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SINOPSIS
Unas extrañas luces planean sobre el cielo anunciando la llegada de visitantes de una lejana galaxia, pero en la granja la oveja Shaun y el resto del rebaño siguen haciendo de las suyas…muy a pesar de su perro pastor. Tras esta incursión, una adorable extraterrestre de asombrosos poderes se queda en tierra, y... ¡Shaun ve en ella una oportunidad de diversión alienígena!...
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EL PODER DE LAS ESTRELLAS...
El equipo creativo que se esconde tras el prodigio lanudo más querido del mundo nos explica cómo, en GRANJAGUEDON, han tenido la audacia de llegar hasta donde ninguna oveja había ido antes...
La oveja Shaun ya es una estrella de primera categoría, adorada por millones de personas (de todas las edades) en todo el mundo gracias a su popular serie de televisión, y consolidada como estrella de cine en la exitosa película LA OVEJA SHAUN: LA PELÍCULA, de 2015. Sin embargo, para su segunda aparición en pantalla grande, los creadores quisieron llevar al personaje a lugares en los que sin duda no había estado nunca. Y decidieron que todo fuera más grande, más como una película épica de ciencia ficción. «Eso es exactamente lo que tratábamos de hacer», afirma el codirector Will Becher, antiguo colaborador de la serie de televisión y director de animación de CAVERNÍCOLA, de Nick Park, y que ahora debuta como director con LA OVEJA SHAUN, LA PELÍCULA: GRANJAGUEDON. «Queríamos que tuviera la apariencia de un enorme espectáculo cinematográfico de ciencia ficción, y ampliar el mundo de Shaun de un modo nunca antes visto. Juega mucho con ese estilo clásico de la ciencia ficción, a lo Steven Spielberg».
En GRANJAGUEDON, la plácida –aunque a veces pícara– vida diaria de la oveja Shaun da un vuelco con la llegada de una extraterrestre adorable, alocada y de un brillante color azul-púrpura: LU-LA. Ella no es solo una excusa para unas cuantas escenas divertidas y repletas de acción, sino un personaje que trae el caos a la dinámica familiar de Shaun. Acostumbrado a ser el rebelde de la historia, enfrentándose a las autoritarias normas de su perro pastor Bitzer («que es, en efecto, su hermano mayor», señala Becher), aunque siempre trate de asegurarse de que sus trastadas pasen inadvertidas para el granjero («la figura paterna»), Shaun descubre en GRANJAGUEDON una frontera emocional completamente nueva y profundamente aterradora.
«Por una vez, Shaun ha de ser, relativamente hablando, el personaje sensato», bromea el codirector Richard Phelan, que también debuta aquí como director de largometraje. «Tiene que empezar a madurar, a cuidar de alguien. Eso es algo que nunca ha tenido que hacer antes».
L U-LA, una impresionante creación nueva de Aardman, es una extraterrestre que se ha estrellado en la Tierra y huye de la malvada agente Red y sus matones vestidos con trajes protectores, una banda de siniestros agentes secretos del gobierno que tratan de demostrar la existencia de los extraterrestres y capturar a su presa a toda costa. «Dependerá de Shaun devolver a LU-LA sana y salva a su hogar», comenta Phelan. «Pero tendrá que recurrir a sus mejores trucos para conseguirlo».
En cierto modo, la semilla de la que nació GRANJAGUEDON fue sembrada hace casi una década. «Recuerdo que cuando me incorporé a Aardman pensé: “¿Por qué no hacemos una película de ciencia ficción?”», comenta el productor Paul Kewley. Pero la idea de hacer una secuela de Shaun para la gran pantalla no tomó forma por completo hasta que la propuso Richard Starzak, supervisor de la serie Shaun, y que fue quien había retomado el personaje creado originalmente por Nick Park como secundario para su corto, Wallace y Gromit: Un esquilado apurado, en 1995, dándole la profundidad, el tono y el ingenio que lo convertirían en una estrella por derecho propio. «Cuando empezamos a hablar sobre la secuela, fue Richard quien sacó adelante la idea, que consistiría en hacer algo sobre alienígenas», recuerda Kewley. «Yo me uní al proyecto de inmediato. Nos atrajo la idea de que la extraterrestre viniera hasta Shaun y todo se ambientara en nuestro mundo».
La historia se desarrolló a través de reuniones intensivas y preguntas constantes, con aportaciones de todos. Mark Burton, uno de los guionistas y directores de la primera película de Shaun, se unió a los directores de GRANJAGUEDON para extraer ideas, junto a Kewley y el director de montaje, Sim Evan-Jones. «En esa sala no hay egos», afirma Phelan. «No puede haberlos. Tienes la libertad de equivocarte porque se trata de dar con la solución más divertida, las ideas más trepidantes. Es un salto de trampolín tras otro en torno a una gran mesa redonda, siempre pensando: “A ver, ¿qué haría Shaun?”»
«Yo lo veo desde el punto de vista del personaje», comenta Evan-Jones, director de montaje de la primera entrega, La oveja Shaun: La película, así como de Shrek y su secuela. «Shaun siempre está haciendo travesuras, sabes que en todo momento va a estar tramando algún enredo. En cuanto ves a Shaun pasar por una tienda de caramelos, y ves cómo se para y mira al escaparate, piensas: “¡Sí, eso es! ¡Aquí va a pasar algo!” Y LU-LA hace que el riesgo se duplique. Es todavía más gamberra y más atrevida que Shaun».
A todo ello se le añade el hecho de que Shaun además debe mantener a LU-LA en secreto de cara al mundo en general, sin que la encuentren la agente Red y sus secuaces, con lo que las dimensiones y el nivel de aventuras de GRANJAGUEDON superan el listón que Aardman había fijado hasta ahora para su héroe lanudo, que ya era bastante alto. «Así es como vamos subiendo el nivel», comenta Evan-Jones. «Primero los ves [a los agentes del gobierno] simplemente en su siniestra camioneta negra... y luego descubres que tienen una base secreta en el subsuelo de Mossingham». Aunque tampoco es que todo sea demasiado siniestro, claro está. «Es una amenaza mayor, que se resuelve muy al estilo de Aardman», aclara Evan-Jones.
«No es que sea exactamente una cuestión de vida o muerte, ¡pero sabes que están intentando atrapar a LU- LA!»
Para el director de fotografía Charles Copping, GRANJAGUEDON suponía, por un lado, la oportunidad de llevar a Shaun a la pantalla de la manera más ambiciosa y épica hasta la fecha: «Aquellos decorados eran colosales, extraordinarios». Copping se maravilla ante las impresionantes creaciones del diseñador de producción Matt Perry: «¡La guarida subterránea de la Agente Red es muy del estilo de James Bond!». Pero, al mismo tiempo, la película representa para él un cierre de ciclo con el personaje.
«Siento una gran afinidad con Shaun, ya que, hace 25 años, mi primer trabajo en Aardman fue como chico de los recados para la producción de Wallace y Gromit: Un esquilado apurado», bromea Copping. «Ese fue el debut de Shaun y mi debut, por lo que nuestros caminos han ido claramente en paralelo. Cuando Shaun saltó de la televisión al cine, también lo hice yo. Hemos crecido juntos».
Fraguada en el amor que todo el equipo ha sentido desde siempre hacia el género de la ciencia ficción, GRANJAGUEDON es al mismo tiempo un tributo a los clásicos y una reinvención hilarante de muchos de sus lugares comunes más asentados, adaptados al estilo de Shaun. «Nos pasamos una eternidad estudiando los clásicos de la ciencia ficción, averiguando qué lentes usaban, los encuadres, los planos de composición de Kubrick, el modo que tiene Spielberg de coreografiar el movimiento a través del encuadre», comenta Phelan. «Aplicar todo eso a la animación es un trabajo increíblemente meticuloso. No puedes simplemente decir, “barrido de cámara”, ¿sabes?»
Todo ello contribuyó a ampliar la ambientación con respecto a lo que los espectadores habituales de Shaun están acostumbrados a ver, creando un contraste entre la sencillez cotidiana y previsible de su granja con el colorido y surrealista mundo alienígena y la puntera tecnología militar. «El mundo de Shaun, en la serie de televisión, tiene un aspecto bastante contenido, bastante pequeño podríamos decir», comenta Phelan.
«Pero aquí hemos escarbado esa superficie, y bajo ella hemos colocado esas organizaciones secretas del gobierno. Y, a 10.000 años luz de distancia, hemos colocado otro planeta. Así, su mundo se ha vuelto inmenso». Dicho de otra forma, en palabras de Copping: «Los elementos visuales se vuelven más emocionantes cuanto mayor es el viaje en el que Shaun se embarca. Y esta es la mayor aventura que Shaun haya tenido».
Captar el espíritu de la ciencia ficción clásica, y apelar a todas las franjas de edad, fue crucial para el equipo de GRANJAGUEDON. Y, a juzgar por las reacciones que la versión final de la película ha generado en sus primeras proyecciones, parece que ha valido la pena. «Los padres pudieron ver una historia realmente valiosa para sus hijos sobre la responsabilidad de las relaciones. A los niños les encantó conocer a un nuevo amigo y un nuevo personaje. Funcionó en muchos y diferentes niveles», comenta Becher en relación a las reacciones que ha habido hasta ahora. «La mayoría de las grandes películas de animación que mezclan otros géneros dividen las opiniones, le hacen pensar a la gente que somos todos iguales», afirma Kewley. «Esta es una historia sobre una extraterrestre que viene a nuestro mundo y es aceptada».
Pero en el núcleo de todo ello sigue habiendo una ovejita con un gran espíritu rebelde. «Cuando Nick [Park] creó a Shaun, creó un personaje perfecto», afirma Kewley. «Y lo que Richard [Starzak] hizo cuando creó la serie fue descubrir cómo retomar ese personaje y desarrollarlo». Para ellos, Shaun va unido siempre al espíritu de rebeldía, pero siempre con buen corazón. «La cuestión es que Shaun no es un niño bueno, y eso es genial», dice Kewley. «Yo no quiero que mi hijo de siete años sea un ángel todo el tiempo. Quiero que tenga algo de demonio. Shaun es ese tipo que siempre cruza la línea, pero siempre sabe si ha hecho algo malo. Es por eso que todos podemos identificarnos con él».
