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SINOPSIS
Nels es un tranquilo padre de familia tranquilo que vive en una ciudad turística en las Montañas Rocosas. La ciudad le ha otorgado recientemente el galardón de "ciudadano del año", pero su apacible vida se verá alterada el día que unos mafiosos asesinan a su hijo...
INTÉRPRETES
LIAM NEESON, EMMY ROSSUM, LAURA DERN, JULIA JONES, WILLIAM FORSYTHE, RAOUL MAX TRUJILLO, VICTOR ZINCK JR., ELYSIA ROTARU, JOHN DOMAN, DOMENICK LOMBARDOZZI, ALEKS PAUNOVIC, EMILY MADDISON, NATHANIEL ARCAND
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PREMIERE
REMAKE Uno tras otro (2014)
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SANGRE EN LA NIEVE...
“Es como abrir la caja de Pandora.” Así define Liam Neeson lo que su personaje desata en la ferozmente violenta y mordazmente hilarante Venganza bajo cero, de Hans Petter Moland. “Mi personaje emprende el sendero de la venganza, pero no se da cuenta en qué se está metiendo” –dice Neeson–. “Cree que va tras el tipo que mató a su hijo. Pero en realidad todo se convierte en un remolino de venganza y violencia. Y todo adquiere un punto de humor negro que se extiende por el film, ¡por increíble que parezca!”
Esta retorcida historia de venganza gira en torno al Nels Coxman de Neeson, el conductor de un quitanieves de la estación de esquí de Kehoe, en Colorado. Recién nombrado Ciudadano del Año por sus servicios para mantener las carreteras abiertas hacia la remota ciudad, la vida de Coxman rápidamente se mete, como vengador aficionado, en una espiral donde los cadáveres se cuentan a montones cuando su hijo (encarnado por Micheál Richardson) resulta asesinado por equivocación por unos gánsteres locales tras un alijo de drogas extraviado. Todo cuanto sabe de asesinar a gente es lo que lee en una novela policiaca, pero Coxman se embarca pertrechado con un rifle de caza de cañones recortados e inconscientemente desencadena una serie de acontecimientos entre los que habrá una guerra territorial, aislados por la nieve, un secuestro, dos señores del crimen rivales, y una horda de matones con pintorescos apodos como Maverick, Mustang, o Smoke.
Las comparaciones con las películas clásicas de los Hermanos Coen, Fargo en particular, reflejaron el buen recibimiento de Uno tras otro, el film noruego de 2014 de Hans Petter Moland que protagonizaba Stellan Skarsgard, con críticas elogiosas, y una taquilla internacional asombrosa. Otros aficionados establecieron paralelismos con la profundidad y los diálogos ingeniosos del primer Quentin Tarantino. Aunque si bien Moland está “obviamente encantado” de que su trabajo se haya comparado con esos dos referentes, él cree tener su propio estilo singular que se remonta a mucho antes, a un gran clásico de Hollywood. “Crecí admirando las películas de Billy Wilder” –comenta el director– “Me encantaba su negrura y su humor ácido, ese equilibrio entre ambos. Así que cuando se me dio la oportunidad de realizar un remake de Uno tras otro, ahora en inglés [en contraposición a su noruego nativo del original], la tomó”.
La idea de que fuera el propio Moland quien realizara el remake de su original la tuvo el productor Michael Shamberg, alguien que al haber producido cintas parejas como Pulp Fiction, Un romance muy peligroso, y Cómo conquistar Hollywood, identifica un film policíaco innovador nada más verlo. “La mayor parte de mi carrera ha transcurrido trabajando con gente de singular talento” –comenta Shamberg–. “Cuando vi Uno tras otro, lo tenía todo. Y Venganza bajo cero es lo mismo. El público se implicará emocionalmente con los personajes, le agradará su condición de film de acción y se sorprenderá de lo divertida que resulta. Es una película en que ese equilibrio ha de ser el adecuado, y por ello debe ser Hans Petter quien la haga. Y en el centro de todo ello está el espléndido Liam Neeson, quien aporta su clásico personaje de hombre de acción para llevarlo maravillosamente hacia una nueva dirección”.
