginación de un venerado autor, poeta, profesor de universidad y filósofo que concibió la historia como un cuento para contar a los niños antes de que éstos se fueran a dormir; sin embargo, el texto está iluminado por el amor que siente el autor hacia la naturaleza y los cuentos de hadas, sus experiencias en la guerra y el afecto que siente por aquellas almas humildes que prevalecen a pesar de obstáculos insuperables.
La historia de Bilbo Bolsón, un hobbit al que se saca de su acomodado agujero-hobbit y al que se empuja a una maravillosa aventura llena de peligros en compañía del mago Gandalf el Gris y 13 enanos, la han devorado generaciones de lectores como si de un rito literario se tratase. Es una obra que define al mismo tiempo la llamada a la aventura, la naturaleza del honor y la lealtad, el anhelo del hogar y el silencioso coraje del que dispone el más inesperado de los héroes. Además, introduce al mundo la complejidad de las civilizaciones y el mágico paisaje de la Tierra Media, un universo profundo y rico que Tolkien exploró en sus escritos a lo largo de su vida y que dejaría una huella cultural profunda en todo el mundo.
A pesar de que el libro ha servido de inspiración para muchas adaptaciones en diversos medios (desde escenarios o tebeos hasta videojuegos), la historia completa de ‘El Hobbit’ no se había llevado nunca a la gran pantalla…hasta ahora.
Hace aproximadamente una década, el director Peter Jackson se embarcó por su cuenta y riesgo en la adaptación del último trabajo de Tolkien, la revolucionaria trilogía de ‘El Señor de los Anillos’, tres películas que han forjado su propia huella imborrable en el léxico cultural. Cada una de ellas fue un éxito en taquilla que obtuvo elogios y premios por parte de la crítica; un trabajo que culminó con la película final "El Señor de los Anillos: El Retorno del Rey", galardonada con 11 Oscars®, incluyendo entre ellos los de Mejor Película, Mejor Director y Mejor Guión Adaptado.
Tolkien escribió en un primer momento ‘El Hobbit’ para luego continuar con ‘El Señor de los Anillos’, su ópera prima de tres volúmenes; sin embargo, Jackson hizo el viaje en la dirección opuesta. Continuando con la experiencia que vivió al hacer las películas de “El Señor de los Anillos” ha decidido volver atrás en el tiempo, 60 años atrás, para contar en una nueva trilogía lo que, de hecho, es la primera parte de la historia, comenzando para ello con “El Hobbit: un viaje inesperado”.
“Cuando hicimos 'El Señor de los Anillos' estaba completamente seguro de que iba a ser una experiencia única en la vida”, comenta Jackson. “Fue algo tan increíble que cuando acabamos el trabajo ninguno de nosotros podía creer que no volveríamos a aventurarnos en la Tierra Media; sin embargo, la experiencia de hacer la trilogía de ‘El Hobbit’ fue igual de especial para todos. Así que lo que tengo ahora es el haber vivido una experiencia única en la vida dos veces.”
Jackson ha estado implicado en el desarrollo del proyecto desde el principio, sin embargo, hasta que no se hubo sumergido en el trabajo de elaboración del guión junto a sus viejos colaboradores Fran Walsh y Philippa Boyens, y en esta ocasión también con Guillermo del Toro, no decidió dirigir él mismo las películas. Atraído por los hilos temáticos y las luchas emocionales que se incorporan a lo largo de la narración, imaginó que las películas serían un reflejo de la escala, la amplitud y la gran apuesta que ya fueron las películas de “El Señor de los Anillos”.
Lo que los directores de “El Hobbit: un viaje inesperado” esperaban al realizar la película era que la historia pareciese real, que reflejara la magia, la majestuosidad, el humor y la oscuridad, así como la intimidad de la emoción humana que el propio autor dejó recogidas en la obra. El guionista y productor Fran Walsh dijo: "Siempre hemos visto ‘El Hobbit’ como un novela de fantasía un poquito más positiva; sin embargo, según vas llegando al final de la novela te das cuenta el modo en que Tolkien va allanándose el camino para situarse donde comienza el épico viaje de ‘El Señor de los Anillos’, lo que para nosotros es la transición natural hacia un tiempo más oscuro. El honor, el liderazgo y el poder, los grandes temas que prevalecen en ‘El Señor de los Anillos’, despiertan en ‘El Hobbit’.”