Crear una aventura de ciencia ficción con un personaje tan identificable como Shaun, que no solo ha perdurado, sino que ha crecido exponencialmente durante 25 años repletos de premios y distinciones, ha sido una prueba para todos los que han participado, desde los directores que debutaban en el largometraje hasta el curtido equipo de Aardman. Pero, a fin de cuentas, tanto esfuerzo ha valido mucho la pena.
«La oveja Shaun ha sido siempre una constante maravillosa para nosotros», comenta la coproductora ejecutiva Carla Shelley, que lleva en Aardman más de 30 años. «En todos estos años, cuando hablábamos con nuestros socios estadounidenses, muchas veces nos han propuesto ponerle voz a Shaun, para que aprendiera cosas. ¡Sacrilegio! ¡Eso no es Shaun! No solo nos hemos resistido a ello, sino que hemos hecho lo contrario. Shaun no habla, esa es su marca de la casa, y eso le ha permitido conectar durante todo este tiempo con el público».
Shelley hace una pausa, reflexionando sobre sus 25 años de alocadas aventuras. «Mira, cuando Shaun salió a la luz, era solo un personaje secundario, un peón dentro de una historia más amplia, la de Wallace y Gromit». Sonríe con orgullo: «¡Y ahora mira dónde está!»
El ADN de LU-LA...
El equipo creativo habla sobre esta nueva incorporación al universo de la oveja Shaun, su nueva mejor amiga alienígena, que ya está arrasando entre los primeros espectadores...
Su personaje:
«Cuando nos sentamos a hablar sobre la película, sabíamos que había que añadir un nuevo elemento de contraste, algo que permitiera a Shaun madurar. De modo que necesitábamos un nuevo personaje, uno que le hiciera madurar para poder cuidarlo. Y eso es LU-LA, una pequeña alienígena que se ha estrellado en la Tierra y necesita la ayuda de Shaun para regresar a casa. Es una figura diferente a cualquier otra del universo Aardman. Es elástica. Se mueve a más velocidad que ningún otro personaje. Tiene la mirada desorientada». Richard Phelan, codirector
Su nombre:
La nueva visitante y amiga extraterrestre de Shaun recibió su ingenioso nombre en homenaje al 50º aniversario del aterrizaje lunar, que tuvo lugar en julio de 2019.
Su encanto:
«El resultado final de LU-LA [tras el dilatado proceso de producción] es que es tan encantadora y tan tierna que es prácticamente irresistible. Nos ha llevado mucho tiempo lograrlo, pero sabemos que lo hemos hecho bien. Al principio se parecía un poco a un perro, pero luego vimos que tal vez tenía demasiado aspecto de mascota, no lo bastante alienígena. Tampoco queríamos recurrir al “típico alien” y que fuera fea, queríamos que fuera entrañable y encantadora, pero no vulnerable». Carla Shelley, co-productora ejecutiva
Su aspecto:
«Teníamos el concepto, pero no teníamos a LU-LA. Sabíamos más o menos qué cosas debía hacer.
Necesitaba poderes para hacer esto o lo otro. Los diseñadores se pusieron a hacer cientos de diseños, todo tipo de versiones disparatadas. Entonces, uno de los diseñadores dibujó un OVNI con una especie de cohete propulsado por debajo. Esa sería su silueta y resultó perfecta. Es necesario pensar en cosas que queden bien en el mundo de Shaun porque, cuando después se encuentre junto a esos otros personajes, tiene que parecer que forma parte de ese universo. Y así fue». Richard Phelan, codirector
Su voz:
«Le dimos vueltas al personaje de LU-LA una y otra vez. Hubo un momento en que nos pusimos a hablar sobre sus habilidades. Destacar su vulnerabilidad e inocencia era esencial, pues eso mostraría que los extraterrestres pueden ser tan asustadizos y sensibles como nosotros. Amalia Vítale es quien le pone voz, y lo hace adaptándose muy bien a la marioneta. Al juntar ambas partes, dijimos: “¡Oh, ahora empieza a verse el personaje!” Esa combinación de inocencia y picardía era lo que buscábamos». Mark Burton, guionista
Sus habilidades:
«LU-LA aparece como algo hermoso que procede de un mundo hermoso, y que tiene, por cierto, un hermoso diseño. Decidimos que tendría ciertas habilidades alienígenas y truquillos bajo la manga. Pero hasta que estos no se insertan en la trama, no sabes cómo se van a revelar...» Sim Evan-Jones, director de montaje
Sus sonidos:
«Lo primero que compuse [para esta película] fue la melodía de LU-LA, ya que, en realidad, ella es el hilo conductor y su excentricidad está a otro nivel. Mientras que Shaun puede, pongamos, lanzar una pelota y romper una ventana, ella es capaz de hacer levitar tractores. LU-LA es un caos de nivel superior. Para el sonido que hace, utilicé un tipo de efecto que simula un viejo aparato, llamado cristalizador. Eso le aportaba un cierto sonido como efervescente y extraño. Tenía otros, pero el sonido principal de su melodía era una celesta. Añadí todo tipo de reverberaciones de diferentes objetos, para aumentar la sensación de extrañeza. En cuanto lo escuché, supe que ya lo tenía. Se lo envié a Aardman y les encantó. Lo agregaron [al primer borrador de pista de sonido] y aguantó ahí hasta el final». Tom Howe, compositor
Su impacto:
«Hicimos una prueba de visionado [de la película] y la reacción a LU-LA fue increíble. Daba miedo estar allí sentado, porque sabíamos que LU-LA iba a hacer su aparición en unos 30 segundos y que la iban a amar u odiar. Entonces, en cuanto apareció en pantalla, se detuvo todo el ruido de palomitas y la sala entera exclamó: “¡Guaaau!” Y nosotros pensando: “¡Gracias a Dios!”» Will Becher, codirector
Su futuro:
«Le estamos dando vueltas a algunas ideas respecto a esa cuestión [que LU-LA reaparezca en futuras aventuras de la oveja Shaun]. Ideas no nos faltan...» Paul Kewley, productor
CÓDIGO ROJO...
Cómo crear un villano de ciencia ficción realmente emblemático en seis pasos, según sus propios creadores. Preparaos para conocer a la retorcida agente Red...
Tonalidades de maldad:
«El género de la ciencia ficción es famoso por sus icónicos villanos, y nosotros claramente no íbamos a ser menos. Así pues, nos reunimos varias veces para intentar darle forma a la nuestra. Hubo muchos enfoques diferentes. Pero, en realidad, no queríamos un personaje que fuera blanco y negro, ni que fuera un villano simplemente por ser villano. Y esa era la agente Red». Will Becher, codirector
Doble problema:
«Originalmente [en el guion] había dos agentes, más o menos al estilo de Men in Black. La idea era que una de las agentes fuera buena, en el sentido de que no tuviera ningún problema los extraterrestres, y la otra fuera mala, un poco xenófoba. Pero eso complicaba demasiado la historia, así que suprimimos a una de ellas. Para construir un buen relato de un villano es necesario conocer los “porqués”. Es decir, su actuación no es la correcta, pero tal vez por razones comprensibles. Y eso es lo importante. Buscábamos eso, sus motivaciones. Necesitábamos descubrir qué la impulsaba, más allá de ser una matona». Mark Burton, guionista
Una posibilidad de redención:
«Durante todo el proceso tratamos de lidiar con la cuestión de quién era la agente Red. Nos dimos cuenta de que, si íbamos a redimirla, tenía que ser por falta de comprensión. Ha hecho falta mucho metraje, sin diálogos, para dar con la fórmula correcta, entre disparos e historias de su pasado, que permita comprenderla. Ella no es cruel, solo se ve empujada. Es una incomprendida». Richard Phelan, codirector
Detrás de la máscara:
«Cuando no tienes diálogos, es más fácil hacer que alguien sea simplemente el “típico malo”. ¡En cierto modo, nosotros nos complicamos mucho! Pero tampoco queríamos que la agente Red fuera demasiado simple, sino que fuera lo mejor posible, así que valió la pena el esfuerzo. Su relato humano sirve mucho mejor como resolución». Will Becher, codirector
Qué es lo que quiere:
«Mira, esta es una película para niños. Al principio [en preproducción], la motivación de la agente Red era que deseaba un ascenso, pero para los niños eso no tenía ningún significado. Sus ambiciones deben estar claras desde el punto de vista de un niño. Los niños no se hacen eco del dinero o las posibilidades de ascenso. Debía tener una conexión emocional más profunda». Richard Phelan, codirector
Mercancías peligrosas:
«¡Y sin duda es una gran villana, aun cuando quienes la rodean sean unos inútiles! Concretamente, ella dispone de un equipo de hombres con trajes de color amarillo brillante. Son una especie de grupo cómico que actúa casi como un único personaje. Tienden a ir de aquí para allá formando una pequeña banda, como tontos. Cuando estás haciendo el montaje, realmente los manejas como si fueran un solo personaje. ¡Un personaje fracasado, sin mucho éxito, que se dedica a identificar alienígenas! Frustran mucho a la agente
Red, pero ella no es solo la “jefa cabreada”, sino que tiene mucha más profundidad». Sim Evan-Jones, director de montaje
PILOTANDO LA NAVE ESPACIAL...
El productor Paul Kewley habla sobre los riesgos del stop-motion y por qué la oveja Shaun es para la comedia lo que Chuck Norris ha sido para el género de acción...
Aterrizó en la industria del entretenimiento cuando su breve vocación de convertirse en médico se evaporó a los 18 años («sin duda, gracias a ello se salvó la vida de muchos pacientes», señala con ironía), el productor de GRANJAGUEDON, Paul Kewley, lleva en Aardman apenas una década.
Dado que su tarea consiste en lidiar con un enorme rebaño de artistas, no sorprende mucho que el personaje favorito de Kewley sea el del autoritario hermano mayor, Bitzer. Pero, aunque Bitzer sea sinónimo de tomarse las cosas demasiado en serio, la actitud de Kewley es una mezcla de seriedad y guasa: las cualidades perfectas para dirigir a Shaun en su mayor aventura hasta la fecha. Como él mismo afirma: «Lo más importante cuando estás en una posición de toma de decisiones es tomar decisiones de forma rápida y concisa y, si después resulta que te equivocaste, vuelve a la decisión correcta y aprende del error que cometiste...»
