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LE MANS 66
INFORM MACIÓN
Titulo original: Ford V. Ferrari
Año Producción: 2019
Nacionalidad: EE.UU.
Duración: 152 Minutos
Calificación: No recomendada para menores de 7 años
Género: Acción, Drama, Biografía
Director: James Mangold
Guión: Jez Butterworth, John-Henry Butterworth, Jason Keller, James Mangold
Fotografía: Phedon Papamichael
Música: Marco Beltrami
FECHA DE ESTRENO
España: 15 Noviembre 2019
DISTRIBUCIÓN EN ESPAÑA
20Th Century Fox


SINOPSIS

Carroll está en la cima del mundo tras ganar las 24 horas de Le Mans. Pero los médicos le advierten que tiene una cardiopatía que le impedirá pilotar. En lugar de hundirse Shelby se reinventa ingeniosamente como diseñador de coches y comercial en una fábrica de Venice Beach con un equipo de ingenieros y mecánicos entre los que se encuentran el irascible conductor de pruebas Ken Miles. Cuando un vehículo de Shelby sorprende en Le Mans frente al venerable italiano Enzo Ferrari, Ford Motor Company recluta al visionario para diseñar el coche de carreras más avanzado, una máquina capaz de ganarle incluso a Ferrari en la implacable pista francesa. Shelby, Miles y su equipo desafiarán las interferencias corporativas, las leyes de la física y hasta sus demonios personales para desarrollar un vehículo revolucionario capaz de vencer a todos sus competidores...

INTÉRPRETES

CHRISTIAN BALE, MATT DAMON, JON BERNTHAL, CAITRIONA BALFE, JOSH LUCAS, JJ FEILD, RAY McKINNON, NOAH JUPE, SAM FUSARO, TRACY LETTS, WALLACE LANGHAM, WYATT NASH, STEFANIA SPAMPINATO, RUFOLF MARTIN, JONATHAN LaPAGLIA

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UN DRAMA DE ALTO OCTANAJE SOBRE LA AMISTAD QUE REDEFINIÓ EL DEPORTE MOTOR...
    Es uno de los capítulos más legendarios de la historia del automovilismo. Carroll Shelby, junto a su arrogante piloto Ken Miles, desarrolla un coche revolucionario capaz de ganar a una flota de vehículos fabricados por el mismísimo Enzo Ferrari en las 24 horas de Le Mans de 1966. Esta es la historia de un grupo de agitadores y pensadores atípicos que salvaron grandes obstáculos y realizaron algo extraordinario gracias a su ingenio, su determinación y fuerza de voluntad.

   Al director James Mangold le emocionó el doble reto que implicaba el proyecto: por un lado, la oportunidad de escenificar emocionantes secuencias de carreras que básicamente introducirían al espectador en el interior de esos vehículos en compañía de pilotos intrépidos, y por otro, la posibilidad de relatar los altibajos de la amistad de Shelby y Miles. Ambos tenían personalidades muy marcadas y temperamentos fuertes —Shelby era un tipo duro, pero caía bien, y Miles, enojadizo y sin filtros— pero a los dos los unía la pasión por la innovación y un amor permanente por el deporte motor.
   Es muy sencillo, tanto Shelby como Miles estaban motivados para triunfar, incluso si ello significaba jugarse la vida cada vez que cogían el coche. “Se entendían el uno al otro al nivel más profundo”, dice Mangold. “Cuando Shelby ha de hacer frente al hecho de que jamás podrá volver a pilotar, se reinventa de piloto a vendedor y diseñador de coches, y Ken se convierte en un vehículo para hacer realidad su sueño. Pero Ken es incapaz de morderse la lengua y mucho menos en contextos corporativos o de publicidad. Dice lo que piensa sin más, y Shelby asume el papel de protector o portavoz de Ken. Su amistad es simbiótica. Uno suple las carencias del otro”.
   “LE MANS ‘66 es la clase de película que me recuerda por qué me aventuré a esto de hacer cine”, dice el productor Peter Chernin sobre lo que le atrajo al proyecto. “Es una gran experiencia emocional y diferencial la que disfrutes en un cine, por eso nos gusta ir. Nos gusta sumergirnos, sentir cosas, llorar o reír… o que nos inspiren. Esta película ofrece todo eso y más”.
   A Chernin le entusiasmó que el director James Mangold fuera fichado tras años empleados en el desarrollo del guion. Mangold ya poseía la experiencia de contar historias emocionalmente gratificantes sobre personajes históricos, así como dramáticos cuentos sobre forasteros.
“Siempre le han atraído los héroes a regañadientes, gente que vive sus convicciones de una forma muy propia y personal, a veces incumpliendo las normas”, dice Chernin. “El atractivo para él de hacer un drama precioso, ambicioso, con acción espectacular era irresistible. Nadie podría haber combinado belleza y alma en esta cinta como lo ha hecho él”.
   “El reta era: ¿cómo pilotar esta historia para que los espectadores sientan el amor y la fraternidad, la energía de estos pilotos, diseñadores, mecánicos y equipo de boxes? Porque no depende de una victoria cliché”, añade Mangold. “Sentí que, si podíamos profundizar lo necesario en estos personajes únicos, el ganar o perder las carreras sería secundario a salvar o perder sus vidas”.
