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SINOPSIS
Neïla vive en el extrarradio de París y su sueño es llegar a ser un día una abogada, para lo que se matricula en la Facultad de Derecho pero nada más empezar las clase mantiene un tenso enfrentamiento con un polémico profesor, Pierre, quien es más que conocido por ser un provocador. Este hecho hará que la Universidad tome cartas en el asunto y tanto a profesor como a alumna les conmina a preparar juntos un concurso de debate nacional...
INTÉRPRETES
DANIEL AUTEUIL, CAMÉLIA JORDANA, YASIN HOUICHA, NOZHA KHOUADRA, NICOLAS VAUDE, JEAN-BAPTIESTE LAFARGE, VIRGIL LECLAIRE, ZOHRA BENALI, DAMIEN ZANOLI, JEAN-PHILIPPE PUYMARTIN, EDDY SUIVENG, ABDERAHMANE CHERIF
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ENTREVISTA AL DIRECTOR YVAN ATTAL...
¿Cuál fue el punto de partida de esta aventura?...
Me ofrecieron el guion. Es una comedia que sigue a una joven que rapea, juega al fútbol y acaba en la Facultad de Derecho Assas. Me sentí muy atraído por el tema de una joven que rechaza ajustarse a lo establecido para salir adelante. La película se fue convirtiendo para mí en algo cada vez más alejado de la comedia. Los productores Dimitri Rassam y Benjamin Elalouf aceptaron acompañarme en el proyecto.
¿Cómo modificaste el guion original: qué quisiste mantener y qué quisiste aportar?...
Mantuve lo que me gustaba y rápidamente deseché el resto. A continuación, los tres continuamos el trabajo en común, reestructurando y enriqueciendo la historia, concentrándonos en los puntos que me parecían más interesantes. Tuvimos que podarlo, eliminamos algunos personajes al igual que el aspecto políticamente correcto que yo no quería: la chica norteafricana que se lleva bien con todo el mundo, que tiene un amigo judío y homosexual, etc. Más adelante, otro guionista, Noé Debré, se unió a nosotros para reforzar ciertos puntos.
Fue un placer trabajar en equipo, es mucho menos enervante que hacerlo a solas.
Has mencionado el tono cómico que el guion tenía al comienzo. ¿Cómo describirías UNA RAZÓN BRILLANTE ahora?...
Es una tragicomedia que hace reír, especialmente gracias a los diálogos, pero que también te conmueve y te plantea una serie de preguntas… Soy incapaz de hacer una película sin un cierto tono cómico. ¡Eso me bloquearía! Diría que UNA RAZÓN BRILLANTE es una película simultáneamente política y social al mismo tiempo que alegre e ingeniosa, basada en un personaje, una mujer francesa de descendencia argelina, que es víctima de los prejuicios de la actualidad, pero que también es víctima de sí misma y de su séquito… Me siento muy conectado a esta historia. De hecho, de alguna manera muestra mi propio recorrido. Crecí en Créteil, donde el teatro me dio la oportunidad de abrirme al mundo a través del trabajo duro. Está la idea subyacente de que tenemos que pensar por nosotros mismos, lo cual nos obliga a cuestionarnos nuestros principios.
Estos son los principales conflictos: la maleta que cargamos desde nuestro nacimiento, cómo utilizamos las oportunidades que se nos presentan para crecer, aceptando que otros contribuyan a nuestra formación.
El modo en el que muestras los suburbios es original, nada que ver con los clichés utilizados generalmente en el cine francés…
No quería mostrar lo duro que es vivir en los suburbios, porque eso es algo que la gente ya conoce. Me propuse mantener cierta distancia, y mostrar el ambiente que rodea a Neïla.
Hablemos sobre tu método de dirigir en relación con el tema que estabas filmando: la universidad, las lecturas en el anfiteatro, largas secuencias compuestas de texto. Pero nunca nos aburrimos ni por un segundo. ¿Era tu objetivo?...