También es una historia sobre muchos otros personajes retorcidamente complejos, sin olvidar a los otros dos padres causantes de meter abruptamente a Nels en el baile. El primero es Viking, el psicótico señor de la droga local que Tom Bateman encarna con muy lograda volatilidad. El segundo es White Bull, a quien da vida el legendario actor canadiense y cantante folk Tom Jackson, que aporta una dignidad conmovedora como líder de la banda rival; comanda su grupo de nativos americanos –tan inexpresivos como mortíferos– con una honorabilidad que se verá puesta a prueba hasta el límite. “Todos ellos son chicos malos. No hay tipos buenos en esta película. Así que hay que comenzar por aquí y luego decodificar: ‘Bueno, ¿qué tan malo es este chico?’” –comenta Jackson de un conflicto que acabará con litros de sangre desparramada a lo largo de la brillante nieve blanca–. “¿Recuerdan Grupo salvaje? ¿Recuerdan esas películas? Creo que es una de ellas. Es tan entretenida como cualquiera de estos títulos”.
Para el remake, Moland se ha llevado consigo a muchos de los integrantes del equipo técnico original, pero también ha incorporado a un nuevo guionista, Frank Baldwin, y un reparto secundario que incluye a Laura Dern, como Grace, esposa de Coxman; Emmy Rossum, como Kim, la inteligente oficial de policía del pueblo; y Julia Jones, como la esposa largamente sufriente del ridículamente inestable jefe Viking de Tom Bateman. “En la película, los personajes femeninos son los que resultan suficientemente inteligentes como para poner distancia a las acciones de los hombres, o a su estupidez” –ríe Moland–. “Los hombres de esta película son autoritarios, engreídos, y sin el menor sentido del humor. Son mortalmente serios, o quizá están muertos”.
El guión de Baldwin resulta particularmente divertido con todo ese elenco de tipos malos y pendencieros ricamente descritos –“Lo que está en juego es mortífero–“comenta el guionista–, “pero los hombres son unos tremendos arrogantes y de ahí proviene el humor” –aunque la inspiración de Moland es genuina. “La idea del film le sobrevino al pensar: ‘Si mi hijo muriera de este modo, ¿me limitaría a sentarme y aceptaría lo ocurrido? ¿O haría algo al respecto? ¿Y generaría ello una escalada de violencia sin fin?’ Es un tema duro que encaja en una comedia negra” –opina Moland–. “No queríamos vernos limitados por el género, queríamos que géneros distintos convivieran felizmente entre sí en un todo genuinamente horroroso y trágico, pero al tiempo cómico, como la vida misma”.
El resultado es algo genuinamente único, una película de acción increíble, atravesada por un humor cómplice e interpretada por uno de los repartos de actores secundarios más brillantemente moldeados y expansivos de los últimos años.
“Y ése es el motivo por el cual este remake había de ser dirigido por Hans Petter” –opina Shamberg–. “Ese tono resulta tan bien equilibrado que creo que sólo él podía hacerlo. No es un film de venganza típico. Es una película sobre la futilidad de la venganza. Es un film violento contra la violencia. Lo cual es un tanto un oxímoron, es como ¡matar dos pájaros de un tiro !”
CIUDADANO CRIMINAL...
No hay muchos actores cuyo currículum incluya todo, desde su nominación a los Oscars por La lista de Schindler, a encarnar a un Jedi, pasando por un villano de Batman, un turbio policía en La LEGO película, y aun a un león que habla. Pero lo cierto es que Liam Neeson no es un actor como muchos otros.
Con ciento veintiséis títulos a sus espaldas, hace una década este actor de sesenta y seis años, como es conocido, se vio reinventándose como estrella de acción con su papel protagonista como Bryan Mills en el atronador éxito internacional Venganza. Pero aunque la trama de esa película, en que un padre se venga de los hombres que han puesto en peligro a su hija, pueda parece que comparte cierto ADN con la de Venganza bajo cero, esta última lo muestra en una interpretación como ninguna otra de su ya larga carrera.
