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SINOPSIS
Narra la historia de un joven jugador de Gran Turismo que, gracias a sus habilidades con los videojuegos, gana una serie de competiciones de Nissan para convertirse en un piloto de carreras profesional...
INTÉRPRETES
DJIMON HOUNSOU, ORLANDO BLOOM, DAVID HARBOUR, DARREN BARNET, JOSHA STRADOWSKI, BIANCA BARDOE, GERI HORNER, EMELIA HARTFORD, SANG HEON LEE, MAXIMILIAN MUNDT, RICHARD CAMBRIDGE, HARKI BHAMBRA, ANDREA VASILIOU, SELIN CUHADAROGLU, MARIANO GONZÁLEZ, THÉO CHRISTINE
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DE LA PISTA A LA PANTALLA...
“GRAN TURISMO trata sobre cómo alcanzar tu mayor sueño”, dice Neill Blomkamp, director de esta película basada en la historia real de Jann Mardenborough. “Puede que tengas una gran capacidad de reacción y mucha destreza, pero la forma de demostrar tu pericia es yendo a más de 300 km por hora pegado al coche de al lado. Eso es justo lo que le ocurrió a Jann Mardenborough”.
La película nos presenta a Mardenborough, un fanático de las carreras de coches. Es un chico de clase trabajadora que está obsesionado con el videojuego de Gran Turismo. Nunca se hubiese imaginado que sabría lo que se siente al apretar el acelerador de un coche de carreras, hasta que entra en una competición del juego Gran Turismo en la que premian con un puesto en el equipo GT Academy de Nissan. Un visionario ejecutivo de marketing elige a este chaval británico entre miles de candidatos, le pone bajo la tutela de un escéptico piloto retirado y le deja al mando de uno de los vehículos más rápidos jamás diseñados por el hombre, tras lo que competirá para Nissan en carreras tan famosas como las 24 Horas de Le Mans.
Esa historia, la de cómo Jann Mardenborough pasó de ser un jugador de consola a piloto de carreras, es la que se puede ver en el largometraje GRAN TURISMO, una película que Cinemablend define como “Rocky pero con coches de carreras” –una película de deportes en la línea de Seabiscuit, Más Allá de la Leyenda, Hoosiers: Más Que Ídolos y Titanes, Hicieron Historia.
“Jann es un personaje cautivador ya que consigue hacer realidad un sueño tras otro, cada uno más alucinante que el anterior”, dice Blomkamp. “Cuando leí el guion no me podía creer que estuviese basado realmente en la vida de Jann Mardenborough. Lo que se ve en la película es más o menos lo mismo que le ocurrió a él en la vida real”.
“GRAN TURISMO es una historia de deportes sobre un tipo que tiene todas las de perder”, dice el productor Doug Belgrad. “Jann tiene un sueño, pero nadie le toma en serio, sobre todo la gente del mundo del automovilismo”.
“Había muchas formas de hacer una adaptación”, dice Asad Qizilbash, jefe de PlayStation Productions y productor de la película. “Uncharted, la serie de The Last of Us y Gran Turismo han sido abordadas de distintas formas, aunque todas surgen de la misma pregunta: ¿Por qué le gusta a la gente este juego? En Gran Turismo creo que el atractivo para muchos es que en la realidad nunca pisaremos el acelerador de un coche de carreras ni cogeremos curvas en Le Mans, pero en el juego te sientas en el asiento del piloto. Queríamos reflejar eso en la película, y lo hemos conseguido de dos formas: por un lado está la increíble historia de Jann Mardenborough, que consiguió vivirlo todo en sus propias carnes, y por el otro, en la forma en la que Neill Blomkamp ha creado la película de carreras más emocionante y realista que jamás haya visto”.
Al igual que muchos adolescentes, Jann está más interesado en jugar a videojuegos que en tomar las riendas de su vida, hasta que le dan la oportunidad de jugar de verdad. “Jann está jugando al Gran Turismo en casa de sus padres cuando de repente ve la oportunidad de entrar en la GT Academy”, explica Blomkamp. “Fue entonces cuando aprende realmente a conducir un coche, a cómo entrar y salir de una curva. Hasta entonces todo lo hacía de forma intuitiva dentro del juego, pero nunca le habían enseñado”.
Blomkamp ha creado una película que pone al espectador en el asiento del piloto y le deja imaginarse cómo sería atarse por primera vez el cinturón dentro de un cohete que va a más de 300 km por hora. “Sabía que Neill le daría a la película un toque visceral y frenético”, dice David Harbour, que en la película interpreta a Jack, el ingeniero jefe de Jann y el que le enseña los entresijos de un coche de carreras. “Lo que no podía imaginar es cuánto íbamos a trabajar con coches de verdad, con pilotos de verdad y en circuitos de verdad. En la película estamos en coches auténticos, haciendo paradas en boxes para cambiar ruedas y repostar gasolina mientras al mismo tiempo otros pilotos van a 300 km por hora por la pista. Soy yo de verdad el que está subido a un helicóptero a 10 metros de los coches de carreras. Son cosas que hacen que la experiencia sea más intensa, algo esencial si estás haciendo una película llena de adrenalina sobre gente que lo da todo por una pasión”.
“Al principio no las tenía todas conmigo”, admite Harbour. “No es lo mismo una película que un videojuego, en el que controlas a los personajes. Algo que me ha encantado de esta película es que no es una película sobre un videojuego, es una película que introduce un videojuego en su narrativa. Trata sobre un chico con un inmenso talento que consigue algo increíble y sobre un entrenador duro y curtido que acaba creyendo en el chaval”.
Junto a Madekwe y Harbour encontramos a Orlando Bloom en el papel de Danny Moore, el ejecutivo de Nissan al que se le ocurre la brillante idea de montar a jugadores de videojuego en máquinas que van a velocidades vertiginosas. “Es todo corazón y pasión”, dice Bloom. “Tiene el descabellado sueño de meter a jugadores de simuladores de carreras en coches y circuitos de verdad”.
Blomkamp ha sido un fanático de los coches toda su vida, atraído por la mezcla de ingeniería, arte y diseño que tiene este deporte, así que esta película le ha brindado la oportunidad de mostrar todo lo que pueden hacer estos vehículos. “Con una película así existe la tentación de hacerlo todo de forma digital. Creas una serie de fondos, diseñas los coches a ordenador y luego ruedas las escenas con los actores de forma virtual. En este caso hemos optado por hacerlo todo real, y cuando digo todo es todo. Cuando se ve a un actor conduciendo por un circuito es él realmente yendo a una velocidad muy cercana a la que iría un coche en una carrera”.