Absolutamente, me preocupaba cómo filmar monólogos extensos, los debates públicos, los desafíos verbales entre Camélia Jordana y Daniel Auteuil. El espectador tiene que escuchar atentamente los diálogos sin sentirse perdido en ningún momento. Para ello, mi deber era escenificarlo de manera simple pero nunca monótona, variando ángulos y planos. Me gusta cuando uno no percibe la dirección en la película que ve, eso significa que está al servicio de la historia que se cuenta. En definitiva, me propuse variar el modo en el que filmaba estas largas escenas de diálogo, pero nunca permití que la cámara me sacara ventaja.
¿Fue la Facultad Assas en la película un universo con el que ya estabas familiarizado?...
Para nada, ya que de hecho nunca fui estudiante. Lo que me impresionó más fue que cuando fui a observar el primer día de clase en Assas, el único sonido que se percibía en el anfiteatro era la voz del profesor y el click clack de los estudiantes mecanografiando en sus ordenadores. Me resultó una atmósfera increíble, algo parecido a un concierto de rock: acudes para escuchar a alguien con un micrófono que está frente a cientos de jóvenes. Él lleva a cabo su espectáculo y la audiencia reacciona… De modo que filmé esa secuencia con la misma preparación técnica que los directores emplean para filmar conciertos de rock.
En UNA RAZÓN BRILLANTE, Neïla, una joven de los suburbios, conoce a Pierre Mazard, un profesor brusco y provocativo, seguro de sí mismo. ¿Tuviste relaciones de este tipo con alguno de tus profesores de interpretación?...
Sí, pero con una notable diferencia. En la película, Mazard accede a preparar a Neïla para un concurso de debate nacional con el fin de ahorrarse las sanciones administrativas. En mi caso, cuando llegué a la Cours Florent, tuve un enfrentamiento con un profesor que me forzaba a aproximarme a Molière, Marivaux, Musset y Claudet. Me llevó algún tiempo, porque por aquel entonces yo solo quería interpretar SCARFACE o TAXI DRIVER. Pero las cosas finalmente encajaron, ya que en cierto punto, el poder y la poesía de lo que estás leyendo te noquean. No vengo de una familia educada que esté familiarizada con la lectura. Fue ese profesor en concreto quien me hizo darme cuenta de lo importante que es leer. Me reeducó (a mí y a mis compañeros) al compartir con nosotros, pero también al provocarnos y a veces hasta humillarnos. Exactamente igual que hace Mazard con Neïla. En UNA RAZÓN BRILLANTE existe la idea del patrimonio francés cultural que se transmite de generación en generación.
Y al mismo tiempo el profesor es un personaje ambivalente: cínico, provocativo, algo mezquino y egocéntrico...
Me hice muchas preguntas sobre él, planteándome dónde sacó ese hábito, ese deseo irreprimible de provocar. ¿Realmente es Mazard un racista? Lo dudo. Es un hombre que se siente solo, lo más probable es que tenga serios problemas personales. Necesita desahogarse… y en este caso lo hace con Neïla. Pero ante todo Mazard es un hombre que plantea cuestiones, que quiere que las cosas se muevan en alguna dirección en concreto, y cuando lo consigue, es gracias a sus provocaciones. Apenas sabemos nada sobre su vida personal, no nos interesa justificar su naturaleza a través de esta información.
Hablemos sobre tus actores. ¿Cómo te decidiste por Camélia Jordana para el rol de Neïla?...
No la conocía cuando llegó al casting. Camélia rezuma humanidad. Ella representa a la juventud francesa que anhela un país tolerante, abierto y lúcido. Además, francamente, cuando ella apareció en el casting… su carisma lo eclipsó todo. Durante el rodaje, mantuvimos una relación honesta, una amistad muy cercana que se mantuvo hasta el final. Compartimos el mismo origen: Argelia. También una misma cultura: los olores de mi cocina familiar son los mismos que los de ella. De hecho, a menudo su madre me mandaba tuppers con los platos orientales que más me gustan. Y luego, en el trabajo, diría que es una joven actriz llena de curiosidad y ganas de profundizar en lo que hace tanto como sea posible.
