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SINOPSIS
El astronauta Neil Armstrong inicia un viaje en el que se convertirá en el primer ser humano en llegar a la Luna. Se trata de una de las misiones más peligrosas a las que se ha enfrentado Armstrong...
INTÉRPRETES
RYAN GOSLING, CLAIRE FOY, JASON CLARKE, PABLO SCHREIBER, KYLE CHANDLER, CIARÁN HINDS, ETHAN EMBRY, COREY STOLL, CHRISTOPHER ABBOTT, PATRICK FUGIT, LUKAS HAAS, BRIAN D'ARCY JAMES, SHEA WHIGHAM, CORY MICHAEL SMITH, BRADY SMITH
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EL PRIMER HOMBRE: LA VIDA PERSONAL DE NEIL ARMSTRONG...
Basado en el libro First Man: The Life of Neil A. Armstrong, de James R. Hansen, FIRST MAN - EL PRIMER HOMBRE cuenta detalles reveladores de la vida privada y de los momentos más cruciales de un héroe conocido mundialmente conocido. Después de obtener un doctorado en Ciencia y Tecnología por la Universidad Estatal de Ohio, y de haber estudiado y enseñado historia espacial, el autor decidió escribir su primera biografía. En 2000, James Hansen se puso en contacto con Neil Armstrong para que le autorizara a contar su historia. Al cabo de dos meses, el astronauta, poco inclinado a conceder entrevistas y mucho menos a que alguien documentara su vida, rechazó la petición.
Pero el escritor no se dio por vencido y consiguió el permiso del famoso piloto. "Tardé unos dos años en convencerle", recuerda. "La familia de Neil estaba totalmente de acuerdo en que se escribiera una biografía. El momento crucial fue cuando me invitó a su casa en las afueras de Cincinnati, donde llevaba viviendo unos veinte años, y pasamos la tarde charlando en su estudio. Salí de allí con una sensación muy optimista, pero aun así tardó algunos meses en aceptarlo. Hansen se sintió fascinado por la dualidad del personaje. "Neil tomaba decisiones en una décima de segundo en la cabina de mando, pero tratándose de su vida privada, era el hombre más prudente del mundo".
Mucho antes de conocer a Neil Armstrong personalmente, el escritor había realizado cientos de entrevistas a otras personalidades, y esa experiencia captando la historia oralmente le ayudó a ganarse la confianza del piloto. "Una de las cosas importantes fue que empezó a fiarse de mí", dice James Hansen. "No solo crecimos relativamente cerca, a unos 80 kilómetros, él vivía en Ohio y yo en Indiana, sino que estudiamos en la Universidad Estatal de Ohio y nuestros padres eran granjeros. En cierto modo, hablábamos el mismo idioma. Conocemos a Neil como un símbolo icónico unidimensional, pero era un ser humano tridimensional que respiraba y sentía".
Los productores nunca quisieron limitarse a contar la historia de un héroe del que hemos visto numerosas fotos, leído u oído muchas entrevistas, sino indagar en qué le impulsó a él, a su familia y a sus compañeros de la NASA a lograr lo impensable. "Esta historia cuenta los tremendos riesgos del proyecto y el increíble peligro que corrieron esos hombres", explica el productor ejecutivo Adam Merims. "Neil fue piloto durante la guerra de Corea, antes de trabajar como piloto de pruebas en las Fuerzas Aéreas y, eventualmente, en la NASA. Era una época en que los pilotos de pruebas morían con demasiada frecuencia. Muchos de sus compañeros murieron en la primera parte de su vida profesional, pero Neil siguió adelante y logró lo que siempre se había considerado imposible".
Neil Armstrong acabó desarrollando una profunda relación con el autor de su biografía, que también es coproductor de la película, algo que ayudó a la producción. "Neil se llevaba de maravilla con Jim Hansen y le gustaba la idea que Jim reflejaba en el libro, lo que había querido comunicar", dice el productor Wyck Godfrey. "Neil estaba convencido de que mientras siguiésemos el libro de Jim, la película sería tal como él hubiera querido".
A pesar de ser un hombre muy celoso de su vida privada, Neil Armstrong aceptó que se plasmara su vida en la gran pantalla después de reunirse con los productores. Wyck Godfrey, que tuvo la gran suerte de conocer al astronauta antes de su fallecimiento el 25 de agosto de 2012, dice que jamás habría hecho la película si Neil Armstrong no hubiera estado de acuerdo. "Conocerle fue una experiencia gratificante", afirma el productor. "Neil no tenía nada en contra de que se hiciera una película de su vida. De lo contrario, ahora no estaríamos hablando".
El productor Marty Bowen recuerda la primera vez que vio a Neil Armstrong: "Le conocí con su segunda esposa en el Jonathan Club, en el centro de Los Ángeles. Le daban un premio al día siguiente. No me sentí nada intimidado hasta que le di la mano, nadie me la había apretado así. Nada más empezar a hablar, me di cuenta de que su experiencia era mucho mayor de lo que todos sabíamos". El productor también habla de la dualidad de Neil Armstrong: "No me lo esperaba para nada porque, a pesar de hablar de cosas realmente complejas, su sentido del humor y su ironía hacían que todo el mundo estuviera pendiente. Era un hombre increíble".
La mayoría le imagina como un solitario, pero su familia y las personas cercanas a él no tenían esa impresión. Mark Armstrong, el más joven de los hermanos, desea que la película muestre a su padre como la persona que era realmente. "Espero que el público se dé cuenta de que fue un hombre rodeado de circunstancias muy complicadas", dice. "Se le exigió mucho y se esforzó en estar a la altura. Siempre se guió por la misma idea: aceptar cada situación y encontrar la mejor forma de hacerse cargo de lo que ocurría".
"Era un hombre normal", añade Rick Armstrong, el hijo mayor del astronauta. "Puede que no se notara viéndole en las noticias, pero era muy divertido. Cuando estaba con sus amigos, no tenía nada que ver con la imagen pública que todos conocemos. Espero sinceramente que la película muestre esa vertiente suya".
EL PROYECTO APOLO: LO QUE SIGUIÓ AL GEMINI...
El objetivo del Apolo 11 era cumplir lo anunciado por el presidente John F. Kennedy el 25 de mayo de 1961: una tripulación alunizaría y regresaría a la tierra. Ocho años después, el 20 de julio de 1969, después de un viaje de ocho días, tres horas, dieciocho minutos y treinta y cinco segundos, tres astronautas lo lograron.
LOS PILOTOS DEL APOLO:
Muchos de los pilotos del programa Gemini pasaron al Apolo, diseñado para realizar una exploración científica de la Luna y conseguir que Estados Unidos encabezara la carrera espacial. La tripulación del Apolo 1 estaba compuesta por Gus Grissom, Ed White y Roger Chaffee, los protagonistas de una de las peores tragedias de la historia de los viajes espaciales. El 27 de enero de 1967 murieron cuando se incendió el módulo de mando del Apolo durante una prueba de vuelo en Cabo Cañaveral. Se preparaban para el primer vuelo tripulado del Apolo que debía orbitar la tierra al mes siguiente.
En el tour que el Centro Espacial Kennedy ofreció a los actores, estos tuvieron la ocasión de ver la plataforma de lanzamiento del Apolo 1, un momento conmovedor para todos. "Fue un momento sombrío", recuerda Jason Clarke. "El hombre que se encargó de enseñarnos las instalaciones trabajaba en la NASA en aquella época y todos nos sentimos muy afectados".
Los pilotos del Apolo 11, los primeros en llegar a la luna, eran el comandante Neil Armstrong, el piloto del módulo de mando Michael Collins y el piloto del módulo lunar Edwin "Buzz" Aldrin. Los productores y el director volvieron a buscar a talentosos actores que tuvieran un cierto parecido con sus personajes.
"Adoro a Corey Stoll, es un actor genial y se parece a Buzz", explica Wyck Godfrey, riendo. "Lo malo es que Buzz era bastante irascible y no caía especialmente bien a nadie, debido tal vez a una fortísima personalidad. Pero poseía una inteligencia excepcional, y Neil estaba convencido de que era el hombre perfecto para estar a su lado durante la misión. Corey también es muy inteligente, pero tiene algo pícaro en la mirada y no se sabe muy bien adónde va. Era perfecto porque queríamos que el espectador se sintiera un poco desconcertado con Buzz".
"Buzz irrumpe en un grupo muy tranquilo de amigos. Está lleno de energía, tiene demasiada personalidad y hace que las cosas se tambaleen un poco. Corey es perfecto para canalizar este tipo de energía", dice el productor.
Lukas Haas, que encarna al piloto Mike Collins, ve su papel en el largometraje como la oportunidad de su vida: "Sigo sin creerme todo lo que he aprendido. Es un tema fascinante. Me siento afortunado por formar parte del proyecto. Ahora tengo a unos cuantos héroes nuevos y siento un gran respeto por el género humano en medio del universo".
Después de leer el libro que escribió Mike Collins, Carrying the Fire: An Astronaut's Journeys, el actor decidió ponerse en contacto con el astronauta: "Le escribí a Mike porque había disfrutado mucho con el libro. Me conmovió descubrir sus experiencias. En vez de llamarle o intentar verle, me pareció mejor escribirle. Me contestó enseguida diciendo que lo que más sentía era que Mickey Rooney no hiciera el papel. Era para morirse de risa".
El actor se sorprendió al enterarse de que Mike Collins estaría en el plató el último día de rodaje en el Centro Espacial Kennedy de Florida. Efectivamente, llegó con Buzz Aldrin para ver el rodaje y conocer a los actores que les encarnaban. "Mike es tan agradable y divertido en persona como por carta", dice Lukas Haas. "Reconozco que conocerle el último día de rodaje fue una de las mejores experiencias de mi vida".
"Me quedo corto si digo que fue surrealista", añade Corey Stoll.
LOS HOMBRES AL MANDO:
El dúo al mando de estos valientes estaba formado por Deke Slayton, director de las tripulaciones de vuelo, al que da vida Kyle Chandler, y Bob Gilruth, encarnado por Ciarán Hinds. "Bob fue el primer director del centro espacial y supervisaba a Deke", explica Kyle Chandler. "Deke se encargaba de escoger a los pilotos para las misiones y de las rotaciones según sus cualidades". Y añade: "Pero Bob era quien decidía. Ha sido genial trabajar con Ciarán en este papel".
Ambos personajes debían ser muy conscientes de su autoridad. "Kyle puede compararse a una figura paterna, a un entrenador", explica Wyck Godfrey, y añade, riendo: "Casi da la sensación de que va a castigar al piloto. Necesitábamos a un adulto que estuviera por encima de otros adultos en cuanto a autoridad y madurez. Kyle es perfecto, y además viste impecablemente, tipo vieja escuela. Y Ciarán también da la impresión de que es mejor no hacerle enfadar. Tiene autoridad, pero no es autoritario".
