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SINOPSIS
Es la extraordinaria historia de la huida de la esclavitud de Harriet Tubman y de su transformación en una de las mayores heroínas de la historia de Estados Unidos. Con su coraje, su ingenio y su tenacidad liberó a cientos de esclavos y cambió el curso de la historia...
INTÉRPRETES
JANELLE MONÁE, JOE ALWYN, CYNTHIA ERIVO, CLARKE PETERS, TORY KITTLES, TIM GUINEE, DEBORAH AYORINO, VANESSA BELL CALLOWAY, VONDIE CURTIS-HALL, JENNIFER NETTLES, OMAR J. DORSEY, CLAIRE BRONSON, ALEXIS LOUDER
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UN ICONO ABOLICIONISTA, AL FIN EN LA GRAN PANTALLA...
Todos los estadounidenses conocen su nombre, pero pocos conocen la historia completa de la increíble vida de Harriet Tubman. Esta emblemática abolicionista y luchadora por la libertad que salvó cientos de vidas no solo era una de las llamadas «maquinistas» del Ferrocarril Subterráneo, sino que ejerció de espía para el ejército de la Unión, lideró un batallón de soldados en la Guerra de Secesión y, en sus últimos años, se consagró a conseguir el sufragio femenino. Su valentía y su coraje no conocían límites. Impulsada por su inquebrantable fe religiosa y por su convicción de que todas las personas merecen ser libres, Harriet Tubman consagró su vida a combatir la injusticia en todas sus formas y, a día de hoy, aún constituye una figura singular en los anales de la historia.
Curiosamente, a pesar de sus asombrosos logros y la emocionante naturaleza de su odisea personal, nunca se había hecho ningún largometraje sobre Harriet Tubman... hasta ahora. «Se trata de una auténtica heroína de acción como nunca se ha visto en pantalla, alguien sin miedo alguno a nada», asegura la productora Debra Martin Chase. «Lo curioso de Harriet Tubman es que los norteamericanos saben que era maquinista del Ferrocarril Subterráneo, pero nadie conoce toda su historia. Tiene toda otra faceta de su vida como sufragista. Fue una figura muy importante en el movimiento en favor de los derechos de las mujeres y murió con noventa y pocos años en Nueva York. Es una longevidad extraordinaria para una mujer que, en principio, no debería haber tenido demasiadas esperanzas. No sabía leer ni escribir. Era esclava. Pero no solo cambió el curso de su vida, sino también el de su familia y el de muchas, muchas personas en su país».
Aunque su increíble historia, un contundente recordatorio de que cualquiera, por humilde que sea, puede marcar una enorme diferencia en el mundo, resulte especialmente relevante en el mundo actual, el origen del proyecto se remonta a los 90, cuando Disney comenzó a desarrollar una película sobre la vida de Tubman. Originalmente titulada Freedom Fire, HARRIET fue la primera película que le encargaron a Gregory Allen Howard en el estudio.
«Era material con el que yo estaba familiarizado», explica Howard, muy conocido como guionista de otros inspiradores dramas basados en hechos reales, como el drama deportivo del año 2000 Titanes, hicieron historia, protagonizado por Denzel Washington, y el biopic de 2001 de Muhammad Ali protagonizado por Will Smith, Ali. «En la universidad estudié la figura de Harriet Tubman. Pero ya por aquel entonces, no quería escribir una especie de clase de historia. Como me había especializado en Historia de Estados Unidos, lo que pretendía era hacer que resultara emocionante, sacarle el factor histórico a aquello y convertirlo en la vida del personaje. Y lo más importante, dadas las particularidades de sus vivencias: quería convertir aquello en una aventura de acción en la gran pantalla. Se trata de una historia inspiradora sobre una mujer negra que hizo cosas asombrosas».
Howard dedicó un año al guion, investigando exhaustivamente sobre la vida de Tubman y la época, leyendo cartas de esos años y estudiando libros como Bullwhip Days, una historia oral sobre las vidas de antiguos esclavos originalmente publicada en los años 30, para conocer más a fondo cómo hablaba la gente por aquel entonces. Su objetivo era construir una narrativa sencilla pero contundente, que fuese precisa y emocionante. «Es la historia de una muchacha esclava que tiene una visión, y eso la inspira para hacer algo que nadie ha hecho jamás», resume.
Cuando entregó el guion completado, la reacción fue abrumadoramente positiva, pero algo parecía indicar que no era el momento adecuado para hacer la película. «En aquel momento, no había nada en esa línea», explica Howard. «No se hacían esa clase de películas. Lo que yo aguardaba ante todo era un cambio de panorama».
Howard pasó a ser productor del guion, luchando por dar con los socios creativos adecuados. Finalmente, con Chase, dio con la persona ideal. Chase se mostró totalmente de acuerdo en que HARRIET podía no solo contar la historia completa de esta extraordinaria mujer que se negó a verse limitada por sus circunstancias, sino que también podría ser una apasionante aventura verdaderamente relevante para el público de hoy en día. Chase reclutó a la productora Daniela Taplin Lundberg (Beasts of No Nation, Los chicos están bien) para trabajar en el proyecto. «No me podía creer que no existiese ninguna película sobre Harriet Tubman», confiesa Lundberg. «Es una mujer asombrosamente inspiradora, que hizo grandes cosas. Era una persona con una energía ilimitada que sentía que era su obligación hacer siempre lo correcto».
Los cineastas se pasaron años desarrollando el guion, determinando el mejor modo de capturar la suma de las experiencias de Harriet de un modo que resultase estimulante, emotivo y creíble. «Cuando afrontas un biopic, la amplitud de la historia que vas a contar es una de las decisiones más importantes que hay que tomar», explica Chase. «Hubo cierto debate al principio sobre quizá tratar de enfocarnos en ciertos segmentos de su vida, al ser tan variada y extensa. Pero, finalmente, quisimos hacer la película definitiva sobre Harriet Tubman. Por eso, comienza cuando era una jovencita esclava en la plantación de los Brodess, y acaba siendo milagrosamente la primera mujer en comandar un batallón en una guerra».