   La clave del planteamiento de Mangold era crear un retrato más naturalista de cómo era la vida que llevaban Shelby o Miles. En la actualidad cuando un espectáculo de creación digital viene a definir muchos de los éxitos de taquilla, para el director era necesario que la acción se planteara con el máximo realismo en LE MANS ‘66 para, por un lado, representar fielmente a la década de 1960 y por otro, para ayudar a que el público entendiera lo que experimentaron estos pilotos al ir al límite, tanto en el terreno personal, como en sentido literal, empujando los límites de sus coches.
   “El objetivo para mí era, en un momento donde las películas de acción dependen en gran medida de animación por ordenador, que habría algo profundamente analógico, real y táctil en esta película, con lo sexis que son estas bestias, los coches, los motores, el peligro”, dice Mangold. “Estos personajes circulan por una pista a 320 kilómetros la hora en una fina capa de aluminio. El milagro es que se atrevieran y sobrevivieran esas circunstancias y es algo que he querido trasladar”.
  La cinta comienza con la victoria de Shelby en Le Mans y su posterior diagnóstico, antes de avanzar al año 1963 cuando Ford Motor Co., habiendo perdido su posición de liderazgo en el mercado, está sufriendo pérdidas en sus ventas frente al competidor estadounidense General Motors. El directivo de marketing Lee Iacocca le sugiere a Ford que, si quiere atraer a los jóvenes a comprar su primer coche, la empresa haría bien en priorizar la velocidad —si Ford producía coches de carreras que alcanzaban el podio, los vehículos de consumo serían tanto más atractivos por la mera asociación. Como la empresa que fabricaba los coches más rápidos y sexis eran los de Enzo Ferrari, parecía que la compra del fabricante europeo era la solución. Una delegación de altos directivos se desplaza a la sede de Ferrari para negociar las condiciones de la venta y vuelve a Michigan con las manos vacías.
   Humillado, el director general de Ford, Henry Ford II (conocido como El Deuce) nombra de seguido a su mano derecha, el vicepresidente Leo Beebe, al frente de una nueva división de carreras de última tecnología, Ford Advanced Vehicles, con la encomienda de fabricar en tiempo récord un coche que supere a Ferrari en su terreno —venciéndoles en el “Everest del Automovilismo”, las 24 Horas de Le Mans. El equipo FAV fabrica un modelo bonito, el GT40 Mark I, pero su primera incursión en Le Mans en 1964 fracasa estrepitosamente. Los tres modelos fueron incapaces de terminar la carrera mientras que Ferrari alcanzó el primer, segundo y tercer puesto. Y el cuarto se lo llevó el Daytona Cobra Coupe de Shelby, un hecho que no pasa desapercibido por parte de Ford II.
   Ford II contrata a Shelby para desarrollar, probar, y finalmente supervisar el programa de carreras de la corporación, pero su piloto de prueba Ken Miles complica las cosas. El bocazas de Miles no tarda en hacerse un enemigo en Beebe, que hará todo lo posible por manipular a Shelby y bloquear a Miles en cada oportunidad. Con todo y con eso, a pesar de todos los factores en contra y las continuas interferencias corporativas, Shelby y su equipo —en el que también figuran el ingeniero jefe Phil Remington y un joven mecánico británico Charlie Agapiou— fabrican uno de los mejores coches de carreras de todos los tiempos: el Ford GT40 MKII. El vehículo cambió la imagen tanto de Ford, como del propio país, cuando participó en una de las competiciones de motor más transcendentes, el Le Mans de 1966.
   Dice Mangold: “Esta película trata de personajes que buscan la excelencia, que desafían lo que sería el inicio del pensamiento corporativo de comprobación por el mercado. Se trata de un conflicto actual del siglo XXI en nuestro país. El de las personas que asumen riesgos y se atreven, guiados por el instinto y se vieron obligados a inventar muchas de las cosas que han definido nuestro país. Ahora nos da miedo arriesgar”.
   Añade Chernin: “Siempre pensamos que sería una película tremendamente motivadora porque relata los conflictos entre bambalinas, las decisiones que tomaron personas apasionadas, competitivas, motivadas, que arriesgaron, personas atrapadas en el momento en el que el clima del país cambiaba del optimismo de la postguerra de los años 1950 y principios de los 60 a la visión más cínica de finales de la década y de los años 70. Además, es la clásica historia americana del perdedor, nostálgica”.

ENCONTRAR A CARROLL SHELBY Y A KEN MILES...
  Aunque en LE MANS ‘66 figura un elenco de primer orden interpretando a personajes históricos de alto perfil, el drama central gira en torno a la acalorada amistad entre dos rebeldes: Carroll Shelby y Ken Miles. Desde el principio, el realizador sabía a qué actores quería fichar para asumir los papeles principales de la trama: a Matt Damon y a Christian Bale. “Los dos tienen un gran don”, dice Mangold. “Existe una fraternidad natural entre ellos que intuí desde el principio y que realmente se percibe en la pantalla”.

   Dice el director que cada actor se sentía de alguna forma hermanado con su personaje. Como el legendario piloto y diseñador de coches Carroll Shelby —cuyas creaciones abarcan el Shelby Cobra y el Shelby Daytona, así como versiones modificadas y adaptadas a la pista de la legendaria serie Mustang de Ford, el Shelby Mustang— el estatus de celebridad de Damon se remonta a muchas décadas atrás.
   “Ha sido una estrella del cine prácticamente toda su vida”, dice Mangold. “Lleva consigo la notoriedad, la fama, de una carrera larga, pero también se enfrenta a la pregunta de cada actor que ha superado los cuarenta: ¿a dónde voy? Asimismo, al comienzo de la historia Shelby ha de verse de una forma diferente y reinventarse”.