Cuando se empezó a hablar de Blomkamp para dirigir la película lo primero que Carter Swan pensó fue en sus anteriores películas de ciencia ficción y efectos especiales. ¿Estaría interesado en esta película? “Resulta que es un apasionado de los coches y del mundo del motor y apostaba por no usar efectos especiales en la medida de lo posible, justo lo que habíamos planeado para la película”, dice Swan. “Es una historia real, así que queríamos que todo fuese lo más realista posible”.
Para darle más realismo han rodado con coches reales y en circuitos de verdad, entre los que encontramos el Slovakia Ring en Eslovaquia, el Autódromo de Dubái, el Nurburgring, el Red Bull Ring en Austria y el Hungaroring. El Hungaroring se ha usado en la película como GT Academy (inspirado en el famoso circuito de Silverstone) y Le Mans.
Aunque no era suficiente con tener los coches y los circuitos de verdad. La película también tenía que parecer real. Para conseguirlo han empleado dos elementos visuales. “Un elemento es el experiencial. ¿Cómo haces para que el espectador sienta que está ahí realmente?”, se pregunta Blomkamp. Esto lo han conseguido a través de la elección de cámaras. Cuando se cubre un evento en televisión suelen utilizar drones que capturan preciosas tomas panorámicas, algo que Blomkamp también emplea, aunque en este caso son drones en primera persona –más usados por pilotos de drones– para estar a la altura de los coches y mostrar un punto de vista que probablemente no se haya visto anteriormente.
Blomkamp ha sido uno de los primeros directores en usar una cámara Sony Venice 2 con la extensión Rialto. Esta extensión permite separar el sensor del cuerpo de la cámara, lo que ha permitido a Blomkamp poner la cámara en espacios diminutos dentro y fuera del coche. “El prototipo de coche de carrera tiene cabinas de F16”, dice Blomkamp. “Si quieres rodar con el actor delante, sin un cristal polarizado entre medias, solo se puede hacer con la Rialto, ya que es imposible meter un sensor de cine de 6 u 8K dentro de una cabina. No hay otra manera de estar con el actor, de modificar el diseño de sonido, de estar dentro de la cabina y, en definitiva, estar realmente dentro del coche”.
El segundo elemento que han usado para darle realismo ha sido la luz, la fotografía y el diseño de producción. “Si pausas una película y te fijas en el fotograma, nunca debería parecer falso, ni demasiado iluminado ni demasiado saturado. El origen de todo es real. El diseño de producción es real. El estilo de fotografía es real. Las elecciones cromáticas son reales”, explica Blomkamp. “Si tuviésemos que rodar un documental sobre carreras con estas herramientas a nuestra disposición, así es cómo lo haríamos”.
Blomkamp se ha guardado otro as bajo la manga, y es que en el asiento del piloto en las escenas de riesgo a quien vemos doblando al personaje de Jann es al mismísimo Jann Mardenborough. “Contamos su historia en la película. Archie le interpreta, pero en las escenas de riesgo es a Jann al que vemos conduciendo su coche. Dobla a un personaje que le está interpretando”, dice Blomkamp. “Es algo muy ‘meta’, es impresionante”.
“Es surrealista”, dice Mardenborough. “La última vez que estuve en Hungría el circuito estaba lleno de camiones para la carrera. Esta vez estaba lleno de camiones para el rodaje de una película sobre mí. Eso es algo muy impactante”.
SOBRE LA PRODUCCIÓN...
“Neill ha querido abordar la historia de la forma más realista y creíble posible”, dice Belgrad. “La idea ha sido que el espectador viviese lo mismo que un piloto de carreras, que experimentase esa velocidad vertiginosa y la adrenalina de conducir en un circuito. Por eso quería que apareciesen coches de verdad, conducidos por pilotos de verdad simulando una carrera de verdad”.
El productor ejecutivo Matt Hirsch ha sido el responsable de juntar todos estos ingredientes: coches, pilotos y circuitos.
“Cuando leí el guion me quedó claro que hacer esta película iba a ser todo un reto, pero algo así me motiva mucho”, admite Hirsch. “Cuando quedé con Neill me dijo que quería que todo fuese real y me quedé alucinando. ¿Cómo íbamos a hacer algo así? ¿Cómo vamos a meter a actores en coches de carreras conduciendo por circuitos a 230 km por hora? ¿No sería una temeridad? ¿Nos van a dejar hacer algo así? Lo que empezó siendo una película complicada se hizo de repente muchísimo más difícil de hacer”.
La solución para las escenas que tienen lugar dentro de un coche de carreras ha sido construir un coche tipo cabina (pod car). Se han modificado los controles y se han puesto en el techo del coche, donde un especialista de riesgo se sube para conducirlo. El actor entonces interpreta la escena sentado en el asiento del piloto pero con un volante, cambios y pedales de mentira. Esto ha permitido que los actores tuviesen reacciones genuinas mientras viajaban a esas velocidades tan vertiginosas.
El primer reto de Hirsch fue reunir la flota de coches, porque además se han necesitado tres de cada tipo para el rodaje: el coche principal, que lo conduce un especialista y en el que la cámara se podía acercar mucho; uno de repuesto, en caso de que el primero tuviese algún accidente; y el tercero, el coche tipo cabina.
Conseguir los coches solo es el primer paso. “No son coches normales. No puedes conducirlos durante horas sin más”, explica Hirsch. “Son coches que requieren mantenimiento constante. Hemos tenido que reunir a un equipo de mecánicos cualificados y técnicos que están acostumbrados a trabajar con estos coches a diario”. Este equipo ha llegado a constar de 500 personas que se han ido moviendo de localización en localización, de Budapest a Alemania, pasando por Austria, Eslovaquia, Dubái y Tokio.
Un equipo de pilotos especialistas, liderado por Jann Mardenborough, han sido los responsables de conducir los coches. “El nivel de pilotos que hemos conseguido reunir para esta película es alucinante”, dice Hirsch. “Algunos son pilotos de verdad. Algunos son especialistas de rodaje con más de 40 años es experiencia en la industria. El hecho de que hayan tenido la oportunidad de conducir coches de verdad en seis circuitos diferentes por el mundo entero es una maravilla”.
