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NOTAS DE LA DIRECTORA...
En mayo de 2013 mi madre murió de cáncer colorrectal. En el mes de octubre de ese mismo año, me volqué a escribir la primera versión del guion de La Pecera. En ese momento anhelaba narrar una historia vinculada a la enfermedad y al proceso del fin de la vida, pero no quería trabajarlo desde una perspectiva biográfica.
La historia de la isla municipio de Vieques, al este de Puerto Rico me inspiró y se convirtió en el espacio natural ideal para este relato que habla de los síntomas de la colonia en el cuerpo de una mujer puertorriqueña llamada Noelia. Desarrollé el espacio ambiental de este drama intimista en Vieques, Puerto Rico, isla municipio que, desde mi punto de vista, es la manifestación de uno de los peores resultados de la relación política de Puerto Rico con Estados Unidos. Vieques sirve además como metáfora para expresarme en torno a mi doble condición de puertorriqueña y nacionalista que cree en la independencia de su país. Vieques representa para mi “una colonia dentro de otra.
En Vieques, la Marina de Guerra de EE.UU. realizó prácticas militares por más de seis décadas. El impacto ecológico, cultural y social de estas prácticas no tiene precedentes, al punto de que ha convertido al territorio viequense en una de las zonas de mayor concentración de cáncer en el país y causado un fuerte daño, que afecta y altera la vida de sus habitantes. El resultado de estas prácticas militares no solo incide en los habitantes de Vieques y Puerto Rico, ya que las aguas viequenses son parte de la Cuenca del Caribe y esto podría amenazar a la salud pública y ambiental de toda la comunidad caribeña.
La historia cinematográfica puertorriqueña cuenta con alrededor de sesenta títulos en obras de ficción. Sólo cuatro han sido dirigidas por mujeres. Esto me urge a contar no solo una historia sobre un personaje femenino, sino a encaminar todo un proyecto realizado con una visión autoral femenina.
Con este proyecto busco deconstruir y resignificar la muerte de mi madre a través de un personaje que recibe la misma noticia que ella, pero que toma decisiones distintas.
Mis vivencias con la enfermedad y con las manifestaciones de la colonia puertorriqueña me inspiran a contar esta historia. La Pecera, con el agua estática, simbólicamente revela el estancamiento de un país y la asfixia que pueden llegar a provocar la negligencia, el abandono y la indiferencia gubernamental.
Considero urgente apelar a este tema en el momento histórico en que Puerto Rico se encuentra: tras el colapso económico del país en el 2006, en el 2016 se instauró la Junta de Control Fiscal nombrada por el Congreso de los Estados Unidos, organismo que controla el presupuesto del país. En el 2017 pasaron los huracanes Irma y María dejándonos en un desasosiego que todavía hoy prevalece, y el 6 de enero de 2020 ocurrió un terremoto 6.9 en el sur de la isla. Puerto Rico es azotado por fuerzas políticas, naturales y económicas, y nuestros relatos son invisibles ante el mundo.
La Pecera es una alegoría de los síntomas que produce el coloniaje del cuerpo, del espíritu y de la autodeterminación. La enfermedad es la metáfora de nuestra historia. Vieques es la representación isleña de la enfermedad, la decadencia social producto de la colonización política y, también, de la esperanza. Es así como este relato intimista viequense representa el duelo colectivo a través de la mirada de Noelia, ese que no queremos mirar y que tenemos de frente.»
DECLARACIÓN DE LA DIRECTORA...
Decidí localizar “La Pecera” en la isla de Vieques porque es la manifestación de uno de los peores resultados de la relación política entre Puerto Rico y Estados Unidos.
La historia de Vieques me inspiró y se convirtió en el espacio natural ideal para este relato que habla de los síntomas de la colonia en el cuerpo de una mujer puertorriqueña. Noelia está cansada de tratamientos contra el cáncer y sólo quiere que su familia respete su última voluntad: vivir sus últimos días como ella desea y sentirse libre.
DECLARACIÓN DEL PRODUCTOR JOSÉ ESTEBAN ALENDA...
Desde Solita Films creemos en la fuerza narrativa del cine latinoamericano, cada vez más dirigido por mujeres y queremos seguir tendiendo puentes para que España recupere su lugar como socio prioritario en estas producciones.
Lo que más nos atrajo de “La Pecera” fue la inteligencia de la propuesta. Glorimar ha sido capaz de tejer una historia que, partiendo de una experiencia personal dolorosa, como es la pérdida de un ser querido, consigue introducir una capa social y sobre todo política, que le da una dimensión única a la película.
DECLARACIÓN DE LA PRODUCTORA AMAYA RODRÍGUEZ...
La historia cinematográfica puertorriqueña cuenta con cerca de sesenta títulos de ficción y sólo cuatro han sido dirigidos por mujeres. Para nosotras es muy importante afianzar este camino a través de la propuesta de Glorimar