Para dar forma a esa transición en la elaboración del guión, Jackson, Walsh y Bovensdid han adaptado ‘El Hobbit’ de tal manera que quede lo más cercano posible a la publicación original. Lo que mucha gente no sabe es que el propio autor continuó desarrollando la historia, de hecho, en última instancia publicó unas exhaustivas notas en las que desplegaba ‘El Hobbit’ a lo largo de 125 páginas de apéndices que quedaron incluidas al final de ‘El Señor de los Anillos’. “Con ‘El Hobbit’ Tolkien abandonó por primera vez el resto del mundo para sumergirse en la mitología y el universo de la Tierra Media,” comenta Philippa Boyens.
Este increíble recurso dio alas a los directores para ampliar ese mundo y contar más sobre la historia en sus películas, pero, al mismo tiempo, se vieron esclavos de una obra que a todos nos encantó, por lo que al tocar ciertos puntos más oscuros lo que intentaron fue no comprometer el tono del libro.
También quisieron sumergir por completo a la audiencia en la Tierra Media, así que, por primera vez, Jackson hizo uso de cámaras digitales de última generación para grabar, en lo que es un hecho sin precedentes, la acción en 3D en 48 fotogramas por segundo (fps) para que pudiese verse en HFR 3D, además de en losEL HOBBIT formatos estándar. “Queremos que la experiencia que se sienta al ver las películas de ‘El Hobbit’ vaya mucho más allá de lo que se sintió con ‘El Señor de los Anillos’,” comenta Jackson.
Stone Street Studios, la central de producción de Peter Jackson en Miramar, Nueva Zelanda, casi ha triplicado su tamaño y su potencial desde los días en que él y su equipo trabajaron en la trilogía de ‘El Señor de los Anillos’ en lo que previamente fuera una fábrica de pintura. Construir el mundo de ‘El Hobbit: Un viaje inesperado’ ocupó ocho acres y abarca seis escenarios, entre ellos dos de última generación construidos específicamente para la nueva trilogía.
Volver a hacer tres películas consecutivas requería el despliegue de una operación logística verdaderamente épica que aprovecharía el talento de cientos de personas, supondría la construcción de casi 100 decorados, la fabricación de miles de prendas, prótesis, pelucas, accesorios y armas, y trasladar a la compañía desde los estudios de rodaje de Miramar a espectaculares entornos distribuidos por diferentes puntos de las islas de Nueva Zelanda.
Jackson y su equipo querían transmitir una sensación de armonía visual con la anterior trilogía, con una importante diferencia: “Una década después, gran parte de la imaginería de la Tierra Media se ha vuelto muy representativa”, comenta, “pero para ‘El Hobbit: Un viaje inesperado’ era importante crear la sensación de que se trata de una época más idílica. La oscuridad que descenderá sobre este mundo se está gestando pero todavía no se ha expandido, y queríamos reflejar esa idea visualmente con un tono más ligero y que recordase más a un cuento en cuanto a diseño y fotografía.”
Los cimientos de este mundo surgieron del departamento artístico de la producción. Trabajando con un equipo de unas 350 personas, Dan Hennah era el encargado de diseñar una Tierra Media estratificada, polifacética y palpablemente real en los escenarios físicos, que fueran de la mano con los personajes y los ambientes que crearía posteriormente Weta Digital.
Este proceso en constante evolución empezó con miles de bocetos meticulosa y perfectamente elaborados por los célebres ilustradores de Tolkien John Howe y Alan Lee, que también crearon las influyentes imágenes de la trilogía de ‘El Señor de los Anillos’. Su imaginería fue surgiendo a partir de las conversaciones que mantuvieron con Jackson y Hennah, del guion y de su propio amor por el libro.
“Trabajar en una película requiere muchísimo más detalle de lo que te puedes imaginar al leer el guión o incluso el libro”, explica Lee. “Tolkien utilizaba el lenguaje para crear la historia y la profundidad de las culturas de la Tierra Media. Evoca un sentimiento, una sensación de dónde estas, y una atmósfera sin indicar realmente dónde estará el sol o por dónde saldrá la luna.”
A veces, su arte conceptual también expresaba el contenido emocional del material. “Principalmente, lo que quiere Peter es que el espectador obtenga de la película las mismas imágenes que crearía su imaginación al leer el texto. Por eso describe los lugares sin dar prácticamente detalles, pero sí nos da la impresión que tienen los personajes. No tienes por qué saber cómo es físicamente el lugar, pero sí notas la sensación que debe crearte.”