Deke Slayton y Bob Gilruth eran los encargados de transmitir si una misión había sido aprobada, y muchas vidas dependían de ellos. Cuando se dan cuenta de la posibilidad de que los tres tripulantes no vuelvan a casa, el estrés que sienten se hace palpable al leer el discurso en la Casa Blanca donde anuncian que la misión a la luna puede ser un desastre.
EL ARTE IMITA A LA VIDA...
La directora de casting para la figuración Rose Locke se dejó guiar por el afán de autenticidad de Damien Chazelle y escogió a Chris Calle para un pequeño papel. Chris Calle es el hijo de Paul Calle, uno de los ocho primeros dibujantes contratados por la NASA en 1962 para documentar el Programa Espacial Estadounidense. En una carrera profesional que abarcó más de 40 años, Paul Calle dibujó las misiones Mercury, Gemini, Apolo y del trasbordador espacial.
Paul fue el único dibujante presente la mañana del 16 de julio de 1969, cuando Neil Armstrong, Buzz Aldrin y Michael Collins se preparaban para salir hacia la Luna.
Sus dibujos de la tripulación desayunando y vistiéndose con los trajes espaciales son un testimonio visual de ese famoso día y forman parte de un cuaderno de dibujos que posee su hijo Chris. Este último llevó el cuaderno para la escena en que hace de su padre y le imita dibujando a los tres actores.
Rick Houston, el autor de Go, Flight! The Unsung Heroes of Mission Control 1965-1992, también tiene un papel en la tensa secuencia rodada en el centro de control durante el vuelo del Gemini VIII. "Aparezco en la escena del centro de control cuando todo sale mal con el vuelo del Gemini VIII", explica Rick Houston. "Me entusiasmó formar parte de este proyecto y ver cómo lo habían recreado todo. Ciarán Hinds y yo hablamos bastante de Bob Gilruth, su personaje. Kyle Chandler también me hizo unas cuantas preguntas sobre el centro de control".
Los hijos de Neil Armstrong, Mark y Rick, no solo participaron en la preproducción, también tuvieron papeles en la escena del centro de control. "Hago de Paul Haney, el oficial encargado de relaciones públicas del centro de control", explica Mark Armstrong. "En otras palabras, era el único periodista dentro de la NASA y un empleado de la NASA".
A Rick Armstrong, su hermano pequeño, también le impresionó la veracidad de los detalles y está convencido de que la película no podría estar en mejores manos. "Soy el director de las operaciones de vuelo en el centro de control en la secuencia del Gemini VIII", explica. "Me involucré en la película porque quería asegurarme de que fuera lo más realista posible. Pero después de conocer a Damien y a los productores, y también a Ryan, a Claire a Josh y a muchos otros, me di cuenta de que la veracidad les importaba tanto o más que a mí".
El autor James Hansen tiene un cameo como el Dr. Kurt Debus, director del Centro Espacial Kennedy, donde se ve a los astronautas andar hacia la nave antes del lanzamiento. En esta misma escena, Bonnie Baer (de soltera Bonnie White), la hija de Ed White, también participa con un pequeño papel.
LA NASA ABRE SUS PUERTAS: EL ENTRENAMIENTO DE LOS ASTRONAUTAS...
Después de documentarse acerca de la NASA y de las misiones que hicieron posible el vuelo del Apolo 11, Damien Chazelle estaba muy familiarizado con el funcionamiento de Centro Espacial Kennedy en Cabo Cañaveral y el Centro Espacial Johnson en Houston. "Es asombroso, quería que todos los actores que interpretaban a un astronauta vivieran la experiencia de primera mano", explica.
"El entrenamiento de los hombres para ir al espacio es algo muy visual", añade Wyck Godfrey. "La NASA ha participado activamente en la película. No solo pusieron salas a nuestra disposición, también a su personal".
En opinión del productor Isaac Klausner, un elemento clave era el entrenamiento y la preparación que seguían los astronautas antes de una misión. "Una de las mayores dificultades para el actor que interpreta un papel semejante, sobre todo los que participan en alguna misión, es conseguir actuar con la seguridad, la comodidad y los mismos conocimientos que tenían los astronautas sin haber pasado por el mismo entrenamiento", explica. "Estoy seguro de que algunos de los astronautas podían volar con los ojos vendados. Conocían la posición exacta de cada botón en decenas de paneles".
Era importante que los actores pudieran documentarse, hablar con expertos y participar en simulaciones antes del rodaje. Ryan Gosling, Jason Clarke, Patrick Fugit, Ethan Embry, Shea Whigham, Pablo Schreiber, Lukas Haas y Corey Stoll fueron a los centros espaciales de Houston y de Cabo Cañaveral para entrenarse.
"El entusiasmo y cariño que siente el personal de la NASA por el mundo en que viven y el mundo que les precedió influyó mucho en la película", dice Jason Clarke. "El primer vuelo tripulado a la luna fue su gran momento en la historia. Debo decir que los que conocimos se sabían la historia de memoria y con todo lujo de detalles".
Mientras el reparto visitó el Centro Espacial Johnson, los actores tuvieron la ocasión de ver la NASA del pasado y del futuro. Gracias a una serie de conferencias y actividades, el grupo fue testigo del entrenamiento por el que pasan los astronautas, además de tener una perspectiva del control e ingeniería requeridos para que el ser humano vaya al espacio.
Asimismo, el poder subir en los vehículos Rover usados en Marte no solo les produjo asombro, también hizo que las palabras del guion de Josh Singer fueran mucho más reales. "Practicamos simulaciones de gravedad cero y gravedad lunar", añade el productor Isaac Klausner. "Nos enseñaron dónde vivían y trabajaban los astronautas, lo que comían, cómo se entrenaban, herramientas esenciales para que los actores pudieran sumergirse en sus papeles".
Después de visitar la NASA, Jason Clarke dice que el programa espacial ya no parece un sueño, sino algo tangible. "No es un lugar fantástico ni imaginario, es algo muy práctico con personas amables, generosas y totalmente entregadas. Nos contagiaron la sensación de importancia que sienten por su trabajo".
Dio la casualidad de que los actores estaban en Houston al mismo tiempo que el Centro Espacial preparaba la exposición itinerante "Destination Moon: The Apolo 11 Mission" (Destino la Luna: La misión del Apolo 11) en la que puede verse el auténtico módulo de mando. Al descubrir el espacio donde debían convivir los tres hombres que formaban la tripulación, los actores se quedaron asombrados y la historia cobró mayor realismo.
Uno de los ejercicios más interesantes para los actores fue usar el aparato antigravedad. Retenidos por un arnés, sintieron lo que significa pisar la luna. Hablando de esta experiencia, Pablo Schreiber dice: "Cuando me ofrecieron el papel, fue uno de esos momentos en los que sentí que era actor por una razón, poder ser un niño el resto de mi vida. Jugar a ser astronauta e ir a la NASA, tanto a Cabo Cañaveral como a Houston, tener acceso a aparatos usados en los entrenamientos; por fin cumplía un sueño de infancia".
A pesar de no poder montar en el famoso "cometa vómito", el actor dice que jamás había vivido nada parecido. "La única forma de simular la falta total de gravedad es subir al cometa vómito. Se trata de un avión que baja a una velocidad equis durante seis segundos simulando una gravedad reducida. Solo se consigue así o en el espacio. No nos subieron al cometa vómito, pero ya fue asombroso hacer las dos simulaciones robóticas".
Lukas Haas añade: "Aunque todos hemos visto en televisión las plataformas de lanzamiento decenas de veces y sabemos cómo un vehículo enorme arrastra al transbordador hasta el punto de lanzamiento, no es igual estar allí y verlo con tus propios ojos. Es una experiencia asombrosa".
Kyle Chandler se quedó atónito al descubrir que el cohete Saturno V medía más de cien metros de largo. Solo entonces se hizo una idea real de lo que significaba ser un astronauta. "Nos enseñaron cohetes, transbordadores; era alucinante. De pronto, todo se hacía real", dice el actor. "Estábamos allí, nos dejaron tocar algunas cosas, nos pusimos los trajes espaciales. Todo eso nos ayudó muchísimo a encarnar a nuestros personajes durante el rodaje".
Corey Stoll reconoce que documentarse para un proyecto no siempre es ameno, pero que en este caso, se lo pasó realmente bien. "A veces, prepararse para un papel puede ser realmente pesado", dice, "pero aquí, todo el trabajo previo fue genial. Se han escrito libros maravillosos, rodado películas y documentales fantásticos acerca de los viajes espaciales. Disfruté mucho enterándome de la tecnología, de las personas que participaron en todo esto. Para mí, como para muchos otros, los viajes espaciales se han convertido en algo habitual, pero esta película muestra los comienzos, cuando era algo nuevo, cuando se tenía que inventar todo".
El director no solo animó a los actores que encarnaban a los astronautas a visitar la NASA, también les mandó vídeos de sus personajes para que estudiaran los movimientos, la forma de hablar. Para completar la documentación, añadió una lista de libros y películas.
Entre los libros que Damien Chazelle recomendaba estaban Carrying the Fire, de Mike Collins; Deke!, de Deke Slayton y Michael Cassutt, y First Man, de James R. Hansen. Entre las películas y documentales escogió For All Mankind, Moonwalk One y Mission Control: The Unsung Heroes of Apolo.
"Nos vino muy bien que Damien escogiera lo más interesante porque es muy fácil perderse entre tanto material", dice Corey Stoll. "Buzz escribió varios libros y leí unos cuantos para acercarme a él. Todos fuimos al Centro Espacial Johnson, en Houston, donde nos bombardearon con datos técnicos y anécdotas de los astronautas y del personal del centro de control. Personalmente me ayudó mucho que alguien me dirigiera hacia lo que era importante dentro de la historia".
El flujo de información siguió llegando durante el rodaje a través de los asesores técnicos escogidos por Damien Chazelle y los productores para que supervisaran la recreación de las misiones.
Entre estos últimos estaba Christian Gelzer, que se ocupó muy especialmente del LLTV (Vehículo de entrenamiento para el alunizaje). Cuando no está en un plató, es el historiador jefe de Jacobs Technology del Centro de Investigación Armstrong Flight de la NASA. Joe Engle, supervisó todo el trabajo de la nave X-15. Fue piloto de las Fuerzas Aéreas Estadounidenses y uno de los doce pilotos, con Neil Armstrong, que realizó vuelos de pruebas con el X-15.
Frank Hughes, antaño jefe de entrenamiento para vuelos espaciales, se aseguró de que las escenas de entrenamiento y del centro de control fueran correctas hasta el último detalle, y también se ocupó de las secuencias con el Gemini y el Apolo 11. En la época era un experto de los sistemas de control y de navegación del Apolo y trabajó codo con codo con la tripulación del Apolo 11.
