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CRITICA
Por: PACO CASADO
Con el alumbrado navideño que ya está encendido en casi todas las ciudades, llega a las carteleras 'Last Christmas' (2019) como un adelanto de las fiestas de Navidad, aunque aún falta casi un mes para ello.
La acción da comienzo en 1999 en una iglesia de la antigua Yugoslavia en la que la pequeña Katerina canta en un coro.
Durante la Navidad de 2017 en Londres, Katerina, ya de adulta, ha reducido su nombre al de Kate, es hija de una caótica y egocéntrica familia croata de emigrantes, que no se lleva muy bien con Petra, su pesada madre.
Ella es pesimista pero sueña con ser cantante y deambula por la ciudad amargada, por tener la mala costumbre de tomar las peores decisiones, con su maleta a rastras, porque se ha marchado de casa y cada noche busca dormir en el sofá de algún amigo.
Le molesta el tintineo de los cascabeles de sus zapatos, ya que trabaja vestida de elfo en una tienda navideña donde es obligada a mostrarse alegre con los clientes, cuya dueña es una mujer oriental, que oculta su nombre bajo el de Santa, que tiene mucha paciencia con ella.
Cuando Tom aparece su vida cambia, Kate empieza a ver más allá de sus muchas dificultades, aunque el idílico romance es demasiado bueno para ser real, pero aprenderá que hacer pequeñas cosas por los demás le llevará a convertirse en mejor persona y a ser feliz, si sabe escuchar al corazón y tener fe para que se obre el milagro.
Tom trabaja de noche en una asociación de caridad que acoge a indigentes a los que le da cobijo y comida y de día hace de repartidor de paquetes con su bicicleta.
A medida que Londres se transforma para celebrar sus fechas más maravillosas del año, todo parece ponerse en contra del posible amor de esta pareja en la que, sin saberlo, algo los une a pesar de las diferencias de carácter que hay entre ambos.
La Navidad está cada vez más cerca como lo demuestra la simpática Emilia Clarke, esta joven actriz que destila encanto, en esta amable comedia romántica en cuya ficha técnica encontramos también el nombre de Emma Thompson, una polifacética mujer que no sólo ha creado esta historia, con algo de emoción, romance y humor, inspirándose en las canciones de George Michael, al que de alguna forma homenajea, sino que igualmente ha escrito el guion, participa en la producción y además hace el papel de Petra, la madre de esta historia.
Es una trama muy sencilla y tal vez por ello se hace un poco reiterativa en situaciones y algo melosa en las relaciones que se nos presentan entre los diversos personajes que pueblan el argumento en el que en los metros finales se nos reserva alguna sorpresa, ya que entra en acción la fantasía y unos breves apuntes sobre la homosexualidad femenina con Marta, la hermana de Kate, el desprecio hacia los inmigrantes como ocurre en la escena del autobús y que el exceso de consumismo impide a veces disfrutar de las cosas importantes.
Paul Feig, director de títulos como La boda de mi mejor amiga (2011), Cuerpos especiales (2013) o Espías (2015) regresa de nuevo a la comedia con este film que en algunos momentos pierde el ritmo que debería llevar una comedia que se precie de agradar al espectador.
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