Paralelamente, las corrientes culturales comenzaron a soplar en favor de una película de este calibre. El extraordinario éxito en Broadway de Hamilton demostró que la historia norteamericana podía resultar atractiva en la cultura popular, y películas como Figuras ocultas dejaron claro el enorme interés que despiertan las historias desconocidas ensalzando a heroínas afroamericanas. Impulsada por el devenir de los acontecimientos, las productoras comenzaron a buscar seriamente a alguien que pudiera tomar las riendas del proyecto. Con películas como Eve’s Bayou y The Caveman’s Valentine, la guionista, directora y actriz Kasi Lemmons ya había demostrado tener don para narraciones llenas de matices y emociones con un carácter innegablemente cinematográfico.
Las productoras quedaron seducidas por el enfoque de su material, que se centraba en el inherente triunfo que constituye el corazón de la biografía de Tubman. «Debra y yo oímos muchos enfoques de cómo contar la historia de Harriet, y algunas de ellas eran increíblemente crudos e intensos», nos cuenta Lundberg. «Y esa es una forma de interpretar su historia. Pero existe otra versión de su vida increíblemente esperanzadora, en la que cada escena destila la idea de que es posible liberarse del pasado y cambiar el curso del destino. Y esa era la versión que Kasi Lemmons quería contar».
Una vez sumada al proyecto, Lemmons se pasó cinco meses investigando la vida de Tubman y trabajando para pulir el guion; su propio enfoque personal como mujer afroamericana dio forma a cada uno de los borradores. «Todos la veíamos como una película de empoderamiento femenino, pero yo también la veía como una película de aventuras», dice Lemmons. «Me interesaban las cosas que no se sabían de Harriet Tubman. Aunque todos nos figuramos que debió de ser un ser humano de una increíble ferocidad, las imágenes que vemos de ella resultan incluso dulces, ¿verdad? Esta era mi oportunidad de presentar a una superheroína, una auténtica heroína estadounidense, una mujer que existió más allá del reino de las limitaciones ordinarias».
Lemmons se sintió especialmente intrigada por la relación de Tubman con la religión, y por la gran motivación que suponía para ella su fe. «Sentía que Dios guiaba y dirigía sus actos», explica Lemmons. «Eso hace que la historia sea tipo Juana de Arco. Tenemos a una heroína que no percibe las limitaciones y no se rige por las cosas que suelen restringir a los seres humanos que viven en ese clima de tanta tensión y miedo. Superó todos sus temores, luchó y lideró su propia revolución. Una revolución que llevó a la abolición de la esclavitud. Es una historia con final feliz. De esas en las que ganan los buenos».
En HARRIET, vemos desfilar a varias figuras históricas importantes del siglo XIX, como William Still y Frederick Douglass, pero el elemento central del drama es la propia Harriet Tubman. Dar con la actriz adecuada para interpretar a semejante icono no como una figura de un libro de texto, sino como una mujer real con una capacidad resolutiva admirable y una enorme fortaleza, era innegociable. Los cineastas eran conscientes de que toda la historia cobraría relieve o se hundiría en función de la fuerza de la interpretación de su protagonista. Por ello, para los productores, la galardonada actriz Cynthia Erivo se convirtió en su única opción.
Británica de nacimiento, Erivo destacó por su inusual talento interpretando el papel protagonista de Celie en la producción teatral de El color púrpura, dando origen a un papel que luego trasladaría la obra en Broadway. Dos semanas después de ver a Erivo sobre las tablas en Nueva York, Chase conoció personalmente a la actriz. Aunque, por aquel entonces, Erivo no tenía experiencia cinematográfica (debutó en el thriller de Drew Goddard de 2018 Malos tiempos en El Royale), la productora supo inmediatamente que ya no sería necesario seguir buscando a la actriz ideal para interpretar a Harriet. «Entró con su pelo corto y rubio, y un vestido superestiloso y pensé: “Esta mujer es una estrella”», recuerda Chase. «Celie es el colmo de la humildad. Es tímida y simple. En la vida real, Cynthia irradia gracia y seguridad en sí misma, además de un halo de verdad y sabiduría. Enseguida me la pude imaginar como Harriet».
Erivo se comprometió con la película tras aquella reunión y se involucró en el proyecto durante su desarrollo, incluso antes de que su fama siguiera creciendo gracias en parte al Premio Tony® a la Mejor Actriz en un Musical, conseguido en 2016 por su papel en El color púrpura. Cuando Lemmons se unió al proyecto, la cineasta recuerda encontrarse con la actriz y sentirse tan impresionada como Chase. «No tardé en darme cuenta de que aquella mujer podía interpretar a Harriet Tubman», dice la guionista-directora. «Cynthia es indómita y, aunque parezca pequeña, es una persona fuerte y poderosa, rebosante de una humanidad y una energía maravillosas. Puedes percibir su alma expansiva cuando hablas con ella. Es una auténtica fuerza de la naturaleza, y lo lógico es imaginarnos que así era precisamente Harriet Tubman».
Erivo, por su parte, se sintió honrada por haber sido elegida para el papel, y se mostró entusiasmada con el enfoque que Lemmons quería darle a la historia. «Me encantaba lo que plasmaba en pantalla», confiesa Erivo. «Me encantaba lo que escribía. Me encantaba la historia que estaba narrando. Tal y como lo escribió Kasi, ves a Harriet como una mujer, no solo como una superheroína. Percibes todas las facetas de su persona, y comprendes de dónde saca la energía para hacer todas las hazañas de las que fue capaz».
La actriz confiesa que sintió una enorme responsabilidad teniendo que hacer justicia al legado de Harriet Tubman. «Claro que he sentido cierta presión teniendo que interpretar a esta mujer, este icono, porque es una figura inspiradora para muchísima gente», dice Erivo. «No quería fastidiarlo. También estaba el factor emoción por poder finalmente llevar la historia de Harriet a la gran pantalla, porque lo cierto es que debería haberse hecho mucho antes. Es una suerte poder formar parte de ello».
COMIENZA EL VIAJE: FORMANDO UN EQUIPO PARA DAR VIDA A LA HISTORIA...
La extraordinaria tenacidad de Harriet queda patente en las primeras escenas de la película, cuando le explica a Edward Brodess, el dueño se la plantación, que debería ser una mujer libre. Conocida entonces como «Minty», se casa con un hombre libre, John Tubman, y quiere asegurarse de que los hijos que tengan nazcan libres. La ley la ampara. El bisabuelo de Edward había pedido en su testamento que se otorgase la libertad a Rit, la madre de Minty, así como a sus hijos, cuando esta cumpliera 45 años. Pero, con 57, Rit sigue siendo esclava, al igual que sus hijos e hijas.