   Dice Damon: “Shelby había sido un gran piloto y llegó a la cima de su carrera. Pero a raíz de su cardiopatía pierde su gran amor. Estaba a punto de caer en el olvido y ser un simple vendedor de coches. Pero la oportunidad que le brinda Ford es una de esas que se te presentan una vez en la vida. Tenía muchos obstáculos que superar, al igual que Miles. Es un punto de inflexión en la vida de ambos”.
   Bale ha hecho su carrera a partir de la encarnación de personajes atrevidos y, cuando ha representado a personas reales, bien Dicky Eklund en The Fighter o Dick Cheney en El vicio del poder, se ha sumergido notablemente en el papel, canalizando la esencia de esos personajes. También se le conoce por ser apasionado y expresarse sin pelos en la lengua, así como lo hace Ken Miles, que condujo tanques en la Segunda Guerra Mundial antes de encontrar su lugar en la pista de carreras.
   “De algún modo Ken Miles y Christian se parecen”, dice Mangold sobre el actor que estuvo a sus órdenes en su largometraje del 2007 El tren de las 3:10. “Christian es un actor tremendamente dotado al que no le gusta ser una estrella del cine. Le gusta el trabajo cuando se siente en control de este, cuando está al volante, por decirlo así. Christian también es británico, y no es ajeno a los barrios obreros de ese país. Ha encontrado muchas formas de identificarse con Ken. Supe que le encantaría la idea de entrenarse y de conducir en esta cinta”.
   Dice Bale: “Hay libertad cuando interpretas a personajes reales porque tienen gestos concretos, particularidades, su forma de hablar, todo está ahí. Tienes la libertad de usarlo todo. Puedes ver sus vídeos o hablar con él, invitarlo al plató, y charlar tranquilamente. Las personas son maravillosamente excéntricas y fantásticas. Me siento más liberado haciendo de una persona de carne y hueso porque sé que no es mi ego el que toma las decisiones”.
  Añade el productor Chernin sobre las dos estrellas: “Bale y Damon están entre un reducido grupo de grandes actores de la actualidad. Ambos tienden a desaparecer en sus papeles a la vez que mantienen su estrellato de actores de cine. Uno se puede creer que son los personajes que representan. Son los últimos ejemplares de una vieja escuela, el prototipo masculino valiente, humilde, y amable”.
   Aunque los actores no habían trabajado juntos con anterioridad, les entusiasmó la oportunidad de coprotagonizar y de explorar la amistad de dos personajes singulares. “Shelby sintió que Ken Miles era indispensable en esta misión. Por su parte, Ken tenía la actitud de ‘tonterías las justas’”, dice Damon. “Era irascible y no temía decir lo que pensaba y se negaba a seguir el paso de los demás sin más. Si pensaba que tu idea era estúpida te lo decía a la cara y sus habilidades políticas o diplomáticas eran nulas. Su conducta era una frustración constante para Shelby porque no hacía más que entrometerse en su camino. Pero Shelby realmente lo necesitaba para fabricar el coche y posteriormente competir en Le Mans”.
  Mangold quería que sus estrellas condujeran literalmente la mayoría de las secuencias con coches reales en pistas reales. “La idea era hacer lo máximo posible con nuestro elenco”, dice el director. “Lo que yo realmente quería era que la conducción te hiciera sentir que estás allí. Ves y escuchas el traqueteo de los pernos en el chasis del vehículo. Sientes la vibración del motor. Comprendes el límite hasta que llevan al vehículo y lo poco que les faltaba para volar por los aires”.
   “Hoy, contamos con el diseño asistido por ordenador”, prosigue Mangold. “Podemos vislumbrar con mayor precisión lo que va a funcionar y lo que. Estos pilotos tenían que meterse en coches que no sabían si iban a romperse por la mitad. No había manera con lápiz y ábaco de asegurarlo. Tenías que fabricarlo y luego ver si explosionaba a la segunda vuelta. Esa clase de valor es romántico, es asumir riesgos y mancharte las manos trabajando, persiguiendo tus ambiciones”.
   Antes de iniciar el rodaje Bale entrenó con el coordinador de especialistas veterano y piloto especialista Robert Nagle para preparar el papel. En la película, Bale conduce tanto un Shelby Cobra como una versión del Ford GT40. El coordinador de especialistas estuvo una semana con el actor en la escuela de Bob Bondurant de conducción en Phoenix, Arizona, cuya especialidad son las carreras. “Christian se metió mucho y tiene muchas aptitudes para esto”, dice Nagle. “Es el mejor actor al que haya entrenado a conducir”.

ENCONTRAR A LOS ACTORES Y ACTRICES DE REPARTO...
  Jon Bernthal hace de Lee Iacocca, quien, a partir de su origen humilde, sus padres eran inmigrantes italianos afincados en Allentown, Pennsylvania, se convirtió en una leyenda del automovilismo, renovando al fabricante estadounidense Chrysler en la década de 1980. Bernthal es un atlético actor de teatro, cine y televisión conocido por encarnar a personajes emocionalmente destructivos en series de televisión tales como The Punisher y The Walking Dead y películas como Sicario, El lobo de Wall Street o Wind River.
  “Mientras que habitualmente interpreto a hombres que dependen de sus músculos, su fuerza física o su ira, en cierto sentido Iacocca es tan fuerte como cualquiera de los personajes que he interpretado”, dice Bernthal. “Su fuerza proviene de su intensidad, cuyo origen es intelectual. En el tiempo que estuvo en Ford, Iacocca tuvo la presencia mental para entender que había toda una generación de chavales de diecisiete años con dinero en el bolsillo aficionados al rock ’n’ roll, el sexo y la velocidad, y entendió que la aburrida e insípida repetición de modelos de los años 50 estaba fracasando en Ford”.
