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SINOPSIS
Kate es una joven que a menudo suele tomar malas decisiones. La última que ha tomado es la de aceptar trabajar como elfo de Santa para una tienda. Sin embargo, se encuentra con Tom allí. Su vida da a partir de ese momento un nuevo giro. Para Kate, parece demasiado bueno para ser verdad...
INTÉRPRETES
EMILIA CLARKE, HENRY GOLDING, MICHELLE YEOH, EMMA THOMPSON, PATTI LuPONE, INGRID OLIVER, SUE PERKINS LYDIA LEONARD, REBECCA ROOT, HELENA HOLMES, HOAKIM SKARLI, JADE ANOUKA, ANSU KABIA, NASIR JAMA
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EL COMIENZO...
Hace aproximadamente 10 años, el productor David Livingstone comenzó a desarrollar una comedia romántica basada en el tema de George Michael “Last Christmas”. Livingstone asegura que todo surgió de su obsesión por un clásico de Jimmy Stewart: «Me apasiona Qué bello es vivir, y mi idea era pensar en un elemento icónico que me brindase la oportunidad de crear algo con ese encanto imperecedero y que fuese una comedia navideña». Al cineasta se le ocurrió que lo más reconocible que se le podía pasar por la cabeza era la canción de Wham! «Las Christmas». «Todas las Navidades la escuchamos constantemente, una y otra vez, en todas las tiendas y emisoras de radio», asegura. «Pensé que sería maravilloso convertir eso en una película».
El siguiente paso del productor fue presentarle la premisa al legendario compositor y cantante, George Michael, que se mostró interesado en el proyecto... con la condición de que la polifacética Emma Thompson se involucrase en su desarrollo y ejecución. Por suerte, el abultado historial de Livingstone con la guionista/productora/actriz durante su época como ejecutivo en Universal Pictures hizo que no le fuera difícil incluirla en su equipo. Livingstone contactó con la ganadora de dos Oscar® y le preguntó si le interesaría escribir el guion basado en la letra del megaéxito de Andrew Ridgeley y George Michael.
«Ya había trabajado con Emma en La niñera mágica y en Love Actually, así que le envié una nota», dice Livingstone. «Tuvimos un reunión y Emma presentó unas cuantas ideas, y de ahí pasó a reunirse con George. Me emocionaba mucho pensar en los dos juntos: dos iconos británicos, ambos absolutamente en la cima de su profesión, en términos de talento interpretativo y musical. La reunión fue un éxito y marcó el comienzo del proceso».
Thompson admite que cuando volvió a contactar con Livingstone, no tenía muy clara la envergadura de la historia. «Al principio, le dije que me lo pensaría», dice Thompson. «Le di mil vueltas a la canción, sin dejar de pensar en que nunca había escrito una comedia romántica como tal, y en cómo podía interpretar aquello. Tuve una idea y se la mencioné a mi marido, Greg Wise. Le pregunté si pensaba que podría funcionar. Y me dijo que sí. Empezamos a hablar mucho sobre ello cuando salíamos de paseo por Escocia, donde vivimos. Esa versión comenzó a tomar forma y a convertirse en un proyecto con gancho, aunque era muy compleja. Intentábamos contar la historia al revés».
Cuando Thompson y Wise consiguieron elaborar un enfoque, sintieron que las estrellas se alineaban. «David dijo que le veía futuro a la idea», nos cuenta Thompson. «Volvió a llamarme hace unos años y me dijo que teníamos que retomarlo, porque era una buena historia. Nos reunimos de nuevo y le dije: “¿Por qué no le pides a alguien que nos prepare un primer borrador, que yo ahora no puedo? ¿Por qué no ponemos esto en marcha de algún modo?”. Total, que contratamos a una maravillosa artista llamada Bryony Kimmings».
El equipo creativo le explicó a Kimmings la lógica de la premisa, y así fue como arrancó su trabajo. «Mantuvimos una reunión en la que le contamos cuál era la historia, los personajes y la dinámica familiar», explica Thompson. «Bryony partió de ahí y elaboró un borrador plagado de imágenes extraordinarias. Es muy imaginativa, muy visual, y tiene ideas fabulosas. Esa fue la semilla de lo que acabamos creando, y a partir de aquello seguí trabajando con Greg durante otros dos años».
Muy al principio, durante las conversaciones de Thompson con Michael, hablaron de lo que la cineasta tenía en mente y de adónde pretendía llegar con ese tema clásico como inspiración. «Fui a hablarlo todo con George y pasamos una tarde maravillosa juntos; eso fue al menos dos años antes de que falleciera», nos cuenta Thompson. «Era una persona muy dulce, y le encantó la idea de la historia... y ciertos elementos de la misma con trazas de denuncia social, porque siempre ha sido una persona involucrada en esos temas. Me encantó estar con él, y pensé que era una suerte trabajar juntos y formar parte de esto».
Durante el desarrollo del guion, en las Navidades de 2016, George Michael falleció. No solo causó una conmoción mundial perder una voz tan épica, sino que el equipo creativo de LAST CHRISTMAS se planteó si, en esas circunstancias, la premisa acabaría fructificando. «George estaba al tanto de la idea general de la historia, pero nunca tuvo la ocasión de leer el guion», dice Livingstone. «Sentía que teníamos algo mágico entre manos, pero que no sabíamos adónde dirigirlo, hasta que un día Greg, el marido de Emma, se topó con David Austin, amigo y mánager de George Michael. David fue quien volvió a reactivar el proyecto. Organizamos una reunión con Emma y nos puso algunos temas nuevos de George que nadie había escuchado. Fue increíblemente emocionante; nos llenó a todos de energía. Teníamos un guion excepcional y queríamos rendirle homenaje».
Thompson vivió aquel momento como una oportunidad de contar su historia ideal de Navidad, y sintió que contaba con la protección de un ángel de la guarda. «Cuando George murió, en un momento también delicado en nuestra familia por fallecimientos, sentimos que se nos apagaba la inspiración», comenta Thompson. «Preparamos otro borrador y un día de junio de 2018 David nos dijo que Dave Austin, mánager y amigo de la infancia de George, quería hablar con nosotros sobre el proyecto, porque era muy importante para el cantante». Así fue como la cineasta descubrió que Austin era un apasionado defensor del legado del artista. «Dave se reunió con nosotros y nos puso unos maravillosos temas nuevos que George Michael había compuesto, y fue muy emocionante», confiesa Thompson.
Thompson sintió que la reveladora música de Michael encajaba a la perfección en la última versión de lo que Wise y ella estaban creando para la historia de dos amantes predestinados, Kate y Tom. Gran parte de ello giraba en torno a la encarnación de un tipo concreto de curiosidad. «Tom es el tipo de persona que te dice siempre que alces la mirada o te perderás cosas inesperadas», dice Thompson. «Mirar arriba es una parte importante de esta historia, porque significa también apartar la vista de ciertas cosas. El capitalismo consumista nos envuelve en un mensaje constante de “tienes que comprar esto o no serás feliz”. Y esto es algo que vivimos todos y cada uno de nosotros: en las calles y en los escaparates. Tienes que saber alzar la mirada para no dejarte atrapar. Nos olvidamos de cuestionarlo, de darnos cuenta de que ese mensaje es una bobada».
«Tom vive en un universo casi alternativo, porque es muy abierto de miras», prosigue Thompson. «No es que sea un santo; para nada. Es bastante engreído, de hecho, y un pelín crítico. Kate le responde en cierta ocasión cargada de razón, algo en plan «Sé que eres una persona maravillosa, que ves todo y sientes curiosidad. Debe de ser genial ser tan perfecto”. El viaje de Tom es muy diferente. No quería escribir una historia en el que el hombre perfecto le enseña a una mujer cómo vivir su vida, una premisa absurdamente común. Es un tipo interesante y peculiar en muchos aspectos, y no tiene móvil, cosa que, en nuestro mundo, es bastante raro».
Teniendo en cuenta las implicaciones en un plano más amplio, era igualmente crucial que Thompson integrase elementos del panorama crecientemente desconfiado de nuestra realidad. «Se trata de una historia sobre cómo usar tus sentimientos, cómo vivir y cómo quererte a ti mismo», asegura Thompson. «También trata de cómo responsabilizarte de ti, algo que no se logra a menudo. Muy poca gente alcanza la edad adulta en la actualidad; estamos obsesionados con ser jóvenes eternamente. El narcisismo actual es un signo muy claro de nuestros tiempos».
También era clave para la cineasta evitar una excesiva simplificación de la condición humana, de la que a menudo se peca en las comedias románticas. «Todo aquello de lo que siempre he querido escribir está contenido en esta historia: cómo nos comportamos, cómo nos cuidamos, cómo amar y cómo vivir en un mundo moderno en el que es tan difícil para la gente no distraerse», sentencia Thompson. «Es imprescindible que detengamos esta dinámica y observemos lo que estamos haciendo... porque, de lo contrario, no vamos a sobrevivir».
Ese enfoque también rigió los elementos de «forastera en una tierra ajena» entretejidos en la historia. «Los padres de nuestra protagonista son inmigrantes», nos cuenta. «Su respuesta al surgimiento del Brexit, a la presidencia de Trump y a todos esos elementos están presentes como telón de fondo, porque es una historia totalmente ambientada en el año 2017. El mundo que hemos creado es real, aunque, obviamente, estén destacados los aspectos dramáticos y románticos».
Livingstone estaba contento con que una idea que había incubado hacía tanto tiempo por fin empezara a ver la luz de una forma más elevada de lo que nunca hubiera imaginado. «Es una comedia romántica, pero no es solo eso», asegura Livingstone. «Bajo la superficie y tras las lucecitas que tintinean, esconde mucho más. El público va a quedarse fascinado cuando vea que se trata de una historia mucho más profunda de lo que parece».
THOMPSON SE REÚNE CON FEIG...
Con la contribución de Austin a las piezas finales de este puzle que fue el desarrollo de la idea, Thompson y Livingstone se prepararon para pensar en posibles directores para su proyecto estrella. «Recuerdo incluso dónde estaba sentada cuando le dije a David Livingstone: “Voy a mandárselo a Paul Feig y a Bryan Lourd [su agente] para ver qué opinan”», cuenta Thompson. «Un par de horas después, recibí una llamada de teléfono de ellos diciéndome: “Tenemos que hacer la película este año”. Con todos involucrados, Paul, George y yo misma, Bryan envolvió el guion en una caja con papel de Navidad y espumillón y se lo mandó a Donna Langley, de Universal, acompañado de un “Feliz Navidad”. Donna lo leyó y dijo que les había encantando a todos. Y un mes después, ya estábamos en preproducción. Nunca sale todo tan rodado».
Compartiendo una de las múltiples razones por las que quería trabajar con un cineasta que se caracteriza por resaltar las figuras femeninas con personajes difíciles de etiquetar, Thompson nos cuenta: «Paul es un feminista de manual, y lo digo con total convicción. Es todo un activista en ese sentido, y me encanta cómo trabaja con las mujeres en todas sus películas. Los estadounidenses son especialistas en historias épicas, y a nosotros, los británicos, se nos da bien un tono particular de ironía».