«Se aferran a ese resquicio de esperanza, porque deberían ser libres», dice Erivo. «Cuando Edward se da cuenta de que se han hecho con un abogado para dar con el documento que lo acredita, pierde los papeles y echa a John de la plantación, privando así a Minty de estar con él. Y yo creo que es entonces cuando nuestra heroína se da cuenta de que no puede seguir viviendo así, como si fuera propiedad de otra persona».
Tras la inesperada muerte de Edward, la plantación pasa a manos de su viuda, Eliza, y de su hijo, Gideon. Jennifer Nettles, la superestrella de la música country galardonada en los Grammy con su grupo Sugarland, fue la elegida para dar vida a Eliza, un papel que supone su debut en la gran pantalla. «Recibí una carta preciosa de Jennifer diciéndome lo mucho que le gustaba el guion y por qué quería participar en la película», dice Chase. «Quería que su público supiera el respeto que sentía por esta historia, y pensaba que podía ayudar a establecer el diálogo que se necesita entre distintas personas en Estados Unidos, actualmente. Me enamoró al instante».
Según Rothe, «Durante la época en la que vivió Harriet, estábamos al borde de un cambio monumental en Estados Unidos. Obviamente, la Guerra de Secesión estaba a punto de estallar. Se percibía mucho caos e intranquilidad. Y siento que actualmente se puede percibir algo similar en Estados Unidos. También creo que el pasado es un prólogo, y que si no tenemos cuidado y olvidamos lo ocurrido, corremos el riesgo de repetir los errores del pasado. Espero que contar esta historia anime a la gente a recordar a esta fabulosa mujer y lo que hizo. Espero que todos cobremos conciencia del doloroso pasado de nuestro país».
Una vez se hizo con el papel, Nettles tuvo que afrontar un personaje secundario que suponía todo un reto interpretar: una mujer que se ve superada por las circunstancias. «La vemos pasar de 0 a 100 muy rápidamente», nos cuenta Nettles. «Probablemente no procediera de una familia con granja y esclavos propios, pero al casarse con su esposo hereda este estilo de vida. Y luego, cuando este muere súbitamente, lo hereda literalmente. ¿Cómo te reconcilias, como ser humano, con este concepto de tener a otras personas como propiedades? ¿Cómo se conjuga esa dinámica en el paisaje emocional propio? También vemos su desesperación reflejada en su relación con Gideon. Espera mucho de él, pero no recibe lo que busca. Es el mayor de sus hijos, donde tiene puestas sus esperanzas, pero él no está a la altura».
Con HARRIET, el actor británico Joe Alwyn añade otro prestigioso film a su destacado portfolio. Debutó en la gran pantalla con el drama de Ang Lee de 2016 Billy Lynn’ y ha protagonizado proyectos como las películas de 2017 Identidad borrada, María, reina de Escocia y La favorita. Tras la muerte de su padre, Gideon decide vender a Minty, lo que impulsa a esta a huir, pero él no se resigna y está decidido a recuperarla a toda costa, incluso recurriendo a un afamado cazador de esclavos, Bigger Long, para que lo ayude.
«Son dos personas con una extraña relación», explica Alwyn. «Se conocen desde siempre, literalmente. Hay mucho soterrado, sentimientos confusos hacia él sobre la relación entre ambos. Él vive en un mundo en el que aprende que esas personas son propiedades; ganado, básicamente. Está muy confundido en lo más profundo de su ser, y no sabe muy bien por qué tiene esos sentimientos que no casan con su mundo. Siente un cierto enamoramiento hacia ella. Le frustra, pero a la vez le atrae».
Cuando Minty decide abandonar la plantación, se marcha rápidamente y solo le desvela sus planes a su marido John. Su esposo está deseando acompañarla, pero Minty teme que John pierda su libertad, si acaban atrapándolos. Antes de partir, le canta una canción de despedida a su madre, un tema clásico espiritual sobre marcharse hacia la tierra prometida. Erivo es, de hecho, una vocalista y compositora consumada; tanto es así que compuso el tema «Fly Before You Fall» para la película de 2014 Beyond the Lights. Pero dar con el sonido adecuado para este tema espiritual no fue solo cuestión de entonar la letra, según la actriz.
«Cada personaje tiene su propia voz, pero este en concreto es diferente porque no vive en las mismas circunstancias que yo cantando en Broadway», aclara Erivo. «Es muy diferente. Es mucho más crudo. No admite florituras ni adornos. Es más bien como cantar por necesidad, porque antaño era un modo de comunicarse, de mandarle un mensaje a alguien o de despedirse. No sé cómo cantaba Harriet, pero sé que lo hacía mucho. Por tanto, debía de tener mucha práctica, aunque no necesariamente una técnica pulida».
Clarke Peters (The Wire, Treme) y Vanessa Bell Calloway (Shameless, El príncipe de Zamunda) interpretan a los padres de Minty, Ben y Rit Ross. Cuando Ben se entera de los planes de Minty, la lleva a casa del reverendo Green, que ejerce secretamente de maquinista del Ferrocarril Subterráneo; creyendo que nunca volverá a verla, Ben le da a su hija una talla de madera de él mismo para que nunca lo olvide. «Cuando Harriet va a huir, su padre le dice que estará con ella durante todo su viaje, y le lleva una figura de madera de él para que la lleve encima», dice Peters. «Es muy conmovedor».
El padre también insiste en taparse los ojos para, cuando le pregunten por el paradero de Minty, poder decir sin mentir que no la ha visto. «Me impresionó que Ben no quisiera mirar a su hija para protegerla a ella y protegerse él mismo», nos cuenta Peter. «Lo que demuestra este gesto es que era un hombre honesto. No quería incumplir un mandamiento de Dios».
Al igual que el resto del reparto, a Calloway le emocionaba formar parte de un proyecto que aspirara a contar una historia tan importante, y fue todo un honor para ella interpretar a Rit, un personaje que experimenta una horrible tragedia en su vida, pero, de algún modo, logra sobrevivir. «Rit no dice gran cosa, pero es una pieza clave de la historia, emocionalmente hablando», dice Calloway. «Ha vivido de primera mano el dolor de la esclavitud. Le han arrebatado a sus hijos. Ha vivido como una esclava más tiempo del que le correspondía. Es analfabeta. Sufre un dolor soterrado que nunca se alivia, y no puede hacer nada al respecto. Tiene el corazón roto».