“En cierto modo, Venganza bajo cero es un gran thriller clásico de venganza” –dice Neeson–. “Pero lo que resulta realmente atractivo para mí es ese humor negro que corre de fondo por toda la cinta”. O como su director, Hans Petter Moland, comenta: “Básicamente, es un Liam Neeson que nunca antes se ha visto. Es una interpretación única, muy especial”.
Dada la mezcla de géneros, y el hecho de que se trata de un remake en inglés del original del director noruego, este film es una auténtica excepción.
¿Cómo llegó al proyecto?...
“Me enviaron el guión, y... No, miento. Digo esto siempre. ¡Es una absoluta sandez! Fue Michael Shamberg. Había trabajado con él antes, es un productor maravilloso. Me pidió que fuera a una proyección de un film noruego titulado Uno tras otro. Lo vi, y me pareció bueno. Me dijo que iban a adaptarlo para el mercado americano, enmarcado en Colorado, y me preguntó si estaba interesado. Le dije que sí. Ya sabe, es un thriller muy bueno sustentado en personajes, con tipos malos muy, pero que muy interesantes y un trasfondo muy negro, con un elemento de humor muy atractivo que recorre todo el metraje”
¿Qué puede decirnos de su personaje?...
“Encarno a alguien llamado Nels Coxman. Es un tipo corriente, casado felizmente y con un hijo de veintiún años. Vive en la falda de una montaña, en las afueras de esta pequeña estación de esquí llamada Kehoe. Su trabajo durante los meses de invierno consiste en mantener un tramo de la carretera abierto dado que la nieve les cae en ingentes cantidades. Así que él ha organizado su propia y pequeña industria, su pequeño taller en el que guarda una máquina quitanieves, una barredora, y otras máquinas del estilo para mantener las carreteras abiertas. Ese es su trabajo; como dice en el guión, mantiene para la gente una pista de civilización abierta a través de la naturaleza inclemente. Esa es su vida, con lo que disfruta. Y por ello resulta elegido el Ciudadano del Año de Kehoe: un premio anual, y este año se siente orgulloso de ser el destinatario del mismo”.
Como hombre, ha tomado un camino muy distinto al de su familia, ¿no es así?...
“Sí. Su padre estaba muy involucrado en el crimen organizado en su juventud. Y el hermano mayor de Nels, espléndidamente encarnado por Bill Forsythe, está en la línea de su padre, por así decirlo. Pero Nels, por algún motivo, ha elegido mantenerse en el buen camino, lejos del crimen, hasta que ocurre algo que lo convierte todo en un infierno. Antes, Nels estaba felizmente casado con su maravillosa esposa, Grace, quien encarna la excelente Laura Dern, que me emociona la consiguiéramos para esta película. A todos los efectos, son muy felices y están satisfactoriamente juntos. Kyle es su hijo de veintiún años. No diría que en este estadio de sus días sea ardiente la relación del matrimonio, pero se sienten muy bien el uno con el otro. Y entonces, todo se viene abajo, y la relación se hunde”.
¿Conocía bien a Laura antes de esta película?...
“No. Cené con ella y con su exnovio hace muchos años: ella, su compañero, mi esposa Natasha [Richardson] y yo. Laura y Natasha habían participado juntas en un film, Creadores de sombras, de Roland Joffe, en el que Paul Newman era protagonista, allá por 1986 ó 87, creo. Se hicieron amigas, pero no conocía a Laura muy bien. Sin embargo, he admirado su trabajo desde hace muchos años. Por fin puedo tachar esto de mi lista ¿sabe? He logrado trabajar con la gran Laura Dern. Además es una dama maravillosa”.
Eso está bien. Porque ella también dice maravillas de usted...
“Entonces, ¿recibió mi cheque? Estupendo”.
Para Nels, el punto de inflexión en esta película es, por supuesto, la muerte del hijo. ¿Qué nos puede decir sobre él?...
