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SINOPSIS
Una ballena queda varada en una remota orilla. Mientras lucha por salvar su vida, el espectador descubrirá la historia de estas extraordinarias criaturas, habitantes de los océanos del mundo. Inspirada en el bestseller de Heathcote Williams, ‘Whale Nation’ nos lleva a descubrir los territorios inexplorados y una sociedad bastante poco conocida: la de las ballenas, con sus extraordinarias habilidades y sus vidas increíblemente ricas y complejas. Una película sobre la vida en toda su diversidad, sobre el lugar del hombre en la Tierra y la necesidad vital de cooperación entre las especies que comparten nuestro planeta...
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NOTAS DEL DIRECTOR...
Tras varios años organizando películas publicitarias japonesas en Europa, un día me encontraba en el ático del Museo de Historia Natural, donde descubrí el mundo del cine documental.
Allí, en la rue Cuvier, estaba el departamento de foto-cine creado por Jean-Marie Baufle, que, junto a Gérald Calderon, realizó grandes grandes películas sobre animales: ‘Le risque de vivre’ ‘Le bestiaire d’amour’, ‘Les contes sauvages’.
Algunas de estas películas se rodaron en acuarios, vivarios y terrarios instalados bajo el último piso de la galería de mineralogía del Jardin des Plantes, un lugar mágico al que teníamos acceso día y noche. Era la cueva de Alí Babá de Jean-Marie Baufle, cuyo ingenio hizo posible producir excepcionales imágenes con la ayuda de endoscopios, cámaras de alta velocidad o microscopios conectados a cámaras de 35 mm.
Fue gracias a una de sus producciones, acompañado por François y Philippe, (los hijos de Gérald), que me encontré organizando una gran serie documental, filmada por todo el mundo: Desde Nepal hasta las profundidades de la India, desde las llanuras del Masai Mara a las cumbres del Ruwenzori, de los manglares de México a las selvas tropicales de Costa Rica.
Durante más de 10 años, con un equipo muy pequeño, he podido experimentar prácticamente todos los entornos de este planeta y todos los aspectos de la vida salvaje, pasando desde los grandes felinos a las más pequeñas hormigas.
Un día decidí hacer una película sobre un santuario de jirafas en Kenia, un pequeño proyecto que entusiasmó a todo el mundo e hizo oficial mi nuevo cargo de productor-director.
Unos meses después, cuando acababa de terminar un documental sobre la selva tropical de Costa Rica, que relataba la aventura de un biólogo-explorador que vivía en una gigantesca una tela de araña gigante en lo alto de los árboles, contactó conmigo Nicolas Hulot. Éste también quería explorar el techo del bosque para su programa y filmar la flora y la fauna de las cumbres.
Así llegó el comienzo de una larga colaboración con los programas de Ushuaïa. En África, Asia, Oceanía, el Ártico y la Antártida durante más de veinticinco años hemos recorrido el planeta con la particularidad de realizar temas con equipos muy reducidos.
He estado siempre en rodajes de nunca más de tres personas, una especialidad que se ha convertido en mi marca de fábrica, para ser lo más reactivo, discreto y flexible posible.
Y así fue como, durante uno de estos viajes, tuve la oportunidad de nadar con ballenas por primera vez. Nadar con ballenas. Una experiencia de tal intensidad y emoción, que siempre he querido compartir.
Llevábamos más de 15 días en un barco pesquero en el Banco de Plata (un arrecife de coral frente a las Islas Turcas y Caicos) observando y oyendo ballenas sin poder acercarnos nunca a ellas. La filmación fue un desastre: ¡ni una sola imagen! Cuando un día buceando (no soy un gran buceador) el fondo rocoso que tenía delante empezó a moverse, a volcar, no sabía si era víctima de un malestar o si se trataba de un desprendimiento.
De repente, al girar la cabeza hacia la derecha, vi lo que parecía una cola y luego unas grandes alas blancas... ¡Tenía una ballena jorobada delante de mí, a pocos centímetros, tan grande y estaba tan cerca que ni la había visto! Lo que yo había tomado por una roca había empezado a girar delante de mí con una gracia indescriptible y ligereza aérea.
Nuestras miradas se cruzaron y tuve la sensación de intercambiar una sonrisa con ella.
Soñé con este momento varias noches, volvimos a casa sin imágenes, pero desde entonces siempre he querido hacer una película sobre ballenas y compartir este momento con los demás... Simplemente tuve que esperar 31 años.
UN RODAJE CON EQUIPO REDUCIDO...