Livingstone coincide con las reflexiones de Thompson sobre el destino, hablando sobre por qué cree que el director de La boda de mi mejor amiga y Espías era el candidato ideal para el proyecto. «Paul es un experto en comedias, y era imperativo conseguir un director como él», asegura Livingstone. «Además, le apasiona Londres; conecta mucho con su sensibilidad, así que le apetecía crear esta carta de amor a la capital británica. Si miras Londres con ojos de alguien que no es londinense, lo ves todo envuelto en un halo de novedad. Valoras la belleza de Albert Bridge, y percibes lo bonito que es todo en Jermyn Street, Regent Street, Brixton y Brick Lane».
Lo que atrajo al director/productor fue la premisa de una joven con talento que ha perdido el rumbo, todo por una enfermedad que ha alterado el futuro de la familia. Al poco de empezar la película, descubrimos que Kate se ha sometido hace poco a una operación que le ha salvado la vida. «Desde entonces, Kate se siente incompleta y se ve inmersa en una senda autodestructiva», dice Feig. «Todo el mundo intenta tener paciencia con ella y ponerla en el buen camino, pero la paciencia de sus amigos y familiares se está agotando. Es en ese momento cuando aparece en su vida Tom, un tipo guapo, extravagante y culto que parece interesarse en ella».
Hablando del interés romántico de Kate y de cómo este contribuye al viaje de nuestra protagonista, Feig postula que Tom es una criatura de otra era. «Es como si hubiese salido de un musical de los años 30», dice. «Es un tipo grácil. Rezuma alegría de vivir y ve el mundo de color de rosa. Tom siempre le dice a Kate que alce la vista. Es el tipo de chico que ve cosas que al resto se nos escapan porque vamos por la vida pegados a la pantalla del móvil. Tom enseña a Kate a salir de su propia cabeza y a valorar el mundo a su alrededor. También trabaja en un albergue para gente sin hogar, y se la lleva allí para involucrarla; esa perspectiva es la que hace que todo cambie para Kate».
Trabajar con Thompson fue una experiencia tan grata como educativa para Feig. «Ella es la mejor compañera que puedes tener en un proyecto cinematográfico, especialmente si es una película escrita por ella, porque es algo en lo que ya ha invertido más de ocho años», dice Feig. «Emma ha ganado dos Oscar® por su trabajo escribiendo y actuando; es una persona respetada por todo el mundo que la conoce. Cuando tiene una idea o un comentario, todo el mundo escucha, y te das cuenta de que estás en presencia de una maestra. Emma sabe lo que quiere y es una persona muy colaborativa».
Junto con sus socios de producción, Feig aspira a convertir LAST CHRISTMAS en un clásico de las Navidades. «Toda gran película navideña debe tratar sobre el amor, la familia, la redención y la felicidad», señala Feig. «Nuestra película es muy emotiva en ciertos momentos, y en otros extraordinariamente divertida; es cautivadora y bonita. Nuestro director de fotografía, John Schwartzman, ha rodado la película de un modo inédito hasta el momento, haciendo que Londres luzca su mejor cara. Londres es una ciudad que me encanta, de siempre. Quería mostrar la ciudad tal y como yo la veo y valoro. Todos estos elementos se combinan para crear una experiencia totalmente envolvente y emotiva que, en mi opinión, es la historia navideña definitiva».
Para el director, lo que aporta la guinda a la magia de esta capital del mundo son los temas imperecederos de George Michael. «La potencia de la música de George Michael es imponente», asegura Feig. «Sus canciones están tan bien compuestas y arregladas que admiten cogerlas, ponerles otros arreglos y darles una segunda vida. Además, contamos con un tema inédito que nadie ha escuchado nunca; esta película es una carta de amor tanto a George como a Londres. Es emocionante para los fans porque van a poder experimentar de nuevo su música de una forma totalmente novedosa. Y también me emociona pensar en el impacto que va a tener en gente como yo, que conocía a George, pero no valoraba realmente el inmenso talento que tenía».
Independientemente de sus logros, el cineasta admite que se convirtió en el mayor fan en el set. «A veces hasta tenía que pellizcarme, la verdad», confiesa Feig. «Tenía un guion fantástico de Emma Thompson y Bryony, un reparto asombroso, música del gran George Michael... ¡y rodábamos en Londres!».
Echando la vista atrás, y contando ya con el antiguo socio de producción de Feig, Jessie Henderson, como productor final, Livingstone cree que su labor de amor de casi una década ha merecido totalmente la pena. Elogia a su compañera de aventura por llevar el proyecto a buen puerto. «Emma es una persona que valora mucho todos los aspectos de la producción», asegura Livingstone. «Siempre se asegura de que los extras y artistas secundarios estén contentos, de que coman bien y de que no pasen frío. Es una de esas personas que, sin asomo de dudas, se sabe el nombre de todos; si te conoce de una vez, volverá a visitarte más adelante. Emma nunca ignora a nadie, y eso demuestra lo buena productora, colaboradora y creadora que es».
Thompson reflexiona sobre la confluencia mística que afectó a la producción de incontables formas. «Aunque hemos sufrido pérdidas, también hemos ganado cosas extraordinarias», dice Thompson. «Si la hubiéramos hecho cuando George seguía vivo, Emilia no hubiera estado disponible. Y en realidad, es como si hubiera escrito el papel para ella. Le va como anillo al dedo, con su maravillosa personalidad y su alma un poco payasa. Es una artista maravillosa, y es la primera vez que ha podido hacer algo así. Tampoco tendríamos a Henry, que aún no había iniciado su carrera cinematográfica. Las películas son así: La niñera mágica, tardó nueve años en llevarse a rodaje; Sentido y sensibilidad, 15 años desde el momento en el que el productor decidió hacerla hasta su estreno. Es lo que tienen las grandes ideas: no surgen a menudo. Y está mal que yo lo diga, pero esta idea es de las buenas».
LAS LOCALIZACIONES...
Buscando en Londres...
LAST CHRISTMAS se rodó íntegramente en el Reino Unido y muestra varias localizaciones icónicas de la capital británica. El rodaje comenzó en Covent Garden, donde el equipo de producción colocó el escaparate de la tienda Yuletide Wonderful en uno de los soportales de la famosa plaza.
Al reflexionar sobre el mágico telón de fondo de su película, el Londres navideño, Paul Feig comenta: «Llevo años viajando a Londres, me encanta. Hay algo en esta ciudad que me hace feliz. Quería que salieran todos mis rincones favoritos de Londres, pero también quería mostrar su diversidad. Todos conocemos Regent Street, Covent Garden, el Strand..., pero mucha gente no está familiarizada con Electric Avenue o Brick Lane. Ahí es donde se asientan estas maravillosas y diversas comunidades. Comenzamos el rodaje en Covent Garden, que para mí es el centro del universo, especialmente en Navidad, porque los adornos son espléndidos. Siento que es un resumen perfecto de Londres para el resto del planeta. Reto a cualquiera a ver esta película y que no le entren ganas de viajar a Londres y verlo todo».
Emma Thompson se muestra de acuerdo. «Hemos rodado en lugares extraordinarios», afirma la actriz. «Normalmente no se consigue rodar en sitios como Covent Garden, y es difícil hacerlo en Regent Street. No consigues que el Ayuntamiento te dé permiso. En la película, Londres resplandece gracias a los lugares en los que nos han dejado rodar —Covent Garden en Navidad—, y pudimos hacerlo porque empezábamos a trabajar a las dos de la mañana. Era precioso; contamos con todos los árboles y la decoración que habían colocado allí».
Covent Garden, en Westminster, se encuentra justo al noroeste del Strand. Durante más de 300 años fue el principal mercado de fruta, verduras y flores de la metrópoli. Nació como el jardín de un convento de la orden benedictina de Westminster; y fue el cuarto conde de Bedford quien lo hizo urbanizar cuando las ciudades de Westminster y Londres crecieron y se unieron en la ribera norte del Támesis. En la década de 1630 se diseñó como una piazza, o plaza residencial, la primera de este tipo que se creó en Londres.
El mercado de Covent Garden funcionó de manera informal durante muchos años hasta que Carlos II de Inglaterra lo reconoció en 1670. Se reconstruyó y reorganizó en 1830, y en 1974 se trasladó a un emplazamiento nuevo y más espacioso en Wandsworth, al sur de Londres. El edificio del mercado de las flores, del siglo XIX, se reformó a principios de la década de 1980 y ahora incluye numerosas tiendas y atracciones, como el Museo del Transporte de Londres.
La iglesia de Santa María, en Wyndham Place, sirvió para rodar los exteriores del albergue de San Judas, donde Tom sirve como voluntario y Kate vuelve a encontrar su voz. También se filmó ahí el alegre concierto navideño.
Santa María de Bryanston Square se construyó entre 1823 y 1824 como una de las iglesias del comisionado, y se diseñó para rematar el paisaje desde la parte baja de la plaza Bryanston Square. Es un edificio con protección de categoría 1, con pórtico y torre de piedra. La iglesia costó 19 955 libras cuando se construyó, lo que equivale a 1 610 000 libras, (aproximadamente 1 868 000 euros) de hoy. El interior del teatro, donde Kate realiza un desastroso casting vestida de elfa, se grabó en el Savoy Theatre de Londres.
El Savoy Theatre pertenece al West End y se encuentra en el Strand WC2. Abrió sus puertas el 10 de octubre de 1881, y se construyó para albergar la popular serie de óperas cómicas de Gilbert y Sullivan, que terminarían conociéndose como las óperas del Savoy. Cuando se reconstruyó y modernizó en 1929, se convirtió en el primer edificio público del mundo en estar iluminado únicamente por electricidad. Se reconstruyó de nuevo en 1993 tras un incendio y ahora está clasificado como categoría 2.
La escena inicial de la película, que muestra a una joven Kate cantando como los ángeles en una iglesia con hermosos adornos, fue rodada en la catedral de Santa Sofía, una iglesia ortodoxa griega en Moscow Road, en Bayswater. Fue consagrada como la Iglesia de la Santa Sabiduría el 5 de febrero de 1882 y sirvió de epicentro para la próspera comunidad griega que se había asentado en Londres, especialmente en torno a Paddington, Bayswater y Notting Hill.
Durante la Segunda Guerra Mundial, Londres fue la sede del gobierno griego en el exilio, y Santa Sofía se convirtió en la catedral de la nación griega. Fue bombardeada por los nazis, pero reparada a continuación. Desde fuera, la catedral resulta relativamente modesta, apenas insinuando su estilo por sus ventanas arqueadas y su cúpula. Sin embargo, su interior está ricamente decorado con mármol y mosaicos policromados.
