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NOTAS DE LA DIRECTORA...
   La primera versión de este guion la escribí hace más de una década. La historia surgió mientras rodaba a finales de 2009 un documental que me habían encargado sobre una casta de artistas en la ciudad fronteriza de Jaisalmer, India. De hecho, alguna de las situaciones reales que viví en aquella ocasión inspiraron anécdotas de la que más tarde sería La cinta de Álex.
  El proyecto estuvo a punto de arrancar en el 2010: al productor Jes Corredera, fundador de Cool Shot Films le gustó el borrador de guion que escribí entonces, y que recogía el reencuentro en la India de una mujer española de negocios con su hija adolescente. Llegamos incluso a reunirnos con quienes iban a ser las protagonistas del filme… y entonces llegó la crisis económica y Cool Shot Films se vio incapaz de levantar la financiación necesaria para sacar la película adelante.
  Pasé unos años empujando el proyecto, revisando y reescribiendo el guion, y entretanto tuve que emigrar de vuelta a los EE UU, donde continué mi carrera como escritora y profesora universitaria, sin dejar de atender diversos encargos como directora y productora audiovisual…
  El proyecto nunca se apartó de mi mente en todo ese tiempo. Seguí presentándoselo a cuantos me quisieron oír, pero nadie parecía querer acompañarme en mi aventura. De pronto, tuve una corazonada: ¿y si en vez de una madre era un padre el que se reencontraba con su hija? Reescribí el guion a finales de 2016, justo a tiempo para presentarlo en el Coproduction Market del Festival de Jaipur, donde mi documental Jaisalmer había ganado un premio. Y entonces ocurrió el milagro.
  En aquel “pitch” de La cinta de Álex la historia de un español que al salir de la cárcel, se reencuentra con su hija preadolescente e intenta rehacer su vida en India tras haber pasado diez años encerrado por un crimen que no cometió, conectó con el corazón de mi audiencia y me granjeó un productor allí; casi al mismo tiempo, una productora estadounidense también decidió apoyar la película.
  Así fue como, tras varios años de duro trabajo y mucha insistencia logré levantar el que iba a ser mi primer largometraje. De pronto todo se aceleró, y a toda velocidad tuvimos que organizar una coproducción internacional y un rodaje en tres países –India, EE UU y España-. Fue un auténtico bautismo de fuego para todo el equipo, pero las dificultades –y enfermedades- que nos sobrevinieron fueron contrarrestadas con mucha, mucha ilusión.
  La fortuna hizo que, por una serie de carambolas de la vida, tuviera la inmensa suerte de poder volver a trabajar con el mismo equipo con el que comencé ya en 2002 a rodar mis primeros cortometrajes: el productor Charly Granados, el también productor y director de fotografía Rick López (ambos compañeros en la Film School de la Universidad de Columbia en Nueva York) y el actor Fernando Gil, en el papel de Álex. A ese equipo se unieron el supervisor y editor de sonido David Mantecón el compositor Antonio Escobar, con quienes llevaba trabajando desde 2008 y 2011 respectivamente. Y un sueño se hizo realidad cuando Aitana Sánchez-Gijón se unió al proyecto y nos brindó todo su apoyo.
  La película, impulsada por mi productora Storylines Projects está producida con compañías españolas, americanas e indias. Se trata pues de una coproducción internacional 100% e independiente, sin ayudas ni grandes estudios detrás, producida por un esfuerzo cooperativo de amantes del cine cuyo único objetivo es llegar al corazón de los jóvenes de espíritu que saben que el amor al conocimiento, la generosidad y la verdad son el antídoto contra los estereotipos y las distracciones mezquinas de nuestro tiempo.
  La cinta de Álex es una película sobre el mundo actual: un mundo paradójico y dividido arbitrariamente por fronteras de todo tipo –geográficas, políticas, culturales, religiosas, lingüísticas, económicas, éticas, afectivas…-, en el que los valores de progreso, multiculturalidad, igualdad y justicia social son cuestionados en la práctica diaria.
