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NOTAS DEL DIRECTOR...
Todo empezó cuando me encontré con Richard Gere en una fiesta. Así empiezan todas las buenas películas. Nos conocíamos de 'I’m Not There' y me habló de proyectos que intentaba hacer. Uno de ellos me atrajo desde el principio, porque yo quería crear una obra cinematográfica que se acercara a mi forma de ver la ciudad de Nueva York.
Cuando empezamos a trabajar juntos, ya había un guion finalizado, pero al encargarme del proyecto, decidí escribir un nuevo guion que reflejara los temas y las inquietudes creativas que ambos compartíamos. La obra tenía una historia sólida sobre un hombre que acaba en un albergue para personas sin techo, y empezamos a partir de ahí.
Al igual que The Messenger y Rampart, que se basaban en hechos reales, era importante para mí hablar con gente que había vivido la experiencia de verdad. En este caso, personas que habían dormido en albergues para indigentes. Quería saber lo que era, lo que se sentía. Por consiguiente, Richard y yo visitamos muchos albergues para indigentes y hablamos con la gente: los guardias, los clientes, las personas que trabajan con la población indigente. Después escribí un nuevo borrador en el que trabajamos Richard y yo y que se acabó convirtiendo en la película.
Richard llevaba mucho tiempo intentando que se hiciera esta película. Le apasionaba contar la historia e interpretar el papel. Así que teníamos entre manos una obra realizada con amor y el proceso de selección del reparto consistía en conseguir que la gente compartiera esa actitud.
Por ejemplo, a Kyra Sedgwick le convencía mucho la idea de interpretar a una mujer indigente que viviera esas experiencias. Investigó y habló con mujeres de ese mundo y, sin duda, creó el personaje. Estaba en el guión, pero creo que cada persona elaboró su papel, investigó para convertirse en una pequeña parte de la historia de George.
Empatía y compasión son los únicos ingredientes de esta película. Eso era importante para todos nosotros, y fue lo que llevó a todo el equipo a contar una historia sencilla de una forma compleja y llena de matices. Esta es la historia de una persona a la que no se le suele prestar atención: el hombre que está en la calle pidiendo dinero. Y como vemos en la película, no le haces caso cuando vives en Nueva York, ya que, por el motivo que sea, todo el mundo está inmerso en su propio drama. Por tanto, elegimos una historia dramática y le pedimos al público que preste atención. Y prestar atención ya es en sí un acto de compasión, porque nos importa tanto como para verla. Esperamos que el tiempo que pasen con este personaje sea suficiente para que, al final de la película, cuando vean a alguien comer algo de un contenedor de basura, cambie su forma de ver a esta clase de personas.
Es una película de observación, una película empírica. Es una película que te permite pasar tiempo con un hombre con el que nunca estarías si no te encontraras en su misma situación. Creo que 'Invisibles' no es una película con respuestas. Es una película con muchas preguntas que conducen a la posibilidad de sentir compasión. En esta historia no hay malos ni buenos, solo hay seres humanos.