El jardín secreto que Tom le muestra a Kate en su primer paseo juntos se filmó en el Phoenix Garden, en el corazón del barrio teatral londinense. El Phoenix Garden se creó como zona verde y de descanso en el West End, y para proveer de un hábitat a la fauna urbana. Un grupo de voluntarios cuida del parque y lo mantiene usando técnicas sostenibles y con un enfoque innovador. Está lleno de plantas que pueden crecer en condiciones de secano, que tienen buen aspecto todo el año y que son de provecho para la fauna salvaje.
Por otro lado, la fantástica pista de hielo en la que Tom y Kate practican patinaje antes de su casting para Frozen On Ice se grabó en Alexandra Palace. Inaugurado como «El palacio del pueblo» en 1873, Alexandra Palace fue un gran centro de recreo para la gente de la época victoriana. Tras pasar por dificultades económicas, en 1900 una ley del parlamento creó el patronato Alexandra Park and Palace. La ley exigía que los administradores se encargaran del mantenimiento del parque y el palacio, y que estuvieran «disponibles para el uso y disfrute gratuitos del público para siempre». Con su bello emplazamiento, sus vistas panorámicas de Londres y sus impresionantes características arquitectónicas, Ally Pally, como se lo conoce cariñosamente, se ha convertido como uno de los principales recintos públicos de Londres.
Por otro lado, las escenas en las que Kate disfruta con su madre de los sabores de un mercado multicultural se rodaron en Leather Lane («vía del cuero»). Pese a su nombre, este mercado, de 400 años de antigüedad, no tiene su origen en la venta de cuero. Esta denominación proviene de uno de los mercaderes locales, Le Vrunelane. Tras muchos cambios, pasó de Lovrelane a Liver Lane, y de ahí al nombre actual, Leather Lane.
Se extiende en paralelo al núcleo del comercio de joyería de Hatton Garden, y es un paraíso para los amantes de la comida. Su sencillo mercado diario, que lleva funcionando cuatro siglos, es uno de los mejores de la ciudad y está en continua evolución, y hoy en día ofrece alimento a los trabajadores en su hora del almuerzo.
DISEÑO DE PRODUCCIÓN Y DECORACIÓN DE SETS...
Un maravilloso Londres invernal...
El diseñador de producción Gary Freeman y su colaboradora desde hace mucho tiempo, la decoradora de sets RAFFAELLA GIOVANNETTI, recibieron por parte de Paul Feig la misión de mostrar Londres como el lugar de un emocionante cuento de hadas y, al mismo tiempo, como una ciudad profundamente íntima. Igual que el mantra de Tom («Mira arriba») es una llamada a todos los que le rodean para que experimenten las maravillas que están pasando por alto, el director esperaba crear un entorno que convirtiera en realidad el lema de Santa: «¡Hora de brillar!».
Diseño de producción...
Llegado para aportar un saber hacer adquirido a lo largo de años por su trabajo en producciones épicas como Maléfica, Everest y Mowgli: La leyenda de la selva, el diseñador de producción Gary Freeman se quedó impresionado con lo que Feig y Emma Thompson trataban de conseguir. «Es muy bonito hacer algo positivo en estos tiempos difíciles; y la energía de Emma es contagiosa», asegura Freeman. «Además, era interesante rodar en Londres. Se suele rodar en otros sitios haciéndolos pasar por Londres, así que estaba bien mostrar todas las cosas geniales de la ciudad. Rodamos de todo. Los londinenses solemos ir de un punto A a un punto B con la mirada en el suelo, sin fijarte nunca en lo que nos rodea. Cuando en realidad es impresionante, especialmente en Navidad».
«Paul quería mostrar toda la belleza que Londres atesora, por lo que pasamos mucho tiempo buscando sitios que resultaran espectaculares», continúa Freeman. «Quería darle a Londres cierto aire de cuento de hadas. A él le encantan las guirnaldas, los destellos y el brillo. Allá donde íbamos siempre buscábamos la belleza».
Respecto al diseño del albergue de San Judas, Freeman nos cuenta: «El proceso de aprendizaje fue bastante revelador. Yo era consciente de que teníamos que acertar con el albergue, porque no puedes enmascarar los problemas, especialmente en Londres. Visitamos una organización benéfica para personas sin hogar; y eso puso todo en perspectiva. Hay personas que ganan el sueldo mínimo, y muchas de ellas regalan su tiempo libre para cuidar a otros sin recibir nada a cambio. Hablamos con ellos y aprendimos sobre el protocolo del albergue. Paul absorbió toda la información, las texturas y el carácter del lugar».
Mientras que el exterior del albergue se rodó en la iglesia de Santa María en Wyndham Place, el interior se recreó en la Iglesia Sueca de Londres en Marylebone, que atesoraba tanto el atractivo visual como la intimidad y el carácter de la organización benéfica que el equipo visitó. «No quisimos hacerlo más bonito o glamuroso», cuenta Freeman. «Cuando vas a estos lugares, en el exterior no tienen puestos grandes carteles para que la gente no sienta vergüenza. Siempre hay un pequeño cartel y un portero automático; y todo el mundo espera formando una fila perfecta. No hay desorden ni alboroto, y así lo quisimos reflejar en la película».
El diseñador recuerda cómo prepararon el exterior de la tienda Yuletide Wonderful en mitad de Covent Garden dos semanas antes de Navidad. «Preparar ese set en Covent Garden fue el mayor reto de nuestro departamento», recuerda Freeman, «mientras la gente trataba de comprarnos todo el atrezo y los adornos. Parte del acuerdo con Covent Garden estipulaba que no cerraríamos la plaza, especialmente por la época del año que era. Contamos con un fin de semana para montar todo el set antes de que se empezara a rodar el domingo por la noche. Fue brutal, pero el equipo lo hizo muy, muy bien».
Respecto a la visión del director, el diseñador de producción explica que Yuletide Wonderful tenía que ser una tienda creíble, por lo que dejaron una fachada bastante conservadora. Lo impredecible se encontraba en el interior. «Paul quería un interior obsceno, que fuera una locura de cosas», dice Freeman. «Pusimos capas y capas de adornos. Queríamos que fuera un fascinante caleidoscopio navideño. Al abrir la tienda, las luces se encienden y surge algo mágico ahí dentro».
La decoración de sets...
Raffaella Giovannetti, una decoradora de sets afincada en Italia que ya había demostrado sus habilidades trabajando junto a Freeman en Tomb Raider, Aliados y Everest, fue la encargada de este cometido en la película. Aportando la exuberante sensibilidad que creó para Come, reza, ama, Giovannetti se rodeó de todo lo que tuviera que ver con la Navidad, incluso si eso suponía ahuyentar de su magnífica tienda, a lo largo de la producción, a potenciales compradores.
«Yuletide Wonderful está basada en una tienda navideña de York que es una experiencia caleidoscópica», cuenta Thompson. «Entrar en ella es como caminar dentro del espíritu de la Navidad, pero el espíritu de una persona que sufriera un ataque de ansiedad. Kate es capaz de lidiar con ello, y Santa la mantiene en su puesto porque es una buena vendedora; sabe cómo vender porque sabe cómo fascinar. Nunca me lo he pasado tan bien como intentando dar con malas ideas navideñas como el gibón navideño. Hay unas cuantas ideas festivas extrañas por ahí, pero me hace especial gracia el matarife, algo bastante inusual».
La decoradora de sets nos cuenta su proceso de trabajo: «Cuando empecé a preparar la película en septiembre de 2018, empecé por la tienda. Era el último set en el que iban a rodar, pero la entrada de la tienda se iba a grabar al principio», explica Giovannetti. «Por suerte, la hice inmediatamente. Aunque parece poco común buscar adornos navideños en esa época del año, ¡casi era ya tarde!».
Mientras contactaba con diferentes compañías comercializadoras de adornos y visitaba ferias por toda Europa, la diseñadora se sorprendía tanto como la propia Santa al ver las ilimitadas opciones que tenía ante sí. «Fue increíble ver esas ferias navideñas», afirma Giovannetti. «Parecía que estaba en un cuento de hadas, ya que había piezas hermosísimas y algunas otras muy extrañas. Desde entonces tuve claro el tipo de tienda que quería: una llena de colores, bolas, Papás Noeles, elfos y decoraciones raras. Quería que la tienda estuviera abarrotada de cosas, que en las dos plantas no se viera ni una pizca de pared».
Yuletide Wonderful ha sido, para la diseñadora, uno de los decorados más fascinantes de toda su carrera. «Me sentí como una niña», reconoce. «Creamos bolsas con el nombre de la tienda, pequeños regalos personalizados, cajas, pegatinas y etiquetas. Todo era real y muy divertido. Nunca he comprado tantos adornos navideños ni tantas guirnaldas como he hecho para LAST CHRISTMAS».
Como le pasó al diseñador de producción, Giovannetti se sorprendió gratamente al descubrir que la gente no sabía que los artículos no se encontraban a la venta. «Cuando montamos una pequeña parte de la tienda en uno de los soportales de Covent Garden, los viandantes no se daban cuenta de que la tienda no era de verdad», cuenta Giovannetti. «Se pensaban que era una tienda nueva que abría por Navidad. Tuvimos que poner barreras de seguridad delante de las puertas de entrada porque la gente quería entrar y comprar cosas. Se habían quedado fascinados por el escaparate y querían saber cuándo abríamos».
Para las importantes escenas en las que Petra y Kate estrechan sus lazos a lo largo de un día de compras y gastronomía en Covent Garden, el equipo montó 16 puestos, todos relacionados con la Navidad. «Usamos los puestos del mercado y cambiamos el contenido», explica Giovannetti. «El mercado de Covent Garden es una zona abierta, así que tuvimos que trabajar rodeados de gente que hacía sus compras de Navidad». Se ríe al recordarlo: «¡Fue una pesadilla!».
Aunque empezaban a montar los sets muy temprano, en torno a las cuatro de la mañana, la plaza estaba llena de gente. «Todo el mundo preguntaba el precio o tocaba la decoración», cuenta Giovannetti. «No paramos de repetir: “Lo siento, ¡no está a la venta! Estamos haciendo una película. No lo toque, por favor”».
Gionvannetti fue tan escrupulosa a lo largo de la producción como lo fue con sus sets en Covent Garden. «Los otros sets fueron más fáciles de montar, aunque quise ser muy detallista con todos ellos», dice la decoradora. «El piso de Jenna y Rufus era joven, fresco y alternativo. Quise poner muchas plantas, así como tonos amarillos y rojos. La casa familiar de Kate y Marta tenía un toque de Europa del Este, con un color más monocromático y un estilo algo clásico. El albergue estaba lleno de arte. Quería mostrar que los residentes habían creado varios de los cuadros. Fuera, las calles estaban repletas de guirnaldas y adornos. Es una película llena de alegría».
LA FOTOGRAFÍA...
Encontrando luz en la oscuridad...