Hirsch ha colaborado con el diseñador de producción Martin Whist para transformar el Hungaroring –un circuito de Fórmula 1– en Le Mans, uno de los circuitos más famosos del mundo. “Martin tiene una visión alucinante, puede ver cosas donde nadie ve nada”, dice Hirsch. “El set de rodaje que ha creado es espectacular. Hay varias personas del equipo que han conducido en Le Mans, y muchas otras que han estado ahí, y todas se han quedado impresionados de la transformación que ha hecho. Pero no solo ha modificado las paradas en boxes y garajes, también el podio y el circuito. Ha sido todo un espectáculo de ver”.
Blomkamp ha empleado varios métodos punteros para capturar la intensidad de una carrera. “He querido mostrar la velocidad vertiginosa de una carrera”, explica. “Y eso al final se reduce a la elección de las cámaras”. Blomkamp y Jacques Jouffret, el director de fotografía, decidieron emplear drones de vista en primer plano (o drones FPV por sus siglas en inglés). “Son los que utilizan los pilotos de drones. Es de donde nos inspiramos, con la suerte de que no se han utilizado mucho en carreras de coches”, dice Blomkamp. “Los drones FPV nos dan un punto de vista muy dinámico, ya que estás en la mitad de la acción. Aunque mi vista favorita es la de una cámara muy baja en el morro de un coche que persigue al vehículo principal. Como la cámara se encuentra a unos pocos centímetros del suelo refleja perfectamente la sensación de velocidad”.
“Neill es el que tuvo la idea de usar drones, así podíamos mostrar una carrera de una forma completamente nueva”, dice Jouffret. “Nos parecía importante que los coches fuesen a toda velocidad, a la velocidad real a la que irían. Aunque, ¿qué coche puede llevar una cámara que siga el ritmo de los coches de carreras? Los drones han sido muy útiles para esto. Hemos puesto drones en varios puntos del circuito, cada uno abarcando un área, y así Neill ha podido mostrar los coches de una manera que el público no ha visto antes”.
Al igual que han querido reflejar las velocidades vertiginosas a las que se mueven, Blomkamp y su equipo también muestran el estado zen que experimentan los pilotos. “Los pilotos hablan sobre lo que significa estar sentado tanto tiempo dentro del coche, lo mucho que cansa y los calambres musculares que experimentan, pero cuando superan todo eso entran en un estado de unión con el coche, de fluidez con la conducción”, explica Blomkamp. “Cuando hemos querido mostrar eso hemos empleado drones FPV, que son muy agresivos, y drones cinemáticos, que dan planos más contenidos y bonitos”.
“Es increíble, los drones nos aportan una dimensión de fotografía que hace una década era inimaginable”, añade Belgrad. “La perspectiva que te dan los drones y la velocidad a la que se mueven ¬–igual de rápido que un coche de carreras– es alucinante. Pueden entrar y salir de la acción de la carrera, manejarlos usando su punto de vista y hacer que cojan curvas a velocidad máxima”.
La única excepción es la primera vez que Jann coge un coche de verdad. “Neill quería que los espectadores viviesen ese momento de la historia de la misma forma que Jann”, dice Jouffret. “Vemos todo desde su punto de vista. Todo es nuevo para él, no solo en el aspecto emocional, también en el físico. Decidimos que la cámara le acompañase en todo el proceso”.
El esfuerzo por hacer una película realista se ha extendido también al vestuario. “No nos planteamos qué trajes de carreras íbamos a utilizar”, dice el diseñador de vestuario Terry Anderson. “Hemos usado trajes reales aprobados por la FIA. Todo el equipo es completamente ignífugo”.
Ponerse el traje es lo último que Madekwe ha necesitado para meterse en el papel. “Siempre pasa eso con el vestuario”, dice. “En el momento en el que te pones un traje de carreras dejas de ser tú mismo. El traje además influye en tu postura y en la forma en la que simplemente estás de pie. Cuando te pones el casco de repente te aíslas del resto del mundo. Te metes dentro de tu cabeza. Escuchas tu respiración. Puedes oír más alto tus pensamientos. Todo se concentra alrededor de ti. Cambia totalmente la dinámica del personaje. Creo que la primera vez que conecté con él fue en la primera prueba de vestuario, cuando me puse el traje por primera vez”.
SOBRE LOS PERSONAJES...
El piloto:
En el centro de la historia encontramos a Jann Mardenborough, interpretado por Archie Madekwe. “Jann se siente atrapado”, dice Madekwe. “Está atascado en la monotonía de su pequeño pueblo donde todos los días son iguales. Pero tiene una gran pasión y el deseo de llegar más allá de lo que su entorno en principio le permite. Está obsesionado con los coches y el juego Gran Turismo. Su gran deseo siempre ha sido ser piloto, pero es un mundo al que nunca ha tenido acceso... hasta que se le presenta una oportunidad, un experimento en que entrenan a jugadores para convertirlos en pilotos de carreras de verdad”.
“Ese cambio de piloto de videojuegos a piloto real afecta también en su personalidad”, dice Madekwe. “Tiene confianza con sus amigos, pero siempre es tímido al principio, es introvertido. Un tipo que no sabe lo poderoso que es su talento. Irónicamente, cuanto más tiempo pasa en ese diminuto coche más confía en sí mismo y más se convierte en la persona que siempre estuvo destinada a ser”.
La carrera de Madekwe está en auge tras su interpretación en Midsommar y la serie See, pero la película de GRAN TURISMO pasó por su radar mucho antes de unirse al reparto. “Conocí a uno de los escritores casi un año antes”, comenta Madekwe. “Me contó una historia que nunca había escuchado y aluciné cuando recibí unos días después todo el material: podcasts, entrevistas y vídeos de YouTube. Me emocioné mucho. Una de las cosas que me gusta de ser actor es encontrar historias desconocidas e inspiradoras sobre personas que se parecen a mí. Cuando yo era pequeño no se contaban este tipo de historias sobre alguien con mi aspecto. He sentido una necesidad increíble de contar esta historia”.
El verdadero Jann Mardenborough no puede estar más de acuerdo. “Espero que esta historia le demuestre a los chicos con un aspecto parecido al mío que pueden confiar en sí mismos y perseguir sus sueños”.
Al igual que el personaje que interpreta, Madekwe ha tenido que aprender a conducir antes de entrar a competir, por lo que empezó a dar clases prácticas a diario al terminar de rodar su película anterior.