Al Rochford y Ron Woods supervisaron los trajes espaciales. El segundo estaba a cargo del traje de Mike Collins en el Apolo 11, mientras que el primero hizo lo mismo con John Glenn Jr para la misión en la órbita terrestre del Mercury-Atlas 6. Al Worden, que pilotó el módulo de mando del Apolo 15 - el mismo puesto de Mike Collins -, se cercioró de que todo lo referente al Apolo 11 fuera correcto. Y para terminar, James Bilbrey, el cámara y montador del Centro Espacial Marshall de la NASA, se encargó de buscar imágenes inéditas de archivo.
Todos los asesores empezaron a trabajar durante la preproducción y estaban en contacto constante con Damien Chazelle y los productores, además de estar presentes en el plató siempre que se rodaba una escena que debían supervisar. "Todavía no acabo de creerme que conociéramos a tanta gente, a astronautas, que nos dieran tanta información y nos contaran tantas anécdotas de entonces", dice Kyle Chandler. "Hay cosas que un actor no puede inventar, y por eso fue maravilloso que dispusiéramos de tantas anécdotas verdaderas".
EL DISEÑO DE LOS MÓDULOS Y DE LAS CÁPSULAS...
El diseñador de producción Nathan Crowley disfruta mucho con su trabajo, especialmente si se trata de reproducir la realidad. "Soy de los que intentan convencer a los productores y al realizador de que el realismo es lo mejor", dice. "Por ejemplo, en esta película usamos maquetas. No intento reinventar la rueda, se trata de utilizar un viejo método con la tecnología actual".
Bastó una reunión para que Nathan Crowley y Damien Chazelle descubrieran que iban en la misma dirección. "En el momento en que Damien me comentó que quería rodarlo todo, le dije que podía contar conmigo", recuerda el diseñador de producción. "Me apasionan los objetos, las maquetas a escala, y él buscaba exactamente eso, poder rodarlo todo con la cámara. Estábamos de acuerdo en que era muy complicado, un auténtico reto, pero ambos estábamos dispuestos a aceptarlo".
Una de las metas de Damien Chazelle era demostrar el peligro que corrían esos pioneros al volar en "naves de hojalata disparadas al espacio", según Nathan Crowley. El director no estaba interesado en mostrar el lado glamuroso de la misión, sino la lucha que libraron hasta conseguir llegar a la Luna. "Todos tenían conocimientos enormes, pero en esa época todavía se desconocían muchas cosas", dice el diseñador. "Eran auténticos exploradores. También me interesó el hecho de que iban a pasar varios días juntos en un lugar realmente pequeño".
Damien Chazelle le explicó que quería yuxtaponer la sensación de claustrofobia con la inmensidad del espacio exterior. Para que los diseños fueran absolutamente correctos, era necesario pedir ayuda a la NASA. "Nos abrieron las puertas", dice Nathan Crowley. "Fui al Centro Kennedy, en Florida, y pude estudiar el 'Lunar Lander' en detalle, así como la cápsula del Gemini. Lo mismo con el LLTV (Vehículo de entrenamiento para el alunizaje) en Houston. Nos dejaron estudiar los manuales y nos dieron muchísima información, lo que nos permitió recrear con exactitud cómo se sentían los astronautas cuando estaban metidos ahí dentro".
"Digo 'metidos' porque había poquísimo espacio, era como estar en una lata de sardinas", sigue diciendo. "La NASA tenía como objetivo mejorar las cápsulas y las misiones, por lo que hay constantes cambios en los planos a medida que el diseño evoluciona. La mejor forma de entenderlo era que lo explicara alguien que lo hubiera pilotado".
El empeño por ser auténtico de Damien Chazelle les llevó a analizar los diagramas y los instrumentos de los paneles de mando, a hablar con expertos y colaboradores de la NASA. En muchas ocasiones, el director y el diseñador tenían la sensación de ser detectives lanzados a la caza y captura de la última pieza del rompecabezas.
Algunos cineastas quizá habrían sacrificado el realismo cambiando la escala para adaptarse a las necesidades de la cámara o para que los actores estuvieran más cómodos, pero no era la idea que tenía Damien Chazelle. Frank Hughes, el encargado de entrenar a los astronautas para los programas Apolo y Gemini, reconoce que la búsqueda de autenticidad del director le sorprendió: "Llevé toda la documentación que teníamos de la época, listas de verificación, libros. Quería asegurarme, ¡pero se habían adelantado!"
"Cuando llegué, ya lo tenían todo perfecto. Solo tuve que sugerir unos mínimos cambios, cosas que nadie habría notado", añade. "Son fantásticos. De pronto tuve la sensación de haber vuelto a casa, de estar de nuevo en Houston. El ambiente en la nave era totalmente realista. Trabajan de maravilla".
Nathan Crowley es un perfeccionista nato y cree que solo se puede aumentar un 10% las proporciones de cualquier vehículo. Su equipo intentó reproducir el Gemini a tamaño real, pero la cámara no cabía. Se le ocurrió construir la nave en partes que encajaban. Incluso los asientos se separaban por el centro para que la cámara pudiera entrar en la cápsula con la tripulación.
También se realizaron pequeños ajustes para los actores porque algunos son más altos que sus personajes. "Reconozco que aumentamos el Apolo 11 un 5%, pero el X-14 es exactamente tal como era", explica el diseñador. "Solo tuvimos que bajar un poco el asiento porque Ryan es más alto que Neil, y el casco estaba demasiado cerca del techo".
Pero las dificultades no se limitaban a la construcción de los módulos. "Hay muchísima logística involucrada", termina diciendo Nathan Crowley. "Por ejemplo, el reto con el Módulo de Alunizaje residía en construir algo de ese tamaño... y luego encontrar una forma de llevarlo hasta el decorado. Por suerte, se nos ocurrió que debía ser resistente al viento y a la nieve. Y menos mal, porque nevó en nuestra Luna".
LA RECREACIÓN Y GRABACIÓN DE LA LUNA...
El diseñador de producción Nathan Crowley está acostumbrado a recrear el espacio sideral después de trabajar en películas como Interstellar, de Chris Nolan, pero ahora se enfrentaba a otro tipo de reto. "Era la primera vez que iba a la Luna", dice, riendo. "Cuando leí el guion supe inmediatamente que esta película me plantearía grandes dificultades. Tendría que reproducir el X-15, el Gemini, el Apolo y el alunizaje, pero pensé con cierta ingenuidad que sería capaz de conseguirlo. También había que construir los barrios residenciales, la NASA, el Centro Espacial de Houston, y hacer que todo encajara a la perfección, pero esto último no me asustaba".
"Ahora bien, reconozco que intenté no pensar en la Luna porque sencillamente no sabía cómo hacer una luna falsa", reconoce. "No tenía respuestas. Solo sabía que deberíamos rodar en una cantera o en una plataforma de cemento lo bastante amplia como para imitar la escala de la Luna. También estaba convencido de que la cantera era lo mejor, pero para imitar el suelo de la luna necesitábamos encontrar una cantera gris, y no abundan".
A veces basta con saber dónde buscar. "Tuvimos la enorme suerte de enterarnos de que hay canteras grises en Atlanta. Las empresas propietarias nos ayudaron a encontrar la cantera ideal, la Vulcan Rock (Roca Vulcano) de Stockbridge, al sur de la ciudad de Atlanta, y nos permitieron cambiar el paisaje a nuestra conveniencia", explica el diseñador.
Damien Chazelle recuerda perfectamente las dificultades que planteaba rodar la Luna: "En vez de filmar en un plató, decidimos rodar en exteriores y de noche, lo que nos permitiría crear la luz del sol con un foco gigante. Empezamos a buscar en los alrededores de Atlanta, pero tardamos en encontrar la cantera. Visitamos un sinfín de canteras, ninguna se adaptaba a lo que buscábamos; eran demasiado pequeñas, no eran planas, no encajaban. Por fin encontramos esta y nos dejaron cambiar el paisaje".
Damien Chazelle vuelve a trabajar con el director de fotografía Linus Sandgren en FIRST MAN - EL PRIMER HOMBRE. Iluminar la Luna quizá fue la mayor dificultad a la que tuvo que enfrentarse. "Nathan diseñó la superficie de la Luna en una cantera enorme, el decorado era gigantesco", explica Linus Sandgren. "Mucho mayor que cualquier otro decorado de la luna, y había que iluminarlo. Lo ideal habría sido usar numerosos focos, pero tampoco era posible porque la luz solo procedía de una fuente, el sol, y solo podía haber una sombra. Conseguir un solo foco con esta potencia fue un auténtico reto".
Solo cabía buscar las luces más potentes del planeta. "Hablamos con David Pringle, el inventor del foco 100K Softsun", explica el director de fotografía. "Le preguntamos si podía desarrollar una lámpara de 200.000 vatios, y lo hizo. Era exactamente la potencia que necesitábamos para rodar en un espacio tan grande".
La amplitud de la cantera contrastaba fuertemente con el espacio ocupado por los astronautas en su viaje a la Luna. "El Apolo 11 mide 3,5 metros de diámetro aproximadamente y los tres lo ocuparon durante una semana", explica el productor ejecutivo Adam Merims. "Es muy claustrofóbico, no hay sitio. Damien quería transmitir la dureza del viaje de ida y vuelta. Buzz y Neil alunizan, y vemos un horizonte infinito, el contraste es tremendo. Cuando los dos andan por la Luna, pasamos a un IMAX de 65 milímetros, el mayor formato disponible actualmente, para que el público esté allí con ellos".
Para Linus Sandgren, ver la Luna de tan cerca es como "ver el mundo de los muertos, algo que nadie ha visto jamás". Hace una pausa antes de seguir: "Es totalmente surrealista, no tiene nada que ver con el mundo real. Por eso se nos ocurrió rodar las escenas más íntimas en 16 milímetros y, una vez en la luna, pasar a IMAX, cuyo negativo capta muchos más detalles".
El productor Marty Bowen dice que el cambio provoca un efecto visceral: "Rodamos a Neil Armstrong dentro del Apolo en 16 milímetros. No es una grabación perfectamente uniforme. Esperamos que comunique la sensación de falta de espacio, de claustrofobia. Si conseguimos que sea una experiencia totalmente envolvente para el espectador, habremos conseguido contar esta maravillosa historia".
Es interesante saber que los objetivos que Linus Sandgren y Damien Chazelle escogieron para rodar la secuencia de la luna son exactamente los mismos que usaron Neil Armstrong y Buzz Aldrin para fotografiar sus primeros pasos en el satélite. "Usaron cámaras Hasselblad y negativos de seis por seis, los mismos que hemos utilizado para filmar la luna", dice el director de fotografía.