El director de fotografía John Schwartzman, nominado al Oscar®, y Paul Feig se conocen desde 1982, cuando eran amigos y compañeros de producción en la Escuela de Artes Visuales de la USC. Schwartzman ha rodado taquillazos como Seabiscuit, más allá de la leyenda, Los padres de él o Jurassic World, y recientemente formó equipo con Feig en su exitoso thriller Un pequeño favor. Según el director de fotografía, las casi cuatro décadas de historias compartidas hacen que la colaboración entre ambos sea muy fácil. «Tener ese pasado en común hace que trabajar sea mucho más sencillo», afirma Schwartzman. «Hemos vivido muchas cosas juntos».
A la hora de afrontar las restricciones de iluminación por rodar en Londres en plenas Navidades, el director de fotografía y el director trabajaron codo con codo para capturar el marcado aspecto navideño que la película exigía. «El aspecto más exigente de la fotografía de LAST CHRISTMAS fue gestionar las limitaciones impuestas por el Ayuntamiento de Londres cuando rodábamos en el centro», recuerda Schwartzman. «Durante las tres primeras semanas de rodaje nocturno, solo se me permitía utilizar luces pequeñas que funcionaban con baterías. Durante la época de compras navideñas, no estaba permitido el uso de generadores, cables o máquinas de iluminación. El equipo de producción eligió las localizaciones con mucho esmero, e incorporamos con mucha inteligencia la propia iluminación navideña de la ciudad para conseguir la exposición adecuada por la noche».
Schwartzman también ha trabajado con Emma Thompson, ya que fue responsable de la fotografía de Al encuentro de Mr. Banks (2013). Como el resto del equipo, reconoce que los equipos técnico y artístico eran de primer orden. «Ha sido mi segunda película con Emma, que siempre es la persona más inteligente allá donde esté», afirma Schwartzman. «Eso hace la vida mucho más fácil».
Como Golding coprotagonizó Un pequeño favor, el director de fotografía se alegró al ver cuánto había crecido el joven actor en tan poco tiempo. «También ha sido mi segunda película con Henry», continúa Schwartzman. «Ha sido genial ver su evolución como actor. Ha desarrollado más oficio y carácter desde la primera vez que trabajé con él hace unos años».
Aunque el director de fotografía no había colaborado anteriormente con Clarke, le alegraba igualmente comprobar que la actriz protagonista de la película se valía por sí misma. «Emilia fue un encanto», afirma Schwartzman. «Sus años en Juego de tronos le han dado oficio. Nunca había trabajo con un intérprete que hace todo lo que le pides... sin guardarse nada».
Por muy veterano que sea, Schwartzman reconoce que fue imposible no desvelarse como un fan ante la «madre de dragones». «Ella me recordaba constantemente que todo era de mentira», dice Schwartzman, «y que no había dragones en Juego de tronos, sino un barril de color verde».
EN BUSCA DE LOS INTÉRPRETES PERFECTOS...
Emilia Clarke en el papel de Kate...
Conocemos a nuestra protagonista, Kate, en las fechas más felices del calendario, trabajando en una de esas tiendas en las que se venden artículos navideños durante todo el año. Una situación irónica, dado que Kate intenta evitar todos los elementos y todas las personas de su vida que le hacen sentir algo. «Para Kate, la Navidad es un infierno, porque es una época de lidiar con tensiones, con todas esas placas tectónicas que componen la vida familiar», dice Thompson. «Es imposible pasar las fiestas sin que nadie diga un comentario desafortunado o mire a otro de forma inapropiada. Cualquier gesto puede hacer explotar esa bomba de relojería».
Para interpretar a Kate, el equipo de producción se había fijado en Emilia Clarke, que había concluido recientemente el rodaje de la galardonada serie de HBO Juego de tronos. Aunque en la serie, interpreta a la despiadada Daenerys Targaryen, la Madre de Dragones, Clarke no ha dejado de expandir su repertorio durante toda su carrera con papeles tanto en Broadway como en televisión, sobre las tablas o en pantalla. A los productores les atrajo enseguida para el papel protagonista de la película. Clarke ilumina la pantalla en el papel de Kate, según el director. «Emilia me sorprendía todos los días durante el rodaje», asegura Feig. «Es una gran actriz y comediante, y da muy buena imagen en cámara. No me puedo imaginar a otra persona en el papel».
Descubrir que Clarke cantaba bien fue una grata sorpresa para el cineasta. «Tuve suerte con eso», admite Feig. «Tiene una voz muy limpia, y ha sido divertido ver cómo la exploraba. Su voz es maravillosa, aunque en la película no la despliega con todo su potencial. La película no trata de cómo Kate se convierte en una estrella del pop, sino de cómo recupera lo que le hace de verdad feliz».
Livingstone habla maravillas del talento de Clarke; en su opinión, la actriz da en el clavo cómico con cualquier frase que le des o improvisación que surja. «Interpreta muy bien a una persona ligeramente frustrada, pero lo hace con tal encanto que es imposible resistirse a quererla», nos cuenta Livingstone. «Emilia sabe hacerte llorar y hacerte reír; no me puedo imaginar a otra persona interpretando el papel».
Lo que le atrajo a Clarke del papel fue la pureza de esta historia navideña. «Emma escribió la historia con mucho amor y sinceridad», asegura Clarke. «Comprende la complejidad de la naturaleza humana y ha sabido entretejer ese conocimiento en la trama. Esta historia rinde homenaje a las incertidumbres, a los momentos de miedo y a la belleza de ser humanos». Reflexiona un instante. «La película es una carta de amor para cualquiera que se haya sentido confuso o perdido en algún momento de su vida», dice Clarke. «Brinda el esperanzador mensaje de que no pasa nada por sentirse así y de que estas cosas pueden ayudarte a conocerte».
La intérprete nos habla del momento en el que conocemos a su personaje. «Kate es una joven que vive en Londres y que se siente un poco confusa, perdida y desarraigada», dice Clarke. «A medida que la historia se desarrolla, comienza a aclararse la turbulenta senda que ha recorrido. Aunque se encuentra algún que otro escollo en el camino, acaba conociendo a alguien que la ayuda a ver la vida desde una nueva perspectiva».
Respecto a la yuxtaposición de Kate y su interés romántico, Clarke dice: «Tom y Kate se conocen en el clásico primer encuentro bonito de las películas. Tom encarna a alguien estable mental y emocionalmente, que tiene las cosas claras. Kate es lo contrario, en gran medida: constantemente borracha, de resaca, que se va cayendo y rompiendo cosas allá donde va. Es, como diría mi mejor amiga, una “derramadora”. A una derramadora no le das una copa de vino tinto cuando acabas de poner moqueta nueva».
La actriz admite que algunas de las escenas le hicieron sentir vulnerable y un poco como alguien totalmente del revés. Pero, pese a todo, fue su confianza en Thompson y Feig lo que la guio a través de los momentos más profundamente personales y cómicos. «Paul es un director muy atento y con mucho talento», asegura Clarke. «Hacía que todo el mundo se sintiese a gusto. Sabe muy bien cómo hacer comedia, y fue un placer para mí adentrarme en ciertos aspectos del humor físico bajo su batuta».
Cuando conoció el mensaje de LAST CHRISTMAS, Clarke sintió que reflejaba su experiencia personal. De niña, su abuelo siempre le decía que «alzase la vista» y que abriera bien los ojos para ver el mundo que muchos de nosotros damos por supuesto. «Uno de los temas centrales de la película es la idea de “alzar la vista”», dice Clarke. «Habla de la importancia de abrirse, de ser conscientes de lo que nos rodea y de parar a oler las flores en el mundo en el que vivimos».
Estar en el set le permitió experimentar su amada ciudad de un modo totalmente nuevo. «Rodamos por todo Londres durante la época navideña», nos cuenta Clarke. «La ciudad está preciosa de por sí en esas fechas, pero añadimos más luces y destellos a todos los enclaves, lo que la convirtió en un lugar aún más mágico».
Para la intérprete, la guinda de la producción fue la contribución clave del material que sirvió de inspiración. «Es una suerte inmensa poder contar con la música de George Michael en esta película», asegura. «Es una experiencia increíble, y ha sido muy divertido para mí. Ni en un millón de años hubiera pensado que haría una película en la que tuviera que cantar y hacer comedia, así que es un sueño hecho realidad».
El coprotagonista de la cinta destaca el profundo respeto que siente por la intérprete de Kate. «Emilia es un torrente de energía y tiene una chispa especial en la mirada», asegura Golding. «Lo da todo actuando y sabe equilibrar maravillosamente bien los elementos de humor y emotivos en su personaje».
Henry Golding en el papel de Tom...
El director, que colaboró por última vez con Golding en Un pequeño favor, se mostró muy complacido de volver a trabajar con él como protagonista. «Henry es Tom», asegura Feig. «Quería mostrar esa faceta divertida y encantadora de su personalidad. Cuando lo reclutamos, le dije que se limitara a ser él mismo. Quería que su ligereza de espíritu en la vida real se trasluciera en Tom, y la verdad es que ha hecho un trabajo increíble».
«Henry tiene que interpretar a un personaje enigmático», cuenta Livingstone. «Tom es una persona con un halo de misterio y con aspectos interesantes en su personalidad. Henry lo representa increíblemente bien y con muchísimo encanto. Además, Emilia y él conectaron a la primera, así que en cuanto los pones juntos, surge una química que hace que todo resulte asombrosamente natural».
Clarke habla de la relación entre los dos protagonistas, y de la experiencia de compartir pantalla con Golding. «La relación que Kate tiene con Tom no es de amor a primera vista. Chocan en todo realmente; la verdad es que es gracioso», admite Clarke. «Hasta el final de la película no empiezas a ver que ambos comparten un objetivo, y podemos entender que eso es lo que les ha unido. Henry es increíblemente abierto como actor, es generoso y divertido, así que ha sido un placer».
Desde el momento en que puso el pie en el set, el intérprete se sintió apoyado por su equipo delante y detrás de las cámaras. «Emma tiene un concepto de la producción muy cuidado y conceptualizado», afirma Golding. «Paul y ella trabajaron codo con codo en el set para equilibrar el humor, las emociones y el papel de la música, y que todo quedara perfecto. Paul orquestó las múltiples partes conmovedoras de la producción. Tiene un maravilloso sentido del humor entre bambalinas, lo que sin duda contagió a nuestros personajes en pantalla».
Ambientada en diciembre de 2017, tras la votación del Brexit, la película toca ese elemento profundamente humano de la agitación política, y el precio que pagan los extranjeros. «Emma ha sabido resaltar de una manera muy inteligente esos aspectos sociales en su guion», dice Golding. «Por ejemplo, la lucha de los sin hogar y cómo podemos aportar nuestro granito de arena; el hecho de que, a veces, solo necesitan una oportunidad y una mano amiga. Todo el mundo tiene sus puntos fuertes, y, a veces, solo hace falta que alguien te los señale».