Aprender a conducir no es lo que le ha resultado más difícil, eso lo aprendió bastante rápido. No hay nada comparable con competir de verdad en el juego Gran Turismo. “Tuve que aprender a jugar muy muy bien”, dice. “En las escenas de las recreativas jugaba al juego de verdad en modo difícil contra la máquina, y lo peor es que tenía que ganar. Eso intimida muchísimo. Ahora soy consciente de lo mucho que hay que practicar y el talento que hay que tener en juegos así”.
David Perel ha sido el responsable de hacer que Madekwe mejorase como jugador. Perel, al igual que Mardenborough, es un conductor de simulador pero ahora corre para Ferrari. “PlayStation me mandó un kit completo de simulador a mi casa. Tenía asiento, volante y pedales”, recuerda Madekwe. “Cuando terminé de rodar la película anterior me dediqué a practicar todo el tiempo. Se requiere mucha destreza para aprenderte todos los circuitos, las curvas y cuando hay que frenar. En cuanto le coges el truco lo único que te queda es repetir el circuito una y otra vez. Esto ha hecho que admire y respete más aún a los pilotos. Me parece una locura que sean capaces de conducir así bajo tanta presión”.
Ahora que ya ha hecho todo el entrenamiento posible, ¿cree tener futuro en el mundo de las carreras? “Con todo el respeto a los pilotos de todo el mundo, no”, confiesa. “Odio estar dentro del coche. Hace mucho calor, es claustrofóbico, desagradable y me provoca ansiedad. Mido 195 cm, así que casi no entro en la cabina. Además, hay que tomar decisiones en una fracción de segundo. Puedes llegar a perder más de 2 kg en una carrera de lo que se suda. Es una experiencia corporal completa, atletismo del más alto rango”.
El ingeniero jefe:
Una de las cosas que atrajo a David Harbour al proyecto fue la historia que tiene cada personaje. “La historia de Jack es la de un perdedor”, explica. “Ha sufrido mucho, pero le sigue apasionando este deporte y ya no le dan la oportunidad de participar en él al nivel que le gustaría”. Empieza siendo un escéptico, pero Jack acaba viendo en la GT Academy una oportunidad de futuro. “No cree en los chavales, al principio, pero se empieza a dar cuenta de que Jann podría tener una oportunidad”.
“Me interesan los tipos que dicen una cosa y quieren decir otra, que incluso se mienten a sí mismos”, continúa. “Cuando empieza la GT Academy no se cree nada. Es muy duro con los chicos y no quiere que triunfen. Creo que en el fondo necesita desesperadamente que Jann lo consiga. Está librando una batalla contra el mundo”.
“La historia de redención de Jack me parece inspiradora”, dice Harbour. “Jack tuvo que abandonar su puesto de ingeniero jefe para convertirse en mecánico. Fue algo tan traumático para él que luego le parecerá imposible volver a ejercer de ingeniero jefe. Le tiene tanto apego a este deporte que se pasa 15 años de mecánico viendo todo desde la línea de banda sin poder usar su verdadero talento. Es una cualidad preciosa y algo que me emociona mucho”.
“De primeras la situación está tensa y cargada”, dice Harbour. “Son unos chavales que vienen del mundo del videojuego y simplemente no cree en ellos. Es un hombre de otro tiempo, un hombre que entiende de máquinas, que entiende las cosas que funcionan de determinada manera, pero el mundo ha seguido evolucionando. Quiere desesperadamente que los chicos entiendan lo poderoso que es su mundo, el real y visceral. Quiere que entiendan lo valioso que es dejar las pantallas y entrar en un mundo de verdad”.
El hombre de las ideas:
Si Jack es el pesimista de la historia, entonces Danny –interpretado por Orlando Bloom– es el optimista. “Es el mayor fanático del mundo del motor”, dice Bloom. “Cuando persigues ciegamente tus sueños, al final todo parece posible. Es muy divertido interpretar a un tipo así, lleno de esperanza y pasión. Es alegre de espíritu y tiene una mentalidad idealista, una forma maravillosa de ser”.
“Construye algo de la nada”, continúa Bloom. “Su entusiasmo por lo que hace es contagioso. Creo que toda persona que haya tenido un sueño, o una visión de futuro, va a ver eso en Danny. Es esa forma en la que se emociona por algo incluso antes de dar el primer paso, especialmente en ese momento, antes de darse cuenta de la importancia del trayecto que ha emprendido”.
Es por eso que Jack y Danny forman una extraña pareja, aunque al final del día cada uno saca lo mejor del otro. “Creo que Danny ve a Jack por quién es realmente, un optimista que se ha llevado demasiados palos”, dice Bloom. “Jack necesita la motivación necesaria para recuperar esa llama, y esa motivación es Jann”.
Danny es un ejecutivo de marketing, así que uno podría pensar que ve en Jann una forma de conseguir su objetivo, vender más coches Nissan. “No es el caso”, confiesa Bloom. “Tiene una visión muy clara de la GT Academy. Cuando ve que Jann tiene todos los ingredientes para triunfar, se involucra de lleno”.
La familia:
En el papel de la madre de Jann, Lesley, encontramos a Geri Halliwell Horner, más conocida como Ginger Spice –una de las integrantes del grupo Spice Girls–. Halliwell Horner está además casada con Christian Horner, el corredor principal del equipo Red Bull de Fórmula 1. Djimon Hounsou interpreta a su padre, Steve.
“Cuando leí el guion me encantó ver todo ese cariño que hay en la familia”, dice Halliwell Horner. “Hay que tener coraje para perseguir tu pasión en la vida. Todos queremos que nos apoyen nuestro amigos y familiares, pero enfrentarse al mundo es complicado. Jann es un chico corriente y bueno que tiene una gran pasión por la que está luchando. Lo único que quiere es la aprobación de sus padres”.
En la película podemos ver lo mucho que le cuesta a Steve, el padre de Jann, aceptar que su hijo quiera convertirse en piloto de carreras. “Es un problema con el que puedo empatizar”, dice Hounsou. “Tuve que pasar por algo similar al principio de mi carrera. Estudié en Francia y querían que continuase con mi formación, pero yo quería ser actor. Me dieron una patada en el culo y me vi de repente desamparado por París intentando arreglármelas para vivir. Sin duda entiendo el punto de vista de Jann, aunque también el de Steve. Es un padre que tiene grandes sueños para su hijo y esos sueños son algo más realistas que los de Jann. Los padres pueden contribuir sin querer al fracaso de sus hijos. A veces un padre no entiende los sueños de un hijo y le intimida los complicado del camino. Se quedan atascados en los problemas iniciales y no ven la línea de meta”.