  La actriz irlandesa Caitriona Balfe, que hace de Claire Randall en la serie de larga emisión de Starz, Outlander, es Mollie Miles, la mujer de Ken y madre de su hijo, el pequeño Peter. “Lo que me encanta del personaje de Mollie es que, aunque es madre de casa la relación con él es de igual a igual”, dice Balfe. “Él es un diamante en bruto en cuanto a su personalidad, y no es que tenga don de gentes ni mucho menos. Pero ahí radica la fuerza de su relación. Ella le dice cuando él se equivoca, pero también le anima. Piensan como equipo y se apoyan mutuamente. Es algo bonito de representar”.
   El autor ganador del Pulitzer y actor ganador del Tony Tracy Letts (August: Osage County, Lady Bird) hace de la leyenda automovilística de Detroit, Henry Ford II, el Director General de Ford Motor Company desde 1960 a 1979. El género del deporte motor representó una nueva oportunidad para el actor, que se quedó intrigado por la trascendencia histórica de los hechos. “Es una historia clásica del hombre contra la máquina, el hombre contra el hombre y el hombre contra sí mismo”, dice Letts. “Aborda muchos de los elementos de una gran historia deportiva pero también es fiel a la historia que se cuenta y es muy buena. Muchos de los coches que conocemos en la actualidad y muchos de los avances tecnológicos parten de esta etapa”.
  Josh Lucas es Leo Beebe, el directivo de Ford Motors Company que presidió el programa de carreras de Ford. Conocido por sus papeles en Sweet Home Alabama y el drama ganador del Oscar® Una mente maravillosa, Lucas trabajó previamente con Bale en el 2000 en American Psycho. “El guion es un poco lírico”, dice Lucas. “Además de que tiene una cualidad épica. Hay un elemento casi poético a esta historia con la energía y la intensidad de las carreras.
  Al igual que su padre Peter Miles está totalmente consumido por el deporte motor. Peter es encarnado por Noah Jupe que participó con John Krasinski y Emily Blunt en el éxito del 2018 Un lugar tranquilo. “Peter es un niño feliz pero también un niño cuyo padre puede morir en cualquier momento de la carrera”, dice Jupe. “Desde una edad temprana ha estado inmerso en el automovilismo y quiere ser piloto de mayor, como su padre. Es lo que conocido”.
   El veterano actor italiano Remo Girone, actor protagonista en muchas películas, en televisión y sobre las tablas, hace de Enzo Ferrari, cuya Scuderia Ferrari dominó el deporte motor muchos años. Girone es conocido por su papel protagonista como el capo de la mafia en la popular miniserie de la televisión italiana La Piovra así como su papel coprotagonista como carpo italiano-americano frente a Ben Affleck en Vivir de noche.
Ray McKinnon, actor de personajes americano, guionista y director conocido por crear la aclamada serie dramática de SundanceTV, Rectify, es Phil Remington, el ingeniero jefe de Shelby American. Un genio técnico capaz de arreglar o fabricarlo todo, Remington es un socio clave de Carroll Shelby cuya ayuda será imprescindible para desarrollar el Ford GT40 MKII que se enfrentará a Ferrari en Le Mans.
   JJ Feild, conocido por sus papeles en Capitán América: El primer vengador, En tierra de Jane Austen y actual coprotagonista de Idris Elba y Piper Perabo en la serie cómica de Netflix Turn Up Charlie hace de Roy Lunn, el ingeniero de Ford que diseñó y desarrolló el coche de competición GT40.
El actor británico Jack McMullen da vida al joven mecánico de Shelby American Charlie Agapiou. Conocido en la cinta como Chaz, trabaja con Ken Miles en el taller de reparación de coches extranjeros de Miles en Hollywood antes de trabajar juntos en el taller de Shelby en Venice a principios de 1963. Ken fue como un padre para el joven Charlie.
   La producción también reclutó a los hijos de algunas leyendas de las carreras que aparecen en la cinta —muchos de ellos pilotos premiados, y conocieron al propio Carroll Shelby— para hacer de sus padres. Entre los pilotos especialistas figuran Alex Gurney, hijo de la leyenda del automovilismo Dan Gurney; Derek Hill, hijo del que fuera campeón de la Fórmula Uno Phil Hill y Jeff Bucknum, hijo del piloto americano Ronnie Bucknum.

SOBRE LA PRODUCCIÓN...
  Le Mans ‘66 se rodó en verano y a principios de otoño del 2018 en el sur de California, Georgia y Le Mans, Francia. El director James Mangold reunió a un equipo de colaboradores habituales para que lo ayudaran a realizar su visión de la rivalidad épica entre Henry Ford II y Enzo Ferrari, y el equipo advenedizo y combativo que Ford contrató en su cruzada. Asimismo, la producción contó con varios asesores que tenían una vinculación personal con los sucesos que aparecen en la película en aras de aportar más autenticidad. Entre ellos figuran Charlie Agapiou, el antiguo jefe de equipo y de mecánicos de Shelby American, y Peter Miles.