Los guionistas crearon un personaje que se niega a dejarse contactar por medios convencionales, y Tom tiende a dar con Kate de forma inesperada y justo cuando a ella menos le conviene... o más le conviene, según se mire. «Henry sabe hacer justicia al personaje de Tom. Es un joven actor inusual, en el sentido de que no está nada ensimismado», afirma Thompson. «Es fabuloso dar con alguien que no solo es un profesional entusiasmado por lo que hace, sino que además no se las da de “soy demasiado especial para mostrar entusiasmo”. Era perfecto para nuestro Tom, que es un chico ordinario. Es cierto que es muy apuesto, pero aparte de eso... a Kate le es de gran ayuda, porque es una chica inteligente capaz de percibir cualquier juicio soterrado».
Thompson no ha dudado en introducir elementos de su propia vida familiar en su trabajo. «He puesto un poco de Greg y de mí en esta relación, porque yo siempre he pensado que Greg es en esencia mejor persona que yo», asegura Thompson. «Cuando dice algo, yo enseguida me digo: “Me está juzgando, y con toda la razón”. Pero eso no me hace sentir bien, así que mi reacción no es buena. Eso es lo que les ocurre constantemente a Kate y Tom».
A Golding no solo le interesaba trabajar con Thompson por primera vez y reunirse con su director para otro proyecto, sino que, además, se sintió identificado con esta historia de pasión y pérdida. «Se trata de una historia con comedia, amor y personajes coloridos», nos cuenta Golding. «Se adentra en la importancia de vivir el presente, de absorber cuanto te rodea y de interactuar con quienes tienes al lado».
El actor valora la oportunidad de interpretar a un chico enigmático, que resulta tan encantador como frustrante para la chica que se enamora de él. «Tom es la clase de tío con el que todo el mundo quiere quedar», dice Golding. «Vive el presente y disfruta paseando por Londres, admirando la arquitectura y la historia. Es un soplo de aire fresco y su forma de moverse transmite alegría. Cuando Tom entra en la historia, ayuda a Kate a alcanzar su potencial. Le enseña a amarse a sí misma y a alzar la vista. Le muestra la importancia de vivir el presente, de abrirse y de vivir lo mejor posible».
«Tom y Kate son como el yin y el yang», prosigue Golding. «A medida que la historia progresa, se van uniendo y viendo al otro dentro de sí mismos. Ambos desarrollan una comprensión mutua mucho más profunda. Tom comprende el dolor de Kate y su lucha con su familia, e intenta guiarla para que sepa encontrar el lado bueno del mundo».
Era imposible no meterse en el espíritu de las fiestas rodando en Inglaterra, y Golding coincide con Clarke en que se dejaron transportar por la magia de la Navidad. «Rodar en Londres me ha hecho sentir más navideño de lo que me había sentido en años», confiesa Golding. «Rodamos en Covent Garden, Regent Street, Alexandra Palace, The Strand y Piccadilly Circus. La Navidad en Londres es mágica, y encapsular todas las zonas bonitas de la ciudad insufló un espíritu aún más festivo a la película».
Reflexionando sobre sus esperanzas respecto a la reacción del público a una película que ha sido toda una labor de amor, Golding dice: «Todo el mundo ha invertido lo mejor de sí en este proyecto, tanto delante como detrás de las cámaras. El guion en sí es maravilloso en muchos aspectos; da lecciones de vida y te impacta como un buen bofetón en la cara. El mensaje de fondo es vivir el presente, estar aquí y ahora, dejarte cuidar y dejarte amar».
Michelle Yeoh es Santa...
Santa es la jefa de Kate en la tienda navideña Yuletide Wonderful, una persona muy estricta, aunque justa. Sea cual sea su nombre real, Santa es como se hace llamar, al menos en la tienda. «Santa es la jefa de Kate en la tienda navideña», explica Clarke. «Tiene cierta malicia, es sarcástica y cuenta con un gusto un tanto peculiar en cuanto a decoración navideña. Cuida de Kate, pero no le pasa ni una. Tienen una relación amor-odio».
«Santa está frustrada con Kate y su incapacidad para cumplir con sus horarios, generando caos en la tienda, y para atender debidamente a los clientes», dice Livingstone. «Pero en el fondo se preocupa por Kate y, aunque es un hueso duro de roer, intenta sacar lo mejor de su empleada».
Santa está basada en la nuera de Thompson, Bao, a quien la cineasta describe como una mujer que «habla un inglés perfecto con mucho acento chino, y es absolutamente brillante..., aunque también peculiar y diferente». Bao fue la inspiración para este personaje que ha centrado toda su vida en hacer que ocurra lo que ella busca. «Es de Shenyang, China, de la generación de hijos únicos», explica Thompson. «Desde pequeña ha llevado sobre los hombros el peso de cumplir los deseos y sueños de sus padres. Santa tiene un negocio que le apasiona y es un personaje maravilloso. A lo largo de la historia, somos testigos de cómo se enamora. Esta subtrama de amor fue muy divertida de crear, porque hubo que dar con una persona muy inusual y estrafalaria que pudiese enamorarla».
Feig es muy fan de Michelle Yeoh y le entusiasmó enterarse de que había aceptado el papel. «La verdad es que la primera persona a la que quise fichar cuando leí el guion fue a Michelle. Llevaba 10 páginas leyendo sobre el personaje de Santa y ya me di cuenta de que le iba como anillo al dedo. Lo mejor es que puedo mostrar el lado divertido de Michelle. No interpreta normalmente esa clase de papeles, así que lo disfruté mucho. Santa es un personaje maravilloso. Es una mujer muy trabajadora que adora la Navidad y que la ha convertido en un negocio fabuloso. La tienda Yuletide Wonderful es absolutamente rimbombante, sin perder la elegancia y la clase. Vende baratijas y vende cosas preciosas. Así es Santa».
«Cuando Paul leyó el guion, vio inmediatamente a Michelle», nos cuenta Thompson. «Yo estaba emocionada porque es una actriz fantástica, aunque no estaba segura de imaginármela haciendo esto. Michelle me dijo: “¿Pero quieres que me eche novio?”. Es una persona totalmente dispuesta y muy divertida. En Crazy Rich Asians (Locamente millonarios) encarna a la suegra con una interpretación afilada como una cuchilla, pero igualmente divertida. Este papel muestra un lado aún más cómico de su naturaleza».
Tras su trabajo en Crazy Rich Asians (Locamente millonarios), Golding se mostró encantado de volver a coincidir con Yeoh. «Hay una faceta de Michelle que nadie ha visto nunca y eso es genial, teniendo en cuenta la cantidad de películas fabulosas que ha rodado», nos dice Golding. «Michelle es alucinante. En el papel de Santa, siempre tiene el comentario adecuado para Kate, y controla como nadie los tiempos para conseguir un efecto cómico. Tengo muchas ganas de que todo el mundo vea lo que es capaz de hacer».
Yeoh conoció a Feig hace varios años en Toronto, la última vez que el director trabajó con Golding. Le pareció tan encantador en el set como lejos de las cámaras. «Paul es un tipo sofisticado y cálido», asegura Yeoh. «Ha trabajado con precisión y rapidez, haciendo que todo fluya para el reparto y el equipo técnico. Era como si todos estuviésemos trabajando con un amigo de toda la vida».
De igual modo, la oportunidad de unirse a Thompson en una producción atrajo a esta intérprete, conocida por dominar todos los géneros. «Hay poca gente que pueda actuar, escribir y producir una única película, y Emma desde luego encabeza la lista», sentencia Yeoh. «Siempre había querido trabajar con ella y me quedé totalmente deslumbrada cuando la conocí».
Al igual que Kate, Santa es una superviviente, y esa actitud de «puedo con todo» fue uno de los puntos a favor para la actriz cuando estaba pensando si aceptar el papel. «Santa quiere forjarse una buena vida por sí misma, independientemente de su actividad profesional», dice Yeoh. «Cuando trabajaba en una tienda de mascotas, se hacía llamar “Gatita”. En el herbolario, era “Miso”. Cuando trabajaba en la pastelería, su apodo era “Muffin”. Ahora que trabaja en una tienda navideña, no hay nombre más adecuado para ella que el de “Santa”».
«Es una persona consagrada a su tienda y apenas tiene tiempo para nada más, pero siente debilidad por Kate, a quien llama “Elfa”», continúa Yeoh. «Kate es holgazana, olvidadiza y no se responsabiliza de nada, pero sabe vender género como nadie. Santa es una especie de hermana mayor para Kate y, como tal, no le pasa ni una», dice Yeoh. «Mantienen una relación muy cálida y cuidan la una de la otra».
A punto de perder la paciencia con la peor empleada del mundo, Santa está dispuesta a darle a Kate una última oportunidad. Pero Santa se percata del cambio en su desastrosa elfa cuando Kate conoce a un misterioso desconocido. «Santa cree que Tom es un tipo recomendable», dice Yeoh. «Lo ve sensato y con la cabeza sobre los hombros, y siente que es el tipo de persona que Kate necesita en su vida. Al final, Tom ayuda a Kate a sentirse bien consigo misma y a ver las cosas bonitas que la rodean en su día a día».
Yeoh también valoró positivamente que su personaje tuviera una emocionante historia de amor propia (cuando conocer al enigmático Danés (Peter Mygind), a quien llama simplemente «Chico»), en vez de quedar relegada a apuntalar a los tortolitos protagonistas. «Santa es muy pragmática y decidida, y vive centrada en su tienda navideña», explica Yeoh. «En lo que respecta a su carrera profesional, siempre sigue los protocolos, pero cuando conoce a un hombre que la intriga, no sabe muy bien cómo reaccionar. Por suerte, Kate acude al rescate y anima a estos dos inesperados personajes a unirse, ayudando a que el amor florezca».
La pasión de Feig por Londres se refleja en LAST CHRISTMAS; la propia Yeoh también considera que es una ciudad mágica en Navidad. De hecho, la actriz estudió en Londres años atrás. «Las Navidades son especiales porque la familia, el amor y la entrega cobran protagonismo», dice Yeoh. «La película refleja el proceso de Kate para hallar el valor de amar a los demás y, lo que es más importante, de aprender amarse a ella misma».
Compartir casi todo su tiempo de pantalla con Clarke fue una experiencia grata para Yeoh, que quedó sorprendida por los talentos ocultos de su compañera de reparto. «Emilia es una persona encantadora y derrocha energía por los cuatro costados», asegura Yeoh. «Sabía que era una gran actriz, ¡pero no tenía ni idea de que cantase tan bien!».
Emma Thompson en el papel de Petra...
Además de coescribir el guion y ejercer de una de sus productoras, Thompson interpreta a Petra, la madre de Kate y una mujer chapada a la antigua. «Emma interpreta al personaje de un modo increíblemente divertido, pero también auténtico», dice Livingstone. «Vemos perfectamente que no intenta representar una caricatura; todos conocemos realmente a alguien como Petra. Ni qué decir tiene que Emma lo hace de una manera sublime con una actuación muy divertida, además de aportar mucha emoción al papel».
