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Ambientada en 1962, seis años después de la celebrada “Boda del Siglo,” el largometraje ofrece una imagen íntima de un año en la vida de la princesa más icónica del siglo veinte, Grace Kelly, mientras intenta conciliar su pasado con su presente – el anhelo por regresar a la gran pantalla y su nuevo papel como madre, monarca de un principado europeo y esposa del Príncipe Rainiero III.
DECLARACIÓN DEL DIRECTOR… ‘Grace de Mónaco’ es una saga histórica y romántica que cuenta la historia de Grace Kelly, una gran estrella de Hollywood, y su ascenso hacia el papel más grande: el de Princesa de Mónaco. La historia del Principado de Mónaco es particularmente rica y siempre ha contado con un aura de glamour. Las relaciones entre Francia y Mónaco no siempre han sido fluidas, pero lo que nos interesa en esta película es cómo la reciente llegada de estrellas de Hollywood influenciará y dejará su marca en las relaciones franco-monaguescas. Una especie de “choque de culturas.”
El público tiene un gran apetito, además de cierta fascinación, con las historias de princesas y familias reales. La fiebre de los medios que rodea las bodas reales es la mejor prueba de ello. Pero aquí, observamos esta familia real a través del prisma del destino histórico y las enormes obligaciones que acarrean, y llegamos a un entendimiento de cómo los retos de un pequeño evento histórico permite que cada personaje crezca, en particular, la Princesa Grace de Mónaco.
Como director, sé que ‘Grace de Mónaco’ se encuentra en el cruce de varios temas que me son queridos, tales como el peso de la historia sobre las personas, el aura que emanan ciertas mujeres en su tiempo y la fascinación creada por épicas personales como las de Grace Kelly y Edith Piaf. Me gustaría filmar una realidad traspuesta que, poco a poco, revele todos los detalles no sólo a través del trabajo de cámara y los decorados, sino en la cronología narrativa de manera que el espectador gradualmente llegue a entender, a través de los ojos de Grace, los retos de la época y los acontecimientos que vive.
La fotografía que he buscado con mi principal director de fotografía, Eric Gautier, es la del cine americano de los 60, de directores como Alfred Hitchcock; un cine detallado pero sobrio y elegante que acompaña el progreso de una de las principales figuras de la segunda mitad del siglo XX a la hora de asumir su estatus como Su Alteza Serenísima la Princesa de Mónaco.”