El equipo estudió esas primeras fotos realizadas en la luna con gran detenimiento con el fin de recrear el satélite en la cantera y las imitaron con total precisión, incluso a la hora de reproducir el ángulo del sol. Así, si el ángulo del sol era de 15 grados en la fotografía original, se aseguraron de que la dimensión de las sombras correspondiera exactamente.
Se filmaron las secuencias de la Luna durante las últimas semanas de rodaje, a mediados de enero, cuando quedaba poco por hacer. "Casi habíamos llegado al final del rodaje cuando filmamos la secuencia del alunizaje", dice Damien Chazelle. "Al llegar aquí, nos sentimos un poco como nuestro protagonista, con toda la experiencia que nos había llevado a este momento".
Sobre cómo decidió filmar los primeros pasos del hombre en la luna, el cineasta dice: "Nos hemos esforzado en ser lo más auténticos posible y en no falsificar los detalles, esos que hacen que las imágenes de archivo sean tan interesantes, tan conmovedoras, pero también hemos intentado marcarlas con el sello de esta película. No queríamos limitarnos a una mera recreación, sino aportar las mismas emociones que sintieron los astronautas".
El productor Wyck Godfrey cree que el recorrido emocional es muy duro y cuando por fin alunizan, no solo la tripulación se siente liberada de la tremenda tensión, también el espectador. "Comunicamos la sensación de tensión, de ansiedad, de peligro", explica. "Cuando por fin la nave aluniza, es una auténtica liberación".
No solo es una liberación para el público que ve la película, también lo fue para el actor que dio vida a Neil Armstrong. "Decidimos que era una buena idea que oyera las grabaciones originales de los diálogos entre Neil, Buzz y el centro de control mientras realizaba esos primeros pasos", explica Ryan Gosling. "Fue una experiencia totalmente surrealista, quizá lo fuera también para Neil. Me parece genial que el punto de vista de esos primeros pasos sea el mío, haciendo posible que el espectador sienta lo mismo que Neil".
Una dificultad añadida fue filmar la Luna en una cantera de Georgia a mediados de enero porque algunas noches la temperatura era de ocho grados bajo cero en el decorado lunar. "Hacía bastante frío en nuestra luna", recuerda Damien Chazelle, "pero la temperatura en la luna pasa de muy caliente a muy fría, así que cierta hostilidad por parte de los elementos era más que adecuada".
"Lo peor de todo fue cuando empezó a nevar. Tuvimos que abandonar el decorado y volver a los platós durante unos días", dice Linus Sandgren, y añade, riendo: "Por suerte, el tiempo se calmó cuando volvimos, ya no había viento y la bandera no ondeaba. Se pareció bastante a rodar en la luna de verdad".
DE VUELTA A HOUSTON: EL CENTRO DE CONTROL...
El hecho de que los actores que encarnan a los astronautas visitaran el centro de control antes del rodaje les preparó para su trabajo. También les permitió familiarizarse con los protocolos de la sala donde resonaron las famosas palabras: "El águila ha aterrizado".
El asesor Frank Hughes sigue alabando al equipo de diseño: "El decorado del centro de control es maravilloso, idéntico a como era en la época en Houston, es fantástico".
"Tuvimos la oportunidad de ver cómo era el centro de control entonces y en la actualidad", dice Lukas Haas. "Entramos en una sala enorme, vimos la estación espacial orbitar alrededor de la tierra en varias pantallas, pero seguían hablando como si nada. Fue asombroso".
"La primera vez que visité el viejo centro de control en 2012, fui porque sentía que era un lugar donde se había hecho historia", dice el autor y experto Rick Houston. "Cuando entré, las consolas estaban apagadas, no había luz, todo estaba sumido en la oscuridad, la moqueta estaba sucia, era terriblemente triste. Pero cuando pisé el decorado de la película el primer día para los ensayos, me quedé atónito. Nunca había visto el centro de control así. Tardé unos momentos en darme cuenta de que no era la verdadera sala de control. Miré a mi alrededor y vi que todos los detalles estaban. Me sorprendió que se esforzaran tanto en que un decorado fuera exacto al original".
Rick Houston cree que el esfuerzo realizado en el realismo del decorado es una forma para el cineasta y su equipo de reconocer y homenajear los sacrificios que hizo el personal del centro de control y su empeño en que los astronautas volvieran sanos y salvos.
El escritor habla sobre ciertos aspectos de la sala de control: "Lo que más me impresionó de la gente que trabajaba allí fue su absoluta dedicación a la misión. Solo les importaba que la tripulación volviera a casa". Y añade que le sorprendió descubrir que "tenían una arrogancia intelectual que en realidad no era tal; sencillamente estaban seguros de sí mismos, sabían que podían llevarles a casa, y lo hicieron con el Gemini VIII y con el Apolo 11".
"Uno de los técnicos de la NASA me dijo que cuando entró en el decorado de la sala de control, le invadieron los recuerdos. Casi no podía andar. Es el mejor cumplido que alguien podía hacerme", dice Nathan Crowley.
LAS HERRAMIENTAS DE ENTRENAMIENTO...
Nathan Crowley y su equipo también se encargaron de construir el famoso LLTV (Vehículo de entrenamiento para el alunizaje) y el entrenador multiejes. "Actualmente, nadie se atrevería a meter a alguien en una máquina como el LLTV", dice el diseñador. "Pero cuando Neil se entera de que será el que alunizará, solo puede practicar usando el absurdo mecanismo. Apenas le da tiempo a accionar el sistema de eyección antes de que se estrelle. Pero volvió a intentarlo una y otra vez porque era lo único que tenía para entrenarse".
El departamento artístico reconstruyó el LLTV y el entrenador multiejes gracias al apoyo que les prestó la NASA y unas cuantas fotos de archivo. En Houston pudieron estudiar el LLTV con tranquilidad para, posteriormente, recrear los dos aparatos en el taller mecánico.
"Cuando me enteré de que Damien y los productores tenían la intención de rodar el entrenador multiejes, supe que iba a plantear muchas dificultades, que no era algo que pudiera reconstruirse fácilmente", reconoce el supervisor de efectos especiales Jd Schwalm.
El entrenador multiejes dejó de utilizarse cuando se cancelo el programa Mercury, pero el director quería incluirlo en FIRST MAN - EL PRIMER HOMBRE para mostrar el terrible entrenamiento al que se sometía a los astronautas. "Es un aparato sumamente complejo que no había vuelto a construirse desde los sesenta y nadie recordaba cómo funcionaba", dice el supervisor."Conseguimos sacarlo adelante a partir de fotos de archivos, pero fue uno de nuestros mayores retos, y con el que más disfrutamos".
El entrenador multiejes fue diseñado para simular una pérdida de control de los tres ejes en el espacio; es decir, balanceo, viraje y cabeceo. "Los astronautas llevaban un visor que les impedía ver dónde estaban y, por lo tanto, orientarse. Primero debían salir del movimiento de centrifugado en los tres ejes, uno a uno. Se trataba de aprender a controlar una situación de ese tipo estando en el espacio".
Su uso se canceló por diversas razones; entre otras porque el balanceo vivido por los astronautas con la gravedad de la tierra no tenía nada que ver con lo que sentirían en el espacio.
LA VIDA DOMÉSTICA: EL HOGAR DE LOS ARMSTRONG...
Nathan Crowley le pidió al experto en localizaciones KYLE HINSHAW que buscara la típica zona residencial de los sesenta para rodar la casa de los Armstrong en El Lago, Texas, durante el tiempo en que Neil Armstrong estuvo en el Centro Espacial Johnson de Houston.
A pesar de que Atlanta es una ciudad rodeada de bosques y maravillosas colinas, y de que se encuentra en la punta sur de las montañas Blueridge, Kyle Hinshaw descubrió un barrio plano parecido al barrio tejano.
"Toda la calle se parecía mucho a El Lago, en Houston", dice el diseñador de producción. "La arquitectura era típica de los sesenta, pero de construcción reciente. Era la calle ideal para que vivieran los astronautas y sus familias".
Además, tuvieron la suerte de encontrar una parcela vacía en esta misma calle. Nathan Crowley y su equipo aprovecharon para recrear el hogar de los Armstrong ladrillo a ladrillo, con una piscina en la parte trasera.
Nathan Crowley prefirió construir la casa desde cero para cumplir el deseo de autenticidad de Damien Chazelle. Después de rodar dos semanas en el barrio, todo el equipo ya era considerado como parte de la familia por los vecinos, que les llevaban galletas caseras cuando filmaban de noche.
La mayoría del rodaje transcurrió en diversos decorados y estudios de Atlanta. El equipo pasó un día en el Centro Espacial Kennedy para rodar el enorme vehículo de orugas que se usaba para mover los cohetes. En este caso, el Saturno V, desde el edificio de montaje (VAB) hasta la lanzadera.
Posteriormente se trasladaron a la base aérea Edwards en California para recrear el despegue y aterrizaje de X-15 pilotado por Neil Armstrong.
LA FOTOGRAFÍA Y LOS EFECTOS ESPECIALES...
Posiblemente el mayor fan del dúo formado por Damien Chazelle y Linus Sandgren sea el guionista Josh Singer. "Hablo desde el punto de vista del guionista, pero no se puede pedir más si Damien dirige la película y Linus se ocupa de la fotografía", dice. "Bueno, sí, que Damien y Linus trabajaran juntos con el reparto de esta película. Ver a Ryan y a Claire, a Jason y a Olivia interpretar la vida privada de los astronautas fue maravilloso, pero descubrir el trabajo de Corey, Ryan y Lukas dentro del Apolo 11 fue notable. Es un reparto único".
"FIRST MAN - EL PRIMER HOMBRE es una historia de grandeza, pero también es un relato muy intimista", explica el director de fotografía Linus Sandgren. "Queríamos que algunas de las escenas comunicaran esa intimidad y decidimos rodar en 16 milímetros por la textura granular, más poética. A medida que la historia avanza y entramos en el mundo industrial de la NASA, pasamos al 35 milímetros para recalcar el contraste".
Como hemos dicho, el realizador y el director de fotografía vuelven a unir sus fuerzas después de La ciudad de las estrellas/La La Land. Los productores solo tienen buenas palabras para Linus Sandgren. "Linus se ocupó de cada toma", explica Wyck Godfrey. "Y todo se rodó cámara en mano por el estilo de la película. Buscábamos momentos robados, tomas menos perfectas que las que se ruedan con una Steadicam o un travelling. Eso también hizo posible que Linus, como director de fotografía, y el operador estuvieran mucho más cerca de los actores. Están allí con ellos en cada escena, aparte de estar comunicados a través de auriculares con Damien, que a su vez podía indicar si quería la cámara más o menos cerca".
A pesar de las dificultades de un rodaje como este, donde todo está rodado por la cámara, Damien Chazelle y los productores estaban dispuestos a hacer lo que fuera para superarlas. La NASA había puesto a su disposición muchas imágenes de archivo. "Ocho meses antes del rodaje, empezamos a estudiar cómo utilizar las magníficas imágenes de archivo recopiladas por la NASA durante las diversas misiones del Apolo", dice Adam Merims.
