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SINOPSIS
Un pequeño incidente entre un palestino musulmán y un libanés cristiano escala hasta convertirse en un conflicto nacional que pone de relieve los conflictos históricos entre ambas comunidades...
INTÉRPRETES
ADEL KARAM, KAMEL EL BASHA, CAMILLE SALAMEH, DIAMAND BOU ABBOUD, RITA HAYEK, TALAL JURDI, CHRISTINE CHOUEIRI, JULIA KASSAR, RIFAAT TORBEY, CARLOS CHAHINE
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PREMIERE
PREMIOS Y FESTIVALES
- Nominación al Oscar: Mejor película extrajenra
- Seminci de Valladolid 2017: Premio del público Sección oficial, Premio Sociograph, Premio Blogos de oro
- Festival de Venecia 2017: Copa Volvi al Mejor actor Kamel El Basha
- Premio del jurado en la Viennale
- Blogos de Oro: Premio del público
- Afi Fest 2017: Premio del público
- FEST: Premio Fedora a la Mejor película, Premio del Jurado al Mejor actor Adel Karam
- Festival de Palm Springs: Premio Bridging the Borders
INFORMACIÓN EXCLUSIVA
ENTREVISTA AL DIRECTOR...
¿Tenemos que suponer que la premisa de El insulto surge de la observación de la sociedad libanesa?...
No, todo es más sencillo: la premisa para la película fue algo que me ocurrió realmente en Beirut hace varios años. Tuve una discusión con un fontanero, una cuestión muy banal, pero los ánimos se encendieron rápidamente y prácticamente acabé utilizando el mismo lenguaje que aparece en la película. El incidente tal vez era una cuestión banal, pero los sentimientos presentes bajo la superficie de las cosas no eran banales. Cuando usas ciertas palabras es porque tus sentimientos personales, tu lado emotivo, se ha visto impactado. Joëlle Touma, con quien he escrito el guión de esta película, estaba conmigo el día del incidente con el fontanero. Ella me convenció para que le pidiese disculpas. Al final fui a ver a su jefe para presentar mis disculpas. Cuando su jefe utilizó este incidente, entre otros motivos, para justificar el despido del fontanero, al acto asumí su defensa. Fue entonces cuando me di cuenta de que todo ello era un material espléndido para un guión.
Es un caso muy concreto…
Sí, porque había dado con una dinámica que me permitía crear una historia construida alrededor de un hecho real, pero queda fuera de control. Siempre empiezo mis película con tensión, con un incidente, por ejemplo. A partir de ahí intento ver la cadena de hechos que provoca. Siempre empiezo con los personajes: quiénes son al principio de la película y en quién se han convertido al final de la misma. En esta ocasión no tenía uno sino dos personajes principales: Toni y Yasser. Ambos tienen sus culpas, y el pasado de cada uno de ellos está caracterizado por obstáculos internos. Además, están en un entorno externo muy cargado de tensión, muy electrificado. El personaje de Toni tiene un secreto, algo por lo que pasó. Nadie quiere hablar de ello, porque es un tabú, y para él ello constituye una gran injusticia. Yasser también choca con obstáculos. La experiencia le ha enseñado a desconfiar en la justicia.
Al cabo de treinta años del final de la guerra civil, ¿dónde se sitúan las diferentes fuerzas de la sociedad libanesa? ¿Han conseguido superar las disensiones que las impelían durante los quince años de guerra civil, desde 1975 a 1990?...
La guerra en el Líbano concluyó en 1990 sin ganadores ni perdedores. Todo el mundo fue indultado. La amnistía general se convirtió en una amnesia general. Por decirlo de alguna manera, metimos la suciedad debajo de la alfombra. Pero no puede haber una regeneración, una curación nacional si no nos enfrentamos a esos problemas.
¿Es por eso que acaba siendo un drama judicial?...
Los dramas judiciales les permiten a los guionistas tener un lugar único en el que se enfrentan dos antagonistas. Se puede llegar, además, al enfrentamiento cara a cara. En cierta manera es una variación del western, pero en un ambiente cerrado. Es lo que he intentado recrear, teniendo en cuenta que esta película describe una especie de duelo entre Toni y Yasser.
¿Hasta qué punto un drama judicial sobre el Líbano se convierte en una película personal para ti?...
De manera subconsciente, nuestro pasado nos ayuda a crear una historia, es una realidad ineludible. La justicia siempre ha sido un elemento muy importante para mi. Procedo de una familia de jueces y abogados. Mi madre es abogada y fue la consultora en materia legal de El insulto. De hecho tuvimos varias conversaciones acaloradas durante la redacción del guión de la película. Ella es muy creativa. Mi madre es increíble. Ella presionó mucho para que el palestino fuese declarado inocente en la película (ríe).
Pero, volviendo a un plano más serio, tanto Joëlle como yo estamos bien documentados sobre la historia de la guerra civil del Líbano, y sobre el precio que tuvo que pagar cada bando. De hecho, tanto ella como yo venimos de familias con convicciones políticas profundas, y con religiones distintas. Tanto ella como yo fuimos educados con arreglo a ciertos principios. Joëlle viene de una familia de cristianos que pertenecía a la Falange libanesa, mientras que yo vengo de una familia sunita que defendía la causa palestina, de una manera algo virulenta. Más adelante, como jóvenes ya adultos ambos intentamos, a lo largo de los años, comprender el punto de vista del otro. Los dos dimos con un equilibrio, una especie de justicia, en esta historia, en la que nada es ni blanco ni negro, en la que es imposible decir “aquí están los buenos y aquí están los malos”.
Eso hace que narrar resulte fascinante, ¿no?...
Si tuviese que definir esta película, diría que se trata de una búsqueda de la dignidad. Los dos protagonistas han padecido grandes ataques a su honor y a su dignidad. Cada uno da la culpa al otro y lo hace responsable de sus problemas. El insulto es totalmente optimista y muy humana. Muestra los caminos que se pueden recorrer para alcanzar la paz.
¿Este juicio también es una análisis psicológico del Líbano actual?...
Eso es algo que deben decidir los libaneses.
También trata del conflicto entre generaciones...
Yo incluso veo la película desde otra perspectiva: desde el punto de vista de las mujeres. Ellas tienen una visión muy diferente. Las mujeres aceptan muchos más matices. Tienen inteligencia y nos permiten alcanzar un equilibrio. En esta película las mujeres toman el control de la situación para poder moderar, para conseguir superar la situación. Imaginémonos sin un día las mujeres gobernasen el mundo árabe.
¿Esta película es comprensible para un público que no sea libanés?...
Pienso que sí, porque la película tiene una dimensión universal. Yasser y Toni podrían tener cualquier nacionalidad, podrían ser de cualquier país. Insisto en que la película es muy optimista y humana. Muestra que hay una alternativa a los conflictos si se toma el camino de la justicia y del perdón.
GALERÍA DE FOTOS
https://cineymax.es/estrenos/fichas/111-l/111600-l-insulte-el-insulto-2017#sigProId6e3f621706