“Están muy unidos, Nels y Kyle. Creo que constituyen el clásico binomio padre e hijo. Hay una ligazón tácita entre ellos. Kyle es un gran aficionado al fútbol americano, es de los Broncos para ser preciso, aunque Nels no participa de su entusiasmo. El trabajo de Kyle consiste en manejar el equipaje en el aeropuerto de Kehoe, el pequeño aeropuerto de la estación de esquí. Todo transcurre con normalidad. Hasta que mi hijo sufre una muerte horrible en manos de esos traficantes de drogas, y ello provoca la desintegración de mi matrimonio con Grace. Ella no sabe en absoluto cómo llevarlo y se cierra en sí misma para finalmente irse. De tal modo que Nels sufre algo parecido a una doble muerte – la de su hijo y la de esta relación especial. Todo ello lo obliga a verse frente a su propia vida, y también ante el sendero de la venganza, y eso es lo que emprende, la venganza por la muerte de su hijo en cierta forma”.
La dinámica padre/hijo de usted y Kyle no es la única de la película, ¿no es así?...
“No, hay tres hijos y tres padres. Estamos mi hijo y yo. Está el hijo del jefe de cártel White Bull (Tom Jackson), que trabaja para su padre, así que también es un criminal. Y luego está el hijo de Viking (Tom Bateman), que es un chico dulce, un intelectual de once o doce años que no se parece a su padre en nada. Es muy brillante y astuto. Le gusta escuchar música clásica, jugar a la FIFA, como a cualquier otro chico de su edad. Pero no es un chico como los otros. Así las cosas, sin renunciar a lo que está en juego, Nels se hace amigo suyo si bien lo tiene en una especie de cautividad. El guión aborda ligeramente las relaciones entre padres e hijos, y lo complicadas que pueden ser”.
Usted ya ha sido antes protagonista en thrillers de venganza, pero ¿es propio describir éste como distinto a cualquiera de los otros?...
“Definitivamente, sí. Nels no está preparado para nada de esto. No es algo natural para él. Cuando emprende la venganza, no se da cuenta de que está abriendo la caja de Pandora, particularmente con la industria de la droga. Cree ir tras un tipo que causó la muerte de su hijo, y lo cierto es que ese tipo trabaja para esos otros tipos que a su vez trabajan para ese increíblemente despiadado criminal joven llamado Viking. Dirige un cártel de droga, y White Bull dirige otro. Nels queda atrapado en medio de todo esto. La escalada de la venganza se transforma en un torbellino de violencia que aún así mantiene ese punto de humor negro que recorre el metraje, ¡por increíble que parezca! Es una película de venganza clásica, pero con ese hilo de profundo humor negro, y con unos tipos malos muy interesantes, bien dibujados, de carne y hueso, que aportan al film su contrapeso cómico.”
¿Qué le pareció trabajar con Hans Petter Moland para el remake de su propio film original?...
“Es fantástico. Tiene sensibilidad europea, lo que es lógico ¡porque es europeo! Hay en él algo muy relajado, muy apacible. Además, está muy preparado. Él mismo ha sido actor y dirigido teatro, conoce el proceso del intérprete así como el modo de narrar una historia en el cine. Explora el guión entero para hallar pequeñas sutilidades que nosotros, como actores, podemos resaltar para mejorar la historia, su humor y pathos. Toma decisiones muy interesantes, y no actúa en absoluto como supervisor. Volvería a trabajar con él sin pensarlo un segundo”.
APOSTAR DOBLE EN ACCIÓN Y ACTITUD...
¿Por qué Hans Petter Moland, apodado “el Ridley Scott de Noruega” ha rehecho su propio noir de gánsteres?...
Con Venganza bajo cero, Hans Petter Moland se incorpora a una lista corta pero soberbia de directores que se han enfrentado deliberadamente al saber cinematográfico aceptado y han salido triunfantes. “Siempre se ha dicho que no deberías rehacer tu propia película” –observa Moland irónico–. “Pero cuando reflexioné sobre eso, me dije: ¿y por qué no?”