  Una producción independiente puede aspirar a llegar al gran público a través de personajes inolvidables, y al mismo tiempo a través de una trama representativa de la experiencia vital de todos y cada uno de nosotros, independientemente de nuestro origen y situación actual. Por este motivo, la historia gira alrededor de dos personajes que tienen sus opuestos complementarios en otra parte del mundo: Álex y Alexandra, un padre y su hija occidentales que viajan a una zona fronteriza y deprimida de la India, un país en desarrollo; frente a ellos, como si de un espejo invertido se tratara, se sitúan los personajes indios de PK y Debli, también padre e hija, con quienes desarrollarán una amistad imperecedera.
  La cinta de Álex es una historia en la que nada es lo que parece a primera vista, y en la que todos los personajes terminan por comprender que hay que despojarse de las presunciones que dibujan las apariencias para adentrarse en la realidad del otro, para contemplarlo con una mirada nueva y limpia, capaz de encontrar los puntos que les unen, que siempre son más que los que les distancian. Hacia la mitad de la película, cuando Alexandra y su padre por fin rompen su tensión y comienzan a (re)conocerse, hay una frase de Alexandra que aglutina los elementos que motivan esta producción:
  “En este mundo aparentemente cosmopolita, un hombre europeo crecido en la frontera con el norte de África, que había logrado la nacionalidad estadounidense al seducir a una Marine y casarse con ella, y que además viajaba con frecuencia a India y Pakistán para su negocio de importación, fue automáticamente etiquetado como potencial terrorista”.
  En La cinta de Álex se encuentran reunidas, por consiguiente, las aspiraciones positivas de la sociedad que soñábamos construir antes de que el terrorismo islamista cercenase nuestra confianza en los demás y en el progreso. Es el mundo pre-11S el que da lugar a la luminosa e improbable familia de Alexandra; y es el mundo post-11S el que la aniquila, llevándose por delante las ilusiones de todos. De esas cenizas emerge el personaje de Álex, liberado por fin de su encarcelamiento gracias a la intervención de una abogada de Derechos Humanos. Deseoso de recuperar el tiempo perdido con su hija, pero a la vez herido por la experiencia de la injusticia y el desamor sufridos, es Álex un hombre de mediana edad desorientado doblemente en sus roles como profesional fracasado y padre rechazado.
  Alexandra reúne las características sobresalientes de quienes comienzan su andadura en la vida: su mirada transparente e inquisitiva, su apetito voraz de experiencia, su arrojo, su confianza en sí misma… la convierten en un personaje brillante y limpio, que permite al espectador asomarse al mundo desde una perspectiva desprejuiciada. Por ello, el punto de vista narrativo del filme está suturado a ella (como se suturó la visión del espectador a la persona de Margaret en mi cortometraje Uniformadas en 2010), lo cual obliga a la audiencia a salir de sus convicciones para asomarse a ese universo inquietante de la India cercana a la frontera con Pakistán, a través de los ojos de una niña de doce años.
  Una historia familiar y de aventuras, La cinta de Álex cuenta con una narrativa íntima con elementos de acción mediante la cual los personajes revelarán quiénes son y adónde aspiran ir, al tiempo que nos recuerdan de dónde vienen. La cinematografía, al servicio del entorno y de la trama, es luminosa y vibrante, pues enmarca continuamente a los habitantes de un mundo que los atrapa, los alienta y los recoge.
  Es esta una película especial y completamente original, en la que los espectadores viajarán a lugares exóticos y se asomarán a vidas diversas, pero en la que la generosidad y la buena predisposición hacia el otro constituyen la base de un mensaje universal de buena voluntad. Y es que todos cuantos hemos hecho posible este milagro que es La cinta de Álex hemos volcado en ella lo mejor de nosotros mismos.
  Tengo muchas más historias guardadas en mi chistera, pero es difícil que volvamos a coincidir en un set tantas personas ávidas de dar tanta dedicación, tanta ternura, tanto arte… a una obra tan extraña como hermosa.

  Según Irene Zoe Alameda "La cinta de Álex" -" es el resultado de años de duro trabajo e ilusión, en el que he trabajado con el núcleo del equipo técnico de mis cortometrajes, al que se sumó el talento de Fernando Gil, Aitana Sánchez-Gijón, Aida Folch y varios actores de Bollywood. La película es una coproducción internacional, 100% independiente, producida con el esfuerzo de amantes del cine cuyo objetivo es llegar al corazón de quienes intuyen que el conocimiento, la generosidad y la verdad son el antídoto contra las distracciones mezquinas de nuestro tiempo".

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