El actor Vondie Curtis-Hall interpreta al reverendo Green, que viaja a varias plantaciones dando sermones en los que ensalza la humildad y la nobleza del trabajo duro y de la servidumbre, mientras, clandestinamente, ayuda a los esclavos a huir del cautiverio. «Samuel Green fue un personaje real, miembro de la Iglesia Metodista Africana, y fue un firme defensor del uso de su plataforma para ayudar a aquellos que buscaban la libertad», explica Curtis-Hall, marido de Lemmons. «Gran parte de su misión fue salvar almas y salvar vidas».
Siguiendo el consejo del reverendo, Minty recorre kilómetros y kilómetros antes de sufrir uno de sus desmayos y perder el conocimiento; de adolescente, Harriet sufrió una grave lesión en la cabeza que le dejó una llamativa cicatriz y la marcó de por vida con dolores de cabeza y ataques, además de provocarle vívidos sueños que ella interpretaba como mensajes proféticos procedentes de Dios. Cuando se despierta, Gideon y sus hombres han conseguido localizarla, y Minty pronto se ve atrapada en un puente sobre un riachuelo con una fuerte corriente.
Pero, en vez de resignarse a que la capturen, decide lanzarse al agua. «En ese momento es cuanto de verdad toma la decisión de ser libre o morir en el intento», dice Erivo. «No hay otra opción. No sé si lo tendría tan claro antes. Creo que es el punto crucial de la película; la idea de que la libertad va más allá de no ser propiedad de nadie. La libertad es lo contrario a la muerte. Si no eres libre, ¿qué sentido tiene? Tengo la convicción de que eso es por lo que ella luchaba».
Sola y en peligro, Minty cruza el río Delaware, donde se topa con una amable pareja de cuáqueros que la ayudan a llegar a la frontera de Pensilvania. Desde allí, viaja a Filadelfia y llega a las oficinas de la Sociedad Antiesclavitud de Pensilvania, donde conoce al abolicionista William Still. El encantador líder del Ferrocarril Subterráneo la invita a elegir un nombre nuevo para conmemorar el comienzo de su nueva vida como mujer libre. Decide llamarse Harriet Tubman, el nombre en honor a su madre y el apellido en honor a su amado marido.
Leslie Odom Jr., estrella de Hamilton‘s America, fue elegido para interpretar a este activista de los derechos civiles y maquinista del Ferrocarril Subterráneo. «Regio es la palabra que usaría para definirlo en general a él y al modo en que se comporta», nos cuenta Lundberg del actor. «Y creo que eso era exactamente lo que requería el papel de William Still. Es increíble, y Cynthia y él se llevan de maravilla. Cynthia es la madrina de su hija. Vamos, que entre ellos hay una química natural. Es una suerte haber podido contar con él. Ganó el Premio Tony por su interpretación de Aaron Burr, así que es todo un fichaje».
Odom Jr. se sintió atraído por el guion de la película y la destreza con la que daba vida a figuras del pasado. «Me pareció muy bonito», admite el actor. «Me impactó. Por importantes que sean estas historias, si no se cuentan bien, quedan sepultadas por las telarañas. Tengo cierta experiencia con narraciones sobre figuras históricas, y sé de sobra que cuando un guionista o creador de verdad les logra insuflar vida, cobran una fuerza espectacular. Me apasiona poder infiltrar a estas personas en una conversación moderna, hablar de esta gente con los jóvenes, brindarles una imagen a la que aferrarse y ayudarlos a conectar con su legado como estadounidenses».
Still le presenta a Harriet a una mujer llamada Marie Buchanon, que nació libre y cree incuestionablemente en la causa abolicionista. El papel se lo quedó la música y actriz Janelle Monáe, que ya había actuado en otro drama histórico sobre mujeres extraordinarias, la nominada a los Oscar en 2016 Figuras ocultas. «Janelle Monáe es una auténtica reina», asegura Chase. «En cuanto pisaba el set, te creías a pies juntillas que era una mujer afroamericana de aquella época, una mujer con su propio negocio, elegante, que ha estudiado y se ha labrado una vida increíble por sí misma. En la mirada de Harriet vemos reflejado que Marie representa el potencial de una vida nueva».
Monáe asegura que Marie queda igual de impresionada por Harriet, una mujer que cree que ha recibido la orden celestial de jugar un papel para acabar con la barbárica institución de la esclavitud. «Cuando Harriet acude a Marie, esta se da cuenta al instante de que es alguien especial», nos cuenta Monáe. «Marie adoraba a Harriet, y sentía que era una persona a la que debía proteger. Harriet obviamente ha vivido una experiencia traumática, y Marie se siente capaz de ayudarla a sobreponerse a su trauma. Marie la enseña a comportarse como una dama, no simplemente por una cuestión de formas, sino para saber lidiar con los blancos de la época, los opresores. Le enseña a enfundarse un disfraz: a ser una ciudadana, sin más, a saber contenerse porque no le conviene causar problemas».
Cuando Harriet determina que Dios quiere que vuelva para rescatar a sus seres queridos, se vale de todo lo aprendido con Marie para comportarse como una mujer libre y viajar con papeles falsos de vuelta a Maryland, con la esperanza de regresar con su marido, John, a su nueva vida en libertad. Pero cuando da con él, el reencuentro es mucho más amargo de lo esperado. Creyendo que Harriet había muerto al saltar del puente, John, interpretado por el actor Zackary Momoh, se ha vuelto a casar y espera un hijo con su nueva esposa.
«Zackary Momoh aportó mucha compasión a un papel que, de lo contrario, podría haberse malinterpretado, porque John Tubman, pese a ser el marido de Harriet, acabó casándose con otra mujer», explica Chase. «Cunando Harriet fue en su busca, jugándose la vida para llevarlo de vuelta con ella a Filadelfia, resultó que él había pasado página. Podría haber sido una escena que hiciese sentir odio por él y, en realidad, lo que transmite es una sensación descorazonadora, porque se amaban mutuamente, y él realmente pensaba que no volvería a verla».