Como Michael Haneke con Funny Games, Takashi Shimizu con La maldición, y George Sluizer con Desaparecida antes que él, Venganza bajo cero, de Moland, con su rugiente furia vengativa hilarantemente negra y brillantemente sangrienta, es el remake de su aplaudido original noruego de 2014, Uno tras otro, ahora en inglés. “No es que no estuviera contento con el original” –aclara Moland–, “pero lo veía como si fuera, digamos, un director teatral que ha hecho una producción exitosa en Oslo y ahora tuviera la posibilidad de realizar una nueva producción en Broadway para un público nuevo y con un reparto de actores sorprendentes y distintos. Era una oportunidad a la que no podía negarme”.
El director a quien el respetado historiador de cine británico, Peter Cowie, definió en una ocasión como “el Ridley Scott de Noruega” por su despliegue de anuncios premiados e impecable capacidad visual, aquí nos habla de escapar del propio pasado, engañar a Stellan Skarsgård y de los matices del humor noruego frente a los del americano.
En cierta ocasión, usted describió el proceso de realizar una película como “un largo viaje a través de un valle de compromisos”. Dicho esto, ¿por qué motivo habría de retroceder para rehacer una a la que ya sobrevivió una vez?...
“Sí, supongo que dije eso [risas]. Una vez admitido, también creo que permitirte el reto en cosas que anteriormente no cuadraste es otra parte de esa ecuación. Cuando Michael Shamberg [productor de Venganza bajo cero] obtuvo los derechos de este remake, dijo que quería que yo lo realizara. Y ello me obligó a reconsiderar la sensata idea de que debería ser otro quien rehiciera la película. Comencé a darle vueltas al motivo por el que en realidad no querría hacerlo. No es que no fuera feliz con el original, pero comencé a abordarlo igual que si hubiera logrado una triunfante producción teatral digamos que en Oslo y entonces alguien me hubiera pedido si querría realizar una producción nueva de la misma pieza en Broadway, para un público distinto. Es una proposición interesante hablar a un público distinto, con otros actores, sorprendentes actores. Cuando lo vi de este modo, no pude negarme”.
La lista de aquéllos que han rehecho sus propios films “de habla no inglesa” en inglés es muy corta. ¿Vio algunas de esas películas para comprobar qué hicieron esos directores?...
“No, deliberadamente. Porque creo que la mayoría de directores que rehacen sus propias películas no tienen por qué estar necesariamente felices con el resultado, o con el proceso. Hay muchos motivos para ello. Me centré en dos cosas prioritariamente: una, dar con un proceso que me funcionara; dos, retener el tono del original. Ello implicaba que se me permitiera realizar la película del modo como sé hacerlas. Hay muchas otras maneras de hacer una película, pero si te ves paralizado por el proceso no puedes dar lo mejor de ti. Logrado esto, me sentí motivado y autorizado para hacer la película lo mejor que sé. Y dado que viví en los Estados Unidos muchos años, me sentía cómodo con la cultura americana, como en casa. Era un paisaje al que no era ajeno”.
Al haber vivido once años en los Estados Unidos siendo noruego, ¿cuáles diría que son las diferencias entre el humor noruego y el americano?...
“Obviamente, hay diferencias culturales. Pero también grandes semblanzas. Aunque cuando la gente dice que mis películas tienen un humor típicamente “escandinavo” no estoy necesariamente de acuerdo. [En Noruega] decimos bromeando que los daneses no saben hacer comedias. Así que cuando se nos asocia con ellos no nos parece necesariamente un cumplido. Pero, más que nada, mi humor está muy influido por los directores americanos, por ejemplo Billy Wilder. Al haber vivido en Nueva York en las décadas de los setenta y los ochenta, ese humor negro grotesco, socarrón siempre prevaleció en mí. Así que lo que quiera que sea típicamente ‘escandinavo’ en mí también está fuertemente influido por eso”.
Billy Wilder es una referencia importante en Venganza bajo cero. El apartamento en particular tiene esa sorprendente mezcla de negrura y luz...
“Sí, absolutamente. Soy un gran fan de Wilder, de su capacidad para mezclar esas dos cosas. No descubrimos nada si decimos que nadie de nosotros vive en el vacío, que absorbemos cosas a las que respondemos en nuestra vida y en el trabajo. Ciertamente, mi educación estuvo llena de humor negro, fue parte inherente en ella, por lo que realmente conecté con sus películas cuando estuve en Estados Unidos”.