   El director de producción François Audouy se encargó de recrear una variedad de lugares del mundo real para la película, desde la sede central de Ford Motor Co. en Dearborn, Michigan, hasta los talleres de Shelby American en Venice, California, y posteriormente, la ampliación de sus instalaciones de Shelby American en el aeropuerto internacional de Los Ángeles. Audouy había trabajado previamente con Mangold en proyectos como Logan y Lobezno inmortal, y le entusiasmó el hecho de reunirse nuevamente con el cineasta.
   Dice Audouy: “Jim tiene una visión clara de la historia que quiere contar. Sus películas se apoyan en los personajes. Se basan en un estilo cinematográfico centrado en la historia. Eso significa que la dirección de producción tiene que acompañar y estar muy sincronizada con el realismo y la verosimilitud y mantener al público en la magia de este mundo que se ha creado”.
   Curiosamente, prácticamente cada secuencia de Le Mans ‘66 fue rodada en escenarios reales. Para las primeras escenas ambientadas en la legendaria fábrica de Ford conocida como el complejo Ford River Rouge, o The Rouge, en Dearborn, Michigan, la producción rodó en una antigua fábrica de acero de 100 años de antigüedad en el centro de Los Ángeles. La estructura del almacén de unos 1400 metros cuadrados se equipó con una línea de montaje y una cinta transportadora, para convertirla en una enorme planta automotriz donde los Ford Falcons de 1963 estaban en pleno proceso de montaje. En las escenas de la fábrica tenían que aparecer 20 Ford Falcons en distintas fases de fabricación.
   En lugar de construir los Ford Falcons desde cero, el coordinador de coches Rick Collins buscó en Craiglist, eBay y otras páginas de coches usados para comprar Ford Falcons de aquella época. Acto seguido, los desmontó, o restauró el interior y el exterior de los vehículos azul celeste para crear la ilusión de que eran vehículos recién fabricados en la línea de montaje. “Son todos coches reales”, comenta Audouy. “No hay fibra de vidrio, son enteramente de metal, totalmente restaurados. Incluso la pintura es la misma que se usó según el libro de colores de Ford en 1963”.
   El exterior de la fábrica de Ferrari y el interior de la oficina de Enzo Ferrari se rodaron en las instalaciones de Lanterman Development en Pomona, California. Sus paredes exteriores y patio interior corresponden a la fachada exterior de la compañía en Maranello, Italia. El departamento de arte construyó una réplica exacta de la oficina de Enzo Ferrari con las ventanas que dan al patio donde hay dos Ferrari aparcados: una réplica del California Modena Spyder de 1961 y un auténtico Ferrari 275 GTB plateado de 1966, prestados por un coleccionista local.
   Una de las piezas icónicas de las sedes de Ferrari es el vallado y acceso a la fábrica. Para Le Mans ‘66, el equipo de diseño de la película construyó una réplica del acceso in situ. “Es como en King Kong o la entrada a Jurassic Park”, dice Audouy. “Ves el acceso principal y piensas: ‘Ferrari’”.
   Para recrear la ubicación original de la histórica Shelby American, Inc. en Princeton Avenue en la zona costera de Venice, California, la producción encontró un almacén de ladrillo de dos plantas con un patio interior en el barrio de Chesterfield Square en Los Ángeles. Los diseñadores de plató transportaron la estructura vacía de unos 1100 metros cuadrados al pasado utilizando varios artículos propios de los talleres de coches (gatos, llaves inglesas, revistas de coche) así como trofeos, tablas de surf y bicicletas. Para rematar la decoración de las instalaciones, se alquilaron una docena de réplicas del Shelby Cobra previas a 1966, incluyendo una selección de MKIs, MKIIs y el descapotable personal de Carroll Shelby, el Shelby Cobra.
   Con la incorporación del Shelby Mustang a su línea de producción y la entrada de recursos de Ford Motor Co., la tienda original de Carroll Shelby en Venice se queda pequeña, y en 1965 traslada su compañía y la línea de montaje a un hangar en el aeropuerto internacional de Los Ángeles (LAX), donde fabricó algunos de los coches de carrera y de consumo más famosos de la historia. En el transcurso de casi dos semanas de rodaje, las escenas dentro del taller de Shelby en LAX y en la pista de despegue se rodaron en el hangar de la California Air National Guard, ubicada en el aeropuerto internacional de Ontario, a unos 64 km al este del centro de Los Ángeles.
   Cuando no había tráfico aéreo, el aeropuerto permitía rodar en la pista que hacía las veces de la pista de prueba de Shelby. “No solo encontramos un hangar increíblemente grande que transformamos en una réplica exacta del hangar de Shelby en LAX, sino que también tuvimos acceso a la pista donde pudimos coger esos coches de carrera y captar lo que realmente sucedió en los inicios de Shelby, cuando empezaron a desarrollar el GT40”, comenta Audouy.
   El moderno barrio de Highland Park albergó las escenas grabadas en la casa de Ken Miles, el garaje y el barrio. En el transcurso de dos semanas de rodaje, un acogedor bungaló de dos habitaciones de 1909 hizo de la casa que Ken Miles compartía con su esposa, Mollie, y su hijo, Peter. El taller de reparación de coches extranjeros de Miles, Ken Miles Limited, se ubicó al otro lado de la calle en la avenida 64 donde originalmente había un taller de carrocería que los diseñadores llevaron al pasado. (El antiguo taller de Miles estaba ubicado originalmente en Lankershim Boulevard al este del Valle de San Fernando).
   En el transcurso del rodaje, Collins, el coordinador de coches, cuyos anteriores créditos incluyen varias películas de la franquicia de A todo gas, First Man (El primer hombre), Bright y Capitana Marvel, entre otras, trabajó estrechamente con el director de producción Audouy y sus directores de arte para asegurarse de que lo coches fabricados, prestados o alquilados fueran exactamente como los de la época. Su equipo transportó esa gran colección de coches por el sur de California y con el equipo de la segunda unidad en Georgia.