Daniel Auteuil, por supuesto, impresionante en su rol de Pierre Mazard…
Me ha encantado trabajar con él. Era exactamente el actor que deseaba encontrar, en el sentido de que él ha dejado de tomarse en serio a sí mismo, a pesar de que su trabajo es de lo más serio. Daniel actuaba por las noches en el teatro, pero siempre llegaba al set por las mañanas concentrado y listo para empezar. Pone todo su corazón y alma en lo que hace, y además es de lo más humilde. En resumen, es un actor vivo, que sabe cómo lograr sus objetivos. También debo decir que es un valiente, ya que su personaje no era nada fácil… Nunca antes me había sentido tan unido a uno de mis actores.
Por primera vez, no has actuado en una de tus películas. ¿Era algo que tenías claro desde el principio? ¿No te arrepientes?...
He estado esperando este momento por mucho tiempo: hacer una película sin querer formar parte del reparto.
En este caso, supe desde el principio que yo no haría del profesor. Para empezar, mis orígenes habrían estropeado la relación con Neïla… En cierto momento, los guionistas me sugirieron que hiciera del presidente de Assas - maravillosamente interpretado por Nicolas Vaudel-, pero ese no era mi registro ni mi universo. Simplemente, no había ningún rol adecuado para mí en esta película.
Tus últimas dos películas se separan por tan solo un año y medio, ¿planeas seguir este ritmo?...
Me encantaría. Por desgracia, no suelo recibir guiones con esta calidad de manera frecuente. Me ofrecieron el guion cuando todavía estaba editando mi anterior película, lo cual hizo posible que pudiera reescribirlo al tiempo que editaba. Cuando tienes que empezar desde cero, se requiere mucho más tiempo, y en el proceso no dispones de la libertad con la que filmas. Rodar una película rápidamente después de otra reduce el tiempo que se necesita para adaptarse al set y disminuye la importancia del momento de la primera secuencia…
Pero, incluso si tienes la impresión de ser más libre.., ¡de ninguna manera reduce la ansiedad de hacer una película!
ENTREVISTA A DANIEL AUTEUIL...
UNA RAZÓN BRILLANTE es tu primera colaboración con Yvan Attal. Nunca antes habías actuado con él ni habías sido dirigido por él. ¿Qué idea tenías sobre él, y esta idea ha sido ratificada tras la película?...
Para contestarte diría que, generalmente, la gente se parece a lo que hace, y opino que las películas de Yvan son muy similares a él mismo. Dejé sorprenderme por su modo de ser, su energía, juventud y generosidad, e incluso por sus contradicciones… Conforme trabajaba con él, iba redescubriendo mis hipótesis acerca de él. A pesar de que apenas nos conocíamos, durante los últimos años él se había convertido en una de las personas con las que deseaba trabajar, ya fuera como compañero de reparto o como director.
Y ahora que has trabajado con él, ¿qué dirías sobre Yvan Attal el director?...
Lo más importante es que Yvan tenía un punto de vista muy concreto sobre lo que quería hacer. Como actor, yo siempre llego al set con espíritu neutro, muy abierto de mente. Para mi personaje había imaginado a un hombre que está enfadado, y Yvan quiso que exteriorizase su
cólera. Ya que el rol está basado principalmente en la palabra, también tuvimos que estilizar las cosas para evitar parecer tedioso en pantalla. Hablamos sobre ello y comprendí a la perfección hacia dónde iba. Trabajar con un director que también es actor es una experiencia
de lo más agradable, ya que conoce todos los mecanismos, aquello que puede exigir a un actor y cómo planteárselo.
¿Cuál fue tu primera impresión al leer el guion y descubrir tu rol, Pierre Mazard?...
Inmediatamente lo relacioné con un Pygmalion contemporáneo. A mi parecer, el guion de George Bernard Shaw comparte el mismo cinismo. La ventaja en UNA RAZÓN BRILLANTE es que también habla sobre nuestro propio tiempo, a través de unos personajes y situaciones creíbles e identificables. El material me pareció rico y hermoso. Reconocí las posibilidades de poder hacer una película inteligente que habla sobre lo que somos hoy en día…
Pierre Mazard, un profesor de derecho enamorado de la lengua y la cultura francesas, también es a primera vista un hombre arrogante que hace uso de métodos provocativos, y especialmente con el personaje de Neïla. A pesar de sus excesos, ¿le entendiste y te sentiste conmocionado por él?...