El problema de las imágenes de archivo es, por una parte, la calidad, y por otra, los límites impuestos por el ángulo de la cámara. Para superarlo, el director y los productores recurrieron a una tecnología que se ha usado poco hasta ahora y nunca tanto como en FIRST MAN - EL PRIMER HOMBRE.
Volvieron a filmar todas las imágenes con tecnología LED. "Hace unos años se empezó a usar la tecnología LED para simular los fondos que se ven por las ventanillas de los coches o de los trenes", explica Adam Merims. "Se nos ocurrió usar las imágenes de archivo proyectadas en una pantalla LED para que se vieran por las ventanillas de las naves. Cuando estamos en el espacio con el Gemini VIII y el Apolo 11 vemos imágenes maravillosas que nos cedió la NASA y que reciclamos a través de una proyección LED".
Una vez decidido todo lo anterior, a JD Schwalm y a su equipo de expertos solo le quedaba montar las naves sobre mecanismos especiales para simular el movimiento durante el vuelo.
"Se trataba de simular el vuelo espacial, así como los diversos problemas con los que se enfrentaron Neil Armstrong y Dave Scott en el Gemini VIII", añade Adam Merims. "La nave debe moverse, pero también debe realizar movimientos giratorios, el Sol se pone y se levanta. Para conseguir eso con placas LED fue necesario sincronizarlas. Normalmente, un vehículo, sea cual sea, se monta en una base móvil llamada 'gimbal' (cardán) manejada por el departamento de efectos especiales. En esta película encontramos la forma de conectar mediante ordenador la proyección LED y la plataforma de movimiento".
No hace falta recalcar que el mayor reto fue realizar la mayoría de los efectos prácticos delante de la cámara. "Hoy en día, muchos de los efectos de esta película se habrían hecho con efectos visuales en posproducción, pero Damien quería intentar hacerlo todo delante de la cámara con los actores", explica JD Schwalm. "Y eso incluía desde el aparato de entrenamiento a la gravedad cero cuando están en el espacio. Fue todo un reto".
Una de las ventajas de rodarlo todo delante de la cámara es ver las imágenes inmediatamente después de rodarlas y saber exactamente qué se verá en la pantalla. "Es una gratificación inmediata", reconoce el supervisor con una amplia sonrisa.
Con la ayuda de Show Rig, una innovadora empresa técnica que se ocupa de la iluminación cinematográfica y de espectáculos en grandes sedes, se resolvió uno de los problemas más graves. "Show Rig nos ayudó a diseñar un Sol que giraba 360 grados en un plano horizontal", explica Adam Merims. "Además, estaba colocado en un pie tipo acordeón para que pudiera subir y bajar al mismo tiempo que giraba, todo esto sincronizado con las placas LED para emular el sol y el movimiento de la nave".
Una de las naves que Nathan Crowley y el equipo de efectos especiales montó en la base móvil delante de una pantalla LED fue la cápsula del Gemini VIII. El actor Christopher Abbott, que da vida a David Scott, dice: "No miraba una pantalla verde del otro lado de la ventanilla, sino una enorme pantalla LED. De igual modo, en la lanzadera veíamos el cielo; pasamos a través de las nubes cuando despegamos y llegamos al espacio. Cuando la cápsula empieza a girar sobre sí misma, veía la tierra, notaba el Sol. Reconozco que, físicamente, requiere un esfuerzo mucho mayor, pero la sensación de realidad es muy fuerte".
TECNOLOGÍA DE ÚLTIMA GENERACIÓN...
Nathan Crowley es un experto en maquetas y decidió utilizarlas para recrear partes de las misiones, desde el lanzamiento a secuencias de vuelo. "Siempre he hecho modelos a escala para estudiar las posibilidades de un decorado, para verlo en tres dimensiones", dice. "Tengo catorce impresoras 3D que me permiten imprimir lo que quiero durante la noche y reunir las piezas al día siguiente. Veo inmediatamente si vale la pena o lo tiro a la basura. Se ha convertido en una herramienta básica para mí porque no pierdo tiempo".
"Las impresoras son cada vez más grandes y mejores. Nuestras impresoras 3D pueden imprimir un cubo de un metro cúbico", sigue diciendo. "Usamos tecnología punta con técnicas de toda la vida. No hemos inventado nada, pero el proceso nos permite ganar mucho tiempo".
Después de películas como El caballero oscuro, Origen e Interstellar, Nathan Crowley vuelve a trabajar con Ian Hunter, supervisor del departamento de maquetas. "Uno de los mayores retos en FIRST MAN - EL PRIMER HOMBRE era que se trataba de un drama. En una fantasía o una película de ciencia-ficción, siempre se cuenta con un margen de libertad por parte del público", explica el supervisor, "pero no era el caso aquí. Debíamos crear maquetas de las naves que fueran del todo realistas para que el espectador creyese que eran las naves auténticas".
Ian Hunter sigue diciendo que la enorme cantidad de documentación visual de que dispone la NASA sobre las naves Gemini y Apolo les sirvió, pero también les entorpeció: "Estas misiones están muy bien documentadas, y esto nos ayudó a asegurarnos de que cada detalle era correcto, pero cualquier espectador tiene acceso a dichas imágenes y puede comprobar si lo hemos hecho bien. Nos esforzamos en que las maquetas fueran lo más realistas posibles sin olvidarnos de ningún detalle".
El supervisor añade que la tecnología ha avanzado mucho en muy poco tiempo. "Trabajé en la miniserie de HBO 'De la tierra a la luna', donde muchas cosas se hicieron a mano. Dibujamos a mano todos los planos de las naves, construimos las maquetas. Pero desde entonces, la tecnología ha cambiado completamente y podemos trabajar de otro modo".
Ian Hunter y Nathan Crowley empezaron a construir las maquetas con la ayuda de las impresoras 3D BigRep. "Para esta película diseñamos todas las maquetas en 3D en el ordenador", dice el supervisor. "Una vez impresa la maqueta, la dividimos en partes creando piezas diferentes que encajaban".
A pesar del gran avance tecnológico de las impresoras 3D, el trabajo manual siguió siendo necesario para que la maqueta pareciera una nave de verdad. "Después de obtener las piezas con tecnología punta, quedaba todo el trabajo manual", dice Ian Hunter. "Había artistas que las unían, pintaban y añadían diferentes texturas. Por ejemplo, el CSM, el módulo de mando del Apolo, estaba envuelto en cinta metálica y tuvimos que usar cinta metálica en la maqueta para conseguir la misma superficie reflectante".
El módulo lunar estaba cubierto con un escudo contra el calor hecho a base de planchas doradas muy finas y otras de aluminio anodizado. A pesar de disponer de la tecnología más avanzada, alguien tuvo que cortar papel de aluminio dorado y pegarlo a la maqueta para conseguir la textura exacta.
Otro reto al que tuvo que enfrentarse el departamento de maquetas fue equiparar a la perfección los modelos a escala real y el estilo de rodaje. "El aparato que aluniza, el LEM, como lo llamaban en la NASA, era una maqueta a escala y también un aparato de dimensiones reales montado en una plataforma móvil", explica Ian Hunter. "Las escenas en las que está en la luna se rodaron con el aparato real, pero usamos una maqueta para el viaje translunar. Tuvimos que ponernos de acuerdo con el director artístico para que cada detalle encajara. Nuestro diseñador gráfico se encargó del diseño de la maqueta y del aparato". Y añade: "Colaboramos esrtechamente para que todo fuera exactamente igual".
Para asegurarse de que todo fuera autentico, Ian Hunter trabajó con Damien Chazelle utilizando una base de imágenes. "Disponíamos de una base de imágenes de las misiones reales", dice. "Damien nos dio unas líneas maestras en cuanto a las tomas y lo que debían comunicar. Todo dependía de las imágenes, y seguimos sus notas describiendo lo que pasaba en el interior de las naves. Nos sirvió de guía y nos ayudó a anclar las sensaciones que deseaba comunicar".
AUTENTICIDAD DE ÉPOCA: EL DISEÑO DE VESTUARIO...
Gracias a la base de datos de la NASA y a sus imágenes de archivo, la diseñadora de vestuario Mary Zophres y su equipo pudieron reproducir con total exactitud lo que los astronautas llevaban puesto en cualquier momento. "La base de datos de la NASA equivale a un tesoro de información", dice la diseñadora. "Pasamos del X-15 al Gemini V y al Gemini VIII para llegar al Apolo 1 y al Apolo 11. A medida que el programa espacial avanzaba, la documentación se hacía más abundante. Cuanto más se acercaban al Apolo 11, más se preocupaban por documentar el programa".
Al zambullirse en los archivos de la NASA, Mary Zophres y su equipo no tardaron en convertirse en auténticos detectives. "Teníamos toda la documentación a nuestra disposición, pero había inconvenientes", explica. "Lo fotografiaron todo, desde los eventos promocionales hasta las pruebas de lanzamiento, y era difícil saber a qué correspondía cada foto. Tuve la sensación de redescubrir el programa espacial y el vuelo a la luna. Eso sí, fabricamos seis trajes para el Apolo 11, uno para cada actor y otro para los especialistas que les doblaron".
En cuanto a los trajes de calle en la película, Mary Zophres recalca que, por suerte, disponían de documentación de los astronautas y sus familias en la vida diaria gracias al fotógrafo Ralph Morse, de la revista Life. "Existen bastantes fotos de Mike, Buzz y Neil antes del viaje a la luna", dice la diseñadora. "Intentamos hacernos con las máximas fotos posibles de los personajes en la vida civil. Por ejemplo, Olivia, que da vida a Pat White, se reunió con la hija de Ed White y volvió con unas cuantas fotos de la familia, algo que nos ayudó muchísimo. No intenté hacer una réplica exacta de las fotos en sí, sino conseguir una idea general del estilo de cada uno".
"Debemos tener en cuenta que vestían de acuerdo con su tiempo", sigue diciendo. "No existía Internet, y en la zona solo había dos grandes almacenes, JC Penny y Sears. Quizás por eso algunos de los hombres parecen vestir casi igual. No tenían mucho donde escoger".
La diseñadora también se dio cuenta de que Janet era una mujer muy práctica. "Se nota enseguida por la ropa que lleva, pero intentamos mostrar el paso del tiempo a través de su vestuario", explica. "Al principio de la película tiene veinte años y pico y al final, treinta y pocos. Tanto Janet como Neil han madurado, y se nota más en ellos que en cualquier otro personaje".