Petra presiona mucho a Kate precisamente porque se ve muy reflejada en su hija. «Petra era una gran estrella en su tierra natal (la antigua Yugoslavia) y el traslado de su familia a Inglaterra le ha removido mucho», explica Clarke. «Se pasa el día muy preocupada por dónde andará Kate e intenta constantemente contactar con ella».
La ansiedad de Petra ha enturbiado la comunicación con su hija, pero eso no la impide tratar de localizarla de manera obsesiva. Santa también está un poco harta de sus constantes llamadas y mensajes de texto, que no hacen más que distraer a su única empleada. «Kate tiene una relación complicada con su madre y su hermana», explica Yeoh. «Petra es un poco maniática del control. Tienen una familia muy disfuncional, que es parte del motivo por el que Santa siente debilidad por Kate. Quiere que Kate acepte el amor que le ofrecen, en vez de renegar constantemente».
Thompson interpreta a Petra inspirándose en una conocida de su marido, Greg. «No puedo desvelar más, no vaya a ser que venga a matarnos», Thompson zanja. «Se trata de una persona pasivo-agresiva que ha sufrido mucho. El hecho es que Petra sufre trastorno de estrés postraumático. Te alejas de tu país, de tu tribu, y, de golpe, aterrizas en mitad de un sitio cuyo idioma no hablas. No tienes amigos y te conviertes en alguien aislado y asustado. Petra es así, en el fondo, solo que lo enmascara. Su hija está enferma, y eso le ha brindado un verdadero modus operandi».
La actriz reflexiona sobre que su personaje adoptó esa identidad y determinación durante la enfermedad de Kate, pero ahora que su hija se ha recuperado, Petra no está segura de cuál es su lugar... ni su cometido. «Ha tenido todo eso y de repente se lo han arrebatado», dice Thompson. «Por si fuera poco, su hija desaparece porque está viviendo de un modo poco sensato, pero no puede hacer nada por remediarlo. Petra está atrapada en una situación de dudas, ansiedad, terror, resentimiento y rabia de la que no puede salir».
Afirma que ese cambio de dinámica de poder se da a menudo en las familias. Si un miembro cambia de un modo muy radical, de forma positiva, a menudo significa que otras personas tienen que adoptar cambios. «A medida que Kate cambia, las constelaciones empiezan a variar y Petra de pronto es capaz de ver algo desde un ángulo distinto», dice Thompson. «Kate reconecta con su mundo a través de la comida y, de pronto, te das cuenta de que esta mujer podría ser feliz. Lo bonito de la historia es que no hay cabos atados. No creo en el típico “fueron felices y comieron perdices”, porque eso es una chorrada. Una de las cosas que hemos intentado hacer con esta película es que siga viva en la cabeza del espectador cuando salga del cine. Conserva en todo momento su fuerza, como un corazón latiendo. Es un músculo fuerte».
Actores secundarios de la película...
Cuando conocemos a Kate, vemos a una joven a la que sus amigos y familiares han brindado infinitas oportunidades, pero que sigue luchando para dejar atrás un pasado muy duro. Los diversos personajes que entran en su vida no se limitan a ofrecer valiosas lecciones, sino que brindan a Kate la oportunidad de ser una mejor embajadora del mundo.
Thompson sabe reconocer y valorar la valiosísima aportación de los intérpretes secundarios. «Todos y cada uno de los papeles de la película cuentan con una interpretación intachable del actor o la actriz ideal para darle vida, y hasta el último personaje está basado en gente que mi marido y yo conocemos», se sincera Thompson. «Es una combinación extraordinaria de confluencias y congruencias. Todos nos sentimos muy privilegiados y bendecidos, y es en gran medida como si George Michael estuviera presente en cada elemento. No suelo ponerme en plan místico, pero se notaba su presencia».
La familia de Kate...
El clan de Petra y Kate lo completa Lydia Leonard en el papel de Marta, la hermana mayor de Kate, que carga con la responsabilidad familiar que a su hermana la falta, y Boris Isaković en el papel de Ivan, padre de ambas y marido de Petra, un hombre que intenta pasar fuera de casa todo el tiempo que le es humanamente posible.
Kate y Marta mantienen una relación amor-odio, en la que cada hermana culpa a la otra de los problemas familiares. «Marta, en muchos sentidos, ha cargado sobre sus hombros con los sueños y las esperanzas de la familia», explica Clarke. «Esa responsabilidad ha generado cierto resentimiento, y de ahí que la relación entre ambas hermanas sea tensa, como poco. Es un retrato increíblemente honesto de una relación disfuncional, pero de amor».
Ivan y Petra llevaron a sus hijas a Inglaterra desde la antigua Yugoslavia, desgarrada por la guerra, en los 90, y con ellas sus esperanzas, sueños y miedos de su antigua patria. Para Thompson, esta línea argumental brindaba la oportunidad cinematográfica de explorar el año 2017, un año después de la votación del Brexit, y los miedos que sus compatriotas estaban viviendo. Thompson cuenta: «Cuando surgió el Brexit, recuerdo que unos amigos míos de Croacia me dijeron que era exactamente así como había comenzado la guerra en su país, ese auge del tribalismo cuando Tito cayó y todo el mundo se creía mejor que los demás. Yo misma he aprendido a entender mejor la necesidad de una identidad en un sentido tribal porque mi hijo es un refugiado. He tenido que aprender sobre la identificación con ciertos elementos de tu país y entender lo valioso que es. Hay un tipo de nacionalismo muy maligno, que hace emerger un odio mutuo. No se nos da muy bien controlar ese fenómeno, pero sí dar con ello».
La guionista asegura que, con el tiempo, ha ido conociendo cada vez más sobre esas familias en las que sus miembros proceden de lugares lejanos, que han abandonado su hogar por una guerra aterradora. «No son gente que elija meterse en una barca en mitad de la nada; intentan escapar de las garras de la muerte, como los padres de Kate», explica Thompson. «He hablado con mucha gente sobre esa época en Serbia y Croacia. Como el padre de Kate y Marta era abogado, analizó el devenir de la situación; tenía como ejemplo la Alemania nazi, hace solo 40 años. Así es como llega a la conclusión de que aquello no va a acabar bien. Que tiene que sacar a su familia del país».
Ivan lo ha sacrificado todo por la familia y ha trasferido su percepción personal automáticamente a su hija mayor, Marta, que no quería ser abogada, pero que ha acabado ejerciendo porque eso es lo que sus padres querían para ella. «Todo lo que ha hecho se lo han arrebatado e intenta recobrarlo a través de su hija mayor, Marta», dice Thompson. «Se trata de una chica que, además, tiene que lidiar con el hecho de ser lesbiana, algo inconcebible en su propio país en ese momento. Es una persona muy dedicada, y tiene una hermana pequeña que siempre es la primera en todo porque ha estado enferma. Pero lo que ocurre cuando la familia se ve sometida a un estrés extremo es que las cosas acaban deformándose y enquistándose cada vez más, todo se hace más difícil y nadie habla de ello. Por eso, cuando conocemos a Marta, está furiosa con su hermana por acaparar toda la atención.
«Kate no es capaz de afrontar su recuperación, con el modo en que el mundo a su alrededor ha cambiado», prosigue Thompson. «Toda esta tensión y este resentimiento acumulados acaban explotando en pantalla, de mano de la maravillosa actriz Lydia Leonard. Encarna a una joven que ha hecho todo lo humanamente posible por satisfacer a sus padres. No les habla de su sexualidad porque sabe que no lo aprobarían. Cuando rodábamos las escenas familiares, mucha gente en el set decía: “Me recuerda a mi madre”».
Jenna, interpretada por Ritu Arya, podría considerarse otro miembro de la familia de Kate, en un sentido más extenso. Es la mejor amiga de la infancia de Kate, está en avanzado estado de embarazo y hace todo lo posible por aguantar las excentricidades de Kate hasta que su paciente marido, Rufus, interpretado por Ansu Kabia, no puede soportar convivir con la falta de madurez de nuestra protagonista.
En el centro social...
Cuando Kate conoce a Tom, descubre que él pasa gran parte de su tiempo libre ayudando a los demás en un centro social. Kate reacciona con displicencia —varias veces— hasta que empieza a admitir que lo que falta en su vida es algo de sentido. «Tom es voluntario en un albergue para personas sin hogar; y, en su viaje con él, Kate descubre que ella también quiere contribuir más a la comunidad», explica Henry Golding. «Kate termina organizando una obra de teatro navideña en el albergue, demostrando así que a todo el mundo se le da bien algo... Y que, a veces, solo se necesita la oportunidad de darlo a conocer».
Los principales intérpretes en este centro incluyen a David Hargreaves como Arthur y Joe Blakemore como Army Tom, dos sintecho que son la cara de la misma moneda. Arthur ha pasado toda su vida en la calle, mientras que Army Tom ha escapado recientemente de los horrores de la guerra para después tener que lidiar con el trastorno de estrés postraumático (TEPT). Al entrar en el albergue por primera vez, Kate conoce a Nathan, un afligido voluntario interpretado por Calvin Demba, y a Danny (Ben Owen-Jones), el coordinador del centro, que ya ha tratado otras veces con voluntarios como Kate, por lo que no tiene tiempo para su privilegiado sentimiento de culpa.
Para Thompson, una parte muy importante de LAST CHRISTMAS gira en torno a las personas sin hogar. «No solo porque tenemos a una familia que ha tenido que dejar su casa», dice la actriz, «también porque transcurre en un año en el que la gente se encontraba —y sigue experimentando en nuestro país— con un aumento de la xenofobia y con la desaparición de la hospitalidad y del trato humano, normal y decente a personas que han vivido junto a nosotros durante décadas».
A lo largo de los años, tanto Thompson como George Michael emplearon una enorme cantidad de tiempo trabajando con las personas sin hogar; y el cantante hizo de la ayuda a los necesitados su misión en la vida. «Actualmente, en Londres, aproximadamente una de cada 50 personas no tiene hogar», afirma Thompson. «Es una parte vital de nuestro debate como nación, y es una vergüenza. Somos un país rico y no hay ninguna razón para que nadie esté sin hogar».
Muchos de los personajes de la película están inspirados en los hombres y mujeres de un albergue real en White Chapel. «Arthur está basado en varios sintecho que he conocido a lo largo de los años. Muchos de ellos, solados que sufren TEPT y cuyas vidas familiares han quedado destrozadas», cuenta la actriz. «Para ellos, es muy difícil acceder a ayudas a partir de los 25 años. Es insoportable lo muchísimo que han sufrido. Uno de nuestros actores, Joe Blakemore, representa a esos soldados; y David Hargreaves, que interpreta a Arthur, se ha pasado la vida en la calle. Cualquiera puede convertirse en un sintecho; a veces se cuenta con una red de seguridad, pero otras veces, no. Entre otras cosas, Kate nos ayuda a entrar en ese mundo y ver a esas personas como lo que son: gente como nosotros que se ha visto arrojada a las calles debido a un poco de mala suerte o alguna mala decisión.