  Entre los coches vintage que vislumbramos por unos segundos en pantalla hay un Daytona Coupé de aluminio único en su clase, que cuesta 30.000 dólares alquilarlo, y aparece en las escenas en las que se ven las instalaciones de Shelby American en LAX. Para la llegada de Ken Miles a Le Mans, Francia, el museo Automobile Club de l’Ouest prestó a la producción varios coches históricos de su colección, incluyendo un Ford GT40 MKI y un Peugeot CD SP66, muy exclusivo. Solo hay tres CD SP66s en el mundo.
   Muchos de los coches de carrera de la película fueron fabricados por Superformance, un centro coleccionista de coches de alta gama en Irvine, California, que se especializa en las réplicas de “chasis rodantes” y coches de continuidad de los años 60. JPS Motorsports, al norte de Hollywood, construyó varias réplicas del Porsche Speedster que podemos ver al principio de la secuencia de la carrera de 1963 en el circuito Willow Springs International en Willow Springs Motorsports Park en Rosamond, California, un complejo de 242 hectáreas a las afueras de Los Ángeles, donde Carroll Shelby y su equipo de competición presentaron su primer modelo del AC Shelby Cobra frente a su competidor más importante en aquel momento, el Chevy Corvette. El equipo de coches para el cine con el que Collins ha colaborado desde hace muchos años tiene un taller en Sylmar donde se fabricaron los Corvettes para esas escenas. En total, 34 coches de carrera personalizados se fabricaron para la película.
  Con numerosas carreras destacadas en la cinta, era esencial diferenciar visualmente cada secuencia de forma que ayudara a avanzar la historia. El diseñador de vestuario Daniel Orlandi que, al igual que Audouy, había trabajado con Mangold en Logan, hizo una investigación exhaustiva de la época y el deporte motor para asegurarse de que sus diseños fueran históricamente correctos. También, colaboró estrechamente con Audouy para configurar una paleta de colores para cada carrera. “Vimos imágenes de Le Mans en 1966, imágenes de Le Mans en 1959, imágenes de Willow Springs, y leí todos los libros publicados sobre Carroll Shelby y Ken Miles”, comenta Orlandi. “No puedes hacer nada en una historia sobre personajes reales hasta que no investigas a fondo. Quieres ser lo más veraz posible dentro de los parámetros que ayuden a contar la historia”.
  De cara a interpretar a este excepcional tejano, el diseñador de vestuario no pensaba que Matt Damon debería ir demasiado llamativo, aunque en realidad Shelby era conocido por llevar un distintivo mono a rayas y un sombrero vaquero que lucía desde de sus días como granjero en el negocio avícola. “Matt podría haber vestido con un armario más extravagante, pero la verdad es tan buen actor que no le hacía falta”, dice Orlandi. “No necesitaba ese traje para definir a su personaje, no tenía que ser tan exagerado. Sí que lleva un sombrero vaquero que Carroll Shelby solía llevar, pero hace un uso selectivo de este en escenas claves en las que intencionalmente debe aparentar más extravagancia, así como sus botas vaqueras de cocodrilo”.
   Para su interpretación del famoso fabricante de coches de pelo rizado, el actor de 47 años se tiñó el pelo y se hizo la permanente por primera vez. La jefa de peluquería, Gloria Casny, otra veterana de Logan dice que aunque la película se desarrolla en los años 60, ella decidió que todos los hombres llevaran el pelo bastante corto. “Pecamos de un estilo corto y conservador, ya que todo el festival del verano del amor, y la época en la que Jim Morrison llevó el pelo más largo, no ocurrió hasta después de los hechos narrados en la película”, comenta Gloria.
   “Fue un estilo muy específico, la mayoría de los hombres tienen un corte muy limpio, patillas recortadas y muy poco pelo facial” añade la jefa de maquillaje Jane Galli, cuya colaboración con Mangold se remonta al drama de 1999 ganador del Oscar® Inocencia interrumpida. En las primeras conversaciones que mantuvo el equipo de maquillaje con el director, decidieron que los personajes que pasaban sus días en la pista de carreras tendrían que reflejar esa vida al aire libre, en condiciones extremas. “Ya fueran los pilotos o el equipo de boxes, Jim quería que estuvieran siempre un poco bronceados, morenos, curtidos, sudorosos, llenos de grasa y sucios”, dice Galli.
  En cuanto al vestuario, Miles suele llevar el traje de carrera y un mono. “Lo llaman beatnik, aunque nunca se viste como tal”, dice Orlandi.
Al haber pocas fotos de Mollie, la mujer de Ken, el diseñador eligió un vestuario favorecedor para la actriz irlandesa Caitriona Balfe, a la vez que se aproximara de forma realista al armario de la mujer de un mecánico. Ella lleva sobre todo vaqueros Wrangler viejos de los años 60 y jerséis o camisas de algodón.
   Por el contrario, sí disponían de muchas imágenes de archivo de Henry Ford II para crear una imagen completa del estilo del titán automovilístico. Cuando llegó el momento de vestir al Deuce y a su equipo ejecutivo, Orlandi se inspiró en un proyecto anterior de su carrera. “Recuerdo que hace tiempo hice una película ambientada en un gran despacho de abogados y el director dijo que quería que parecieran un equipo de fútbol, que cuando llegaran a un lugar parecieran uno solo”, dice Orlandi. “Lo conseguimos a la vez que dotábamos a cada uno de su personalidad”.