La inclusión de Liam Neeson en Venganza bajo cero es un golpe maestro, porque sobre el papel se puede pensar que ya ha aparecido en otras películas de venganza, pero ésta es muy distinta. ¿Fue deliberado jugar con esa expectación?...
“Disfruto con la enorme expectación que Liam lleva consigo, porque es un actor fabuloso. Es una gran expectación que poner sobre la mesa. Y el humor de Venganza bajo cero era algo a lo que él respondía en verdad; nos dijo que le gustaría participar. Estoy encantado de haber podido trabajar con él. Básicamente, se trata de un Liam Neeson como nunca antes se ha visto. Es una interpretación realmente especial, singular. No sólo ha contravenido siempre la norma en las cintas que ha realizado antes, sino que sigue siendo un actor curioso y muy trabajador. Y la gran diferencia entre ésta y las otras películas de venganza que ha realizado antes está en que aquí no está salvando a su mujer. Aquí no hay hijo que salvar tampoco, ya ha muerto. De tal modo que es la rabia y el lamento por la pérdida más que cualquier otra cosa”.
También es una película sobre padres e hijos, ¿no es así? Y sobre la futilidad de la venganza...
“Efectivamente, así es. Se centra en que la venganza no es una estrategia muy viable para una vida provechosa, para los hombres y para sus familias. No es una gran idea, aunque sea divertido ver a la gente practicándola”.
Usted ha hablado sobre lograrlo todo, sobre hacer una película violenta que en definitiva es antiviolenta. ¿Era usted consciente de tal dicotomía?...
“Era muy consciente de tal dicotomía, porque si haces algo satírico, la dicotomía resulta una porción grande de la sátira. Esa incongruencia del motivo y la acción. Ésta es una película poblada por mucha gente que no tiene mucha perspicacia, particularmente Viking, el cerebro del cártel. Un modo de verlo es que la gente de esta película o bien es muy seria o está muerta. Es ajena al humor que hay en sus circunstancias y al resultado de sus acciones”.
Por supuesto, la excepción a ello son los personajes femeninos...
“Así es, esos tres personajes interpretados por Laura Dern, Emmy Rossum y Julia Jones son los únicos verdaderamente inteligentes. Fue deliberado que las mujeres, que no son las que mandan, son las que tienen la autoridad en el modo en que se distancian de las acciones de los personajes masculinos. Son muy inteligentes, y eso va también para el hijo de Viking. Es mucho más lúcido que su padre, es alguien del que piensas, cuando la película toca a su fin, que ‘estará bien, tendrá un futuro. Y probablemente está mejor sin su padre, un tipo estúpido y destructivo’”.
Muchos actores dijeron que cuando leían el guión por primera vez llegaba un momento en el que empezaban a preguntarse ‘¿Se supone que debo reírme aquí?’ ¿Le divierte jugar con las nociones preconcebidas del público?...
“Definitivamente, ése era uno de los retos: realizar esto de modo inusual, distinto. Obviamente, perder un hijo es un hecho muy serio y trágico, pero esta película también tiene humor. Aunque este humor ha de evidenciarse en sí mismo, junto a los personajes y la historia. La película arranca seriamente, para desplegarse y expandirse hacia esos territorios distintos. La absurdidad ha de crecer. Ha de brotar de esa fuente en lugar de salpicar toda la pared, diciendo ‘¡es una comedia!’ Has de dejar que el público lo descubra por sí mismo y que ría cuando le venga en gusto. Hay un momento en la escena de la morgue en el que una parte importante del público empieza a sospechar que hay algo extraño en este film. Entonces, la gente tiende a darse cuenta de que reírse es admisible”.
¿Cuál era el punto de partida?...