Aunque falta poco para el estreno, aquí en Aardman todo el mundo parece estar llamativamente tranquilo. ¿No deberíais estar todos corriendo de un lado a otro?...
«¡Estamos todos abocados a nuestro destino! [Risas] No, creo que el proceso de hacer estas películas es siempre como si te ardieran los pantalones. De hecho, Mark Burton [guionista] describe la producción de las películas de Aardman como un accidente de coches que van a poca velocidad, ¡y estoy bastante de acuerdo! En lugar de tener momentos que van a toda velocidad, donde todo sucede a la vez, como suele ocurrir con las producciones de acción real, con estas películas puedes ver cómo se aproximan los problemas, solo que lleva más tiempo girar el volante para rodearlos. Cuando estás tratando de hallar una solución, es posible que se te ocurra una idea en la sala y pienses que ya lo has arreglado, pero luego tienes que ir al guion gráfico y todo lo demás para ver si ese arreglo funciona. Eso lleva como mínimo unos pocos días. Y las ramificaciones de esos cambios no siempre son sencillas».
¿La lluvia de ideas es tu parte favorita del proceso?...
«Me encanta el proceso de hacer avanzar la historia a golpe de ideas, lo cual sería la manera cursi de decir “construir la historia”, es decir, dar con las buenas ideas. Pero eso también puede resultar muy frustrante. En efecto, a veces te ves discutiendo algo durante días, y entonces alguien dice: “Pero espera, ¿y qué pasa con esto ...?” Y ahí ves cómo todo se derrumba ante tus ojos. Se trata de construir y reconstruir. Estamos todo el rato buscando las bases de la historia. Me encanta formar parte de ese proceso creativo».
¿Y qué tal las pruebas de visionado? ¿No te ponen de los nervios, a veces?...
«Son siempre experiencias bastante aterradoras, pero a lo largo de los años uno aprende a entrar y decir simplemente, “que sea lo que Dios quiera”. Puedes sentarte ahí y preocuparte, pero con eso no conseguirás nada. De hecho, se trata de un proceso verdaderamente fascinante, observas cómo reaccionan otras personas. Mientras haces la película, todo el que participa opina sobre lo que queda bien y lo que queda mal. Es muy difícil saber qué opiniones descartas. Pero, cuando lo ves con espectadores, la realidad es que las reacciones son las que son, y eso no lo puedes discutir. Me encanta y me aterra al mismo tiempo».
¿Qué reacciones te preocupan más, las de los adultos o las de los niños?...
«Ambas, porque estamos tratando de hacer una película que funcione para ambos grupos. No puede ser que solo les encante a los niños, ¿sabes? Tengo 48 años, no quiero sentarme a ver algo con mi hijo de siete años y morirme de aburrimiento. ¡Quiero disfrutarlo tanto como él! Por eso, tratamos de atender a ambas partes y creo que eso es lo que Aardman ha conseguido hacer de manera tan brillante durante todos estos años. Creo que ha funcionado para ambos grupos sin problemas».
¿Convertirte en padre cambió en algún sentido tu proceso de filmación?...
«Creo que básicamente te das cuenta de lo que los niños ven. Pero a mí siempre me han atraído las películas familiares, incluso cuando era un veinteañero y me fui a Estados Unidos a estudiar todo ese mundo en la universidad. Me encantaban las películas de Amblin, ese gran cine familiar palomitero. Y la animación se ha ido moviendo más y más hacia esa zona. No soy un “friki” de la animación, pero me encanta que ésta te permita contar historias de una manera diferente. Y tener hijos me lo ha recordado. Tengo un hijo de siete años y otro de veintiuno, por lo que entre los dos abarcan varias generaciones. Durante esos 20 años, he podido ver la forma en que ha cambiado la animación y la reacción que ha tenido en ellos».
Como productor, ¿te toca ser quien decide sobre lo que puede hacerse y lo que no?...
Sí, gran parte de mi trabajo consiste en tomar decisiones. Mi tarea es asegurarme de que todo el mundo navega en la dirección correcta y en la nave correcta, cosa que muchas veces no sucede cuando haces una película. Mi tarea es encargarme de que giren todos los engranajes, asegurarme de que todas las decisiones se tomen con rapidez y, a poder ser, acertadamente. Una de las cosas que aprendí muy al principio de mi carrera fue gracias a un profesor que tuve, con una larga experiencia en la producción. Me dijo, “no hay respuestas correctas o incorrectas, lo más importante cuando estás en una posición de toma de decisiones es tomar decisiones de forma rápida y concisa y, si después resulta que te equivocaste, vuelve a la decisión correcta y aprende del error que cometiste”. Si dejáramos que reinase la indecisión, no llegaría a hacerse ninguna película».
Aardman es famosa por lo mucho que se preocupa por los personajes. ¿Todos vuestros personajes tienen una historia de fondo puesta por escrito en alguna parte?...
«Sí, todos ellos, porque es importante que todos tengamos la misma percepción de un personaje. Si tienes 20 animadores que animan al mismo personaje, todos deben tener la misma idea de quién es ese personaje. Es esencial. Intentas hacerlos lo más precisos que puedas. La única ocasión en que puede romperse esta regla es para situaciones de humor, escenas que sean divertidas. Y la gente conoce a estos personajes. Si hablas con los niños, podrán decirte quién es Shaun, quién es el granjero, quién es Bitzer y cómo son. Por eso, si cambias todo ello de manera drástica, la gente dirá, “¿qué habéis hecho?”»
¿Por qué Shaun ha resistido tan bien el paso del tiempo?...
«Cuando Nick [Park] creó a Shaun, creó un personaje perfecto. Y lo que Richard [Starzack] hizo cuando creó la serie de televisión [en 2007] fue descubrir cómo retomar ese personaje y construir sobre esa base, para convertirlo en algo que todos entendemos. Shaun no es un ángel. Pero yo no quiero que mi hijo de siete años sea un ángel todo el tiempo. Quiero que a veces tenga algo de demonio. Ese es Shaun. Es ese tipo que siempre cruza la línea, pero siempre sabe si ha hecho algo malo. Y por eso todos podemos identificarnos con él».
¿El talento de Shaun para la comedia, y el de Aardman, son la clave para entender cómo Shaun se ha convertido en una estrella tan grande a nivel mundial?...
«Absolutamente. Si las películas [de Aardman] llegan a todo el planeta, igual que lo hace Mr. Bean, es por su comedia física universal. Lo que sucede con Shaun es que, en Alemania, el público cree que ha sido creado en Alemania. Lo mismo ocurre en Japón o en Oriente Medio. Es como Chuck Norris. La acción llega a todo el mundo. Lo mismo ocurre con la comedia física».
MOTOR DE DOS CILINDROS...
Cómo los directores Will Becher y Richard Phelan unieron sus habilidades y trabajaron juntos para lanzar a Shaun al espacio...
Para los directores Will Becher y Richard Phelan, GRANJAGUEDON no es solo una película, es un sueño.
«Eso sí, un sueño no exento de sus momentos de pesadilla», bromea Phelan, «aunque todos ellos han valido la pena». Es su primera colaboración como directores de largometraje, y eso implica mucha presión, desde los primeros post it´s en la pared cuando la historia echaba a andar hace casi tres años, hasta las 35 unidades de rodaje instaladas en hasta 70 decorados hechos a medida, o la grabación de las partituras al final del proceso, en los emblemáticos estudios Abbey Road de Londres. La pareja llevaba un tiempo trabajando en Aardman por separado –Phelan en el departamento de guion y Becher en el de animación– pero, al unirse bajo el auspicio del productor Paul Kewley, se han fusionado en algo completamente nuevo, un monstruo bicéfalo de la dirección, con la misión de llevar hacia una nueva y audaz dirección una compañía que durante cuatro décadas ha constituido una apreciada parte integrante de la cultura británica.
«Ahí residía, en gran medida, el atractivo: en la oportunidad de hacer la primera película de ciencia ficción de Aardman», afirma Becher. El resultado ha sido extraordinario: GRANJAGUEDON eleva el mundo de la oveja Shaun a las más altas cotas del género, pero sin olvidar nunca el inmaculado corazón que late bajo esa piel de lana. «Will y Richard han enviado a Shaun a su mayor aventura», comenta la coproductora ejecutiva Carla Shelley –quien, tras más de 30 años trabajando en Aardman, sabe bien hasta qué punto esta película ha significado un pequeño paso para la compañía, pero un gran salto para la ovinidad–.
Al haber trabajado ambos previamente en la serie de televisión La oveja Shaun, tanto Phelan como Becher conocían al personaje de pe a pa. Pero lo que los convirtió en la pareja perfecta fue la complementación de estilos que aportaron al proceso. Después de todo, si vas a contar una historia, a escala de largometraje, que literalmente tiene cero diálogos, ¿quién mejor para relatar esa historia a través de imágenes que un maestro de las historias y otro de la animación? «Para ser sinceros, esa era justamente la idea», comenta el productor Paul Kewley. «La combinación de ambos hizo que cada uno sacara lo mejor del otro. Will tiene una comprensión muy profunda del proceso de creación de las películas. Y Rich tiene una magnífica comprensión de cómo echar todo abajo y empezar de nuevo...»
Shaun se adentra en la ciencia ficción en GRANJAGUEDON: ¿cómo pasasteis de esa idea inicial a la historia propiamente dicha?...
Phelan: «Yo creo que simplemente regresábamos todo el rato al personaje y a la relación entre Shaun y Lu- La. Esta es una película que trata sobre la amistad y la responsabilidad, y sobre en qué consiste conocer a alguien y convertirse en mejores amigos. Pero también hemos incorporado algunos villanos. Tenemos organizaciones gubernamentales de alto secreto, robots, gadgets y artefactos, por lo que se nos abre todo un mundo. Nos preguntábamos todo el rato cuestiones como: “¿Y si Lu-La es tan rebelde como Shaun?
¿Cómo es su planeta? ¿Por qué se llevan tan bien? ¿Su hogar es más o menos como el de Shaun?” Jugábamos todo el rato con esas ideas».