  El diseñador vistió al propio Ford con trajes clásicos de Brook Brothers. “De familia de dinero, camisas de vestir, americanas azul marino, es una recreación de cómo vestían en realidad”, dice Orlandi. “Su armario es muy tradicional, siempre vestía azul marino con corbatas lisas también en azul marino”. El personaje de Josh Lucas tenía una paleta de color con más sombras. “En el caso de Leo Beebe, jugamos con colores un poco más oscuros, más petróleo”, dice Orlandi. El personaje de Jon Bernthal, Lee Iacocca, era el miembro del equipo ejecutivo más llamativo. “Lleva un buen traje de zapa, trajes de angora y delgadas corbatas plateadas ultra años 60”.
   Orlandi quería marcar un contraste visual inmediato entre el equipo de Ford y sus competidores en Ferrari. “Mientras que los ejecutivos de Ford van a la moda, usan colores azules, grises, plata; los de Ferrari son un poco más anticuados” comenta Orlandi. “En su fondo de armario básicamente hay tonos marrones, beis, corbatas de punto y chalecos”. Orlandi compara los uniformes de los trabajadores de la fábrica de Ferrari, que llevan monos de trabajo, con el ejército italiano. “Así los diferenciamos: el estilo anticuado de Ferrari y el de Ford, que era más propio de la era espacial de los años 60”.
  El choque de los mundos se produce en la pista de carreras. Uno de los principales desafíos de la producción era encontrar la forma correcta de rodar las diferentes secuencias de carreras que preceden a la escenificación final de la carrera de Le Mans de 1966. Dice la productora Jenno Topping: “Uno de los aspectos más complejos del rodaje era que Jim quería que esos momentos de competición hablaran de los personajes, para que el público pudiera identificar y entender mejor la historia, no se trata solo de quién iba ganando”.
   Mangold y el director de fotografía Phedon Papamichael, que habían trabajado juntos en cinco películas incluyendo En la cuerda floja, El tren de las 3:10, y Noche y día, decidieron seguir un enfoque tradicional que respaldara la historia. Tomaron como referencia tanto el drama deportivo clásico de 1966 Grand Prix, como la película de 1971 protagonizada por Steve McQueen Las 24 horas de Le Mans. “Nuestra inspiración visual fue sobre todo cintas de los años 60 y 70, más que en interpretaciones contemporáneas de películas de carreras de coches. Sin movimientos exagerados, buscando la intimidad, usando primeros planos y respetando siempre el punto de vista del personaje”, comenta Papamichael. “Intentamos seguir las técnicas de fotografía de la época”.
   Para proporcionar perspectivas únicas en primer plano de las numerosas secuencias de carreras, Papamichael confió en grúas de especialistas y vehículos de cámaras. “Fue muy difícil filmar al elenco yendo a la velocidad real de competición”, dice el director de fotografía. “No podíamos ir siempre a la velocidad real de la carrera, y tampoco queríamos utilizar mucho apoyo digital. Intentamos hacer lo máximo posible con la cámara, con soportes rígidos adaptados a los coches de carrera reales, lo cual produce una experiencia mucho más realista, también para los actores que sufren las consecuencias de la gravedad y demás vibraciones implicadas. Esto facilita mucho más la interpretación”.
  Muchos de los vehículos especiales de seguimiento usados para rodar las carreras y captar los coches en movimiento fueron proporcionados, y a menudo conducidos, por destacados conductores especialistas de Allan Padelford y su compañía, Allan Padelford Camera Cars, cuyos créditos incluyen Black Panther, Capitán América: Civil War, Baby Driver, las películas de A todo gas y Días de trueno. Padelford recibió un Oscar® por mayor logro técnico en 2015 por su cámara conducible Biscuit Rig y por su plataforma de vehículo, ambas empleadas con frecuencia en Le Mans ‘66. Además, también hicieron uso de soportes especiales para cámaras, incluyendo grúas telescópicas de CineMoves, cabezas giro estabilizadoras de SpaceCam y estabilizadores de cámara cardán de Oculus.
   La secuencia más complicada del rodaje fue la representación del recorrido de las 24 Horas de Le Mans de 1966, cuyo montaje y grabación entrañaron un proyecto de gran envergadura. “Los últimos 40 minutos de la película se centran en la carrera, y quería que el público pudiera sentir como si estuviera ahí, en la pista. Quería que esa idea de lo que supone competir durante 24 horas se notara, que pesara, que pudieras sentir cómo sería intentar conducir más rápido que cualquier otro piloto durante más tiempo del que normalmente estamos despiertos”, comenta Mangold.
  Para esta ruta por carreteras rurales de 24 horas de duración, el equipo técnico tenía que encontrar un campo que se pareciera a la región del valle de Loire en Francia (una búsqueda que acabó en la zona rural del estado de Georgia), así como un lugar para erigir las enormes gradas y boxes de Le Mans. “Esto conllevó meses y meses de trabajo”, dice Audouy. “Los coordinadores de coches tenían que implicarse. Los especialistas tenían que estar allí. También el equipo de efectos visuales, previsualización e historia. Realmente fue una secuencia monstruosa. No se me ocurre otra película con una carrera de coches así de épica”.