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INFORMACIÓN EXCLUSIVA
DE LA PISTA A LA PANTALLA...
“GRAN TURISMO trata sobre cómo alcanzar tu mayor sueño”, dice Neill Blomkamp, director de esta película basada en la historia real de Jann Mardenborough. “Puede que tengas una gran capacidad de reacción y mucha destreza, pero la forma de demostrar tu pericia es yendo a más de 300 km por hora pegado al coche de al lado. Eso es justo lo que le ocurrió a Jann Mardenborough”.
La película nos presenta a Mardenborough, un fanático de las carreras de coches. Es un chico de clase trabajadora que está obsesionado con el videojuego de Gran Turismo. Nunca se hubiese imaginado que sabría lo que se siente al apretar el acelerador de un coche de carreras, hasta que entra en una competición del juego Gran Turismo en la que premian con un puesto en el equipo GT Academy de Nissan. Un visionario ejecutivo de marketing elige a este chaval británico entre miles de candidatos, le pone bajo la tutela de un escéptico piloto retirado y le deja al mando de uno de los vehículos más rápidos jamás diseñados por el hombre, tras lo que competirá para Nissan en carreras tan famosas como las 24 Horas de Le Mans.
Esa historia, la de cómo Jann Mardenborough pasó de ser un jugador de consola a piloto de carreras, es la que se puede ver en el largometraje GRAN TURISMO, una película que Cinemablend define como “Rocky pero con coches de carreras” –una película de deportes en la línea de Seabiscuit, Más Allá de la Leyenda, Hoosiers: Más Que Ídolos y Titanes, Hicieron Historia.
“Jann es un personaje cautivador ya que consigue hacer realidad un sueño tras otro, cada uno más alucinante que el anterior”, dice Blomkamp. “Cuando leí el guion no me podía creer que estuviese basado realmente en la vida de Jann Mardenborough. Lo que se ve en la película es más o menos lo mismo que le ocurrió a él en la vida real”.
“GRAN TURISMO es una historia de deportes sobre un tipo que tiene todas las de perder”, dice el productor Doug Belgrad. “Jann tiene un sueño, pero nadie le toma en serio, sobre todo la gente del mundo del automovilismo”.
“Había muchas formas de hacer una adaptación”, dice Asad Qizilbash, jefe de PlayStation Productions y productor de la película. “Uncharted, la serie de The Last of Us y Gran Turismo han sido abordadas de distintas formas, aunque todas surgen de la misma pregunta: ¿Por qué le gusta a la gente este juego? En Gran Turismo creo que el atractivo para muchos es que en la realidad nunca pisaremos el acelerador de un coche de carreras ni cogeremos curvas en Le Mans, pero en el juego te sientas en el asiento del piloto. Queríamos reflejar eso en la película, y lo hemos conseguido de dos formas: por un lado está la increíble historia de Jann Mardenborough, que consiguió vivirlo todo en sus propias carnes, y por el otro, en la forma en la que Neill Blomkamp ha creado la película de carreras más emocionante y realista que jamás haya visto”.
Al igual que muchos adolescentes, Jann está más interesado en jugar a videojuegos que en tomar las riendas de su vida, hasta que le dan la oportunidad de jugar de verdad. “Jann está jugando al Gran Turismo en casa de sus padres cuando de repente ve la oportunidad de entrar en la GT Academy”, explica Blomkamp. “Fue entonces cuando aprende realmente a conducir un coche, a cómo entrar y salir de una curva. Hasta entonces todo lo hacía de forma intuitiva dentro del juego, pero nunca le habían enseñado”.
Blomkamp ha creado una película que pone al espectador en el asiento del piloto y le deja imaginarse cómo sería atarse por primera vez el cinturón dentro de un cohete que va a más de 300 km por hora. “Sabía que Neill le daría a la película un toque visceral y frenético”, dice David Harbour, que en la película interpreta a Jack, el ingeniero jefe de Jann y el que le enseña los entresijos de un coche de carreras. “Lo que no podía imaginar es cuánto íbamos a trabajar con coches de verdad, con pilotos de verdad y en circuitos de verdad. En la película estamos en coches auténticos, haciendo paradas en boxes para cambiar ruedas y repostar gasolina mientras al mismo tiempo otros pilotos van a 300 km por hora por la pista. Soy yo de verdad el que está subido a un helicóptero a 10 metros de los coches de carreras. Son cosas que hacen que la experiencia sea más intensa, algo esencial si estás haciendo una película llena de adrenalina sobre gente que lo da todo por una pasión”.
“Al principio no las tenía todas conmigo”, admite Harbour. “No es lo mismo una película que un videojuego, en el que controlas a los personajes. Algo que me ha encantado de esta película es que no es una película sobre un videojuego, es una película que introduce un videojuego en su narrativa. Trata sobre un chico con un inmenso talento que consigue algo increíble y sobre un entrenador duro y curtido que acaba creyendo en el chaval”.
Junto a Madekwe y Harbour encontramos a Orlando Bloom en el papel de Danny Moore, el ejecutivo de Nissan al que se le ocurre la brillante idea de montar a jugadores de videojuego en máquinas que van a velocidades vertiginosas. “Es todo corazón y pasión”, dice Bloom. “Tiene el descabellado sueño de meter a jugadores de simuladores de carreras en coches y circuitos de verdad”.
Blomkamp ha sido un fanático de los coches toda su vida, atraído por la mezcla de ingeniería, arte y diseño que tiene este deporte, así que esta película le ha brindado la oportunidad de mostrar todo lo que pueden hacer estos vehículos. “Con una película así existe la tentación de hacerlo todo de forma digital. Creas una serie de fondos, diseñas los coches a ordenador y luego ruedas las escenas con los actores de forma virtual. En este caso hemos optado por hacerlo todo real, y cuando digo todo es todo. Cuando se ve a un actor conduciendo por un circuito es él realmente yendo a una velocidad muy cercana a la que iría un coche en una carrera”.