¿Veremos su hogar en la película?...
Phelan: «Podremos ver su planeta, en un flashback muy divertido. Nos hubiera gustado pasar más tiempo allí, pero la historia exigía volver al mundo de Shaun, ya que es ahí donde todo culmina».
Becher: «Pero nos divertimos bastante allí, en el espacio. Uno de los elementos del hogar de Lu-La es su nave espacial, y ahí pasamos mucho tiempo. Shaun hace su exploración, claro está, porque él es como el niño que siempre quiere pulsar el botón rojo, si es que lo hay. Para él, la nave espacial es como el juguete más increíble que haya podido imaginar».
¿Por qué creéis que el público conecta tanto con Shaun? ¿Qué lo hace tan especial?...
Becher: «Yo crecí viendo Wallace y Gromit, obviamente. Y Shaun hacía una aparición muy breve en Un esquilado apurado, pero su personaje era el más adorable y divertido. Y su historia, que surgió de ahí y creció orgánicamente, tenía unas bases muy bien asentadas, en el sentido de que los personajes estaban muy claramente definidos. En realidad, el tema es la familia. Las historias de Shaun se cuentan a través de los ojos de un crío y sus amigos. Y una oveja que hace cosas en el mundo de los humanos, sin que estos puedan verlas, tiene un atractivo ilimitado. Crearlo es todo un desafío, ya que en cierto modo las posibilidades son ilimitadas. Pero existen ciertas reglas cuando no hay diálogos. Ha de estar presente tanto la historia del personaje como la parte divertida y los gags. Pero a mí me encanta. Gran parte se basa en ideas que conectan con nuestras vidas, cosas que tienen un atractivo universal, al menos ese es mi deseo.
¿Cómo hacéis para que vuestras experiencias se traduzcan en ideas para la historia?...
Phelan: «Esa es una pregunta difícil porque, en la serie, los episodios son siempre de siete minutos. Básicamente, se trata de un niño bromista con un buen corazón, que siempre anda buscando aventuras con sus amigos. Cuando algo sale mal, se convierte en un gag cómico. Pero en esta película intentamos agregar un nuevo elemento, algo que le hiciera madurar. De modo que necesitábamos un nuevo personaje. Y luego decidimos que ella, Lu-La, debía ser mucho más joven que él, de forma que, para cuidarla, tuviera que empezar a madurar. Y eso es algo que nunca antes le había pasado. Su actitud siempre ha sido la de “vamos a divertirnos”. Pero, en GRANJAGUEDON, Lu-La está en peligro porque hay fuerzas tramando para llevársela. Shaun debe dar un paso adelante. Son sentimientos con los que muchas personas que tengan hermanos se identificarán».
¿Qué pretendíais lograr con esta película?...
Phelan: «En la primera película, Shaun y sus amigos tenían un objetivo simple: querían tener un día libre, olvidarse de las reglas de papá [el granjero]. Aquí, queríamos ver la relación entre los dos hermanos [Shaun y su “hermano mayor”, Bitzer]. ¿Y cómo resultó? No es que Shaun quiera deshacerse de Bitzer. Él solo quiere ser libre y hacer siempre lo que quiere. Así que decidimos darle un nuevo personaje que lo obligara a asumir el papel de Bitzer, que le hiciera saber lo que se siente y empezar a apreciar lo que hace por él. Y, a lo largo de toda esta historia, Bitzer se da cuenta de que se toma todo muy en serio, que sus reglas son excesivas».
La codirección es muy poco frecuente en las producciones de acción real, pero no es tan rara en la animación. ¿Cómo trabajasteis los dos juntos?...
Becher: «Ya habíamos trabajado en Aardman juntos en algunos proyectos, durante unos 10 años. Luego empezamos a colaborar más estrechamente para esta historia. Y, al comienzo de este proyecto, Richard estuvo bastante tiempo trabajando en la historia. Después, cuando yo me incorporé, pasamos juntos todo el tiempo que pudimos, analizando las ideas, tratando de encontrar la mejor versión posible de la historia. Pero, desde el principio, supimos que sentíamos lo mismo por Shaun, el rebaño y su mundo. Por eso, fue muy divertido imaginar cómo Lu-La impactaría en el mundo de Shaun, y qué haría ella. Pasamos la mayor parte del tiempo juntos, haciendo juntos todo lo que se refiere al diseño, la historia y el montaje. Más tarde, cuando comenzó el rodaje, dividimos las escenas y cada uno tuvo su propio equipo. Todo el rato volvíamos a juntarnos para las sesiones de montaje en las que había que ensamblar todo. Pero el día a día era lo esencial. Rich tenía unos fragmentos y yo otros, pero, en general, ambos teníamos una visión completa la película en nuestras cabezas».
Una película de Aardman requiere muchas unidades móviles, hasta el punto de que en algunos momentos había 35 unidades rodando a la vez. ¿Cómo os las arreglabais con semejante logística?...
Phelan: «La historia está rigurosamente planeada. Después, pensamos algunos gags. Luego, se pasa por un proceso en el que se hacen y se rehacen los guiones gráficos una y otra y otra vez. Cada chiste está cuidadosamente elaborado. Y luego lo sometemos a revisión, los animadores participan y los chistes se refinan aún más. Es un proceso fluido y constante. No consiste en decir: “¡Oye, se me ha ocurrido una idea estrambótica!” Está todo meticulosa y rigurosamente pensado».
Becher: «Y Sim Evan-Jones, nuestro director de montaje, cuenta con una magnífica experiencia en el cine de animación, así que todos nuestros esfuerzos se combinan. Él supervisaba el montaje, que es vital en una película como esta. Mark Burton [coguionista] también se ha involucrado mucho, y además fue guionista y director de la primera entrega de Shaun [La oveja Shaun: La película]. Su participación ha sido decisiva en todas las sesiones de elaboración de la historia, al igual que la de nuestro productor, Paul Kewley, obviamente, que supuso una inestimable ayuda en el proceso creativo y mantuvo el barco a flote en todo momento».
¿Cómo es tu relación con Mark, teniendo en cuenta que él dirigió la primera película?...
Phelan: «Eso sirve de ayuda, porque venimos del mismo lugar. Él nos propone una idea para la historia y nosotros le hacemos nuestra crítica. Y viceversa. En esa sala no hay egos. No puede haberlos. Tienes la libertad de equivocarte porque se trata de dar con la idea más divertida de todas, la más trepidante. Siempre estamos perfeccionando ideas. Siempre».
Becher: «Y tampoco tenemos siempre la misma solución a un problema. Como Mark ha sido director, respeta mucho el hecho de que esta sea nuestra película, pero si se percata de algo, o si nosotros nos percatamos de algo, entre todos solucionamos el problema. Ese tipo de detalles son los que hacen que la película sea realmente buena. Siempre has de estar cuestionando todo».
GRANJAGUEDON tiene un aspecto claramente épico, más cinematográfico incluso de lo que Shaun había sido hasta ahora. ¿Eso se debe al género más que a ninguna otra cosa?...
Phelan: «En efecto, el hecho de que sea de ciencia ficción tiene algo que ver, ya que se trata de un género muy grande. Nuestras influencias oscilan entre las películas de [Steven] Spielberg, el cine de serie B de los años cincuenta, las películas de John Carpenter... Es algo inagotable, un mundo completamente nuevo para explorar».
¿Qué películas de ciencia ficción visteis para poneros en contexto?...
Becher: «Todas los que pudimos, de todas las épocas. Hemos ido repasando cada década de la ciencia ficción y, por supuesto, los años ochenta. En los ochenta hubo un montón de películas de este tipo que marcaron nuestra juventud».
Phelan: «Incluso no siendo fan de la ciencia ficción, pillarás muchas de las referencias, pero, para los fans, la película tiene un montón de capas. Para mí, hay incluso más capas debajo, y pienso, “¡sí, eso lo he pillado!”»
¿Es posible que el haber contado con este nuevo género, y jugar con él, haya sido como un sueño hecho realidad para todos los que participaban?...
Phelan: «Todo el departamento de arte estaba como loco porque podían dar vida a todas sus influencias. Lo tenían todo preparado. Aquí hay parte de Spielberg, de Kubrick. La ciencia ficción es como un enorme baúl de juguetes».
Becher: «Para mí sí que es como un sueño hecho realidad, totalmente. Como soy un amante de Shaun, siempre me ha encantado trabajar en su creación. Y trabajar con él en un largometraje, en el que late una historia realmente intensa y original, supone un gran paso para Shaun como personaje. Esto no es solo una continuación de la primera entrega».
Phelan: «Esa es la cuestión. No queríamos recorrer de nuevo la historia de la primera película y decir: “¡Oh, no! ¡Otra vez lo mismo!” Esa horrible sensación de secuela, ¿sabes? Hemos tomado un rumbo totalmente diferente, y es una aventura totalmente diferente. Resulta muy distinto, muy inesperado. Al final, es una sensación realmente encantadora. Dices: “¡Uf! La primera es una película sin duda maravillosa y estoy muy orgulloso de haber trabajado en ella [como jefe de animación de personajes], pero es que no queríamos repetirla”».
Ahora que finalmente la película está a punto de ver la luz, ¿qué se siente al llegar al final de un proceso de tres años?...
Phelan: «Estoy ansioso por que todos la vean. También me siento aliviado, por haberlo logrado. Pero también me da pena que haya terminado porque ha sido muy divertido».
Becher: «Ha sido como una montaña rusa. Todos los días había un nuevo problema que resolver. Pero siento lo mismo que Rich. Hacer una película stop-motion ha sido un trabajo maratoniano, un reto enorme. Y me alegro mucho, estoy realmente orgulloso».
EL CREADOR DE LA OVEJA SHAUN...
Figura reconocida en el mágico mundo del stop-motion, Nick Park habla sobre cómo su cómplice lanudo se convirtió en un icono global (con un poco de ayuda de Baby Spice)...