Pero Harriet no vuelve a Pensilvania con las manos vacías. En vez de eso, rescata por sus propios medios a nueve esclavos, una hazaña tan asombrosa que William Still apenas da crédito. Pronto, Harriet comenzará a realizar viajes de ida y vuelta a Maryland, jugándose la vida para conducir a otros a la libertad. De hecho, se gana el sobrenombre de «Moisés», algo que le permite proteger su identidad. Decididos a apresar a la misteriosa figura que creen que les está robando sus «propiedades», Gideon y el cazador de esclavos Bigger Long intentan en vano atrapar a Moisés, pero no son rivales para la astucia y los recursos de Harriet, cuya misión parece orquestada por el mismo Dios.
Con el paso del tiempo, Harriet se convierte en una toda una maquinista del Ferrocarril Subterráneo y en una destacada abogada en favor de la abolición y de los derechos civiles, codeándose con reformadores sociales sin pelos en la lengua como Frederick Douglass, interpretado por el actor Tory Kittles. Lemmons asegura que ver juntas a figuras tan pioneras es una visión muy poderosa, y la guionista-directora se siente emocionada por el impacto positivo que la película puede tener en el mundo.
«Es un momento histórico fabuloso para ver una historia de coraje humano sobre una mujer con esa valentía y esa fuerza, y con semejante determinación», asegura Lemmons. «Y es la época perfecta para rendir homenaje a las mujeres. Para honrar a las heroínas estadounidenses, y su valentía y activismo. Harriet fue una mujer que actuó. Nada podía detenerla. No veía limitaciones en cuanto a lo que podía hacer, lo que podía conseguir, y cómo podía ayudar al prójimo».
Erivo añade: «Me emociona pensar en las mujeres jóvenes y mayores, en las madres y las hijas, y en las esposas..., en todas ellas, viniendo a ver y ser partícipes de la fuerza de Harriet».
SOBRE LA PRODUCCIÓN...
HARRIET se rodó en su totalidad en Virginia en el otoño de 2018, que fue extraordinariamente lluvioso, lo que obligó a los equipos técnico y artístico a trabajar en condiciones durísimas: muchas escenas se rodaron en bosques, donde actores y técnicos debieron lidiar con lluvia, viento, barro e insectos. Pero el sentido del deber ayudó a olvidar las incomodidades, afirma la productora Debra Martin Chase. «No puedo ni contar las veces que oí a miembros del equipo decir: “Sabes, Harriet pasó por esto, Harriet no contaba con electricidad, Harriet estaba en lo más oscuro de la noche, Harriet no tenía comida, o zapatos, o abrigo... Así que aguantaré esto”», recuerda Chase. «Su espíritu pasó a formar parte de la película».
Las localizaciones resultaron vitales, sin embargo, para dar a la producción una autenticidad que de otra forma se perdería. «El aspecto visual del filme es muy naturalista», dice el director de fotografía John Toll, ganador del Oscar® (Braveheart, Leyendas de pasión). «Queríamos aprovechar el aspecto y las sensaciones de las localizaciones reales, del tipo de paisaje y geografía en los que Harriet vivió realmente».
Semanas antes de que el rodaje comenzara, el diseñador de producción Warren Alan Young —que previamente había trabajado con Lemmons en el drama Talk to me, ambientado en los años 60— se embarcó en una exhaustivo trabajo de investigación y consultó a varios historiadores para ser capaz de recrear con rigor la época de Tubman. «Quería comprender el entorno y todos los detalles lo más claramente posible, de forma que todo lo que mostráramos realmente representara lo que Harriet y los demás se habían encontrado, lo que habrán visto y olido», explica Young.
Una vez comenzado el rodaje, el equipo de producción visitó varios emplazamientos históricos por el estado de Virginia, incluidas la plantación Berkeley y la mansión georgiana de 1726 del condado de Charles City, lugar de nacimiento de los presidentes estadounidenses Benjamin Harrison y William Henry Harrison. Diferentes propiedades de este lugar (reconocido como Hito Histórico Nacional) sirvieron para recrear la plantación Brodess y el hogar del senador y gobernador de Nueva York William Seward, quien invitó a Harriet y a otros destacados abolicionistas como Frederick Douglass a una reunión en su casa de Auburn (Nueva York) en 1851.
El equipo de Young construyó las destartaladas cabañas de los esclavos cerca de la casa de la familia Brodess y realizaron algunas modificaciones en la vivienda principal para que estuviera acorde con la época. «Tuvimos que retirar los aspectos más modernos y esconder algunas cosas por allí y por allá», cuenta Young. «Pero fue una localización exigente por su gran extensión y por el deseo de mostrar y de que se pudiera ver todo lo posible. Plantamos huertos detrás de las cabañas, donde se solía permitir a los esclavos cultivar alimentos para complementar la poca comida que sus dueños les daban».
A la hora de equipar los alojamientos de los esclavos, Young echó mano de su amplio archivo fotográfico para recrear las condiciones de vida lo más fielmente posible. «Las herramientas que usaban, las cestas, el mobiliario... Recreamos todo exactamente como era en las cabañas de esclavos en Maryland en aquella época», describe Young. «Como la fotografía nació en aquellos años, contamos con una gran cantidad de pruebas en las que basarnos. Sacamos provecho de eso, y también de cuadros e ilustraciones».
«También pudimos encontrar mucho mobiliario, loza y cubertería original y en buen estado», continúa Young. «Fabricamos algunos elementos textiles, pero buscamos telas que los investigadores nos decían que se habrían usado en la época para cortinas y otros elementos. Incluso construimos los colchones basándonos en estudios que nos permitían entender qué aspecto tenían y qué sensaciones transmitían. Es fenomenal la cantidad de investigaciones que se han hecho en los últimos diez años sobre el mundo de Harriet y la esclavitud en general, por lo que la representación visual de la realidad histórica y de cómo era la vida entonces es cada vez más clara».
Para los campos de cultivo y plantaciones que se ven en pantalla, el diseñador de producción investigó qué tipo de árboles, plantas y arbustos crecían en la región en el siglo XIX, y trabajó con un agricultor local para asegurarse de que la película pudiera mostrar los cultivos que se habrían sembrado en las tierras de los Brodess cuando Harriet vivía allí.