Cuando se empezó a hablar de Blomkamp para dirigir la película lo primero que Carter Swan pensó fue en sus anteriores películas de ciencia ficción y efectos especiales. ¿Estaría interesado en esta película? “Resulta que es un apasionado de los coches y del mundo del motor y apostaba por no usar efectos especiales en la medida de lo posible, justo lo que habíamos planeado para la película”, dice Swan. “Es una historia real, así que queríamos que todo fuese lo más realista posible”.
Para darle más realismo han rodado con coches reales y en circuitos de verdad, entre los que encontramos el Slovakia Ring en Eslovaquia, el Autódromo de Dubái, el Nurburgring, el Red Bull Ring en Austria y el Hungaroring. El Hungaroring se ha usado en la película como GT Academy (inspirado en el famoso circuito de Silverstone) y Le Mans.
Aunque no era suficiente con tener los coches y los circuitos de verdad. La película también tenía que parecer real. Para conseguirlo han empleado dos elementos visuales. “Un elemento es el experiencial. ¿Cómo haces para que el espectador sienta que está ahí realmente?”, se pregunta Blomkamp. Esto lo han conseguido a través de la elección de cámaras. Cuando se cubre un evento en televisión suelen utilizar drones que capturan preciosas tomas panorámicas, algo que Blomkamp también emplea, aunque en este caso son drones en primera persona –más usados por pilotos de drones– para estar a la altura de los coches y mostrar un punto de vista que probablemente no se haya visto anteriormente.
Blomkamp ha sido uno de los primeros directores en usar una cámara Sony Venice 2 con la extensión Rialto. Esta extensión permite separar el sensor del cuerpo de la cámara, lo que ha permitido a Blomkamp poner la cámara en espacios diminutos dentro y fuera del coche. “El prototipo de coche de carrera tiene cabinas de F16”, dice Blomkamp. “Si quieres rodar con el actor delante, sin un cristal polarizado entre medias, solo se puede hacer con la Rialto, ya que es imposible meter un sensor de cine de 6 u 8K dentro de una cabina. No hay otra manera de estar con el actor, de modificar el diseño de sonido, de estar dentro de la cabina y, en definitiva, estar realmente dentro del coche”.
El segundo elemento que han usado para darle realismo ha sido la luz, la fotografía y el diseño de producción. “Si pausas una película y te fijas en el fotograma, nunca debería parecer falso, ni demasiado iluminado ni demasiado saturado. El origen de todo es real. El diseño de producción es real. El estilo de fotografía es real. Las elecciones cromáticas son reales”, explica Blomkamp. “Si tuviésemos que rodar un documental sobre carreras con estas herramientas a nuestra disposición, así es cómo lo haríamos”.
Blomkamp se ha guardado otro as bajo la manga, y es que en el asiento del piloto en las escenas de riesgo a quien vemos doblando al personaje de Jann es al mismísimo Jann Mardenborough. “Contamos su historia en la película. Archie le interpreta, pero en las escenas de riesgo es a Jann al que vemos conduciendo su coche. Dobla a un personaje que le está interpretando”, dice Blomkamp. “Es algo muy ‘meta’, es impresionante”.
“Es surrealista”, dice Mardenborough. “La última vez que estuve en Hungría el circuito estaba lleno de camiones para la carrera. Esta vez estaba lleno de camiones para el rodaje de una película sobre mí. Eso es algo muy impactante”.
SOBRE LA PRODUCCIÓN...
“Neill ha querido abordar la historia de la forma más realista y creíble posible”, dice Belgrad. “La idea ha sido que el espectador viviese lo mismo que un piloto de carreras, que experimentase esa velocidad vertiginosa y la adrenalina de conducir en un circuito. Por eso quería que apareciesen coches de verdad, conducidos por pilotos de verdad simulando una carrera de verdad”.
El productor ejecutivo Matt Hirsch ha sido el responsable de juntar todos estos ingredientes: coches, pilotos y circuitos.
“Cuando leí el guion me quedó claro que hacer esta película iba a ser todo un reto, pero algo así me motiva mucho”, admite Hirsch. “Cuando quedé con Neill me dijo que quería que todo fuese real y me quedé alucinando. ¿Cómo íbamos a hacer algo así? ¿Cómo vamos a meter a actores en coches de carreras conduciendo por circuitos a 230 km por hora? ¿No sería una temeridad? ¿Nos van a dejar hacer algo así? Lo que empezó siendo una película complicada se hizo de repente muchísimo más difícil de hacer”.
La solución para las escenas que tienen lugar dentro de un coche de carreras ha sido construir un coche tipo cabina (pod car). Se han modificado los controles y se han puesto en el techo del coche, donde un especialista de riesgo se sube para conducirlo. El actor entonces interpreta la escena sentado en el asiento del piloto pero con un volante, cambios y pedales de mentira. Esto ha permitido que los actores tuviesen reacciones genuinas mientras viajaban a esas velocidades tan vertiginosas.
El primer reto de Hirsch fue reunir la flota de coches, porque además se han necesitado tres de cada tipo para el rodaje: el coche principal, que lo conduce un especialista y en el que la cámara se podía acercar mucho; uno de repuesto, en caso de que el primero tuviese algún accidente; y el tercero, el coche tipo cabina.
Conseguir los coches solo es el primer paso. “No son coches normales. No puedes conducirlos durante horas sin más”, explica Hirsch. “Son coches que requieren mantenimiento constante. Hemos tenido que reunir a un equipo de mecánicos cualificados y técnicos que están acostumbrados a trabajar con estos coches a diario”. Este equipo ha llegado a constar de 500 personas que se han ido moviendo de localización en localización, de Budapest a Alemania, pasando por Austria, Eslovaquia, Dubái y Tokio.
Un equipo de pilotos especialistas, liderado por Jann Mardenborough, han sido los responsables de conducir los coches. “El nivel de pilotos que hemos conseguido reunir para esta película es alucinante”, dice Hirsch. “Algunos son pilotos de verdad. Algunos son especialistas de rodaje con más de 40 años es experiencia en la industria. El hecho de que hayan tenido la oportunidad de conducir coches de verdad en seis circuitos diferentes por el mundo entero es una maravilla”.