Nick Park es el cineasta más galardonado del Reino Unido, y nadie lo diría a juzgar por el aspecto de este afable sexagenario de voz aterciopelada. Cuenta con cuatro premios de la Academia®, y cinco premios BAFTA –incluyendo el que obtuvo por Wallace y Gromit: Un esquilado apurado, el corto de 1995 en el que el mundo conoció, sin esperárselo, a la oveja Shaun–. La intrépida oveja se dio a conocer al ser «esquilada»1 por accidente en aquella historia, cuando la meten en la máquina de Wallace, otro popular personaje creado por Park. «Fue bastante espontáneo, tanto para [el coguionista] Bob Baker como para mí», comenta Park, en alusión al nacimiento de Shaun. «Todo consistió realmente en escribir esa escena, pues tu personaje debe tener un nombre, para que la gente se adhiera a él y se identifique con él. Fue bastante instantáneo, gracias al juego de palabras». El pícaro, pero entrañable bribón pasó a contar con su propia serie de televisión, y para Park supuso otro inesperado bombazo en la cultura popular, aunque él tiende a subrayar el trabajo del resto de colaboradores de Aardman que desarrollaron el personaje. «Durante años pensé: “Podría tener su propia serie de televisión, haciendo todo tipo de travesuras. Es adorable y guay al mismo tiempo”», comenta Park. «Pero no tenía mucho más que eso. Entonces Richard Starzak tomó el relevo y, partiendo de esa idea, hizo algo mucho más concreto: cogió lo que ya había, lo amplió, y le inyectó un humor que yo no había introducido en el personaje original. Fue entonces cuando realmente echó a volar». Ahora, tras cinco series televisivas y dos largometrajes a la espalda, Shaun ha logrado más de lo que nadie hubiera imaginado. Y no parece que vaya a descender el ritmo en el corto plazo...
Durante la producción de GRANJAGUEDON, te encontrabas dirigiendo CAVERNÍCOLA. ¿Tu participación en este proyecto consistió básicamente en hacer de Yoda?...
«¡Supongo que esa sería una forma de describirlo! Cuando estaba haciendo CAVERNÍCOLA, me cruzaba todo el rato con gente que trabajaba en la producción de GRANJAGUEDON. Siempre estaban tomando café. Oía cosas como: “Es sobre extraterrestres y ovejas”. Escuché de qué iba la historia y me pidieron mi opinión. Me siento muy agradecido y privilegiado por participar».
Shaun tiene ya 25 años. ¿Qué había en él que te hizo darte cuenta, ya en aquel entonces, de que era especial?...
«Es como un instinto, aunque también te sorprende un poco cuando ves que funciona. Disfruté diseñándolo, al principio. Creo que fue su blusita de lana y la forma de su cara. Es tremendamente simple. Originalmente fue diseñado como la ovejita joven, un poco inocente –una víctima, en realidad–. Necesita 1 N.T.: la palabra shorn (en inglés, esquilado/a) se pronuncia igual que el nombre de la oveja, Shaun.
¿Fueron sus rasgos los que le dieron forma al personaje, o fue al revés?...
«Es difícil. Es como lo del huevo y la gallina, porque tiendo mucho a dibujar a la vez que escribimos, de modo que las ideas se desarrollan en paralelo. Lo difícil fue, dado lo simple que es Shaun, conseguir que tuviera expresión humana. Los animadores son unos maestros a la hora de jugar con sus cejas y su boca. Trabajamos con varios de los mejores animadores de stop-motion del mundo. Es realmente mágico conseguir algo expresivo a partir de algo simple. Y Shaun lo consigue. Es curioso. A veces una idea da pie a la siguiente, y ni siquiera lo sabes en ese momento. Cuando me siento y veo las películas o los cortos, hay muchos de esos detalles, como los cuadros de la pared, que a menudo dan pistas sobre cuál es la próxima idea. Por ejemplo, en Wallace y Gromit: La gran excursión [de 1989, seis años antes de que existiera la oveja Shaun], hay una imagen en la pared de una oveja saltando sobre una cerca. Y en Wallace y Gromit: Los pantalones equivocados, Wallace tiene un calabacín gigante en una urna de cristal, como una especie de taxidermia. Y Wallace y Gromit: La maldición de las verduras [que se hizo 16 años después de dicho corto, en 2005] iba sobre verduras gigantes. Todos esos gérmenes de ideas posteriores aparecen primero en una película anterior. Porque esas ideas están siempre dando vueltas en mi cabeza».
Shaun goza de un atractivo extraordinario en todo el mundo. ¿Te sorprende lo lejos que ha llegado?...
«De hecho, sí. En sentido positivo, pero también de una forma algo inquietante. Cuando Wallace y Gromit: Un esquilado apurado salió a la luz, Shaun apareció ahí de repente y salieron todos los artículos de promoción. Fue cuando las Spice Girls estaban en su punto más alto y Baby Spice salió en una foto con una mochila de la oveja Shaun, y las ventas se dispararon. Eso realmente ayudó al éxito del lanzamiento de Shaun. Y yo, hace un par de años, estaba viendo una noticia sobre Siria. Había habido un bombardeo y llevaron a la gente a hospitales improvisados... y había un niño con una camiseta de la oveja Shaun. Todo era extrañamente real... una irónica mezcla de sentimientos, sin duda...»
Shaun es casi como una estrella del cine mudo con un gran corazón, y fascina a gente de todas las edades. Es el personaje perfecto para este mundo enfrentado, ¿no crees?...
«Sí, es cierto. Es muy de actualidad, ¿verdad? Esta película es algo que todos, adultos y niños, pueden sentarse a ver y reír juntos. Creo que es un gran logro. Es genial unir a las personas. No hay nada mejor que la risa para que la gente olvide sus diferencias. La virtud de Shaun reside en hacernos ver qué nos hace humanos. Su premisa básica consiste en que gran parte de lo que estos personajes hacen ocurre a espaldas de los humanos, pero nosotros [como espectadores] conseguimos enterarnos. Creo que eso nos permite identificarnos. Shaun es inquieto y travieso. Es un personaje con defectos, pero de forma inocente. En realidad, es muy humano. Diría que su principal defecto es que no le gusta hacer lo que le dicen».
¿Eres un Shaun en potencia, alguien a quien no le gusta que le digan qué hacer?...
«Probablemente. Creo que eso es importante para la creatividad, para encontrar formas de rebelarse contra la norma. En cuanto sientes que se espera algo de ti, o que estás siendo institucionalizado de alguna forma, tiendes a resistirte a ello e intentas salir de ahí. En ese sentido me identifico mucho con Shaun. Aunque, para ser del todo sincero, probablemente soy más como Gromit, por su forma de ser más introvertida y por cómo ve las cosas de un modo más reflexivo».
¿Cómo fueron tus inicios en este mundo?...
«Crecí viendo dibujos animados y películas de animación. Vi todas las películas de Disney en el cine, y me encantaba ver los dibujos en la televisión. Supongo que lo que realmente me enganchó fue que, cuando veía dibujos animados, pensaba: “Oye, yo podría dedicarme a eso”. Me refiero a cosas como The Amazing Adventures of Morph, que Pete [Peter Lord] y Dave [David Sproxton] ya habían comenzado a hacer.
Entonces yo era un adolescente. Antes de eso, solía ver la animación de Bob Godfrey, como Roobarb & Custard. Tal vez fue eso lo que realmente me hizo meterme en este mundo, pues todos ellos eran dibujos con mucho movimiento y muy accesibles. Podía ver que se trataba de dibujos hechos con rotulador, con colores brillantes, y no era una cosa sofisticada ni pulida, pero me encantaba su humor espontáneo. Sin duda aquello me despertó el gusanillo de hacer mis propias películas».
¿Y eso cómo se manifestó?...
«Incluso cuando era muy pequeño, me encantaba dibujar y hacer diseños. Y siempre he sido una persona ambiciosa y con motivación, en cierto modo. Vi un documental sobre Walt Disney y vi cómo todo empezó con un ratón, con el dibujo de un ratón. Y pensé: “Me encantaría que mis personajes fueran conocidos por el mundo. Esa es la ambición de mi vida”».
Es asombroso que tuvieras un enfoque tan ambicioso ya desde niño...
«Sí, supongo. Tenía una serie de personajes en los que depositaba muchas esperanzas. Los dibujaba en parches y me los ponía en la ropa cuando iba al colegio. Una vez un profesor me cogió por banda, me dijo que me los quitara y que era infantil llevar ese tipo de cosas».
Si pudiera verte ahora ese profesor...
«¡Pues sí, la verdad!»
¿Te enorgullece que Shaun sea ahora una auténtica estrella de cine?...
«Me siento enormemente orgulloso y contento de ver hasta dónde ha llegado y en qué se ha convertido: toda una estrella de cine, y querido por la gente. La fama y la notoriedad de nuestros personajes tienen un significado aún mayor cuando sabes que se han ganado ese respeto entre el público».
ESQUILANDO A SHAUN...
El hombre encargado de usar las tijeras, el director de montaje Sim Evan-Jones, nos habla sobre el personaje, la energía y cómo evitar que la cosa se ponga cursi...
Puedes preguntar literalmente a cualquiera que haya colaborado en GRANJAGUEDON (en serio, nosotros lo hemos hecho), y te dirán que, si ha habido un hombre crucial para el éxito de la película, ese es Sim Evan- Jones, el director de montaje de la oveja Shaun. El montaje es decisivo para el ritmo, la claridad y el humor en todas las películas, por supuesto. Pero en el cine de Aardman, dicha importancia se amplifica «hasta límites casi extraordinarios», según afirma el productor Paul Kewley. El cofundador de Aardman, David Sproxton, explica los particulares retos que supone el montaje para el cine en stop-motion: «Siempre volvemos la vista a Wallace y Gromit: Los pantalones equivocados [realizado en 1993, antes de la llegada de Evan-Jones a la compañía], como nuestro paradigma de economía de recursos [a la hora de montar]. Cuando ves esa película, incluso ahora, ves que no hay en ella un solo plano que no sea necesario. No hay tiempos redundantes. La gente olvida que el primer montaje duraba casi 45 minutos, y teníamos que hacer una película de 30 minutos. ¡Así que hubo que deshacerse de casi un tercio de lo que habíamos filmado! Y tal vez perdimos un par de planos, pero no perdimos ninguna secuencia. Básicamente, hubo que recortar, y mucho. Y aun así tenía un ritmo perfecto. Normalmente, ese es el ejemplo que tratamos de seguir».