Con el arte conceptual como guía, Hennah diseñaba escenarios que cumplirían el mandato de Jackson respecto a realismo y exquisitez de detalles. “Para construir el escenario, me fijaba en la parte con la que interactuarían los personajes para calcular cuánto íbamos a necesitar construir”, comenta Hennah.
Los maquetistas crearon modelos a escala de cada escenario, lo que permitía a Jackson definir la acción y resolver cualquier problema que pudiera surgir. Después, Hennah y el director artístico Simon Bright supervisaban la construcción, una tarea que ocupó veinticuatro horas al día durante toda la producción, con el personal trabajando por turnos alternos para construir escenarios detallados y con todos los complementos en poco tiempo.
“Hemos desarrollado unas cuantas técnicas que no teníamos hace diez años”, apunta Hennah. “Por ejemplo, para todos los elementos naturales, los moldes se hacían a partir de objetos vivos o reales. Íbamos a la montaña y poníamos una gran muestra de silicona sobre una roca para obtener su molde. Teníamos cinco o seis moldes de roca, de unos cinco o seis metros de alto cada uno, que encajaban unos con otros en cualquier combinación posible, y también teníamos árboles con ruedas. Era muy parecido a trabajar con un escenario de teatro.”
Esta forma de crear escenarios funcionó especialmente bien para escenarios como el Bosque de los Trols, la Ciudad de los Trasgos y la caverna de Gollum. El departamento artístico podía cambiar o ampliar un escenario a lo largo de la noche de manera que Jackson tenía completa libertad y flexibilidad para rodar como quisiera.
Elfos, hobbits, enanos, magos y trasgos, cada reino era diferente y requería que los diseñadores establecieran identidades, no solo a través de los actores y el vestuario, sino también a través del attrezzo y los ambientes. “Teníamos muchas historias que representar, especialmente en cuanto al uso que hacían de los materiales, así que investigamos mucho y establecimos ciertas reglas basándonos en ello”, explica Hennah.
Algunos escenarios resultarán familiares a los fans de la trilogía de “El Señor de los anillos”. El escenario a pequeña escala del hogar de Bilbo, Bolsón Cerrado, lo sacamos del almacén, lo restauramos y lo mejoramos considerablemente. Jackson quería crear la sensación de que se trataba del mismo lugar que ocuparon el viejo Bilbo y Frodo en las anteriores películas.
Lesnie disfrutó la oportunidad de volver a la Tierra Media con Jackson, esta vez rodando en 3D con cámaras digitales de última generación Red Epic. Compactas y móviles, estas cámaras se adaptaban a la plataforma rodante, a la grúa y al rodaje con cámara en mano mientras registraban muchísima más información que las cámaras tradicionales, a una velocidad sin precedentes de 48 fotogramas por segundo (fps).
Mientras que la anterior visita de Jackson a la Tierra Media, en 2D, les permitió utilizar la “perspectiva forzada” para engañar a la vista y hacernos creer que Gandalf es mucho más alto que sus amigos hobbits y enanos, rodar en 3D ha dejado prácticamente obsoletas las antiguas técnicas. Al igual que en las producciones anteriores, en ‘El Hobbit: Un viaje inesperado’ se hace un gran uso de dobles a escala de cada personaje, que van desde una altura de menos de cuatro pies a más de siete pies. Sin embargo, en la fiesta de Bolsón Cerrado, y otras muchas escenas que incluían interacción cara a cara, Jackson aprovechó la oportunidad para probar una innovadora tecnología de cámara llamada Slave Motion Control o Slave MoCon.
Esta técnica exigía que el departamento artístico construyera dos escenarios para instalar la acción: uno a tamaño de los principales actores de la escena y otro creado sobre pantalla verde para los personajes más altos o más bajos que apareciesen en esa misma escena. Los actores interpretaban la escena simultáneamente en los dos escenarios, con indicadores visuales para los ejes de mirada y auriculares para el diálogo, mientras que las cámaras que rodaban en cada escenario estaban se movían perfectamente sincronizadas. Este proceso permitía a Peter Jackson dirigir simultáneamente los dos escenarios, que posteriormente se fundirían digitalmente en una sola escena.
“El equipo central del escenario principal funcionaba sobre una grúa de rodaje normal”, explica el supervisor de Slave MoCon Alex Funke. “Sin embargo, codificaba todos y cada uno de los movimientos: pluma, pista, enfoque, inclinación y demás, de manera que todo lo que hacía se convertía en datos numéricos, se cambiaba la escala al porcentaje correcto y se enviaba por un cable hasta la grúa de rodaje con movimiento controlado, o equipo esclavo, que estaba rodando a escala en el escenario de pantalla verde. Entonces, este otro equipo reproducía los movimientos del equipo central a una distancia a escala y velocidad específicas."
