INFORMACIÓN EXCLUSIVA
NOTAS DEL PRODUCTOR...
LIBERTAD arranca casi al mismo tiempo que la productora. La primera conversación profesional cuando se constituyó en 2003 fue en torno a ese momento en nuestra historia.
Más de quince años después se hace posible gracias a la valentía y confianza de Movistar+ y al arrojo de Enrique Urbizu, Michel Gaztambide y Miguel Barros.
Para rodar una serie tan ambiciosa hemos contado con la participación de los mejores profesionales, más de 150 expertos en sus áreas, capitaneados por Enrique Urbizu.
Recrear el comienzo del siglo XIX hizo imprescindible la participación de muchas personas y medios: más de 70 actores y más de 600 figurantes componen nuestro impresionante equipo artístico.
El rodaje se prolongó durante 15 semanas en más de 50 localizaciones de diferentes puntos de nuestra geografía, muchos de ellos lugares casi inaccesibles para un equipo tan grande. Ha sido una auténtica aventura, y más si tenemos en cuenta que hemos empleado decenas de caballos y otros animales, más de 100 armas y más de 1.000 piezas de vestuario.
Secuencias a campo abierto, planos en espectaculares interiores naturales…
Hemos rodado en ríos y montañas, de día y de noche, con tomas aéreas, con sol, con lluvia y con frío, mucho frío.
Nuestro intrépido equipo de especialistas nos ha ayudado a recrear escenas de lo más arriesgado: personajes ardiendo, peleas y batallas de todo tipo, persecuciones, disparos, caídas… una aventura de la que hemos salido ilesos.
LIBERTAD ha sido, sin duda, una de las producciones más difíciles, bonitas y particulares que hemos abordado.
El rodaje terminó tan solo una semana antes del confinamiento, después de meses inmersos en el frío y la naturaleza nos encerramos en casa. La primera salida fue para ver el corte inicial; ahí estaban esos parajes y esos personajes en constante movimiento, a caballo, proponiéndose y mostrándonos la LIBERTAD.
NOTAS DEL GUIONISTA...
LIBERTAD surge del deseo de abordar un capítulo muy particular de nuestra historia, una época de tiempos convulsos y cambiantes esencial en nuestra cultura: a principios del siglo XIX hombres y mujeres fuera de la ley vivían enfrentados a representantes del orden y, en el mismo contexto, un mundo viejo, individualista y cruel, que lucha por no desaparecer, se enfrenta a un mundo nuevo de grupos de poder económicos que, con igual crueldad, aparece con la intención de imponerse definitivamente.
LIBERTAD habla del individuo contra la rueda del poder, contra el estado y sus normas, contra el bien común, que necesita ver sus cuerpos ahorcados y sus miembros desmembrados a la entrada de las ciudades como evidencia de un poder nuevo e igual de ciego que dice anteponer el bien de todos a los impulsos individuales.
LIBERTAD es también el retrato de la España miserable de la época. El Pueblo tiene hambre, el pueblo vive sometido a los poderosos y a la Iglesia; la única libertad a la que puede aspirar es la que le brindan los caminos abiertos, las intricadas sierras, las sendas por las que nadie osa aventurarse.
Una ilusión de libertad que a veces parece suficiente para esos hombres perdidos.
LIBERTAD tiene el color de la pintura de aquella época. Luz y tinieblas. Marrones, verdes, azules, rojos. Penumbra y sol. La mejor tradición pictórica (Goya, Velázquez, Zurbarán, Murillo...) para representar lo que aquellos ojos vieron, desde otros ojos contemporáneos que descubren y muestran que, tal vez, aquella España siga presente en la del siglo XXI. La lucha entre poderosos y pobres, el orgullo, la dignidad, la entereza.
Quizá sean conceptos antiguos; quizá sigan siendo aquellos por los que aún merece la pena luchar.
LIBERTAD huele a cebolla y a sangre, a frío y a leña. Huele a rencor enquistado, a venganza implacable. Huele a lo que fue y sigue siendo; a lo atávico que permanece en nuestras conciencias. Y resuena como un grito.
Porque, ¿qué otra cosa es la LIBERTAD sino un grito?