Con GRANJAGUEDON, una aventura épica que incluye viajes espaciales, una extraterrestre, una siniestra agencia gubernamental y la búsqueda de la pizza perfecta, Evan-Jones se ha enfrentado a su desafío más complejo hasta la fecha, y el resultado ha sido brillante y sin ninguna pega. Tras perfeccionar su arte en Estados Unidos, en DreamWorks, donde dirigió el montaje de las dos primeras entregas del icónico personaje verde de la compañía, Shrek, Evan-Jones dio el salto a la acción real, a las tierras de Narnia, para después regresar a Inglaterra e incorporarse al mejor lugar que hay en el mundo para trabajar en animación, Aardman, en Bristol, donde aprendería a sacar todo el brillo posible las películas a través del montaje. Podemos decir que su plan salió a la perfección...
Has dirigido el montaje de películas familiares de acción real, como Las crónicas de Narnia o La niñera mágica, así como películas de animación: ¿Qué tipo de energía hay en una película de Aardman, comparativamente?...
«Tenemos muy en cuenta la energía cuando se trata de Shaun, ya que no tiene diálogos. Es curioso, hubo un momento en que intentamos crear un mantra. Se nos ocurrió “claridad” y “comedia”, pero no se nos ocurría nada para la tercera “c”... ¡Pues yo diría que energía “cinética” sería una buena idea! Ya sabes, siempre está presente la idea de que hay mantener las cosas en movimiento. No puedes ponerte a trazar líneas si hay algo que no está claro. Hay una energía que tira hacia adelante. Energía narrativa sería una buena forma de describirlo. Necesitas que la historia esté siempre en movimiento».
¿Y cuál es la clave para conseguir eso?...
«La respuesta es crear capas todo el rato. En todas nuestras películas, aparecen esos montajes del tipo “un día en la vida de”, que usamos al principio para que la historia arranque, para despertar el interés sobre Shaun, para precisar su mundo y recordarle al espectador cómo es y para situar la historia. Gracias al genial enfoque de Aardman, todo ello se hace de manera cómica. Cada pequeño avance narrativo es otro gag u otra capa de comedia. La otra técnica que siempre utilizan, y es su marca de la casa, es esa limitación de la comedia, o incluso limitación la emoción, con la que hay que ser muy cuidadoso. Nunca se ponen demasiado cursis, ni demasiado recargados o dramáticos. Puede que sea un rasgo británico. Creo que sin duda es algo en lo que Aardman se ha especializado a lo largo de los años».
¿Ha cambiado Shaun con los años?...
«No sé si lo ha hecho. Creo que Shaun es un personaje muy bien definido, y siempre lo ha sido. Pero, en esta película, definitivamente vemos a Shaun en una nueva situación. Se le da responsabilidad, y vemos cómo lidia con ello. Comienza de forma orgánica y luego van surgiendo los temas. Los productores y directores se centran en aquello que quieren resaltar y, en esta ocasión, claramente han querido centrarse en cómo Shaun prueba un poco de su propia medicina por una vez. Dentro de la premisa que dice, “sí, estamos haciendo una película de ciencia ficción de la oveja Shaun”, había que hacerse la pregunta, “¿cuál es esa historia de Shaun?”»
¿Y cómo describirías esa historia?...
«Se trata de que Shaun tiene que asumir la responsabilidad y descubrir lo que es tener que lidiar con alguien como él, su hermano travieso, básicamente. Porque este nuevo personaje, Lu-La, aparece como algo hermoso que procede de un mundo hermoso, y que tiene, por cierto, un hermoso diseño. Decidimos que tendría ciertas habilidades alienígenas y truquillos bajo la manga. Pero hasta que estos no se insertan en la trama no sabes cómo se van a revelar. Además, todo lo que hace tiene que reflejar su personaje y sus atributos. Debe ser consistente: si hemos dicho que es una granuja y un poco complicada, tiene que mostrar que lo es».
En lo que respecta a tu carrera, ahora mismo estás viviendo un momento muy Aardman: dirigiste el montaje de CAVERNÍCOLA y pronto trabajarás en CHICKEN RUN 2. ¿Por qué te gusta tanto trabajar en estas películas?...
«Hay muchas razones, en realidad. Tengo una gran experiencia en animación. Y Aardman siempre será uno de los grandes y más reconocidos internacionalmente. Siempre me había interesado mucho la idea de trabajar aquí por un tiempo y, por suerte, vine a participar en la primera [película] de Shaun. Se suponía que iba a estar aquí cuatro semanas... y eso fue hace unos cuatro años. Porque si buscas trabajar en animación, este es el sitio definitivo en el que has de estar».
SACANDO BUENAS NOTAS...
La oveja Shaun es sinónimo de melodías geniales, pero GRANJAGUEDON ha llevado esa premisa hasta nuevas cotas. Aquí tenéis el porqué...
Influencias rockeras:
«Cuando montamos la película, íbamos simplemente probando cosas [como pistas temporales]. Durante un tiempo, estuvo muy presente The Clash, ya que le daba ese toque anárquico tan apropiado. Eso está muy bien, pero ¿cuál es la versión moderna de The Clash? Porque, ya sabes, los niños no van a decir, “¡sí!¡The Clash!”» Richard Phelan, codirector
Nuevos "temazos" (de Kylie y otros):
«La música siempre ha sido algo que ha diferenciado a [las películas de] Shaun de otras películas de Aardman: lo que podríamos llamar los “temazos” añadidos. La primera [película] de Shaun contaba con canciones de Foo Fighters y Primal Scream. Pero, en esta película, tenemos cuatro temas hechos a medida para la película. Kylie Minogue y The Vaccines han colaborado [para una nueva canción, titulada Lazy]. Jorja Smith ha compuesto otra. Mi hija fue quien se la sugirió, y gracias a ello va a recibir una camiseta firmada». Sim Evan-Jones, director de montaje
Fans famosos:
«Nos encanta Kylie y nos encanta Aardman, ambos [son] tesoros nacionales. Colaborar en Lazy ha sido un honor y un sueño hecho realidad. [Ha sido] una colaboración tal vez poco probable a primera vista, pero [es] una colaboración que tiene todo el sentido en un mundo tan maravilloso y bromista como el de Shaun». Justin Hayward-Young, cantante de The Vaccines
Grabado en Abbey Road:
«Bueno, pues es emocionante estar allí, ¿no? Allí se grabaron las bandas sonoras de muchas de mis películas favoritas. Además, tiene un sonido único, como todos los estudios. Por otro lado, la composición musical suele ser un proceso algo solitario, por lo que poder ir a Abbey Road y trabajar con músicos que me gustan y que conozco y respeto me llena de emoción, ya que puedo codearme con ellos. La música que compuse para esta película es increíblemente intensa y rápida, pero allí lo bordaron. Y era un grupo bastante grande: incluyendo el coro, teníamos a más de 100 personas en la orquesta». Tom Howe, compositor
Es Shaun, pero no el Shaun que conoces:
«En esta película, Shaun es mucho más que un “crío revoltoso”, y eso me ha permitido explorar un lenguaje armónico completamente diferente, más allá de lo que nunca antes habíamos escuchado. Yo colaboré en CAVERNÍCOLA, de modo que ya había trabajado antes con estos chicos [de Aardman]. Pero este ha sido un proyecto insólito, ya que es la primera vez que hago un proyecto de tanta duración sin diálogos. Eso marca una gran diferencia en términos del papel y el enfoque de la música. Tiene que soportar mucha más carga, pero eso supone una gran oportunidad porque te permite explorar. Instalé un mini-estudio en Aardman, y fuimos simplemente probando cosas sobre la marcha. Usé de referencia unos fragmentos de Bernard Herrmann [que compuso para Alfred Hitchcock el famoso tema de Psicosis], y experimenté con el theremín, que produce un sonido realmente único; es un instrumento muy extraño, que enseguida te dice: “Ciencia ficción, pero divertido”». Tom Howe, compositor
Es tiempo de héroes:
«Cuando escuchas las palabras “ciencia ficción”, al instante piensas en John Williams. John Williams es el mejor, ¿no? Sus melodías son agradables, sencillas y tarareables, pero por debajo de esa superficie son increíblemente complejas en términos de ritmo. Prácticamente cualquier tema principal o banda sonora de película que puedas tararear ha sido compuesta por él: Tiburón, E.T. el extraterrestre, Star Wars, Harry Potter, Indiana Jones, Jurassic Park... En fin, quiero decir, ¡ha sido nominado a 52 premios Oscar! Si lo piensas eso es una barbaridad. ¡Tiene un palmarés increíble! Yo no juego en esa liga ni de lejos, pero espero haber hecho algo que encaje bien en el género de ciencia ficción. Estoy orgulloso de ello». Tom Howe, compositor
DISEÑO DE ALTOS VUELOS...
El diseñador de producción Matt Perry nos ofrece cinco razones por las que la escala, los nuevos personajes y las insólitas escenas con extraterrestres hacen que esta historia de Shaun sea distinta a todas las anteriores…
1. Me llamo Shaun. Oveja Shaun:
«La base subterránea [la siniestra guarida del gobierno que aparece en GRANJAGUEDON] es muy del estilo de Sólo se vive dos veces. Es el decorado interior más grande que hayamos construido, y estoy muy orgulloso de ello. Tenía que ser de ese tamaño porque hay un momento en que una nave espacial desciende en medio de la base, por lo que hacía falta un gran salto de escala. La agente de cuya guarida se trata [la agente Red] tiene un tono algo distinto en la versión final de la película, pero al principio era bastante del estilo de James Bond, así que en eso nos inspiramos. A pesar del cambio, aún conservamos ese toque en el diseño de la base, ya que ese parecía ser el tipo de lenguaje más apropiado. La base se llama MDE, Ministerio de Detección de Extraterrestres, y lleva estando ahí mucho, mucho tiempo, ¡pese a que nunca antes habían encontrado un OVNI! Por eso encaja bien el tema de Bond, porque este lugar se creó en la época de aquellas películas, en los años sesenta».