A diferencia de las grandes producciones de animales, que suelen movilizar equipos pesados en los cuatro puntos cardinales, decidí rodar ‘Las guardianas del planeta’ de otra manera, para favorecer la movilidad del rodaje con un equipo reducido al mínimo y trabajando con profesionales locales.
Como las ballenas viven en todo el mundo, se tomaron decisiones para limitar los desplazamientos de hombres y equipos. Por ejemplo, se eligió México porque allí se encuentran tres especies. Los equipos de rodaje se redujeron a 2 ó 3 personas, dando prioridad a los técnicos y equipos ya presentes in situ.
Así, cuando salíamos de París, no éramos más de tres, y a veces iba solo, trabajando en el lugar con pescadores, buceadores, “dronistas” o ingenieros de sonido locales.
Viajábamos con poco equipaje, ya que el material pesado se alquilaba in situ (tanques, cilindros, combis, compresores, drones, etc.). Con una red de contactos por todo el mundo, organizamos la producción en tres círculos: - Rodajes con el equipo reducido de París (en Groenlandia, México, Argentina, Polinesia, Bretaña, Mediterráneo y Normandía) - Rodaje con equipos locales (Sudáfrica, Australia, Tonga, Kamchatka) - Fotógrafos y operadores por encargo (Antártida, Hawai, Noruega)
Este esquema de producción me permitió cierta agilidad y fue esencial para lograr las mejores imágenes cuando no se daban las condiciones de rodaje. Por ejemplo, cambiar de lugar y posición las cámaras cuando los animales no estaban o si el tiempo no era favorable.
A menudo pasa un día sin que haya imágenes utilizables. Pero a veces, en unas horas, una reunión mágica puede borrar varios días de fracasos. Hay que tener paciencia, confianza, no estresarse nunca y rodearse de los mejores especialistas. Tuve la suerte de trabajar con algunos de ellos: Denis Lagrange (director y director de fotografía submarina), René Heuzey buceador profesional especializado en grandes mamíferos marinos, incluidos cachalotes, director y jefe de cámara submarina), Yves Lefevre (submarinista), Roger Horrocks (jefe de cámara submarina), Yann Hubert (cámara y fotógrafo submarino en la Polinesia francesa), Jean-Charles Granjon (jefe de cámara submarina en Marsella).
ENTRE LOS BASTIDORES DEL RODAJE...
La película ‘Las Guardianas del Planeta’ adopta un punto de vista original: el de la ballena. A través de la voz en off, es la ballena la que cuenta su historia. Visualmente, este enfoque produce una experiencia experiencia en la que a veces te sientes como si estuvieras en la piel de una de ellas.
¿Cómo ha sido posible? Para lograr este resultado fue necesario acercarse lo más posible a las ballenas, lo cual no es tarea fácil.
Había que reunir varias condiciones: buen tiempo, buena visibilidad submarina, mucha paciencia, animales dispuestos a encontrarse, reactividad y ¡suerte! El director Jean-Albert Lièvre quería hacerlo con el objetivo de preservar su tranquilidad y minimizar el impacto del rodaje en el medio ambiente.
CONDICIONES QUE SE TUVIERON EN CUENTA PARA RODAR...
Según el director, estas fueron las condiciones que tuvo en cuenta antes de iniciar el rodaje:
- que el agua estuviera clara y limpia en cada plano.
- que los animales dejaran que los humanos se aproximaran durante el rodaje.
- que no hubiera niebla ni se empañara el objetivo.
- que no hubiera ni una gota de agua en la lente.
- que el capitán del barco fuera preciso en sus maniobras y estuviera de buen humor en el rodaje.
- que se estableciera contacto con el animal.
- que el sol en el exterior estuviera lo suficientemente alto para que la luz subacuática iluminara al sujeto en las profundidades.
A TENER EN CUENTA: EL ARTE DE PASAR DESAPERCIBIDO...
Las ballenas deciden. Si no quieren que se les acerquen, se alejan. Si permanecen cerca, es porque han “aceptado” la presencia humana. Y entonces, fabulosos encuentros ¡pueden ocurrir! Pero para aumentar posibilidades de que esto ocurra, hay que ser lo más discreto para no molestarlas...
EL HOMBRE QUE SUSURRA AL OÍDO DE LOS CACHALOTES...
René Heuzey, un reputado submarinista y experto cámara submarina ha desarrollado un vínculo especial con todos los miembros del clan de los cachalotes durante ¡25 años!. Él es el autor y responsable de las increíbles imágenes de amamantamiento que aparecen en la película.
GALERÍA DE FOTOS
https://cineymax.es/estrenos/fichas/111-l/163090-las-guardianas-del-planeta-2022#sigProId1c0cd8566d