Jackson también quería la libertad de poder seguir a los personajes de una habitación a otra, así que amplió el escenario de Bolsón Cerrado añadiendo un comedor, una habitación y una gran despensa, todo ello meticulosamente detallado tanto en la escala grande como en la reducida.
La Tierra Media es una sociedad preindustrial, así que todo tenía que parecer hecho a mano y único, lo que fue posible gracias al ejército de artesanos de la empresa, entre ellos un alfarero, un herrero, un soplador de vidrio, carpinteros, un estilista de alimentos, un talabartero, un taller de complementos textiles para el hogar, un constructor de barcos, cesteros y todo el personal de una fundición para el moldeado de aluminio y bronce.
Para los bucólicos exteriores de Hobbiton, Jackson y los demás volvieron a la granja Alexander, en la región de Matamata de la isla norte de Nueva Zelanda.
Un escenario que se ha creado nuevo para “El Hobbit: Un viaje inesperado” es el bosque Rhosgobel, morada del mago Radagast. Entre sus muchas excentricidades, un árbol atraviesa por completo su casa, que se inclina precipitadamente sobre suelos y paredes torcidos, planteando numerosos desafíos prácticos para los constructores.
Otro escenario nuevo es la caverna de Gollum, un lugar que recordarán bien los lectores del libro, que Lesnie iluminó con tonos taciturnos y oscuros.
Para el departamento artístico, decorar la Ciudad de los Trasgos fue una labor bastante imaginativa. “Los trasgos son un poco de hacer las cosas de cualquier manera y después ir arreglándolas”, explica el experto en attrezzo Nick Weir. “Juntan las cosas para conseguir sus propios enrevesados, y probablemente desagradables, fines. Fue muy divertido.”
El opuesto estético de la Ciudad de los Trasgos, el refugio élfico de Rivendell, es etéreo, misterioso y está íntimamente conectado con el bosque y el río que lo rodean. Para volver a Rivendell, Hennah restituyó y amplió el escenario físico original de la producción de “El Señor de los Anillos”, que se mejoró todavía más mediante efectos especiales.
En cuanto a las estancias de Lord Elrond, Alan Lee conceptualizó y reveló una parte más de Rivendell añadiendo el observatorio en el que Elrond examina el mapa de Thorin, así como un exquisito patio y la sala del Concilio Blanco.
Hennah intentó mantener la consistencia con la paleta de colores plateados y azules que ya se había establecido para Rivendell pero con una diferencia esencial. “En las últimas películas, los elfos eran una cultura en vías de extinción y esto se reflejaba en su entorno”, explica.
Tanto para Rivendell como para el resto de escenarios de la película, los innovadores sistemas de cámara que estaban utilizando Jackson y Lesnie exigían una capa extra de diseño. Estas cámaras capturan una cantidad de información exponencialmente mayor en cada toma pero “se comen el color”, explica Hennah.
Pese a haber transcurrido una década entre las dos películas y a todos los avances tecnológicos que han tenido lugar en ese tiempo, Lesnei quería mantener la apariencia de las películas de “El Señor de los Anillos” y a la vez aprovechar todas las posibilidades que ofrece esta nueva tecnología. “Como las imágenes a 48 fps son tan claras y tan definidas, utilicé una iluminación más suave para crear una sensación más ‘fílmica’, y en el proceso de nivelado de la postproducción, sudamos tinta para darle a la película un poco de suavidad y cuerpo.”
Se desarrollaron sistemas de iluminación para permitir a Jackson completa flexibilidad a la hora de unir y remplazar la luz natural entre los escenarios y las localizaciones prácticas. Mientras que las luces Kino no se pueden atenuar, el equipo de Lesnie inventó un programa que permitía apagar los tubos individuales siguiendo un patrón aleatorio que creaba un efecto atenuante o permitía cambios en la temperatura del color durante una toma. Esta técnica era especialmente útil para secuencias que empezaban al atardecer y se alargaban hasta la puesta de sol, especialmente en Rivendell.
Un colaborador esencial en la creación del mundo físico de ‘El Hobbit: Un viaje inesperado’ es Weta Workshop, la principal empresa de efectos visuales de Nueva Zelanda, dirigida por su director creativo y cofundador Richard Taylor.