2. Un Shaun para la eternidad:
«El entorno de Shaun en la granja lleva años siendo el que es. En la primera película, tratamos de darle un aspecto un poco más cinematográfico: pintamos mejores cielos, pusimos más detalles en el césped, pero tampoco fue un salto muy grande. Para GRANJAGUEDON, una de las primeras cuestiones que hablamos fue la de que queríamos que hubiera círculos en los cultivos, por lo que salió el tema de Señales. La granja de Shaun recrea más o menos lo que podría ser una granja del Medio Oeste de Estados Unidos, aislada, con extensos campos de maíz a su alrededor y un gran horizonte en la distancia, por lo que podíamos introducir algunos gags con los círculos en los cultivos. Pero, en lo que se refiere al tono, queríamos que esta película tuviera un cierto aire espeluznante en ciertos momentos. Por eso la ambientamos en otoño, cosa que tampoco habíamos hecho antes y que nos permitió utilizar una paleta de color más cinematográfica. En realidad, [lo que hacemos aquí con las estaciones] es bastante descarado. A juzgar por los campos de maíz, estamos en pleno verano, pero en todas las demás partes es otoño. Eso te permite tener un bosque brumoso, algunas escenas de miedo y colores llamativos en el bosque durante el día. Lo que obtienes de esa forma es una sensación muy diferente, que sirve para definir el tono de la película desde el principio».
3. El tamaño importa:
«Debido al tamaño de la producción, los decorados que hicimos eran tan grandes que uno de ellos hubo que construirlo fuera del estudio, traerlo en piezas separadas y ensamblarlo en posición lateral, y después filmarlo con las cámaras de lado. Más o menos como solían rodar las escenas de Batman y Robin trepando por los edificios en la antigua serie de televisión, ¡aunque espero que lo nuestro haya quedado un poco más creíble! En la primera película de Shaun, se podía percibir un poco la escala, ¡pero en esta tuvimos que construir la aldea de Mossingham! Eso fue una construcción enorme, uno de nuestros decorados más grandes. Le dedicamos mucho tiempo. Diría que ese decorado supuso al menos un año de trabajo. Quizás un poco más».
4. A toda máquina:
«En esta película contamos con cerca de 70 decorados en total. El departamento de arte estaba hasta los topes. Era como el estudio de un arquitecto. Teníamos 35 unidades de rodaje [funcionando a la vez] cuando filmábamos a pleno rendimiento. Hay unos 28 animadores, por lo que siempre había unidades de sobra, pero continuamente las preparábamos para que los animadores pudieran meterse en ellas cuando estuvieran listas. La idea es asegurarte de que nunca estén a la espera, sin hacer nada. Aunque parezca algo lento en comparación con el cine de acción real, en realidad es un no parar. Obviamente, en los decorados tiene que haber sitio no solo para las cámaras sino también para los animadores. ¡Cuando están ahí parecen gigantes! A veces, había que deslizar los paneles para que pudieran pasar, y luego los volvíamos a colocar».
5. Os presento a Muggins:
«Muggins es un robot que diseñé para la película. No es un robot de alta tecnología, es una especie de vuelta a los años ochenta. Se supone que es el asistente de la agente Red. ¡Pero en realidad es un poco inútil! Parece como una mezcla entre una cámara de seguridad y un archivador. Y es un completo idiota».
MÁS ALLÁ DE LA IMAGINACIÓN...
Se conocieron en el colegio a los 12 años y más tarde crearían el estudio de animación más popular del Reino Unido. Peter Lord y David Sproxton hablan sobre su largo tiempo como socios...
La compañía de animación Aardman, con sede en Bristol, creció a partir de un pequeño negocio casero en 1972 y hoy se ha convertido en un multipremiado estudio que emplea a cientos de talentos y artistas, y todo gracias a la dedicación e inspiración de sus cofundadores, Peter Lord y David Sproxton.
Se conocieron en la década de los sesenta, cuando Lord, tras pasar tres años en Australia, regresó al colegio, en Surrey, y el único sitio que quedaba libre en su nueva aula era justo al lado de Sproxton. Las pequeñas burlas a raíz de su acento dieron paso a una creciente amistad y a una pasión compartida: contar historias. Y, en particular, la animación.
Ambos empezaron como directores y trabajaron en publicidad y cortometrajes, pero su relación comercial y la propia compañía pegaron un salto cuando Lord comenzó a trabajar con Nick Park en Chicken Run: Evasión en la granja, que se convertiría en la película de stop-motion con más éxito de todos los tiempos. «Nick y Pete estaban trabajando en el guion y yo les dije: “¿Por qué no la dirigís vosotros dos y mientras yo ayudo a administrar el resto de la empresa?”», relata Sproxton, explicando cómo organizaron la división del trabajo.
«La clave está en que nuestros valores son muy similares, en lo que se refiere a la compañía y a aquello que queremos hacer». Y eso incluye haber transformado la empresa el año pasado en una sociedad en manos de los empleados, compartiendo la toma de decisiones con el personal que conforma la familia Aardman. Es una prueba de su lealtad y sus valores, y de una amistad prolongada más de 50 años. Lord lo confirma, sonriendo: «Ninguno de nosotros dos estaría aquí sin el otro».
¿Cómo os sentís en relación a GRANJAGUEDON, ahora que está a punto de estrenarse?...
David Sproxton: «La parte final siempre es una batalla caótica, pero parece que tiene buena pinta. Con todas estas películas, el gran problema es conseguir que la historia llegue a buen puerto. Te das cuenta de que hay pequeños nudos tienes que deshacer. A veces pasa también con las películas de acción real, ya que tratas de sacarles el máximo partido en términos emocionales».
Peter Lord: «Siempre predomina esa sensación: euforia, por haber llegado hasta dónde estás; expectación, por cómo va a reaccionar el público; agotamiento... y una leve sensación de tristeza, porque se haya acabado. Trabajar en una película como esta es un acontecimiento familiar y comunitario muy intenso. Cuentas con un gran equipo y tu trabajo es terminarla. Y, cuando llegas al final, dices: “Jo, no quiero que se acabe ya, no quiero que este grupo se separe”. Siempre es lo mismo. Una experiencia agridulce».
Es curioso que menciones la palabra «familia», ¿puede que esa sea la filosofía de Aardman?...
Lord: «Sí, lo es. No solemos hablar de ello ni pensamos mucho en ello, pero es algo instintivo. Es la idea de que las personas deberían disfrutar de su trabajo. Eso es tan importante como cualquier otra cosa. Deben disfrutar del proceso de venir a trabajar, disfrutar con lo que hacen. Y somos un grupo muy especializado, ¿no? Hemos evolucionado a lo largo de los años para hacer algo que requiere mucha especialización, algo que se nos da muy bien, por lo que tienes la sensación de estar en una familia, una comunidad, un club, todo eso».
Cuando volvéis la vista atrás, a la evolución de la compañía, ¿qué veis? Estamos hablando de cuatro décadas… ¿Alguna vez os paráis a pensar en cómo habéis llegado hasta aquí?...
Lord: «Sí, es decir, a medida que pasan los años tienes más momentos para hacerlo. Hace poco, recibí la condecoración Fellow of Arts de la Universidad de Bournemouth, y una parte del ritual consiste en que alguien recite tus logros. Lo escuchas y te pones a pensarlo cada vez más... Siempre pienso que es como una serie evolutiva. Para nosotros ha sido algo constante, y cuando digo constante no me refiero a que no haya sido tortuoso, ¡porque, después de 40 años, te lo esperas! Hemos tenido momentos de dificultades, de retos. Pero, en general, hemos progresado de manera constante. Esa es nuestra condición. Objetivamente, al pensar en 1976 y esos años, veo que lo que hemos conseguido está mucho más allá de lo que imaginábamos entonces. No creo que sea una exageración. No éramos más que dos individuos en una sala, Dave y yo, preguntándonos cuál sería nuestro siguiente trabajo. Pasar de aquello a nuestro poderoso imperio de dimensiones moderadas, nos habría parecido inimaginable. En esa época, cuando éramos jóvenes, no había ninguna compañía de animación británica “en primera división”. Había una serie de pequeñas empresas de las que estábamos al tanto, y ya. Así que me siento de maravilla. Cuando me paro a pensarlo, digo: “Sí, es genial”».
Sproxton: «Ha sido un largo viaje, como una serie de escalones que, en cierto modo, conducían a mejores cosas. Wallace y Gromit, los Oscar... Cuando empezamos, a finales de los setenta, nunca imaginamos que acabaríamos haciendo largometrajes, más que nada porque tampoco se hacían muchos. Entonces llegó Warner, llegó DreamWorks, la animación por ordenador empezó a eclosionar, y todo pegó un salto. Todo eso tiene un carácter orgánico, espontáneo. Solo cuando echas la vista atrás, piensas: “Maldita sea, ¿y cómo ha ocurrido todo eso?” Y aún seguimos aprendiendo».
En GRANJAGUEDON, vuestra economía narrativa es más impresionante que nunca. ¿Creéis que con estas películas habéis llegado a una fase en la que ya no podéis superaros más?...
Sproxton: «Es un trabajo duro, si te soy sincero. Es al entrar en la fase de animación donde llega el trabajo más pesado. Especialmente con Shaun, que depende mucho del aspecto visual, ya que no hay diálogos que guíen la narración. Y empiezas a pensar: “¿Hace falta este plano de situación?” Porque, en realidad, lo que quieres es emplear el tiempo en escenas entretenidas y divertidas. No te interesa que la trama ocupe todo el tiempo de metraje; te interesa que lo hagan las emociones y los chistes bobos».
¿Es GRANJAGUEDON vuestra película más ambiciosa?...
Sproxton: «Estamos literalmente llevando a Shaun y a todo el mundo a una dimensión diferente y, en parte, esa era la idea: “¿Qué pasaría si lo llevamos a una galaxia diferente?” Así que, en ese sentido, sí».
Lord: «Decidimos rodarla en formato panorámico, tipo Cinemascope, para hacer un guiño a las películas que se rodaban en el Medio Oeste de Estados Unidos, pues esa era la gracia. Ni siquiera sé muy bien –y no se lo digáis a nadie– dónde vive la oveja Shaun, pero ha sido divertido coger ese escenario y hacerlo más grande y panorámico, con grandes praderas abiertas, justamente para poder introducir montones de referencias a películas clásicas de ciencia ficción. Quizás eso la haga más grande. Espero que sí. Hemos hecho todo tipo de cosas ambiciosas, incluyendo muchos efectos visuales, lo cual es normal en las películas de hoy en día. Pero lo que le importa al público son unas marionetas de apenas quince centímetros de altura».