  Aunque las 24 Horas de Le Mans sigue siendo un acontecimiento anual en Le Mans, Francia, el recorrido actual no guarda relación con su predecesor de 1966, por lo que se construyeron desde cero la pista y las gradas. Las docenas de coches de carreras que compitieron en Le Mans ahora son valiosísimas piezas de museo o forman parte de colecciones privadas, y normalmente alcanzan las decenas de millones de dólares en subastas, por lo que se fabricaron réplicas de gran calidad.
  Comenta Mangold: “Le Mans, el circuito francés como tal todavía existe, pero no es igual. Ahora es una pista de carreras, se parece más al aeropuerto de Charles de Gaulle que lo que fue en su día. Era rudimentario, muy sencillo. Era un conjunto de carreteras rurales conectadas en una especie de circuito con pintorescas gradas. La magia de esto, de conducir a unos 320 Km por hora en los prototipos de coches de carreras más vanguardistas de la época, por una sucesión de carreteras rurales, una y otra vez durante el día, la noche, con lluvia, granizo, al amanecer y al atardecer, durante 24 horas seguidas metido en un vehículo, parecía lo más poderoso que podíamos expresar”.
   La escena contó con el plató más grande construido para la película: la recreación histórica a escala real del punto de salida y de las gradas de la línea de meta para Le Mans, junto con tres grandes segmentos de gradas adicionales, los palcos, los boxes de Ford y de Ferrari, y la cabina de prensa internacional. Todo esto fue construido en Agua Dulce Airpark, un aeropuerto privado en Santa Clarita, California. El diseño se basó en más de 300 fotos de archivo de la época adquiridas de varias fuentes, incluyendo el Automóvil Club del Oeste francés, la organización de las 24 Horas de Le Mans.
  No había detalles insignificantes para Audouy y su equipo de diseñadores de plató y decoradores, que crearon cientos de artículos entre anuncios de la época, carteles, programas de carreras, cronómetros, cascos, banderas e incluso herramientas de los boxes. “Cuando cuentas una historia así, tienes la oportunidad de recrear el mundo tal y como era, para mostrar cómo eran los acontecimientos históricos del momento”, dice Audouy. “Hemos de ser fieles a la historia recreando la señalización y los detalles a la misma escala, con los mismos colores, sin cambiar nada”.
   Cuando la primera unidad de rodaje se desplazó al sur de California, una segunda unidad de acción se trasladó a Georgia. Liderados por el director de la segunda unidad Darrin Prescott, que además interpreta al legendario piloto Bob Bondurant en la película, el coordinador de especialistas Nagle y un auténtico ejército de conductores especialistas pilotaron 30 coches de carreras Ford, Ferrari y Porsche. Fue aquí donde la segunda unidad rodó muchas de las escenas de la carrera de Le Mans, haciendo las veces de los tramos del Circuito de la Sarthe, como son la recta Mulsanne, la curva cerrada de Mulsanne, la Tertre Rouge, los Esses, la Casa Blanca, la esquina Arnage y el puente Dunlop.
   Se usaron tres localizaciones en Georgia para representar el recorrido de las carreteras rurales de 1966, incluyendo un tramo de la Ruta 46 en Statesboro, el circuito Grand Prize of America en la isla de Hutchinson y la carretera Atlanta en Braselton. Se decoraron más de ocho Km de carreteras en estas ciudades georgianas para recrear el Circuito de la Sarthe, colocando cientos de anuncios de carteles de la época en la pista.
   “Cada momento de la carrera tiene su objetivo, y eso crea mucha presión”, dice Prescott, cuyos créditos anteriores incluyen películas como Baby Driver, Capitán América: Civil war, Drive, y cuyo trabajo detrás de la persecución automovilística de El ultimátum de Bourne fue galardonado con el premio otorgado por el Screen Actors Guild (SAG). “El mandato de Jim era que no quería un gran anuncio de coches. No quería tomas bonitas. Quería empaparse de ese ambiente y sentir como si estuviéramos rodando en un estilo vintage. Sabíamos que tendríamos que contratar a los mejores conductores del mundo y dejarles conducir a unos 225 Km por hora”.
   Los actores y cada miembro del equipo de realización se hicieron eco de este compromiso de reflejar las experiencias reales a las que se expusieron Shelby y Miles en su extraordinaria colaboración. Al final la esperanza de Mangold como guionista y director, es que la pasión que el elenco y el equipo pusieron en hacer Le Mans ‘66 sea un homenaje a la altura del valor y la convicción que mostraron los personajes que la película celebra. “Espero que la gente cuando salga del cine esté enamorada de estos chicos, celebrando su compromiso mutuo y hacia su oficio, y recuerden a una clase de hombre y héroe estadounidense diferente”, dice la productora Topping.
   Comenta Mangold: “Esta no es toda la historia vital de Carroll Shelby ni toda la trayectoria de Ken Miles. Es un momento muy decisivo para ambos que afectó el transcurso de su vida. La gente conecta con esta idea de intentar hacer un trabajo excelente en su profesión, independientemente de cuál sea, con el desafío de manejar la supervisión y gestión corporativa, así como la tendencia corporativa de limar cada esquina que sobresale un poco para suavizar cualquier golpe que pueda ofender a alguien. Creo que todos echamos de menos ese mundo un poco más crudo y propenso a asumir riesgos”.
   Añade Bale: “La razón por la que esta historia es legendaria es porque unos inadaptados desafiaron a Dios y ganaron, ¿no creéis? Ferrari era Dios. Era el monstruo, un Goliat en reputación y estilo, legendario en el automovilismo. Y esta pandilla de inadaptados, con el respaldo de Ford, y a pesar de las interferencias de Ford, lo consiguieron”.

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