La película abarca desde el año 1961 a 1969, es decir, casi una década. "Es difícil encontrar ropa de esta época, incluso las telas que se usaban entonces", dice Mary Zophres. "Conseguimos encontrar varios vestidos para Janet y algunas cosas para Neil. Es verdad que hicimos gran parte del vestuario desde cero, pero también encontramos algunas piezas muy interesantes. Siempre ayuda a que la película sea más auténtica si se usa ropa realmente de la época".
EN BUSCA DE UNOS POCOS VALIENTES...
Los productores Wyck Godfrey y Marty Bowen llevaban algún tiempo desarrollando FIRST MAN - EL PRIMER HOMBRE, pero las piezas del rompecabezas no encajaron hasta que conocieron al oscarizado Damien Chazelle. Eso ocurrió en la época posterior a Whiplash y durante la preproducción de la muy exitosa La ciudad de las estrellas-La La Land. "Hablamos del protagonista de la historia con Damien", explica Wyck Godfrey. "Se enamoró de la idea y se apuntó inmediatamente. A partir de ese momento, todo fue muy rápido".
Los dos productores y el realizador contrataron al oscarizado Josh Singer para escribir el guion. El director estaba totalmente de acuerdo con el arco que el guionista imprimió al protagonista y se dio cuenta de que, instintivamente, había descubierto la vertiente más fascinante del héroe de la película. "Damien quería que la historia se enfocara como un thriller", dice Wyck Godfrey. "Deseaba superar las expectativas de los espectadores y enseñar lo que significó realmente llevar al hombre a la luna, que sintieran por lo que pasó y entendieran la enormidad de las barreras tecnológicas a las que se enfrentaron".
La primera petición que Damien Chazelle hizo al equipo fue que todo lo que se viera en la pantalla debía ser auténtico y realista según la época y las misiones de entonces. Meses antes de que empezara la preproducción propiamente dicha, sus colaboradores empezaron a preparar las escenas, a mantener largas conversaciones con los miembros de la familia Armstrong, así como con otras personas que entendían la historia en todos sus detalles.
Los productores coinciden con el director en que la realidad que vivió el astronauta era mucho más aterradora que cualquier ficción. "Y está reflejado en la estética de la película", dice Marty Bowen. "¿Quién no ha visto alguna película que transcurre en el espacio? Cuando pensamos en el espacio, pensamos en tecnología, ordenadores, formatos digitales y diseño gráfico o por ordenador, La idea de Damien era conseguir que todo fuera lo más gráfico posible. Por lo tanto, la película debía comunicar una sensación analógica. El reto que más nos entusiasmó fue hacer que los espectadores estuvieran en la cabina de mando con los astronautas. ¿Cómo conseguir que no solo vieran, sino que sintieran y fueran parte de un acontecimiento tan increíble?"
Una de las frases que se repetía a menudo durante la preproducción era la siguiente: "Ahora mismo llevamos en el bolsillo un ordenador más potente que cualquiera de los que se utilizaron en el primer viaje a la Luna". "Tendemos a olvidar que cuando intentaban llevar al hombre a la Luna, no se disponía de la tecnología actual", recuerda Marty Bowen. "Nuestra idea era hacer posible que el espectador viviera esa experiencia y mostrar lo que significa que miles de personas trabajen hacia un único objetivo. Bastaba que cualquiera de ellas se equivocase para que todo fallara".
Esta película no significa que Damien Chazelle se haya desviado de la senda escogida; lo que hoy en día podría tacharse de desorden es lo que le atrajo de la historia de Neil Armstrong. Además, la posibilidad de aportar a una importante película de época llena de escenas de acción una genuina sensación de espontaneidad, puede verse como una evolución natural en su estilo. El cineasta es el primero en reconocer que este tipo de cine es muy complicado debido a las restricciones impuestas por los efectos técnicos a gran escala, pero también sabía que su estrecha colaboración con Ryan Gosling facilitaría el camino, y más aun contando con los productores.
"Antes de empezar a trabajar en FIRST MAN - EL PRIMER HOMBRE, estaba al tanto de la historia oficial de la misión a la Luna, del éxito de un logro icónico, pero poco más", dice Damien Chazelle. "Cuando empecé a documentarme, me quedé atónito ante la locura y el peligro implicados en la empresa, las veces que estuvo a punto de fracasar y el precio que debieron pagar todos los participantes. Quería entender qué impulsó a estos hombres a viajar al espacio y qué significó para ellos, momento a momento, paso a paso, la experiencia".
Fascinado por los detalles y asombrado por el instinto de Neil Armstrong, el director empezó a escarbar cada vez más. "Para entenderlo, debía conocer la vida de Neil en su hogar. La historia tenía que moverse entre la luna y la cocina de casa, entre la inmensidad del espacio y las texturas de la vida cotidiana", explica. "Decidí rodar la película con el mayor realismo posible, como si la cámara fuese una mosca pegada a la pared, tanto en las misiones espaciales como en los momentos más íntimos de la familia. Pensé que esta perspectiva ayudaría a recalcar el dolor, la alegría, los momentos vividos y perdidos en nombre de uno de los objetivos más famosos de la historia: poner el pie en la Luna".
A pesar de que en un principio el cineasta pensó en un estilo algo documentalista, Ryan Gosling le convenció para que se lo tomara literalmente. El protagonista le sugirió que captara hasta el más mínimo detalle, todos los momentos que llevaron al alunizaje. "Ryan me lo vendió como 'la cocina y la luna', recuerda Damien Chazelle, "y se convirtió en mi eslogan cada vez que debía describir FIRST MAN - EL PRIMER HOMBRE a los jefes de departamento, técnicos e intérpretes de la película".
En cuanto Josh Singer, conocido por desarrollar fascinantes guiones históricos como Spotlight y Los archivos del Pentágono, recibió el encargo de escribir el guion de FIRST MAN - EL PRIMER HOMBRE, empezó a documentarse acerca de un nuevo tipo de héroe. "Me sumí de lleno en el proceso y me documenté a fondo con la familia, con los astronautas, con Frank Hughes, por ejemplo, uno de los entrenadores en las misiones Gemini y Apolo que sabe muchísimo", dice. "Es lo que más me gusta de mi profesión, sumergirme en un mundo que no es el mío, aprender lo máximo posible y trasladar eso al papel".
El guionista reconoce que la tremenda fuerza de voluntad de Neil Armstrong le sorprendió. "Daba igual que fracasara y volviera a fracasar, lo intentaba las veces que hiciera falta sabiendo un poco más, algo implícito en el programa de la NASA", explica. "Basta con ver su carrera profesional, incluso si está abreviada en la película, para saber que el X-15 tenía problemas, el Gemini VIII tenía más problemas, y no hablemos del LLTV (Lunar Landing Research Vehicle - Vehículo de Investigación para Alunizaje), del que tuvo que eyectarse". El guionista hace una pausa antes de añadir, pensativo: "Si tomamos en cuenta las vicisitudes por las que pasó, Neil no parece el hombre ideal para llegar a la Luna. Sin embargo, son esas dificultades las que le convirtieron en el hombre ideal para la misión".
Después de descubrir los retos que debió superar Neil Armstrong, así como detalles desconocidos de su vida, Josh Singer supo que había material para contar una historia. "¿Quién es en realidad el hombre que supera todas dificultades y se hace cada vez más fuerte?", pregunta. "Comprendí que era una película sobre el sacrificio, el dolor y las heridas que no se cierran. ¿Cómo podemos seguir adelante a pesar de esto? ¿Qué debe tener una persona para realizar algo tan increíble como lo que hizo Neil?"
Josh Singer descubrió una curiosa definición para este pionero. "Se suele decir que la ingeniería 'es la necesidad de eliminar el fracaso', en el sentido de que un ingeniero realizará cuantas pruebas sean necesarias hasta que funcione. Si pensamos en Neil, hacía exactamente eso, se enfrentaba al fracaso y volvía a intentarlo hasta conseguir avanzar", explica el guionista. "Queríamos dejar claro que mantener esto es muy duro. Cuando se pierde a un compañero, a un amigo, no es algo que pasa sin más. Duele mucho. No esperas un día y vuelves a volar como si nada. Perder a una hija es lo peor del mundo. Pero la verdadera fuerza reside en ser capaz de seguir a pesar de la herida abierta y del dolor. La verdadera fuerza reside en volver a intentarlo después de fracasar".
Todos sabemos que el alunizaje del Apolo 11 fue un éxito, pero pocos conocemos el terrible y riguroso camino que hizo posible la misión. Y se sabe aún menos de la resistencia y determinación del hombre que dio ese primer paso. "Tratándose del acontecimiento más famoso de toda la historia, es sorprende lo poco que se sabe del hombre que puso el pie en la luna", dice Damien Chazelle. "No podía entender que algo de semejante magnitud no hubiera sido llevado antes al cine. Queríamos recalcar lo aterrador que era subir al espacio en esa nave. Comparada con las naves actuales, podría describirse como una lata de café o incluso un ataúd".
El director propuso hacer que el público viviera en primera persona lo que se necesita hacer para ser parte de una misión semejante y sentarse en la cabina de mando. Tanto el guionista como el director deseaban mostrar que, además de ser un viaje aterrador e increíblemente difícil, se requerían tremendos sacrificios para ser el primero en pisar la luna.
"Se podrían contar muchas historias de la llegada del hombre a la luna, pero quería saber qué había sentido Neil durante todos los años previos de pruebas y entrenamiento, y también qué significaba ser el primero en dejar su huella en la Luna", dice Damien Chazelle. "Tan solo unos cuantos han conseguido pisar la Luna, pero Neil Armstrong fue el primero. Sobre todo es la emotiva historia de un hombre que intenta ser padre y marido, además de realizar un viaje cósmico".
El cineasta y los productores sabían que debían dar a conocer al primer hombre en pisar la Luna y revelar su verdadera personalidad. "Entre las numerosas dificultades que representaba hacer esta película estaba el hecho de que Neil era un hombre que jamás alzaba la voz y que rehusaba ser el modelo del héroe clásico", dice el productor Isaac Klausner. "No mostraba sus emociones, era muy reservado en público. Había que encontrar la forma de mostrar al verdadero Neil y de contar su historia. El espectador debía descubrirle sin que le traicionáramos".
Apoyados por la familia Armstrong, Damien Chazelle, Josh Singer y los productores se pusieron manos a la obra para llevar la historia del héroe a la gran pantalla. La película, que abarca desde el año 1961 a 1969, no solo aporta una visión detallada de lo que ocurría dentro de las oficinas de la NASA, también da acceso a la vida privada del astronauta.
El equipo sabía que era crucial reflejar el enorme sentido del humor de Neil Armstrong. "Era genial con sus hijos", añade el productor Wyck Godfrey. "Nuestra intención es mostrar a un ser humano en toda su complejidad. La presión a la que estuvo sometido durante esos años fue extraordinaria, pero nunca se echó atrás. Hacía falta una perseverancia y dedicación extremas para lograr lo que hizo. Por otra parte, Damien se siente atraído por los personajes obsesivos, y sus películas contienen un nivel de obsesión intensa que me parece fascinante desde un punto de vista dramático".