«La recogida del maíz estaba a punto de llegar, pero el granjero de los terrenos que rodeaban la casa accedió a dejar algunos cultivos sin segar el tiempo suficiente para que pudiéramos verlos», cuenta Young. «El otro reto era la forma en la que los cultivos se recogen hoy en día. Ya sea el granjero conduciendo una cosechadora o mediante un proceso completamente automatizado, los campos cosechados quedan con un aspecto muy manufacturado. Cuando el maíz u otro cultivo se cosecha a mano, el campo queda muy diferente. El mismo granjero accedió a usar un método de siega que nos permitiera conseguir la apariencia correcta en pantalla».
Una vez que Harriet escapa de la plantación y llega a Pensilvania, la producción se trasladó a Petersburg (Virginia). Los edificios de ladrillo del centro se utilizaron para recrear las populosas calles de Filadelfia, cuna de la Sociedad Antiesclavismo de Pensilvania y la casa de huéspedes de Marie Buchanon. Para ambas localizaciones se usó el mismo edificio colonial de la época.
«Es un lugar histórico y no sé cómo se ha conseguido mantener y preservar gran parte de sus elementos arquitectónicos originales», cuenta Young de Petersburg. «En la Sociedad Antiesclavismo de Pensilvania contamos con una imprenta real, que William utiliza la primera vez que Harriet llega. Se fabricó más o menos por aquella época, y pesa más de 350 kilos. Encontramos a un grupo de personas que eran impresores y conservadores de este tipo de máquinas, así que les alquilamos esta antigua imprenta, que funcionaba y estaba en unas condiciones excelentes. Muchos documentos colgados en aquella pared estaban impresos usando esa máquina. Todo era en aras de la autenticidad».
La autenticidad era igual de capital para el diseñador de vestuario Paul Tazewell, ya familiarizado con narrar importantes relatos de la historia estadounidense, pues ha diseñado el vestuario de Hamilton, el éxito de Broadway de Lin-Manuel Miranda. Antes de que el rodaje comenzara, Tazewell investigó mucho y mantuvo sus diseños lo más apegados posibles a la realidad histórica.
«Si la historia trata de una persona real que vivió y respiró, es muy importante crear un mundo que resulte creíble», explica el diseñador. «Afortunadamente, la época en la que Harriet vivió está muy bien documentada, hay muchas fotografías. Los daguerrotipos de aquellos años son asombrosos. Los ojos en aquellos rostros; la humanidad que resuena en ellos... Creo que de ahí cojo la inspiración, porque mi trabajo está basado en el personaje, en desarrollar diferentes tipos de personajes y hacerlos sentir lo más reales posible. Trabajamos a partir de montones y montones de fotografías».
Además de alquilar y pedir prestados algunos trajes de la época, Tazewell creó prendas inspiradas en esas fotografías, a las que se envejeció con lavados o rozándolas con papel de lija y otros abrasivos para darles un aspecto gastado y vivido. Otras prendas se tiñeron o pintaron para que parecieran manchadas o envejecidas por el sol. «El terreno que utilizamos para la granja o la plantación tenía polvo de un color muy específico, por lo que el proceso de envejecimiento de la ropa debía coincidir con ese color», desvela Tazewell.
Vestir como Harriet ayudó a la actriz Cynthia Erivo a descubrir aspectos del personaje y, así, encarnar el papel en su totalidad. «Ella no tiene nada, hace un viaje larguísimo y su ropa queda completamente destrozada, hasta el punto de casi caerse», cuenta la intérprete. «Entonces, ella se rehace como una supermujer. Se trata de sentir la emoción por su transformación y por su autorrealización. Es esta mezcla de prendas la que la convierte en una tipa dura».
«El vestuario, con faldas largas, corsés y todo eso —es interesante correr o montar a caballo con un corsé—, me dio una sensación extra de fuerza y poder», continúa Erivo. «Me encantó que con cada nuevo vestuario me llegara esa parte especial de ella que no puede verse si no está vestida así. Cada vez que me ponía algo nuevo, era como: “Oh, esta es una parte diferente de ella. ¿Cómo podía moverse con esto puesto?. ¿Cómo se sentiría con esto puesto?”».
Janelle Monáe también alaba los diseños de Tazewell porque le ayudaron a conectar con su personaje y con el mundo en el que vivía. «Estos vestidos me han ayudado enormemente», reconoce Monáe. «Entrar en esos corsés, con esos tejidos, que son tan hermosos. En cuanto me puse esa ropa, me sentí como Marie. Me llevó al sigo XIX. Me encantan los vestidos y la creación de mundos. Me encantan los detalles en las telas, los peinados, las manchas en la ropa, las piezas de época. Todo eso me traslada a ese mundo, y me hace sentir que estoy honrando de la mejor manera posible a estos personajes».
El departamento de peluquería y maquillaje también fue clave para recrear el aspecto de estos personajes decimonónicos. Lemmons y Erivo no solo trabajaron de cerca con Tazewell, también con las responsables de departamento de peluquería y maquillaje Angie Wells (Mudbound) y Belinda Anderson (Luke Cage) para descubrir la mejor manera de capturar los rasgos de Harriet. «Nos pusimos todas a buscar cuál era el lenguaje visual de Harriet», dice Erivo. «En la película no llevo sombra de ojos, cosa que es muy de agradecer. Teníamos que decidir cómo mostraríamos su cicatriz».
Esa cicatriz era consecuencia de una herida en la cabeza que sufrió en la adolescencia, y Wells y Lemmons mantuvieron varias conversaciones acerca de en qué zona de la cara debía estar esa cicatriz. «Kasi tenía la fotografía de un busto de Harriet Tubman que tenía una especie de muesca en la frente», cuenta Wells. «Nos tomamos un poco de libertad creativa porque Harriet sí que tuvo una lesión en la cabeza, pero nadie podía ver realmente dónde estaba. Kasi decidió que debíamos ponerla entre las cejas, así que encargamos una transferencia de esa fotografía y la usamos de base para nuestra cicatriz».