“Me puse a pensar qué pasaría si me viera enfrentado a algo parecido, si, digamos –y estamos hablando hipotéticamente–, uno de mis hijos muriera por sobredosis. Aquél era un momento en que hubo muchas muertes por sobredosis en Oslo. La heroína fluía proveniente de los Balcanes durante la guerra, y pilló desprevenida a una cultura en la que la heroína no existía. ¿Me limitaría a aceptar lo sucedido? ¿Aceptaría un informe de policía no concluyente? ¿O querría averiguar qué había ocurrido? ¿Se vería mi pena y mi dolor teñidos de rabia? ¿Cómo lo haría y me esforzaría para averiguarlo? ¿Por dónde comenzar? Probablemente recurriría a uno de los amigos, averiguaría lo que sabe, acaso lograría el nombre de alguien que habría vendido las drogas. Lo más probable es que no obtuviera una respuesta entusiasta por parte del pequeño camello acerca de dónde provendrían las drogas, por lo que tendría que golpearlo para obtener un nombre o alguien superior. Y una vez hecho esto, me habría hecho enemigos o tendría que cubrir mis huellas. Me puse a especular con la idea de si lograría mi objetivo, o si todo derivaría en una escalada de violencia. Me di cuenta de que todo acabaría en caos, como así pasa en muchas guerras. Cada acción vengativa genera una respuesta. Entonces, subes la apuesta… Y finalmente, lo que tienes en las manos es sólo desgracia. Y potencialmente algo muy cómico. Pensé: ¿qué haría inclinar la balanza y para quién en una circunstancia como ésta? Ser alguien ajeno, un debutante o un aficionado da claramente ventaja. Por ejemplo, se puede tener la suerte del principiante, o modos de comportamiento peculiares irreconocibles para el adversario. Para empezar, la mayoría de los criminales tienen rivales y enemigos que ya están en sus mentes cuando se les ofende. Así que sus habituales instintos les harían culpar a alguien que ya conocen, alguien a quien odian. Por supuesto, es exactamente lo que esos tipos hacen en la película. Llegan a conclusiones equivocadas, y la situación alcanza estadios propios de guerra, se va de las manos y resulta impredecible. Ésa es la naturaleza de la venganza, y adónde lleva”.
En la película, Nels hace mucho que eligió un sendero distinto del de sus corruptos padre y hermano. Es un buen hombre, que sin embargo se ve absorbido por esta violencia. ¿Qué está diciéndonos con esto? ¿Que uno no puede escapar de su pasado?...
“No, no creo que la película esté tratando de decir eso. Ese detalle está aquí para al menos dar a Nels la posibilidad de acceder a ciertas herramientas a las que un absoluto aficionado no tendría posibilidad alguna. Y además le da a su personaje y a las decisiones que toma en la vida cierta densidad. A diferencia de su padre y hermano, él ha optado por una vida honesta como conductor de un quitanieves. La ironía está en que acaba de ser nombrado Ciudadano del Año, y entonces lo primero que hace es salir a matar gente [risas]. Dice algo sobre lo civilizado que es por naturaleza. Creo que Nels se considera a sí mismo más noble o más civilizado de lo que en realidad es, lo que de hecho creo que nos pasa a la mayoría de nosotros. Es fácil tener un concepto elevado de uno mismo hasta que te ves puesto a prueba”.
Obviamente, en su versión original el protagonista era Stellan Skarsgård, a quien ahora dirige en su próxima película, Out Stealing Horses. ¿Habló con él sobre el remake con Liam Neeson? ¿Se mostró celoso? ¿Se sintió un poco engañado por usted, o como si usted se hubiera ido de vacaciones al mismo lugar con un nuevo compañero?...
[Risas] No, en absoluto. Aunque Stellan está muy contento con el original, lleva una buena vida y está muy ocupado en otras películas. Sus colegas lo tienen en mucho como excelente actor, incluido Liam por cierto, quien lo admira grandemente. Pienso que se respetan mutuamente el trabajo. Por encima de todo, el hecho de que la película se haya rehecho con otro gran actor es un cumplido para Stellan, porque se entiende que se necesita alguien del calibre de Liam para sacarla adelante. Sí que hablamos al respecto, y a él le pareció perfecto. Se limitó a decirme: ‘Se valiente y haz una gran película’”.
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