Desde luego, de lo contrario no hubiese sido capaz de interpretarlo. Su dureza es un rasgo de su carácter que significa que Mazard no puede evitar utilizar la tosquedad para salir adelante… Pero al fin y al cabo, él está ofreciendo algo relevante… Todos hemos encontrado, en un momento u otro, a “mentores” que quizá no fueron una fuente de amabilidad, pero que eran excelentes en lo que hacían.
A través del encuentro entre una joven de los suburbios y el típico parisino sabihondo, UNA RAZÓN BRILLANTE también trata sobre el modo en el que utilizamos nuestras oportunidades para prosperar, sobre la importancia de la educación y la cultura, y plantea nociones de fracaso y éxito, el sentimiento de tener o no tener lugar en la sociedad moderna…
Sí, pero la historia se sostiene sobre apariencias. La difícil personalidad del profesor es solo así bajo la perspectiva de los otros, de hecho en lo más profundo puede que sea más joven y moderno que muchos de sus estudiantes. Esta es ante todo una película sobre prejuicios.
En la película se intuye que él es un hombre que ha podido tener un pasado complicado, a pesar de que Yvan Attal y sus guionistas no ahondan en ello. ¿Tuviste que inventarte un pasado para tu personaje?...
Sí, pero no me llevó mucho tiempo. Y ya que esta historia no se muestra en ninguna situación, me permite mantenerla en secreto.
Pierre Mazard se mueve en el mundo de la Facultad, en los anfiteatros de la Facultad de Derecho Assas.
Son localizaciones impactantes. ¿Es este un mundo con el que estabas familiarizado?...
En absoluto, nunca fui a la universidad, a pesar de que las carreras universitarias siempre me han fascinado, y la idea de conocimiento: ¡pensar que un profesor o profesora te pueden enseñar cosas que te formarán intelectualmente! En mi caso, me auto-eduqué, y sigo haciéndolo hoy en día. La experiencia de estar en medio de ese inmenso anfiteatro en la película fue algo similar a ocupar una catedral de inteligencia. El conocimiento y la cultura son terrenos sagrados.
Nos gustaría que nos hablaras sobre Camélia Jordana, tu compañera en la película, con la que formas un formidable dúo que funciona de maravilla…
Yo ya la había visto actuar y cantar en televisión. Me gustaba mucho su voz, pero no la conocía personalmente. Cuando estábamos preparando la película, me encontré con una joven actriz plenamente consciente de la importancia de su rol. Camélia está espectacular en la película. Teníamos un guion muy concreto, ya que UNA RAZÓN BRILLANTE es una película principalmente sobre la palabra. La química que surgió entre nosotros fue algo incontrolable, se dio de manera natural.
Tu representación de Mazard es sólida y compleja: ¿sentiste que estabas encontrando un personaje único en este punto de tu trayectoria como actor?...
Un actor evoluciona según quién es él, eso es lo que aporta a sus personajes. Con el paso del tiempo, uno interpreta a través del peso que ha ganado a lo largo de los años. Diría que me he beneficiado enormemente de los encuentros que he tenido a lo largo de mi carrera con directores y compañeros increíbles.
ENTREVISTA A CAMÉLIA JORDANA...
Conocíamos tu faceta de músico y cantante, pero durante los últimos años has debutado como actriz. ¿Cuál es el origen de este deseo de actuar?...
Donde crecí, el medio artístico estaba formado exclusivamente por principiantes. Convertirme en artista y tener la vida que tengo hoy en día junto a mis amigos artistas no era un futuro viable para mí. Y de pronto la música se convirtió en mi profesión…
Rápidamente le dije a mi manager que si los sueños podían convertirse en realidad, todavía tenía otro pendiente; ser actriz. Fue entonces cuando conocí a mi agente y empecé a presentarme a audiciones.
¿Qué actrices o películas te hicieron soñar cuando eras joven?...