Para dar vida a estos increíbles personajes secundarios, era clave que Paul Feig y su equipo representaran la heterogeneidad del ser humano, y el reparto así lo refleja. «Contamos con un actor fantástico llamado Ben Owen-Jones interpretando al tipo que dirige el albergue», explica Thompson. «Dijo que aceptó el trabajo porque no era un papel de minusválido. No fue porque él estuviera en silla de ruedas; su personaje no tiene nada que ver con eso. Tiene que ver con la familia humana en su conjunto. Cuando ves en una misma sala a gente tan absolutamente diferente y dispar... te das cuenta de que así es el mundo. De que así es Londres. De que así es la humanidad. Todo el mundo tiene una historia que contar, y habitualmente esas historias son extremadamente duras».
LA MÚSICA...
La banda sonora de la temporada...
Que Last Christmas es un referente absoluto para las canciones navideñas es una verdad que no admite discusión. «Nadie puede ignorar que George fue una persona con una integridad enorme y un talento inmenso», asegura el productor David Livingstone. «Fue una gran oportunidad poder acercarnos a su trabajo, más aún a canciones que nunca nadie había oído antes, por no hablar del clásico navideño de Wham!. Nos hemos tomado muy en serio la responsabilidad de tratar con el trabajo de este gran artista».
Las canciones de George Michael y Wham! que pueblan esta comedia romántica —y acompañan escenas clave— incluyen Last Christmas, Too Funky, Fantasy, Praying for Time, Faith, Waiting for That Day, Heal the Pain, One More Try, Fastlove, Everything She Wants, Wake Me Up Before You Go-Go, Move On, Freedom! ’90 y Praying for Time (MTV Unplugged).
La canción final que los herederos del cantante prestaron a la producción es la inédita This Is How (We Want You to Get High), que recoge a la perfección lo que Kate y Tom han aprendido el uno del otro a lo largo de su viaje juntos. Fan de toda la vida de la música de Michael, Emma Thompson reflexiona sobre lo que significa contar con música nunca antes publicada para su proyecto personal, por el que ha luchado desde hace una década. «La nueva canción de George es perfecta», afirma la actriz. «Me da miedo lo bien que encaja su poesía con la película. Nada podría expresar mejor el corazón del filme que This Is How (We Want You to Get High). Y Heal the Pain encarna, más o menos, todo el mensaje. Si no te amas a ti mismo, no puedes amar a otra persona».
Otra agradable sorpresa para la banda sonora —y, francamente, para el equipo de producción— fue la poderosa voz de Emilia Clarke. «Cuando elegimos a Emilia, no sabíamos si cantaba», reconoce Thompson. «No era vital que supiera hacerlo porque Kate representa otro aspecto de nuestra vida moderna, que es el sueño de la fama, exprimido en tantos programas de televisión. La propia fama es una consecuencia bastante desagradable y tóxica de nuestra profesión. Kate sueña con la fama porque es el mundo en el que ha crecido; su madre cantaba en clubes de música popular en su país. Cuando rodamos la última parte de la película, en la que Kate está montando un evento benéfico, Emilia abrió la boca y reveló su fantástica, ridículamente atractiva y hermosa voz. Canta con tanta pasión y belleza. Es increíblemente conmovedor, y todo lo que se oye es la voz de Emilia de verdad. Tuvimos mucha suerte».
Componer para la película...
A Theodore Shapiro lo reclutó el director Paul Feig, con quien ha trabajado desde Espías (2015), para crear la banda sonora de su cuarta película juntos. Siguiendo la estela de sus compañeros jefes de departamento, dice Shapiro: «Admiro el trabajo de Paul desde hace tiempo, y hemos mantenido una fantástica colaboración a lo largo de varias películas. Mi trabajo consiste en establecer conexiones creativas, y Paul es alguien con quien me siento muy afortunado de poder establecer ese tipo de conexión».
Sobre su proceso de trabajo, el compositor cuenta que él y Feig abandonaron hace tiempo la práctica habitual de usar bandas sonoras provisionales, y que prefieren encontrar las composiciones de manera orgánica. «Siempre hemos trabajado de forma que empiezo muy al principio del proceso de Paul», explica Shapiro. «Tratamos de encontrar el tono y el tema lo más cerca posible del comienzo de la postproducción. Eso me permite escribir música que vive en la película antes de que haya una banda sonora provisional. Así, el lenguaje musical nunca consiste en otra cosa que no sea la banda sonora definitiva. En LAST CHRISTMAS nunca hubo música provisional. Siempre pusimos mi demo original».
Mientras la supervisora de producción musical Becky Bentham y David Austin trabajaban con Feig y Thompson eligiendo las canciones del repertorio de George Michael que guiarían la narración, el compositor sabía que era vital que los temas musicales del filme tuvieran personalidad propia. «La cuestión fundamental era cómo gestionar la relación de la banda sonora con la música de George Michael», afirma Shapiro. «Era un gran reto al que enfrentarse. Resultaba obvio que las canciones iban a ser centro de atención musical de la película; aun así, el proyecto no es un musical repleto de éxitos. La película debe contar con una banda sonora que dé apoyo a las canciones, pero que tenga entidad propia. El truco estaba en encontrar ese equilibrio».
Shapiro encontró liberador permitir que la historia dirigiera las decisiones artísticas; y, como siempre ha hecho, se dejó llevar por el instinto. «Las canciones destacan por sí mismas, y mi trabajo no era tratar de igualarlas», describe el compositor. «Lo que resultaba abrumador era crear un tapiz musical equilibrado. No iba a resultar agradable que la paleta de las canciones y la paleta de la banda sonora fueran completamente diferentes entre sí. Pero, a la vez, tampoco puedes hacer lo contrario y que cada frase musical esté basada en un tema de George Michael. Sería un exceso».
Para el director y el compositor era crucial no rebajar los elementos serios de LAST CHRISTMAS, haciendo que el filme pareciera una simple comedia musical. «Había que ser muy sutil para hacer que la banda sonora tuviera un lenguaje similar a las canciones, que viviera en ese mundo. Que insinuara los temas de las canciones de George Michael, pero teniendo a la vez vida propia», explica Shapiro. «Ese era el gran reto», dice antes de detenerse un momento. «Y pensando en eso pasé mis muchas horas de insomnio».
Quizá una de las composiciones de personaje que resultaron más interesantes de crear fue el tema de Santa y el danés. El romance entre estos dos tortolitos parece, en palabras de Kate, «una pequeña película escandinava». Acerca del tema, Shapiro afirma que: «Nos lo pasamos muy bien, queríamos encontrar un extraño choque de sonidos, algo tan raro como su relación. Terminamos mezclando una paleta musical nórdica con instrumentación que no casaba para nada con la armonía. Dimos con una extravagante amalgama de sonidos que, de alguna manera, llevó al tema hacia una dimensión interesante. Tanto es así que cuando Kate le dice su frase a Santa, el público capta totalmente lo que ella quiere decir».
Tan apasionado por Londres como el director, Shapiro trabajó mucho tiempo con Feig para perfeccionar el tema musical dedicado a la ciudad. «Él quería que la película fuera una carta de amor a la ciudad, y debatimos mucho sobre ello», indica Shapiro. «Al tema principal de la banda sonora —que no está basado en una canción de George Michael— lo llamamos El tema de la ciudad de Londres. Es una sencilla melodía de piano. En lugar de interpretar un personaje, interpreta la magia de Londres en invierno. Dar con ese tema fue clave a la hora de encarar la banda sonora».
Es imposible de precisar con exactitud, pero quizá el momento londinense definitivo para Kate y Tom es el que pasan en el jardín de Tom, cuando Kate empieza a comprender lo mucho que le gusta este misterioso desconocido. Para dar forma al tema, Shapiro contempló la secuencia, buscando inspiración musical. «Una de las primeras cosas que me llegaron del departamento de imagen fueron unos planos del jardín secreto», recuerda Shapiro. «Sin diálogo, los planos de la nieve cayendo me ayudaron a dar con la melodía y el sonido».
Para el compositor, el reto musical definitivo de LAST CHRISTMAS fue la escena de Kate y Tom en el piso de él, donde desean abrazarse. «Es una escena larga y muy sosegada; al principio, Paul y yo pensamos que no llevaría música», cuenta Shapiro. «Descubrimos que faltaba algo, y escribir una pieza musical larga para una escena de diálogo tan delicada es un reto enorme. Pero encontramos la forma de hacer algo sutil que apoyara a los personajes sin interrumpirlos. Cubría el tema de Kate y Tom con discreción. Ambos nos sorprendimos de haber tomado una dirección completamente diferente a la de nuestro propósito inicial».
LA COREOGRAFÍA...
Los secretos de la ágil elegancia de Tom...
La coreógrafa Jennifer White —que creó el movimiento de Elizabeth Olsen para su trabajo como Scarlet Witch en todas sus películas Marvel, y que recientemente trabajó como coreógrafa asistente en la mágica Rocketman— se sumó a la producción para enseñar a Golding cómo bailar y moverse en la gran pantalla.
Ya que Tom es tan dado a girar y dar piruetas por Londres como Kate es a tropezarse, era vital mostrarlo como un apuesto galán que se moviera con total desenvoltura. Una de las cosas en las que Kate se fija de Tom es lo bien que avanza, esquiva y se desliza por las calles de la ciudad, evitando obstáculos, bancos y paradas de autobús, y haciendo que ella se maraville a regañadientes.
«Emma, Paul y yo debatimos desde un principio acerca de Tom y sus movimientos», explica Golding. «Tom se mueve con estilo y fluidez, por lo que sugerí que contáramos con un asesor de movimiento para ayudarme a sentir a Tom. Entonces Jennifer se incorporó y me ayudó a aprender a moverme con ligereza. En las sesiones, subí escaleras o caminé a lo largo de muros con una destreza parecida a la de un gato. Creo que esas sesiones contribuyeron a que encontrara quién es Tom como persona».
Feig subraya cómo los movimientos de Tom y Kate reflejan sus diferentes actitudes en la vida. «Físicamente, Tom es maravilloso y lo opuesto a Kate, que va de acá para allá vestida de elfa y con su maleta. Puedes notar el peso del mundo sobre ella. Por otro lado está Tom, que danza elegantemente entre la gente. Es la diferencia entre alguien que ama la vida y alguien que avanza como puede».
White asegura que Golding tiene una habilidad innata. “Fue un placer trabajar con Henry», dice. «Se mueve con exquisitez: como una mezcla de Gene Kelly y James Bond. Le encanta el claqué, así que jugamos con algunas secuencias sencillas de claqué. Hacía que todo pareciera fácil e improvisado. Lo probaba todo para descubrir qué le gustaba más... y para quedarse con aquello que le hiciera sentirse cómodo».