En ‘El Hobbit: Un viaje inesperado’, este trabajo empezó con la creación de diferentes cualidades físicas y accesorios para los enanos.
Para Weta Workshop, cada nuevo día de rodaje suponía la creación de una prótesis completamente nueva para los enanos, aunque, afortunadamente, las piezas de las manos y los brazos duraban más.
Los actores llevaban unos birretes de espuma que aumentaban el tamaño de la parte trasera de sus cabezas, y las orejas echadas hacia adelante para hacer las caras más anchas. Todo esto estaba oculto debajo de unas pelucas hechas a mano, que también añadían volumen.
Gracias a las innovaciones en los efectos de maquillaje y a la posibilidad de pintar previamente las prótesis, el proceso de aplicación se redujo a una hora y media. “Puesto que las prótesis en forma de T cubrían las cejas de los actores, añadimos a mano unas cejas en cada una”, explica Tami Lane, la supervisora de prótesis.
Cada pieza tenía fibras de plástico entremezcladas, lo que crea la ilusión de que hay sangre debajo de la piel, así como pecas, arrugas, manchas, venas y cicatrices para añadir realismo.
El equipo de diseño de vestuario, encabezado por Ann Maskrey, utilizó los colores y las texturas para sugerir el estatus de los enanos. “Para los de estatus alto (Thorin, Fili, Kili, Balin y Dwalin), las telas que utilizamos son más ricas, como terciopelo, brocados y cuero acolchado”, describe Maskrey.
Después están las meticulosamente detalladas y extremadamente grandes botas de piel, todas ellas equipadas con unos botines ligeros en el interior para sujetar los pies del actor. “Algunos miembros del reparto realmente descubrieron lo que era ser un enano en el momento en el que se pusieron esas botas y empezaron a andar con ellas”, comenta Maskrey.
Diseñar el vestuario de Bilbo era un terreno mucho más familiar, siempre alegremente vestido con prendas por las que no pasa el tiempo que sugieren un idilio rural de otro tiempo pasado.
El toque final de la transformación de Freeman en hobbit era un par de pies de hobbit. Para ello, Weta Workshop creo unos innovadores calcetines de pies de hobbit reutilizables que llegaban por encima de la rodilla, creados a partir de zapatillas deportivas y con dedos individuales. Después se añadían extensiones de uretano para los dedos para que pudiera mover los protésicos dedos de hobbit.
Las figuras eternas de Gandalf, Saruman, Elrond y Galadriel siguen siendo prácticamente igual que como las vimos anteriormente. Al maltrecho sombrero de Gandalf y sus ropas grises se ha añadido una bufanda plateada. Elrond y Galadriel, con sus orejas de gelatina, están resplandecientes en sus elegantemente tejidas prendas.
La creación de los mundos y las civilizaciones de la Tierra Media no habría sido posible sin la imaginación, la destreza y la innovación de Joe Letteri y su sólido equipo de 850 personas de Weta Digital.
La multitud de criaturas digitales que poblarían la película, desde los trols hasta los gigantes de piedra, pasando por los trasgos y Gollum, fueron obra de Weta Digital. Peter Jackson revisaba las criaturas a medida que se creaban y a veces sugería algunas mejoras una vez que las veía cobrar vida.
Azog, el poderoso y cruel orco pálido interpretado por Manu Bennett, se creó íntegramente de forma digital. Siendo uno de los más aterradores de su especie, Azog cobró vida por primera vez en el plató de captura de movimiento (MoCap, del inglés Motion Capture), al igual que los tres trols, William, Bert y Tom, con los actores Peter Hambleton, Mark Hadlow, y William Kircher, respectivamente, que hacían de dobles en el MoCap, además de su papel de enanos.
El MoCap también se utilizó para crear al grotesco Gran Trasgo, interpretado por Barry Humphries, y para todas las hordas de trasgos. Sin embargo, dos de los orcos, Yazneg y Fimbul, se crearon a partir de silicona pintada y prótesis de látex diseñadas y elaboradas por Weta Workshop y posteriormente mejoradas por Weta Digital.
Uno de los primeros y más sofisticados personajes digitales jamás creados fue Gollum, el que fuera hobbit previamente y al que vimos cobrar vida en la trilogía de ‘El Señor de los Anillos’ gracias a Andy Serkis. Este personaje fue producto de la colaboración entre Serkis y Weta Digital con la antes tan vanguardista tecnología de captura de movimientos.
