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ENTREVISTA A MICHAEL HANECKECINTA BLANCA
¿QUÉ LE EMPUJÓ A CENTRAR LA PELÍCULA EN UN PUEBLO ALEMÁN EN VISPERAS DE LA I GUERRA MUNDIAL?...
- Hacía más de diez años que trabajaba en el proyecto. Mi principal objetivo era presentar a un grupo de niños a los que se inculcan valores considerados como absolutos y cómo los interiorizan. Si se considera un principio o un ideal como algo absoluto, sea político o religioso, se convierte en inhumano y lleva al terrorismo. También había pensado en otro título para la película, “La mano derecha de Dios”, ya que los niños aplican al pie de la letra los ideales y castigan a aquellos que no los respetan al cien por cien. Por otra parte, la película no habla solo del fascismo, sería una interpretación demasiado fácil al transcurrir la historia en Alemania, sino del modelo y del problema universal del ideal pervertido.
¿POR QUÉ HA RODADO EN BLANCO Y NEGRO?...
- Todas las imágenes que nos han llegado de finales del XIX y de principios del XX son en blanco y negro. Ya existían los medios de comunicación (fotografías, periódicos). Sin embargo, en lo que se refiere al siglo XVIII, por ejemplo, tenemos una percepción en color por los cuadros y las películas que hemos visto. Además, me gusta mucho el blanco y negro, y no quise dejar pasar la oportunidad. También me permitía, al igual que la utilización de un narrador, crear cierto distanciamiento. Lo importante es encontrar una representación adecuada para el tema.
¿LA VIOLENCIA Y LA CULPABILIDAD VUELVEN A SER EL NÚCLEO DE SU TRABAJO?...
- Son los temas de todo el cine que hago. En nuestra sociedad, no puede obviarse la cuestión de la violencia. En cuanto a la culpabilidad, crecí en un ambiente judeocristiano donde siempre estaba presente. No es necesario ser malo para convertirse en culpable, simplemente forma parte de la vida cotidiana.
"LA CINTA BLANCA" TIENE UN REPARTO CORAL. ¿CÓMO HA SELECCIONADO Y DIRIGIDO A TODOS LOS ACTORES?...
- Para el reparto, busqué rostros que tuvieran un parecido con las fotografías de la época. Vimos a más de 7.000 niños en seis meses. Fue una tarea ardua, ya que lo más importante no es el físico, sino el talento. En cuanto a los adultos, escogí actores con los que ya había trabajado u otros cuyo trabajo conocía. En cuanto a la dirección de actores, me limito a indicarles lo que no me parece exacto. Si se elige bien al intérprete, el personaje suele funcionar dentro de la situación.
LA INTRIGA PLANTEA MÁS PREGUNTAS QUE RESPUESTAS...
- No hay nada que explicar. Mi principio siempre ha sido hacer preguntas, presentar situaciones muy precisas y contar una historia para que el espectador pueda buscar las respuestas por sí solo. En mi opinión, lo contrario es contraproducente. Los espectadores no son compañeros de trabajo del director. Me esfuerzo mucho para obtener este resultado. Me parece que el arte debe hacer preguntas y no avanzar respuestas que siempre me parecen sospechosas, incluso peligrosas.