Hirsch ha colaborado con el diseñador de producción Martin Whist para transformar el Hungaroring –un circuito de Fórmula 1– en Le Mans, uno de los circuitos más famosos del mundo. “Martin tiene una visión alucinante, puede ver cosas donde nadie ve nada”, dice Hirsch. “El set de rodaje que ha creado es espectacular. Hay varias personas del equipo que han conducido en Le Mans, y muchas otras que han estado ahí, y todas se han quedado impresionados de la transformación que ha hecho. Pero no solo ha modificado las paradas en boxes y garajes, también el podio y el circuito. Ha sido todo un espectáculo de ver”.
Blomkamp ha empleado varios métodos punteros para capturar la intensidad de una carrera. “He querido mostrar la velocidad vertiginosa de una carrera”, explica. “Y eso al final se reduce a la elección de las cámaras”. Blomkamp y Jacques Jouffret, el director de fotografía, decidieron emplear drones de vista en primer plano (o drones FPV por sus siglas en inglés). “Son los que utilizan los pilotos de drones. Es de donde nos inspiramos, con la suerte de que no se han utilizado mucho en carreras de coches”, dice Blomkamp. “Los drones FPV nos dan un punto de vista muy dinámico, ya que estás en la mitad de la acción. Aunque mi vista favorita es la de una cámara muy baja en el morro de un coche que persigue al vehículo principal. Como la cámara se encuentra a unos pocos centímetros del suelo refleja perfectamente la sensación de velocidad”.
“Neill es el que tuvo la idea de usar drones, así podíamos mostrar una carrera de una forma completamente nueva”, dice Jouffret. “Nos parecía importante que los coches fuesen a toda velocidad, a la velocidad real a la que irían. Aunque, ¿qué coche puede llevar una cámara que siga el ritmo de los coches de carreras? Los drones han sido muy útiles para esto. Hemos puesto drones en varios puntos del circuito, cada uno abarcando un área, y así Neill ha podido mostrar los coches de una manera que el público no ha visto antes”.
Al igual que han querido reflejar las velocidades vertiginosas a las que se mueven, Blomkamp y su equipo también muestran el estado zen que experimentan los pilotos. “Los pilotos hablan sobre lo que significa estar sentado tanto tiempo dentro del coche, lo mucho que cansa y los calambres musculares que experimentan, pero cuando superan todo eso entran en un estado de unión con el coche, de fluidez con la conducción”, explica Blomkamp. “Cuando hemos querido mostrar eso hemos empleado drones FPV, que son muy agresivos, y drones cinemáticos, que dan planos más contenidos y bonitos”.
“Es increíble, los drones nos aportan una dimensión de fotografía que hace una década era inimaginable”, añade Belgrad. “La perspectiva que te dan los drones y la velocidad a la que se mueven ¬–igual de rápido que un coche de carreras– es alucinante. Pueden entrar y salir de la acción de la carrera, manejarlos usando su punto de vista y hacer que cojan curvas a velocidad máxima”.
La única excepción es la primera vez que Jann coge un coche de verdad. “Neill quería que los espectadores viviesen ese momento de la historia de la misma forma que Jann”, dice Jouffret. “Vemos todo desde su punto de vista. Todo es nuevo para él, no solo en el aspecto emocional, también en el físico. Decidimos que la cámara le acompañase en todo el proceso”.
El esfuerzo por hacer una película realista se ha extendido también al vestuario. “No nos planteamos qué trajes de carreras íbamos a utilizar”, dice el diseñador de vestuario Terry Anderson. “Hemos usado trajes reales aprobados por la FIA. Todo el equipo es completamente ignífugo”.
Ponerse el traje es lo último que Madekwe ha necesitado para meterse en el papel. “Siempre pasa eso con el vestuario”, dice. “En el momento en el que te pones un traje de carreras dejas de ser tú mismo. El traje además influye en tu postura y en la forma en la que simplemente estás de pie. Cuando te pones el casco de repente te aíslas del resto del mundo. Te metes dentro de tu cabeza. Escuchas tu respiración. Puedes oír más alto tus pensamientos. Todo se concentra alrededor de ti. Cambia totalmente la dinámica del personaje. Creo que la primera vez que conecté con él fue en la primera prueba de vestuario, cuando me puse el traje por primera vez”.
SOBRE LOS PERSONAJES...
El piloto:
En el centro de la historia encontramos a Jann Mardenborough, interpretado por Archie Madekwe. “Jann se siente atrapado”, dice Madekwe. “Está atascado en la monotonía de su pequeño pueblo donde todos los días son iguales. Pero tiene una gran pasión y el deseo de llegar más allá de lo que su entorno en principio le permite. Está obsesionado con los coches y el juego Gran Turismo. Su gran deseo siempre ha sido ser piloto, pero es un mundo al que nunca ha tenido acceso... hasta que se le presenta una oportunidad, un experimento en que entrenan a jugadores para convertirlos en pilotos de carreras de verdad”.
“Ese cambio de piloto de videojuegos a piloto real afecta también en su personalidad”, dice Madekwe. “Tiene confianza con sus amigos, pero siempre es tímido al principio, es introvertido. Un tipo que no sabe lo poderoso que es su talento. Irónicamente, cuanto más tiempo pasa en ese diminuto coche más confía en sí mismo y más se convierte en la persona que siempre estuvo destinada a ser”.
La carrera de Madekwe está en auge tras su interpretación en Midsommar y la serie See, pero la película de GRAN TURISMO pasó por su radar mucho antes de unirse al reparto. “Conocí a uno de los escritores casi un año antes”, comenta Madekwe. “Me contó una historia que nunca había escuchado y aluciné cuando recibí unos días después todo el material: podcasts, entrevistas y vídeos de YouTube. Me emocioné mucho. Una de las cosas que me gusta de ser actor es encontrar historias desconocidas e inspiradoras sobre personas que se parecen a mí. Cuando yo era pequeño no se contaban este tipo de historias sobre alguien con mi aspecto. He sentido una necesidad increíble de contar esta historia”.
El verdadero Jann Mardenborough no puede estar más de acuerdo. “Espero que esta historia le demuestre a los chicos con un aspecto parecido al mío que pueden confiar en sí mismos y perseguir sus sueños”.
Al igual que el personaje que interpreta, Madekwe ha tenido que aprender a conducir antes de entrar a competir, por lo que empezó a dar clases prácticas a diario al terminar de rodar su película anterior.
Aprender a conducir no es lo que le ha resultado más difícil, eso lo aprendió bastante rápido. No hay nada comparable con competir de verdad en el juego Gran Turismo. “Tuve que aprender a jugar muy muy bien”, dice. “En las escenas de las recreativas jugaba al juego de verdad en modo difícil contra la máquina, y lo peor es que tenía que ganar. Eso intimida muchísimo. Ahora soy consciente de lo mucho que hay que practicar y el talento que hay que tener en juegos así”.