Hace diez años, el sistema requería que Serkis hiciese sus escenas en un plató independiente y, después, su interpretación digital se combinaba con la actuación de los actores reales en la fase de postproducción. En ‘El Hobbit: Un viaje inesperado’, el equipo de captura de movimientos de Weta Digital tuvo el lujo de poder grabar a Serkis en directo en el escenario, actuando junto a Martin Freeman.
Las mejoras que Weta Digital ha introducido en sus proyectos de captura de movimientos hicieron posible que Serkis y Freeman interactuasen en directo y sin interrupciones en la representación de la larga escena “Acertijos en la oscuridad” desde el principio hasta el final. Este proceso permitió a Jackson dirigir y encuadrar la cámara para dos actores reales, incluso aunque posteriormente se fuera a remplazar a uno de ellos por un personaje digital.
Al igual que con el resto de interpretaciones con captura de movimientos, los expertos en animación recogieron todos los datos de la interpretación que grabaron en el escenario y los transfirieron para utilizarlos en el personaje digital, en este caso Gollum. Esto también les permitió añadir los movimientos arácnidos de Gollum y su habilidad para trepar por superficies verticales que los humanos no tienen.
Para facilitar el despliegue de efectos visuales de la película, un equipo dirigido por el supervisor de efectos especiales Eric Saindon estaba en el rodaje en todo momento recogiendo datos para crear extensiones del escenario y las exquisitas vistas de la Tierra Media.
También utilizaron la fotografía para crear esta visión más amplia de la Tierra Media. En el rodaje de exteriores, a Jackson le encantó el aspecto de los cielos de Hartfield, por lo que se hicieron tomas panorámicas de 360º del cielo para utilizarlas durante el largometraje. Igualmente, se hicieron fotografías de las espectaculares montañas y paisajes para utilizarlas como posibles fondos ampliados para la acción.
Entre la colaboración de Jackson con el equipo de efectos visuales a la hora de recoger datos e imágenes en el rodaje y los artistas utilizando esos datos para llevar las imágenes a la pantalla, todo era posible.
Meses antes de que las cámaras empezasen a rodar, Martin Freeman, el reparto de enanos y todo el equipo de especialistas y dobles a escala empezaron a entrenarse en el manejo de las armas, en los movimientos y en equitación, en lo que acabaron llamando el “campamento militar de enanos”. En el acondicionamiento físico también se tuvo en cuenta lo que el reparto llevaría puesto, incluidas las pesadas prótesis, los grandes atuendos, las voluminosas prendas y el armamento.
Teniendo en cuenta que todos los participantes tenían una fuerza y una experiencia muy diferentes, el coordinador de dobles Glenn Boswell y su equipo elaboraron unas rutinas generales acompañadas de unas acciones específicas para cada personaje. Además, el maestro de espada Steven McMichael les enseñó a utilizar sus armas individuales para que el equipo de especialistas pudiera coreografiar la acción.
El trabajo del coordinador de movimientos, Terry Notary, también fue vital para que los actores “encontraran” a sus personajes. Las diferentes razas de la Tierra Media tienen formas específicas de moverse y luchar.
El rodaje en exteriores se llevó a cabo durante ocho semanas y media en numerosos puntos de las islas norte y sur de Nueva Zelanda, la Tierra Media cinematográfica que ya se conoce en todos los rincones del mundo. El director de supervisión de localizaciones Jared Connon y su equipo se estuvieron preparando durante meses para la monumental tarea de rodaje de exteriores. Trabajó codo con codo con el departamento artístico para garantizar la consistencia entre lo que se estaba buscando y lo que se crearía en el plató de rodaje, como ocurrió con el Bosque de los Trols, que acabó siendo una composición de las Mangaotaki Rocks, cerca de Piopio, y un decorado artificial. “Todo se tenía que acordar de antemano para que molestásemos lo mínimo posible y la población local supiera exactamente a qué atenerse”, comenta.
El reciclaje y la eliminación segura fueron actividades de gran importancia, y de hecho, instalaron su propio sistema eléctrico y de fontanería, así como una conexión informática, independientemente de dónde se basara el rodaje, lo que conllevó la instalación de antenas parabólicas cuidadosamente colocadas.
Debido a la complicada ubicación de muchas de las localizaciones y a los requisitos del rodaje, también hicieron falta muchos helicópteros para transportar al reparto y al equipo a la cima de montañas o a terrenos inaccesibles, como ocurrió en el caso de los paisajes de Braemar Station, en la cuenca McKenzie.
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