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NOTAS DEL DIRECTOR...
El reencuentro de un grupo de amigas que han dejado de serlo es el planteamiento inicial de una trama que se centra en los conflictos internos de sus protagonistas. No obstante, en la historia también cobran protagonismo diferentes tradiciones y costumbres propias de un país como España, situando la acción en un futuro cercano. Temas actuales de interés global como son las consecuencias de las migraciones o el cambio climático juegan un papel crucial en el desarrollo del argumento, problemas ante los que estas amigas parecen haber adoptado una posición clara: mirar hacia otro lado.
La importancia de la película reside en la necesidad de hablar de esta fracción de la juventud perdida en un limbo a medio camino entre la adolescencia y la vida adulta, entre las necesidades creadas y las reales.
De este modo, Lejos del fuego pretender ser un retrato fresco e imaginativo sobre estos jóvenes que encuentran en las relaciones de amistad la única vía de escape ante lo que temen que se avecina, y sobre cómo aquello que vivimos está completamente sujeto a los ojos con los que miramos.
La acción da comienzo en un punto en el que este grupo de amigas parece haber perdido ese vínculo y haber salido de ese “mundo propio”, un mundo al que acabarán regresando, aunque tenga que ser a la fuerza.
En ese universo en el que ellas establecen las reglas del juego y en el que nadie parece tener nada que perder, las chicas serán capaces de tomar las decisiones más inesperadas y de llegar a justificar lo injustificable.
LA PRODUCCIÓN...
Financiada en gran medida mediante una campaña de crowdfunding, gracias a la colaboración de todos los mecenas y una decena de inversores privados que se interesaron en el proyecto, la película ha podido hacerse realidad.
Rodada en tiempo límite, con equipo técnico reducido y un plantel de cinco actores, la producción se beneficia de localizar la mayor parte de la acción en un único espacio: Una casa de cuatro pisos en el que cada habitación es un espacio diferente al resto, con una atmósfera propia y detalles que los cargan de significado y contexto.
Por otro lado, en la paleta de colores que tiñe las paredes de la casa y el vestuario de los personajes destacan colores muy vivos que dotan a la película de una estética pretendidamente “encendida”, un contraste que choca con la oscuridad de la que parecen estar huyendo nuestras protagonistas.
La elección de la banda sonora tampoco es casual. La música de Salfvman impregna a las imágenes de un aura misteriosa y melancólica que nos acompaña durante toda la película, con la intrusión de temas más alegres como los de Helen Love o Naked Man en momentos puntuales. También cobra especial importancia la versión “piroquinética” del conocido tema de La Bien Querida Poderes Extraños, himno a través del cual este grupo de amigas encuentra la forma de expresar su situación emocional y la relación entre ellas.