Nicole Kidman, Kate Winslet, Victoria Abril y las películas de Pedro Almodóvar, crecí con todos ellos.
También recuerdo que, en el instituto, la película DEAD MAN de Jim Jarmusch me impactó mucho, fue como una especie de revelación… En ese preciso momento comprendí que, gracias al cine, tenemos acceso a la libertad.
El rol de Neïla en UNA RAZÓN BRILLANTE es, sin lugar a dudas, un importante hito en tu carrera en ciernes.
Hasta ahora los roles que has escogido han sido bastante exigentes e interesantes, como en CHERCHEZ LA FEMME, ALL THREE OF US, o BIRD PEOPLE…
Tengo la fortuna de estar liderando un proyecto musical, y creo que los proyectos cinematográficos en los que participo tienen un significado similar a lo que quiero transmitir a través de la música. Lo que me hace elegir o no un proyecto es, en primer lugar, el guion, luego el director y el reparto. Para mí, una película tiene que defender una causa con la que me sienta verdaderamente identificada.
E imagino que el personaje de Neïla se amolda a esta categoría…
Por supuesto. Es un personaje que me conmocionó cuando leí el guion por primera vez. Neïla es una joven que ha entendido que el lenguaje es un arma, y que aprendiendo a utilizarlo podrá defenderse, a sí misma y a los suyos. Me gusta trabajar con este tipo de material inteligente… También me convenció la idea de un encuentro entre dos generaciones, la de Neïla y la de Mazard, que se encaran a pesar de que se han criado en el mismo país y comparten una misma cultura. El enfrentamiento surge solo porque Neïla llega tarde a su primera clase con Mazard. Pero, a pesar de todo, cada uno de ellos se necesita respectivamente para acercarse a sus objetivos… Hay otro tema importante en la película basado en el conocimiento, la cultura, la lengua francesa, la belleza de los textos… Y todo esto es lo que marca a Neïla y Mazard, a pesar de sus diferencias.
¿Cómo percibiste al personaje de Pierre Mazard? ¿Es un provocador, reaccionario, un fascista, o tan solo un hombre infeliz?...
Diría que es un provocador porque se siente infeliz.
Daniel ha conseguido hacer de él alguien que puede emocionar a la audiencia, porque expresa su soledad, su dolor… No creo que Mazard sea un racista ignorante, es un importante abogado parisino, no vive cerrado en sí mismo, a pesar de que está bastante solo. Su carácter provocador es su táctica más cómoda para liderar, año tras año, sus cursos. De hecho, los pasos que toma hacia Neïla y los que ella toma hacia él, no le cambian. Se mantiene siendo un provocador…
Háblanos sobre tu relación con Daniel Auteuil durante el rodaje… ¿Te costó aceptar el hecho de que estabas trabajando con uno de los más grandes actores del cine francés?...
Me sentía emocionada de conocer y trabajar con un caballero que es, a la vez, un gran actor. Además, le he estado viendo en películas desde que era cría, y a mi familia le encanta… ¡Pero todo resultó muy sencillo!
Daniel le hizo a Yvan una broma nada más saludarme, y de repente todos nos empezamos a reír. Eso me relajó mucho. Cuando trabaja, Daniel no es alguien que vaya exteriorizando sus emociones, de hecho es una persona tímida. Sin embargo expresa discreta y delicadamente su atención y amabilidad. Por lo que fue un auténtico placer y honor trabajar con él.
Yvan Attal fue el responsable de este encuentro. ¿Qué pensabas sobre él como director y como persona?...
Ya sentía una gran admiración por él como actor y director. Le conocí durante los últimos castings e inmediatamente los dos identificamos que había algo muy familiar entre nosotros, casi fraternal… Todo resultó muy fluido, como cuando conoces a alguien y al instante sientes que sois viejos amigos. Todo esto se confirmó durante el rodaje. No fue necesario que se enredara en discursos extensos para dirigirme, bastaba con que me hablara, a veces una mínima pista era suficiente para que yo comprendiera lo que él quería.
Yvan y yo tenemos una cultura en común, y eso nos acercó incluso más. No se trata únicamente de la educación, sino de la forma de ser.
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