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NOTAS DE LOS DIRECTORES...
Somos generación "Star Wars", eso es indudable. Todos los que nacimos más o menos durante la década de los setenta vimos la primera trilogía de la saga galáctica siendo niños. Era irremediable que nos convirtiéramos en devotos admiradores, en adeptos a una de las sagas cinematográficas más influyentes en la cultura popular del siglo XX. Y algunos de estos fans, entre los que nos encontramos, fuimos incluso más lejos, y esa serie de películas nos abrió los ojos más allá de la butaca de un cine de barrio. Nos llevó hacia la oscuridad (el lado oscuro) de detrás de una cámara. "Star Wars" fue la fuente de inspiración, el inicio para que una generación de cineastas quisiéramos empezar a narrar historias a través del objetivo de una cámara de cine.
Un día, dos de estos cineastas, decidieron aunar fuerzas para contar la historia de un perfecto desconocido. De un hombre que interpretó a uno de los villanos más icónicos y reconocibles de la historia de la humanidad, aunque detrás del más absoluto de los anonimatos... el de una máscara que le cubría el rostro entero. Ese hombre era David Prowse, el actor que interpretó al mítico e inigualable Darth Vader.
Nuestra inquietud por conocer al hombre que estuvo detrás del personaje (con permiso de George Lucas) nos llevó a un terreno tremendamente emocionante que explorar. La historia de David Prowse iba mucho más allá que un simple anecdotario sobre sus vivencias en el set de la primera trilogía de "Star Wars". Era una historia con muchas luces y sombras. La de un hombre sencillo que de repente se vio superado por el trascendente personaje que interpretó y que se encontró de la noche a la mañana metido en la vorágine del éxito mundial de una película "a priori" de bajo presupuesto, en la que daba la casualidad que él había interpretado al villano de la función. Y descubrimos que, al igual que Vader, su imponente presencia escondía un alma dolida por una sucesión de eventos que él no había podido controlar. Creo que la vida nos brinda la oportunidad de remendar un poco el legado de David Prowse. El hombre, el personaje y el mito. Resulta irónico que los mismos niños que en su día temieron a Darth Vader, ahora traten de humanizarlo a través de este documental.