Golding se sumergió en las clases de baile, cuenta la coreógrafa. «Nos los pasamos bien compartiendo ideas en el estudio y usando todo lo que encontrábamos para crear situaciones», cuenta White. «Como unas cajas para hacer ejercicio; con ellas entrenábamos movimientos para subir y bajar de los bordillos con soltura..., arriba, abajo y alrededor sin tropezarse».
Colocando diferentes obstáculos en el estudio —que representaban, por ejemplo, los peatones o las farolas que Tom debía sortear—, White y su equipo facilitaron que Golding experimentara el constante fluir de energía necesario para ciertos movimientos; todo ello mientras decía sus frases. «La clave era que el ritmo del movimiento —al deslizarse, girarse, saltar o avanzar— se ejecutara justo a tiempo para evitar chocarse con algo o alguien», asegura White. «Henry pasó de ir como un peatón cualquiera a ser un mago del movimiento. Tenía que hacerlo a la perfección, como también lo hicieron los actores de reparto. Por suerte, no sufrimos ningún tropezón».
Mientras maestra y alumno esperaban trasladar con éxito ese trabajo a la calle, la experta era consciente de que el galán de Crazy Rich Asians (Locamente millonarios) atraería, sin lugar a dudas, la atención de los viandantes. «Queríamos haberlo ensayado todo en la calle, pero tener a Henry “Cool” Golding bailando por ahí habría llamado demasiado la atención...», dice White riéndose.
EL DISEÑO DE VESTUARIO...
Kalfus viste la Navidad...
La diseñadora de vestuario Renée Ehrlich Kalfus, nominada a los Premios BAFTA y cuyo deslumbrante trabajo en películas como Chocolat, Figuras ocultas y Un pequeño favor es muestra de su amplísimo talento, recuerda su primera impresión al leer el guion. «Me encantó; era tan emocionante y estaba tan hermosamente escrito», dice. «Rodar una historia navideña, contada de forma tan particular y con todos esos elementos humanos incluidos, me resultaba increíblemente atrayente».
La reunión con Feig fue un placer para la diseñadora, que valora que el director siempre luzca impecable. «Trabajar con Paul es maravilloso porque hemos forjado una gran confianza», explica Kalfus. «Paul tiene un gusto elevadísimo e intenso, siempre viste muy bien y pone el listón muy alto. Sin embargo, cuando trabajas de nuevo con alguien se desarrolla cierto lenguaje, muy cooperativo. Paul quiere que des lo mejor de ti; todos los participantes en este proyecto querían dar lo mejor de sí debido a la estatura de los profesionales involucrados».
Kalfus sabía que las diferencias en la disposición y actitud de los dos protagonistas debía hacerse evidente en su vestuario. «Cuando tuvimos nuestra primera prueba de vestuario con Emilia, ella acababa de llegar», recuerda Kalfus. «No paraba de elegir prendas y decir: “Conozco a esta chica. La conozco”. Cuando se puso su abrigo de pieles falso, estaba increíble. Es interesante observar que en las películas actuales no se suele dejar a los personajes con el mismo abrigo; cada escena supone un vestuario diferente. Pero nosotros hemos querido repetir, un poco a la vieja usanza». Algo comprensible, teniendo en cuenta que nuestra protagonista ha pasado por una experiencia médica de las que cambian la vida. «La chaqueta de Kate es como su mantita preferida de cuando era niña», explica Kalfus. «Le da bienestar; y la necesita».
Uno de los grandes retos de Kalfus fue el traje de elfa que Emilia lleva durante gran parte de LAST CHRISTMAS. «Le dimos vueltas a ese traje sin parar, hicimos pruebas de cámara y jugamos con muchas versiones del sombrero», cuenta Kalfus. «“¿Qué tipo de sombrero sería divertido de ver? ¿Debería ser muy raro? ¿Debería tener Kate diferentes sombreros para las diferentes escenas?”. Como diseñadora, fue muy divertido. Aunque lo mejor fueron los zapatos de elfa de Kate. Se nos ocurrió hacer unas polainas que se ponen y se quitan con un botón automático. Kate calza unas Doc Martins grandes y de tacón alto, y se abrocha los zapatos de elfa por encima de las botas; así se da ese equilibrio cómico. Emilia transmite una fisicidad maravillosa».
Mientras que el traje de elfa es lo que Kate viste mientras trabaja con Santa en la tienda navideña —que no deja de ponerse y quitarse por todo Londres—, el vestuario de su jefa es elegante y sofisticado. «Santa es un personaje muy interesante», comenta Kalfus. «Es una mujer hecha a sí misma, muy inteligente y avispada. Se llama a sí misma “Santa”, como si fuera su nombre artístico. De la misma forma, su aspecto es bastante teatral».
Es casi imposible hacer que Yeoh tenga mal aspecto; y ni Feig ni Kalfus pretendían intentarlo. «Paul quería que Michelle estuviera impresionante», desvela Kalfus, «así que decidimos que confeccionaríamos para ella un vestuario muy glamuroso, todo fantasía. Su tienda Yuletide Wonderful es como su escenario: tiene a su elfa Kate y todos los adornos y las luces, pero ella siempre ocupa el lugar principal, esplendorosa».
Para no ser menos, Golding recibió la misma atención por parte de Kalfus y el equipo de vestuario que sus compañeras de reparto. «Tom tiene una presencia etérea», dice Kalfus. «Es consciente de lo que le rodea y guía a Kate en su camino. Su look es un poco nostálgico. Elevamos su estilo, pero manteniéndolo clásico; nuestras referencias eran Steve McQueen y Paul Newman. Llamé a Ralph Lauren y les pregunté si podían hacer una gabardina corta que se diera la vuelta un poco, con ante en la espalda. Este detalle hace cierto siseo cuando él baila; y es una prenda muy ligera. El resto de la gente está cubierta de ropa invernal, cosa que ayuda a que Tom destaque como alguien diferente».
Trabajar toda la noche en exteriores durante las vacaciones de Navidad fue una experiencia fuera de lo normal para todos los departamentos, también el de vestuario. «Fue surreal porque rodábamos desde las 2 de la mañana hasta el mediodía del día siguiente», explica Kalfus. «Al principio, estábamos todos aterrados. Normalmente, el vestuario se guarda en un camión y todo junto, pero como estábamos en el centro de Londres, los departamentos de peluquería, maquillaje y vestuario iban de hotel en hotel, asentándose en una nueva localización cada dos noches. Sin embargo, mereció la pena. Fue maravilloso estar en Covent Garden y alrededores a unas horas tan tranquilas».
La diseñadora recuerda estar un poco nerviosa en su primera reunión con una de las responsables de la producción. «La dama Emma Thompson llegaba al probador, y yo estaba a punto de ponerle ropa usada, de una tienda de segunda mano», cuenta Kalfus riéndose. «Las prendas eran perfectas para su personaje, pero no estaba segura de cómo reaccionaría. Afortunadamente, ella entró, vio la ropa y dijo que era perfecta. Se vistió y se convirtió en Petra. Es extraordinaria».
Además de vestir a los protagonistas, el equipo de Kalfus debía hacerlo propio con todo un albergue lleno de personajes. Para conseguir una total autenticidad, la diseñadora de vestuario y su equipo salieron a visitar varios albergues. «Tomamos muchas fotos y hablamos acerca de esos lugares», dice Kalfus. «No queríamos caer en el estereotipo. Queríamos mostrar que cualquiera puede estar a un paso de no poder pagar sus facturas y caer en la pobreza».
PELUQUERÍA Y MAQUILLAJE...
Dándole al reparto un look navideño...
El diseñador de maquillaje y peluquería DANIEL PHILLIPS, nominado al Oscar y conocido por firmar impresionantes transformaciones en películas como La reina Victoria y Abdul, Florence Foster Jenkins y La reina, capitaneó el equipo responsable de llevar el espíritu navideño a todo el reparto.
«Tras mi primera reunión con Paul para hablar acerca de los personajes, mi visión para Kate era crear un estilo “grunge-chic”», cuenta Phillips. «Se trata de una joven moderna, independiente y fuerte de carácter, pero también con un lado autodestructivo».
Junto a Clarke, Phillips creó un lienzo para Kate que reflejaba su deseo de ser antisistema. «Queríamos que Kate fuera rebelde al tiempo que adorable y encantadora», explica Phillips. «Es importante que la audiencia empatice con ella. Esta es una película navideña optimista, y un factor clave de ello es que los protagonistas deben resultar atractivos». Tras una pausa, añade: «Al fin y al cabo, es una historia de amor».
Teniendo en cuenta que Clarke estaba poniendo fin a su papel de Daenerys Targaryen en una de las series más emblemáticas de la historia reciente, no era de extrañar que no tuviera ni un solo tirabuzón en el cabello cuando llegó al rodaje. «Emilia llegó con un corte de pelo muy corto, muy a lo chico», recuerda Phillips. «Tiñéndole el pelo de rubia platino —con raíces oscuras y extensiones, creando un corte bob desbaratado— fuimos capaces de crear un efecto desarreglado, desordenado, de recién levantada... con quizá demasiada sombra de ojos». Incluso medio dormida, Clarke es despampanante. «Queríamos convertirla en el tipo de mujer que probablemente se quedó dormida con el maquillaje puesto y, al día siguiente, ¡simplemente añadió más! Todo esto ayudó a dar vida a Kate», asegura Phillips.
El diseñador de maquillaje y peluquería sabía que no tenía que esforzarse mucho para insuflar a una mujer de belleza clásica como Yeoh una elegancia que, para su personaje, esconde el deseo de vivir su propia historia de amor. Phillips describe sus fuentes de inspiración con la actriz de la siguiente manera: «En el papel de Santa, Michelle es el glamur clásico. Es una mujer adinerada, fuerte y soltera que va impecablemente vestida, probablemente por su círculo de amigos diseñadores. Va a la peluquería varias veces por semana».
Así, Phillips y Yeoh tuvieron la oportunidad de entregarse a la extravagancia mientras exploraban cómo era el personaje. «Los diferentes peinados de Santa son algo exagerados, pero siempre caros», señala Phillips. «En su primera aparición se muestra un poco severa, pero tiene un lado tierno y maternal. De hecho, me inspiré en la mujer china que compró mi casa. Siempre tenía un aspecto glamurosísimo».
Mientras Phillips y Golding le daban a Tom el look de atractivo chico normal —el tipo de hombre que toda madre querría como yerno—, el otro amor en la vida de Kate demostró ser un poco más complejo. Cuando llegó el turno de Petra, de quien Phillips dice que está «llena de culpa y preocupación por Kate... y por la vida en general», el diseñador trabajó junto a Thompson para quitarle lustre al personaje, dándole un aspecto que fuera, según las palabras del artista, «sencillo, maternal y estresado». «Emma y yo pensamos que Petra no estaba tomándose tiempo para mirarse al espejo y cuidar de sí misma».
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