Después del fallecimiento de Neil Armstrong en 2012, su familia siguió apoyando el proyecto. "Me reuní con Josh Singer en 2015 cuando supe que iba a ser el guionista", explica Rick Armstrong. "Quería saber cómo lo enfocaría para decidir si me unía al proyecto. Me impresionó la documentación que Josh había conseguido y su entrega a la veracidad".
Después de hablar con Damien Chazelle, los hermanos Armstrong decidieron seguir adelante. "Cuando conocí a Damien, descubrí que solo le importaba la verdad", añade Rick Armstrong. "Pensé que eso habría sido muy importante para mi padre. Me gustó mucho que estuvieran empeñados en mantenerse fieles a la realidad y pensamos que debían tener toda la información para conseguirlo".
RYAN GOSLING SE UNE AL PROYECTO...
La colaboración entre Ryan Gosling y Damien Chazelle en La ciudad de las estrellas-La La Land había ido más lejos que la habitual entre un actor y un director, pero esta vez, tanto en la preproducción, como en el rodaje y la posproducción, estuvo a un nivel totalmente diferente. "La relación entre Ryan y yo va mucho más lejos que la típica comunicación entre director e intérprete", dice Damien Chazelle. "De ahí la sensación de documental, entre natural, singular e inusual, de la película. Cuando hablamos por primera vez de FIRST MAN - EL PRIMER HOMBRE, todavía la veía como una 'película de género de misión', pero Ryan inmediatamente la interpretó como una historia dolorosa".
No solo hubo dos semanas de ensayos antes de que empezara el rodaje con Ryan Gosling y los otros actores que daban vida a los miembros de la familia Armstrong, sino que a menudo el realizador y el protagonista improvisaban. Muchas escenas rodadas en los ensayos por Damien Chazelle están incluidas en el montaje final.
El realizador reconoce que la enorme contribución creativa del actor le conmovió en numerosas ocasiones: "Ryan fue el que encontró 'Lunar Rhapsody', el tema tocado con un theremin que tanto le gustaba a Neil. El que interpretaba durante la misión del Apolo 11. También descubrió 'Egelloc', un musical escrito por Neil durante sus primeros años de universidad, y una entrevista que dio acerca de la atmósfera. Esta última se convirtió en la base de un discurso que Josh escribió para Neil".
El cineasta y los productores sabían que Ryan Gosling encarnaría la intensidad y la determinación que guiaron las acciones del primer hombre que pisó la Luna, pero les asombró la facilidad con que el actor se metió en el papel. "Me sorprendió que Neil fuera tan reservado, contenido, que nunca intentara estar en primer plano", dice Damien Chazelle. "No era el típico vaquero o piloto chulo. Era parco en palabras; el que se sienta en una esquina y lo controla todo con una mirada; la persona más inteligente de la sala".
Después de haber trabajado con Ryan Gosling en La ciudad de las estrellas-La La Land, el director conocía el abanico interpretativo del protagonista. "Neil siempre insistía en que él no tenía nada especial", dice Damien Chazelle. "Decía que era uno entre muchos y que las circunstancias había hecho que fuera el primero en pisar la Luna. Era una persona muy normal. El estilo interpretativo de Ryan es muy sutil y le encarna a la perfección".
El crítico más duro habría podido ser una de las personas que conoció mejor al astronauta, el escritor James Hansen. Pero por suerte, Ryan Gosling le conquistó de inmediato. "No se me ocurre otro actor que lo hubiera hecho mejor que Ryan", reconoce. "Tiene las mismas cualidades que Neil, es introspectivo, cerebral, tranquilo y modesto. También es un actor brillante capaz de encarnar a Neil Armstrong después de haber comprendido quién era. Saca a la luz elementos del personaje que solo conocen los más cercanos a él".
James Hansen se convirtió en una valiosa fuente de conocimientos para que el actor preparara el papel. "Ryan concertó una cita con June, la hermana de Neil, cuando le dije que le ayudaría a entender a Neil, sobre todo su reacción ante la muerte de su hija", dice el escritor. "Ryan fue a la misma granja en la que yo había entrevistado a Neil. Habló con June y con uno de los amigos de adolescencia de Neil. Escuchó, hizo preguntas. También conoció a los hijos de June y a otros miembros de la familia. Se sumergió en el papel, y desde luego, estaba preparado. Solo una actuación tan brillante podía hacer que Neil Armstrong volviera a vivir".
El actor reconoce que se sintió atraído por la motivación de Damien Chazelle y el libro de James Hansen. "Creo que en cuanto comprendí qué era la Luna me di cuenta realmente de que un hombre llamado Neil Armstrong la había pisado", recuerda Ryan Gosling. "En mi mente era sinónimo de la luna. Luego, después de leer la biografía de James Hansen, tuve conciencia de lo poco que se sabía de Neil y de la Luna. A nivel emocional me sorprendió descubrir la sensación de pérdida vivida por Neil y su esposa antes y durante estas misiones históricas. Y a nivel práctico desconocía lo peligrosas que fueron esas misiones, lo frágiles y claustrofóbicas que eran las cápsulas y lo básico de la tecnología comparada con los estándares actuales".
Como le había ocurrido al director, Ryan Gosling se sorprendió al descubrir lo duro que era el mundo de Neil Armstrong y de sus compañeros, y el enorme esfuerzo que debió hacer para conseguir ese tremendo logro. "Siempre me han interesado las historias extremas", dice el actor. "Y ésta me parece única porque contiene dos extremos totalmente diferentes. No puedo imaginar una mayor dualidad que la intimidad de la vida familiar de los Armstrong y el espacio infinito al que viaja. Estos astronautas disponían de sus conocimientos científicos para enfrentarse a los infinitos misterios del universo, pero a la vez cortaban el césped y sacaban la basura cuando estaban en la tierra".
Ryan Gosling ha demostrado su entrega en numerosas ocasiones; por ejemplo, en la preparación de su papel en La ciudad de las estrellas-La La Land, para la que aprendió a tocar el piano en tres meses. De igual modo, para preparar su papel en El diario de Noah, se trasladó durante dos meses a Charleston, Carolina del Sur, para empaparse de la cultura local y aprender a hacer muebles como su personaje.
Para FIRST MAN - EL PRIMER HOMBRE se dedicó durante varias semanas a estudiar al famoso astronauta. Los productores están de acuerdo en que el director y el actor comparten la misma pasión por el perfeccionismo. "Ryan quiere que su trabajo sea excelente", dice el productor Marty Bowen. "Es muy responsable y sabe que su trabajo permanecerá. A menudo, personas con una misma visión se encuentran a través del material con el que conectan. Basta con ver La ciudad de las estrellas-La La Land para ver que el personaje de Ryan está obsesionado con su profesión, y Ryan está obsesionado con su profesión".
Añade que el actor aporta algo muy especial a sus papeles: "Puede que sea su humanidad y su comprensión de las emociones lo que nunca le hace caer en el sentimentalismo. Muchos actores quieren abrumar con sus emociones, pero solo los grandes profesionales saben dosificarlas en su justa medida para mantener en vilo al espectador".
Todo el equipo compartía el respeto del productor por el actor protagonista durante el rodaje. Frank Hughes, que entrenó a los astronautas de las misiones Gemini y Apolo, sometió a Ryan Gosling a muchas pruebas parecidas a las que pasó Neil Armstrong en los sesenta. "Ryan se entrega al trabajo", dice el entrenador. "Me quedé asombrado. Estudiamos los paneles de control del Gemini y luego, los del Apolo. Memorizó a que correspondía cada botón. Dentro de la cabina de mando aprendió a colocar las manos en la posición exacta, lo que debía mirar en cada momento..."
Ryan Gosling comenta que no habría podido convertirse en Neil Armstrong sin la ayuda de varias personas. "Tuve el enorme privilegio de conocer a Janet, la primera mujer de Neil, antes de que falleciera", dice. "También tuve la suerte de poder hablar en varias ocasiones con sus dos hijos, Rick y Mark, y con June, la hermana de Neil, en Wapakoneta, Ohio, donde nació. El Museo Armstrong Air & Space, así como los centros de la NASA en Cabo Cañaveral y en Houston, me abrieron sus puertas. Había expertos en el plató para supervisar todas las secuencias de las misiones. Podía hacer preguntas cuando quería al autor James Hansen y consultar su libro First Man, una obra perfectamente documentada de más de 700 páginas. Nunca había contado con tanta ayuda para preparar un papel, y menos aún con personas tan entusiastas como en esta ocasión".
La fascinación que sentía el actor por Neil Armstrong y también por sus compañeros de misión era palpable durante el rodaje. "Mi primera reacción, cuando pensé en prepararme para el papel, fue aprender a pilotar un avión", dice Ryan Gosling. "Neil supo pilotar un avión antes de aprender a conducir un coche; me parecía que era una parte íntegra de su personalidad y que debía empezar por ahí. Un día, durante las clases de pilotaje, el profesor me pidió que 'calara' el motor del avión. Entonces tuve un momento de lucidez. Aprender a pilotar era lo peor que podía hacer. En ese momento entendí por qué Neil estaba destinado a ser uno de los más grandes pilotos que jamás ha existido y yo no. Como muchos otros astronautas empezó siendo piloto de pruebas. No todo el mundo es capaz de subir a una nave que jamás ha volado y llevarla al límite solo para descubrir si tiene algún fallo y para mejorar nuestra comprensión de la aeronáutica".
Una de las grandes fans de Ryan Gosling en el plató era la actriz Claire Foy, que encarna a Janet Armstrong, su esposa en la película. "Ryan es la calidez personificada", dice. "No le hace falta esforzarse para serlo. Cae bien a todo el mundo, pero Neil no era así, ni antisocial ni maleducado, sencillamente no tenía nada de convencional. No se comportaba como todo el mundo, no intentaba que todos se sintieran bien y llenar esos momentos incómodos cuando se produce un silencio en la conversación. Pero Ryan es generoso, cálido y genuino de forma totalmente natural".
CLAIRE FOY ENCABEZA LOS SECUNDARIOS...
Las esposas de los astronautas que aparecen en FIRST MAN - EL PRIMER HOMBRE son Janet Armstrong, a la que da vida Claire Foy; Pat White interpretada por Olivia Hamilton, y Marilyn See, a la que encarna Kris Swanberg. Para preparar el papel, Claire Foy también recurrió al escritor James Hansen. "Jim me prestó las grabaciones de sus entrevistas con Janet", explica la actriz. "No solo apoyaba a su marido, también promocionaba el programa espacial y se había convertido en portavoz de la NASA, como muchas otras esposas".