Según afirma Lemmons, «Para mí, HARRIET es una historia de tenacidad y coraje humano, y fuerza, propósito y decisión. Harriet tenía una integridad increíble. Contemporáneos que escribieron sobre ella hablaban de su humanidad y su calidez. Para capturar todo lo que tenía esa mujer, para ver lo que hay detrás de su magnífico rostro, su maravilloso ceño —en muchas fotografías muestra una seriedad producto de su dura vida—, tenemos la oportunidad de mostrar qué fue lo que la convirtió en la persona que conocemos y ser testigos de su transformación en una heroína auténtica».
Para contribuir a mostrar esa transformación a través de la música, Lemmons recurrió al creativo Terence Blanchard, trompetista ganador de seis Premios Grammy® y compositor nominado al Oscar®, para escribir la banda sonora de HARRIET. La relación profesional entre ambos se remonta al aclamado debut cinematográfico de Lemmons, Eve’s Bayou. «Kasi quería una música que tuviera belleza, armonía, fuerza y dulzura», explica Blanchard. «También sabía que debía haber un delicado equilibrio entre todo eso, nada podía ser demasiado dulce o demasiado masculino. Mi estrategia fue pensar primero en la fuerza de Harriet Tubman debía de tener, y, al mismo tiempo, recordar lo pequeña que era. Quería crear un tema musical que tuviera un fuerte contenido armónico con una melodía hermosa. Ambos elementos ilustrarían la dualidad de su vida, la fuerza de su carácter y la elegancia con la que se comportaba».
Lemmons voló a Nueva Orleans para sentarse junto a Blanchard en su estudio mientras componía la banda sonora; Blanchard quería que la música trascendiera el tiempo y el espacio, aunque la época en la que la historia tiene lugar tuvo cierta relevancia en las decisiones artísticas que tomó. «Pasé un tiempo encontrando el equilibrio entre el sonido étnico de los tambores, combinados con los amplios colores de una orquesta completa», afirma el compositor, añadiendo que se esforzó en subrayar el tono triunfante de la historia. «Esta no es una historia de esclavitud. Es la historia de una heroína cuyo corazón y coraje superaron las barreras de la opresión, es la historia de una persona que sintió la llamada a la acción».
STAND UP: EL HEROÍSMO DE HARRIET TUBMAN HOMENAJEADO EN UNA CANCIÓN...
Igual que ha quedado plasmado en la pantalla a través de la trama y los personajes, el espíritu de Harriet Tubman también se expresa en la película a través de la música y las canciones. HARRIET incluye el tema original Stand Up («Ponte en pie»), coescrito por Joshuah Campbell y la protagonista de la película, Cynthia Erivo, que también presta su voz en la inspiradora canción final. «Tras interpretar a Harriet, tenía un profundo conocimiento de lo que ella había vivido, así que fui capaz de utilizar ese conocimiento y esa emoción para crear la canción», afirma Erivo.
El músico y compositor Joshuah Campbell llamó la atención de los cineastas en 2018, después de que se hiciera viral su interpretación de la canción Sing Out/March On en la ceremonia de graduación en la Universidad de Harvard. Campbell, que actualmente es un estudiante de segundo año del máster en divinidad en el Seminario de la Unión Teológica en Nueva York, compuso Sing Out/March On en respuesta al movimiento Black Lives Matter («Las vidas negras importan») y tras participar en varias acciones políticas de este grupo. Su interpretación en Harvard, universidad en la que era estudiante, fue en honor al congresista y héroe de los derechos civiles John Lewis.
Cuando le llamaron para trabajar en HARRIET, Campbell se mostró emocionado de poder contribuir a rendir tributo a Tubman, ya que él comparte una conexión especial con la activista: como Tubman, él pertenece a la Iglesia episcopal metodista africana Sion. «En ello hubo mucho de lo que yo entiendo como mandato divino», dice Campbell acerca de estar invitado a contribuir a contar la historia de esta icónica mujer.
Stand Up tomó cuerpo rápido. Tras hacer unos bocetos de la canción, Campbell grabó en Boston una demo con sus colaboradores Gabe Fox-Peck y Aric Flemming, antes de viajar a Nueva York para encontrarse con Erivo. Juntos, Campbell y la protagonista de HARRIET —vocalista ganadora de un Premio Grammy, cuyo álbum Cynthia Erivo & Oliver Tompsett Sing Scott Alan vio la luz en 2016 cosechando buenas críticas— dieron forma a la versión definitiva de Stand Up. Con su profunda emoción, el tema está formado por la conmovedora tradición del góspel, el soul y el espiritual negro, con influencias del jazz, el folk y el country.
«Cynthia y yo, junto con su productor, tuvimos una sesión de composición en la que hablamos de hacer la letra y la canción en general siendo honestos hacia Cynthia como su intérprete, y creo que lo hemos conseguido», cuenta Campbell. «Elevamos el tono, y Cynthia añadió algunas modulaciones que le dieron al tema la altura que ella quería. Cynthia reescribió el puente de forma magistral, haciendo que resultara fiel a la trama de la película, y realizó otros cambios que hacen suya la canción».
«Trabajar con Joshuah fue una delicia», confiesa Erivo por su parte. «Es un joven con un talento increíble. Aún está en el seminario y tiene un hermosísimo talento para la música, tenía por delante un encargo muy difícil y respondió con creces. Fue muy especial poder compartir mi conocimiento y hacer un esfuerzo conjunto para dar con lo correcto».
Una vez que Campbell tuvo la oportunidad de ver la película terminada, quedó impresionado por lo bien que los temas de la letra que escribió junto a Erivo encajaban con los temas que el filme trata. «Soy de la opinión de que las canciones saben cómo escribirse a sí mismas», afirma el joven. «Creo que la canción nos dictó que su misión era contar la historia de una mujer que inspira a muchos, primordialmente a aquellas mujeres, y también hombres, que lucharon por la liberación negra. Era realmente importante que la canción capturara el espíritu de la película, pero era de una importancia suprema —por encima de todo— que la canción honrara el espíritu de Harriet, la mujer».
Erivo describe Stand Up como «una canción llena de emoción y una historia de tenacidad», y añade: «Me encantó interpretarla; tiene una parte de mí. Es la única formar de cantar que conozco. Para ser honesta, para mí era realmente importante poder formar parte de la creación de la canción, porque siento que es otra forma de agradecer y de rendir tributo a Harriet».
Y DIOS SONRIÓ: ALCANZANDO LA LIBERTAD...