David Perel ha sido el responsable de hacer que Madekwe mejorase como jugador. Perel, al igual que Mardenborough, es un conductor de simulador pero ahora corre para Ferrari. “PlayStation me mandó un kit completo de simulador a mi casa. Tenía asiento, volante y pedales”, recuerda Madekwe. “Cuando terminé de rodar la película anterior me dediqué a practicar todo el tiempo. Se requiere mucha destreza para aprenderte todos los circuitos, las curvas y cuando hay que frenar. En cuanto le coges el truco lo único que te queda es repetir el circuito una y otra vez. Esto ha hecho que admire y respete más aún a los pilotos. Me parece una locura que sean capaces de conducir así bajo tanta presión”.
Ahora que ya ha hecho todo el entrenamiento posible, ¿cree tener futuro en el mundo de las carreras? “Con todo el respeto a los pilotos de todo el mundo, no”, confiesa. “Odio estar dentro del coche. Hace mucho calor, es claustrofóbico, desagradable y me provoca ansiedad. Mido 195 cm, así que casi no entro en la cabina. Además, hay que tomar decisiones en una fracción de segundo. Puedes llegar a perder más de 2 kg en una carrera de lo que se suda. Es una experiencia corporal completa, atletismo del más alto rango”.
El ingeniero jefe:
Una de las cosas que atrajo a David Harbour al proyecto fue la historia que tiene cada personaje. “La historia de Jack es la de un perdedor”, explica. “Ha sufrido mucho, pero le sigue apasionando este deporte y ya no le dan la oportunidad de participar en él al nivel que le gustaría”. Empieza siendo un escéptico, pero Jack acaba viendo en la GT Academy una oportunidad de futuro. “No cree en los chavales, al principio, pero se empieza a dar cuenta de que Jann podría tener una oportunidad”.
“Me interesan los tipos que dicen una cosa y quieren decir otra, que incluso se mienten a sí mismos”, continúa. “Cuando empieza la GT Academy no se cree nada. Es muy duro con los chicos y no quiere que triunfen. Creo que en el fondo necesita desesperadamente que Jann lo consiga. Está librando una batalla contra el mundo”.
“La historia de redención de Jack me parece inspiradora”, dice Harbour. “Jack tuvo que abandonar su puesto de ingeniero jefe para convertirse en mecánico. Fue algo tan traumático para él que luego le parecerá imposible volver a ejercer de ingeniero jefe. Le tiene tanto apego a este deporte que se pasa 15 años de mecánico viendo todo desde la línea de banda sin poder usar su verdadero talento. Es una cualidad preciosa y algo que me emociona mucho”.
“De primeras la situación está tensa y cargada”, dice Harbour. “Son unos chavales que vienen del mundo del videojuego y simplemente no cree en ellos. Es un hombre de otro tiempo, un hombre que entiende de máquinas, que entiende las cosas que funcionan de determinada manera, pero el mundo ha seguido evolucionando. Quiere desesperadamente que los chicos entiendan lo poderoso que es su mundo, el real y visceral. Quiere que entiendan lo valioso que es dejar las pantallas y entrar en un mundo de verdad”.
El hombre de las ideas:
Si Jack es el pesimista de la historia, entonces Danny –interpretado por Orlando Bloom– es el optimista. “Es el mayor fanático del mundo del motor”, dice Bloom. “Cuando persigues ciegamente tus sueños, al final todo parece posible. Es muy divertido interpretar a un tipo así, lleno de esperanza y pasión. Es alegre de espíritu y tiene una mentalidad idealista, una forma maravillosa de ser”.
“Construye algo de la nada”, continúa Bloom. “Su entusiasmo por lo que hace es contagioso. Creo que toda persona que haya tenido un sueño, o una visión de futuro, va a ver eso en Danny. Es esa forma en la que se emociona por algo incluso antes de dar el primer paso, especialmente en ese momento, antes de darse cuenta de la importancia del trayecto que ha emprendido”.
Es por eso que Jack y Danny forman una extraña pareja, aunque al final del día cada uno saca lo mejor del otro. “Creo que Danny ve a Jack por quién es realmente, un optimista que se ha llevado demasiados palos”, dice Bloom. “Jack necesita la motivación necesaria para recuperar esa llama, y esa motivación es Jann”.
Danny es un ejecutivo de marketing, así que uno podría pensar que ve en Jann una forma de conseguir su objetivo, vender más coches Nissan. “No es el caso”, confiesa Bloom. “Tiene una visión muy clara de la GT Academy. Cuando ve que Jann tiene todos los ingredientes para triunfar, se involucra de lleno”.
La familia:
En el papel de la madre de Jann, Lesley, encontramos a Geri Halliwell Horner, más conocida como Ginger Spice –una de las integrantes del grupo Spice Girls–. Halliwell Horner está además casada con Christian Horner, el corredor principal del equipo Red Bull de Fórmula 1. Djimon Hounsou interpreta a su padre, Steve.
“Cuando leí el guion me encantó ver todo ese cariño que hay en la familia”, dice Halliwell Horner. “Hay que tener coraje para perseguir tu pasión en la vida. Todos queremos que nos apoyen nuestro amigos y familiares, pero enfrentarse al mundo es complicado. Jann es un chico corriente y bueno que tiene una gran pasión por la que está luchando. Lo único que quiere es la aprobación de sus padres”.
En la película podemos ver lo mucho que le cuesta a Steve, el padre de Jann, aceptar que su hijo quiera convertirse en piloto de carreras. “Es un problema con el que puedo empatizar”, dice Hounsou. “Tuve que pasar por algo similar al principio de mi carrera. Estudié en Francia y querían que continuase con mi formación, pero yo quería ser actor. Me dieron una patada en el culo y me vi de repente desamparado por París intentando arreglármelas para vivir. Sin duda entiendo el punto de vista de Jann, aunque también el de Steve. Es un padre que tiene grandes sueños para su hijo y esos sueños son algo más realistas que los de Jann. Los padres pueden contribuir sin querer al fracaso de sus hijos. A veces un padre no entiende los sueños de un hijo y le intimida los complicado del camino. Se quedan atascados en los problemas iniciales y no ven la línea de meta”.
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