¿Creéis que Shaun representa la filosofía de Aardman? ¿Muy británico, muy canalla y con un gran corazón?...
Lord: «¡Pues tienes razón! [Risas] Es interesante. Obviamente, a todo el mundo le encanta Wallace y Gromit. A mí me encanta Wallace y Gromit. Pero es que Shaun tiene algo del hombre de a pie que lo hace encantador. La rebeldía es muy importante para nosotros, en realidad. Y para Shaun. La rebeldía es algo cercano a la anarquía, en el buen sentido. Rebeldía juvenil, ese sería su modus operandi, ¿no? Él está ahí, en un mundo pequeñito. El mundo de la granja Mossy Bottom es deliberadamente diminuto y familiar. El granjero, por lo que a él respecta, tiene a sus ovejas en el establo, y eso es todo lo que él sabe. Por tanto, su cosmovisión debería ser muy limitada. Pero el bueno de Shaun no acepta eso. Él siempre anda desafiando los límites. Y saliéndose siempre con la suya. Eso es lo que le hace feliz. A mí me gusta la rebeldía. Me gusta que Aardman, como compañía, sea rebelde cuando tiene ocasión. Cuando creces, cuesta recordar eso. Pero creo que un cierto sentido de la diversión, de inocente provocación, de rebeldía, de no tomarse a uno mismo demasiado en serio, es algo importante, tanto para Shaun como para nosotros».
¿Cómo veis a Shaun, después de todos estos años?...
Sproxton: «Pasa un poco como con Wallace y Gromit, lo que te interesa es ver cómo van creciendo tus personajes. Es como una historia de aprendizaje. Ese era el punto de partida: “Vale, tenemos una historia de extraterrestres... ¿y eso qué significa?” Nuestro trabajo consiste en anticiparnos, tratando de saber siempre cómo evolucionarán los personajes y sus relaciones. El otro aspecto interesante de estas películas, a diferencia de otras, es que forman una serie, por lo que has de volver al punto de partida. Recuerdo una gran discusión que tuvimos con Jeffrey Katzenberg [cuando Aardman estaba asociado con DreamWorks] cuando hicimos WALLACE & GROMIT: LA MALDICIÓN DE LAS VERDURAS. Él nos decía: “Pero, y entonces,
¿qué lección ha aprendido Wallace?” Y el resto nos miramos y dijimos: “A ver, no, Wallace nunca aprende.
¡Esa es la cuestión! Vuelve adonde empezó...” Y él dijo: “Ah, vale, ya veo...” Se trataba de un formato diferente al que estaba acostumbrado, que sería el de “ocurre algo, el personaje aprende una lección y progresa un poco”».
Hacer que Shaun fuera «el responsable» ha sido todo un golpe de ingenio, de cara a los fans que han crecido con él y que ahora tienen hermanos pequeños. ¿Era esa vuestra intención?...
Lord: «En efecto, éramos conscientes de ello. Tienes que dar con situaciones que sean reconocibles para un público joven. Eso no implica necesariamente mostrarles su propia vida. Creemos que hay ciertas experiencias que comparten la mayoría de personas, y en efecto una de ellas es tener un hermano menor, o un amigo más joven, que de repente aparece y pasa a ser el protagonista, el centro de atención. Es la experiencia de verte obligado a hacerte responsable, esa idea de “cuida a tu hermano durante un minuto...”. Lo que más nos costó, probablemente, nuestro gran debate, fue: “¿Y cuánta responsabilidad asume Shaun?” Al principio, a él no le apetece en absoluto ser el responsable, el que se encarga de cuidar del otro.
¡Simplemente lo ve como algo muy divertido! Una perfecta ocasión para pasárselo bien. Es una elección egoísta, al principio. Pero luego, a medida que avanza laa historia, se da cuenta y dice: “Oh, vaya, esto va en serio”, y tiene que asumir la responsabilidad. Y luego está esa idea, básicamente cómica, del tío que siempre ha sido un gamberro y ahora le toca probar de su propia medicina».
Aardman pasó a ser propiedad de sus empleados el año pasado. ¿Qué podéis decirnos sobre esa decisión?...
Sproxton: «Nos estamos preparando para el futuro. La creación de un fideicomiso de empleados es la mejor solución que hemos encontrado para que Aardman pueda seguir haciendo lo que mejor se le da, que es mantener a la plantilla en su lugar y dar continuidad a nuestro compromiso creativo. Y, por supuesto, las personas que crean valor en la compañía continuarán beneficiándose directamente del valor que crean».
«Las estadísticas muestran que las compañías en manos de los empleados son significativamente más exitosas que las compañías de propiedad convencional. Así que estamos muy entusiasmados ante la perspectiva de ver cómo Aardman avanza hacia el futuro bajo este acuerdo, y nos reconforta saber que estas cuatro décadas que ya han pasado han allanado el camino para muchos más años de creatividad».
Aardman tiene un espíritu (y un humor) que lo caracterizan. Pero la industria del cine, en su conjunto, se toma muy en serio a sí misma. ¿Eso os ha supuesto una dificultad durante estos años?...
Lord: «Sí, así ha sido. [Risas] Es un tema muy interesante. La comedia británica siempre ha sido algo misterioso en Estados Unidos. Algunas cosas funcionan, y funcionan muy bien, pero es muy difícil predecir cuáles. Creo que nos ha ido increíblemente bien para lograr un impacto tan grande. Fuimos muy conscientes de la decisión de no tomarnos las cosas demasiado en serio, pues sabíamos que las películas infantiles de Hollywood muchas veces contienen un mensaje moral muy, muy fuerte. Y ahora eso se ha convertido en el pan de cada día. Es lo que la gente espera encontrarse. Está bien... ¡pero es que nosotros somos muy sutiles con esos mensajes morales! Me gusta pensar que, en nuestras obras, lo más importante es que gane el bien. El bien, el optimismo y la compasión ganan, y la desconfianza, el interés y el mal pierden. Me refiero al bien en su sentido más amplio. Shaun es profundamente bueno. Eso no significa que no sea gamberro, o que no cause problemas. Pero, en última instancia, lo que le mueve es bueno y respetable. Pero tampoco hay que insistir en esta cuestión. Creo que somos muy conscientes del aspecto moral. Sé que, con la primera película de Shaun, y espero que también con esta, el público salía sonriendo. Porque han visto algo divertido, tierno y que destaca lo positivo de la vida, y eso es lo que siempre esperamos de nuestras películas».
SHAUN: LAS CIFRAS...
Shaun cumple 25 años en 2020. Estas son las 25 cosas que debes saber sobre la oveja más popular del planeta
1. La oveja Shaun hizo su primera aparición en el corto, ya un clásico, de Nick Park, Wallace y Gromit: Un esquilado apurado, en 1995
2. Por alguna razón, todavía sigue siendo un preadolescente (en años de oveja)
3. Forma parte de la familia Aardman, el popular estudio de animación británico fundado en 1972
4. GRANJAGUEDON es el segundo largometraje de Shaun, tras La oveja Shaun: La película, de 2015
5. Aquella película recaudó la friolera de 22 millones de dólares en la taquilla británica
6. La secuela de Shaun, GRANJAGUEDON, es una aventura aún más épica, que lo transportará por primera vez al espacio, ¡en un viaje de 10.000 años luz!
7. Para GRANJAGUEDON, hicieron falta los decorados más grandes que ha habido hasta la fecha en una producción de Shaun: 70 decorados, con 35 unidades de rodaje filmando al mismo tiempo
8. Para dar vida a Shaun y a su nueva amiga, la extraterrestre mágica de nombre Lu-La, se necesitaron nada menos que 28 animadores
9. Como promedio, cada animador producía solo dos segundos de metraje animado al día
10. En una producción de Shaun, una marioneta estándar mide 17 cm de alto y pesa 100 gramos
11. Tiene más de 5 millones de seguidores en Facebook
12. La marca Shaun tiene más fuerza que nunca a lo largo y ancho del mundo, especialmente en Japón, donde cuenta con 100 socios comerciales diferentes
13. Pero ello no significa que Shaun diga sí a todo. Nada más lejos, de hecho. «Decimos que no a muchas, muchas cosas», afirma Sean Clarke, responsable de la marca Shaun
14. En Japón, hay cinco parques recreativos de la oveja Shaun, dos restaurantes y una nueva experiencia gastronómica de la oveja Shaun a punto de inaugurarse
15. La comida que sirven en esos restaurantes es bastante buena, afirma Clarke. «¡Pero no hay cordero en la carta!»
16. El próximo verano, la oveja Shaun viajará a Japón como socio del equipo olímpico del Reino Unido
17. También están alzando el vuelo sus parques temáticos. En Suecia se abrió el primero de ellos, y hay otros en Australia, Japón y, próximamente, China
18. Nick Park, creador de Shaun, atribuye gran parte de su éxito a Baby Spice, ya que en los años noventa apareció en una foto con una mochila de Shaun, catapultando su popularidad
19. Para grabar la banda sonora de GRANJAGUEDON, en el mítico estudio Abbey Road de Londres, el compositor Tom Howe reunió una orquesta de más de 100 miembros
20. La voz de Shaun (bueno, sus balidos) corresponde a la de Justin Fletcher, conocido también por su popular personaje para la televisión infantil, Mr. Tumble
21. John Sparkes, la voz que interpreta los gruñidos de Bitzer, es también el narrador de Peppa Pig, y participó en el venerado programa de sketches de los ochenta, Absolutely
22. A día de hoy, Shaun ha hecho 150 episodios de su serie de televisión, un especial televisivo y, ahora, dos largometrajes
23. El tiempo medio que supone hacer una película de Shaun es más de tres años
24. GRANJAGUEDON tiene dos directores, Will Becher y Richard Phelan, que han colaborado estrechamente durante esos tres años para traernos a Shaun a la pantalla. «Se llevan muy bien, según el momento del día», bromea el guionista Mark Burton
25. La oveja Shaun está presente en nada menos que 170 territorios en todo el mundo
GALERÍA DE FOTOS
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