De todas las emocionantes escenas de HARRIET, uno de los momentos más inspiradores es ese en el que ella entra en el territorio libre de Pensilvania desde Maryland. Increíblemente, y contra todo pronóstico, nuestra heroína empieza una nueva vida, que vivirá a su manera. El rodaje de esa escena fue especialmente memorable para el equipo, no solo por lo poderoso del tema, también porque, al principio, el rodaje no fue según lo planeado.
«En todas las producciones hay un punto en el que las cosas salen mal», reconoce Lemmons. «Ese día, llegamos al trabajo y caían chuzos de punta. Hacía horas que llovía y el terreno estaba embarrado. Teníamos que grabar la escena en la que Harriet alcanza la libertad llegando a lo alto de una colina. Era nuestro último día en aquella localización, por lo que aceleramos todo el trabajo para tratar de llegar a lo alto de la colina con algo de luz, algo que parecía imposible. Llegamos allí y había nubes azules por todas partes».
«Pero clareó, y el sol del atardecer empezó a asomar entre las nubes y creó un maravilloso brillo rosa y naranja con rayos de luz a través de las nubes», continúa Lemmons. «Comenzamos a rodar y, al tiempo que Harriet llegaba a la libertad, el sol salió de entre las nubes y creó el destello más hermoso que he visto nunca. Todos nos emocionamos. Fue como si las nubes se apartaran para que Harriet caminara hacia la libertad. Pudimos sentir que estábamos experimentando algo extraordinario».
«Rodamos la escena un par de veces, y cada toma era preciosa», concluye Lemmons. «Al darnos la vuelta, vimos un doble arcoíris detrás de nosotros. Habíamos esperado todo el día para esa escena, que parecía imposible de conseguir. Y, entonces, Dios nos sonrió».
Según los cineastas, ese momento es representativo del propósito general del proyecto: mostrar al público la increíble vida de una mujer excepcional, e inspirar a los espectadores a creer que también ellos pueden tener un efecto positivo en el mundo. Según cuenta Daniela Taplin Lundberg, «Honestamente, nosotros los cineastas sentimos que si algo podemos hacer, es contar una historia de esperanza y triunfo del espíritu humano. Harriet Tubman es alguien que trascendió muchísimos estereotipos y suposiciones. Era una persona normal que consiguió lo inconcebible. Quiero que, cuando vayan a ver esta película, nuestras hijas, nuestros hijos, nuestras familias sepan que todo es posible».
EL MOMENTO ES AHORA: CONECTAR CON EL MOMENTO CULTURAL...
Aunque HARRIET ha tardado años en hacerse, el estreno del filme no puede haber llegado en un momento más apropiado, cuando Tubman está comenzando a recibir el reconocimiento general que tanto merece: se ha colocado al frente del debate cultural como un brillante ejemplo de coraje e ingenio ante la mayor de las adversidades.
Para celebrar su incalculable contribución a los Estados Unidos, el Tesoro de este país ha elegido a Tubman para ser la primera persona de color en estar representada en su moneda. En abril de 2016, durante la presidencia de Barack Obama, el antiguo secretario del Tesoro Jacob J. Lew anunció que Tubman sustituiría al presidente Andrew Jackson en el frontal del billete de 20 dólares, tras un proceso de diez meses de duración en el que dicho departamento consultó a la opinión pública.
«La decisión de poner a Harriet Tubman en los nuevos billetes de 20 dólares es resultado de las muestras de apoyo que recibimos de miles de americanos, jóvenes y mayores», declaró Lew entonces. «Me han sorprendido especialmente los muchos comentarios y reacciones de niños para los que Harriet Tubman no es solo una figura histórica, sino un modelo de liderazgo y participación en nuestra democracia».
Mientras que la noticia del billete de 20 dólares de Tubman se hizo coincidir con el centenario de la 19ª enmienda, que garantizó a las mujeres el derecho al voto, el pasado mes de junio el actual secretario del Tesoro Steven Mnuchin anunció que el estreno de los billetes se iba a retrasar hasta 2028.
Tubman también estuvo de actualidad a comienzos de este año cuando se hizo viral la foto de una niña de tres años interactuando con un mural de la legendaria activista. Pintado en la pared lateral del Museo y Centro Educacional Harriet Tubman de Cambridge (Maryland) —a solo unos kilómetros de donde Tubman creció—, el mural, de aproximadamente de 4 metros de alto y 8 de largo, muestra a Tubman ofreciendo su brazo derecho extendido, invitando a todo el mundo a acompañarla en un viaje hacia la libertad.
El muralista Michael Rosato es el autor de la obra, encargada por el Centro de Arte de Dorchester. El mural comenzó a recibir la atención por todos los Estados Unidos en cuando estuvo terminado, el pasado mes de mayo. El artista declaró a CNN que quería captar «el momento en el que una persona esclavizada tiene que confiar en ella para que le lleve a la libertad». Las redes sociales ayudaron a dar a conocer el portentoso retrato de Rosato y la labor del museo, dirigido por voluntarios locales desde los años 80 con el objetivo de conservar el legado de Tubman a través de la educación y la participación.
En marzo de 2017, para celebrar la vida y el legado de Tubman, el Servicio de Parques Nacionales de Maryland y el gobierno de este estado abrieron en Churck Creek el Parque Estatal y Centro de Visitantes del Ferrocarril Subterráneo de Harriet Tubman, situado en el corazón de la región del río Choptank, donde Harriet creció y huyó por primera vez al norte. Se trata de una instalación de casi siete hectáreas que ya han visitado cerca de 200 000 turistas de los 50 estados de los EE. UU. y más de 60 países. El Servicio de Parques Nacionales ya ha creado dos parques nacionales históricos en honor a Tubman, este de Maryland y el Parque Nacional Histórico de Harriet Tubman en Auburn (Nueva York). Así, Tubman es la única mujer estadounidense en tener dos parques en su honor.
En palabras de Debra Martin Chase, «Creo que la gente busca inspiración, y eso es lo que la historia de Harriet ofrece: que todos podemos marcar la diferencia. Allá donde hay esperanza, existe la oportunidad de un cambio. Necesitamos sentirnos bien por lo que es posible, y debemos recordar lo ocurrido en el pasado para ser capaces de gestionar el presente y avanzar hacia el futuro».
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