INFORMACIÓN EXCLUSIVA
ENTREVISTA AL DIRECTOR...
¿Querías escribir una comedia criminal?...
Quería una historia familiar y un caso criminal, un crimen, dentro de la familia.
De inmediato tuvimos la idea de una madre que se casa en la cárcel. Es la madre quien, por amor, añade un elemento transgresor a esta familia totalmente legal y ejemplar.
En cuanto al robo, desde su ensayo hasta su acto, recuerda a películas como Rififi (1955) de Jules Dassin o Bob el jugador (1956) de Melville, ambas adaptaciones de libros de Auguste Le Breton.
Vi varias películas, especialmente las brillantes Sabado Trágico (1955) de Richard Fleischer, y Atraco Perfecto (1956) de Kubrick, donde el robo sale mal por una pequeña historia de amor. Es maravilloso ser testigo del despliegue de masculinidad, virilidad y violencia y verlo todo pervertido por una historia de amor.
¿Se enfrentó a algún reto particular o nuevo para esta película?...
Encontrar las localizaciones fue un poco complicado, especialmente por el restaurante de la carretera y el parking al final, que finalmente encontramos a 60 kilómetros de Lyon. Y, como no estoy acostumbrado a las escenas de acción, la escena con dobles durante el robo, cuando mi personaje embiste al tipo con su coche y lo atropella. Dura cuatro segundos, pero fue bastante complicado de hacer, tal vez 28 planos, y no pude alterar el movimiento de la escena.
¿Quién es el “inocente” del título?...
En un principio, es el personaje de Roschdy Zem, luego es el mío. En cierto modo, cuando cometes un delito por motivos nobles, de alguna manera, uno es inocente.
Lo cual, debo admitir, no es muy moral bajo la ley. Es la famosa frase de Las reglas del juego de Renoir: “Lo que es terrible en este mundo, es que cada uno tiene sus razones”. Dudé al principio en darle al personaje del padrastro un pasado criminal, antes de rendirme muy rápidamente.
¿Otro proyecto después de éste?...
Nada muy definido. Solo sobre política durante varias generaciones y entre dos hermanos. Ya tengo el título: “El Discípulo”.