Claire Foy no pudo conocer a Janet Armstrong personalmente, ya que el mal tiempo le impidió trasladarse a Atlanta durante el rodaje. Janet falleció el 21 de junio de 2018 a los 84 años. La actriz reconoce que le impresionó la constancia de su personaje; "Es necesario distanciarse un poco de todo lo que dice porque vivió una época realmente tensa y estresante emocionalmente, como todas las demás esposas. Las mujeres de los astronautas forman parte del telón de fondo. Nadie se molestó en saber qué sentían o lo mal que lo pasaban hasta años después".
Claire Foy, nacida en Stockport, Reino Unido, recuerda que sabía que la misión del Apolo 11 había sido un éxito, pero nunca se preocupó de saber algo más. "Cuando me trasladé a Estados Unidos me di cuenta inmediatamente del significado histórico que tenía la misión y la vida de esos tres hombres", explica. Hablando de lo que le atrajo del proyecto de FIRST MAN - EL PRIMER HOMBRE, añade: "A veces las historias menos llamativas son las más interesantes. Y esta es la historia de un hombre que hizo algo realmente extraordinario".
Cree que la historia no se limita a la misión, a pisar la luna o al programa espacial: "Trata de Neil, el ser humano, y lo que significa para un hombre de carne y hueso dar esos pasos en nombre de la raza humana. También trata de lo que empujó a esos tres hombres a arriesgar su vida por todos los demás. Vale la pena describir la verdad de esa persona y no limitarse a lo que se ha dicho de él en los últimos cincuenta años. La película intenta mostrar el precio que pagó ese hombre".
Claire Foy jamás había trabajado con Damien Chazelle y le gustó el enfoque del director. "Damien sabe lo que quiere y lo que hace, logra entusiasmarnos a todos. Disfruta haciendo cine, creando, entregándose al cien por cien y consiguiendo que los demás hagamos lo mismo. Creo que nunca había trabajado con un cineasta tan dispuesto a hablarme de la historia. Más aún, permite al actor probar cosas diferentes con su personaje, pero seguirá rodando hasta tener lo que quiere. Es cine de autor".
A su vez, Damien Chazelle dice que Claire Foy no tuvo ningún problema en encarnar a la protagonista femenina, a la persona que, en opinión del cineasta, peor lo pasó con la misión de Neil Armstrong y que mantuvo unida a la familia en los momentos más difíciles. "Descubrí a Claire viendo la serie 'The Crown'", recuerda el cineasta. "Este papel significa un cambio de 180 grados para ella; un país, un comportamiento, un acento, una época diferentes, pero lo hizo tan bien que algunas de las personas que visitaron el plató y conocían a Janet casi no podían creérselo".
Su compañero de reparto también se dio cuenta de su brillantez interpretativa. "Los Armstrong mantenían en público la tradicional imagen de la familia americana, y curiosamente Claire nunca quiso que preparásemos las escenas juntos, como si trasladara la dinámica de Neil y de Janet al momento actual", explica Ryan Gosling. "Buscaba nuevas formas para hacer entender las complejas relaciones inherentes a cualquier matrimonio, y también la experiencia de una mujer viviendo una experiencia tan diferente que cuesta imaginarla y aún más identificarse con ella".
Para preparar el papel de Pat White, la actriz Olivia Hamilton intentó pasar tiempo con las familias cuya historia iba a relatarse. "Lo que más me impactó fue viajar a Dallas para conocer a Bonnie White, la hija de Pat White. También conocí a Eddie Jr, su hijo. Aprendí bastantes cosas en esas conversaciones y conocer a Bonnie me aportó muchísimo".
La actriz refleja la opinión del director y de los productores cuando recalca la importancia de conocer a los miembros de las familias de los astronautas. "Era básico que supiéramos representar la profunda unión que existía entre las familias trasladadas a un nuevo entorno mientras los astronautas se entrenaban en los centros de la NASA", explica. "Mucha gente opina que Neil Armstrong era distante, que apartaba a la gente, pero era muy cariñoso con sus amigos y su familia. Y es lo que retratamos en la película, un sentido de comunidad, una calidez".
EL CASTING DE LOS ASTRONAUTAS...
A la hora de escoger a los intérpretes que darían vida a los astronautas, el director y los productores se inclinaron por actores de reparto que cautivaran al público y que tuvieran un cierto parecido con los personajes. "Cada uno de ellos comunica una sensación de inteligencia, de fuerza y de capacidad", dice el productor Isaac Klausner. "Nos esforzamos en mantener el enfoque documental, en hacer sentir al espectador que está viendo dentro y fuera de los hogares de nuestros personajes en la época de las misiones Gemini y Apolo".
El programa Gemini fue diseñado para entrenar a los astronautas de las primeras misiones del Apolo a la luna, algo esencial previo al alunizaje. Diez tripulaciones hicieron varios viajes en la nave Gemini, donde cabían dos astronautas, desde marzo de 1965 hasta noviembre de 1966, exactamente entre los programas Mercury y Apolo.
Los nueve hombres seleccionados eran Neil Armstrong (Ryan Gosling), Ed White (Jason Clarke), Jim Lovell (Pablo Schreiber), Gus Grissom (Shea Whigham), Pete Conrad (Ethan Embry), Elliot See (Patrick Fugit), David Scott (Christopher Abbott), Buzz Aldrin (Corey Stoll) y Richard F. Gordon (Skyler Bible).
Jason Clarke interpreta a Ed White, el primero en realizar una caminata espacial en 1965 durante la misión Gemini IV. El actor bromea diciendo que estaba destinado para el papel: "Nací el 17 de julio, el mismo día que salieron hacia la Luna. Mis padres siempre se metían conmigo diciéndome que mi padre estaba empeñado en llamarme Armstrong Clarke".
El intérprete reconoce que el guion de Josh Singer le cautivó y no dudó en aceptar el papel. "Nada más leer el guion de Josh supe que iba a ser un largometraje muy especial acerca de uno de los mayores logros históricos del hombre", dice. "La historia gira en torno a una hazaña, a lo que somos capaces de hacer, y Ed tuvo un papel crucial en que se consiguiera".
Y como Ryan Gosling, también Jason Clarke tuvo la oportunidad de hablar con los miembros de la familia White, concretamente con su hija Bonnie y su hijo Ed Jr. "Hay bastante material fotográfico de Ed White", dice. "Fue el primer estadounidense en realizar un paseo espacial y se rodó. Rick y Mark, Bonnie y Ed Jr, las personas que nos enseñaron la NASA, nos hicieron sentir especiales, como si fuéramos parte de algo muy valioso para ellos. Me parece que tuvimos mucha suerte de que estuvieran dispuestos a abrirnos sus puertas".
Pablo Schreiber interpreta a Jim Lovell, otro piloto del Gemini y el segundo de a bordo durante la misión a la luna del Apolo 11. Se hizo muy famoso cuando Tom Hanks le dio vida como comandante del Apolo 13.
En FIRST MAN - EL PRIMER HOMBRE se encarga de la comunicación en la misión Gemini VIII tripulada por David Scott y Neil Armstrong. Una de las cosas que más gustó al actor fue el cuidado por los detalles que el director exigía en cualquier faceta de la preproducción y del rodaje. "Reconozco que he aprendido muchísimo con este proyecto", dice. "Damien es una de las personas más vigilantes y preparadas con las que he trabajado hasta ahora. Al poco de firmar el contrato, recibí un largo correo electrónico suyo con muchísima documentación que me fue muy útil para situarme en la época y entender las misiones".
El productor Wyck Godfrey explica que entonces, casi todo el mundo pensó que Gus Grissom comandaría la misión. "Pensaban que era el hombre perfecto y que la tripulación del Apolo 1 iría a la luna".
Los productores y el director no dudaron en dar el papel de Gus Grissom a Shea Whigham. "Gus era un tipo duro, bronco, de la vieja escuela. Casi gruñía en vez de hablar", sigue diciendo Wyck Godfrey. "Shea podía reproducir esto, el toque chulesco de Grissom que buscábamos y que contrastaba con los otros astronautas, todos ellos más jóvenes".
Shea Whigham creció en Florida y estaba muy familiarizado con el programa de la NASA; incluso podía ver los lanzamientos desde muy cerca de su casa. "Me crié a unos 45 kilómetros de Cabo Cañaveral y tuve la oportunidad de ver cada uno de los lanzamientos del trasbordador espacial", recuerda. "Todos mis amigos y yo solo teníamos un sueño, llegar a la Luna algún día".
Para el papel de Pete Conrad, uno de los pilotos del Gemini VIII antes de pasar al programa Apolo, participar en la misión del Apolo VIII y convertirse en el tercer hombre en pisar la luna, se escogió a Ethan Embry. Era la primera vez que el actor interpretaba a una figura histórica. "Leí la biografía de Pete Conrad, titulada Rocketman, unos meses antes del rodaje", dice. "Tener la oportunidad de estudiar 300 páginas de hechos reales acerca de Pete, por un lado me facilitó la vida, pero por otro me entró mucho miedo. Sabía exactamente quién era y quería retratarle con absoluta fidelidad".
Hablando del papel del joven astronauta Elliot See, el actor Patrick Fugit dice: "Había astronautas como Pete Conrad y Ed White que lo sabían todo del programa espacial. El hecho de que Neil fuese un civil le aislaba dentro del grupo. Los únicos que no eran militares de carrera de los nueve pilotos que formaban las tripulaciones del Gemini, y por eso se relacionaron más entre ellos dos que con el resto de sus compañeros, eran Neil y Elliot."
El guion de Josh Singer explora la amistad que nació entre los dos hombres, que tenían muchas cosas en común. Elliot See dice: "El guion recalca la camaradería existente en el barrio donde viven los astronautas. Se movían en un entorno muy competitivo y me parece importante enseñar que se protegían mutuamente, que existía una hermandad, como si fueran una familia".
La película se centra en la innovadora misión del Gemini VIII. David Scott y Neil Armstrong son los primeros astronautas que consiguen unir dos naves en la órbita terrestre, un logro que demostró ser de una importancia vital para el éxito de las futuras misiones de alunizaje.
El actor escogido para el papel de David Scott fue Christopher Abbott. Debido a un fallo de la nave, el Gemini VIII empezó a girar sin control durante la maniobra de atraque y Scott se desmayó. Por suerte, Armstrong reaccionó con gran rapidez y pudo estabilizar la nave y conseguir que regresara a la tierra.
Christopher Abbott reconoce que no sabía nada del programa Gemini antes de documentarse para la película, pero entendió inmediatamente la gravedad de la situación. "No era consciente de la importancia del vuelo del Gemini VIII y de que gran parte del futuro de la NASA dependía del éxito de la misión", dice el actor. "A pesar de no ser un éxito técnico absoluto, controlaron la situación y regresaron sanos y salvos a la tierra, además de unirse con el Agena. Esto dio un gran impulso a la NASA e hizo posible que siguieran con el programa lunar".
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